Introducción
La concepción actual de la Educación
Especial en Cuba responde
a un profundo y serio proceso de
transformación, fundamentado en la basta experiencia
acumulada en todos estos años y aplicando a nuestras
condiciones los enfoques más modernos.
En el curso escolar 1995-1996, se presentó por el
Ministerio de Educación el Plan de Desarrollo de
la Especialidad de Retraso Mental, donde se dio a conocer entre
otras líneas de trabajo el
Programa para
la Preparación para la Vida Adulta Independiente, la misma
constituye un aspecto cardinal en el desarrollo ulterior de esta
especialidad, pues de su implementación y eficacia, depende
el cumplimiento de todas las demás líneas de
desarrollo.
Posteriormente en el curso escolar 2000-2001se
realiza el Primer Taller Nacional de Validación de las
Líneas de Desarrollo y se propone el Instrumento de
Evaluación de la Vida Adulta Independiente,
el que fue validado en la provincia de Pinar del Río por
MSc. Nelson Carriles Carreras y en Ciudad de la Habana por la
Dra. C. Nilda de la Peña Bermúdez, el que permite
evaluar el nivel de independencia
alcanzado por los alumnos con retraso mental en las diferentes
áreas de desarrollo.
Por lo tanto, preparar a los niños y
niñas con retraso mental, para la vida adulta
independiente, es uno de los propósitos de la Educación
Especial.
Esta labor se fundamenta en la concepción de la
Escuela
Histórico- Cultural representada por L.S. Vigotsky,
así como en sustentos psicológicos,
históricos, sociológicos y pedagógicos de
nuestra tradición educacional.
Muchos especialistas de reconocido prestigio como el MSc.
Rafael Bell y el MSc. Arturo Gayle precisan tres elementos
fundamentales sobre este aspecto:
El carácter contextual del "ser independiente"
donde las exigencias sociales desempeñan un papel
decisivo.La independencia de la vida adulta, si se ha sido
independiente en cada etapa del desarrollo, con arreglo de la
actividad rectora de cada una, como condición
necesaria.Este propósito ha de ser asumido, por el individuo
en última instancia y los factores involucrados en
este proceso.
Una persona para ser
independiente requiere de una cultura
básica y que tenga una aplicación directa en la
vida por ejemplo: escribir, leer, utilizar de forma
práctica los conceptos matemáticos y todos aquellos conocimientos
relacionados con el entorno, la salud y la sexualidad.
También son importantes rasgos positivos de la esfera
inductora tales como: responsabilidad, modestia, sencillez,
perseverancia, laboriosidad, compañerismo, solidaridad,
valentía, decisión, autoestima,
autorreafirmación, entre otras cualidades.
Todo ello unido a la necesaria preparación familiar,
social y laboral que le
permita obtener un puesto de trabajo, conservarlo y desarrollarlo
o incorporarse a una vida activa, donde puede aportar beneficios
con su trabajo en el hogar. Estas habilidades suelen lograrlas
muchas personas con retraso mental en mayor o menor grado de
calidad. Al
reflexionar en este sentido se toma como basamento la escuela
Histórico- Cultural en su concepción sobre la
unidad entre el intelecto y el afecto, que para Vigotsky
representaba en la conciencia humana
las partes de un todo único, sobre esto expresó lo
siguiente: " Esto, a nuestro modo de ver, permite concluir que la
unidad de los sistemas
semánticos dinámicos, la unidad del afecto y el
intelecto, es el postulado fundamental sobre el cual, como una
piedra angular, debe ser elaborada la teoría
de la naturaleza
congénita del retraso mental en la edad infantil."
Vigotski, L. S, p. 223.
Desarrollo
Al trabajar con escolares con retraso mental se debe tener
presente que ser independiente no significa en modo alguno ser
autónomo ciento por ciento, dentro del proceso de
independencia está incluido también reconocer y
saber solicitar ayuda y somos nosotros los educadores los
responsables de guiar este proceso.
La dependencia es una característica que se les
atribuye a las personas con retraso mental como algo propio,
patológico, pero serian innumerables las historias de vida
que pudieran referirse para avalar lo contrario. Por supuesto
esto no se logra en todos al mismo nivel y depende mucho de la
educación que se organice para ello y el papel de la familia en
el logro de este objetivo.
¿De que depende la preparación para la vida
adulta independiente en las personas con retraso mental?
La respuesta pudiera ser muy amplia o muy concreta
estaría en dependencia de las potencialidades de las
necesidades individuales, del contexto básico, de las
exigencias sociales, las tradiciones y las culturas de cada
familia, la
que desempeña un papel decisivo en la preparación.
Lograr la participación de los padres es determinante para
obtener la preparación que se desea en estas personas,
pues se conoce el impacto de las necesidades educativas
especiales en todos los ámbitos de la vida
familiar.
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