- John
Dewey, "Democracy and Educational Administration" - John
Stuart Mill, "Representative Government" - William
Chambers, "Democracy Today" - Bibliografía
Introducción
El Art. 43 de la Constitución de 1993 define la
República del Perú como democrática,
social, independiente y soberana. Concordantemente, el inciso 17
del artículo 2, y los artículos 31 y el 35 de esa
Carta
reconocen que toda persona tiene
derecho de ser elegida y de elegir a sus representantes y a
participar en la vida política del
país en forma individual o a través de organizaciones
políticas. Idealmente, democracia,
implica participación individual en la toma de
decisiones que afectan la vida de todos. John Dewey(1) –el
educador que transformó la visión negativa del
liberalismo en
una visión positiva del Estado, como
impulsor de la libertad—
concibe la democracia como una forma de vida y escribió
que la piedra de toque de la democracia es la necesidad de la
participación de todos en la formación de los valores
que regulan la vida en comunidad.
DEWEY, John.
"Democracy and Educational Administration"
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(1)0 DEWEY, John. "Democracy and Educational Administration",
en la revista School
and Society, abril 3 de 1937.
En la teoría
clásica de la democracia, la participación popular
es percibida como una oportunidad para el desarrollo
individual: la responsabilidad del gobierno de la
propia conducta
desarrolla la
personalidad, la autoestima, la
inteligencia,
el criterio moral
–en una palabra, la propia dignidad.
Aún en el caso que un déspota benévolo
pudiese gobernar en 00función del interés
público, ese gobernante es rechazado por el
demócrata clásico, por que el despotismo rechaza la
participación ciudadana. Y no es superfluo
preguntarse con John S. Mill sobre las repercusiones que puede
tener la participación en psicología y en las
facultades y conducta del ciudadano.
El argumento a favor de la participación ciudadana en
los asuntos públicos no se basa en los resultados que
alcance esa participación en democracia sino en un hecho
trascendental: el involucrarse es esencial para el desarrollo
integral de las capacidades humanas. Mill sostiene que el
individuo
puede conocer la verdad solamente descubriéndola por
sí mismo.
Desde el punto de vista procesal, la participación
popular es lograda a través del gobierno de la
mayoría y el respeto por los
derechos de las
minorías. Auto – desarrollo implica auto-gobierno. Y
sólo puede lograrse el auto – gobierno estimulando
la contribución de cada individuo al desarrollo de las
políticas públicas y resolviendo los conflictos
políticos con la aplicación de las reglas aceptadas
por la mayoría. Las minorías que tuvieron la
oportunidad de influir en la política, pero cuyos puntos
de vista no han logrado el apoyo de la mayoría, aceptan
las decisiones de las mayorías. En reciprocidad, las
mayorías permiten a las minorías intentar
abiertamente ganar para sus puntos de vista el apoyo de la
mayoría. Las libertades de información y de prensa, las
libertades de disentir y la de formar partidos de
oposición u otras organizaciones son esenciales para
garantizar la participación individual. La libertad de
expresión es también necesaria para establecer
cuáles son en realidad los puntos de vista de la
mayoría.
La dignidad humana es, por lo tanto, el valor
subyacente de la democracia. La persona humana — en virtud de su
existencia desde el momento de la concepción– tiene el
derecho a la vida, la libertad y la propiedad. El
derecho
natural que garantiza a cada individuo el goce de estos
derechos es superior a cualquier otra norma humana. John Locke
sostenía que aún en una comunidad en "estado
natural" –es decir, en un mundo en el cual no hay
gobierno– un individuo posee derechos inalienables a la vida, la
libertad y a la propiedad. Locke quería decir que estos
derechos son independientes de cualquier gobierno; no son
otorgados al individuo por la constitución o por el Estado; y
ningún Estado puede, legítimamente,
arrebatárselos.(2)
(2) MILL, John
Stuart, Representative Government – Dutton , Everyman"s
Library. New York, 1979, pág. 203.
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(2) MILL, John Stuart, Representative Government –
Dutton , Everyman"s Library. New York, 1979, pág. 203.
Locke creía que el propósito básico del
Estado es proteger la libertad individual. Los hombres conciertan
un "contrato social"
para establecer un gobierno que proteja sus derechos.
Tácitamente, aceptan la existencia de un gobierno que los
defienda de los ataques contra la vida, la libertad y la
propiedad. Implícito en el contrato social y
en la noción democrática de libertad es la
afirmación que el gobierno y el control social
sobre el individuo deben ser mantenidos en su nivel
mínimo. Esta aceptación requiere la remoción
de cualquier restricción externa, control y
regulación de la conducta del individuo que no fuesen
indispensables para asegurar la libertad de los otros ciudadanos.
La libertad individual sólo termina en el punto en el que
comienza la libertad de los demás.
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