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Instituciones y mercados en un mundo dinámico (página 2)




Enviado por Vladimir Isaza



Partes: 1, 2

a. Comportamientos (y sus resultados) que no pueden
ser adecuadamente representados por la simple y universal
racionalidad de el homo oeconomicus postulada por la
predominante teoría
económica.

  • b. Los mercados y los procesos
    económicos que suceden dentro de éstos son en
    sí mismos configuraciones institucionales
    específicas a periodos históricos, culturas,
    países, etc.

  • c. Existen combinaciones particulares entre
    instituciones lato sensu[3]y procesos
    de mercado los cuales eficientemente "empatan" o "casan" en
    términos de algunos (pero más probablemente no
    todos) criterios de rendimiento.

  • d. Las variables de no-mercado (incluidas, por
    supuesto, políticas en sentido estricto) son un rasgo
    permanente de la constitución del sistema
    económico y parte esencial de la forma como la maquina
    económica es "ajustada" y evoluciona.

La innovación, cambio, y la
transformación representan casi un experimento crucial
para la relativa suficiencia de los enfoques "reduccionistas" y
"no reduccionistas". Por ejemplo, ¿Es el marco imperante o
predominante del pensamiento
económico capaz de considerar los procesos de
innovación
tecnológica? ¿Podemos elaborar proposiciones no
triviales, sobre ambos niveles positivo y normativo, con respecto
al rol y el efecto de las políticas
en relación con el cambio económico? ¿Que
representa el hecho de que diferentes países muestren
sistemáticamente diferentes capacidades de innovar y de
explotar económicamente estas innovaciones?

A modo de introducción, considere dos bastante bien
conocidos ejemplos contra los cuales los logros y las
limitaciones de las aproximaciones "reduccionistas" y "no
reduccionistas" pueden ser evaluados. Para ilustrar, considere
uno de las más famosas explicaciones de las diferencias en
los registros de
crecimiento de las economías desarrolladas, a saber los
llamados "Ejercicios de medición del
crecimiento"[4]. Para este propósito, se
usan todas las variables
estrictamente consistentes con el modelo
económico "apropiado" (las dotaciones iníciales de
cada economía y su cambio a través del
tiempo),
algunas variables las cuales en el modelo teórico
podrían ser consideradas "imperfecciones"
(economías de escala, etc.) y
algunas variables espurias las cuales pueden ser acomodadas
dentro de la economía con algún malestar
considerable (la "dotación de educación", etc.).
Acá, se puede ver el programa
reduccionista en su mejor forma: parafraseando a Kindleberger, se
intenta explicar el grado en el cual el más alto grado de
eficiencia de
la "dotación" École politechnique en Francia
compensa las más bajas dotaciones de "capital" o
"competencia de
servicio
civil". A pesar de todo, uno queda con gran residuo sin
explicación, algunas veces llamado "cambio
técnico". En realidad, las preguntas empiezan a salir una
vez quedan aspectos sin responder: ¿Por qué el
decepcionante desempeño de la economía
británica o el impresionante crecimiento japonés?
¿Por qué Italia no se
convirtió en otro Japón?
¿Está el desempeño tecnológico y
económico de Estados Unidos
volviéndose débil? Y así
sucesivamente.

El segundo ejemplo, incluso más fundamental y
cercano a las preocupaciones de este articulo, se refiere al
cambio técnico. Es bien reconocido en la literatura económica
que la existencia misma de la innovación requiere
una "falla de mercado" en el
sentido estático de distribución: en mercados
descentralizados, el incentivo para innovar necesita alguna
clase de
asimetría de información y beneficios superiores a lo
normal.

Indudablemente, en la historia del pensamiento
económico, existen intentos "heréticos" de
investigar el fenómeno de la innovación y el cambio
como características centrales de los sistemas
económicos modernos- Schumpeter notablemente en 1961 y
1975- y en la economía contemporánea- Nelson y
Winter en 1982.

Sin embargo, en una curiosa paradoja, la mayoría
de los análisis de política sigue basado
en un criterio teórico – las propiedades de
eficiencia de los procesos descentralizados de
distribución bajo condiciones estacionarias muy especiales
y generales- el cual parece sorprendentemente inapropiado para
tratar con un proceso
innatamente dinámico como lo es el cambio técnico a
través del tiempo y los países.

En lo que sigue, sugeriremos algunas proposiciones sobre
la relación entre cambio técnico y procesos de
mercado (Sección II) y exploraremos el rol de las
políticas e instituciones
en economías cerradas y abiertas bajo todas aquellas
circunstancias, cuando el cambio y la transformación son
características permanentes y fundamentales del sistema
(Sección III).

Siete
proposiciones sobre el cambio técnico, mercados e
instituciones

Proposición 1

Construyendo sobre los trabajos acerca del cambio
técnico, como otros, de Freeman (1974); Nelson y Winter
(1977); Nelson (1982); y Rosenberg (1976), hemos intentado
mostrar en otro lugar que el proceso del cambio
tecnológico es una actividad caracterizada parcialmente
por el
conocimiento tácito y heurística muy selectiva.
El progreso técnico procede generalmente a lo largo de
"trayectorias" muy precisas, unidas por mayores discontinuidades
asociadas con el surgimiento de unos nuevos "paradigmas
tecnológicos". Siempre que surgen nuevos paradigmas, la
tecnología
material, las tareas relevantes las cuales se supone que deben
cumplirse, la heurística ("a donde ir" y "a donde no ir"),
las habilidades de conocimiento
requeridas, las dimensiones relevantes del "progreso"; todo
cambia contextualmente.

La tecnología, lejos de ser un bien gratuito,
involucra un aspecto de aprendizaje
fundamental, caracterizado- siguiendo
a Nelson y Winter
(1982)-por distintos grados de acumulatividad, oportunidad y
apropiabilidad.
Esta es nuestra primera proposición.
La apropiabilidad y la acumulatividad del cambio técnico
están afectadas por los grados de conocimientos
implícitos
[5]y los grados de
comprensión formal de cada tecnología (ver
Nelson y Winter, 1982). En la medida en que la tecnología
sea más tácita (Ej. Involucra capacidades
idiosincrásicas, la habilidades basadas en la experiencia
para diseñar maquinas para condiciones particulares,
etc.), más alta será la dificultad en transmitirla
en forma de planos o incluso de imitarla sin un doloroso proceso
de aprendizaje informal. (Para una discusión de la
subrayada teoría de producción, ver Winter, 1982). Una
implicación es que, en cualquier punto en el tiempo,
diferentes compañías y países son más
propensos a ser caracterizados mediante varios coeficientes
técnicos y tecnologías de producto.
Estas diferencias esencialmente no se relacionan con diferentes
combinaciones de factores a lo largo de una única función de
producción, sino con adecuadas brechas/liderazgos
tecnológicos en relación con una trayectoria dada
de progreso tecnológico. En otro trabajo (Dosi,
1988), discutimos alguna evidencia empírica sobre el tema:
incluso dentro del grupo de
países de la OCDE, el caso general es: (i) Brechas
internacionales relativamente amplias en la productividad del
trabajo y las capacidades innovativas, y (ii) La ausencia de
cualquier relación significativa entre esas brechas y las
diferencias internacionales en las proporciones de
capital/producto. Es decir que las diferencias en los
coeficientes de inversión[6]generalmente
representan distintas técnicas
las cuales pueden ser a menudo de forma inequívoca,
clasificadas independientemente de los precios
relativos. El proceso de desarrollo
está estrictamente asociado con las difusiones inter e
intra nacionales de unas técnicas "superiores" (Ver
Nelson, 1968). En consecuencia, a cada punto en el tiempo,
existe, en general, uno o muy pocas técnicas de
producción de "mejor practica" las cuales corresponden a
la "frontera
tecnológica". De una manera asociada, la descripción de la estructura de
producción en el corto plazo, mediante coeficientes
fijos[7]es una aproximación razonable a las
propiedades de irreversibilidad de los procesos económicos
evolutivos que ocurren en tiempo real.

