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La gripe porcina. Diversas visiones y propuestas coordinadas desde la antropología médica aplicada (página 2)



Partes: 1, 2

Los primeros signos de
infección por el virus A(H1N1)
consisten en un cuadro gripal, con fiebre, tos,
cefalea, dolores musculares y articulares, dolor de garganta y
rinorrea, y a veces vómitos y
diarrea.

Respecto al estudio del primer brote,
¿han recibido retroinformación del equipo de la OMS
enviado a México
para investigarlo?

Los equipos están enviando ya datos
epidemiológicos, pero tendremos más información en los próximos
días.

¿Se ha confirmado la
transmisión entre cerdos y hombres?

No.

¿Se dispone de algún tipo de
información sobre el impacto económico que ha
tenido el brote hasta ahora?

No.

¿Por qué preocupa tanto la
posibilidad de que se confirme la pandemia cuando miles de
personas mueren cada año a causa de la gripe
estacional?

Cada año se declaran epidemias
estacionales, pero podemos combatir el virus con las vacunas
estacionales. Una pandemia es una epidemia mundial, y en este
caso la amenaza es un virus nuevo frente al que la población carece de inmunidad.

(http://www.who.int/csr/disease/swineflu/frequently_asked_questions/about_disease/es/index.html)

El día 7 de mayo de 2009 se ofrece
la siguiente información:

Declaración conjunta
FAO/OMS/OIE sobre la gripe por el virus A(H1N1) y la inocuidad
del cerdo

7 de mayo de 2009 — En relación
con la propagación de la gripe por el virus A(H1N1) en
curso, ha suscitado inquietud la posibilidad de que ese virus se
encuentre en el cerdo y afecte a la inocuidad del cerdo y los
productos
porcinos.

No se tiene constancia de que los virus
de la gripe se puedan transmitir al ser humano por
ingestión de carne de cerdo procesada u otros productos
obtenidos del cerdo.

El calor aplicado
habitualmente durante la cocción (por ejemplo,
70°C/160°F de temperatura en
el centro de la pieza) inactiva inmediatamente cualquier virus
que pudiera encontrase en los productos que contengan carne
cruda.

La carne de cerdo y los productos
porcinos, si se manejan de conformidad con las prácticas
higiénicas adecuadas que recomiendan la OMS, la
Comisión del Codex Alimentarius y el OIE, no
constituirán un foco de infección.

Las autoridades y los consumidores
deberían asegurarse de que la carne procedente de cerdos
enfermos o encontrados muertos no se procesa ni se destina al
consumo humano
bajo ninguna circunstancia.

(http://www.who.int/mediacentre/news/statements/2009/h1n1_20090430/es/print.html)

En nuestro artículo, tomando la antropología como articuladora y
coordinadora, entendemos que el problema denominado: gripe
porcina,
tiene características
sociobiopsicoecoculturales, relacionándose con el modelo
complejo de persona que
aquí seguimos-defendemos: sociobiopsicoecocultural,
también. Según ello, la imagen
discursiva: gripe (como padecimiento, como
alteración de la salud) haría
referencia a un estado de
experiencia (personal) de
alteración-desequilibrio concreto en lo
biológico, en lo social, en lo psicológico, en lo
ecológico y en lo cultural de cada uno. El hecho puede ser
observable y narrable. Desde un punto de vista
antropológico para aproximarnos a su comprensión
debemos usar la observación (externa), más las
opiniones de terceros (procedimientos de
obtención de información objetiva, especialistas,
etc.), más la explicación de la vivencia del
aquejado.

Dado que las informaciones de los medios y las
de las instituciones
oficiales de los países se expresan en su mayoría
en la línea biologista, no resulta difícil acceder
a las explicaciones del problema y a sus actualizaciones dentro
de esa línea, recomendándose la web de la OMS
para consultar.

Esbozaremos, por nuestra parte, aquí, un método por
el que intentaremos comprender la dimensión
sociobiopsicoecocultural del citado desequilibrio: el estudio de
las interacciones de las personas dentro del contexto o los
contextos en los que la enfermedad puede
surgir-propagarse.

Estudio de las
interacciones

El desarrollo
completo de este aspecto equivale a otro contexto expositivo por
lo que presentaremos aquí un boceto del mismo con el fin
de mantener la línea de fondo del discurso y la
unión de los distintos epígrafes.

Las personas se relacionan e interactúan: con su
medio físico-natural-biológico, con su medio
social-comunitario y con su medio cultural
(organizativo-normativo, mundo de creencias, tradiciones,
costumbres, ideas, realizaciones…). También se
"relacionan" consigo mismas a través de sus pensamientos,
emociones,
actitudes y
conductas. Las relaciones
humanas pueden ser comunicativas (lingüísticas,
corporales, otras), lúdicas, amorosas, sexuales,
creativas, económicas, laborales, etc.

En contextos ganaderos (en este caso, granjas y
explotaciones de cerdos) si reinan condiciones de equilibrio,
las interacciones humanas con el entorno inmediato
(físico, natural y biológico) no tienen por
qué generar consecuencias de alteración para
ninguna de las partes. Ahora bien, cualquier alteración de
la estructura de
ese contexto (soporte físico, partes que lo forman y
estado de las mismas: medio
ambiente, alimentos,
espacio habitado, personas, animales,
parásitos habituales, utensilios, instalaciones, elementos
y medios de transporte,
etc.) así como de sus funciones (en el
tránsito de seres vivos, en los transportes variados, en
los traslados y depósitos de elementos, en las condiciones
funcionales de los medios y de las instalaciones, en la introducción de elementos nuevos o
alteradores, en el cumplimiento de normas generales
sanitarias o de organización, en horarios, en el trabajo, en
actuaciones con intenciones e intereses específicos, en la
vigilancia del estado de los animales, en la inspección
del estado de las instalaciones, en la preparación de las
comidas de los animales, en la higiene general,
en la higiene de las personas, etc.) pueden traer consecuencias
de desequilibrio y problemas
diversos; entre ellos, el que estamos estudiando en este trabajo.

Es conveniente-necesario, pues, realizar análisis minuciosos del soporte material de
los contextos ganaderos (a lo que nos hemos referido como
elementos/partes: personas, animales, medios, instalaciones,
espacio físico, alimentos, agua, etc.)
desde diversas disciplinas científicas con el fin de
conocer y/o determinar un posible origen de la alteración;
si la alteración se produjo por malfunción de las
partes (incorrecto trabajo de las personas, acciones
indebidas, fallos, errores, enfermedades de los
animales, etc.) o por ambas cosas. Valorar también la
posibilidad de influencia ajena al contexto estudiado
(circunstancia accidental o intencionada-planificada).

