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Iluminada Masonería Sionista (página 2)




Enviado por Tres Car



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¿Cómo aprovecharse de esta vulnerabilidad?

Accediendo a los sobrantes de unos para cubrir con ellos los
faltantes de otros, fue la respuesta inobjetable.

Pero, ¿cómo lograrlo y lucrarse de la
operación?, planteó un problema, para ese entonces,
difícil de resolver.

La naturaleza
suministró la solución: la satisfacción de
toda necesidad es pagada con una recompensa.

Había, pues, que ofrecer un aliciente a quienes
aceptaran entregar en custodia sus sobrantes y pedir a cambio una
compensación para ponerlos a disposición de los
necesitados.

¡Nacía el agiotaje!

Para asegurar la devolución de lo prestado con sus
intereses, el agiotista exigió prendas y quien no las
podía suministrar, debía oír impotente que
su prenda la constituía su propia integridad personal.

Ambas modalidades fueron desde el principio igualmente
bienvenidas por el prestamista, pues la prenda siempre tuvo un
valor
desproporcionadamente mayor que el préstamo garantizado,
así que el incumplimiento en el pago de lo prestado fue
cada vez más deseado por el usurero, hasta que esta
modalidad se fue convirtiendo en forma extorsiva de apropiarse de
los bienes de los
necesitados por sumas mezquinas.

Para quien no dispusiese de prenda, la compensación o
el interés
exigido fue mucho mayor y las amenazas fueron con el pasar del
tiempo
más despiadadas, hasta convertir al impotente deudor en un
esclavo del agiotista que lo seguía explotando, muchas
veces, de por vida.

No estaba lejos Erasmo de Rotterdam (1466 – 1536) cuando
en Schenck escribió:

…Es un robo y una explotación del hombre pobre
por el judío, tal que ya no se puede sufrir –y que
Dios tenga piedad. Los judíos-usureros se establecen firmemente
hasta en los más pequeños lugares, y si prestan
cinco Gulden, toman seis veces más como garantía y
toman intereses del interés y de éste de nuevo
intereses, de tal modo que el hombre
pobre pierde todo lo que tiene.

Este lucrativo negocio debía protegerse para que no
cayera en manos extrañas, o sea, debía eliminarse
la competencia.
Sólo un pueblo, unido por fuertes vínculos
religiosos y raciales, pareció tener la connivencia
requerida para monopolizar el papel de intermediario: el pueblo
judío. Aunque la ley mosaica
prohibe la usura y la especulación entre ellos, cuidando
que un judío nunca se enriqueciera a costa de otro
judío, su "Ley de Extranjeros", dice: Al extranjero
prestarás a usura, con tu prójimo no debes
hacerlo
. No obstante, en Israel se
debió establecer la Ley del Jubileo, que ordenaba que cada
cincuenta (50) años se condonaran todos los intereses y
todo empezaba de nuevo. Con esta ley se pretendía proteger
al propio Israel de sus mismos hijos.

Años más tarde THOMAS CARLYLE (1775 –
1881) constataba:

…En realidad y espiritualmente los judíos
sólo comercian con el dinero, el
oro y los
trajes viejos; no han contribuido con nada de verdadero
valor.

Nos cuenta la historia, que cuando Ciro
autorizó a los judíos el regreso a Palestina,
terminando su cautividad en Babilonia, una mayoría
ignoró a Sión y se quedó en la opulenta
Babilonia, donde se encontraban a sus anchas disfrutando de sus
especulaciones financieras y otras afines.

En un principio el negocio alcanzó regiones limitadas
por montañas y mares y con el pasar de los siglos fue
adquiriendo cubrimiento planetario empujado por una
facción que interpretó políticamente los
mandatos religiosos de los libros
sagrados, según los cuales, los judíos son el
pueblo escogido por Yahvé para reinar sobre la tierra,
como fue prometido a Abrahán.

Con el pasar del tiempo fueron refinando un sistema que les
permitiese vivir sin producir, hasta llegar a consolidarlo y
revestirlo de actividad honorable, respetable e indispensable,
para lo cual debieron, con sus mañas, rediseñar el
funcionamiento de la economía. Se trata por supuesto de la
banca, que
convirtieron en la dictadora de la economía y no en un
instrumento de ésta última como debería
ser.

Éstos ya habían pasado por diferentes pruebas y
ensayando sistemas
económicos opuestos. Los esenios practicaron la comunidad de
bienes y los publicanos, en tiempos de la ocupación romana
de Palestina, fungieron como arrendadores de los impuestos y
rentas públicas, así como de las minas del Estado.
Jesús de Nazaret escogió a uno de ellos, a Levi, a
quien encontró sentado en el Telonio recaudando impuestos,
para que lo siguiera, convirtiéndose en el apóstol
Mateo y posteriormente en santo del cristianismo.
Sus mismos correligionarios consideraban a los publicanos como
pecadores, por recaudar de prójimos, esto es, de hermanos
judíos.

El grupo que
más influencia tuvo, especialmente en tiempos de
Jesús, fue el de los fariseos, que como partido
político–religioso había surgido dos siglos
antes de Cristo. Estos se apegaban estrictamente a la ley mosaica
y, como estudiosos de las escrituras en sus escuelas de la ley,
adquirieron un poder
determinante.

Como se apegaron a la letra y no al espíritu de la Ley,
Jesús los llamó sepulcros blanqueados y hasta
nuestros días el término fariseo tiene la
connotación peyorativa de hipócrita, que muchas
veces se hace injustamente extensiva a otros hermanos de religión no
politizados.

Los saduceos fueron los miembros de un partido religioso
conservador a órdenes de los sacerdotes de los
judíos. Rechazaron la tradición oral y condenaron
la creencia en la resurrección de los cuerpos, en los
ángeles y en la inmortalidad del alma; sus
enemigos fueron los fariseos. A los saduceos se les señala
como los enemigos más furibundos de Jesús y los que
lograron que se le quitara la vida.

Otro grupo, el de los helotes, debía ocuparse de la
agricultura y,
en tiempos de guerra, servir
de escuderos. Los helotes estuvieron como esclavos del Estado
espartano.

Los zelotes fueron la rama rebelde de los judíos y
quienes se opusieron a la ocupación romana. De
éstos surgieron los sicarios u hombres del esquilete o
daga y asesinaban a los colaboracionistas, que fueron
principalmente los fariseos.

Los sicarios tomaron su nombre de sica, que así se
llamaba la espada corta o daga que usaron.

El historiador judío Flavius Josephus, nacido en
Jerusalén en el año 37 y muerto en Roma en el
año 100 como protegido de Vespasiano y de Tito, y que
había sido uno de los comandantes del levantamiento
judío contra Roma entre los años 66 y 70,
escribió la controvertida historia del suicidio
colectivo de los sicarios y sus familias en Masada.

Ésta fue la fortaleza construida por Herodes en una
cima situada al pie del Mar Muerto al sur de Jerusalén y
se consideraba inexpugnable. Allí se refugiaron los
últimos sicarios bajo el mando de Eleázar, quien
les había convencido de que nadie podía esclavizar
a los judíos. Los sicarios cometieron supuestamente
suicidio colectivo en Masada después de haber dado
muerte a sus
esposas e hijos. A unas mujeres y niños
que sobrevivieron escondidos se les atribuye haber narrado esta
historia.

Johanan Ben Sakai ya había predicado No importa
quién gobierne tu país, lo importante es
quién gobierne tu corazón
.

Éste huyó para impedir la desaparición
del judaísmo y creó en el exilio una escuela de donde
nació el rabinismo.

Bar Kochb´a que significa en hebreo "hijo de las
estrellas", hizo un último intento contra la Roma del
emperador Adriano y dirigió la rebelión
judía contra los romanos entre los años 132 y 135,
siendo derrotado. Muchos creyeron que éste era el
mesías.

Eufrates, el pensador romano del siglo I, que no era profeta,
sino un agudo observador, le informaba al Emperador
Vespasiano:

Los judíos hace tiempo que están en
rebelión no sólo contra Roma, sino contra la
humanidad.

Akiba Ben Joseph sirvió a órdenes de Bar
Kochb´a durante el levantamiento judío (132 –
135), cayó prisionero y fue desollado vivo.

Los romanos destruyeron Jerusalén y del templo
construido por segunda vez bajo la dirección de Esdras y Nehemías entre
los años 536 a 416 antes de Cristo, después del
cautiverio en Babilonia y terminado durante el reinado de
Herodes, no dejaron piedra sobre piedra, cumpliéndose lo
que había prenunciado Jesús de Nazaret cuando
lloró sobre Jerusalén. Empezó así la
diáspora anunciada por los profetas. La
primera diáspora se dio en los días de Antioco
Epífanes y por esa razón hubo comunidades hebreas
en todo el mundo helénico.

Fue en tiempos de Esdras y Nehemías que se
implantó la ley racial que prohibió que
judíos se casasen con no judíos,
convirtiéndose prácticamente en la primera medida
de discriminación racial de que tengamos
noticia y generándose con ello una gran endogamia, pues de
los tres o cuatro millones de judíos de esa época,
que fueron mezcla de muchas razas, principalmente armenios,
descienden, con muy pocas excepciones, las aproximadamente dos
decenas de millones de judíos de la actualidad.

Aunque la dispersión se realizó a todos los
puntos cardinales, supo conservar su unidad a través del
sanedrín que sigue reuniéndose una vez al
año en cualquier lugar secreto del orbe y obedece
ciegamente los mandatos del exiliarca, cuya existencia sigue
siendo el secreto mejor guardado en este mundo.

Los judíos emigrados a Europa fueron
objeto de muchas expulsiones a causa de los continuos
engaños de su brazo político y en muchas naciones
se les toleró, pero permitiéndoseles solamente los
oficios de ropavejero o de prestamista. Debido a que con el
oficio de prestamistas, que siempre supieron desempeñar
con lujo de habilidades, alcanzaron poder económico,
fueron llamados como "consejeros de monarcas" y desde esas
posiciones organizaron explotaciones despiadadas para
congraciarse con la corona, pero granjeándoles el odio y
el desprecio de los pueblos explotados.

