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¿Pedagogía configuracional versus teopedagogía (página 2)



Partes: 1, 2

"La ciencia, a
pesar de sus incuestionables poderes para revelar los misterios del
mundo natural, no me llevaría más lejos para
resolver la cuestión de Dios. Si Dios existe, debe estar
fuera del mundo natural, y por lo tanto las herramientas
de la ciencia no son
las adecuadas para conocerlo. En cambio, como
lo empezaba a comprender al mirar dentro de mi propio corazón,
la evidencia de la existencia de Dios tenía que llegar de
otra dirección, y la decisión final
tendría que estar basada en la fe, no en la
evidencia."

Hoy más que nunca el ser humano necesita de Dios
para buscar las posibles soluciones y
respuestas a sus problemas, a
los enigmas de su existencia, a los secretos del universo y a los
misterios de la vida, pero el ser humano en la actualidad anda
muy ocupado y preocupado en otras cosas, por lo tanto, "la
búsqueda de la divinidad se ha visto relegada en cierta
forma en tiempo
modernos por nuestras ocupadas y sobreestimuladas vidas", sin
embargo, a pesar de ello, "sigue siendo una de las luchas humanas
más universales." (Collins, 2007; p. 43)

Para la muestra, tres
botones……

Primer botón:

¿Charles Darwin fue un
científico? Usted dirá: ¡Por supuesto que
sí!, pues bien, veamos lo que dice Collins (2007; p.
108-109) sobre Charles Darwin:

"Nacido en 1809, Charles Darwin estudio inicialmente
para convertirse en clérigo de la Iglesia de
Inglaterra, pero
desarrolló un profundo interés en
el naturalismo. Si bien el joven Darwin se vio inicialmente
impresionado por el argumento del reloj de Paley, y vio el
diseño
en la naturaleza
como prueba de una fuente divina, sus puntos de vista empezaron a
cambiar cuando viajo en el HMS Beagle de 1831 a 1836.
Visitó Sudamérica y las islas Galápagos, en
donde examinó los restos fosilizados de antiguos
organismos y observó la diversidad de formas de vida en
ambientes aislados."

Y continúa Collins (2007; p. 109):

"A partir de esas observaciones, y con base en un
trabajo
adicional de más de veinte años, Darwin
desarrolló la teoría
de la evolución por selección
natural. En 1859, enfrentado con la posibilidad de que se
adelantara Alfred Russel Wallace, finalmente escribió y
publicó sus ideas en un libro
profundamente influyente: El origen de las Especies."

Darwin sabía perfectamente que los argumentos de
su libro podrían tener repercusiones muy amplias y
reconociendo esto comentó modestamente casi al final del
libro: "Cuando las concepciones propuestas por mí y por el
Sr. Wallace en este volumen, o cuando
visiones análogas sobre el origen de las especies sean
admitidas en general, habrá una considerable revolución
en la historia
natural." (Darwin, 1958; p. 456; citado por Collins, 2007; p.
109)

"Darwin propuso que todas las especies vivas descienden
de un pequeño grupo de
ancestros comunes, quizá uno solo. Sostenía que la
variación dentro de las especies ocurre aleatoriamente, y
que la supervivencia o extinción de cada organismo depende
de su capacidad de adaptarse al ambiente. A
eso lo llamó selección natural. Reconociendo la
naturaleza potencialmente explosiva del argumento, sugirió
que ese mismo proceso
podría aplicarse a la humanidad y desarrolló esto
más a fondo en un siguiente libro: El origen del
hombre
." (Collins, 2007; p. 109)

Según Collins (2007; p. 110), el libro El
origen de las especies
"engendró una controversia
inmediata e intensa, si bien la reacción de las
autoridades religiosas no fue tan universalmente negativa como a
menudo se señala ahora." De hecho, el importante
teólogo conservador protestante Benjamín Warfield
de Princeton (citado por Collins, 2007; p. 110) aceptó la
evolución como "una teoría sobre el método de
la divina providencia", aclarando a la vez que la
evolución misma debía tener un autor sobrenatural.
En realidad, existen muchos mitos sobre la
reacción del público ante las concepciones y los
planteamientos de Darwin y "lejos de ser condenado al ostracismo
por la comunidad
religiosa, Darwin fue enterrado en la abadía de
Westminster." (Collins, 2007; p. 110)

Según Collins (2007; p. 110), el mismo Darwin
"estaba profundamente preocupado por el efecto de su
teoría en la creencia religiosa", a pesar de que en su
libro El origen de las especies, intenta ofrecer una
agradable y armoniosa interpretación: "No veo ninguna buena
razón por la que las opiniones expresadas en este libro
pudieran afectar los sentimientos religiosos de nadie." (Darwin,
1958; p. 452; citado por Collins, 2007; p. 110)

