El fortalecimiento de los ámbitos organizativos para el mejoramiento institucional de la policía nacional del Perú
No hay duda que entre las funciones mas
importantes del Estado –
sobre todo del Estado de Derecho
– se encuentran la de preservar el orden interno, la de
velar por el cumplimiento de la ley, la de
fortalecer los mecanismos de justicia; las
mismas que, en conjunto, son acciones que
representan ese poder singular
y monopólico que es el llamado el Poder de
Policía.
Dicha prerrogativa es aquella que faculta al Estado para
accionar – dentro un marco jurídico preestablecido
– los mecanismos necesarios que garanticen una correcta
administración, dentro de un marco de
respeto para
todos los ciudadanos.
Sin embargo, para que la gestión
del Estado pueda ser eficiente, es necesario que la
organización encargada de ejecutar dicho poder –
la Policía Nacional – se desarrolle dentro de
determinados ámbitos que, lamentablemente, gobierno tras
gobierno, aún no han podido ser satisfechos.
Estos son:
– Ámbito organizativo; estableciendo los
parámetros de un proyecto
estratégico con planes operativos a corto, mediano y largo
plazo. Este ámbito de organización permite obtener mejores
resultados de la gestión que desarrollaría la
Policía Nacional, determinando las necesidades para el
correcto desenvolvimiento y, a su vez, identificando incluso las
áreas comprometidas, y también aquellas en donde
será necesaria la variación de planes
estratégicos de desarrollo. Es
decir, a través del perfeccionamiento del ámbito
organizativo, podremos determinar, incluso, la producción en materia
laboral
– principalmente en el trabajo de
las unidades operativas prestadoras de servicios
directamente ligados a la colectividad, como las
comisarías – la falta o ineficiencia de esta, la
identificación de requerimientos y en donde se deben
atender primeramente, permitiendo coadyuvar al cumplimiento del
segundo ámbito fundamental que proponemos, la
funcionalidad.
– Ámbito Funcional. Programas de
mejoramiento logístico; resultando prioritaria la
modernización de equipamiento y el aparato
logístico para enfrentar la problemática de la
seguridad
ciudadana. Ahora bien, dentro del ámbito de la
funcionalidad se encuentra la redefinición de lo que
constituye la función
policial. La función de policía del Estado es la de
velar por el cumplimiento de las normas que este
dicta en concordancia con el orden social, salvaguardando los
intereses y los derechos de los ciudadanos
que la conforman por lo que, es empleo
policial, la que desempeñan los efectivos para el
mejoramiento de la vida en común a través de
mecanismos idóneos que promuevan la seguridad, que
garantice a otros la ejecución de sus propias libertades y
derechos.
La falta de esta traería consigo el desorden y el
caos en las relaciones
humanas por lo que podríamos sostener que, a una
organización policial con un claro ámbito
funcional, mayor seguridad y desarrollo
social.
– Ámbito de personal,
preparación y empleo. Programas de Reasignación de
Recursos; es decir, la capacitación que debe primar en los
efectivos policiales de tal manera que esta se desarrolle
paralelamente con los principios que
sustentan el Estado de
Derecho y que coadyuven a la realización de su
ámbito funcional. Por un lado, la preocupación por
parte de los órganos de gestión del más alto
nivel, con respecto al mejoramiento y adaptación del
personal en el medio en el cual desarrollan sus actividades,
generaría una mayor sensibilización de estos con
los problemas
sociales.
Respecto de ello queremos formular un breve comentario.
No podemos pretender que el personal que durante la década
de los noventa prestó servicios en las Zonas de Emergencia
– como son denominadas las zonas de enfrentamiento con los
miembros terroristas – sean destinados a prestar servicios
en las dependencias policiales – en donde la
relación interpersonal con la población es mas exclusiva – si es que
antes no han sido asistidos a través de un proceso de
readaptación social.
La problemática vecinal no tiene la magnitud de
aquella que se suscita en aquellas zonas en donde no existe mayor
respeto por la ley.
Por otro lado, es necesaria la implementación de
un programa de
asignación de recursos adecuado
de manera tal, que la institución destine a los efectivos
policiales debidamente especializados en áreas en donde
puedan proporcionar mayores beneficios a la comunidad a la
que sirven.
Por referir un ejemplo, existen miembros policiales que
cuentan con mas de una carrera profesional especializada que
podría coadyuvar a la implementación de programas
sociales destinados a combatir la delincuencia
y/o contar con un aparato administrativo que sea el soporte del
aparato funcional institucional. Así, si tengo un
área especializada en el tratamiento del menor y la
problemática juvenil, debo preferir la prestación
de servicios de Oficiales y personal subalterno que cuenten con
estudios universitarios y/o técnicos en psicología,
psiquiatría, asistencia social y derecho. Igualmente, si
requiero contar con efectivos capacitados para una labor
operativa, debo destinar personal idóneo para la
prestación de estos servicios. En la realidad, cuando
visitamos determinadas áreas eminentemente
administrativas, en las dependencias policiales podemos
advertir que cerca del 30% al 50% de su personal no supera los 40
años de edad, cuando dichas labores podrían ser
perfectamente ejecutadas por personal cuya efectividad persuasiva
no signifique imprescindible, necesaria o que resulte
insuficiente, ya sea por la edad o por adolecer de alguna
discapacidad.
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