En los contextos ganaderos familiares/tradicionales
(granjas pequeñas) de países denominados "no
desarrollados" o "en vías de desarrollo", salvo sospecha
de foco, resulta muy difícil llevar a cabo un
estudio-análisis minucioso en todos los
lugares.

En el contexto social abierto, las interacciones
habituales con el entorno físico-biológico pueden
traer consecuencias de alteración dependiendo no
sólo del encuentro-contacto-trato con personas afectadas
sino también del estado del escudo defensivo de cada cual,
y de otros factores y elementos. Realizar un
estudio-análisis como el mencionado para los contextos
ganaderos medianos-grandes resultaría imposible en la gran
sociedad
(abierta). Lo que se hace es orientar, dar normas, examinar los
casos posibles, atender a los enfermos, seguir los casos
atendidos y estudiar los entornos inmediatos de los afectadas,
desde la sanidad oficial.

Con este apunte tenemos una idea de cómo dentro
de las interacciones de las personas con el medio físico
en contextos específicos (ganaderos en este caso) y en
contextos espaciales amplios (de la vida cotidiana), algunas
(interacciones) pueden traer consecuencias perjudiciales para el
bienestar y la salud.

Vamos ahora tan sólo a esbozar cómo las
interacciones sociales-comunitarias también pueden tener
implicación en el "paso del mal". Como expusimos antes,
las relaciones humanas pueden ser de comunicación (lingüísticas,
corporales, otras), lúdicas, amistosas, políticas,
familiares, amorosas, sexuales, creativas, económicas,
laborales, etc. Cuando los soportes físicos (los cuerpos)
están bien, cuando las relaciones
interpersonales son equilibradas a todos los niveles
(físico, emocional, mental, cultural…), las
interacciones son, o suelen ser, satisfactorias y enriquecedoras.
Cuando por alguna de las partes no hay buenas intenciones o hay
desequilibrio psicoemocional o físico, las interacciones
entre unos y otros pueden traer consecuencias perjudiciales para
determinadas personas. Sospechar que se puede tener la gripe
porcina
(u otro problema potencialmente dañino o
peligroso) y relacionarse estrechamente con los demás
puede traer repercusiones negativas a éstos. Ignorar los
consejos generales y elementales de prevención e higiene
puede ser perjudicial para todos. Indirectamente, las
consecuencias emocionales negativas de las interacciones humanas
cotidianas pueden colaborar al debilitamiento del escudo
defensivo de las personas situándolas en estado receptivo
de otros problemas (físicos y no físicos). Las
actitudes negativas, el miedo, la desconfianza, la alarma, etc.,
pueden tener responsabilidad relativa en la ruptura del
equilibrio del bienestar personal, generando comportamientos que
pueden ayudar a propagar el mal del que hablamos y otros muchos.
En definitiva, no basta con ponerse una mascarilla, o recomendar
ponérsela, y ya está. Hay que ayudar al mantenimiento
de la calma, evitando la tensión social y fortaleciendo el
equilibrio de las personas y del grupo frente a
la acción
negativa del pánico,
de la alarma exagerada y del "duplicado discursivo" de la
gripe (perjuicio mediático).

El estado
psicológico y el emocional de las gentes también
puede ayudar o perjudicar. A nivel individual, cada cual gestiona
en su interior el aporte personal de las interacciones
(físicas, sociales y culturales). De esa gestión
deriva su comportamiento
y las "actualizaciones" de su actitud. Los
"duplicados culturales" de la gripe porcina (como ideas
y comunicaciones) pueden venir de los medios, de las
opiniones de otras personas, de la propia oficialidad o de uno
mismo. Dichos "duplicados" discursivos pueden dañar, a
otros niveles, tanto como la enfermedad citada a nivel
físico. El miedo, el estrés, la
debilidad, el decaimiento interior, la soledad no deseada, las
frustraciones, los desengaños, etc., pueden alterar las
informaciones y comunicaciones recibidas, fabricando "gripes
porcinas culturales" trasmisibles por la palabra y los actos a
personas especialmente receptivas de nuestro entorno (niños,
ancianos, convalecientes, enfermos, etc.). De esta manera las
interacciones con estos duplicados discursivos (modificados,
deformados y distorsionados) pueden traer consecuencias
perjudiciales a las personas; o a determinadas personas
inseguras, predispuestas o temerosas, alterando su construcción mental de la situación
(general de la expansión de la enfermedad),
predisponiéndolas a tener conductas que les pueden
perjudicar a ellas en primer lugar (a nivel físico, mental
y emocional) y a otras personas con las que se relacionen. Las
ideas y las palabras corren más que los virus.
Habrá que generar informaciones y discursos que
ayuden; habrá que preocuparse por la correcta
circulación de los mismos y contrarrestar cualquier imagen
y representación comunicativas que colaboren negativamente
al bienestar común.

La dimensión
sociobiopsicoecocultural de la gripe
porcina

Así pues, la llamada gripe porcina es un
problema físico-biológico (consecuencia de la
acción de un virus específico que ocasiona
determinados problemas), pero también social (nos
referimos a la dimensión social de la persona)
convirtiendo a las gentes en potenciales propagadoras del virus,
creando sentimientos personales de miedo a contagiarse y a la
"estigmatización" social que implica el contagio. Es un
problema ecológico (nos referimos a la dimensión
ecológica de la persona) ya que altera su relación
con el medio inmediato (de manera obligatoria si se está
contagiado) y es un problema cultural (nos referimos a la
dimensión cultural de la persona) ya que puede
"duplicarse" mentalmente y "trasmitirse" (con muchas formas
discursivas; en este caso, negativas) vía
comunicación. Así es que lo que nos pasa, o nos
puede pasar individualmente, también tiene
repercusión en nuestro entorno humano.

Desde nuestra óptica
antropológica pensamos que si sólo se atiende la
dimensión biológica de la enfermedad,
quedarán muchas otras "en el aire": secuelas y
males muchos de ellos no físicos, en personas enfermas, en
personas no enfermas y en general en la sociedad (o en sociedades
bastante afectadas, como la mexicana). Podemos mencionar algunos
de estos "males asociados o males consecuencia": crisis
económica, pérdidas de empleos, malestar social,
desequilibrios derivados de ellos –en las personas
individualmente y en la sociedad-, alarmismo, confusión,
desconfianza y un largo etcétera que costará
tiempo
reequilibrar y que tal vez no reciba la atención y la ayuda en todas sus
expresiones, como recibió la dimensión
biológica.