Proposición 2

Una implicación fundamental de tal visión
del cambio técnico y tecnológico es que existen
extensas asimetrías en las capacidades
tecnológicas, la eficiencia en la inversión y el desempeño de la
producción entre países y firmas
; estas
asimetrías corresponden a patrones igualmente
irregulares de las señales
económicas que enfrentan los agentes
económicos.
Esta es nuestra segunda
proposición. Las asimetrías en las capacidades son
una consecuencia directa de la idiosincrásica
acumulativa[8]y la naturaleza de
apropiabilidad parcial de los avances
tecnológicos. A medida que sean más
acumulativos los avances tecnológicos a nivel de firma,
mas alta la probabilidad
de "tener éxito
en la formación del éxito[9]Por otra
parte, a mayores oportunidades de progreso técnico,
ceteris paribus, mayores las posibilidades de
relativamente más grandes "brechas tecnológicas"
entre innovadores exitosos y firmas rezagadas. En general, la
evolución a través del tiempo de
estas asimetrías dependerá de las tasas relativas
de innovación y de difusión y, por lo tanto, de los
grados de oportunidad innovativa, acumulatividad y apropiabilidad
la cuales caracterizan cualquier otra tecnología
particular. Notablemente, los casos de libros de
texto
estándar acerca de las industrias
compuestas de firmas tecnológicamente idénticas, es
el caso limitante en el cual la innovación se detiene y
así las dinámicas evolutivas dejan de ser
relevantes.

Estos rasgos del cambio técnico también
determinan la naturaleza de las señales económicas
que enfrentan las firmas, de modo que, por ejemplo, una
oportunidad de alta tecnología asociada con altos grados
de apropiabilidad de la innovación tecnológica,
podría funcionar mejor como poderoso incentivo para
innovar (relacionado esto a los altos beneficios esperados y
cuotas de mercado) para una compañía que esta sobre
o cerca de la frontera tecnológica, y siendo al mismo
tiempo una poderosa señal negativa ( una barrera de
entrada) para una compañía con capacidades
tecnológicas relativamente bajas.

Proposición 3

En un mundo caracterizado por el cambio técnico y
la transformación, los comportamientos de los agentes
están representados más adecuadamente por las
rutinas, estrategias,
meta-reglas y procesos de búsqueda. Es decir que, en
un ambiente que
es complejo, cambiante e incierto, las firmas no adoptan y no
pueden adoptar comportamientos maximizadores (y, en muchas
circunstancias, no se podría encontrar
dinámicamente eficiente intentar hacer eso, incluso si se
pudiera
). Esta es nuestra tercera
proposición.

Por otra parte, los comportamientos no pueden ser
completamente deducidos del solo conocimiento de una meta
egoísta genérica del agente y de la estructura
económica (tomando en cuenta las asimetrías en las
capacidades tecnológicas, la naturaleza de la
tecnología, los patrones de las señales
económicas, etc.).

Un caso especifico pero muy importante se refiere a la
naturaleza del los procesos de ajuste que cada firma emprende en
un ambiente cambiante. A modo de ilustración, tome una firma que produce
cualquier producto particular. Las señales que la firma
recibe, en una síntesis
extrema, son de tres tipos, a saber:

  • (i) Las oportunidades tecnológicas (y
    los beneficios económicos esperados) relacionados con
    el cambio técnico en ese y otros productos.

  • (ii) La tasa de crecimiento de la demanda en
    ese y otros productos.

  • (iii) Los cambios en costos, precios,
    cantidades, ganancias en sus mercados (y también en
    otros mercados).

Estas señales flojamente corresponden a las tres
hipotéticas estrategias de ajuste. El primero se relaciona
con la innovación, imitación y actualización
tecnológica. Vamos a llamarlo el "ajuste Schumpeteriano".
El segundo tiene relación con la búsqueda de las
más prometedoras oportunidades de crecimiento.
Llamémosle el "ajuste de crecimiento". El tercero se
refiere a los cambios de precios/cantidades sobre la base de una
tecnología invariable. Vamos a llamarla –
inapropiadamente- el "ajuste clásico" o "ajuste
Ricardiano".

Claramente, la mayoría de las firmas
escogerán varias combinaciones de todos los tres procesos
de ajuste. Sin embargo, el punto fundamental es que nosotros
tenemos acá alternativas de "salida abierta" (eso es,
alternativas sujetas a decisiones discrecionales) cuyo resultado
no puede ser deducido de un conocimiento del estado del
arte o del
mundo y/o de un principio de racionalidad invariable.

Notablemente, una aproximación maximizadora no
podría llevarnos muy lejos en la explicación de las
alternativas. Incluso si sabemos que una firma cualquiera
escogerá la opción que maximice la integral de sus
beneficios descontados esperados, para un horizonte temporal
dado, el contenido analítico de tal postulado
podría ser prácticamente nulo: la
indeterminación acerca de la manera en cómo se
forman las expectativas tecnológicas y de mercado, y
acerca del horizonte temporal y las preferencias intertemporales,
es otra forma de describir nuestra ignorancia teórica. Una
aproximación más fructífera, desde nuestra
visión, considera las regularidades de comportamiento
(las "rutinas" y "meta-rutinas", a la Nelson y Winter) en
relación con (i) la naturaleza de las señales y
(ii) los bienes
tecnológicos que las firmas poseen (en términos de
capacidades tecnológicas, conocimiento, experiencia, etc.)
los cuales – entre otras cosas- determinan varias
capacidades de "ver" y reaccionar ante cualquier conjunto dado de
señales. Claramente, la estructura de la industria y la
naturaleza de la tecnología restringe el conjunto de
reglas de comportamiento factibles: por ejemplo, los compromisos
de inversión y de I&D estarán limitados por la
habilidad para financiarlos; los ajustes en precios, cantidades y
cuotas de mercado estarán limitados a los requisitos
mínimos de rentabilidad,
etc. Sin embargo, el punto crucial es que , dentro de esas
limitaciones estructurales y tecnológicas, existen varios
espacios para decisiones discrecionales, relacionadas
con la propensión a acumular, a tomar riesgos, a
compensar[10]beneficios presentes por cuotas de
mercado, a comprometer más o menos recursos a la
búsqueda innovativa, a buscar en algunas direcciones y no
en otras, etc.

Esto aplica tanto como para comparaciones
intertemporales dentro del mismo país o, más
aún, a comparaciones entre países. De una manera
puramente anecdótica, el lector es invitado a pensar en
una visión del mundo[11]específica
en el cual se informan las estrategias del empresariado en
algunos de los más exitosos industrializadores
tardíos, como lo fue Alemania en el
último siglo y Japón en éste (Johnson,
1982). Incluso si la naturaleza del contexto económico
puede tomar un largo camino en la explicación de tales
actuaciones, no lo agota. Mas explicaciones institucionales (en
el amplio sentido sociológico, incluyendo los
comportamientos establecidos y los rasgos culturales
fundamentales) son requeridas en el sentido de explicar el
énfasis relativo, en los más exitosos
países, de lo que tiene que ver con los procesos de
"ajuste de crecimiento" y "ajustes schumpeterianos" en
comparación con la simple eficiencia distributiva de corto
plazo. Si esto es así, se debería relacionar a este
nivel socio-institucional de análisis, cualquier adecuada
investigación sobre las declaraciones- las
cuales son parte del conocimiento convencional de los economistas
prácticos- tales como "…el problema con la
industria británica es que es manejada por contadores,
mientras que las firmas alemanas son manejadas por
ingenieros…", etc. O, ciertamente, uno se puede dar cuenta
leyendo un trabajo como el de Dore (Fabrica Británica,
Fabrica Japonesa) en que las diferencias en el desempeño
económico derivadas
distintos contextos institucionales es mucho más grande
que, e irreductible a, los conjuntos de
señales económicas que el mercado entrega. Otro
ejemplo relacionado- casi enteramente abandonado dentro de los
economistas, con la increíble excepción de
Hirschman (1970)- es la importancia económica de la
lealtad: a trivializar, es intuitivo que tales nociones comunes
como los mecanismos japoneses de lealtad a la
compañía y a el estado, la
sola lealtad italiana a su familias y la ausencia de lealtades
colectivas, ó, a un nivel más general, la percepción
común de los "límites
morales" en los comportamientos hacia los competidores, clientes,
proveedores,
miembros del gobierno, etc.
Deben tener una profunda influencia sobre los procesos de ajuste
que los agentes económicos llevan a cabo.