A través del manejo financiero y de la información, siempre supieron ganarse los
sitios más cercanos al poder, o el mismo poder
político.

El movimiento
más importante de la diáspora, fue sin duda la
travesía del Atlántico. Los judíos
habían alcanzado en España
antes de los viajes de
Colón su época dorada y dieron el salto al
continente americano en las carabelas de don Cristóbal,
primero al sur del continente y de allí a Nueva York,
donde afianzaron su poder.

Que con especulaciones llegaran a convertirse en factores
determinantes del quehacer económico, fue sólo
asunto de tiempo.

Cuando la acumulación de riqueza alcanza determinadas
cotas, ésta se convierte en poder. Se había abierto
así un camino expedito para acceder a la riqueza y al
poder a través del esfuerzo y de la necesidad de los
demás.

El trípode sobre el cual descansa desde antiguo la
especulación financiera: prestamista, intermediario y
prestatario, ha sido a través de la historia el factor
más perturbador de las relaciones
humanas.

Hilos de todos los colores se fueron
disponiendo cuidadosamente para formar esa enigmática
urdimbre que fue requiriendo el agiotaje.

Se le atribuye al judío Simón Rubens haber
librado la letra de
cambio más antigua que se conoce.

Este instrumento, inventado por mercaderes judíos
venecianos y genoveses, fue promovido y generalizado por los
Caballeros del Temple, que eran los guardadores de los caminos y
los protectores de los canteros y de los constructores.

Cuando alguien necesitaba emprender un viaje de
peregrinación o de negocios, se
ponía en contacto con los templarios y depositaba la
cantidad de dinero que iba
a necesitar en otros sitios y recibía a cambio uno o
varios documentos
(letras) que iba cambiando en cualquier casa templaria de su
camino.

Los derechos que
cobraban por las letras de cambio, amén de otros ingresos,
hicieron de los monjes templarios la
organización económica más poderosa de
Europa y del Mediterráneo.

Para facilitar y apoyar el negocio de la especulación,
los judíos idearon la bolsa. En Londres, Berlín,
París, Frankfurt y Hamburgo, tuvieron un control absoluto
sobre las primeras bolsas.

En las antiguas crónicas figuraban también
Venecia y Génova como ciudades judías
desde donde realizaban grandes transacciones comerciales y
bancarias.

Judíos provenientes de Holanda aconsejaron y ayudaron a
la fundación del Banco de Inglaterra, al
igual que a la de los bancos de
Hamburgo y de Amsterdam.

Las emigraciones judías a causa de expulsiones,
persecuciones u otros motivos, produjeron fundaciones de bancos y
bolsas en otras latitudes y también el traslado de los
mercados de los
metales
preciosos.

Antes de haberse desarrollado la electrónica y de que los judíos se
tomaran el control de los medios de
masas, siempre mantuvieron un contacto íntimo que les
permitió recibir información valiosa antes de que
la obtuvieran los gobiernos de los países anfitriones, e
incluso antes de que la conocieran los mismos diplomáticos
de esos países y ello fue de incalculable valor para sus
movimientos financieros. Se valieron de palomas mensajeras para
enviar noticias de la
Bolsa de Londres hacia Amsterdam y así nacieron las
primeras agencias de noticias.

Una de las tácticas judías más recurridas
para alcanzar sus fines, ha sido la de enemistar a unos pueblos
contra otros, o a conglomerados entre sí. A los obreros,
por ejemplo, les han hecho creer que los capitalistas que les
explotan son los empresarios. Nada más falso, pues los
verdaderos capitalistas son los prestamistas que facilitan dinero
a los empresarios para poder realizar sus obras, pero bajo
condiciones tan onerosas y tan duras, que los empresarios nunca
se atreverían a utilizar con su obrero. Ambos pues,
obreros y empresarios, son las víctimas indefensas de los
verdaderos capitalistas.

Henry Ford, en su libro El
judío Internacional
, capítulo IV bajo el
título: La Cuestión del Judaísmo,
¿Es real o imaginaria?
dice: Una sociedad
humana que con angustia va comprendiendo que es explotada
cruelmente por los círculos poderosos de la raza
judía, hasta el punto de poderse hablar de un POGROMO
CRISTIANO producido por la miseria económica
sistemáticamente organizada contra una humanidad casi
inerme
.

Más adelante, en el mismo capítulo sostiene:
Pero el caso no es que entre los muchos déspotas
financieros del mundo entero se encuentren algunos judíos,
sino que dichos déspotas financieros sean exclusivamente
judíos
.

Shakespeare en El Mercader de Venecia
escribió:

No es en tu suela, sino en tu alma, áspero
judío, donde sacas filo a tu cuchillo. Ningún
metal, ni aún el hacha del verdugo, corta la mitad de tu
malicia aguzada.

…Pensad, os ruego, que estáis razonando con el
judío. Tanto valdría iros a la playa y ordenar a la
marea que no suba a su altura acostumbrada; podéis
asimismo prohibir a los pinos de las montañas que
balanceen sus altas copas cuando son agitadas por los ventarrones
celestes; podéis, igualmente, llevar a cabo la empresa
más dura de ejecución antes de probar el
ablandamiento pues ¿hay nada más duro? de su
corazón
judío.

…Miserable inhumano, incapaz de piedad, cuyo
corazón vacío está seco de la más
pequeña gota de clemencia.

II

Infiltración
; templarios

Inevitablemente y a pesar del gran secreto, muchos reyes y
gobiernos de naciones que hospedaron a colonias judías
fueron descubriendo que llegaban con el propósito de
explotar, conquistar y regir a los pueblos anfitriones. Para
defender a sus naturales, muchos gobiernos debieron prohibirles
acceder a grados militares en los ejércitos locales o a
posiciones de gobierno, pero
como esto no fue suficiente, hubo que recurrir muchas veces al
inevitable expediente de desterrarlos del país que los
había acogido.

Los judíos que abusaban de su religión para
fines políticos, alegando discriminación racial y/o religiosa,
trataban de evitar las medidas que se tomaban contra ellos.
Cuando estas maniobras no daban resultado, acudían a la
simulación. En efecto, fingían
abandonar la nación
y la religión judías para convertirse en ciudadanos
del país huésped y en profesantes de su
religión, e iban más allá, hasta el punto de
cambiar sus nombres y apellidos judíos por los corrientes
del país que pretendían conquistar.

Estos ciudadanos aparentemente normales, siguen siendo
criptojudíos, asisten a sinagogas escondidas en casas
particulares y no dejan de obedecer ciegamente a sus dirigentes.
Las familias de estos judíos secretos practican
públicamente la religión del país
anfitrión y envían sus hijos a las mismas escuelas
de sus nuevos conciudadanos, pero una vez llegan a
cierta edad, son iniciados en los secretos sionistas y deben
pronunciar juramentos de obediencia y secreto, cuya
violación es castigada a veces con la muerte,
hasta en forma de tortura.

En su obra, Complot contra la Iglesia, Maurice Pinay
en las pp. 137, 138,., afirma lo siguiente:

La infiltración judía en el clero era una
técnica de conquista del
mundo cristiano que el imperialismo
judaico consideró indispensable para dominar a su
principal baluarte, la Iglesia de
Cristo, empleando para ello diversas tácticas, que
variaron desde los ataques frontales hasta las infiltraciones. El
arma favorita de la quinta columna consistió en introducir
en las filas del clero a los jóvenes cristianos
descendientes de judíos que practicaban en secreto el
judaísmo, para que una vez ordenados sacerdotes trataran
de ir escalando en la jerarquía de la Santa Iglesia, ya
fuera en el clero secular o en las órdenes religiosas, con
el fin de que usaran luego las posiciones adquiridas dentro de la
clerecía en perjuicio de la iglesia y en beneficio del
judaísmo, de sus planes de conquista y de sus movimientos
heréticos o revolucionarios.

El clérigo falso cristiano criptojudío
está realizando, según el criterio rabínico,
una empresa
santa para sus intereses inconfesables. La quinta columna en el
clero ha sido y es uno de los pilares básicos del
judaísmo internacional.

Los fines que persigue la infiltración de los
criptojudíos en el clero, se explica claramente en un
interesante documento que dio a la publicidad el
abate Chabauty y que cita el Arzobispo de Port Louis,
Monseñor Meurin. Se trata de una carta del jefe
secreto de los judíos internacionales, radicados a finales
del siglo XV en Constantinopla, dirigida a los hebreos de
Francia,
dándoles instrucciones, en contestación a una carta
anterior que Chamor, Rabino de Arlés, le había
dirigido solicitándolas. La carta dice
textualmente:

-Bienamados hermanos de Moisés, hemos recibido
vuestra carta, en la que nos hacéis conocer las ansiedades
e infortunios que os véis obligados a soportar, y nos
hallamos penetrados de un dolor tan grande como el vuestro. El
consejo de los más grandes rabinos y sátrapas de
nuestra Ley es el siguiente:

-Decís que el Rey de Francia os obliga a haceros
cristianos; pues bien, hacedlo, pero guardad la ley de
Moisés en vuestros corazones.

-Decís que os quieren arrebatar vuestros bienes;
haced a vuestros hijos mercaderes, para que ellos despojen de los
suyos a los cristianos por medio del tráfico.

-Decís que se atenta contra vuestras vidas; haced a
vuestros hijos médicos y boticarios, a fin de que ellos
priven de las suyas a los cristianos sin temor al
castigo.

-Decís que se destruyen vuestras sinagogas; haced a
vuestros hijos curas y canónigos, a fin de que ellos
destruyan la Iglesia Cristiana.

-Decís que atentan contra vuestras vidas; haced a
vuestros hijos abogados, notarios o miembros de otras profesiones
que están corrientemente a cargo de los asuntos
públicos, por este medio dominaréis a los
cristianos, os apropiaréis de sus tierras y os
vengaréis de ellos.

