- ¿Qué es el
marketing? - El
marketing en la empresa: evolución - El
marketing estratégico - El
marketing operativo - Funciones
de la dirección de marketing - Análisis
estructural del concepto de marketing - El proceso
de marketing: etapas
Introducción
En la actualidad el Marketing es
indispensable para cualquier empresa que desee
sobrevivir en un mundo tan competitivo como el nuestro. Entonces,
como el Marketing moderno nos afecta a todos (consumidores y
empresarios), es necesario estudiarlo.
¿Qué es el
marketing?
Es algo nuevo y viejo a la vez. Sus orígenes se
remontan al comercio entre
los pueblos antiguos. Pero fue recién en la década
de los 70"s en que se dio una formalización real y
sistemática que le proporcionó carácter de ciencia
experimental.
La definición de Marketing más
extendida nos dice que es el Estudio o Investigación de la forma de satisfacer
mejor las necesidades de un grupo social a
través del intercambio con beneficio para la supervivencia
de la
empresa.
El aspecto central de la filosofía empresarial del marketing
consiste en alcanzar los objetivos de
la
organización mediante la satisfacción a largo
plazo del consumidor,
consolidando una relación de forma más eficiente
que la competenc
El objetivo es
tratar de conocer las necesidades genéricas del consumidor
o carencias básicas propias de la naturaleza y
condición humana, analizar los deseos o formas en que cada
individuo
desea satisfacer una necesidad determinada, estimular la
conversión de los deseos en demanda
buscando fórmulas creativas para potenciar la voluntad de
compra y evitar las restricciones del poder
adquisitivo".
El objetivo es tratar de conocer las necesidades
genéricas del consumidor o carencias básicas
propias de la naturaleza y condición humana, analizar los
deseos o formas en que cada individuo desea satisfacer una
necesidad determinada, estimular la conversión de los
deseos en demanda buscando fórmulas creativas para
potenciar la voluntad de compra y evitar las restricciones del
poder adquisitivo".
Utilidad del marketing
Nos encontramos en el siglo XXI y parece que desarrollar
en nuestro país una política de marketing
es una labor normal y sencilla, a tenor de las veces que la
palabra es utilizada por las empresas y
medios de
comunicación; la realidad nos demuestra lo contrario,
imprimir una dinámica de marketing encuentra un fuerte
rechazo en muchas empresas, especialmente en determinados
colectivos muy importantes.
A pesar de estas barreras de implementación, se
puede decir que el mercado ya no es
lo que era, está cambiando y evolucionando de manera
drástica, motivado principalmente por la presión de
las diferentes fuerzas sociales, avances
tecnológicos y globalización, los cuales crean nuevos
comportamientos y retos que sólo desde una óptica
de marketing encontrarán respuestas
satisfactorias.
Cuando en EE UU, cuna del marketing, basan
principalmente su elevada competitividad
en el desarrollo
continuo de nuevas estrategias de
marketing, nosotros nos estamos cuestionando aún la
utilidad de
las mismas, llegándose a tildar de ser poco éticas
y contribuir únicamente a crear necesidades innecesarias,
manipular a los consumidores, es decir, envolver un nada en un
papel bonito y venderlo muy caro.
Durante mucho tiempo he
tenido que escuchar y leer cómo, de manera fácil y
a veces inconsciente, se criticaban las bondades del marketing,
sin saber muy bien qué se cuestionaba. Se habla de las
«argucias» del marketing sin saber su verdadero y
profundo significado. Es muy fácil meter en el «saco
común» del marketing acciones
aisladas de ventas,
publicidad y
promociones e identificarlas con un plan
estratégico de marketing y ello da pie a que
«plumas fáciles» en la crítica
se afanen en demostrarnos «cómo engaña el
marketing» sin saber cuál es la función
real de aquello a lo que atacan.
Y es que seguimos defendiendo que todo el mundo habla de
marketing, pero son muy pocos los que de verdad saben de su
verdadero significado y menos aún los que lo aplican de
forma profesional. El marketing no es para engañar, sino
para ayudar; no es un sortilegio, sino una serie de herramientas
de trabajo; no
hace milagros, sino que marca las
directrices para realizar un trabajo duro y consciente,
etc.
Como he dicho anteriormente, la dinámica de
nuestra vida cambia vertiginosamente y, con ello, las necesidades
y deseos de las personas que, en muchas ocasiones, casi no tienen
tiempo de pararse a pensar en lo que realmente quieren o les
conviene. Esta creciente evolución nos obliga a dar respuestas
satisfactorias a las demandas del mercado en cada momento. Los
estrategas del marketing analizamos cuidadosamente lo que de
verdad necesita el mercado y actuamos en consecuencia, marcando
los cimientos de una relación beneficiosa y satisfactoria
a corto, medio y largo plazo.
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