Visión desde
la
medicina tradicional china

La antropología aplicada a la salud es una
ciencia muy
versátil capaz de trabajar con otras ciencias,
coordinando planes, aportando propuestas o diseñando
proyectos
exclusivamente antropológicos. Dado que la mayoría
de lo que se difunde sobre la gripe, en general, y sobre
determinadas gripes, en particular (porcina,
aviar), proviene de la ciencia
biologista y del modo de ver la salud y la enfermedad de la
cultura
occidental-convencional, en este epígrafe hemos querido
aportar la óptica de un sistema de
atención diferente (la medicina
tradicional china
–MTC-) con el fin de que sirva de contraste a la
visión convencional.

A través de un ejercicio de intermediación
cultural, intentaremos hacer un traslado rápido (y
adaptado al tema) del simbolismo médico tradicional chino
y de su "nomenclatura"
dado que aquí no podemos seguir la línea de
pensamiento
exclusivamente asiática (relativa al proceso
indagatorio, al análisis y a la relación de las
informaciones y a la construcción de las ayudas y soluciones).
Como para el estudio de cualquier otra ciencia, para el estudio
de la teoría
médica china es necesario preparación y tiempo,
escalonando a través de él, el aprendizaje.
Por ello diremos de manera resumida que en el simbolismo asociado
al diagnóstico tradicional chino, lo que
llamamos gripe (común) se correspondería
con un síndrome de "Viento-Calor" (Conghuo, 1997), claves
lingüísticas simbólicas haciendo referencia a
las manifestaciones de: aparición súbita con
escalofríos, fiebre tendente a subir, cefalea, mialgias,
artralgias, lumbalgia y dorsalgia, así como malestar
general. Se podrían añadir: estornudos, tos
relativa, rojez-inflamación-dolor de garganta,
congestión ocular; y, en determinadas gripes y/o
casos/personas, vómitos y diarreas. La
visión biologista nos dice que la gripe es una
enfermedad infectocontagiosa de fácil propagación
producida por virus. Según la MTC se padece cuando el
escudo defensivo, débil y bajo, ha sido burlado y los
factores patógenos (en este caso, externos: "Viento y
Calor") penetran el perímetro exterior (piel, nariz,
boca). Si no se detienen a tiempo, esos factores pueden alcanzar
los pulmones (estructuras)
y/o un sistema mixto y complejo relacionado con el pulmón
y con otras estructuras del organismo (anatómicas y
"energéticas") así como con sus funciones, dando
lugar a problemáticas específicas de estructuras y
órganos relacionados con la respiración. La visión biologista
nos dice que si se produce un fallo respiratorio o se desencadena
una neumonía, el desenlace puede ser una
situación de extrema gravedad o la muerte.
Esto, que podría afectar a enfermos de gripe
porcina
o gripe aviar, también puede afectar
a enfermos de gripe común. De hecho, la gripe
común
se cobra miles de víctimas todos los
años.

¿La causa, o causas?

Tanto para la MTC como para otras etnomedicinas y
sistemas
naturistas del cuidado de la salud no es tanto el virus
específico sino la predisposición circunstancial de
la persona (baja del escudo defensivo general por diversas
razones: edad, deficiente-desequilibrada alimentación,
estrés, infancia,
convalecencia, cansancio, agotamiento físico, agotamiento
nervioso, alteraciones emocionales, consumo de energía
vital por esfuerzo sostenido a lo largo del tiempo, exceso de
trabajo intelectual, otros excesos, etc.). A ello suma la MTC
influencias circunstanciales del medio ambiente
(animales, plantas,
atmosférico, modificado artificialmente, profesional,
contaminación urbana, comida y agua en mal
estado), costumbres de higiene personal, familiar, laboral y otros
hábitos perjudiciales (tabaco, alcohol,
drogas, etc.)
(Conghuo, 1997). En cualquier caso, es necesario individualizar
la gripe en cada persona (afectada) ya que, según
la MTC y otras etnomedicinas tradicionales y naturales, es mejor
hablar de enfermos que de enfermedad.

El principio de tratamiento de la MTC (en este caso, en
las personas y hablando en general) es "eliminar el Viento",
reducir el "Calor patógeno" y favorecer las
"circulaciones" (en MTC: de Qi, de Xue, de
Yinye; algo así como: de energía
vital-bioeléctrica, de sangre más
energía vital y de líquidos corporales más
energía vital). O dicho de otra forma: fortalecimiento del
sujeto paciente y ayuda para la eliminación del
patógeno, higienizando a la vez el cuerpo, las emociones,
la mente y la persona a todos los niveles. Sin olvidar la
atención del entorno implicado-relacionado (lo que
llamamos anteriormente: contextos ganaderos -para el caso de
gripes relacionadas con animales o supuestamente
relacionadas- y contextos sociales amplios).

Prevención y cuidados, basándonos en la
MTC:

-Protección frente a cambios climáticos
bruscos.

-Reducción-eliminación del
estrés.

-Evitar exposiciones prolongadas a la lluvia, al viento,
al frío o al calor; sobre todo a uno de ellos
después de haberlo estado expuesto a otro.

-Ser prudente y protegerse al acercarse a personas
contagiadas.

-Evitar toser delante de alguien o hablar encima, por
pura precaución, y especialmente si sospechamos que
estamos enfermos (hablamos de la gripe común, lo
que podemos extender al resto de las gripes).

-Favorecer la sudoración (cuando se tiene fiebre)
en un ambiente estable (sin corrientes, sin cambios bruscos de
temperatura).

-Rehidratación (si se han perdido muchos
líquidos: sudoración excesiva,
diarreas).

-Tomar alimentos y bebidas (agua) limpias.

-Evitar humos, tabaco, polvo, alcohol y sustancias
perjudiciales y debilitantes.

-Evitar exposiciones prolongadas a los ambientes
modificados artificialmente (aires acondicionados,
climatizadores, ventiladores, calefacciones
resecantes).

-Protegerse de productos químicos fuertes o
peligrosos, olores penetrantes…

-Evitar situaciones de fatiga extrema, esfuerzo
prolongado o acumulación de cansancio. En todo caso,
descansar, dormir, reponerse y contrarrestar el
estrés.

-Otros.

Las propuestas de la MTC (concretas para un problema) se
hacen a las personas en particular, previo estudio
específico e individualizado del problema en esa persona.
Es el proceder habitual. Aquí diremos simplemente, y en
general, qué se suele aconsejar. Desde la fitoterapia
china para prevenir el contagio: Dryopteris Crassirhizoma,
Isatis Indigotica, Glycyrrhiza Uralensis
(infusiones)
(Instituto de MTC, 1997) y otras posibles plantas o
combinaciones. Desde la acupuntura: aplicación de agujas
filiformes con el método que estime el profesional
atendiendo al estado y características individuales del
enfermo. Habrá que usar puntos que eliminen-reduzcan calor
patógeno-tóxico; habrá que poner puntos que
eliminen el viento y habrá que poner puntos que ayuden a
reconstruir las defensas y reequilibrar las circulaciones. En
todo caso, serán los profesionales los que aconsejen a
cada persona lo que consideren.