Evidencia de esta "constitución institucional de mercados"
surge indirectamente también del contexto altamente
simplificado de los tan llamados "mercados experimentales":
incluso bajo cuasi-condiciones de laboratorio,
"la
organización institucional de un mercado ha sido una
importante variable a tratar[12]Los mecanismos
acerca de cómo los compradores y vendedores se juntan
puede influir substancialmente en el desempeño del
mercado. Es decir, que para los mismos incentivos
subrayados, el desempeño del mercado es afectado por un
cambio de las instituciones". No hay razón para creer que
esto no aplica a la fuerza, para
mercados reales mucho más complejos. En general, estos
fenómenos apuntan a sugerencias presentes en los primeros
análisis de las sociedades de
mercado, desde Locke, Ferguson y Smith a Hegel, acerca de
las precondiciones "morales" y "éticas" de las
economías modernas. Una interpretación de las diferentes
constituciones éticas ó, por lo menos, una taxonomía
que está aún por venir. Sin embargo, podemos ver
acá un primer rol fundamental de las instituciones de no
mercado (incluidas las estrictamente políticas) en el
sentido de que ellas son instrumentos en el proceso de dar forma
y de seleccionar las reglas o normas
fundamentales de comportamiento e interacción de los agentes
económicos. Políticas, reglas sociales
implícitas, formas dominantes de organización de los vínculos dentro
y entre varios grupos de agentes
económicos (Ej., entre firmas y bancos, entre la
dirección y los trabajadores, etc.),
niveles y formas de conflicto
industrial, tienen una importancia primordial en la
determinación de la mezcla relativa y la dirección
de los procesos de ajuste microeconómicos, para cualquier
conjunto dado de señales económicas y condiciones
estructurales.

La importancia de este punto, también desde una
perspectiva normativa, deber ser claro: puede no ser suficiente
para influenciar los patrones de las señales si las
estrategias microeconómicas están sesgadas en
direcciones conflictivas con los objetivos de
las políticas (Ej. Si las normas estratégicas
fundamentales de los agentes privados están fuertemente
sesgadas en contra de los "ajustes Schumpeterianos", los
incentivos públicos podrían no ser muy efectivos en
la promoción de una tasa suficiente de
innovación. Como se ve a continuación).

Proposición 4

Otro aspecto (y relacionado) del rol de las variables de
no-mercado en el desempeño económico y en el
dinamismo tecnológico trata de los patrones y
organización de las externalidades y los resultados
involuntarios de los procesos de mercado.
En teoría
económica, las externalidades son generalmente
consideradas como una fuente fastidiosa de no-convexidad mientras
que los resultados contra-intencionales disturban fuertemente los
supuestos de racionalidad de la teoría. Sin embargo,
las interdependencias no negociadas (Untraded
Interdependencies)
[13] entre sectores,
tecnologías, firmas tienen una importancia primordial en
el proceso de cambio técnico. Por ejemplo, el conocimiento
y la pericia o la experiencia acerca de los continuos procesos
químicos pueden permitir innovaciones tecnológicas
en el procesamiento de los alimentos incluso
cuando lo último no involucra ningún insumo
químico; las relaciones "a la distancia del
brazo"
[14] entre productores y usuarios de
los equipos industriales son a menudo un elemento fundamental en
los procesos innovativos incluso si algunas veces no involucran
ninguna transacción económica; las
producción de bicicletas originalmente tomo conocimiento
tecnológico de la producción de escopetas
recortadas, aunque ninguno de los dos productos
están en la producción o en los insumos de otra
actividad. Las complementariedades tecnológicas, las
interdependencias tecnológicas no negociadas (untraded
interdependencies) y los flujos de información no
corresponden completamente a los flujos de bienes, representan un
conjunto estructurado de externalidades tecnológicas las
cuales están en un bien colectivo de grupos de
firmas/industrias dentro de países/regiones y/ó
tiende a ser internalizado dentro de compañías
individuales. En otras palabras, los cuellos de botella
tecnológicos y las oportunidades, experiencias y
habilidades incorporadas en las personas y las organizaciones,
capacidades y "memorias"
desbordándose desde una actividad económica a otra,
etc. tiende a organizar condiciones de contexto las cuales (i)
son específicas de un país, específicas de
una región o incluso específicas de una
compañía; (ii) son un ingrediente fundamental en el
proceso innovativo; y (iii) como tales, determinan las
oportunidades, estímulos y restricciones de los procesos
innovativos para cualquier conjunto dado de señales
estrictamente económicas
. Esta es nuestra cuarta
proposición.

Esas interdependencias no negociadas y las condiciones
de contexto son, a diferentes niveles, los resultados
involuntarios
de los procesos descentralizados ( pero
irreversibles) de organizaciones ambientales ( un ejemplo obvio
es el " Silicon Valley") y/ó el resultado de estrategias
explícitas de organizaciones privadas y públicas (
en este sentido se puede interpretar, por ejemplo, las
estrategias de integración vertical y horizontal de los
oligopolios eléctricos en las tecnologías
microelectrónicas o los esfuerzos de varios gobiernos por
crear "parques científicos", etc.).

Proposición 5

Hemos mencionado arriba nuestra hipótesis acerca de que el cambio
técnico esta organizado por los "paradigmas
tecnológicos". Es útil distinguir entre un progreso
técnico "normal" el cual procede a lo largo de
trayectorias definidas por un paradigma
establecido y aquellos avances tecnológicos
"extraordinarios" los cuales se relacionan con el surgimiento de
paradigmas radicalmente nuevos. En lo que respecta al
último, hemos intentado mostrar, en otra parte, que los
procesos de mercado generalmente son más bien
débiles en la dirección de la aparición y
selección de esas discontinuidades
tecnológicas radicales. Cuando un proceso de
innovación es muy exploratorio, sus respuestas directas a
las señales económicas son
flojas[15]y – especialmente en este siglo-
los vínculos con los conocimientos estrictamente
científicos son mayores.

Entonces, los factores institucionales juegan un rol
directo, proveyendo las condiciones necesarias para los nuevos
desarrollos científicos y actuando como selectores ex ante
de los paradigmas tecnológicos explorados mas potenciales
de un conjunto más amplio de éstos. Se puede citar,
por ejemplo, los casos de las tecnologías de semiconductores
junto con las computacionales y la influencia de ambas en la
industria militar, espacial y grandes corporaciones
eléctricas en los primeros días del desarrollo de
esos nuevos paradigmas tecnológicos. De alguna manera,
casos similares se pueden encontrar en los primeros desarrollos
de la química
sintética (especialmente en Alemania). En una forma menos
aparente, los estímulos y "selectores"
no-económicos actúan en los desarrollos presentes
de las nuevas
tecnologías, tales como la Bioingeniería o los
nuevos materiales.

En general, las características de los
procesos de búsqueda y selección de nuevos
paradigmas tecnológicos es tal, que los contextos
institucionales y científicos y las políticas
públicas son fundamentales, en la medida en que afectan a:
(a) los mecanismos de puente entre la ciencia
pura y los desarrollos tecnológicos; (b) los criterios y
capacidades de búsqueda de los agentes económicos;
y (c) las restricciones, incentivos e incertidumbre enfrentados
por los posibles innovadores
. Esta es nuestra quinta
proposición.

Su contraparte en un nivel internacional, es que cuando
las nuevas tecnologías aparecen, el éxito relativo
de los diferentes países depende de la exitosa
coincidencia entre (a) el contexto científico de un
país y las capacidades tecnológicas ( proposiciones
2 y 4 más arriba); (b) la naturaleza de sus "instituciones
puente"; (c) sus condiciones estrictamente económicas
(precios relativos, naturaleza y tamaño de los mercados,
disponibilidad/escases de sus materias primas, etc.); (d) la
naturaleza de la reglas dominantes de comportamiento,
estrategias, formas de organización de los actores
económicos ( proposición 3 arriba).

Todos estos conjuntos de variables son, a diferentes
niveles, afectadas por las políticas 
públicas, bien sea directamente (políticas de
adquisiciones o subsidios a I&D los cuales obviamente
influencian las señales económicas que enfrentan
las firmas individuales), o indirectamente (a través de la
influencia del sistema
educativo a las capacidades científicas y
tecnológicas, etc.).