-Seguid esta orden que os damos y veréis por
experiencia que, por abatidos que estéis, llegaréis
a la cúspide del poderío.

-Firmado V. S. S. V. E. F. Príncipe de los
judíos de Constantinopla al de Casleo de 1489".

En Le Plan de
domination mundiale de la Contra-Eglise. Fideliter, 1985. pp. 30,
35 y 66 de H. Le Caron,
podemos leer:

Para dominar la tierra, es
necesaria la coordinación y compaginación de un
gobierno mundial. El filósofo Joseph de Maistre ya
anunciaba el peligro que se cernía sobre Roma por la
acción
de sectas conjuradas para tal fin. Para llevar a cabo misiones de
esta envergadura, los "verdaderos detentadores del poder, los que
mueven los hilos, viven en la sombra, detrás del
telón-.

El Papa S. Pío X declaraba que el peligro
está hoy casi en las entrañas y en las venas de la
iglesia; sus golpes son por tanto más seguros puesto
que saben dónde golpear mejor.

No en vano, uno de los jefes del judaísmo, Alfred
Nossig, escribió en Integrales
Judentum que la comunidad judía es más que un
pueblo en el sentido político moderno de la palabra. Es
depositaria de una misión
histórica mundial, yo diría incluso cósmica,
que le han confiado sus fundadores, Noe y Abraham, Jacob y
Moisés. La concepción primordial de nuestros
antepasados ha sido fundar no una tribu, sino un Orden Mundial
destinado a guiar a la humanidad en su desarrollo. He
ahí el verdadero y único sentido de escoger a los
hebreos como pueblo elegido. Gesta naturae per judeos, he
ahí la fórmula de nuestra Historia. Orden
espiritual destinado a guiar el desarrollo de la
Humanidad.

Para abundar sobre el tema y despejar dudas de quienes
aún las tengan, baste remitirnos a las investigaciones
de un erudito, del Reverendo Justinus Bonaventura Pranaitis,
sacerdote católico, doctor en Teología, profesor de
hebreo en la Academia Imperial Eclesiástica de la Iglesia
Católica Romana de San Petersburgo.

Los resultados de sus pesquisas están plasmadas en
forma comprimida en el libro "EL TALMUD DESENMASCARADO", de
EDITORIAL LA VERDAD, Buenos Aires,
Junio de 1981, que como el subtítulo denuncia, son:
Las enseñanzas rabínicas secretas sobre los
cristianos.
Esta obra lleva el IMPRIMATUR de la
autoridad
eclesiástica.

Como era de esperarse, obras como ésta no son aceptadas
por las grandes editoriales bajo control masónico y
éstas a su vez amenazan a las librerías con
bloqueos si distribuyen tales libros.

Tampoco nos sorprende, que el Padre Pranaitis fuese liquidado
por la Checa en tiempos de la Revolución
Bolchevique.

Que nadie se extrañe porque los sionistas hayan tildado
el trabajo del
Profesor Pranaitis de panfleto y saquen a relucir
versiones maquilladas para ingenuos de su Talmud.

Pero vayamos mejor al grano y no nos dejemos distraer.

En la obra citada atrás, En Pesachim (49b), dice
así:

Dijo el rabino Eliezer: Está permitido cortar la
cabeza de un idiota (uno de los Pueblos de la Tierra) en la
fiesta del Perdón cuando cae en el Sabbath (73). Sus
discípulos le dijeron: Rabino, debes decir más bien
a sacrificar. Pero él contestó: De ninguna manera,
pues es necesario orar mientras se sacrifica, y no hay necesidad
de oraciones cuando decapitas a alguien.

EL UNICO PROPÓSITO DE TODAS LAS ACCIONES Y
ORACIONES DE LOS JUDÍOS DEBE SER LA DESTRUCCION DE LA
RELIGION CRISTIANA.

Se ve pues claramente cuáles han sido y siguen siendo
los verdaderos propósitos sionistas y quienes quieran
formarse una idea más clara sobre el tema consulten al
final de esta obra el Anexo No. 1, donde trasncribimos apartes de
la traducción hecha por el profesor Pranaitis
sobre algunos originales de EL TALMUD.

El libro del Kahal (su original ruso Kriga
Kagala
) dice con razón que el judío es un
individuo
sometido totalitariamente a la organización israelita en lo
político, lo económico, lo religioso, lo militar,
lo cultural y hasta en su vida privada.

Por lo tanto, el judío es un ser carente de libertad y
nada más peligroso que una fiera a la que le han abierto
la jaula y dejado libre entre corderos.

En Historia de la decadencia y caída del Imperio
Romano
de Edward Gibbon podemos leer en el volumen 11,
capítulo 16, página 384, edición
de Londres 1783, lo siguiente: Desde el reinado de
Nerón hasta el de Antonio Pío, los judíos se
impacientaron contra la dominación de Roma, lo que
provocó las más furiosas matanzas e insurrecciones.
La Humanidad se avergüenza ante las horribles crueldades que
ellos cometieron en las ciudades de Egipto, de
Chipre y de Cirenaica, donde al principio parecían ser
amigos de los nativos, a los que traicionarían. En
Cirenaica mataron a 220.000 griegos; en Chipre, 240.000; en
Egipto una inmensa multitud. Muchas de las víctimas fueron
partidas a trozos con sierras, según un precedente al que
el Rey David había dado la sanción con su
ejemplo.

Ya en el Génesis 41:43, 46:7 Y 45:18,20, leemos de
qué manera se valen de un Faraón débil para
utilizar en su beneficio los alimentos,
empezando la etapa hebrea en Egipto con la llegada de los
hermanos de José y de Jacob, su padre.

Con el paso de los siglos se fue perdiendo todo rastro de su
origen y aparecen como miembros verdaderos y leales de su
patria adoptiva y así han podido infiltrar sin
problema sus partidos
políticos, sus gobiernos, sus ejércitos, sus
instituciones
y hasta sus religiones.

En el año 1130, por ejemplo, el Cardenal
Pierleoni
, judío clandestino, bisnieto del Gran
Rabino de Roma, fue electo Papa y murió en Roma en 1138
con todos los honores de un pontífice.

Este Papa es conocido en la historia como el Anti-Papa
Anacleto II.

Los Cardenales criptojudíos que él había
nombrado, eligieron Papa a otro judío clandestino que
tomó el nombre de Víctor IV.

Por ruegos de San Bernardo y San Norberto, el Emperador Lotar
de Alemania se
tomó Milán y otros baluartes de los Pierleoni y
luego ocupó militarmente a Roma, que se inclinó
ante la santidad y elocuencia de San Bernardo, quien,
después de la rendición del Castillo de San
Ángelo, encarceló a Víctor IV e hizo
consagrar como nuevo Papa a Inocencio II.

Muchos clasifican también a Calixto III y a Clemente
VIII como antipapas.

Los inefables Protocolos ya lo dejarían bien
sentado: Penetrar hasta el mismo corazón de la corte
pontificia, de donde nada en el mundo podrá echarnos,
hasta que hayamos destruido el poder del papado.

Por eso ha sido tan difamada la Inquisición, porque
esta institución fue destinada a defender la cristiandad
del criptojudaismo, a desenmascarar y castigar a los falsos
cristianos y a destruir los movimientos que creaban los sionistas
para dominar y acabar con la Iglesia de Jesucristo.

Que algunos inquisidores hayan cometido errores, es actitud que,
por supuesto, nadie aprueba, y la misma Iglesia Católica
ha lamentado.

Como el dinero fluía y sigue fluyendo a sus arcas a
raudales, pudieron encontrar con facilidad acomodo en las
cercanías de los monarcas, a quienes servían de
banqueros para sus empresas
militares y se convirtieron en sus interesados prestamistas.

La corte de Fernando e Isabel tampoco escapó a tan
peligrosa compañía. Cuando apenas se hablaba de
financiar la primera expedición de Colón, su
poderoso olfato mercantilista percibió a través del
mar el dulce aroma del oro y tres judíos
marranos, esto es, secretos, Luis de Santángel,
gran comerciante valenciano que fungía como arrendatario
de las contribuciones reales; su pariente Gabriel Sánchez,
quien era el tesorero real y el amigo de ambos y el
camerlán Juan Cabrero, consiguieron que la reina accediera
a empeñar sus joyas para equipar el primer viaje de don
Cristóbal, y Santángel obtuvo el permiso de prestar
él mismo diez y siete mil ducados, equivalentes a ciento
setenta mil dólares de 1.950 y a más de un
millón ochocientos mil dólares estadounidenses del
año dosmil.

En aquella primera y prometedora aventura se embarcaron muchos
judíos, empezando por el tesorero Gabriel Sánchez,
el médico Bernal, Luis de Torres, el cirujano Marco y
Alonso de la Calle, entre otros.

Luis de Torres conoció de los nativos el uso del
tabaco e
intuyó la importancia de ese producto, que
originó posteriormente una poderosa industria bajo
control judío.

Luis de Santángel y Gabriel Sánchez obtuvieron,
como esperaban, grandes ventajas por su participación en
esta empresa.

Más tarde, Colón cayó en desgracia por
las intrigas del médico judío Bernal y
sufrió injusticias y encarcelamiento.

Que Colón haya sido marrano, lo reconocen hoy
casi todos los historiadores. Celso García de la Riega
documentó en 1913 su origen judío. Maurice David
descifró en 1933 su firma y los signos
judío–masónicos empleados por el almirante.
Don Salvador de Madarriaga apoya en su biografía la
ascendencia hebrea de Colón.

En este orden de ideas es importante recordar, que durante su
estancia en Portugal, Colón tuvo acceso a la carta de
navegación del profesor judío de Salamanca, Abraham
Zacuto y que Ishaq Abarbanel auspició
económicamente la empresa de Colón, al igual que
Santángel. No debe olvidarse tampoco que el mapa Piri
Reiss
, que tanta polémica ha levantado sobre los
conocimientos cartográficos de la antigüedad, fue
llevado por un marino que acompañó al almirante en
sus viajes.