La cultura naturista,
sistemas de cuidado natural y etnomedicinas
herbarias

Ponen énfasis frente a la gripe en: la
higienización del cuerpo y el apoyo a la fuerza y a la
protección naturales del organismo y de la persona (tanto
en épocas de peligro-prevención como durante el
padecimiento de los problemas), sin olvidar la atención al
entorno inmediato y a las relaciones con él (contextos
ganaderos y contextos sociales amplios: consejos de higiene
laboral y social).

No se trata tanto de la neutralización del
agresor
y de un reequilibrio agresivos a posteriori
sino de acciones a priori: protección, refuerzo,
cuidados en las épocas y momentos previos a los periodos
anuales de gripe común, por ejemplo (Firshein,
2000), (Holford, 1997). En el caso de desencadenamiento de
problemas imprevistos: reforzar las medidas protectoras generales
añadiendo otras específicas (fitoterapia,
oligoelementos, ortomolecular, homeopatía, consejos
alimenticios, de estilo de vida
y otros medios y remedios propuestos por los especialistas).
Estas baterías de ayudas tienen como objeto
también, según las ópticas naturalistas,
evitar/minimizar los efectos secundarios y los peligros
ocasionados por el paso y acción de los virus.

El simbolismo de las etnomedicinas naturalistas es
variado. Depende de sociedades y culturas. Los miembros de esos
grupos (etnias
o subgrupos dentro de una gran sociedad) pueden entender los
remedios como recursos
naturales capaces de hacer frente a los elementos-factores
(también naturales-biológicos, físicos,
climáticos, humanos…) causantes de alteraciones
corporales como la gripe; pero también pueden
entenderlos como elementos potenciadores de la "fuerza natural"
(expresión amplia y con matices que puede referirse a las
defensas –biología-, al
reequilibrio emocional, al reequilibrio psíquico, al
reequilibrio "energético" o al reequilibrio general de
todas las dimensiones y componentes del ser humano, incluidos los
espirituales), reservando la neutralización del
agresor a ésta (la "fuerza natural"), una vez
reconstruida-recuperada.

Bastantes de mis informantes me han expresado el uso de
recursos de
distintos sistemas terapéuticos, considerando que pueden
complementarse unos con otros (según sus experiencias
propias): MTC, más medicina convencional occidental,
más ayudas tradicionales locales, más sistemas
naturalistas internacionales. Desde la óptica de la
antropología médica aplicada, esas asociaciones
pueden ser correctas siempre que se articulen bien o que se
coordinen los trabajos de los profesionales. En unos
casos/circunstancias/personas habrá que usar más
unos remedios que otros (incluyendo en remedios todos los medios
terapéuticos: naturales, convencionales -de patente-,
etc.).

Visión
específica desde la antropología médica
aplicada y la antropología clínica

No existe una manera universal y estandarizada de
trabajar en/con antropología aplicada a la salud
(antropología médica aplicada o antropología
clínica) (Aparicio, 2008). Depende de la posición
de partida de cada antropólogo frente al trabajo, de su
formación complementaria (no enfocará su tarea de
la misma manera un antropólogo-psicólogo que un
antropólogo-médico, que un
antropólogo-psicoanalista o que un
antropólogo-etnomédico o naturalista. Cada uno
construirá su plan de investigación y de intervención
usando, combinando y articulando los métodos
antropológicos y los de su otra formación). La
óptica que ofrecemos aquí sigue un poco la
línea ecléctica de todo el trabajo, haciendo
hincapié en la visión de la gripe desde la
MTC y desde posiciones naturales de atención y cuidado de
la salud.

Desde una óptica antropológica aplicada al
bienestar y a la prevención, con el apoyo auxiliar de
disciplinas naturistas del cuidado de la salud, entendemos que la
gripe porcina es una gripe cuyo cuadro no difiere
esencialmente del resto de las gripes. No obstante, hay
que escuchar a las autoridades sanitarias las especificidades que
sobre esta gripe proporcionen por las consecuencias que puede
tener. Desde la antropología clínica, entendemos
que toda expresión de alteración de la persona
manifiesta un hecho complejo, amplio e interrelacionado
(sociobiopsicoecoculotural) que el aquejado experimenta
(vivencia) y que se convierte en "duplicado simbólico"
desde el momento en que se comunica (en que se hace discursivo).
Ya hemos hablado de ello al principio. Y, como hemos dicho que
las alteraciones son entendidas por nosotros desde su
dimensión amplia y compleja: sociobiopsicoecocultural, los
consejos que hemos expuesto, viniendo de distintas ópticas
(MTC, naturalismo) y dirigidos principalmente al soporte
físico de la persona, han de completarse con otros
dirigidos a las dimensiones o elementos, como queramos decir, que
homólogamente componen el ser humano como ser
sociopsicobioecocultural. Ya hemos mencionado que una
atención exclusivamente biologista, no basta (pensando
desde nuestra posición de antropólogos trabajando
en salud). Téngase en cuenta que la gripe porcina en
México se ha convertido en algo que ha traspasado los
límites
de la biología afectando, en planos sociales, culturales,
mediáticos, organizativos y
económicos al equilibrio de toda la sociedad, de todo el
país. Y eso es grave. En esa línea se expresan mis
informantes locales.

Complementando los consejos expuestos anteriormente, he
aquí algunos más relacionados con el estilo de vida
y las costumbres.

En cuanto a la comida y la bebida, en general, es
necesario que sean "limpias", refiriéndonos con tal
término no sólo a la ausencia de gérmenes y
elementos contaminantes-intoxicantes sino a que no contengan
grasas
saturadas (oxidadas), exceso de hidratos de carbono
simples, exceso de azúcar
o condimentos de tipo artificial, conservantes sintéticos,
etc. La bebida, envasada, sin burbujas y sin azúcar
añadido. No comer en lugares polvorientos o con materias y
elementos contaminantes suspendidos en el aire. Comer en calma y,
vital, muy importante: MASTICAR BIEN LOS ALIMENTOS (al menos
30-40 veces por bocado). Ir al baño regularmente
(diariamente), comprobar que las heces son normales y orinar
frecuentemente (no retener líquidos). Resulta mejor comer
poco y frecuente que mucho y de grandes sentadas. Reposar la
digestión. La Medicina China siempre advirtió que
hay que tener cuidado con el hecho de comer, con lo que se come y
con cuánto se come ante situaciones de alerta por
epidemias etc. El escudo defensivo se debilita con los excesos
alimenticios, al igual que con la deficiencia. Hay que situarse
en el equilibrio, en el justo medio o compensar si nos pasamos
(que no sea muy a menudo). Tomar abundantes frutas, verduras y
hortalizas. Beber líquido y reponer las sales minerales
perdidas por el sudor (tomando bebidas electrolíticas sin
gas
añadido), o fabricarlas con sal, limón o lima, agua
segura y una pizca de azúcar morena. Bastante conocido es
el "suero mexicano" usado contra la diarrea del turista y la
deshidratación. Si se tiene fiebre, consumir productos
hidratadores y refrigerantes, no comidas calóricas.
Cuidado con los excesos de calorías. "Lo que no quemas, te
quema". Lavarse las manos varias veces al día, sobre todo
al manipular alimentos, al comer y después de ir al
baño.

