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Análisis de la obra "El Fausto" de Goethe (página 2)




Enviado por Mario Denis Grasso



Partes: 1, 2

Reconocido generalmente como uno de los más grandes y
versátiles escritores y pensadores europeos de los tiempos
modernos, Johann Wolfgang Von Goethe, nacido el 28 de Agosto
de 1749
, y muerto el 22 de Marzo de 1832,
influenció profundamente el crecimiento del
romanticismo literario.

Mejor conocido por su poesía
lírica, por la gran influencia de sus novelas, y
particularmente por su poema dramático
Fausto (Parte 1, 1808; Parte 2, 1832), Goethe
también hizo importantes contribuciones a la Biología, Historia y la Filosofía de la
Ciencia.

Por diez años fue una figura política de liderazgo, un
agudo observador de las grandes revoluciones sociales e intelectuales
de finales del siglo XVIII y uno de los primeros pensadores en
explorar las implicaciones de la Revolución
Industrial.

Goethe es, sin embargo, un individuo
sensible y delicado que luchó a través de un amplio
rango de crisis humanas
y dejó un record crítico de esa experiencia.

  • La Vida de Goethe

"Un hombre de
noble corazón
irá muy lejos,

guiado por la palabra gentil de una mujer"
Goethe

Goethe nació en Frankfurt am Main, dentro de una
familia de
clase media.
Su padre, Johann, se retiró de la vida pública y
educó a sus hijos él mismo.

La autobiografía de seis volúmenes de Goethe,
Aus meinem Leben: Dichtung und Warheit (1811-22, traducido como
Memorias de
Goethe, 1824) recuerda sus experiencias como sumamente
caóticas; sin embargo, esto pudo haber sido lo que ayudo a
su mente a realizar sus magníficos trabajos.

A los 16 años, Goethe comenzó sus estudios en la
Universidad de
Leipzig, entonces un centro cultural líder.
Allí escribió sus primeros poemas.

En 1770, en la Universidad de Strasbourg, recibió una
gran influencia de Johann Gottfried Von Herder(6), quien
lo introdujo a los trabajos de Shakespeare.

En 1771, Goethe recibió una Licenciatura en Leyes, en
Strasbourg, y durante los siguientes 4 años
practicó leyes con su padre; escribió dos trabajos
que lo llevaron a la celebridad literaria.

Durante un viaje de 2 años a Italia (1786-88),
Goethe reconoció que era un artista y resolvió
dedicarse el resto de su vida a la escritura. La
decisión no fue muy prometedora al principio: su regreso a
Weimar estuvo seguido por años de enajenación de la sociedad de la
corte.

Muchos de sus amigos se ofendieron porque vivió con la
joven Christiane Vulpius, quien le dio un hijo en 1789. Para
legitimar este niño, Goethe se casó con Christiane,
en 1806.

Goethe pasó mucho de su tiempo cerca
de Jena y desde 1784 hasta 1805 desarrolló un intenso
vínculo con Federico Schiller(7), una unión
que muchos juzgan como una cumbre en letras
Germánicas.

Los poderes creativos de Goethe persistieron a través
de sus años sesenta y setenta, y murió en Weimar a
la edad de 82 años.

___________________________________________________________

(6) Johann Gottfried von Herder:
(1744-1803)Filósofo, teólogo y crítico
literario alemán, cuyos escritos contribuyeron a la
aparición del romanticismo
germánico. Instigador del movimiento
conocido como "Sturm und Drang
" .

(7)Federico Schiller: Johann Christoph
Friedrich Schiller
(1759 – 1805) fue un poeta,
dramaturgo, filósofo e historiador alemán. Se le
considera el dramaturgo más importante de Alemania y es,
junto a Goethe, una de las figuras centrales del clasicismo de
Weimar

  • Goethe: Sus Trabajos e Influencias

"El hombre
más feliz del mundo es aquel

que sepa reconocer los méritos de
los

demás y pueda alegrarse del bien

ajeno como si fuera propio" Goethe

En cuanto a su carrera literaria, Goethe la inició en
el seno de un exasperado Romanticismo, deudor del "Sturm und
Drang", cuya obra más representativa se encargó de
escribir él mismo: Las cuitas del joven
Werther
.

