- Cambio
del patrón del clima - Efectos
en la salud - Calentamiento del
agua - Trastornos del
ecosistema - Conclusión
- Bibliografía
INTRODUCCIÓN
La atmósfera que protege a la Tierra del
exceso de Radiación
Ultravioleta y permite la existencia de la vida es una mezcla
gaseosa de nitrógeno, oxígeno, hidrógeno, dióxido de carbono, vapor
de agua entre
otros elementos y compuestos, y partículas de polvo.
Calentada por el sol y la
energía radiante de la tierra, la
atmósfera circula entorno al planeta y modifica las
diferencias térmicas.
La especie Homo Sapiens, es decir, el ser humano,
apareció tardíamente en la historia de la tierra, pero
ha sido capaz de modificar el medio ambiente
con sus actividades. Aunque, al parecer, los humanos hicieron su
aparición en África, no
tardaron en dispersarse por todo el mundo. Gracias a sus
peculiares capacidades mentales y físicas, lograron
escapar a las constricciones medioambientales que limitaban a
otras especies y alterar el medio ambiente para
adaptarlo a sus necesidades. Es aquí cuando la
atmósfera que permite la vida en nuestro planeta se ve
afectada, veamos por que.
Aunque los primeros humanos sin duda vivieron más o
menos en armonía con el medio ambiente, como los
demás animales, su
alejamiento de la vida salvaje comenzó en la prehistoria, con
la primera revolución
agrícola. La capacidad de controlar y usar el fuego les
permitió modificar o eliminar la vegetación natural, y la
domesticación y pastoreo de animales herbívoros
llevó al sobrepastoreo y a la erosión
del suelo. El cultivo
de plantas
originó también la destrucción de la
vegetación natural para hacer hueco a las cosechas y la
demanda de
leña condujo a la denudación de montañas y
al agotamiento de bosques enteros. Los animales salvajes se
cazaban por su carne y eran destruidos en caso de ser
considerados plagas o depredadores.
Mientras las poblaciones humanas siguieron siendo
pequeñas y su tecnología modesta,
su impacto sobre el medio ambiente fue solamente local. No
obstante, al ir creciendo la población y mejorando y aumentando la
tecnología, aparecieron problemas
más significativos y generalizados. El rápido
avance tecnológico producido tras la edad media
culminó en la Revolución
Industrial, que trajo consigo el descubrimiento, uso y
explotación de los combustibles fósiles, así
como la explotación intensiva de los recursos minerales de la
tierra. Fue con la Revolución Industrial cuando los seres
humanos empezaron realmente a cambiar la faz del planeta, la
naturaleza de
su atmósfera y la calidad de su
agua. Hoy, la demanda sin precedentes a la que el rápido
crecimiento de la población humana y el desarrollo
tecnológico someten al medio ambiente está
produciendo un declive cada vez más acelerado en la
calidad de éste y en su capacidad para sustentar la
vida.
El clima siempre ha
variado, el problema del cambio
climático es que en el último siglo el ritmo de
estas variaciones se ha acelerado de manera anómala, a tal
grado que afecta ya la vida planetaria. Al buscar la causa de
esta aceleración, algunos científicos encontraron
que existe una relación directa entre el calentamiento
global o cambio climático y el aumento de las
emisiones de gases de
efecto
invernadero (GEI), provocado principalmente por las sociedades
industrializadas.
Se puede decir que las emisiones de gases efecto invernadero
(GEI) han sido muy intensas a partir de la Revolución
Industrial, momento a partir del cual la acción
del hombre sobre
la naturaleza se agudizó.
En los últimos 20.000 años el suceso más
importante es el final de la Edad de Hielo, hace aproximadamente
12.000 años. Desde entonces, la temperatura ha
permanecido relativamente estable, aunque con varias
fluctuaciones como, por ejemplo, el Período de
Enfriamiento Medieval o Pequeña Edad del Hielo.
Según el Panel Intergubernamental del Cambio
Climático (IPCC), durante el siglo XX la temperatura
promedio de la atmósfera se incrementó entre 0,4 y
0,8 ºC y se prevee prevén que la temperatura media de
la tierra subirá entre 1,4 y 5,8°C entre 1990 y
2100.
Los científicos atmosféricos saben que el hecho
de añadir dióxido de carbono CO2 a la
atmósfera, sin efectuar otros cambios, tenderá a
hacer más cálida la superficie del planeta. Pero
hay una cantidad importante de vapor de agua (humedad, nubes) en
la atmósfera terrestre, y el agua es un
gas de efecto
invernadero. Si la adición de CO2 a la atmósfera
aumenta levemente la temperatura, se espera que más vapor
de agua se evapore desde la superficie de los océanos. El
vapor de agua así liberado a la atmósfera aumenta a
su vez el efecto invernadero. Este es un gas de invernadero
más eficiente que el CO2. A este proceso se le
conoce como la retroalimentación del vapor de agua. Es
esta retroalimentación la causante de la mayor parte del
calentamiento de la atmósfera que predicen ocurrirá
durante las próximas décadas.
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