La Extensión Universitaria: expresión particular de la integración universidad-sociedad
La extensión universitaria es el elemento más
dinámico e integrador del vínculo universidad–sociedad. La
universidad cumple una tarea crucial a través de esta
función, expresada en el conjunto de
acciones
desplegadas dentro y fuera de sus instalaciones, mayormente de
carácter educativo, encaminadas a sus
estudiantes, trabajadores y comunidad en
general, teniendo como metodología la de promocionar una cultura
cosmopolita, que refleje las necesidades, intereses y
potencialidades culturales del objeto de atención, aprovechando al máximo las
posibilidades científicas y educativas que posee la
Institución, así como su capacidad de
identificación e interpretación del contexto social en que
se desenvuelve.
"En los paradigmas
actuales de la universidad la extensión se considera como
una función totalizadora presente en cada uno de los
procesos y
eslabones estructurales de la educación
superior, jugando un papel decisivo en la proyección
social de la universidad. Asimismo es una función
integradora y dinamizadora que expresa el vínculo social
más amplio. Es un proceso en
tanto responde al cumplimiento de las leyes y muestra la
interrelación de sus componentes, tiene sus objetivos,
contenido y método. Se
da inmersa en la docencia y en
la
investigación, pero no se identifica con ellas, al
tener personalidad
propia como proceso y aportar un producto
final". (Programa Nacional
de Extensión Universitaria del MES, 2004:10)
Fernando Vecino Alegret, (1992: 5) ha señalado que la
extensión universitaria debe pasar a ocupar el rango de
vertiente principal de trabajo de la
Universidad Cubana, por la potencialidad existente en nuestros
centros y por la influencia que puede tener en la vida de un
territorio y en toda la nación.
Por definición la universidad es el centro cultural
más importante en cualquier país. Dentro de su
recinto se hace ciencia, se
hace cultura. Por ello la universidad debe irradiar ciencia y
cultura.
Siguiendo este orden de pensamiento es
importante precisar que el modelo cubano
de extensión universitaria, aunque se nutra y sustente de
la experiencia internacional, tiene como premisa considerar que
el modelo de educación superior
desarrollado en Cuba tiene sus
peculiaridades y no sólo por su origen, sino
también por su integración con los demás
componentes de la sociedad, por el encargo social. Toda acción
de extensión implica una comunicación con la sociedad.
Sin embargo, la extensión no se ha logrado consolidar
en nuestro medio, ni se ha considerado de igual manera que la
docencia y la investigación. Durante todos estos
años se ha trabajado con intensidad en este sentido, se
han formado buenos profesionales, no obstante su formación
no siempre es satisfactoria.
En el presente estudio se parte de que la extensión sea
proyectada en dos espacios o direcciones: la comunidad
intrauniversitaria y la comunidad extrauniversitaria. En este
sentido González González (1996:4) expresa que "no
se trata solo de desarrollar culturalmente a la comunidad
extrauniversitaria, sino hay que tener en cuenta también a
la comunidad intrauniversitaria, o sea, no solo a los estudiantes
y profesores, entiéndase a toda la población universitaria. Ambas deben
desarrollarse de manera simultánea, aunque el desarrollo de
la comunidad extrauniversitaria depende de la
consolidación del desarrollo pleno de la
intrauniversitaria".
En la universidad el trabajo de
extensión potencia la
política
cultural por diferentes vías, al favorecer un entorno
donde el estudiante se sienta y comporte como universitario en el
plano de su disfrute cultural e ideológico, con un alto
nivel de sensibilidad y de identidad con
su centro. Al mismo tiempo, la
función extensionista convierte al estudiante en sujeto de
la promoción cultural en el territorio, al
introducirlo como factor de cambio en la
comunidad y recibir de esta los mejores valores que se
han conservado y enriquecido mediante su propia historia. Se produce
así un proceso de transformación de la
personalidad en la medida en que transforma el medio.
Pero el encargo social de la universidad no queda satisfecho
solo en la creación y preservación de la cultura,
es necesario complementarlo con la promoción de esta, para
garantizar la satisfacción de las necesidades crecientes
de la sociedad y con ello propiciar el desarrollo cultural.
Precisamente la extensión asume la promoción como
metodología. Esto es garantizar que esta función
pueda dar cumplimiento a la misión
social de la universidad a partir de acciones claves de
creación de valores culturales, conservación,
difusión y disfrute.
El trabajo de promoción cultural que se desarrolla en
la esfera de la extensión requiere de un protagonismo tal
de los estudiantes, que los convierte en sujetos de cambio en la
universidad y fuera de ella.
La autora asume la promoción sociocultural como un
sistema de
acciones que integradas de forma coherente, impulsen el
desarrollo de cada subsistema del ciclo reproductivo de la
cultura, para alcanzar las metas que permitan acelerar el proceso
de desarrollo de la vida espiritual de la sociedad."
(González y González Larrea: 2003). Si se logra
trabajar en la extensión con una metodología
eficiente y adecuada, el sujeto se transforma, se apropia de una
parte de la cultura acumulada por la humanidad, si en la
universidad y en su entorno se logra que ese sujeto participe y
se sienta con un determinado nivel de compromiso a partir de
condiciones cognitivo-afectivas que lo propicien, se contribuye a
la formación integral y por ende, el encargo social de la
universidad.
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