Es de tener en cuenta que Isabel de Castilla había
decidido hacer una sola España como nación
católica y que en Marzo de 1492 se expidió el
decreto de expulsión de los judíos, que por
supuesto no podía cobijar a la mayoría ya
clandestinos que se habían mimetizado. Tres de los
más notables judíos de la época, Ishaq
Abarbanel, Abraham Señor y Meiz Mehamel acudieron al Rey
para que revocara lo dispuesto, y para sustentar su
petición le ofrecieron trescientos mil ducados, esto es,
ciento doce millones de maravedís, cincuenta veces lo que
costaría el primer viaje de Colón. La formidable
oferta
tocó el sensible corazón de Fernando y éste
llevó la propuesta a la Reina con su concepto
favorable, pero Isabel la rechazó de plano y el frustrado
consorte se vió compelido a mantener el decreto.

Los tres importantes judíos entendieron que la autora
real de la drástica medida había sido la Soberana y
acudieron a ella para que la derogara, pero la Reina los
recibió con amabilidad y les aconsejó que se
convirtieran lo más rápido posible. Éstos,
en efecto, o mejor en efectivo, aceptaron y en su ceremonia de
bautismo actuaron como padrinos los Reyes Católicos.
Señor cambió su nombre por el de Fernán
Núñez Coronel y Mehamel por el de Fernán
Pérez Coronel ( Saavedra Velasco Juan José, "Los
Velasco", Pág. 19, Editorial Feriba, Cali, 2007 ).

Algunos comentaristas afirman que la Reina no tuvo que
empeñar sus joyas, pues tenía fondos
suficientes.

Ya el pueblo hebreo, desde los tiempos de Salomón,
comerció, colaboró, construyó templos y
surcó los mares codo a codo con sus vecinos fenicios, que
fueron los mejores navegantes y cartógrafos de su
época y de quienes aprendieron ese arte.

Colón se documentó para sus viajes en los
archivos de la
Orden de Cristo en Portugal y en la de Calatrava en Castilla,
herederas y custodias de bienes del Temple.

Con los templarios se dan una serie de coincidencias
asombrosas que los vinculan con la masonería judía.
En Mallorca, que fue una de sus metas, tuvieron contacto con los
grandes cartógrafos judíos.

La Tau que enarbolaron los Caballeros del Temple, era el apoyo
del báculo del Gran Maestre, como el compás era el
signo que confería a la divinidad el atributo de Gran
Arquitecto del Universo.

Los Templarios coinciden con la masonería sionista en
el proyecto de la
preparación de un superestado en todo el planeta. Este
gobierno mundial suponía el fin del feudalismo y de
los poderes de los monarcas.

Afirman los cronistas que en 1099, después de la
conquista de Jerusalén, el gobernante de la ciudad
Godofredo de Bouillon fundó una misteriosa Orden en la
Abadía de Nuestra Señora del Monte Sión, la
cual más tarde promovería la fundación de la
Orden de los Pobres Caballeros de Cristo, conocidos como los
Templarios, Ordo Supremus Militaris Templi
Hierosolymitani.

Esta Orden de Sión tuvo un poder considerable, obrando
siempre detrás del telón y se afirmaba que los
reyes de la ciudad santa debieron su trono a esa oscura
sociedad.

Fue ésta la promotora del extraordinario desarrollo e
influencia de los Templarios, los cuales estaban dentro de sus
planes. Muchos documentos atestiguan que al menos cinco de los
nueve fundadores del Temple eran a su vez miembros de la Orden de
Sión y que éstos fueron su brazo armado.
También sostienen que ambas, la Orden y el Temple, estaban
confundidos en una misma organización y compartían
el mismo Maestre.

Un año después de la caída de
Jerusalén en manos de los musulmanes,
esto es, en 1188, la Orden de Sión acusó al Temple
y a su Maestre Gérard de Ridefort de traición, pues
éste arrastró a los Templarios a combatir en la
batalla de los Cuernos de Hattin, lo que significó una
catástrofe para los cruzados y llevó a la
caída de la Ciudad Santa. La Orden entonces rompió
con el Temple y se trasladó a Francia, donde cambió
su nombre por el de Priorato de Sión.

¿Fue este rompimiento una de las habituales maniobras
entre hermanos para confundir y ambientar su establecimiento en
Francia?

Supuestamente la misión del Priorato era la de
restablecer en Francia la dinastía de los merovingios,
pero en realidad sus planes obedecían a un calendario
cuidadosamente estudiado desde hacía muchísimo
tiempo y lo revistieron de un atrayente misticismo.

El gran secreto entonces del Priorato
consistía en que María Magdalena sería la
esposa de Jesús Nazareno y que después de su
crucifixión, viajó a las Galias acompañada
por José de Arimatea portando el Santo Grial, que
según ellos (Priorato), era la descendencia física del Nazareno,
pues María Magdalena llegó a las Galias,
supuestamente embarazada de Jesús y acompañada de
su progenie.

Una vez establecidos allí, este linaje judío se
unió en matrimonio con el
de los reyes francos, dando así lugar a los merovingios, a
quienes querían los del Priorato hacer coronar como
reyes.

Según estas burdas fábulas,
el Santo Grial no sería el recipiente que
contenía sangre de Cristo,
sino su descendencia con María Magdalena, sangre de
estirpe real, pues Jesús era descendiente del Rey David.
Esta sangre unida a la de Sigisberto IV, hijo de Dagoberto II,
rey merovingio, quien había sobrevivido al asesinato de
Dagoberto y su familia por
encargo de su mayordomo, Pipino de Heristal, comenzando
así el reinado de los Carolingios, daría origen al
reinado universal, que era y sigue siendo su objetivo.

El gran secreto, pues, del Priorato de
Sión
era esta leyenda del Santo Grial y
ambos, Priorato y Templarios, tenían como misión la
de proteger a los herederos del Rey de Israel con el objetivo de
conseguir el gobierno mundial con un rey descendiente de
David.

Con la caída de Jerusalén, este proyecto
fracasó, pero el Priorato de Sión
siguió desde Francia fiel a sus objetivos y
trabajando desde la clandestinidad, extendió sus
tentáculos por toda Europa y después por el resto
del mundo y su meta sigue hoy tan vigente, como en sus
comienzos.

El cuento tan
traído de los cabellos, de los pergaminos descubiertos en
el pueblo francés de Rennes-Le-Château por un cura
pobre, en una aldea pobre, durante la remodelación de una
iglesia y que encontró dentro de unos cimientos ya
quebrados, pergaminos que supuestamente hicieron rico al levita,
pero que jamás quiso mostrar, ni a su obispo y de los
cuales sólo sobrevivieron fotografías, sólo
puede ser creído por gente o muy tonta o muy mal
intencionada.

Estas fábulas han dado lugar a que muchos charlatanes
intérpretes de códigos, impelidos por organizaciones
masónicas, satélites
del Priorato y bajo cuyo control están grandes editoriales
y medios de información, hayan producido engendros, que en
las mentes bien informadas sólo pueden causar hilaridad,
pero que en las ignorantes, que son la inmensa mayoría,
producen confusión, que es lo que precisamente buscan.

Es interesante ver además cómo en las
construcciones de las catedrales góticas, que se
consideraron el sumum de la expresión de la
sabiduría antigua y cuyos constructores se convirtieron en
el origen de la masonería moderna, se nota en su estructura la
Cruz Templaria enmarcada en la estrella de Salomón, como
en las catedrales de Compostela, de León y de
Chartres.

La fundación oficial de los Templarios data de 1119 y
su aprobación papal se produjo en 1128, pues tenía
como meta, supuestamente, la guerra contra los infieles para
proteger el Santo Sepulcro. Felipe IV de Francia, llamado El
Hermoso, los desenmascaró y los debió someter.
Finalmente en 1312, el Papa Clemente V decretó la
disolución eclesiástica de la orden, la cual, por
supuesto, no fue obedecida.

Cuando los miembros del Temple iban a ser sometidos a los
Tribunales de la Inquisición, fueron alertados
oportunamente y muchos pudieron huir en la flota templaria
completa, llevando la mayor parte de sus tesoros; las tierras,
por supuesto, no se las pudieron llevar.

Los documentos que sobrevivieron, los no deformados por los
masones claro está, demuestran que había abundante
material para acusarlos y los juicios que se les hicieron fueron
rigurosos, largos e inobjetables. La mayoría de los
templarios que quedaron, confesaron sus culpas, se arrepintieron
y fueron perdonados. Muchos acogieron ir a conventos para expiar
y no pocos acabaron como Caballeros de San Juan, orden que
recibió en custodia los bienes del Temple que no se
pudieron llevar los hermanos fugitivos; y otros fueron acogidos
en la Orden Teutónica.

El último Gran Maestre de la Orden hasta la
prohibición papal, Jacques de Molay, fue quemado en la
hoguera en 1314.

La Inquisición fue la defensa de la Iglesia
Católica para desenmascarar a los infiltrados que la
querían destruir desde dentro.

Para quienes quieran establecer con mayor claridad el rigor
jurídico que rigió los Juicios del Santo Oficio y
establecer en justicia el
papel conciliador del tan denigrado Gran Inquisidor de
España, Fray Tomás de Torquemeda, estudie el
documento Procedimientos Jurídicos del Tribunal de la
Inquisición
(http://www.monografias.com/trabajos11/webpr/webpr.shtml).

En aras de la brevedad y para no distraer, nos limitamos a
tomar algunos apartes del mencionado documento:

A partir de las instrucciones de Torquemada se
generalizó esta práctica: la inocencia o culpabilidad
de los procesados no era fijada por los inquisidores sino por sus
asesores. Así, los primeros vieron reducidas sus
atribuciones a dirigir los procedimientos y
los segundos a determinar las responsabilidades.