Roma supuso
para él ir arrinconando esa estética en una evolución que le hizo, al cabo, renegar del
Romanticismo e identificarse con el equilibro clásico
grecolatino, lo que puso fin a su tormentosa vida interior. Fue
esa revelación del Clasicismo, la verdadera raíz
con la que podía identificarse la cultura
alemana. "Ahora comprendo el sentido del mármol",
escribirá en una de sus Elegías romanas.

La poesía de Goethe expresa una nueva concepción
de las relaciones de la humanidad con la naturaleza, la
historia y la sociedad; sus dramas y sus novelas reflejan un
profundo conocimiento
de la individualidad humana.

La importancia de la obra de Goethe puede ser juzgada por la
influencia que sus escritos críticos; su vasta
correspondencia, su poesía, sus dramas y sus novelas,
ejercieron sobre los escritores de su época y sobre los
movimientos literarios que él inauguró, y de los
que fue la figura principal.

En sus tempranos 20 años, Goethe adquirió fama
en Alemania con la representación Goetz de
Berlichingen
(escrita en 1771 y publicada en 1773), la cual
despreció el correcionismo, formalismo y cosmopolitismo
literarios. Tomó su inspiración de Shakespeare y
del genio nativo
de Goethe y le dio cuerpo al pensamiento de
su primer amigo y guía, Herder.

Poco después, Goethe se volvió famoso en toda
Europa, con una
novela
sentimental e individualista, al estilo de Jean Jacques
Rousseau(8
), Los Males del Joven
Werther
(1774)

Durante sus primeros diez años en Weimar, Goethe no
publicó nada de importancia, aunque coleccionó
muchos de sus trabajos previos en el Goethes Schriften
(Escritos de Goethe. 1787-90) de ocho volúmenes.

La altamente lírica Bildungsroman (novela
desarrollista) en la que Goethe trabajó mucha parte de su
vida, Wilhelm Mestier's Apprenticeship (1795), fue una
decepción para los admiradores de Werther, pero fue
elogiada y emulada por la siguiente generación de
escritores románticos alemanes, y aún
continuó la influencia de la novela, bien
entrado el siglo XX.

Mayormente celebrado durante su vida como el autor de
Fausto, Goethe también fue conocido por el
satírico Reynard El Zorro (1794) y el poco
épico Herman y Dorothea (1798. Sus así
llamados dramas clásicos, Ifigenia y Tauro
(versión final, 1787) y Torcuato Tasso (1790),
fueron muy admirados durante el siglo XIX, como lo fueron las
baladas que escribió en colaboración con
Schiller.

Algunos de sus trabajos maduros se comienzan a apreciar solo
en el siglo XX, incluyendo la segunda parte de Fausto, las
irónicas Afinidades Electivas (1809) y el
profundamente pasional ciclo lírico, Divan de
Este-Oeste
(1819). Otros trabajos, como los sensuales
hexámetros de Elecciones Romanas (1795) y Los
Viajes de
Wilhelm Mestier
(1821), una continuación muy
discursiva de las primeras novelas, están recibiendo
sólo ahora, reconocimiento.

Goethe mismo esperó ser renombrado como un
científico. La Biología ha reconocido su larga
deuda hacia él, especialmente por el concepto de
morfología, el cual es fundamental a la
teoría
de la evolución. Él pensó que su trabajo mas
importante era Zur Farbenlehre (3 volúmenes., 1810,
La Teoría de los Colores de
Goethe
), en el cual intentó desacreditar la ciencia
Newtoniana. Este esfuerzo llevó a Goethe a su
des-reputación con los positivistas del siglo XIX, pero el
énfasis actual en esta percepción
es simpático al punto de vista de Goethe, y el primer
volumen de Zur
Farbenlehre contiene la primera historia comprensiva de la
ciencia.

La cuidadosa atención de Goethe a factores
sociológicos, hicieron de él un importante
precursor de muchos pensadores modernos.