 En particular, con respecto al funcionamiento
"normal" de los mercados e industrias y las actividades
tecnológicas "normales" (en contraposición con
aquellas extraordinarias relacionadas al surgimiento de nuevos
paradigmas tecnológicos), se debe notar que cada una
incorpora un balance diferente entre instituciones y mercados.
Esto parece ser cierto en dos sentidos.

 Primero, existe una especificidad
tecnológica – y por país- del balance entre
qué se coordina y organiza a través de la mano
visible de las estructuras
empresariales, y qué es dejado a la mano invisible de los
mercados.

 Segundo, existe una diferenciación
análoga en el balance entre instituciones públicas
y organizaciones privadas en el proceso de innovación. Por
ejemplo, algunos sectores confían en un proceso
endógeno de avances tecnológicos (Ej. muchos
sectores manufactureros) mientras otros dependen fuertemente de
los fuentes
públicas de innovación. (Ej. La agricultura).

 En todo caso, uno podría sugerir las
siguientes generalizaciones empíricas: estando todo lo
demás sin cambio, entre mas alto el rol de la mano
visible de las organizaciones oligopolísticas,
mas bajo los requerimientos por unas instituciones estrictamente
públicas en los procesos de coordinación económica y avance
tecnológico y, vice versa, entre más cerca este una
actividad de un modelo económico de "competencia pura",
mas alto aparenta ser también su necesidad por una
estricta organización institucional de sus
"externalidades" y avances tecnológicos. La agricultura es
un caso puntual: históricamente una parte significativa de
sus avances tecnológicos, en los Estados Unidos, Europa y,
también, en el Tercer Mundo, han sido proveídos por
una investigación financiada por el gobierno e incluso sus
ajustes en precios y cantidades han sido crecientemente
regulados, tanto en Estados Unidos como en Europa, por la
intervención institucional. Por el contrario, la manufactura
dominada por los oligopolios produce una buena parte de sus
avances tecnológicos "normales" endógenamente y,
aparte de las crisis graves,
parece coordinar mucho mejor sus ajustes de
precios/cantidades.

 Proposición 6

 Nos hemos enfocado largamente en las
relaciones entre las instituciones, en un sentido amplio, los
procesos económicos y los cambios tecnológicos sin
prestar mucha atención a las consecuencias provocadas por
el sólo hecho de que las economías son, más
o menos, economías abiertas: Ellas comercian las unas con
las otras y, al hacer ésto, se someten a cambios en las
señales económicas que cada una de ellas enfrenta.
Una de las pocas conclusiones en las que la profesión
económica está de acuerdo es que, bajo condiciones
de no rendimientos crecientes, ausencia de externalidades y tasas
dadas de actividad macroeconómica, los patrones de
distribución resultantes del comercio
internacional son generalmente eficientes. En otras palabras,
existen ganancias generales del comercio de
todos los socios basados en las "ventajas comparativas". Vamos a
llamar ésto eficiencia distributiva (o
"Ricardiana"),
en el sentido de los resultados probables de
los ajustes de proceso a corto plazo (esencialmente vinculados a
los precios relativos y a las rentabilidades relativas) sobre las
bases de tecnologías dadas y niveles dados de
actividad macroeconómica. Sin embargo, la cuestión
fundamental se refiere a los efectos que tales patrones de
distribución tienen sobre el dinamismo
tecnológico  y sobre las tasas de actividad
macroeconómica de largo plazo. Vamos a llamar el criterio
de desempeño relacionado con lo primera, eficiencia
Schumpeteriana
, y aquello relacionado con lo último,
eficiencia de crecimiento. Ahora, el punto crucial es
que no hay nada en los mecanismos que llevan a la eficiencia
ricardiana que garanticen también el complimiento de los
otros dos criterios de eficiencia.

Las razones para posibles compensaciones (trade offs) a
lo largo de los distintos criterios de eficiencia, es una
consecuencia de las características de cambio
tecnológico mencionadas arriba, a saber (a) la
acumulación (parcialmente) apropiable y la naturaleza
local de los avances tecnológicos; y (b) la extendida
influencia de economías estáticas y
dinámicas de escala; (c) la influencia que brechas
tecnológicas entre firmas y entre países tienen en
las señales económicas percibidas por los agentes
económicos; (d) La importancia de las interdependencias no
negociadas especificas de los países y de las
áreas.

Como fue discutido por Kaldor (1980), si varios bienes o
sectores poseen diferencias significativas en su "potencial
dinámico" (en términos de las economías de
escala, progreso técnico, posibilidades de división
Smithiana del trabajo, el aprender haciendo, etc.), entonces las
especializaciones las cuales son eficientes en términos de
la comparación de un conjunto dado de coeficientes de
inversión[16]pueden no serlo en
términos de una evaluación
de largo plazo de los patrones hipotéticos del dinamismo
tecnológico relacionados con esas especializaciones. Esto
es más que un caso especial relacionado con las industrias
nacientes: Es la condición general de un sistema
económico por el cual las oportunidades
tecnológicas varían a través de productos y
a través de los sectores.
Más precisamente,
dentro de cada tecnología y sector las capacidades
tecnológicas y los procesos de aprendizaje de cada firma y
país están generalmente asociados con el actual
proceso de producción de esa misma actividad. Así,
los mecanismos con respecto a la especialización
internacional tienen un efecto dinámico en la medida en
que también seleccionan las áreas en donde
las habilidades técnicas serán acumuladas, las
innovaciones sean (posiblemente) realizadas, las economías
de escala cosechadas o aprovechadas, etc. Sin embargo, el
potencial de estos efectos es ampliamente distinto entre
tecnologías y sectores. Esto es otro aspecto de las
características de irreversibilidad de los procesos
económicos: las decisiones distributivas presentes,
influencian la dirección y tasa de la futura
evolución de los coeficientes tecnológicos. Cuando
nosotros abandonamos la idea de la tecnología como un
conjunto de planos y concebimos al progreso técnico como
una producción mutua[17]con la manufactura
en sí misma, entonces es posible imaginar un sistema
económico el cual es dinámicamente mejor (en
términos de productividad, innovación, etc.) si
siempre opera en desequilibrio cara a cara a las condiciones
"ricardianas" de eficiencia distributiva. Sobre las bases de las
anteriores proposiciones acerca de la naturaleza de la
tecnología, es posible establecer cuando una
compensación [18]entre "eficiencia
distributiva" y "eficiencia Schumpeteriana" puede aparecer.
Los patrones "Ricardianos" de especialización (con sus
propiedades de eficiencia distributiva) son determinados por cada
país, por el tamaño relativo de las brechas (o
fortalezas) tecnológicas específicas del sector.
Siempre que la brecha es más alta en la mayoría de
las tecnologías dinámicas (Ej. Aquellas
caracterizadas por las más altas oportunidades
tecnológicas), la eficiencia distributiva riñe
directamente con la eficiencia dinámica. Esta es nuestra sexta
proposición.

Desde que éste punto tiene una importancia
analítica e implicaciones normativas relacionadas con las
consecuencias de largo plazo de los patrones de
distribución resultantes de los procesos de mercado
descentralizados, vamos a considerarlo en más
detalle.

A manera de introducción, se invita al lector a
pensar el caso de los rendimientos crecientes de las
indivisibilidades; como se sabe en la literatura
económica, los equilibrios múltiples son probables
de surgir sin la posibilidad-para el analista y por fuerza a los
agentes económicos- de establecer cuál será
seleccionado. Como se discutió a fondo en Arthur (1985),
los rendimientos crecientes generalmente muestran las propiedades
de (i) la no previsibilidad del equilibrio;
(ii) no aleatoriedad[19]el pasado no es "olvidado"
por el futuro y pueden surgir fuertes efectos de
histéresis); y (iii) la ineficiencia potencial (un
equilibrio particular, o, dinámicamente, una senda
particular podría ser "inferior" en términos de
cualquier medida del bienestar pero el sistema podría
permanecer "estancado" en el).

Con alguna similitud, el análisis del comercio
muestra que,
con no convexidades, los procesos descentralizados de
distribución no podrían llevar a ganancias mutuas
del comercio.

