Consideraciones acerca de algunos los dilemas de la Revolución Científico Técnica (página 2)

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Entre los argumentos que permiten entender ese
crecimiento de consumo
están el envejecimiento de la población, que trae aparejado un incremento
de riesgo de
enfermedades,
así como la existencia de mejores métodos de
diagnóstico, pesquisas precoces y mayor
disponibilidad de fármacos (4).

Pero también están los relacionados con el
doping y la producción de los mismos de forma cada vez
más sofisticada.

Doping, textualmente drogarse, es un término
utilizado para referirse al consumo de sustancias o uso de
métodos ilegales con el fin de aumentar, de forma
artificial, el rendimiento físico, también
psíquico, para elevar los resultados competitivos, por la
comercialización y el profesionalismo en el
deporte actual y
que conducen, entre otros factores, a la descomposición
ética
de la práctica deportiva, daño a
la salud del
consumidor,
implicaciones sociales, económicas, competitivas,
jurídicas y de otras índole.

Tómese solamente en cuenta el caso de Marion
Jones, que admitió haber cometido dopaje con esteroides o
el escándalo desatado por el ex senador George Mitchel,
cuya investigación, presentada ante el senado de
la nación
norteña, develó un listado de 80 peloteros liga
mayorista que supuestamente utilizaron esteroides (5).

Por ello se puede considerar como una práctica
que viola las normas del
olimpismo con alto carácter negativo y que centra la atención priorizada de médicos,
técnicos, directivos, periodistas y divulgadores, recursos
científicos y financieros, tanto en la dirección para reducirlos y eliminarlos,
como para buscar nuevas técnicas
sofisticadas para su empleo sin ser
detectados por el método
tradicional de la orina, utilizada por que en este desecho
líquido del organismo se evacuan las drogas
inalteradas o se encuentran en ella los productos
metabólicos mas elevados que en otras muestras que se
toman como en el sudor, la saliva o la sangre.

A pesar de las extensas listas de sustancias prohibidas
– estimulantes, narcóticos, esteroides, diuréticos,
hormonas
peptídicas y glicoproteicas, sustancias restringidas como
alcohol,
marihuana,
anestésicos locales y los betabloqueadores, etc.-
elaboradas por diferentes federaciones deportivas, que muchas
veces no coinciden, siguen apareciendo nuevos medios.

Se trabaja de forma clandestina e ilegal en el estudio
de agentes farmacológicos, procedimientos
fisiológicos, psicológicos y genéticos al
emplear con esos fines los avances de la revolución
científica técnica.

Entre los daños a la salud, que reduce a dudoso
los resultados deportivos, se encuentra el riesgo de sobrepasar
los límites
humanos con la supresión de la sensación primordial
de la fatiga, con desarrollo
excesivo del esfuerzo; alteración de las coordinaciones
naturales de las funciones
fisiológicas y psicológicas con desórdenes
graves que pueden conducir a la muerte, que
tan negativo se manifestó en el Tour de Francia.

Son los riesgos
secundarios de problemas
cardiovasculares, hemorragias internas; desequilibrios endocrinos
con el uso de la hormona testoferona por masculinización
irreversible – aumento de la vellosidad y desarrollo del
clítoris, entre otros- y puede conducir al cáncer.
Los corticoides fragilizan la estructura
ósea y favorecen la diabetes.

Un ejemplo escalofriante es el uso del dopaje
genético. En los Juegos
Olímpicos de Invierno, hace 43 años, el
finlandés Eero Mantyranta, esquiador de fondo,
consiguió dos títulos en su especialidad con
increíble ventaja que hizo suponer fraude.
Años más tarde se descubrió que su familia
sufría una mutación del gen que modifica la hormona
eritripoyetina (EPO) (6), la cual genera altos niveles de
glóbulos rojos con una mayor entrada de oxígeno
a los músculos, actuando como estimulante a este
proceso, lo
que proporciona mayor resistencia al
esfuerzo físico y mejoran el rendimiento al disminuir la
fatiga al producirse en menor proporción la
acumulación del ácido láctico en los
músculos.

Como consecuencia secundaria modifica la viscosidad
sanguínea y genera accidentes
cardíacos y circulatorios.

Hoy es conocido como dopaje sanguíneo, procedimiento que
consiste en extraer sangre antes del esfuerzo físico y
luego realizar su reinyección, con el fin de incrementar
la producción de glóbulos rojos, que fijan el
oxígeno.

Es lo acontecido con el futbolista Ronaldo, que con una
lesión muscular, fue tratado por el Dr. José
Luís Junco con una técnica conocida como Factor de
Crecimiento, que consiste en obtener, a partir del centrifugado
de la sangre del paciente, un concentrado de plaquetas rico en
factores de crecimientos que se inyecta en el músculo
afectado con el fin de estimular la cicatrización y
regeneración del área afectada en el menor tiempo posible
(7). Estos son conocidos como procesos
endógenos: provocados por las propias células
musculares del individuo.
Pero que también se realizan de forma artificial, como
apunta el ejemplo del famoso futbolista que hemos
apuntado.

El hombre como
género
es el único de los seres vivos que utiliza sustancias de
producción artificial para combatir sus enfermedades,
modificar la fertilidad de las tierras de cultivo, combatir
plagas y otros usos que no solo dañan el medio
ambiente, sino que además pueden modificar su propia
esencia genética.
¿Estaremos creando, sin darnos cuenta, las condiciones
para mutaciones de carácter genético de nuestra
especie a largo plazo por acumulación de factores
diferentes que alteran nuestra naturaleza
biológica?

Conclusiones

Es necesario recordar que las acumulaciones de cambios
conducen a las mutaciones que alteran la conformación de
los resultados del largo proceso evolutivo biológico,
social y psicológico natural de nuestra especie. Este
peligro se une a los ya conocidos.

Por eso viene a orden recordar las palabras de Noah
Sealth, líder
aborigen norteamericano, que en 1854 le advirtió al
entonces presidente norteamericano Franklin Pierce "Todo lo que
ocurra a la Tierra, le
ocurrirá a los hijos de la Tierra.
El hombre no
tejió la trama de la vida; él es sólo su
hilo. Lo que hace con la trama se lo hace así mismo."
(8).