Darwin incluso concluye El origen de las
especies
con la siguiente frase: "Existe grandeza en esta
concepción de la vida, con sus varios poderes, insuflada
originalmente por el Creador en unas cuantas o en una sola forma;
y mientras este planeta ha ido girando de acuerdo con las
leyes fijas de
la gravedad, desde su inicio tan sencillo infinitas formas,
maravillosas y bellísimas, han estado y
están evolucionando." (Darwin, 1958; p. 459; citado por
Collins, 2007; p. 111)

Según Collins (2007; p. 111), "las creencias
personales de Darwin siguen siendo ambiguas y parecen variar a lo
largo de los últimos años de su vida" por cuanto en
un momento dado dijo: "Agnóstico sería la descripción más correcta de mi
estado mental."

En otro momento escribió que se sentía
considerablemente desafiado por "la extrema dificultad, o
más bien imposibilidad de concebir este inmenso y
maravilloso universo, incluyendo al hombre con su
capacidad para ver muy hacia atrás y muy hacia el futuro,
como el resultado de la pura casualidad o de la necesidad. Cuando
al reflexionar así me siento impelido a buscar una Primera
Causa que tenga una mente inteligente, en cierto modo
análoga a la del hombre, merezco ser llamado
teísta." (Darwin; citado por Collins, 2007; p.
111)

Segundo botón:

¿Isaac Newton
fue un científico?

Usted dirá: ¡Por supuesto que sí!,
pues bien, en dos momentos de su libro Collins (2007) afirma que
Newton no era
ateo.

"Isaac Newton era un creyente que escribió
más sobre interpretación bíblica que sobre
matemáticas y física." (Collins,
2007; p. 89)

"Sir Isaac Newton era un firme creyente en Dios, y
escribió y publicó mas obras sobre la
interpretación de la Biblia que de física y
matemáticas." (Collins, 2007; p. 177)

Tercer botón:

¿Albert
Einstein fue un científico?

Usted dirá: ¡Por supuesto que
sí!

Pues bien, en una ocasión, alguien le
preguntó a Albert Einstein ¿Qué es la
ciencia?, y él contestó: "La ciencia es un intento
por hacer que la diversidad caótica de nuestra experiencia
sensorial corresponda a un sistema de
pensamiento
lógico y uniforme." (Einstein, citado por Alper, 2008, p.
25)

A pesar de esta visión sobre la ciencia, en una
ocasión Einstein expresó que él lo
único que quería en esta vida era conocer los
pensamientos de Dios, y que él estaba seguro que Dios
no juega a los dados. En verdad, la realidad sobre la existencia
de Dios, "la posibilidad de una vida después de la vida, y
muchas otras cuestiones, están fuera del alcance del
método
científico." (Collins, 2007; p. 243)

La ciencia y el método científico
constituyen herramientas importantes y básicas para
conocer, son formas, digamos, más o menos confiables de
acceder a un conocimiento
más o menos fiable, riguroso y científico sobre la
realidad. "Ya exploremos la estructura del
átomo,
la naturaleza del cosmos, o la secuencia del ADN en el genoma
humano, el método científico es el único
camino de confianza que puede seguirse para investigar la verdad
de los sucesos naturales. Ciertamente, los experimentos
pueden fallar espectacularmente, la interpretación de los
experimentos puede estar equivocada, y la ciencia puede cometer
errores, pero la naturaleza de la ciencia es autocorregirse.
Ninguna falacia importante puede durar mucho tiempo a la luz del
crecimiento progresivo del conocimiento." (Collins, 2007; p.
243). No obstante, la ciencia sola no es suficiente para
responder todos los misterios, enigmas, incógnitas y
preguntas importantes sobre esta maravillosa vida, sobre el universo,
sobre la existencia del ser humano, su significado y su misión en
este mundo.

El mismo Albert Einstein vio la pobreza de una
concepción del mundo puramente naturalista, en una
ocasión escribió: "La ciencia sin religión es coja, la
religión sin ciencia es ciega." (Einstein, 1941; citado
por Collins, 2007; p. 243), de manera que la ciencia no es el
único modo de conocer, "la ciencia no es el único
modo legítimo de investigar el mundo natural." (Collins,
2007; p. 243). En ese sentido, estoy completamente de acuerdo con
Collins (2007; p. 242-243) en que "tanto la concepción
científica del mundo como la espiritual tienen mucho que
ofrecer. Ambas proporcionan formas diferentes pero
complementarias de responder las preguntas más importantes
del mundo, y ambas pueden coexistir felizmente dentro de la mente
de una persona
intelectualmente curiosa que viva en el siglo XXI."