Los asesores eran tanto religiosos como civiles,
especialistas en Teología o Derecho. El número de
miembros de la junta de asesores era variable, llegando en muchos
casos hasta diez. La relación de sus integrantes
aparecía detallada en las actas de los procesos y
muchas veces incluía a los inquisidores. Cuando se
condenaba a un procesado a muerte, la decisión
debía ser tomada por unanimidad. Si uno solo de los
asesores votaba en contra no se le sentenciaba a tal pena. Esta
es una de las razones que explica por qué, a partir de las
instrucciones de Torquemada, se redujo el número de
condenados a muerte. En las sentencias que no incluían tal
pena el veredicto se decidía por mayoría simple.
Con el tiempo se generalizó la remisión de las
actuaciones a la Suprema.

Si el reo era declarado inocente se le comunicaba
inmediatamente, a través de la respectiva sentencia
absolutoria, la cual solía ser breve. En ella el Tribunal
expresaba que, al no haberse probado las acusaciones del fiscal, el
procesado quedaba libre después de haber jurado mantener
el secreto sobre las actividades del Santo Oficio. Justamente
este carácter reservado del proceso
inquisitorial así como, en general, de las actividades de
la institución, generaba una mezcla de temor, curiosidad e
intriga en la sociedad, dando margen a las más
descabelladas historias en la intimidad de los hogares.

Los veredictos y las penas se basaban en la
demostración de la inocencia o culpabilidad de los
procesados así como -en el segundo de los casos- en la
gravedad de los delitos
atribuidos. De sentenciarse la inocencia, el encausado era
absuelto mientras que de fallarse su culpabilidad los
inquisidores señalaban las sanciones correspondientes.
Cabe añadir que tanto las de carácter físico
-azotes, prisión, destierro o muerte- como las de
carácter económico -pago de alguna multa o
confiscación de bienes- eran las mismas que aplicaban los
tribunales civiles no sólo de España sino de
cualquier otro país europeo. La particularidad
inquisitorial en esta materia, se
manifestó en las penas de carácter espiritual:
reprimendas, abjuraciones, reclusión para ser instruido en
la fe, comparecencia durante un auto de fe en hábito de
penitente, suspensión de los clérigos en su
ministerio o degradación de las órdenes religiosas,
etc.

La relajación se hacía con base en que el
Tribunal no condenaba a nadie a muerte, pues hacía lo
posible por salvarlo, puesto que era su fin principal, y al no
lograr el arrepentimiento del inculpado no le quedaba más
remedio que entregarlo al brazo secular para que el Estado lo
juzgara conforme a las leyes
civiles.

El Tribunal no condenaba directamente a muerte a
ningún reo. En tales casos las sentencias inquisitoriales
dirían: entregado al brazo secular o relajado al brazo
secular. Tal acto consistía en la entrega formal de los
reos pertinaces por los jueces inquisidores a los jueces reales
ordinarios. La justicia real les impondría las penas que
señalasen las leyes civiles: muerte en el quemadero. La
entrega al brazo secular se realizaba a instancias del fiscal,
quien la solicitaba a los inquisidores. Es interesante resaltar
que, a partir de las Instrucciones de Torquemada, se impusieron
cada vez mayores restricciones para la adopción
de la condena a muerte. De hecho sólo se aplicaba
excepcionalmente e iba acompañada de otras sanciones: la
excomunión mayor, la confiscación de los bienes del
procesado y la inhabilitación de hijos y nietos por
línea paterna e hijos por línea materna para ocupar
cargos públicos, ejercer ciertos oficios, llevar vestidos
de seda, joyas, portar armas y montar a
caballo. Debo agregar, en honor a la verdad, que la pena de muerte
en el quemadero no era exclusividad de la Inquisición
puesto que la justicia real la imponía en los delitos de
sodomía, bestialidad y adulteración de
moneda.

Relativamente pronto, pues, el Santo Oficio vacila en
matar. En la mayoría de los casos graves la pena normal es
la reconciliación, con la confiscación de los
bienes, esto último por lo demás no siempre
aplicado en la práctica, y la prisión perpetua.
Pero, atención, en lenguaje
inquisitorial, perpetua quiere decir cuatro años como
máximo….

Cuenta la historia, que en 1793, cuando Luis XVI perdió
la cabeza en la guillotina, un masón francés
subió al cadalso, empapó su mano en la sangre del
rey, la agitó ante las masas y exclamó: ¡
Jacques de Molay, has sido vengado !.

Hasta nuestros días, los aspirantes a Caballeros del
Temple en su ceremonia de admisión, deben escupir un
crucifijo, en lo que se considera el rito de la venganza
(Kadosh), por el sacrificio de Jacques de Molay. No olvidemos que
la masonería tiene el mismo ritual para la admisión
del grado 29 y que en el de la aceptación del grado 30, o
caballero " Kadosh " se pisotea la tiara pontificia.

Que El Temple haya sido desde su nacimiento y hasta nuestros
días, hoy bajo diferentes ropajes, una organización
masónica, sigue siendo tema muy controvertido entre los
entendidos, y aunque las pruebas en su contra sean apabullantes y
no obstante la abundantísima literatura prohijada por las
sociedades
masónicas a su favor, tal vez la verdad integral nunca se
sabrá.

La masonería moderna no es otra cosa que la Orden
Templaria reencauchada y las preceptorías templarias de
antes, se mimetizaron en los bancos de hoy, que bajo control de
la masonería sionista han establecido la dictadura
financiera internacional para sus oscuros propósitos.

No ocurrió nada distinto, a que la serpiente
mudó de piel en
Escocia, país donde se refugiaron los que huyeron.

Los templarios de Portugal fueron exonerados de culpa y se
camuflaron bajo el nombre de Caballeros de Cristo. Vasco de Gama
fue uno de ellos y Enrique el Navegante fue gran maestre de la
Orden. La cruz templaria o familiar cruz roja " Patté
"
fue la insignia bajo la cual navegaron los barcos de los
Caballeros de Cristo y también las carabelas de
Colón, quien estaba casado con la hija de un ex gran
maestre de la orden y también tuvo acceso a las cartas de
navegación de su suegro.

¿Fueron, pues, los viajes del Gran Almirante otra de
las monumentales empresas planeadas y organizadas por
criptojudíos masones y apoyada por los Templarios, para
conseguir su gobierno universal?

Otra vez habían golpeado primero y entrado con pie
firme al Nuevo Continente.

Los judíos siguieron emigrando en grandes cantidades a
la América
del Sur, especialmente a Brasil. Cuando se
presentó un conflicto
armado entre holandeses y brasileños, muchos decidieron
trasladarse a Nueva York que era la colonia holandesa situada
más al norte.

A pesar de que el gobernador holandés Peter Stuyvesant
no los quería en su territorio y pidió su
expulsión, ellos lograron a través de grandes
inversiones en
la Sociedad Colonial Holandesa, que fueran tolerados, pero
prohibiéndoseles el desempeño de funciones
públicas y el comercio al
por menor, lo cual aprovecharon para convertirse en poco tiempo
en los monopolistas del comercio
internacional mayorista.

Años más tarde ya consolidados, oteaban desde
las alturas financieras de Wall Street los bancos
judíos Kuhn, Loeb Co, Séller & Co, J.
&. W. Seligmann Co., Lazard Hermanos, Ladenburg, Thalmann Co,
Hallgarten & Co, Knaudt Nachod Küehne, Goldmann, Sachs
& Co,
y muchos más.

Los judíos lograron pues imponer su sello en la primera
potencia mundial
hasta el punto de que Werner Sombart, en su libro Los
Judíos y la Vida Económica,
páginas 38,
43, afirma: Lo que vulgarmente se llama AMERICAN, no es otra
cosa que el espíritu judaico destilado
.

El socialista francés del siglo XIX Pierre Proudhon en
Lésarisme et Christianisme afirmaba: El
judío es, por temperamento, un anti-productor; ni campesino ni
industrial, ni siquiera un verdadero comerciante. Es un
intermediario, siempre fraudulento y parasitario que opera en el
comercio como en la filosofía, por medio de la
falsificación.Solo conoce de la suba y la baja de los
precios, del
riesgo del
transporte, de
la incertidumbre de las cosechas, del peligro de la demanda y de
la oferta. Su política en
economía siempre ha sido enteramente negativa, enteramente
usuraria; es el principio del mal, Satan, Ahriman, encarnado en
la raza de Sem.

Y este Representant du peuple decía el 11 de
mayo de 1848: ¡Los judíos, otra vez los
judíos, siempre los judíos! Bajo la
República, al igual que bajo Luis-Felipe y bajo Luis
XVI, estamos a la merced de los judíos.

III

Fieles e
infiele
Iluminados y mafia

No se pretende hacer un ejercicio de celotipia demeritando
actuaciones, que de tener intenciones honorables, serían
meritorias, ni enjuiciar una religión y mucho menos, a una
de las tres grandes monoteístas y hermana mayor
de la cristiana, que merece todo el respeto, como lo
merecen todas las religiones que tratan de
ayudar al hombre a encontrar su camino, sino de llamar una vez
más la atención de las masas de cándidos que
fungen de idiotas útiles de secretos conciliábulos
de maldad que tratan de encubrir su ponzoña tras un velo
de ardides religiosos.

Muy respetable la nostalgia de Sión que albergaron los
judíos de la Edad Media y
del Renacimiento,
alimentada por motivos puramente religiosos o
mesiánico–escatológicos; como también
respetamos y defendemos como amantes de la libertad el sionismo
cultural que trata de revivir y mantener la lengua y la
cultura
hebreas.

En la Biblia, la fuente de las fuentes, en el
Antiguo y en el Nuevo Testamento encontramos incontables
ejemplos de judíos admirables, hombres justos, llenos de
piedad y de amor de
Dios.

Al pueblo hebreo Jehová lo privilegió escogiendo
de su seno a una virgen, a quien había dotado de todas las
perfecciones posibles a una creatura, para que en Ella se
encarnara el Mesías y como habían anunciado los
profetas, de esa virgen de la estirpe de David en el pueblo de
Israel nació Jesús, el hijo de Dios hecho
hombre.