De igual modo, la actual escuela literaria
encuentra en Goethe un primer abogado de los conceptos, como el
Weltliteratur, o literatura comparativa, y
del rol decisivo jugado por el lector, al darle significado al
trabajo literario.

  • Goethe: poeta lírico

Goethe probablemente fue más grande como poeta
lírico, y sus otros trabajos comúnmente toman su
fuerza para el
lirismo.

En la historia de la literatura germánica se le
acredita por dar el tono para movimientos enteros, por introducir
nuevos conceptos, y por influenciar profundamente formas
literarias, como la novela.

Actualmente se le admira particularmente por el humor e
ironía de sus trabajos como Fausto y Wilhelm
Meister
, el cual fue, por mucho tiempo, considerado como
serio.

Para Goethe, Poesía y Ciencia pertenecen a un mismo
cuerpo.

"El Fausto" de Goethe

Capítulo II

La
obra

El Fausto de Goethe

Monografias.com

Introducción

  • ¿Quién fue Fausto?

La historia del Dr. Fausto (un sabio que vende su alma al Diablo
a cambio de la
juventud
perdida) es mundialmente conocida por el célebre poema
dramático de Johann Wolfgang von Goethe (1749
– 1832). En el libro, el
antagonismo entre el saber y la vida está planteado con
una profundidad que trasciende la anécdota de Fausto,
preocupado por conquistar el corazón de Margarita.

La leyenda faústica se remonta a la Antigüedad.
Del siglo III es el relato de San Gregorio Nacianceno
sobre Cipriano, famoso encantador de Alejandría, que hizo
pacto con el espíritu infernal para obtener el amor de la
cristiana Justina.

Sin mayores variantes, la historia de Cipriano recaló,
en el siglo IX, en Alemania y fue popularizada por Ado,
arzobispo de Viena
, de la cual sacó, mucho más
tarde, Calderón de la Barca, el tema para su
comedia El mágico prodigioso Pero en la
primera mitad del siglo XVI tomó cuerpo en un personaje
real.

Se trataba de Johann Faustus, profesor en varias
universidades alemanas, quien ganó fama como alquimista y
brujo, y después de una existencia desordenada,
murió trágicamente. En ese momento se
atribuyó su muerte a un
pacto que Fausto había firmado con el Diablo.

  • La vida de Fausto como "mito fundador"

Francois Ribadeau Dumas, en su texto
Historia de la magia, hace un seguimiento de la
vida del "príncipe de los nigromantes", Johannes
Fausto
, autodenominado Georgius Sabellicus Faustus Junior.
Este personaje fue contemporáneo y amigo de los
alquimistas Cornelio Agrippa y de Teofrasto
Paracelso
. Desde muy joven, Johannes se siente atraído
por la magia, ciencia nuevamente en boga durante la Edad
Media.

Surge en él, pues, la fascinación por
Simón el mago, "padre de los
gnósticos", por quien su entusiasmo de juventud le
seguirá durante el resto de su vida. La alquimia, en el
ocultismo, le concedió la independencia
del espíritu y del pensamiento, fortaleciendo su
adhesión al esoterismo y al hermetismo filosófico
de Hermes Trimegisto.

En un primer momento, este personaje fue partidario del
reformismo, junto a Lutero, pero rompe con este
círculo a causa de su extremo y apasionado gusto por la
antigüedad pagana y sus prácticas mágicas.

Numerosos pactos diabólicos son puestos de relieve en las
Demonologías de Juan Wier y Juan
Bodin
.

El pacto fáustico se asemeja a los realizados durante
la edad pagana, que abundan en documentos de la
antigüedad. Se dice que Satanás acudió al
llamado del pactante bajo la forma de un monje franciscano,
mientras que Mefistófeles se presentó mucho
más elegante, a la moda del tiempo,
con espada al cinto.

El pacto con el Diablo del luciferismo de determinadas sectas
y de Heliodoro el Mago, o de Simón el Mago,
procede de los poetas de las sibilas y de los virgilianos
exploradores de Dante.