Ahora, generalicemos estos resultados considerando el
hecho que (a) el cambio técnico siempre representa una
forma de rendimientos crecientes a lo largo del tiempo, y (b) muy
a menudo, los avances tecnológicos están asociados
con el actual proceso de producción (ver arriba) y, de
esta manera, no puede ser tratado paramétricamente (Ej.
como choques exógenos los cuales cambian el valor del
equilibrio del tiempo t a un tiempo {t+1}). Uno está
obligado a explicar la interacción entre las decisiones de
producción en el tiempo t y los coeficientes
técnicos en el tiempo {t+1}, es conceptualmente similar a
la interacción entre los coeficientes técnicos y
los niveles de producción del análisis
estático de los rendimientos crecientes. El punto
fundamental es que, con los rendimientos crecientes, el mercado
no puede dar señales a los agentes del resultado
involuntario de sus comportamientos colectivos (piense
–como el ejemplo más claro- las economías de
escala externas a la firma e internas a la industria). Más
aún, los mercados no pueden señalar (por lo menos
parcialmente) los inciertos, involuntarios y futuros
avances tecnológicos hechos
posibles/promovidos/obstaculizados por las presentes decisiones
descentralizadas de distribución de un número
relativamente alto de agentes independientes motivados por las
ganancias[20]A fortiori las conclusiones
de Arthur sobre la no predictibilidad, inflexibilidad, no
aleatoriedad e ineficiencia potencial aplican a este caso
también.

Como una ilustración, considere el caso de dos
países los cuales-antes de comerciar- producen, bajo
condiciones de rendimientos no decrecientes, dos bienes
caracterizados por varias oportunidades futuras de aprendizaje y
progreso técnico. Como argumentamos anteriormente, suponga
que el aprendizaje
ocurre solo (o principalmente) junto con el actual proceso de
producción. Ahora, permitamos que el comercio tome lugar.
Los patrones resultantes de especialización, como lo
predice la teoría del comercio, por lo general
requerirán una mejor distribución de los recursos
y, en consecuencia, "ganancias del comercio". No obstante, uno de
los dos países podría estar "atado" dentro de una
actividad donde el alcance del progreso técnico
está relativamente limitado. Bajo tales circunstancias, en
orden de tener réditos del comercio en el largo plazo la
ganancia relativa resultante de una mejor distribución de
recursos debe exceder los incrementos de productividad que han
sido obtenidas por producir también (o más de) un
bien caracterizado por una alta oportunidad tecnológica.
Por el contrario, para el otro país las ganancias de una
mejor distribución "Ricardiana" de los recursos se
sumará con las ganancias de un relativamente mayor
progreso técnico en el bien en el cual está
especializado. Así, el otro país siempre
disfrutará las ganancias del comercio, tanto en el corto
como en el largo plazo.

Si uno considera un periodo de tiempo lo suficientemente
largo, permitiendo así que un cambio técnico
significativo tome lugar, es plausible que de una vez por todas
las ganancias en la distribución de los recursos, que
vienen de una búsqueda descentralizada de unas
oportunidades de producción de mínimo costo, puedan muy
bien no estar a la altura de las ganancias acumulativas en la
productividad, que podrían haber sido obtenidas a
través del tiempo con distribuciones "Sub-óptimas"
(en un sentido estático) sesgadas a favor de actividades
caracterizadas por mayores oportunidades tecnológicas
(para una posición similar, ver Pasinetti,
1981).

Como un ejemplo histórico, no es necesario pensar
en los países en desarrollo: es incluso posible que el
liderazgo
tecnológico en "viejos" paradigmas tecnológicos (y
así, una fuerte "ventaja comparativa" en los bienes
relacionados) puede ser un obstáculo para una
rápida asignación de recursos a los nuevos. Se
puede pensar como ejemplos, el relativo atraso británico
en las tecnologías electro-mecánicas, en
comparación con Alemania y Estados Unidos, en el cambio
del siglo, o el atraso europeo en las tecnologías
electrónicas, en comparación con Japón, en
el periodo de post-guerra.

Como una generalización empírica
relacionada, sugerimos que la probabilidad de tales
compensaciones (trade-offs) entre las eficiencias distributivas y
Schumpeterianas es proporcional a la distancia de cada
país de la frontera tecnológica
en la
más nuevas y muy prometedoras tecnologías, donde
una alta tasa de innovación, procesos
idiosincráticos de aprendizaje y la apropiación
tienden a prevenir cualquier fácil proceso endógeno
de difusión tecnológica internacional.

Proposición 7

Un argumento algo similar se aplica a la posibilidad de
compensaciones entre eficiencias de distribución y de
crecimiento. Generalmente, el análisis del resultado de la
transición hipotética de la autarquía al
comercio es realizado enfocándose a los ajustes en los
precios relativos y las cantidades relativas sobre la
suposición de tasas de actividad macroeconómica
invariable.

Esta condición de constancia de los
niveles agregados del
nivel de actividad macroeconómica antes y después
del comercio, ya lo había mencionado Ricardo y es
mantenido por las apreciaciones de los nuevos clásicos a
la Sraffa-Steedman, por lo cual el análisis es realizado
en términos de sendas de constante crecimiento. Esto
aplica – más aún- a las teorías
neoclásicas del comercio, por lo cual las
hipótesis del
pleno empleo de
todos los factores de producción es posiblemente el
supuesto principal del modelo.

La manera más fácil de ver esta
condición en acción
es imaginar que cada nación
que comercia opera a tasas de actividad de pleno empleo. En este
caso, siempre que los otros supuestos se mantengan, podremos ver
la total operación del teorema de la ventaja comparativa:
cada socio que comercia "gana del comercio" desde que pueda
obtener del exterior más bienes de una cierta clase que
podría, de lo contrario, ser capaz de manufacturar sin
precedentes domésticamente cualquier cantidad de consumo de
productos en los que el país está
especializado.

Los sistemas económicos modernos, sin embargo, no
presentan a menudo tasas de actividad de pleno empleo. En estos
casos el eficiencia macroeconómica de
especialización basada en ventajas comparativas, dependen
de la intensidad del ingreso (y, dinámicamente, de las
elasticidades del ingreso) de varios bienes en el ingreso
mundial. Como primera aproximación, vamos a suponer
que:

  • (a) Las elasticidades de precios, en la
    generalidad de los productos comerciados por la
    correspondiente industria mundial en su conjunto, son
    relativamente bajas.

  • (b) Los productos presentan un rango
    relativamente amplio de elasticidades de ingreso que son
    específicas del producto y
    específicas del país.

Vamos a añadir también que, en general, la
sustitución en el consumo relacionada a los precios
está limitada y los patrones de demanda
están esencialmente relacionados a los niveles de ingreso,
tendencias de largo plazo en la distribución del ingreso,
factores institucionales y sociales.

Ahora, bajo condiciones de rendimientos no decrecientes,
existe un camino sencillo en el cual los mercados puedan
relacionar las diferentes eficiencias de crecimiento futuras de
varios productos a las señales relativas de rentabilidad
de los agentes microeconómicos. En otras palabras, las
unidades microeconómicas pueden encontrar relativamente
rentable producir productos los cuales un número
decreciente de personas en los mercados mundiales que quieran
comprar. El lector podría pensar, como ejemplo extremo, en
los resultados dinámicos de las ventajas comparativas en
bienes o productos "inferiores" (como, el yute, las maquinas de
escribir o los televisores a blanco y negro) en
comparación con aquellos que son dinámicos en el
ingreso (como, las fibras sintéticas, los procesadores de
palabra, o los televisores de color).

Una limitada sustitución inducida por los
precios entre productos y una relativamente estable
evolución en las canastas de consumo pueden muy bien
implicar dolorosas compensaciones (trade offs) entre los
mecanismos microeconómicos que llevan a la eficiencia
ricardiana, y aquellos patrones de producción que
podrían producir comparativamente, altas tasas de
actividad macroeconómica compatibles con restricciones de
la balanza exterior (vía más altas tasas de
multiplicadores del comercio
). Esta es nuestra
séptima proposición.

Las posibles compensaciones entre las eficiencias
distributivas, Schumpeterianas y de crecimiento no tienen nada
que ver con los casos excepcionales de las condiciones de las
"industrias nacientes", pero están estructuralmente en el
núcleo de los mecanismos distributivos y de
señalización de nuestro sistema
económico.