Desde criterios naturalistas y ortomoleculares se
considera útil/necesario (dependiendo del estado
individual de cada cual) consumir alimentos ricos en vitamina C.
Dicho nutriente colabora en la reposición del escudo
defensivo y es un importante antioxidante capaz de "hacer frente"
a los gérmenes agresores. ¿Dónde lo
encontramos? En: naranjas, limones, pomelos, kiwis, pimientos,
escaramujos, coliflores, rábanos, coles de Bruselas,
espinacas, plátanos, melones, manzanas, sandías,
zanahorias, piñas, peras, papayas, arándanos, ajos,
moras, fresas, guisantes, grosellas, frambuesas, uvas, apio,
higos, habas, patatas, aguacates, soja, chirimoyas,
mangos, granados, cocos, etc. Como suplemento nutricional, lo
ofrecen diversas casas comerciales. Recomendamos formas
naturales; mejor la forma ascorbato o Ester, que son más
tolerables que el ácido ascórbico por algunas
personas (formación de cristales). En todo caso, los
expertos en medicina ortomolecular sugieren suplementar para la
gripe común hasta 3000 mg./día de vitamina C
(Holford, 1997).

Otros antioxidantes
útiles para la gripe son: el Selenio (Se), que
puede consumirse como suplemento en oligoelementos; de modo
cuantitativo en productos ofrecidos por las casas comerciales y
en fórmulas junto con otros elementos trabajando
sinérgicamente también ofrecido por distintas casas
comerciales de productos naturales. En alimentos lo encontramos
en una gran cantidad. Por grupos diremos que: en carnes,
pescados, huevos, cereales y legumbres. Por citar alguno
específico diremos: avena, pan, cereales de maíz,
tapioca, arroz, pasta, ajos, calabaza,
champiñón, rábanos, cebolla, coles, patata
cocida, nabos, pimiento, remolacha, judías, zanahoria,
boniato, tomate, apio,
naranja, plátano, mango, piña, pera, manzana,
melocotón, nueces, pistachos, almendras, leche
descremada, atún, langosta, cordero, jamón, pollo,
buey, gambas, lenguado, mejillón, bacalao, etc. El Zinc,
mineral importantísimo para nuestro organismo; es usado en
atención natural de salud para muchas situaciones de
alteración. Ayuda a la reconstrucción del escudo
defensivo y lo podemos tomar como suplemento en oligoelementos.
En este caso actuará como coenzima en procesos del
metabolismo.
Si lo tomamos en forma cuantitativa, habrá que ir a las
ofertas de las casas comerciales. Dentro de los alimentos, lo
encontramos en: ostras, carne picada, germen de trigo, yema de
huevo, centollo, harina integral, leche desnatada en polvo,
harina integral, buey, grano entero de trigo, queso de bola,
cangrejos, nécora, gamba, camarón, ternera,
guisantes, pan integral, lentejas, soja en grano, hígado,
frutos secos, etc.

Alimentos ricos en vitamina A: hígado,
mantequilla, margarina, queso, huevos, pez espada, almejas. De
origen vegetal (productos que contienen betacaroteno que se
transforma en nuestro interior en vitamina A): espinacas,
zanahoria, borraja, albahaca, diente de león, acelgas,
espárragos, calabaza, verdolaga, etc.

Otras ayudas desde la óptica de cuidado natural:
los hongos de origen
chino, muy conocidos en todo el mundo: "Coriolus Versicolor",
"maitake", etc.; propóleo, echinácea, aloe vera
bebible, arándanos-grosellas y uva negra (que proporcionan
resveratroles y antocianidinas, importantes pigmentos
antioxidantes), sambucus, sauce, orégano, tomillo,
alfalfa, cebada, cebolla estofada, compota de cebolla con
manzanas, levadura de cerveza, ajo y
perlas de ajo, etc.

Las Flores de Bach no suelen ser usadas para
regulaciones y apoyos exclusivamente biológicos, pero,
como decíamos arriba, la gripe dentro de un contexto
social alterado y afectado en el que la confusión y el
miedo pueden causar mella a nivel emocional y psicológico
en las personas en particular, también pueden resultar
útiles, recomendadas por un profesional de FDB. Hay sin
embargo una que puede ayudar para casos de mucha tensión,
el Rescue Remedy; y otra, el Crab Apple, para eliminación
de mucosidades (Bach, 1999).

Desde la Homeopatía, se pueden recomendar de
manera general los productos conocidos por su eficacia en la
gripe y será mejor consultar al homeópata
para que él nos diga los que convienen a nuestra
individualidad y a nuestra personalización del
padecimiento (Horvilleur, 2000).

Como Oligoelementos (coenzimas) son útiles para
la gripe en general: Mn-Cu (prevención, personas
débiles). Cu-Au-Ag (prevención, personas
débiles). Cu (estado gripal), Bi (estado gripal,
garganta), S (estado gripal, higienizar). Cu-Au-Ag (posgripal,
recuperación, largo tiempo).

Algunos otros productos recomendados por los naturistas:
quercetina y bromelaína, Lisina (aminoácido muy
útil contra virus) más vitamina C y bioflavonoides,
etc. Como para la homeopatía, consultar al especialista en
ortomolecular o al fitoterapeuta quienes propondrán a cada
uno lo que mejor se adapte a su individualidad.