El mismo Jesús fue quien profirió la más
bella alabanza que todo un Dios le puede hacer a hombre alguno y
se la hizo a Natanael: "He allí un verdadero israelita sin
doblez ni engaño".

Grande y justo fue también el rabino Gamaliel que lleno
de entereza señaló la injusticia que
pretendía cometer el sanedrín.

No podemos olvidar tampoco a aquellos varones llenos de
rectitud y de caridad que fueron amigos de Jesús hasta el
sepulcro, a Nicodemo y a Arimatea.

Un hermoso testimonio de amor y de paciencia nos lo suministra
el Antiguo Testamento en su primer libro de los
sapienciales, en Job.

Los libros históricos del Antiguo Testamento
(especialmente Reyes 1 y 2, Samuel 1 y 2 y Macabeos 1 y
2
) nos documentan grandes prototipos de santidad y de
iniquidad. Hubo reyes y jefes grandes y santos; los hubo canallas
y ladrones.

Isaías nos habla de esos ejemplares sacerdotes llenos
de Dios y de piedad. Hubo otros que se apoderaron del sacerdocio
y del propio templo para adorar a dioses extraños y para
enriquecerse con los bienes robados al templo y a su pueblo.

Ya en Isaías se encuentra un enjuiciamiento a la usura:
"…juntan casa con casa y solar con solar despojando a las
viudas y a los huérfanos…"

Hasta el mismo rey David traiciona a su fiel general
Urías y seduce a Betsabé, su hermosa esposa.

Luego David lo quiere engañar para que el hijo que
engendró parezca de Urías y al no conseguirlo
ordenó a Joab que lo pusiera en batalla adelante frente a
los más fieros de los amonitas, donde perdió su
vida. No contento, luego desposó a su viuda, a
Betsabé que le parió a Salomón. (A.T. 2
Samuel 11, 1-27 y 12, 1-25
).

David se arrepintió después y lloró
amargamente.

La cautividad babilónica (años 721-587 a.C.),
llega después de que Nabucodonosor se apodera del reino de
Judá, arrasa a Jerusalén y destruye el templo,
cumpliéndose el castigo a las infidelidades de reyes y
pueblo para con su Dios. (A.T. 2 Reyes 25, 1-26)

Dejemos que sea el mismo Jesús de Nazaret quien
describa a los infieles del pueblo de Israel:

Entonces Jesús habló a las multitudes y a
sus discípulos diciéndoles: En la cátedra de
Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced y
cumplid todo cuanto os digan; pero no hagáis según
sus obras, pues dicen pero no hacen. Atan cargas pesadas e
insoportables y las ponen sobre los hombros de los demás,
pero ellos ni con un dedo quieren moverlas. Hacen todas sus obras
para ser vistos por los hombres; ensanchan sus filacterias y
alargan sus franjas. Apetecen los primeros puestos en los
banquetes, los primeros asientos en las sinagogas, y los saludos
en las plazas y que la gente les llame Rabí. Vosotros, al
contrario, no os hagáis llamar Rabí, porque
sólo uno es vuestro Maestro y todos vosotros sois
hermanos. A nadie llaméis padre vuestro sobre la tierra,
porque sólo uno es vuestro Padre, el celestial. Tampoco os
hagáis llamar doctores, porque vuestro Doctor es uno
sólo: Cristo. El mayor entre vosotros sea vuestro servidor. El que
se ensalce a sí mismo será humillado, y el que se
humille a sí mismo será ensalzado.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos
hipócritas, que cerráis el Reino de los Cielos a
los hombres! Porque ni vosotros entráis, ni dejáis
entrar a los que entrarían.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos
hipócritas!, que vais dando vueltas por mar y tierra para
hacer un sólo prosélito y, una vez convertido, le
hacéis hijo del infierno dos veces más que
vosotros.

¡Ay de vosotros, guías ciegos!, que
decís: El jurar por el Templo no es nada; pero si uno jura
por el oro del Templo, queda obligado. ¡Necios y ciegos!
¿Qué es más, el oro o el Templo que
santifica al oro?

Y el jurar por el altar no es nada; pero si uno jura por
la ofrenda que está sobre él, queda obligado.
¡Ciegos! ¿Qué es más, la ofrenda o el
altar que santifica la ofrenda?

Por tanto, quien ha jurado por el altar, jura por
él y por todo lo que hay sobre él.

Y quien ha jurado por el Templo, jura por él y por
Aquel que en él habita. Y quien ha jurado por el Cielo,
jura por el trono de Dios y por Aquél que en él
está sentado.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos
hipócritas!, que pagáis el diezmo de la menta, del
eneldo y del comino, pero habéis abandonado lo más
importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la
fidelidad. Estas cosas había que hacer, sin omitir
aquéllas.

¡Guías ciegos!, que coláis un mosquito
y os tragaís un camello.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos
hipócritas! Que limpiáis por fuera la copa y el
plato, mientras por dentro quedan llenos de carroña e
inmundicia. Fariseo ciego, limpia primero el interior de la copa,
para que llegue a estar limpio tambien el exterior.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos
hipócritas!, que sois semejantes a sepulcros blanqueados,
que por fuera aparecen hermosos, pero por dentro están
llenos de huesos de muertos
y de toda podredumbre. Así también vosotros por
fuera aparecéis justos ante los hombres, pero por dentro
estáis llenos de hipocresía y de
iniquidad.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos
hipócritas!, que edificáis los sepulcros de los
profetas y adornáis las tumbas de los justos, y
decís: Si hubiéramos vivido en los días de
nuestros padres, no habríamos sido sus cómplices en
la sangre de los profetas.

Así, pues, atestiguáis contra vosotros
mismos que sois hijos de los que mataron a los profetas. Y
vosotros, colmad la medida de vuestros padres.

¡Serpientes, raza de víboras!
¿Cómo podréis escapar de la
condenación del infierno? Por eso he aquí que voy a
enviar a vosotros profetas, sabios y escribas; a unos
mataréis y crucificaréis, y a otros los
flagelaréis en vuestras sinagogas y perseguiréis de
ciudad en ciudad, para que caiga sobre vosotros toda sangre
inocente que ha sido derramada sobre la tierra, desde la sangre
del justo Abel hasta la sangre de Zacarías, hijo de
Baraquías, al que matasteís entre el Templo y el
altar. En verdad os digo, todo esto caerá sobre esta
generacion.

¡Jerusalén, Jerusalén!, que matas a
los profetas y lapidas a los que te son enviados. Cuántas
veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina cobija a sus
polluelos bajo las alas, y no quisiste. He aquí que
vuestra casa se os va a quedar desierta.

Así, pues, os aseguro que no me vereís hasta
que digáis: Bendito el que viene en nombre del
Señor.
(Mateo 23, 1 – 39)

Aquí se cuestiona a quienes no fueron fieles, a los
descaminados y al sionismo político de los Protocolos
de los Sabios de Sión
aplicado por sus organizaciones
satélites, secretas y no secretas que, con o sin conocimiento,
sirven los intereses de esa disidencia que usurpó el
gentilicio del monte sagrado para amparar sus actuaciones bajo el
escudo de tolerancia
religiosa.

Esta disidencia del sionismo religioso-cultural utilizó
para encubrirse y despistar, los ritos y misterios que
emplearon desde tiempos perdidos en la historia muchas tribus y
pueblos de los cinco continentes, que son el real origen de la
masonería, como lo demuestra la escuela
antropológica, que entre muchas, se ha ocupado de
desentrañar los orígenes de la masonería y
así desvirtuar el engaño con que el sionismo
político mantiene confundida a la masa,
atribuyéndole a la masonería sus orígenes en
el siglo XVIII cuando se formó la Gran Logia en
1717 que fue por la reunión de cuatro logias antiguas.
Desde allí sólo arrancó la masonería
especulativa dejando atrás a la operativa, que se
dedicó esta última entre otras cosas, a la construcción de edificios y catedrales
financiados por los Templarios.

De todos modos y no por reiteradamente negado, es menos cierto
que todas las logias masónicas, tanto las secretas y
clandestinas, como las oficiales, son controladas por el
criptojudaismo o sionismo político.

La masonería del rito de York, cuyo real origen fue en
el año 926 en ese lugar, o del real arco (Royal
Arch
) que domina en el imperio Británico y en los
Estados Unidos
de América y que agrupa a las cuatro quintas partes de los
masones de la tierra que ya son muchos millones, es considerada
como la continuación de la ley mosaica, según puede
leerse en un documento francmasónico de autoridad y
autenticidad indiscutibles (Diccionario Enciclopédico
de la Masonería
, Editorial Kier, S.A. Buenos Aires,
1962. Tomo II, páginas 351 a 355).

Esta masonería judía logró introducir en
la sociedad el engaño que maneja al mundo actual,
haciéndoles creer a través de falsas
prácticas democráticas, a las inmensas
mayorías, que contrariamente a lo que aconsejaron los
más reconocidos pensadores, como Confucio, o Platón,
que no deben regir los destinos de los hombres los filósofos de probadas virtudes y sin
ambiciones personales, sino ventajistas, a quienes camuflan con
el título de demócratas, cuya única
virtud exigida es la de cumplir pronta y fielmente los
mandatos de sus logias, mandatos de los que casi ninguno de sus
miembros conoce la proveniencia, incluso, ni los iniciados de
grados más altos, porque el secreto mejor guardado
actualmente del mundo es la identidad de
los miembros de la Kahal, concejo de gobierno en la
diáspora o sanedrín sionista y el de quien oficia
de Gran Sacerdote. Ni la Sociedad de Sociedades, como se
autodenomina la masonería, lo intuye siquiera, a pesar de
ser la herramienta directa del sanedrín.