Extraordinariamente, los mercados pueden muy bien
trabajar eficientemente, entregar toda la información que
puedan e incluso descontar las contingencias por futuros estados
del mundo, cuyas probabilidades pueden hipotéticamente ser
adjuntadas (aunque empíricamente estos mercados raramente
existen). Lo que los mercados pueden hacer es, entregar
información acerca o descontar las posibilidades de
futuros estados del mundo, cuya ocurrencia es en sí mismo
una "externalidad" resultante, involuntariamente, de la
interacción de decisiones presentes del comportamiento de
agentes no vinculados. Como hemos visto, esto es precisamente una
de las características de esos "rendimientos crecientes"
particulares a través del tiempo, que están
asociados con el aprendizaje tecnológico. A este respecto,
conflictos
entre la eficiencia distributiva de corto plazo y la eficiencia
Schumpeteriana, como lo hemos definido más atrás,
puede surgir incluso si los mercados fueran completos (En un
sentido neoclásico: si todas las contingencias acerca de
los futuros estados de la naturaleza pudieran ser
descontados).

Algo parecido es la posibilidad de conflicto entre la
eficiencia distributiva y la eficiencia de crecimiento que no
está asociada con ninguna "imperfección de
mercado". Por el contrario, es debido al hecho que, la falta
generalizada de sustitución tanto en el consumo con
respecto a los precios, y la
homoteticidad[21](homotheticity) de los patrones
de la demanda en los ingresos– como
creemos que es el caso general- no hay una forma general en la
cual los mercados puedan transformar la "información"
acerca de las tendencias de largo plazo, en las elasticidades del
ingreso de varios productos, dentro de los incentivos
económicos para productores competitivos, quienes tienden
a tratar los estados de el mundo
paramétricamente.

Por cierto, se debe notar que ambas fuentes de conflicto
entre la eficiencia estática
(distributiva) y los dos criterios de eficiencia dinámica,
insinúan las posibles ventajas del oligopolio en
comparación con la libre competencia. En los mercados
oligopolísticos mundiales, las "externalidades
dinámicas" asociadas con el aprendizaje técnico a
través de la producción puede ser (parcialmente)
apropiado por las firmas individuales. De esta manera, las
decisiones actuales de distribución pueden tomar en
cuenta, a diferentes grados, sus efectos sobre los avances
tecnológicos futuros. Similarmente, para los agentes
oligopolísticos la inclinación de y los movimientos
a través del tiempo en los programas de
demanda importan y así los patrones de distribución
presentes pueden ser tenidos en cuenta para diferentes
elasticidades de ingreso esperadas de la demanda. Para dar un
ejemplo, unas pocas compañías eléctricas
europeas (como Phillips y Siemens) decidieron ya en los setentas
incrementar su participación en la
Microelectrónica, a pesar de grandes pérdidas (Ej.
A pesar de las "ineficiencias distributivas" y las "desventajas
comparativas"). Entre las motivaciones, estaban las muy altas
tasas de crecimiento previstas del mercado y las capacidades
tecnológicas que podrían haber sido adquiridas y se
desempeñarían como una "externalidad internalizada"
por las producciones relacionadas tecnológicamente. No se
podría esperar el mismo comportamiento de parte de los
productores competitivos.

Las compensaciones que hemos discutido entre la
eficiencia distributiva, eficiencia de crecimiento y el dinamismo
tecnológico pueden claramente ser uno de los determinantes
del surgimiento de los círculos viciosos y virtuosos en
los patrones nacionales de crecimiento. Notablemente, esta
conclusión es similar a aquellas que están bien
establecidas en la teoría del
desarrollo. No obstante, sus determinantes no llevan
cualquier relación directa con el fenómeno
específico a los países en desarrollo (como muchos
tipos de los supuestas "fallas de mercado"). Para nuestros
propósitos acá, los países desarrollados y
en desarrollo podrían ser colocados en algun tipo de
continuidad, de acuerdo a su distancia de las fronteras
tecnológicas y a las diferencias entre sus patrones de
producción y los patrones de la demanda mundial a largo
plazo.

Todas las veces que un país pasa a presentar su
más alto liderazgo tecnológico (o la más
baja brecha tecnológica) en un nuevo paradigma
tecnológico, entonces, su patrón de rentabilidad
intersectorial señala en las direcciones de actividades
que generalmente también presentan el más alto
crecimiento de la demanda y el más alto potencial para
innovaciones futuras de producto y de procesos. A la inversa, los
países muy por atrás de las fronteras
tecnológicas pueden ser "penalizados dinámicamente"
por sus patrones presentes de eficiencia distributiva
intersectorial. Esta propiedad, en
nuestra opinión, contribuye a explicar la relativa
estabilidad de la "jerarquía" entre países en
términos de innovación tecnológica y
competitividad
internacional y también la manera relativamente ordenada
en cómo esta "jerarquía" cambia a lo largo del
tiempo. La interacción entre las señales
económicas presentes, los patrones de
especialización y la dinámica de las brechas
tecnológicas sectoriales provee las bases para el proceso
de acumulación. Significativamente, los mayores cambios en
la competitividad internacional de cada economía son a
menudo asociados con la aparición de nuevos paradigmas
tecnológicos. Este fenómeno da nueva forma a los
patrones de ventajas/desventajas tecnológicas entre
países, con frecuencia demanda diferentes configuraciones
organizacionales e institucionales y algunas veces presenta una
oportunidad única para el surgimiento de unos nuevos
líderes tecnológicos y
económicos.

Mas en general, debemos reafirmar los argumentos
precedentes de la siguiente manera. Los mercados caracterizados
por una toma de
decisiones descentralizada cumplen dos funciones
fundamentales. Primero, ellos proveen un mecanismo de
coordinación entre las decisiones económicas
individuales y, al hacerlo, redistribuyen los recursos en formas
que -bajo las condiciones especificadas por la teoría-
tienen propiedades de eficiencia en diversos grados. Segundo,
siempre que permitamos que el progreso tecnológico tome
lugar (con sus características de búsqueda,
incertidumbre, etc.), los mercados proveerán un incentivo
para innovar a través de la posibilidad de
apropiación privada de algunos beneficios
económicos derivados del progreso técnico en
sí mismo. Relacionadamente, los mercados proveen un
ambiente de selección para las innovaciones. Es notable
que tan pronto como estas segundas funciones de los mercados son
consideradas en un encuadre teórico, sus propiedades de
eficiencia se convierten más borrosas y complicadas de
evaluar, incluso en un contexto de economía cerrada: la
eficiencia distributiva en un sentido estático puede
entrar en conflicto con la eficiencia dinámica en
términos de incentivos para el progreso
tecnológico. No es el propósito de este trabajo
analizar en profundidad estas "compensaciones Schumpeterianas",
que son discutidas por Nelson (1981) y Nelson y Winter (1982).
Superpuestas con, y agregadas a, las "compensaciones
Schumpeterianas" del caso de una economía cerrada,
existe-como hemos argumentado aquí- la posibilidad de una
compensación de estático vs dinámico
originada de los patrones de las señales económicas
en los mercados internacionales. En cierto sentido, el caso de
una economía abierta induce una distorsión
estructural
sobre los patrones de señales que
habrían sido generados en condiciones de autarquía.
Al hacerlo, pueden tanto hacer caso omiso de las "compensaciones
Schumpeterianas" domésticas o amplificarlas. La
hipótesis de fondo, como hemos sugerido, es que esto
depende de la relativa distancia de cada país cara a cara
a las fronteras tecnológicas en aquellos paradigmas
tecnológicos que están mostrando las más
altas oportunidades de innovación y crecimiento de
demanda.

