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Ética, Valores y Crisis sociales (página 2)



Partes: 1, 2

La ética vive
de las costumbres. Es, en su sentido etimológico
más profundo y anterior, ethos una palabra griega
que significa más que la palabra castellana
costumbre, acción intencional habitual. Esta, a su
vez deriva de algo precedente y asentado en la vida misma, la
noción de población (etnos).

Es consideración de los fines por
los que se actúa, y reflexión crítica, con disposición al cambio, sobre
los medios a usar
en cada momento. Es decir, comparación entre costumbres y
tradiciones de vida, que se establecen en la vida cotidiana de
esa agrupación humana, y el acto realizado, o de la
intención revisada intelectualmente. Pero la ética
no solo es actividad racional, también intervienen los
sentimientos en esa acción.
Así comenta Scheler: "Sentir es un acontecer con sentido y
por ello susceptible de ser satisfecho o insatisfecho
(p.33)"[4].

Según un autor contemporáneo
–Stoner[5]en su libro de
Administración, el término
ética se entiende como "el estudio de la forma en que
nuestras decisiones afectan a los demás". Ciertamente una
acción con responsabilidad, viene normalmente de seguir
conscientemente, con advertencia, una tradición o de
imitar la conducta de un
modelo que es
confiable para nosotros. Muy excepcionalmente proviene de una
decisión silogística del conocimiento.
Del consecuente "obligado" de unos antecedentes rectamente
construidos. Casi siempre viene de "copiar conductas vistas en la
casa familiar o en el ambiente de la
calle o barrio en que vive.

Es quizá lo que más influye
en la estructura de
poder de un
gerente o de
un líder.
Es lo que sostiene profundamente la obediencia a un mandato.
Constituye el componte del liderazgo que
se llama comúnmente "autoridad
moral". Esto
incluye -por supuesto- a una madre o un padre de familia, a un
maestro o un profesor. Es
lo llamado comúnmente "poder". Hay un matiz en este punto
que llama la atención y que viene referido por
José A. Marina: "El poder, usando sus mecanismos puede
producir obediencia, pero si tiene autoridad, producirá
además, respeto"[6]. Es la referencia
individual a esas personas que tienen el cuidado de la comunidad. La
autoridad moral es la base de la confianza que se tiene para
actuar de la misma forma o repetir los conceptos oídos o
escuchados a esa persona.

Aproximándonos a una
definición más concreta, decimos que cuando una
persona tiene un comportamiento
ético, expresamos implícitamente que dominó
sus impulsos, y educó sus tendencias para realizar esa
acción. Esas tendencias e impulsos, que con una frecuencia
significativa, suelen ser hacia el mal, y esa actitud que en
la cosmología cristiana se define como un componente
inevitable de la naturaleza de
todos los seres humanos, decimos que es consecuencia del pecado de
origen, con el cual nacemos.

Podríamos concluir en esta parte,
que la ética es de los mayores esfuerzos que han hechos
los seres humanos por conseguir un mundo mejor del que tenemos.
Es en ese plano, el del esfuerzo por conductas mejores, donde
conseguimos la paz social.

Los
Valores

Definir el término valor es un
poco difícil, puesto que no es algo de conocimiento
inmediato por los sentidos
externos, ni por el intelecto. Requiere un esfuerzo discursivo,
apoyado en juicios y observación de modelos que
nos puedan dar un norte en su consideración. De esta
manera no acercamos a distinguir el ser, lo que
está en el fondo del sujeto y el valer,
que es una adjetivación del ser.

Quizá un ejemplo, nos permita
aproximarnos un poco al concepto de
valor. En este punto debemos añadir la palabra
valoración. El orden en los elementos de una casa es un
valor
, la idea de orden en esa casa es una
valoración
. Es decir, nos gusta (vía emocional)
el orden de esa casa, el valor; pero pensamos que
podría mejorar ese orden si arreglamos un elemento de ella
(vía discursiva) la valoración de ella.
Comenta a propósito de este punto un autor
contemporáneo: "Confundir la valoración con el
valor es como confundir la percepción
con el objeto percibido (p.28)".[7]

Es decir, el ser es lo sustantivo en la
relación de conocimiento y el valor es una
adjetivación, un tipo de categoría por la cual se
juzga polarmente un objeto. Es decir, se puede emitir un juicio
sobre si algo es más alto, bello, justo y sus contrarios,
bajo, feo, injusto. Esa polaridad es lo que permite, en base al
conocimiento, emitir ese juicio.