Es muy probable que Goethe se haya servido del
Gran Grimorio y del Grimorium
Verum
para representar el pacto fáustico. Estos
dos libros, con
certeza, ya eran muy conocidos alrededor del año 1500,
tiempo de la posible vida del doctor Fausto.

En la primera parte del Gran Grimorio se
detalla el rito de evocación del Lucifugo Rofocale, quien
es lugarteniente de Satanás. Este texto se dedica a la
descripción de las diversas fases de
preparación y de la ceremonia. Inclusive la
formulación del Círculo protector está
incluida, así como también cada paso del procedimiento
para configurarlo.

En cuanto al Grimorium Verum, éste es
más rico en los detalles referentes al contrato con el
demonio.

En realidad, el pacto de Fausto era el de Hércules y
Teseo bajando a las regiones infernales; el viaje a los infiernos
de Orfeo, mágicamente llevado por el poder de su
lira. Este pacto, para la alquimia, siguiendo los datos
astronómicos, rememora el descenso del Sol durante el
equinoccio de otoño. Es decir, experimenta una temporal
muerte, ya que baja a las regiones infernales. De igual manera,
simboliza los viajes esotéricos de Baco, Hércules,
Orfeo, Asklepios, quienes bajaban al averno para ascender al
tercer día, como posteriormente hizo
Jesucristo.

Según Widman, el pacto fáustico fue
distinto al narrado por Christopher Marlowe en su drama
Tragical history of Doctor Faustus. Las pautas a
cumplir, a decir de Widman, son las siguientes:

I. Renegar de Dios y de Todo el ejército celestial.

II. Ser el enemigo de todos los hombres.

III. No prestar oído a las
discusiones de los clérigos y de las personas de la
iglesia, y
hacerles todo el mal posible.

IV. No frecuentar las iglesias ni visitarlas, y no acercarse
al Sacramento.

V. Odiar el matrimonio y no
comprometerse con sus ataduras, bajo ningún pretexto.

Fausto firmó aquel acuerdo con su sangre, dejando
el escrito en su mesa de trabajo para que Satanás fuera a
buscarlo. Exigió, como contrapartida, que Satanás
no se apareciera más bajo la forma de monstruo velludo y
cornudo, sino con apariencia humana, como un monje, con la
campanilla en la mano para anunciar su llegada. Así lo
hizo, seguido de la compañía de
Mefistófeles.

Una última precisión acerca del pacto, lo
confiere Las leyendas de
los Países Bajos
o Niederlandische Sagen

de Johann Wilhelm Wold. En este texto se infiere que
durante su estancia en Holanda, Fausto causaba gran
impresión por su erudición y la fabricación
de filtros mágicos, así como también por sus
intentos de búsqueda de la piedra filosofal. Sin embargo,
la crónica refiere que sus ensayos no
fueron concluyentes cuando "el Diablo vino una noche a
ofrecerle sus servicios y
entonces acordó con él un pacto de siete
años."

  • El Fausto (Goethe)

La leyenda de Fausto fue la base para que Goethe
llevara a cabo la creación de su obra dramática,
que tiene como título el apellido del mago.

Goethe explica que tomó la leyenda no para
plasmarla a manera de crónica o testimonio. La
intención fue hacer una obra en la cual se mezcle el
aspecto real y biográfico del ocultista, con la
poesía, es decir, conferirle al texto un grado de
esteticismo, hacerlo fructuoso en el campo literario sin dejar de
lado el aspecto mítico-mágico.

Goethe reconoce que para esta empresa es
necesario seguir el concepto de mímesis
aristotélica. La mímesis consiste en el proceso por el
cual el artista plasma en la obra un modelo similar
a la realidad. Es una imitación, ya que es ésta
quien recoge, organiza y crea una imagen de la
realidad, que será luego reconocida y reconstruida por el
receptor. Compara la conexión entre ambas realidades: la
textual y la real, y es así como reconocerá el
artificio literario.

Sin embargo, la mímesis aristotélica supone
también, en el artista, cierta individualidad. La
mímesis no es completamente reproductiva, desde luego,
para que sea una pieza artística; se necesita de la
originalidad creativa del autor.