A quienes se inician en los ritos masónicos les hacen
creer que es sólo una fraternidad benéfica y
filantrópica de ayuda mutua, que no se mezcla en la
política y que respeta los gobiernos imperantes
;
más tarde van detectando quiénes califican para
irles convirtiendo poco a poco en títeres dóciles
del criptojudaismo y los van organizando secretamente en
sublogias, superlogias o traslogias, que intervienen en las
votaciones de la logia oficial, pero sólo en los casos que
interesan al sionismo político, dejándoles a los
miembros no iniciados, la impresión de que su logia se
gobierna autonomamente.

Las grandes mayorías han sido inducidas a creer que el
problema judeomasónico no existe y si se menciona, es
considerado sólo como el producto de algún
despistado de mente calenturienta y envidiosa o de algún
fracasado mandado por un fanático antisionista. Esto ha
sido posible, gracias al casi absoluto control que ejerce la
masonería judía sobre el negocio editorial y su
comercio y sobre los medios de información.

En su Bibliografía de la Literatura
Masónica
, Bibliographie der Freimaurerischen
Literatur
, publicada entre 1911 y 1913, August Wolfstieg
recoge en tres volúmenes más de 50.000
títulos de libros sobre la masonería. Esta obra fue
reeditada en 1967 en Hildesheim con un cuarto volumen adicional
elaborado por Beyer y desde ese año ha habido un
incremento considerable en el número de estudios sobre el
mismo tema.

Infortunadamente la mayoría de las investigaciones
sobre este asunto han sido realizadas por la misma
masonería o mandadas a escribir por ellos, con el
propósito de confundir y son éstas claramente las
que gozan de difusión y las que las masas de lectores
conocen.

En la historia en clave masónica, en las Constituciones
originarias de J. Anderson (año 1723) se encuentran, entre
otros, los siguientes títulos de capítulos:

  • El Gran Arquitecto y Adán, el primer
    masón

  • El Arca Masónica de Noé

  • Abrahán, el Trasmisor del Arte
    (Masonería)

  • Israel, Pueblo Masónico

  • Moisés, Gran Maestro Masón

Estos epígrafes reconocen el vínculo de la
masonería con el

pueblo judío y su ancestro mucho más
atrás del año 1717, que tanto manejan para
confundir.

La espina dorsal de la masonería la constituyen las
logias encubiertas que son conocidas únicamente por sus
miembros de los grados treinta en adelante y suelen ser
personalidades en los campos político, económico,
militar, intelectual, etc.

El influjo de estas logias dentro de la sociedad es invisible,
pero de una eficacia
incuestionable. Veamos:

– En su libro La Masonería Invisible
(Editorial Fénix, Getafe 2002, pp. 204 – 249)
Ricardo de la Cierva habla de la logia Propaganda Due
(P2), la de Licio Gelli, logia encubierta del Gran Oriente
(masonería irregular), a la cual pertenece Silvio
Berlusconi (jefe del gobierno italiano) y cita 922 miembros (pp
213 – 238) entre banqueros, miembros del gobierno, 43
parlamentarios, 54 altos funcionarios, 183 altos oficiales del
Ejército, de la Marina y de la Fuerza
Aérea, 19 jueces, 58 profesores universitarios, varios
propietarios de periódicos, etc.

– Los Grupos de la
Tabla Redonda (pp. 602, 609 ss), sociedad secreta creada en 1891.
Sobre ellos se estructuró la Trama del Royal Institute
of International Affairs
, creado en Londres en 1919, con una
rama en Estados Unidos de América llamada CFR (pp
602, 609).

– La sociedad secreta Order Skull and Bones
(Orden de la Calavera y de los Huesos), cuyo emblema es
una calavera con dos tibias cruzadas o llamada simplemente
The Order (La Orden), es una fraternidad erigida en la
Universidad de
Yale en 1832 y es una orden masónica "salvaje",
independiente, o sea, no inscrita en ninguna logia regular. Se
inspiró en el iluminismo y en el idealismo de
Hegel (p.
587).

A ella han pertenecido los presidentes de Estados Unidos de
América Theodor Roosevelt, William Howard Taft, George
Bush (padre), George W. Bush (hijo y también presidente),
así como el secretario de Estado que dirigió el
plan de reconstrucción de Europa después de la
Segunda Guerra y que lleva su nombre, George C. Marshall.

– La Sociedad Fabiana (SF) (pp 602 – 608) que
debe su nombre al dictador romano Q Fabio Máximo, llamado
Cunctatur (El Precavido) por sus amagos de lucha con
Aníbal hasta que le dio el golpe definitivo. Esta sociedad
orientó la fundación del Partido Laborista y ha
dominado en las universidades de Oxford, Cambridge y Harvard,
así como en medios de
comunicación de influjo mundial como The New York
Times
. Su obra actual más influyente es la London
School of Economics and Political Science
.

El Council on Foreign Relations (CFR) (pp
609 – 614), nombre del Royal Institute of Internacional
Affairs
en Estados Unidos de América llevado a Nueva
York en 1921 por el banquero masón J. Pierpunt Morgan, es
integrado por las personas más influyentes de Estados
Unidos de América, en el gobierno, comunicaciones, banca, negocios… siendo la
mayoría de sus miembros masones, casi todos pertenecientes
a la Bnai Brith (Hijos de la Alianza, en hebreo), que es
una obediencia masónica integrada por 600.000
judíos y a sus reuniones sólo pueden asistir
judíos. A la CFR han pertenecido o pertenecen los
masones H. S. Truman, Lyndon B. Johnson,
Gerald R. Ford, G. Bush padre, W. J.
Clinton
, H. Kissinger, varios miembros de la familia
Rockefeller y también otras personalidades que no han sido
masones o que por lo menos, no se les conoce su pertenencia, como
John, Robert y Edward Kennedy,
Dwight Eisenhower, R. Nixon, y otros.

– El Club de Bilderberg o
Bilderberggroup (BG) (pp. 614 – 618);
miembros del CFR a través de Joseph
Retinger
crearon el BG. Retinger, sueco de origen
judíopolaco y alto grado de la masonería. El nombre
procede de la localidad holandesa donde está el hotel
Oosterbeek
; allí se realizó la Asamblea de
Constitución en 1954 presidida por el
Príncipe Consorte Bernardo de Lippe, también
masón. El BG es financiado por los Rockefeller,
la casa Rothschild, la banca Dillon Read, la banca
Warburg
, la banca Lehman, el Fondo Monetario
Internacional
y el Banco Mundial.

Un reducido número de miembros de influencia decisiva,
se reúne durante tres días a trazar líneas
de conducta en
política internacional y en asuntos económicos para
todo el planeta y sus conclusiones se mantienen en estricto
secreto, pero son trasmitidas a los jefes de gobierno que ellos
controlan, para su cumplimiento. Muchos afirman que es el
sanedrín, pero no lo es. Más adelante nos referimos
más ampliamente al Club Bilderberg, por ser una
herramienta eficientísima de la masonería. Como
éste club apenas era un bastión
periférico de la gran dirigencia para ejecutar sus
órdenes y fue desenmascarado, ya la masonería no se
preocupa por mantener en secreto sus reuniones y decisiones, pues
sus funciones fueron trasladadas a otras organizaciones
secretas.

– La Trilateral (pp 618 – 620) es una selección
del BG, del CFR, de la Bnai Brith y de
un grupo de japoneses que la constituyeron en noviembre de 1972
con la asistencia de D. Rockefeller, líder
del BG, George S. Franklin, dirigente del CFR,
Max Kohnstans, etc.

El promotor de la trilateral, que alude, según algunos,
a los tres lados -Estados Unidos de América, Europa y
Japón
y al triangulo masón, fue el judío de ascendencia
polaca Zbigniew Brzezinski.

La masonería ha promovido también la
creación de muchas sectas, sectas en su acepción
técnica (véase Diccionario Enciclopédico
de las Sectas
, BAC, Madrid, pp.
862 – 867) de las 20.000 inventariadas por J. Gordon Melton
del Institute for the Study of American Religions de la
Universidad de Santa Barbara, California. De estas 20.000, unas
200 sectas son destructivas, o sea, que asesinan a sus adeptos
que no les marchen o a las personas que se les oponen a criterio
de sus fieles adeptos. Estas son sectas secretas o
discretas como suelen llamarlas los masones.

Valga como ejemplo el esoterismo teosófico como factor
determinante de la difusión del budismo en
occidente desde 1875 en que se fundó la primera
Theosophical Society, y en 1962, año en que
empezó otra oleada con el New Age o Nueva Era.
Sus fundadores, la rusa Helena P. Blavatsky y el coronel
estadounidense Henry Steel Olcott, eran masones dedicados al
espiritismo y al ocultismo. Estos fueron los primeros
occidentales en tomar el triple refugio, rito oficial de
incorporación al budismo, y formaron un comité de
defensa del budismo que en 1881 publicó un catecismo
budista a imitación del catecismo cristiano, para
reemplazarlo. En varios países consiguieron una
votación favorable a favor de una enseñanza estatal laicista y el catecismo
católico fue reemplazado por manuales de
educación
ética y
cívica, elaborados en base a la filosofía
moderna occidental
y a la tradición oriental.
Reemplazan también la moral por la
ética.

Sobre el New Age existe ya literatura abundante que
puede ser consultada, pero se alerta sobre el origen de la
misma.

Existen también las sectas denominadas
paramasónicas, que aunque técnicamente no
pertenezcan a la masonería, son integradas por masones
como la Ancient Arabic Order Nobles of the Mistic
Shrine
, (Orden Antigua Arábica de los Nobles del
Santuario Místico), fundada en 1871. Sus más de
700.000 miembros son masones.

La Grand Lodge Rockefeller 666, es una orden secreta
del iluminismo de signo luciférico. En lo alto del
rascacielos donde funciona se ve el número 666 iluminado
de noche y en el suelo, la figura
de Prometeo, el
símbolo mitológico del progreso
científico-técnico y de la rebelión contra
lo divino. En esta superlogia sólo pueden participar
personas de elevado nivel económico y cultural y que
pertenezcan a los grados del 30 al 33 del rito Escocés
Antiguo.