Desde una perspectiva histórica, el
inicio del pensamiento
sobre lo que después derivó en la axiología, que es la parte de la filosofía que estudia valores, es la
consideración platónica de lo que llamó
trascendentes del ser, y los fijó en cuatro, que son la
unidad del ser, la verdad, el bien y la belleza. Esta doctrina de
"lo común a todos los entes" en
Platón[8]es igual a la Aristotélica
en la definición de "los atributos del
ser"[9], que es diferente de las
categorías. Esos atributos establecen la diferencia entre
los seres.

Vine una pregunta necesaria para seguir
reflexionando. ¿Hay una jerarquía de los valores?
Obviamente, es de constatación cotidiana que escogemos o
elegimos algunas actitudes o
incluso objetos antes que otros. ¿Qué determina una
elección sobre otra? Muchas veces depende del contexto, o
de la formación cultural de la persona. Sin embargo,
podríamos aceptar que aquellos que pueden ser más
duraderos, se escogen a otros que sean más
efímeros. Por ejemplo, se concreta en una norma o
reglamento aquello que nos parece permanente, el acto por el cual
se respeta la persona humana, podríamos decir entonces que
lo duradero es un primer criterio para la
jerarquía. Un segundo punto sería la
profundidad
de la acción valorativa, es decir, que un
valor debe estar asentado no en una moda pasajera,
sino en lo profundo del ser.

La
crisis

La definición de crisis es
compleja, en el sentido de que es un producto de la
racionalidad del ser humano que tiene o posee un hábito
intelectual, que se puede llamar ciencia, una
búsqueda sistemática de la verdad. Estas crisis se
presentan cuando hay variaciones en los supuestos valores
anteriores, y en realidad no son sino modas pasajeras o
efímeras ante una situación o una persona que
influye en la población. La raíz de estos
desvíos, puede estar en la confusión de conceptos.
Comenta Scheler: "Aquello a lo que se dirigen estas intenciones
no es un valor o un máximo valor, sino objetos valiosos y
en la medida que son valiosos. No amo un valor, sino siempre algo
que es valioso"[10]

En los temas que nos atañen, reflexionamos sobre
la acción o el hecho, desechar las definitivamente
perversas y plantearse, mejorar las que se tienen. Esto requiere
de un instrumento intelectual adecuado, y mejor aun, educado por
la inteligencia
compartida. Es decir, el criterio para comentar con
acierto. Comenta un autor contemporáneo: "La palabra
criterio despierta en nosotros un eco sentimental contradictorio.
Se entiende que los hombres de criterio son solemnes, vetustos,
prudentes y convencionales. En cambio, los críticos pueden
ser inconformistas, innovadores y posmodernos. Al parecer, hemos
conseguido hacer crítica sin criterios, lo que es gran
maravilla. Esta paradoja es inexistente, por supuesto, ya que de
hecho utilizamos continuamente criterios, es decir patrones que
nos permiten identificar, seleccionar y evaluar las cosas. La
palabra procede del griego krino, que significa separar. Crisis
es una decisión que unas veces tiene carácter dramático y otras
no
"[11].

Todo esto nos lleva a una serie de supuestos necesarios
para conseguir un mínimo de acuerdo en estas cuestiones.
Requerimos un criterio de pensamiento y éste no es innato,
quiere decir que es formado en algún sitio o en
algún ámbito de vida personal o
comunitario.