No obstante, esta metodología reproductiva no explica con
exactitud la manera en que Goethe reconstruye la figura de
Fausto dentro de la realidad textual. Obviamente, el autor cumple
lo postulado por Aristóteles: produce un modelo
mímico del mago y le agrega elementos y situaciones,
diálogos y secuencias, para realzar la historia y
otorgarle el grado de texto literario.

Tomando como ejemplo el trabajo de
Goethe tenemos, por un lado, que en el horizonte social
del siglo XVI están generándose diversas
ideologías. Una de ellas es la artística, o sea, un
estilo artístico en la Escultura, en la Pintura. Pero
es en la Literatura donde se desarrolla el romanticismo como
corriente literaria.

La leyenda de Fausto está tomando matices generativos.
Esto sucede con Goethe: toma entre las muchas
ideologías, las necesarias para componer su pieza
dramática. Una vez tomadas, las funde con su particular
percepción y concepción literaria, y procede a la
creación de una versión distinta de las que
circulan como oficiales dentro del núcleo social.

Así, Goethe refracta al hombre junto al mito, su vida
y destino, dentro de otro mundo: el textual.

En esta versión goethiana del mito fáustico,
podemos observar que, como artificio, predomina la fusión
de los tiempos; exactamente, del pasado con el presente. De igual
manera, separa el tiempo del suceso, del lugar concreto donde
tuvo lugar. Por ejemplo: la Noche de Walpurgis, en la que se
refiere el lugar concreto pero no la fecha exacta.

En otros casos, Goethe ante todo busca, y encuentra un
movimiento visible del tiempo histórico, inseparable del
ambiente
natural y todo el conjunto de objetos creados por el hombre y
relacionados con el ambiente natural.

A lo largo de la leyenda vemos que Fausto no necesita de
Mefistófeles para realizar sus evocaciones a
espíritus o a personajes del otro mundo. Tampoco para sus
hechizos o sortilegios varios, ni mucho menos para la
elaboración de filtros mágicos o sus tareas
alquímicas.

Mefistófeles sirve al mago como transporte o
como protector. En Fausto, la figura de
Mefistófeles es el nexo entre el deseo y la
satisfacción. Por ende, no desarrolla su presencia, una
mera herramienta utilitaria; por el contrario,
Mefistófeles cumple los diversos deseos
produciéndole placer y regocijo, justificando los
beneficios del pacto.

El ejemplo central del deseo es la posesión de
Margarita y de su amor.
Además de esta función,
el demonio cumple otras, aunque sean accesorias y complementarias
de la primera. Entre estas, destacan la adoctrinación del
mago. Recordemos los consejos a lo largo del texto, los filtros
que le concede, y la explicación de los fenómenos
que ocurren durante la Noche de Walpurgis. Es en esta escena en
donde los dones aleccionadores se aprecian con mayor claridad: Le
explica con detalle los ritos de las brujas, sortilegios
diversos; lo previene de la medusa, etc. Inclusive le detalla el
papel que cumple y las restricciones a las que se ve sujeto, al
momento de rescatar a Margarita:

"Te acompañaré allí, que es todo
cuanto puedo hacer, pues bien sabes que ni en el cielo ni en
la tierra soy
omnipotente. Turbaré la razón del carcelero, para
que te apoderes de las llaves; pero debo advertirte que
sólo una mano humana puede liberarla. Yo vigilaré;
tendré los caballos encantados a punto, y os sacaré
de allí. Es todo lo que puedo hacer"

El momento del pacto ha sido retratado con más
fidelidad que la figura de Mefistófeles:

"Fausto – (…) ¿qué quieres de
mí, maligno espíritu: bronce, mármol,
pergamino o papel? También dejo a tu elección el si
debo escribirlo con un estilo, un buril o una pluma"

"Mefistófeles – ¡Cuánta
palabrería! ¿Por qué te has de exaltar de
este modo? Basta un pedazo de papel cualquiera con tal que lo
escribas con una gota de sangre"

"Fausto – Si así lo quieres…"

"Mefistófeles – La sangre es un fluido muy
especial"

Este pequeño diálogo
toma en cuenta el principal elemento del pacto: la sangre. Si
bien es cierto, no se pone de manifiesto ninguna de las
exigencias que un pacto satánico requiere. Sin embargo,
posteriormente se entenderá que el propósito del
pacto es la posesión del cuerpo y alma del mago.