Dinamismo
económico y tecnológico: el rol de las
instituciones y políticas

Las siete proposiciones discutidas arriba conjuntamente,
resaltan una imagen del
proceso de coordinación de las actividades
económicas y la generación de avances
tecnológicos donde las instituciones (por un lado las
instituciones "micro", Ej., complejas estructuras corporativas
incorporando capacidades, reglas de comportamiento,
"racionalidades", modos de organización institucional de
interacciones de mercado, etc.; e instituciones "macro", como los
organismos estrictamente públicos) entran como un conjunto
de factores cruciales irreducibles a simples mecanismos
económicos. Por otro lado, amplios factores
institucionales parecen moldear la constitución de las
reglas de comportamiento, los procesos de aprendizaje, los
patrones de selección ambiental y las condiciones de
contexto
bajo los cuales los mecanismos económicos
operan en general, y a fortiori[22]con
referencia al cambio tecnológico. Para decirlo de otra
manera, no parece haber ninguna posibilidad significativa de (a)
separar las variables estrictamente económicas de su
contexto institucional y luego evaluar lo primero en
relación con resultados de desempeño, descuidando
lo último; (b) asumiendo que las variables estrictamente
económicas sobredeterminan su contexto institucional hasta
tal punto que lo último tiende a converger a un
patrón único; (c) simplemente reducir todos los
elementos económicos extra de interferencias o
correcciones excepcionales a una supuestamente "optima",
autosuficiente y bien ajustada maquina económica. Es decir
que, si las proposiciones sugeridas arriba son correctas,
entonces también cualquier evaluación de el rol de
las políticas basadas en el enfoque "reduccionista" estas
destinado a ser, a lo mejor, incompletas.

En estas circunstancias, las complejas cuestiones
normativas aparecen en relación a la definición y
evaluación de la eficiencia de diferentes combinaciones
entre arreglos institucionales, la naturaleza de las
tecnologías y los procesos económicos. Acá,
vamos simplemente a sugerir algunas conjeturas y observaciones
metodológicas.

Primero, vamos a empezar desde una clasificación
de las variables en las que las políticas pueden actuar en
general, y con referencia particular al progreso
tecnológico. Sobre las bases de las discusiones
precedentes pueden ser categorizadas como:

  • (a) La capacidad del sistema
    tecnológico/científico de proveer mayores
    avances innovativos y de organizar las condiciones de
    contexto
    tecnológicas (que van desde la
    infraestructura a las formas como son organizadas las
    diferentes variedades de externalidades);

  • (b) Las capacidades de los agentes
    económicos
    , en términos de la
    tecnología que incorporan, la efectividad y la
    velocidad con que buscan por nuevos avances
    tecnológicos y organizacionales, etc.;

  • (c) Los patrones de señales
    (las cuales, como hemos visto, dependen también de las
    asimetrías tecnológicas entre firmas y entre
    naciones, y a su vez, moldean los límites de un
    conjunto de posibles respuestas microeconómicas que
    son económicamente factibles para los agentes que
    –independientemente de sus estrategias precisas-tienen
    rentabilidad entre sus consideraciones de
    comportamiento);

  • (d) Las formas de organización
    dentro y entre mercados (Ej. La relación entre las
    estructuras financieras y la industria, las formas de las
    relaciones industriales, los distintos balances entre
    cooperación y competencia, el grado y la manera de
    internalización corporativa de transacciones,
    etc.);

  • (e) Los incentivos, estímulos y
    restricciones que enfrentan los agentes en sus ajustes y
    procesos innovativos (Ej. El grado de apropiabilidad privada
    de los beneficios de innovar, la intensidad de las amenazas
    competitivas, el costo y la rentabilidad de
    innovación, etc.).

Estas categorías que sugerimos, permiten una
taxonomía de políticas de acuerdo con sus
implicaciones en términos de los grupos correspondientes
de variables. Nuestras conjeturas generales son que (i) la
mayoría de los países occidentales de hecho
presentan relativamente altos grados de intervención-
así sean concebidas conscientemente como políticas
industriales o no- que afectan a todas las variables arriba
mencionadas; (ii) probablemente, si solo se considera el impacto
de varias formas de transferencia financiera y adquisiciones
públicas, ninguna diferencia notable es probable de ser
detectada entre la mayoría de los países de la OCDE
(posiblemente con una relativa baja importancia de Japón);
y (iii) lo que principalmente diferencia a los países son
los instrumentos, los arreglos institucionales y la filosofía de intervención. Como
ilustración, considere el caso de las políticas
japonesas, especialmente en relación con las
tecnologías electrónicas. Interesantemente,
Japón parece haber actuado exhaustivamente sobre todas las
variables categorizadas en nuestra taxonomía. Una fuerte
intervención discrecional sobre la estructura de
señales (por medio de protección formal e informal
sobre las importaciones e
inversiones
extranjeras y a través de una política de
inversiones de instituciones financieras consistente con el
crecimiento y las eficiencias Schumpeterianas) recrea el
"ambiente aséptico" que es disfrutado solo por los
líderes tecnológicos. No obstante, esto es
combinado por un patrón de una fuerte rivalidad
oligopolística entre compañías Japonesas y
una orientación a las exportaciones que
fortaleció el dinamismo tecnológico e
impidió cualquier explotación de protección
simplemente en términos de una colusiva asignación
de precios monopolística.

Es tentativo comparar esta experiencia con otras mucho
menos exitosas, como las europeas, que se baso en gran medida en
un solo instrumento: transferencias financieras (especialmente
subsidios en I&D y transferencias en la cuenta de capital);
dejando al trabajo endógeno de los mercados
internacionales, tanto la determinación de los patrones de
señales y la capacidad de respuesta de las firmas
individuales. Ciertamente, existen características
específicas de país, en el ejemplo japonés,
que son difícilmente transferibles. Sin embargo, este
caso, en su sorprendente resultado señala a una
posibilidad general de reorganización de las "ventajas
comparativas" tal como se desprenden de una evolución
endógena de los mercados internacionales.

Hay un punto general acá. Históricamente,
un esfuerzo exitoso de "puesta al día"[23]
o de "dar alcance" en términos de ingreso per
cápita y salarios, han
sido acompañados siempre por puestas al día
tecnológicas en los nuevos y más dinámicos
paradigmas tecnológicos, independientemente de los
patrones iníciales de ventajas comparativas,
especializaciones y señales generadas por el
mercado.

Segundo, desde un punto de vista normativo, la
discusión precedente destaca el rol general que las
políticas y/o instituciones juegan en el cambio
tecnológico. El proceso innovativo necesariamente
incorpora una compleja y diferenciada mezcla de
apropiación privada y aspectos de bien público
(Nelson, 1981 y 1984) e implica una inevitable "falla de
mercado", para usar un lenguaje
familiar a los economistas. En consecuencia, la contraparte
normativa de este fenómeno no considera el "sí",
pero si considera el "cómo" y a qué grado
las políticas deberían afectar las actividades
innovativas. Además, la existencia de posibles
compensaciones entre eficiencia "estática", por un lado, y
eficiencia de crecimiento/Schumpeteriana, por el otro; algunas
veces amplificadas por la manera en como las brechas
tecnológicas se retroalimentan[24]de las
señales de mercado en los mercados internacionales,
implican que las políticas que también afectan las
señales económicas pueden ser requeridas -sobre
cualquier el criterio de bienestar escogido (Ej. Incremento del
ingreso, innovación, empleo, etc.)- en un más
amplio conjunto de casos, que aquellos prescritos por los
argumentos tradicionales de industria naciente.

Nuestra conjetura es que, ceteris paribus, la
necesidad estructural de políticas que afecten
también los patrones de señales económicas
(incluyendo los precios relativos y las rentabilidades relativas)
a medida que vayan surgiendo desde el mercado internacional, va a
ser más grande entre más significativa sea la
distancia de cualquier país de la frontera
tecnológica. De forma contraria, los mecanismos
endógenos de mercado se tienden a comportar de manera
"virtuosa" para aquellos países que pasaron a estar sobre
la frontera tecnológica, especialmente en las más
nuevas y más prometedoras tecnologías. Esto
está ampliamente confirmado por la experiencia
histórica: el libre comercio
incondicional a menudo ha pasado a ser defendido y totalmente
explotado solo por los países líderes.

 Tercero, en lo que respecta al perfil de tiempo de
los desarrollos tecnológicos, una división
fundamental puede ser trazada entre las políticas
relacionadas con el surgimiento de nuevos paradigmas
tecnológicos y políticas con tendencia a mantener
actividades tecnológicas a lo largo de una senda
relativamente establecida.  En el primer caso, las
políticas deberían (i) proveer un flujo
satisfactorio de avances científicos; (ii) establecer
"instituciones puente" entre desarrollos científicos y su
explotación económica; (iii) desarrollar
estructuras financieras conductivas para apoyar los procesos de
ensayo y error
involucrados generalmente en la búsqueda de nuevos
paradigmas tecnológicos; y (iv) actuar como "dispositivos
de concentración" en el proceso de selección de las
direcciones del desarrollo tecnológico. Con respecto al
progreso técnico "normal", una tarea de política
importante parece ser el mantenimiento
de una oferta fluida
de avances tecno-científicos, junto con condiciones
"balanceadas" de apropiabilidad de los beneficios de la
innovación. De forma contraria, los países bien
abajo de la frontera tecnológica pueden encontrar
igualmente necesario actuar por un lado, directamente sobre los
niveles de capacidad de las compañías
domésticas y, en contra de las características de
apropiabilidad de las tecnologías relacionadas en la
medida en que ellas actúen como una barrera de entrada
para las compañías o países
rezagados. 