La falta de racionalidad es posiblemente de las causa
más frecuentes en el surgimiento de crisis. Comenta un
autor contemporáneo sobre esto: "¿Qué es
eso de "Obrar racionalmente"? En principio, significa saber
deliberar bien antes de tomar una decisión con el
propósito de realizar la elección más
adecuada y actuar en conformidad con lo que hayamos elegido. La
elección no debe ser arbitraria ni dejarse al azar. Quien
no reflexiona antes de actuar y no mide las consecuencias de sus
acciones se
expone a cometer errores, a hacerse daño o
hacerle daño a los demás; quien no calibra
qué es lo más conveniente hacer en determinadas
circunstancias, o actúa en contra de sus convicciones
personales o en contra de una decisión que él mismo
reflexivamente ha tomado, se puede decir que no obra
racionalmente. Y cuando no se obra racionalmente surge, entonces,
el caos y el desorden. Obrar racionalmente significa, pues, obrar
conforme con la lógica
interna que tienen las cosas y los acontecimientos, percibidas
por el pensamiento reflexivo."
[12]

Por supuesto que en la base de cualquier
crisis, de valores o de comportamiento o de respetabilidad, hay
una red de
argumentaciones y de supuestos intelectuales,
que soportan una manera de ver y una manera de actuar que
producen esas crisis. En este momento, podemos hablar de crisis
de ineducabilidad como se plantea en las propuestas de Arendt o
Lipoiesky. Quiere decir, que en la base de estos desaciertos hay
un problema de relativismo, escondido en la palabra pensamiento
crítico, el cual desfasa cualquier intento de orden,
conceptual o real y que lleva indefectiblemente la
anarquía. Comenta sobre esto un autor reciente. "Lo
grave hoy, no es la existencia de doctrinas, sino la
pretensión sistemática de declararlas inexistentes,
lo cual lleva a desactivar la capacidad critica y a declarar
inútil cualquier esfuerzo reflexivo serio. Apenas queda
espacio que no sea, el puramente instrumental. Las grandes
energías humanas no se orientan a la comprensión,
sino al logro de una rápida adaptabilidad. En este
contexto, autoritario y profundamente conservador en su
apariencia de moderno y vanguardista, resulta fácil acusar
de inoportuno o descaminado cualquier intento sostenido de
reflexión
crítica
."[13]

El bien
común y las definiciones de justicia

La justicia es
uno de los temas pensados con mayor frecuencia en la historia de la humanidad.
Las definiciones han sido múltiples y siempre hay un
retorno a los clásicos Ulpiano, Platón,
Cicerón, Tomás de Aquino, Rawls. Podríamos
pensar que aunque la humanidad ha avanzado de una manera
exponencial en muchas áreas, en esta de la justicia
específicamente, hemos dado pocos pasos.

Es necesario partir de una premisa
básica para pensar y proponer aproximaciones en esta
área. La dignidad
humana, la condición de autonomía y de
recepción de derechos en un ser, la posee
el ser humano. Por ello, sólo en ese caso tiene sentido
hablar de justicia, y ésta en función de
hábitos más que de constructos intelectuales. El
principio, el sujeto y fin de todas las instituciones
sociales es y debe ser la persona humana.

Una aproximación –a la
justicia- que se fundamenta en varios pensadores sería esa
constante y firme voluntad de dar al otro lo debido. Respetar los
derechos de cada uno y "establecer en las relaciones
humanas, la armonía que promueve la equidad
respecto a las personas y al bien
común"[14].

Cabe la pregunta sobre el bien
común. Buscamos la fuente citada anteriormente y se
escribe allí: "el conjunto de aquellas condiciones de la
vida social que permite a los grupos y cada uno
de los miembros conseguir su propia
perfección"[15]. Afecta a la vida de todos,
exige unos medios para vivir en esa sociedad, de
tipo ético y de tipo técnico, una convención
consensual sobre el poder político y sobre la
autoridad.