El único modo de encontrar la verdad, obtener y
producir conocimiento no es la ciencia. "La ciencia no es el
único modo de saber. La concepción espiritual del
mundo ofrece otro modo de encontrar la verdad." (Collins, 2007;
p. 244)

Según Collins (2007; p. 244), los
científicos incrédulos y ateos "que niegan esto
deberían considerar los límites de
sus herramientas", deben reconsiderar sus ideas y concepciones y
buscar nuevas y más diversas formas de hacer ciencia,
deben encontrar otras maneras originales y creativas de producir
saber científico, deben utilizar diversos instrumentos
para buscar el
conocimiento, incluyendo la fe.

Lo anterior está representado de manera
atractiva, sugestiva, agradable y encantadora en una
parábola[7]narrada por el astrónomo
Arthur Eddington.

Cuenta la historia que un hombre se propuso estudiar la
vida submarina usando una red formada por una
malla con cuadriláteros de tres pulgadas. Tras atrapar
muchas criaturas salvajes y maravillosas de las profundidades,
concluyó que en el mar profundo no existen peces de menos
de tres pulgadas de longitud.

"Si usamos la red de la ciencia para
atrapar nuestra visión particular de la verdad, no nos
debe sorprender que no atrapemos la evidencia del
espíritu." (Collins, 2007; p. 244)

Partiendo del análisis anterior, todo docente
teopedagogo, que se adscriba a la Teoría del Aprendizaje
Divino, basándose en la Fe, coincidirá
asumirá las siguientes interpretaciones
teológicas:

  • 1. Dios es el cerebro del Universo y del ser
    humano.

  • 2. La religión es la ciencia de
    Dios.

  • 3. La fe es la evidencia científica de
    Dios.

  • 4. La espiritualidad es la neurociencia de
    Dios.

  • 5. El aprendizaje divino es el aprendizaje
    neuroconfigurador de Dios.

  • 6. La Pedagogía del Cerebro es la
    Pedagogía de Dios.

  • 7. La Teoría del Aprendizaje Divino es
    la Teoría del Aprendizaje Neuroconfigurador de
    Dios.

  • 8. La Teopedagogía es la
    Psicología Configurante y la Pedagogía
    Configuracional de Dios.

  • 9. La Biblia es el currículo de
    Dios.

  • 10. La Iglesia es la organización
    educativa de Dios.

  • 11. Jesús Cristo es el maestro que
    utiliza Dios para formar al ser humano.

  • 12. La Intervención Divina es la
    Intervención Psicopedagógica de
    Dios.

  • 13. Los ángeles son las neuronas de
    Dios.

  • 14. Los poderes angelicales constituyen su
    actividad sináptica, su sinapsis.

  • 15. Los milagros son los neurotransmisores de
    Dios.

  • 16. El paraíso, la vida eterna y la
    felicidad infinita son las redes y circuitos neuronales de
    Dios.

Muy bien, volvamos a los científicos.
Según Einstein, la ciencia es un intento por hacer que la
diversidad caótica de nuestra experiencia sensorial
corresponda a un sistema de pensamiento lógico y uniforme.
De ahí que, todas las ciencias,
"todas las teorías
científicas representan un marco
teórico para que un cuerpo de observaciones
experimentales cobre sentido.
Pero la utilidad primaria
de una teoría no es sólo ver hacia atrás,
sino también hacia delante. Una teoría
científica viable predice otros hallazgos y sugiere
enfoques para verificaciones experimentales posteriores."
(Collins, 2007; p. 202). Por lo tanto, si la aplicación en
la praxis
educativa de alguna de estas teorías y modelos
pedagógicos propuestos, cada uno por su lado, no nos
acercan a las claves infalibles para la formación digna
del ser humano, en toda su expresión, dimensión y
extensión, para vivir en un mundo más
armónico, bello, justo, feliz y equitativo; si estas
novedosas, atractivas, originales, creativas, e incluso
cuestionables propuestas, no nos conducen por el camino seguro
del desarrollo
humano integral, ¿será que es necesario
entonces integrar la Teoría del Aprendizaje
Neuroconfigurador con la Teoría del Aprendizaje
Divino?

"Dios no amenaza la ciencia, la mejora. Dios ciertamente
no es amenazado por la ciencia, él la hizo posible.
Así que juntos busquemos reclamar la tierra
firme de una síntesis
intelectual y espiritualmente satisfactoria de todas las grandes
verdades. Aquella antigua patria de razón y
veneración nunca estuvo en peligro de desmoronarse. Nunca
lo estará. Llama a todos los sinceros buscadores de
la verdad a venir y tomar allí su residencia. Responde
tú a la llamada. Abandona la batalla. Nuestras esperanzas,
alegrías y el futuro de nuestro mundo dependen de ello."
(Collins, 2007; p. 249)

La conclusión de Collins (2007) es lo que
él llama BioLogos, una teoría que integra
armónicamente ciencia y fe, en la que se acepta plenamente
el proceso de la evolución y la selección natural,
pero también la unicidad del ser humano, cuya naturaleza
está conformada, ligada y configurada de manera
inseparable a fenómenos como la existencia de una ley moral o la
permanente búsqueda de Dios.