En la leyenda, Mefistófeles se presenta ante Fausto
junto con Satanás, mientras que en el texto no media
Satanás entre el doctor y el demonio. La
desaparición de Satanás obedece a la
intención de dar a Mefistófeles mayor
participación e independencia a lo largo de la obra, quien
únicamente se ve sujeto a las órdenes del mago
porque así lo estipula el acuerdo.

Otra de las variaciones, es la ausencia de Helena como mujer
del doctor; aunque en la Segunda Parte su presencia sea
importantísima, y la del hijo de ambos: Justus
Faustus.

También la presencia de Margarita, quien es una
doncella inocente y bella, perteneciente no a la alta clase
social, sino lo contrario. Su imagen se emparienta con la mujer
bucólica, acentuando el matiz de pureza y castidad que
desborda su timidez. Es ella el objeto de deseo por el cual
Fausto entrega su alma a Mefistófeles.

Toda la Primera parte está plagada de ejemplos que
evidencian su obsesión amorosa, aunque Goethe no
manifieste el aspecto sexual de su personaje, quien es una
construcción de tendencia asexual.

Más bien el deseo por Margarita es un deseo placentero
y de contemplación. La veneración es evidente pues
Fausto cosifica a su doncella, siéndole principalmente
placentera su posesión que su compenetración vital.
La salvación de Margarita obedece a que no acepta perder
el motivo mismo de su perdición, pues necesita justificar
tal hecho.

Lo que ocurre con Cristóbal Wagner, es distinto. En el
relato mítico, Wagner cumple una función
importantísima: la documentación e información de la vida de su maestro por
vía oral. Este recurso incrementa la leyenda, en el
sentido en que no se sabe en qué punto dejan de ser
verídicas las vivencias, y pasan a retratar una figura
fantástica y legendaria. En Fausto, la
única funcionalidad que desempeña es la de ayudante
de laboratorio.
No participa en ningún momento de las acciones, una
vez introducido el personaje Mefistófeles.

Wagner deja de ser el confidente, el consejero moral, y cede
el lugar a Mefistófeles. De esta manera, aquél
desaparece del todo dejándole la posta de servidumbre al
mencionado demonio, quien tiene el poder para satisfacer por
completo a su amo.

La figura del protagonista es también reconstruida de
modo diferente a lo que narran las crónicas. En ellas
Fausto es un ser sumamente poderoso, independiente, muchas veces
de Mefistófeles y hasta del mismo Lucifer. Conocedor y
erudito de las ciencias
ocultas, es capaz de preparar sus propios filtros, embrujos y
encantamientos. No necesita de nadie para traer de vuelta a
espíritus o muertos.

Inclusive, éstos mismos le son obedientes. Hay que
recordar que mantuvo una relación amorosa con Helena de
Troya, con quien se casó, según la leyenda.

En cambio, en el relato de Goethe, este mismo personaje se ve
endeble anímicamente, desprotegido, indefenso; no es
autosuficiente, por lo tanto pertenece al común de los
mortales. Para integrarse dentro de la representación de
mundo reproducida en el texto, Fausto necesita de
Mefistófeles, de su poder, sus consejos, su astucia, ya
que es la fuente que satisface cada deseo del protagonista.

Finalmente, dentro de todo el Primer Acto sólo hay una
acción
que es tomada casi literalmente, sólo que con
pequeñas modificaciones: la escena en el relato
mítico se desarrolla en la ciudad Erfurt, en la casa
llamada "El Áncora"; la escena en Fausto se lleva a cabo
en una taberna de Auerbach, en Leipzig.

Como es de suponerse, si en el original fue Fausto quien
zanjó la mesa, y de ella brotó el vino, en el drama
fue Mefistófeles quien lo hizo; y no para deleitar a los
presentes sino para embromarlos. El juego
consistía en que los que tomaran el vino, no dejasen caer
ni una gota del líquido al suelo. Uno de
ellos deja caer un poco y al instante se ve ardiendo por toda la
posada.