 Cuarto, existe una dimensión fundamental de
política que se refiere a las condiciones de contexto, la
organización de las externalidades e infraestructuras.
Esas parecen ser probablemente particularmente importantes en el
proceso de transición entre diferentes regímenes
tecnológicos (varias aglomeraciones de paradigmas
tecnológicos), en donde las nuevas configuraciones
involucran nuevos patrones de flujos intersectoriales de
productos e información, nuevas infraestructuras comunes
(piense en el rol de las autopistas en relación a las
industrias automovilísticas o el rol de la telecomunicaciones en relación con la
electrónica), y un diferenciado conjunto de
"interdependencias no negociadas" (untraded interdependencies)
entre compañías y sectores.

 Quinto, las políticas públicas,
intencionalmente o no, afectan las "racionalidades" fundamentales
de los agentes, la forma como sus expectativas y objetivos se
forman. A modo de ilustración, podemos pensar en el rol
del gasto militar. En adición a los obvios efectos sobre
la composición de la demanda y los patrones de
señales económicas, otra indirecta pero igualmente
importante implicación tiene que ver con la manera en que
es probable dar forma a la estrategias y las perspectivas de
gestión: Casi seguramente, los organismos
públicos tienden a ser percibidos como una
"garantía de último recurso", mientras que las
habilidades de detección y las autoridades que influyen en
las adquisiciones, son factibles a convertirse dominantes sobre
las capacidades de comprensión y anticipación de
las tendencias de mercado en entornos competitivos. Claramente,
esto es solo un sencillo ejemplo de un conjunto de influencias
que las estructuras políticas ejercen sobre la
constitución de comportamiento de los procesos de
mercado.

 Algunas
conclusiones

 En un mundo caracterizado por el cambio
técnico (tanto el cambio "continuo" a través de
trayectorias tecnológicas definidas como el "discontinuo"
relacionado a el surgimiento de nuevos paradigmas
tecnológicos), rezagos y liderazgos tecnológicos
moldean los patrones de las señales de rentabilidad
intersectorial y entre productos y, de esta manera,
también los patrones de asignación
microeconómica. El último, sin embargo, puede
afectar el dinamismo macroeconómico de largo plazo de cada
país, en términos tanto de las tasas de crecimiento
del ingreso consistente con las restricciones del balance
exterior, como la innovación tecnológica. En
última instancia, esto ocurre porque los efectos de una
multiplicidad de señales (relacionadas con la
rentabilidad, el crecimiento de la demanda de largo plazo y las
oportunidades tecnológicas) sobre los procesos
microeconómicos de ajuste son probables que sean
asimétricos. Todas las veces que las compensaciones
(trade-offs) entre distintas nociones de eficiencia surgen,
resultados macroeconómicos "sub óptimos" o
"perversos" pueden aparecer. Desde que los patrones
futuros  de ventajas/desventajas
tecnológicas están también relacionados con
los patrones presentes de distribución, podemos
ver acá en funcionamiento los procesos dinámicos
que Kaldor llama de "causación circular": señales
económicas relacionadas con las rentabilidades
intersectoriales – las cuales conducen de una manera clara a
"ventajas comparativas" y especializaciones relativas- que
indudablemente controlan y verifican la eficiencia distributiva
de varios usos o empleos productivos, pero puede también
jugar un rol más ambiguo o perverso en relación con
las tendencias macroeconómicas de largo plazo.

Los procesos circulares (viciosos o virtuosos) que hemos
discutido se refieren a la propia naturaleza de los mecanismos
distributivos, en la medida en que la economía está
caracterizada por el cambio técnico mostrando varios
grados de oportunidades específicas de los sectores,
acumulación, apropiabilidad, externalidades
tecnológicas dinámicas y aprendizaje local e
idiosincrático. Esto define también un dominio
fundamental para las políticas.

 Por otra parte, hemos argumentado que, los
factores institucionales – incluidas, por supuesto, las
políticas- son parte de la constitución de los
procesos económicos, Ej. La forma como las actividades
económicas son organizadas y coordinadas, el cambio
técnico es generado y empleado, las regularidades de
comportamiento dominante surgen, etc. Esto es otro dominio
fundamental para las políticas.

Una comprensión detallada de, y una
intervención sobre los patrones de señales, reglas
de respuestas distributivas y formas de organización
institucional de una "maquina económica" son
particularmente importantes en aquellas fases de
transición de un régimen tecnológico (basado
sobre viejos paradigmas tecnológicos) hacia uno nuevo.
Estos periodos históricos definen un nuevo conjunto de
oportunidades y amenazas para cada país: los patrones de
generación internacional y difusión de las
tecnologías se vuelven más fluidos, al igual que
consecuentemente, los flujos comerciales internacionales y los
niveles relativos de ingreso per cápita.

La economía contemporánea – creemos
nosotros- que está experimentando un cambio hacia un
régimen tecnológico basado en la
electrónica. En el proceso, las ventajas comparativas
se convierten en una profecía auto cumplida de un exitoso
conjunto de acciones
institucionales y estrategias privadas: el éxito
tecnológico y económico ex post hacen
"optimo" desde un punto de vista del economista, lo que ex
ante
es un sueño político.

Una década después de la segunda guerra
mundial, ningún economista podría haber
sugerido que la electrónica era una de las ventajas
comparativas japonesas. Ahora, claramente lo es. Si se hubiera
tomado la eficiencia distributiva relativa de los diferentes
sectores industriales hace treinta años como la base de
las prescripciones normativas, Japón probablemente
estaría todavía exportando seda. En ese sentido, el
uso del criterio de la ventaja comparativa como la última
y única base para las prescripciones normativas es un lujo
que sólo los países sobre la frontera
tecnológica pueden permitirse. Rebus sic
stantibus
[25]no tardará mucho para que
los economistas japoneses aprendan y prediquen Ricardo o incluso
Heckscher-Ohlin mientras puede más bien ser que los
Americanos y Europeos redescubran Hamilton, List y
Ferrier.

 

 

 

 

 

 

Autor:

Giovanni Dosi

Enviado por:

Vladimir Isaza

Universidad de Sussex

1988

[1] Palabra original en Ingles, "the
rote".

[2] Heurística: técnica de la
indagación y el descubrimiento. Buscar la
solución de un problema mediante métodos
no rigurosos, por tanteo o reglas empíricas.

[3] En sentido amplio.

[4] En ingles original: " Growth accounting
exercises".

[5] Del Ingles Tacitness

[6] Del Ingles Input

[7] Del Ingles Fixed coefficients

[8] Del Ingles cumulative idiosyncratic

[9] Del Ingles success breeding success

[10] Del Ingles trade-off

[11] Del Aleman weltanschauung

[12] Del Ingles treatment variable

[13] Del Ingles untraded interdependencies:
refer to those cumulative-causation prone externalities which
"take the form of conventions, informal rules, and habits that
coordinate economic actors under conditions of uncertainty.
These relations constitute region-specific assets in
production", "a central form of scarcity in contemporary
capitalism", … and "of geographical differentiation in what
is done, how it is done, and in the resulting wealth levels and
growth rates of regions.".

[14] Del Ingles Arms-length relationships

[15] Del ingles looser

[16] Del Ingles Input coefficients

[17] Del Ingles joint production

[18] Del Ingles trade off

[19] Del Ingles no-ergodicity

[20] Esta independencia, trata por supuesto , de las tomas
de decisión. Sin embargo, el punto es que cada agente
contribuye a crear una "externalidad" para el conjunto de
ellos.

[21] Propiedad de ser homotético.

[22] Con mucho mas razón, por causa de
una razón más fuerte

[23] Catching-up

[24] Feed back

[25] "Estando así las cosas"

Partes: 1, 2
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