Todo esto nos lleva a unas condiciones de
tipo personal y grupal que se consiguen por la educación en esos
diferentes aspectos de la vida personal y social. Las
instituciones educativas, por tanto tienen un papel no
sólo central, sino vital a esas posibilidades. Las crisis
en una sociedad, en síntesis,
proviene esa ruptura de una autoridad, de unas tradiciones y de
una relación con la trascendencia que llamamos religión. Al romper
esos factores, no existen patrones a seguir ni modelos que
generen confianza para la acción, ni escenarios de
comportamiento adecuados a la recta razón, es decir a un
código
de pensamiento, a una lógica de saberes y lenguaje
adecuado que lo exprese.

Los
Principios

La palabra principio tiene una
connotación importante en ética. En griego es
arjé (a???), fundamento u origen de algo, pero no
es comienzo en el sentido del tiempo, sino
que es causa inicial, origen, de un ser, de un proceso.

Son esos conceptos, en el plano de los
movimientos de tipo racional, que determinan conductas e impiden
otras. Pueden llamarse origen del movimiento
consciente y con carga de moral. Es decir, un principio es
aquello por lo cual podemos resistir, acometer o emprender
acciones. Sobre él cae la fuerza moral
para comenzar un proyecto. Solemos
decir, que son "mis principios" que
me hacen realizar algo o me impiden hacerlo. Aristóteles escribió que "lo que los
significados tienen en común es que todo principio es el
punto de partida del ser, del devenir o del
conocer"[16]

Cómo se
consigue la ética

A lo largo de la historia se han planteado
muchas crisis. Ordinariamente surgen al considerar los sistemas
políticos o los ambientes de las ciudades. Citaremos a un
clásico de la política como es
Tucídides.

"Pero hay algo aún más
profundo en el discurso en
honor a las victimas de la guerra, lo
importante son las personas. Atenas era grande por sus gentes,
por el respeto entre individuos, por el orgullo que cada uno de
sus ciudadanos sentía, no por ser atenienses, sino por lo
que ello significaba, ser individuos completos y activos. La
grandeza de Atenas era, que todo ciudadano podía
participar directamente en la adopción
de las decisiones públicas con sus opiniones y sus votos,
lo que potenciaba su identificación con los proyectos
colectivos y el uso de la razón como forma para discutir y
enfrentarse a los problemas. Esa
forma de gobierno
permitía a los atenienses considerarse
auténticamente iguales entre si y ser lideres y
héroes en potencia, lo que
les impulsaba a tener un alto concepto de su propia dignidad y de
su importancia como individuos. Posiblemente debido a todo ello
se produjo en Atenas uno de los avances más espectaculares
en la historia de la humanidad , con aportaciones
artísticas, intelectuales y culturales
auténticamente revolucionarias y cuya influencia
todavía hoy casi 2500 años después , tienen
un enorme peso en nuestra manera de ver el
mundo"[17].

Si partimos del concepto de la importancia
de la dignidad del ser humano, entonces, los sistemas de valores
adquieren sentido, y se logran unas acciones que generarán
sistemas adecuados de ética, que respeten las costumbres y
a las personas por ser tales. Esto requiere un instrumento
intelectual que es el criterio.

Por tanto, siendo ciencia, la ética
debe tener unas etapas o stadios de consecución de esos
fines. En ese sentido comenta Valderrama: "Así, pues,
la primera tarea que la ética impone es la de atreverse a
pensar ("Aude sapere") a reflexionar y deliberar bien con miras a
hacer buenas elecciones y evitar, en la medida de lo posible, el
cometer errores que conduzcan a fracasar o arruinar la vida. No
se trata de elegir bien solamente en un caso concreto y
aislado, sino a lo largo de toda la vida. Para ello es preciso
saber cuál es esa orientación básica que se
le quiere dar a la vida (opción fundamental),
orientación que vaya imprimiendo ese carácter en
cada una de las opciones
particulares".[18]

La educación personal, y por
tanto de impacto social, se dirige -en los sistemas de enseñanza sensatos y
prudentes[19]a liberar de la miseria personal, de
la ignorancia, del miedo, del odio a los participantes de ese
sistema. Siendo
un sistema de educación, se pueden
promover campañas motivacionales de captación de
valores a través de objetos atractivos que tengan una
valoración adaptada a las personasen su edad, intereses y
acciones. Más adelante propondré una
campaña.