Luego Fausto y su compañero desaparecen del lugar, y
los embromados descubren que todo fue un hechizo, una
ilusión, ya que no hubo heridos ni quemados.

El Fausto "Antiguo"

  • "FAUSTO" Adaptación al Cine
    por

F. W. Murnau (1926)

No solo de la monumental obra de Goethe se nutre esta
versión fílmica, sino de Christopher Marlowe
y de piezas del folklore
alemán.

El viejo Fausto (Gosta Ekman) vende su alma al Diablo
(Emil Jannings, de soberbia expresividad, en una interpretación antológica) a cambio
de juventud y placeres carnales.

Fausto recorre distintos lugares y se cansa de todo y de
todos. Hasta que se enamora de la bella Margarita (Camilla
Horn
) a quien, sin embargo, le acarrea la tragedia de perder
a su madre y hermano.

El director F.W. Murnau consigue, desde los primeros
fotogramas hasta el fin, una obra maestra
absoluta
, con la particularidad que cada escena, tomada
por separado, tiene un valor
artístico tan alto como la obra completa.

Desde la fotografía
al diseño
artístico, pasando por el montaje, las actuaciones, la
manera de plantear la historia (como una apuesta entre un
ángel y el diablo) y hasta el propio celuloide en que fue
impresionada la película, todos los elementos se unen en
un summun armónico, que podríamos interpretar como
un sueño hecho realidad, o más bien, una
realidad hecha fantasía
.

Si es posible concebir la visualización de una
fantasía más allá de la imaginación y
la mente del Ser Humano, ésta se vería como el
Fausto de Murnau, uno de los puntos
más altos del cine
alemán mudo, que sin embargo, no obtuvo el menor éxito
en su momento, a pesar que la inversión fuese mayúscula.

La extrema meticulosidad de Murnau hizo que la
preparación de Fausto se alargase durante
dos años, a los que se agregaron nueve meses de
rodaje.

El hecho de que el realizador pensó en Lillian
Gish
como protagonista principal, y su imposibilidad para
contratarla, le llevaron a una larga búsqueda hasta que
encontró a la joven Camilla Horn, a pesar de que el
rodaje ya había comenzado.

Pero el gran desafío fue la compleja concepción
visual de la película, que supuso un amplio despliegue de
decorados, maquetas y efectos especiales, para los que el
director alemán contó de nuevo con Robert
Herith
y Walter Röhrig, los escenógrafos de
El último y Tartufo
—además, el segundo fue uno de los decoradores de
El gabinete del doctor Caligari (Robert
Wiene
, 1919)—.

La paciencia del equipo técnico resistió
interminables sesiones, donde una misma toma se repetía
innumerables veces hasta lograr el resultado deseado; y
aún más si ésta iba acompañada de
efectos visuales.

Para estructurar sus escenas, no solo recurre a los
grandes maestros del arte
(en
Fausto hay referencias a Caspar David
Fiedrich
, Rembrandt, Alfred Kubin o Arnold
Böcklin
, entre otros), sino a las estrategias
estéticas de la propia pintura:

  • las composiciones en diagonal que a veces recalca con
    picados y contrapicados (por ejemplo, el encuentro entre el
    Arcángel y Mefisto)

  • el uso de líneas oblicuas que fugan hacia el
    horizonte para transmitir una mayor perspectiva a las
    escenas.

  • la disposición y combinación dentro de un
    espacio de elementos o grupos humanos que equilibran el
    encuadre a la vez que dan una mayor profundidad.

  • la utilización de polos opuestos para enfatizar
    secuencias y personajes, es decir, el blanco y negro o la luz
    y la sombra: la esbelta figura del Arcángel, blanco,
    luminoso, frente al deforme Diablo, negro y oscuro. Si con
    esa apariencia Mefisto adquiere un tono amenazante,
    más adelante, con Fausto rejuvenecido, se
    convertirá en una grotesca y maléfica
    figura.