Otras recomendaciones para completar la propuesta de
ayuda general sociobiopsicoecocultural: higiene personal, higiene
alimenticia, higiene cultural. Procurar no caer bajo la
influencia negativa de la confusión mediática, de
la "gripe discursiva", a veces tan corrosiva a otros niveles como
la física a
nivel biológico. Selección
y elección de noticias y
fuentes de
información serias y no alarmistas; evitar la escucha
de programas de
debate
"aprovechando la ocasión". No frecuentar foros de
autoalimentación alarmista, seguir la vida diaria ocupando
la mente en el quehacer sencillo cotidiano, estar al tanto de las
informaciones oficiales, tomar medidas de prevención que
no supongan una teatralización surrealista de la vida de
uno y de la de los que tenemos a nuestro alrededor. Procuremos no
meter en nuestra espiral de preocupación a nuestros
niños pequeños y a todos aquéllos que no
tienen capacidad para analizar y a quienes determinadas
influencias podrían perjudicar mucho; seguir cultivando
las aficiones sencillas como leer, atender sus plantas, mirar
buenas películas, dormir, descansar, jugar con los
niños tranquilizándolos y trasmitiéndoles
seguridad,
contarles cuentos,
leerles historias, ayudarles en sus deberes, no cerrarse al
diálogo
(la pareja, los amigos, la
familia…), sacar los miedos, desbloquear las
emociones, escuchar mucha música, cada cual la
que le guste; evitar el sedentarismo, ser prudente en las
relaciones
sexuales, ser prudente en la alimentación, cuidarse en
las aglomeraciones si no se pueden evitar. Evitar enfadarse.
Algunos grupos originarios de Mesoamérica hablan de
"coraje" con definiciones matizadas según las culturas de
salud pero viniendo a decir que la alteración de la paz
personal y la tendencia a saltar ante cualquier contrariedad,
malentendido, molestia o provocación no es para nada
beneficiosa para la salud y lesiona el escudo defensivo.
Más, si se le añade la ingestión de
determinados alimentos como por ejemplo el frijol negro
(según tradición zapoteca).

Y no olvidar nunca las ilusiones de uno, teniendo cada
día objetivos que
cumplir.

En suma, crear y acrecentar una cultura del refuerzo de
actitudes constructivas pensando más a menudo en los
demás que en nosotros mismos (no cerrarse en el miedo ni
en el egoísmo), intentando dar ejemplo con nuestra actitud
para sembrar armonía, tranquilidad y paz en nuestro
entorno.

La Medicina tradicional China señala que la gripe
es el paso al interior de factores patógenos
("Viento-calor" o "Viento-Fuego") que han burlado la defensa
superficial, penetrando por la piel, la boca o la nariz. Y
señala que el problema mayor constituye la afección
posterior de órganos como el pulmón, consecuencia
del paso del virus. La gripe expresa un cuadro muy concreto y
específico. Por ello, no sólo hay que tener en
cuenta las ayudas nutricionales o de remedios para prevenir y
ayudar al restablecimiento del equilibrio y la normalidad en la
persona, como decíamos. También hay que vigilar no
caer en el ESTRÉS, o contrarrestarlo si ya se ha
caído; higienizar nuestra vida emocional; no cometer
excesos de ningún tipo, insistimos, que puedan disminuir
nuestra capacidad defensiva por pérdida o derroche de
energía vital, cuidarse especialmente si se está
convaleciente de alguna enfermedad; vigilar a los niños,
ancianos y personas en situación de peligro o debilidad
por razones de edad, pobreza,
enfermedad, accidente o voluntad. Tener cuidado con el agua y las
comidas de dudosa procedencia, protegerse de las inclemencias del
tiempo, protegerse la nuca del viento (consejo extraído de
la tradición médica china y de culturas de salud
populares asiáticas que consideran en el cuerpo
vías de circulación energética llamadas
meridianos o canales en los que se encuentran puntos con
capacidad de influencia sobre el organismo y la persona,
manipulados, punturados o moxados. En la zona occipital hay dos
puntos que proteger de las inclemencias del tiempo y,
principalmente, del viento).

Por último, lo cultural de la gripe, desde una
óptica exclusivamente antropológica, se
relacionaría con lo discursivo y comunicativo (de lo que
ya hemos hablado) a la vez que con los mundos de creencias, con
las costumbres familiares y con las tradiciones locales de las
gentes y grupos.

Desde nuestro punto de vista, ayuda, refuerza y
reequilibra:

-"Cultivar y regar" buenas ideas.

-Controlar los pensamientos (que no nos controlen ellos
a nosotros).

-Dejar de vez en cuando la mente en blanco y recargarse
durante un tiempo en ese vacío ordenado.

-Hacer respiraciones lentas y profundas frecuentemente,
relajando toda nuestra musculatura.

-Rezar, meditar, etc., a quien sea religioso
(católico, budista, protestante, ortodoxo, etc.); frente a
las gripes y frente a otros mil problemas.

-Observar normas, tradiciones y de organización a
quien pertenece a comunidades con culturas propias,
ancestrales.

-Todo símbolo o simbolismo que nos dé
seguridad, que nos permita aconsejar y cuidar correctamente a los
nuestros y a otros (si se es profesional trabajando en campos de
educación
o servicio
social), que nos aleje del miedo, de la desconfianza y de la duda
corrosiva.

En este sentido, creemos que los miembros de los grupos
originarios, al menos en teoría, disfrutan de más
serenidad ya que se acogen a los puertos seguros de sus
tradiciones y costumbres.

La sociedad mixta e internacional es un espacio muy
dinámico con pulsiones que nos atraviesan y nos mueven
convirtiéndonos a veces en simples muñecos de las
circunstancias.

Los etnomédicos mesoamericanos, en las
áreas rurales poseen conocimientos desde antiguo con los
que han atendido una y mil veces problemas gripales, usando
medios físicos y simbólicos. Debemos confiar en las
etnomedicinas. Ellas sin duda tienen cosas que decir y ayudas que
ofrecer. Debemos recobrar los que pertenecemos a la sociedad
internacional el valor y el
poder de los
símbolos para usarlos en nuestro beneficio
(sano) y en el de los que nos rodean (sano también). Los
símbolos son cada vez más importantes para algunos
grupos como las compañías multinacionales quienes
se sirven de ellos para llegar al centro de nuestra mente y a
veces del corazón y
vendernos sus productos. Los buenos símbolos reconstruyen
los cimientos del ser, refuerzan las columnas de la
personalidad y ayudan a que haya una circulación
nerviosa equilibrada. Cuidado, pues, con los símbolos
creados por el pánico mediático. No permitir que
nos influyan y en su lugar fabricar otros útiles para la
casa y para uno mismo. Los profesionales de los símbolos
en los grupos originarios o en la sociedad mixta pueden ayudar,
al igual que los profesores-educadores, los psicólogos,
los psicoanalistas, los antropólogos y los consejeros
espirituales (honestos y sanos) de las creencias de cada
uno.

