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Sociedad civil, democracia participativa y estado social de derecho en Colombia



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    La presencia o intervención del Estado en la
    vida de los ciudadanos y los márgenes de
    participación que éste les en su manejo y control, han
    variado históricamente y en unos momentos ha sido mayor
    que en otros. Conceptualmente se sigue asumiendo y muy
    particularmente en nuestra época, que la tarea principal
    del Estado es la de proporcionar un ordenamiento legal dentro del
    cual las personas puedan vivir con seguridad y
    ejercer los derechos que les permitan
    desenvolverse de tal manera que puedan alcanzar sus fines como
    personas y los niveles de crecimiento y progreso a los cuales su
    dignidad las
    hace merecedoras.

    La aceptación de la responsabilidad del Estado en lo referente asuntos
    sociales, propia de diversos estados del siglo XIX y XX, dio
    origen al concepto de
    Estado de Bienestar que ha prevalecido en sociedades
    occidentales con derechos sociales amplios. Otros, en cambio, como
    los estados totalitarios, se atribuyeron derechos de regular y
    controlar derechos y opiniones de las personas, recurriendo a
    cualquier medio para lograrlo.

    Las diferentes prácticas de la variada modalidad de
    estados, han planteado cuestiones de fondo acerca de su
    legitimidad, en un amplio debate
    aún no concluido, en el cual la reflexión
    filosófica ha ejercido una función
    apofántica, iluminadora. Desde los orígenes de la
    polis griega, por ejemplo, gran parte de la reflexión
    iusfilosófica se ha concentrado en el debate acerca del
    origen, verdadera naturaleza,
    objeto y fines del Estado.

    A lo largo de la historia, muchos pensadores
    han fijado en la seguridad del Estado la justificación de
    regímenes autoritarios y hasta los abusos de poder. En el
    Critón, por ejemplo, Sócrates
    recuerda a quienes lo instigan a la fuga, que los ciudadanos han
    celebrado entre sí un contrato para
    constituir el Estado,
    cuyo incumplimiento es una falta de lealtad política. En
    consecuencia, todo ciudadano debe aceptar las decisiones del
    Estado, así vayan en contra de sus intereses, incluso,
    cuando está de por medio –como en el caso del mismo
    Sócrates- la propia vida. Es preferible padecer la
    justicia que
    cometerla. Por eso, en réplica a Critón, y a sus
    amigos le indica que "la injusticia jamás es
    permitida… toda injusticia es vergonzosa y funesta al que la
    comete, digan lo que quieran los hombres y sea bien o sea mal el
    que resulte
    [1]Naturalmente que su concepto de
    justicia está en referencia con el acatamiento de la
    ley.

    En tiempos modernos, los requisitos militares de crear y
    mantener las entidades estatales, se inclinaron hacia sistemas
    autoritarios. Es aquí en donde otros autores asumen que el
    necesario sacrificio de la libertad
    individual, es una condición para garantizar la
    supervivencia del Estado, en beneficio de un orden colectivo.

    Desde el Descubrimiento de
    América y los nuevos desarrollos sociales de Europa a partir
    de los siglos XVI y XVII, una nueva tendencia buscaba identificar
    al Estado con pueblos dotados de un cierto grado de identidad
    cultural común a sus habitantes y en esa forma, la
    legitimidad fue resultante de la voluntad de intereses de esos
    pueblos.

    Fue así como surgieron nacionalismos, que se
    identificaron con el concepto de Estado Nacional, tan fundamental
    durante la Revolución
    Francesa y sustentado filosóficamente por autores como
    Rousseau y
    Hegel, de
    cuyas obras se infiere una cierta sacralización de la
    nación
    como entidad capaz de conferirse legitimidad a sí misma y
    a sus acciones.

    En el Contrato Social, por ejemplo, Rousseau quiso
    formular un tratado sobre las instituciones
    políticas, al identificar el carácter irreconciliable entre naturaleza y
    cultura, y ver
    la sociedad como
    negación de la naturaleza; encontrando que el malestar no
    está en el individuo,
    sino en su relación con la sociedad, lo cual genera
    infelicidad, pues al negar la naturaleza, la sociedad establece
    la tiranía de la desigualdad. Pero el proceso
    histórico genera una negación de la
    negación, llevando a una igualdad que
    no solo restituye los términos de la igualdad inicial,
    sino que genera un nuevo orden social históricamente
    justo. Para lograrlo, hay que buscar "una forma de
    asociación que defienda y proteja, con la fuerza
    común, la persona y los
    bienes de cada
    asociado, y por lo cual cada uno, uniéndose a todos los
    demás, no obedezca más que a sí mismo y
    permanezca tan libre como antes
    [2]

    En el sistema
    roussoniano, cada individuo dándose a todos, no se da a
    nadie, y se adquiere un derecho igual sobre los asociados que se
    cede derecho, se gana equivalencia de todo lo que se pierde y
    fuerza para conservar lo que se tiene. El Contrato pues, es
    expresión de la voluntad general y de ella emana la
    autoridad del
    Estado[3]

    De esa manera, en la filosofía del Contrato Social,
    la soberanía, es el ejercicio de la
    voluntad general; pertenece al pueblo; es absoluta; es
    indivisible e inalienable.
    Y el pueblo que participa de la
    autoridad soberana es también súbdito y se somete a
    las leyes del Estado,
    que él mismo se ha dado. Por tanto, el derecho de la
    libertad, se concilia con el deber de la obediencia, mediante la
    ley, que es en donde se concreta la voluntad general.

    Pero la entronización de los estados nacionales en los
    siglo XIX y XX, generó como reacción diversos
    conflictos
    entre ellos, dando origen a un sustrato ideológico que
    abrió paso hacia el internacionalismo en las
    postrimerías del siglo XX, con una serie de conceptos
    conexos, como el de seguridad colectiva, derecho
    Internacional humanitario, comunidades económicas y
    políticas internacionales, globalización y diversas formas de
    trasnacionalismo, globalización del derecho y la
    aplicación de la justicia, etc. ambiente de
    reacciones, que ha planteado un desafío frente al mismo
    concepto de Estado como forma preferida de organización política, dando forma a
    una nueva percepción
    del Estado, que con desenvolvimiento particular en los
    países de la espera hispana y euroamericana, al
    clásico concepto de Estado de
    derecho, le adiciona el de Estado Social, para dar forma al
    Estado Social de Derecho.

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