- Resumen
- La violencia como
racionalidad global - La cultura de
la muerte - La cultura de
la muerte - Guerra de
Dioses o choque de civilizaciones - Conclusiones
- Bibliografía
Resumen
La evolución del sistema
capitalista como modo de producción localizado en la
civilización occidental, hacia un sistema global con
vocación de hegemonía universal, ha secretado una
racionalidad cuyo fundamento es una lógica
terrorífica y totalitaria del "mercado>objeto>consumo. Esto
conduce finalmente a la construcción de un "estilo de
vida" también global basado en la violencia. La
construcción de una "civilización de la
convivencia", es el "cordón sanitario" a la
globalización de la civilización de la
violencia y por lo tanto de la
muerte.
Palabras claves: civilización de la violencia,
racionalidad global, guerra de
civilizaciones, cultura de la
muerte.
Abstract:
The evolution of the capitalist sistem, as
productión way located in the western civilization, toward
a global sistem with vocation of universal hegemony, it has
secreted a rationality whose foundation is a terrifyng and
totalitarian logic of the market-object-consumption. This leads
finally to the construction of a lifestyle also global based on
the violence. The construction of a "civilization of the living
together" it is the "sanitary cord" to the globalization of the
civilization of the violence and therefore of the death
.
Keys words: civilization of the violence, global
rationality, civilizations of the war, culture of the
death
Introducción
El tema de la violencia hoy, ha dejado de ser un
problema secundario para pasar a ser el principal problema de la
civilización capitalista global. El asunto de la guerra
global planteado como consecuencia de la doctrina de la "Seguridad y
defensa nacional", constituye toda una estrategia de los
centros de poder mundial
para mantener la hegemonía planetaria. Al mismo tiempo que es
un excelente mecanismo de equilibrio de
la economía que desde hace algún tiempo
viene presentado períodos de crisis cada
vez más frecuentes y prolongadas.
Esto significa control de los
centros de producción de petróleo para una civilización cada
vez más necesitada de energía que alimente un
monstruoso aparato de producción y consumo. Para ello es
necesario el control total del medio oriente, única
región del mundo que desafía abiertamente a los
centros de poder de la civilización occidental y en donde,
al mismo tiempo, existen las más grandes reservas de
petróleo
del planeta.
Nuevamente vuelve a ser planteado aquí el
problema del totalitarismo como un fenómeno
sociopolítico propio del siglo XX, con orígenes en
el siglo XIX y que se prolonga en el siglo XXI. El advenimiento
de una sociedad de
masas producto del
surgimiento de la implantación del fenómeno urbano
en términos de metrópoli, la hegemonía del
mercado y la irrupción del proceso de
globalización, genera un individuo y
unos grupos que en
relación a la sociedad más amplia, están
completamente desarraigados. Es este el campo propicio para el
surgimiento de formas de dominación propias del
totalitarismo (Arendt, 2006).
La violencia como
racionalidad global
Una civilización cuyo estilo de vida está
basado en el consumo como la única forma que tiene el
individuo de vincularse al mundo real, de tal manera que aparece
como el único acto que merece ser visto como "real", es
por esta razón, una "civilización de la muerte"
porque está orientada a la destrucción de todo. De
acuerdo a Arendt, lo que distingue a la Modernidad como
cambio epocal
es la aparición de lo social y con esto la dictadura de
la sociedad como estructura
anónima e impersonal. La mejor expresión de esta
situación es la hegemonía del mercado que convierte
a todos en un mundo de compradores y consumidores (Arendt citado
por Ron Pedrique, 1997).
Destrucción de los objetos en el consumo,
destrucción de la naturaleza
para la producción, destrucción de las estructuras
culturales y modos de vida que constituyen resistencia a la
implantación de la civilización global y por tanto
destrucción de los pueblos que desafían la
hegemonía de la "Cultura occidental".
La violencia destructiva, entonces, no es más que
un síntoma de la locura de una civilización enferma
de poder, de "verdad absoluta" (porque cree que son los
únicos que tienen la verdad), de egocentrismo
etnocéntrico por la creencia en su condición de
"raza superior" y por lo tanto excluyente de los "grupos
étnicos inferiores".
Página siguiente |