Dentro de los grupos originarios el procedimiento de
la limpia lo considero de gran utilidad desde mi
óptica antropológica. Y el rey de todos, a mi
juicio, el TEMAZCAL, también es un buen aliado para
ayudar a mantenerse sano y equilibrado; por tanto a prevenir
diferentes problemas, uno de ellos: el de la gripe, por
qué no. El temazcal toca todas las dimensiones de la
persona. Es un medio de reequilibrio y de prevención
sociobiopsicoecocultural (Aparicio, 2008).

Las ayudas desde el terreno simbólico alcanzan el
terreno nervioso, el neuromuscular, el funcional en general y el
estructural. El refuerzo del deseo de vivir tiene, o puede tener,
alcances ilimitados.

Por mucho que la ciencia avance, el trabajo en salud en
el futuro debe ser intercultural e interdisciplinar,
conjugándose y articulándose saberes de diferentes
contextos socioculturales. Los planes de mesas compuestas por
profesionales y entendidos de distintas ópticas pueden dar
verdaderos buenos resultados; tal vez mejores que los
diseñados desde la oficialidad de cada país a
partir de un solo criterio (oficial, convencional, exclusivamente
biologista, dominante).

Reflexiones
finales

Se pueden encontrar sitios en Internet con distintos
niveles de información sobre la llamada gripe
porcina
. Ya expusimos que la OMS mantiene información
puntual y datos de la extensión de la enfermedad en los
países. También proporciona referencias sobre la
gripe aviar y sobre otras enfermedades susceptibles de
afectar a una población mayor que la habitual o mayor que
la estimada. Sobre los virus responsables de las gripes
también podemos hallar informaciones variadas; más
técnicas o menos. En suma, el aspecto
biologista de la gripe está cubierto, estudiado y
difundido. Otras dimensiones del problema, según lo
planteamos aquí como alteración compleja:
sociobiopsicoecocultural, pueden conocerse si el interesado tiene
claro qué buscar. Indirectamente, o de manera parcelada,
expertos, investigadores y profesionales de diversas disciplinas
y ramas de la ciencia ofrecen opiniones y estudios
complementarios de las implicaciones de la gripe porcina
en el terreno de la economía (por ejemplo, en México),
en el terreno social y en otros. Determinadas posiciones
críticas ponen en circulación representaciones
discursivas sobre las informaciones mediáticas y oficiales
y sobre la situación real (vivida en la calle) de la
afección y su repercusión social. Estos exponen
dudas, desconfianzas y hasta cuestiones como ¿qué
puede esconderse detrás de esta alarma?, o ¿A
quién, o a quiénes, está beneficiando? Los
argumentos de tales posiciones, sin pruebas
tangibles que los sostengan, se convierten en conjeturas y en
más elementos culturales colaterales a sumar a la gran
cantidad de comunicaciones (espontáneas/intencionadas) que
circulan por la sociedad internacional y en especial por la
sociedad mexicana, ejemplo de país especialmente tocado
por el problema (entendemos problema no sólo como
enfermedad sino como repercusión amplia del mismo a nivel
económico, laboral, social, cultural, comercial,
etc.).

Mis informantes locales (mexicanos), profesionales de la
salud y usuarios de la sociedad mestiza (urbana) y de algunas
etnias, me han expresado: desconcierto, percepción
de hermetismo oficial, decepción oficial, dudas, recelos,
desconfianza, sensación de ser manejados, sensación
de ser objeto de intereses y malas intenciones sobre
México a nivel internacional; también:
tranquilidad, visión sosegada del problema, esperanza, a
la vez que incredulidad respecto a las noticias de los medios
(tv, prensa, radio),
percepción de que sobre los pobres siempre recaen los
males mayores, percepción de diferencias importantes a
nivel de narración de la situación con sus vecinos
del Norte, etc.

En el sitio oficial de la OMS
(http://www.who.int/csr/don/2009_05_29/en/index.html), la
actualización de la información sobre afectados y
muertos por el virus Influenza A(H1N1), correspondiente al
día 29 de mayo de 2009 señala a Canadá con
1118 casos y dos muertes; México con 4910 casos y 85
muertes; y Estados Unidos
con 7927 casos y 11 muertes. Resulta curioso que en muchas
informaciones difundidas en países europeos, como por
ejemplo España, se
haya hablado especialmente de México, o se centren los
informadores en México. ¿Por el número de
muertos a causa de dicha gripe? Miremos los datos:
Estados Unidos cuenta con un considerable mayor número de
casos, aunque con menos muertes. Algunos de mis informantes se
quejan de la "discriminación mediática" y de
"dirigir-desviar" hacia México la mirada internacional. Se
preguntan, ¿Por qué será?

Desde nuestra posición antropológica,
apoyada por las opiniones de los informantes locales,
consideramos que, en el caso de México, las
características de alejamiento de muchas personas (de
centros de atención digamos oficial), las condiciones de
pobreza de otras, la difícil o imposible nutrición equilibrada
de muchas; y en general la falta de medios y de higiene de una
gran parte, les dispone físicamente (escudo defensivo
bajo) a poder contraer y padecer más enfermedades que
quienes pueden alimentarse equilibradamente, sin carencias, y
vivir una vida menos estresada y cansada (con mejores lugares de
habitación, relaciones humanas satisfactorias, vestidos
adecuados, condiciones de higiene beneficiosas o normales, acceso
rápido a la asistencia, etc.). La sociedad global,
personificada principalmente en las áreas urbanas, ha
atraído y sigue atrayendo diariamente a muchos miembros de
las etnias que intentan buscarse un futuro entre el asfalto, el
hormigón, el metal y el brillo de los cristales y las
luces de las ciudades. Lejos de los puertos seguros de sus
tradiciones locales, muchos pierden el rumbo de sus vidas
convirtiéndose en marionetas de las circunstancias y en
buques a la deriva en medio de un mar-mundo agitado que no les
acepta. Estos miles de personas van perdiendo la luz de la
esperanza, convirtiéndose en candidatos a contraer no
sólo la gripe porcina o la aviar sino
cualquier otra enfermedad que se convertirá en enfermedad
del cuerpo y también del alma, tocando
toda la persona; por tanto, su dimensión
sociobiopsicoecocultural. En el caso de afectados de clases
acomodadas, también la gripe porcina es una
enfermedad sociobiopsicoecocultural, vista desde nuestra
perspectiva de antropología médica. Pero las
posibilidades de salir antes y mejor de los problemas, o de
determinados problemas, van paralelas al nivel de vida, a la
posición económica y a las disponibilidades de
asistencia especializada de las personas (diagnóstico
precoz, atención inmediata, etc.).

En todo caso, el objetivo de
nuestro artículo era reflexionar un poco sobre la llamada
gripe porcina, a más niveles que al puramente
biologista y mostrar ópticas no convencionales de
aproximación comprensiva y de atención.