Ese dominio de esas
tendencias y educación de los impulsos, trae
necesariamente a la razón la creación y mantenimiento
de un sistema de enseñanza. Un sistema que se dirija al
hombre como
ese ser creado y herido en puntos débiles de su naturaleza
humana racional, volitiva y emocional. La Ignorancia, la
malicia, la perversidad social, son muestras inequívocas
de esa conducta. Basta leer las páginas de nuestros
diarios, para tener conciencia de
esas realidades o más allá de lo externo, recordar
nuestras anteriores actuaciones que tuvieran alguna
significación de tipo moral.

Sólo de esa manera, consiguiendo
esos niveles de preparación personal, entonces los seres
humanos se pueden dirigir a una cierta racionalidad (verdad en la
acción) y de razonabilidad (bienes que
mejoren la naturaleza) y equilibrio
emocional a que consiga una aproximación a la igualdad de
oportunidades, a formalizar esa educación y a una democracia,
entendida ésta como una forma de vida, más que como
un sistema de actividad gubernamental.

El último de los asertos en el
concepto, lo del equilibrio emocional, lo sostiene Scheler con
agudeza: "Toda ética se perfeccionaría en el
descubrimiento de las leyes del
amor y del
odio, que aún superan, los referentes de los estadios de
lo absoluto, lo a priori y lo
originario."[20] Es decir, los aspectos extremos
de la conducta pasional humana, deben ser atendidos y cultivados
por un sistema
educativo, con las condiciones que explicábamos
anteriormente.

Los niveles de paz que deseamos no son
absolutos, no los puede haber porque somos criaturas imperfectas.
Pero sí requerimos unas condiciones mínimas de vida
social. CIC 2304 "La paz no es sólo ausencia de guerra y
no se limita a asegurar el equilibrio de fuerzas adversas. La paz
no puede alcanzarse en la tierra, sin
la salvaguarda de los bienes de la persona, de la libre comunicación entre los seres humanos, en el
respeto de la dignidad de las personas y los pueblos, en la
práctica asidua de la fraternidad. Es la tranquilidad del
orden"[21].

A manera de
conclusión

El cambio más profundo vendrá
luego que se logren disposiciones a ese cambio. No podemos luchar
contra costumbres o formas de actuación que tienen una
disposición equivocada en las personas. Lo interno, la
vida interior de las personas es lo primero a formar, cuidando la
libre elección de actitudes, pero dando la posibilidad de
escoger mejores niveles. Luego l de organizaciones."
Cada organización debe producir los bienes que
le son propios y no sustituirlos por los ajenos o invertir los
bienes secundarios por los primarios : por ejemplo, que la
Universidad se
dedique más a hacer política que a educar e
investigar; que esté más interesada en la conquista y
distribución del poder o se fije como mira
únicamente el afán de lucro y de adquirir
prestigio; que en la designación de sus directivas y
personal administrativo prime el favoritismo, como paga por
favores recibidos o respuesta a cuotas clientelistas; que los
puestos de responsabilidad se asignen no a quienes mejor cumplen
los fines de la institución sino a los ambiciosos e
intrigantes".[22]

Comenta Peters: "El problema de la educación
moral es el de la adquisición de hábitos de
comportamiento necesarios y los supuestos sólidos de la
literatura de
diversas formas de buenas actividades, de manera que no obstruyan
el desarrollo de
un código racional…"[23].

Si logramos esos niveles de
recuperación de costumbres y mantenemos las tradiciones
que han hecho de un pueblo un sitio donde vale la pena vivir y
mantenerse, con la ilusión de producir y desarrollarse,
entonces podemos hablar de un desarrollo que se sustenta en ese
buscar la vida buena, que era un ideal de los clásicos y
sigue siéndolo.