En Apocalipsis 13, 18 se lee:

En esto consiste la sabiduría: El que tenga
inteligencia
que calcule el número de la bestia, pues es número
de un hombre. Su número es seiscientos sesenta y
seis.

En este grupo de sectas también se puede incluir la
Orden de la Luz, cuyo nombre
inicial fue: August Order of Light; la Societas
Rusicruciana in Anglia
, fundada en 1866, inclinada al
ocultismo que sólo admite a masones del tercer grado, o
sea, a Maestros. Cuando su presidenta Gladis fue ordenada obispo
en 1980, la Conferencia
Episcopal de EUA, publicó que la ordenación de una
mujer por un
obispo, aunque no fuese católico, no era sólo
ilícita, sino inválida.

Existen también otras sectas fundadas por masones, de
origen masónico y con sello masón, aunque muchos de
sus seguidores no sean masones o ignoren el vínculo
masón de su organización. Tienen abierta o
soterradamente animadversión hacia el cristianismo.
Citamos como ejemplos:

La Iglesia Gnóstica, del creador del
gnosticismo moderno en 1890 Lules Doinel, quien fue masón
desde 1884, miembro del consejo de la Orden
Masónica
(1890 – 1893), archivero del Gran
Oriente de Francia
y bibliotecario del Museo
Masónico
.

La Iglesia Católica Liberal.

La Iglesia Gnóstica Prenicena.

La Iglesia Gnóstica Universal.

Los Elegidos de Cohen.

La Sociedad de la Armonía Universal.

El Martinismo y sus órdenes derivadas
(Orden Soberana y

Militar del Templo de Jerusalén, etc.).

La Orden Hermética del Alba
Dorada
(Golden Dawn).

La Sat Bhai o Siete Plumas, que alude a un ave de
la India

que vuela en grupos de siete.

La Sociedad Teosófica.

– Varias ramas del Rosacrucismo (mostrado por la

historiadora inglesa Frances A. Yates).

La Ordo Templi Orientis.

Los ritos de Memphis (Rito Oriental Antiguo y
Primitivo de

Memphis, Rito Egipcio de Memphis, etc.).

También, casi todas las sectas druidas y del
templarismo moderno.

Hay igualmente otras sectas de sello masón, aunque no
fundadas por masones y son las llamadas "Pseudomasónicas",
muchas excluidas por las obediencias masónicas cuando se
les descubren sus actividades ilícitas e incluso
criminales.

Prince Hall Freemasonry (formada por negros de
EUA)

La Hiedra.

– Odd Fellows.

Knights Of Pythias.

Improved Order Of Red Men.

Otras sectas que fueron de origen masónico, se
desarrollaron fuera de la masonería.

– La rama principal del espiritismo, la europea y la
latinoamericana; Allan Kardec (1904 – 1969).

– Los Mormones. Joe Smith, su fundador, era maestro
masón, al igual que su hermano Hyrum Smith; ambos fueron
asesinados por los masones, pues 30 años después de
la fundación de los mormones se complicaron sus relaciones
con la masonería y ésta prohibió la
pertenencia de los mormones a la misma.

– El Mesmerismo (F.A. Mesmer).

Ciencia
Cristiana (Mary Ann Baker 1821 – 1910) con sus más
de 450.000 adeptos.

– Nueva Acrópolis (Jorge A. Livraga, su fundador, fue
masón). En 1989 empezó la Operación
Giordano Bruno
con el propósito de atacar la
religión de El Flaco (Jesucristo).

En cuanto a otras organizaciones, nadie niega que el fundador
del Rotary Club, Club Rotario, Paul Harris (Chicago
1905) era masón.

De todos modos se ha llamado y se sigue llamando al Rotary
Club
, la manuslonga de la masonería, o una
de sus organizaciones pantalla, o el noviciado de la
masonería
.

Los mismos masones llaman a los rotarios hermanos menores
de nuestra orden
.

Los rotarios defienden el principio masónico del
respeto de la conciencia
religiosa y política, con tal de que no se oponga a la
ética generalmente admitida
.

Hay, por supuesto, mayorías de miembros cristianos y de
otras religiones en esa organización, la inmensa
mayoría de ellos ignorando que están sirviendo de
semillero de donde se escogerán los candidatos para
pertenecer más tarde a las organizaciones de los
hermanos mayores, o por lo menos sirviendo, sin saber,
de idiotas útiles a una conspiración universal, de
la cual serán también víctimas.

En la decimoséptima sesión, acta N° 17 de
los PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SIÓN se lee,
entre otros:

Pero mientras no hayamos educado a la juventud en
las nuevas creencias de transición y después en las
nuestras, no iremos abiertamente en contra de las iglesias
existentes, sino que lucharemos contra ellas por la crítica, creando disensiones.

En general nuestra Prensa
contemporánea se ocupará de descubrir los asuntos
de Estado, las religiones, la incapacidad de los cristianos y
todo ello en los términos más infames, con el fin
de denigrarlos por todos estilos, como sólo sabe hacerlo
nuestra raza de genios. Nuestro régimen será la
apología del reino de Visnú, del cual son el
símbolo nuestras cien manos que sostendrán cada una
un resorte de la máquina social.

Por avanzados que parezcan estos premonitorios Protocolos del
mal, se quedaron cortos.

La división de los poderes de Montesquieu,
que tuvo una influencia determinante en la Revolución
Francesa y en la constitución de los Estados Unidos de
América, ambas bajo control de la masonería
judía, aún no intuyó el cuarto poder, la
prensa, que ya adquiere el rango que le corresponde dentro
Los Protocolos de los Sabios de Sión. Y se
quedaron cortos, digo, porque cualquiera puede hoy sin
ningún esfuerzo constatar que el hombre moderno ha sido
convertido en un títere al vaivén de los medios de
masas, a quien con el desarrollo de la electrónica y su
constante progreso, le van quedando cada vez menos espacios.

No es pues ningún misterio, ni causa dificultad
establecer, cómo los protocolos obedecen a un
plan preestablecido y como resultado vemos hoy los medios de
información convertidos en ecos de la
masonería.

Es interesante observar cómo los Iluminados de
Baviera
utilizaron las más conocidas sociedades
conspiradoras y revolucionarias, como a los Carbonarios, a
quienes se atribuye haber dejado hondas huellas en el movimiento
revolucionario nacionalista de Italia y ser los
más probables responsables de la caída de la
monarquía en Portugal.

Los Carbonarios, no sólo conocidos por su
carácter revolucionario, sino por la brutalidad de sus
métodos,
contaron entre sus filas con Philippo Michele Buonarrotti,
conocido como "el primer revolucionario profesional" y
organizador de distintas sociedades secretas.

Este personaje fue, según algunos estudiosos, el
modelo para el
Conde de Montecristo de la novela del
mismo nombre de Alejandro Dumas.

Líderes Carbonarios participaron también en la
constitución y desarrollo de la organización
conocida como "Las Familias" con su fundador Louis Auguste
Blanqui a la cabeza, hombre violento e implacable. Expertos
afirman que fue Blanqui el primero en plantear el concepto de
"lucha de clases" que más tarde Karl Marx
implementaría en detalle, así como el de
"librepensador", muy corriente en las organizaciones
masónicas.

El tristemente célebre figurón fue creando una
organización detrás de otra cada vez que la
anterior era desenmascarada y fue así como surgieron "Las
Estaciones", cuya cabeza remota eran los Iluminados y antes de ir
a la cárcel surgieron "Los Cocodrilos", que como todas las
anteriores, terminaron en el cubo de basuras.

El Iluminado Giuseppe Mazzini fundó, además de
otras, en 1860 la organización denominada la
"Oblónica", cuyo círculo de poder interno fue
bautizado como mafia, que según los especialistas
no es más que una sigla que dice: Mazzini Autorizza
Furti, Incendi e Avvelenamenti
o traducido, Mazzini
Autoriza Robos, Incendios y
Envenenamientos
. Los encargados de poner en práctica
el llamado de la sigla fueron conocidos como
mafiosi.

Este mismo Mazzini, fue uno de los máximos dirigentes
de la masonería del rito escocés en el nuevo
continente y miembro activo con el cargo de Jefe de Justicia del
Ku Klux Klan o Clan del Círculo. Esta siniestra
organización había sido fundada por otro
masón, Nathan Bedford Forrest, en 1865 en Tennessee,
después de la guerra de secesión, con el
propósito de subyugar a los negros liberados.

Como se verá más adelante, Giuseppe Mazzini
había intercambiado correspondencia con Albert S. Pike,
quien ostentó los títulos de Soberano
Pontífice de la Masonería Universal o Profeta de la
Francmasonería. Empecinado en la idea de ver en vida el
"gobierno mundial", Pike fue premiado por su eficacia con el
cargo de responsable máximo de los Illuminati en
1859.

En una de sus cartas, Mazzini le propuso a Pike la
creación de otro círculo dentro de los
círculos: Un rito que sea desconocido y practicado
sólo por masones de altos grados que deben ser sometidos
al más terminante de los secretos, cuya presidencia
será desconocida para los grados inferiores, gobernaremos
la francmasonería entera
.

Este había sido el mismo objetivo que Adam Weishaupt
intentó sin éxito
en el Convento de Wilhelmsbad.

Pike sí lo logró con la fundación del
nuevo y reformado Rito del Paladín, con tres
consejos: uno en Charleston (Carolina del Sur); otro en Roma y un
tercero en Berlín.

En junio de 1889, Pike dirigió un documento titulado
Asociación del Demonio y los Iluminados a los
veintitrés consejos supremos de la masonería
mundial.

Del libro de Paul H. Koch: Illuminati, (Planeta,
2004, páginas 88 y 89) tomamos las siguientes citas del
mencionado documento de Pike:

A vosotros, Instructores Soberanos del grado 33, os
decimos: Tenéis que repetir a los hermanos de grados
inferiores que veneramos a un sólo Dios, al que oramos sin
superstición. Sólo nosotros, los iniciados del
Grado Supremo, debemos conservar la verdadera religión
masónica, preservando pura la doctrina de
Lucifer
.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
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