Desde la antropología aplicada a la salud
(antropología médica, antropología
clínica), consideramos todas las alteraciones de las
personas: alteraciones complejas (sociobiopsicoecocultorales),
necesitando incluirse en planes de atención
homólogos, concediendo más importancia,
según los casos, a unas atenciones que a otras. En el caso
de la gripe porcina, es evidente que un estudio
biologista se impone, así como el uso de remedios
convencionales. Pero también sería bueno que en los
planes de atención figurasen ópticas no
convencionales (naturalistas, tradicionales, socioculturales); o
al menos que se tuvieran en cuenta los asientos socioculturales
de aquéllos a quienes se ha de atender desde posiciones
terapéuticas diferentes a las de sus contextos originarios
o a las de sus grupos familiares, de creencias o
sociales.

Por ejemplo, aportar antibióticos a una
población aquejada por infecciones bacterianas está
muy bien; pero quedarse sólo en eso es, o puede ser,
entendido por miembros de los propios grupos originarios como un
acto de "neocolonialismo" más: el "neocolonialismo
salvador" de muchas ONG´s o
de departamentos gubernamentales o instituciones internacionales
que, en la práctica, imponen el sistema terapéutico
occidental convencional a cuyo lado marchan triunfantes las
compañías multinacionales farmacéuticas. Es
la idea de algunas gentes de etnias mesoamericanas que han tenido
no buenas experiencias al respecto. Idea que, en su
mayoría, comparto. Miembros de grupos indígenas me
han confesado el miedo a la biopiratería y a la
explotación con fines terapéuticos de sus espacios
tradicionales por empresas
trasnacionales. Los medicamentos de patente pueden ser
útiles y necesarios (unos más que otros). Pero,
¿hay que usarlos e imponerlos forzosamente y en todas las
ocasiones en sustitución del temazcal, del té de
hierbas, de la sobada o de la limpia? ¿Hemos de olvidar en
Europa las sabias
enseñanzas de nuestros abuelos respecto a una
terapéutica doméstica práctica y útil
para problemas sencillos y situaciones cotidianas de malestar no
graves? ¿Todo ha de pasar por el estricto control y por la
visión del sistema y los profesionales de la medicina
alopática, convencional occidental? Resumiré las
respuestas diciendo que no, que no debería ser así;
que una sociedad abierta y progresista valora lo bueno del pasado
y lo conjuga y articula con lo bueno del presente, que la
interculturalidad en salud es el verdadero futuro. Lo
demás, es la imposición de un sistema que,
beneficiando relativamente (unas veces sí, otras no) a la
generalidad complementando la atención, beneficia
aún mucho más a unos cuantos a nivel
económico.

Como antropólogos no podemos defender que se
imponga un sistema, o unos sistemas, sobre otros, de manera
unilateral, sólo porque la sociedad (y la cultura) que
domina en el mundo es la occidental convencional, ahora, sociedad
global. Todos los pueblos del planeta han desarrollado modos y
procedimientos propios para atender los problemas de salud de sus
poblaciones. La ciencia sólo es un logro cultural
más, alcanzado en Europa, siguiendo su línea
natural de progreso. El resto de las sociedades del planeta que
no han tenido los previos históricos y culturales de
Europa, no los van a tener y no tienen por qué tenerlos.
Han tenido y seguirán teniendo, cada una, los suyos, sus
líneas individuales de progreso, diferentes las unas de
las otras. El temazcal mexicano, por ejemplo, fue, y sigue
siendo, un medio de prevención y cura de gentes de las
etnias estupendo. Pero no sólo vale para cuidar y limpiar
el cuerpo sino también otros niveles de constitución de la persona definidos
algunos de ellos en el mundo de creencias y en el simbolismo de
esas sociedades (Aparicio, 2008). Los antibióticos son
maravillosos y necesarios. Salvan vidas continuamente. Pero a su
lado también existen medios y remedios (naturalistas,
tradicionales, culturales-simbólicos) que, como el
temazcal mesoamericano, no sólo pueden ser, sino que
son, perfectamente válidos apoyando la confianza de
muchas gentes que los conocen-usan, y reforzando las capacidades
de "autoempuje" hacia la recuperación del
bienestar.

La "batalla" contra las "enfermedades" ha de librarse en
los laboratorios de investigación biológica y
farmacológica, en el cuerpo individual de las personas, en
el cuerpo social, en el traspaso de saberes antiguos sobre
utilidades terapéuticas de plantas, minerales y espacios;
en las escuelas, en los medios de
comunicación, en la calle, en las familias, en la
economía, en la política, en las
religiones y
creencias…, teniendo muy en cuenta los "duplicados
discursivos" de los males y sus consecuencias-efectos sobre la
persona individualmente y sobre los grupos. Ya sabemos aquello
de: "A río revuelto, ganancia de pescadores". Cuidado,
pues.

El trabajo en investigación biológica es
fundamental; pero sin olvidar que se es, o se padece, no
sólo lo que los otros (especialistas y no especialistas)
ven en nosotros sino lo que nosotros mismos expresamos sobre
nuestro bienestar/malestar, procedente de nuestra experiencia de
vivirlo o sufrirlo (gripe porcina o cualquier otro
problema).

AGRADECIMIENTO.

Un agradecimiento especial a las personas (profesionales
de la salud y usuarios) de México y España que han
colaborado aportando informaciones además de sus opiniones
y experiencias para la realización de este
artículo.

Bibliografía

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Etnomedicina en Mesoamérica
. Trafford.
Alberta.

Bach, E. 1999. La curación por las
flores
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Conghuo, T. (comp.). 1997. 101 enfermedades tratadas
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Firshein, E. 2000. La revolución
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. Edaf. Madrid.

Hahn, R. 1995. Sickness and Healing, an
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Holford, P. 1997. La biblia de la nutrición
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Horvilleur, A. 2000. Guía familiar de la
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Kleinman, A. 1980. Patiens and Healers in the
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. University of California Press.
London.

Instituto de Medicina Tradicional China de Yunán.
1997. Medicina Interna. Fundación Europea de
Medicina Tradicional China. Barcelona.

http://www.who.int/es/

 

 

 

 

 

 

Autor:

Dr. Alfonso Julio Aparicio
Mena

Dr. en Antropología de Iberoamérica; P.Dr.
en medicina tradicional china. Docente y profesional de la salud
natural. Miembro del IIACyL, Instituto Investigaciones
antropológicas de Castilla y León y de AGIR,
Associaçao para a Investigação e
Desenvolvimento Sócio-Cultural (Portugal).

Partes: 1, 2
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