Referencias
Bibliográficas

Aristóteles.
Metafísica 1004b. Ediciones Aguilar

Catecismo de la Iglesia
Católica
. (1995) Ediciones Image Double Day New
York(1995)

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Editorial Losada. Buenos
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Frankena, William. (1989) Tres
Filosofías de la Educación
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García, Pedro Rafael (2008)
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Marina, José Antonio (2008) "La
Pasión del Poder"
Anagrama ediciones.
Barcelona

Marina, José Antonio (2001).
Ética para Náufragos. Anagrama

Peters, R.S. (1981) Moral Development
and moral education
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Platón.(1965) Dialogo El
Sofista
. Ediciones Aguilar

Scheler, Max (2003) Gramática de
los sentimientos
. Editorial Crítica.
Barcelona

Stoner, Freeman y Gilbert (1996)
Administración. Pearson educación.
México

Tucídides Historia de La
Guerra del Peloponeso, II, 40.

Valderrama, José.(2008) ETICA Y
UNIVERSIDAD
www.didacticafilosófica.com

 

 

 

 

 

 

 

Autor:

Fernando Vizcaya Carrillo

Septiembre 2009

[1] Todo aquello a lo que yo estoy llamando
disposiciones y excelencias puede clasificarse en muy diversas
categorías. La jovialidad y la timidez son ambas
disposiciones; pero la primera de las dos es también una
excelencia. Las cualidades positivas de la
personalidad como, por ejemplo, la simpatía, la
benevolencia o el dominio de algún arte, como el
de la danza o la
posesión de un conocimiento como por ejemplo, estar muy
versado en la sucesión de reyes de Inglaterra,
constituyen disposiciones en el sentido en el que yo las tomo y
también, es de pensar, excelencias. Frankena, William.
(1989) Tres Filosofías de la Educación. UTEHA.
México

[2] "Inculcar hábitos de conducta, de
pensamiento y de sentimiento, transmitiéndolos de las
generaciones viejas a las más jóvenes. Sin
ésta comunicación de ideales, anhelos,
esperanzas, normas y
creencias que los individuos de la vieja guardia transmiten a
los que empiezan a vivir, la vida social acabaría por
extinguirse". Dewey, John (1985) Democracia y Educación.
Editorial Losada. Buenos Aires.

[3] Valderrama, José.(2008) ETICA Y
UNIVERSIDAD www.didacticafilosófica.com

[4] Scheler, Max (2003) Gramática de los sentimientos. Editorial
Crítica. Barcelona

[5] Stoner, Freeman y Gilbert (1996) Administración. Pearson educación.
México

[6] Marina, José Antonio (2008) "La
Pasión del Poder" Anagrama ediciones. Barcelona

[7] Frondizi, Rizieri (2007)
¿Qué son los valores? FCE México.

[8] Platón. Dialogo El
Sofista. 254d. Ediciones Aguilar

[9] Aristóteles. Metafísica 1004b. Ediciones Aguilar

[10] Scheler, Max. Ob. Cit. P. 45

[11] Marina, José Antonio (2001).
Ética para Náufragos. Anagrama

[12] Valderrama, José.(2008) Ob. Cit.
P. 3

[13] García, Pedro Rafael (2008)
Ética y Democracia. www.ideasapiens.com

[14] Catecismo de la Iglesia Católica.
P. 409, 1087. (1995) Ediciones Image Double Day New
York(1995)

[15] Catecismo de la Iglesia Católica.
P. 427. 1906. (1995)

[16] Aristóteles. Metafísica.
V, 1012b.

[17] Fuente: Tucídides Historia de La
Guerra del
Peloponeso, II, 40.

[18] Valderrama, J. Ob.cit p.2

[19] La Prudencia la defino coloquialmente
como el arte de escoger los mejores medios. Es un hábito
constructivo de bienes personales que se reflejan en la
sociedad. (Nota del autor).

[20] Scheler. Ob. Cit. P. 37

[21] Catecismo de la Iglesia Católica.
(1995)

[22] Valderrama, J. Ob. Cit. p.4

[23] Peters, R.S. (1981) Moral Development
and moral education. FCE México

Partes: 1, 2
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