El Fausto "Moderno"

  • "FAUSTO 5.0" Adaptación al Cine
    por

Isidro Ortiz(*) y La Fura dels Baus(**)
(2001)

  • Dirección: Isidro Ortiz y La
    Fura dels Baus (Alex Ollé y Carlos Padrissa)

  • País: España

  • Año: 2001

  • Duración: 90 min.

  • Interpretación: Miguel
    Ángel Solá (Fausto), Eduard Fernández
    (Santos), Najwa Nimri (Julia), Raquel González
    (Margarita), Juan Fernández (Quiroga), Irene
    Montalá (Marta), Pep Molina (Bielsa), Cristina Piaget,
    Carme Contreras, Keke, Teresa Manresa, Óscar
    Borrás

  • Guión: Fernando León de
    Aranoa

  • Producción: Ramón Vidal
    y Eduardo Campoy

  • Música: Josep Mº Sanou y
    Toni M. Mir

  • Fotografía: Pedro del Rey

  • Montaje: Manel J. Frasquiel

  • Diseño de producción:
    Chu Uroz

  • Dirección artística: Leo
    Casamitjana

  • Vestuario: Antonia Marqué

(*)Isidro Ortiz: Isidro
Ortiz (46)
Director de cine y realizador de televisión español.
En 1981 se incorporó a los Servicios Informativos de RTVE.
Más tarde se hizo con la realización del programa Lo
más plus de Canal plus ganando el Premio Laus de Oro en 1990.En
la Expo 92 fue el encargado del diseño y la
realización del evento sevillano.. El 18 de julio de 2008
se estrenó su película Eskalofrío, thriller
rural.

Argumento:

El doctor Fausto es un hombre cuya vida se desmorona.

Especialista en el campo de la medicina
terminal, toda su vida se desarrolla entre pacientes al borde de
la muerte.
Él mismo, encerrado en un trabajo rutinario y desalmado,
se está convirtiendo en un cadáver. Fausto es un
hombre sin sueños, más cerca de la muerte que de la
vida.

El único contacto que el doctor tiene con la realidad
es Julia, su ayudante; ella será quien perciba los cambios
que experimenta Fausto, hasta verse involucrada, sin saberlo, en
el juego de los deseos.

En una ciudad enferma y desgastada, reflejo de la decadencia
reinante, se celebra una convención sobre medicina
terminal.

Hasta allí se traslada el Doctor Fausto. Al llegar, en
la estación tropieza con Santos Vella, un hombre que
afirma haber sido paciente suyo. Lo que Santos le dice, asombra y
asusta a Fausto: cuenta haberle desahuciado ocho años
atrás.

"¿Cómo ha hecho para vivir?" pregunta
Fausto. "Alejándome de los hospitales", responde
Santos, quien le habla con la confianza de un viejo amigo
bromista (sus gestos, de tan seguros, son
hasta groseros)

Comienza entonces este viaje por un túnel del que
Fausto no saldrá con el mismo rostro. Santos será,
primero, una sombra molesta, un tipo charlatán y arrogante
que se inmiscuye sin contemplaciones en la vida del doctor.

Luego, un guía con dotes de prestidigitador, empecinado
en confrontar a Fausto con lugares nada transitados de su
vida.

Santos le hace entonces la mejor de las propuestas:
convertir cualquiera de sus deseos en realidad.
De hecho, antes incluso de que el doctor pueda sospecharlo, ya lo
está haciendo y le está proporcionando una urgencia
que Fausto tenía olvidada: la del sexo.

Pero lo que parece el regalo de un sueño
será, en realidad, la peor de las pesadillas. ¿Son
buenos todos nuestros deseos? Fausto puede llegar a pensar que
sí; Santos le desengaña: Hay deseos que
dibujan carreteras hacia el infierno.

(**)La Fura dels Baus es un grupo de
teatro
español. Creado en Barcelona en 1979, por
Marcel·lí Antúnez
Roca, Quico Palomar, Carles Padrissa y Pere Tantinyà,
desde 1984 se define como un grupo de teatro urbano que busca un
espacio escénico distinto del tradicional.

 

 

 

Autor:

Mario Denis Grasso

Partes: 1, 2
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