Estos aportes de Collins (2007), así como la
pregunta formulada anteriormente y sus posibles interpretaciones,
permiten proponer algunas actividades configurantes a la luz de
la conciliación entre la Teoría del Aprendizaje
Neuroconfigurador y la Teoría del Aprendizaje Divino
(Decálogo de las actividades
teoneuroconfigurantes):

  • Tener fe.

  • Conectarte o configurarte con Dios a cada
    instante.

  • Orar y/o conversar con Dios
    frecuentemente.

  • Alabar, agradecer y bendecir a Dios, a la
    Naturaleza, a las demás personas y a todo lo que te
    rodea.

  • Leer la Biblia todos los días.

  • Rezar el rosario con frecuencia (en el caso de los
    católicos).

  • Ir sistemáticamente a la Iglesia y participar
    activamente en sus actividades.

  • Participar de manera protagónica en
    actividades de integración entre los miembros de la
    comunidad religiosa.

  • Prestar servicios benéficos a otras
    personas.

  • Hacer obras de caridad.

Conclusiones

El desarrollo
metódico, consecuente y persistente de estas actividades y
su incorporación científica al proceso
pedagógico, de manera que podamos realizar experimentos
formativos, sin lugar a dudas nos inducirán hacia los
siguientes interrogantes:

¿Será que es necesario construir un puente
seguro, bien firme e inconmovible entre las neurociencias y la
Teopedagogía?

¿Será que es necesario elaborar, edificar,
construir, fundar y configurar la Teoneuropedagogía (o la
Neuroteopedagogía)?

Estas preguntas quedan planteadas para la
reflexión y el debate.

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Datos Autor

Doctor en Ciencias Pedagógicas,
Universidad Pedagógica de Holguín, Cuba. Doctor
Honoris Causa en Iberoamérica, Consejo Iberoamericano en
Honor a la Calidad
Educativa (CIHCE), Lima, Perú. Magíster en
Gestión
Educativa en Iberoamérica, CIHCE, Lima, Perú.
Magíster en Pedagogía Profesional, Universidad
Pedagógica y Tecnológica de la Habana. Experto en
Afectividad, Formación por Competencias, Creatividad,
Lúdica y Pedagogía Problémica. Contador
Público. Licenciado en Educación. Ha publicado
más de 20 libros sobre
currículo, evaluación, creatividad,
pedagogía del amor,
didáctica problematizadora, lúdica, estrategias
pedagógicas, dinámicas
de grupo, educación de la felicidad, éxito,
modelos pedagógicos, docencia
universitaria, inteligencia emocional, autoayuda, crecimiento
personal,
desarrollo humano y espiritualidad. Ha participado como ponente
en múltiples congresos de educación a nivel
nacional e internacional, siendo el más significativo la
III Cumbre Iberoamericana de Educación; Panamá
2007. Recibió el premio a la excelencia educativa 2007 y
2008 otorgado por el CIHCE. Mejor pedagogo novel de Cuba en el
año 2002. Director del Centro de Investigaciones
Educativas (CEINVED) y editor de la Revista Praxis, de la
Universidad del Magdalena, Colombia. Director de los grupos de
investigación Didáctica y Pedagogía de la
Educación Superior (GIDIPES) y Desarrollo y
Evaluación de Competencias (GIDECOM), ambos con
categoría A-1 en Colciencias y avalados por la
Corporación Universitaria de la Costa (CUC) y por la
Universidad del Magdalena. E-mail:

 

 

 

 

 

Autor:

Alexander Ortiz
Ocaña

Ph. D. en Educación

[1] Modelo pedagógico basado en la
Teoría del Aprendizaje Divino formulada por mí,
cuya esencia es la fe en Dios y la pedagogía de
Jesús Cristo, Sus fundamentos fueron publicados en mi
libro Dios y la Educación, Editorial CEPEDID (Ortiz,
2008).

[2] Médico genetista y director del
National Human Genome Research Institute (NIH, Instituto
Nacional para la
Investigación del Genoma Humano).

[3] Líder
durante más de una década del Proyecto
Internacional Genoma Humano.

[4] Ha recibido numerosos premios nacionales
e internacionales por sus trabajos de investigación,
entre ellos el premio Príncipe de Asturias 2001.

[5] Miembro del Institute of Medicine
(Instituto de Medicina) y
la National Academy of Sciencies (Academia Nacional de
Ciencias), considerada la élite del conocimiento
médico y científico mundial.

[6] En sus propias palabras, el genoma humano
consiste en "todo el ADN del ser humano, el código hereditario de la vida" (Collins,
2007; p. 9).

[7] Tomada de Collins (2007; p. 244)

Partes: 1, 2
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