- La
obesidad en los niños y la obesidad
familiar - Genes
del comportamiento - El
estudio de los gemelos como base de la herencia genética
fenotípica - La
obesidad infantil: Donde los lindes de nature vs nurture se
borran - El
metabolismo basal (BEE) y su relevancia - Lo
que Dawkins llama la "memética" - En
resumen - Bibliografía
Desde que se publicara mi artículo de
Nature vs Nurture, he recibido muchas correspondencias
de profesionales interesados en determinar si, en mi
opinión, la gordura es genética
(hereditaria), o es resultado de las fuerzas poderosísimas
de un entorno que la propicia.
Pequeño Albert
La repuesta es simple: La obesidad, es,
ambas cosas.
Richard Dawkins, podría tratar de resolver
este dilema por medio del uso de un vocablo de su propia
invención, el "meme", para describir la unidad de
transmisión de comportamientos, derivados de la interacción y aprendizaje del
individuo con
su entorno, además de la herencia del
componente genético, natural.
Aquí, imaginamos cómo Dawkins —
el ateísta más reconocido en el mundo —
expresaría el dilema de nature vs
nurture, usando sus propios conceptos, diría:
genética vs memética.
Si, nada más, suena bien.
Pero, aquí estamos, para hablar de la
obesidad del párvulo — donde todo, parece, que, en lo
que a la obesidad respecta — comienza.
La obesidad en los
niños y la obesidad familiar
Como consecuencia de la evaluación
que he conducido, de un número significativo de familias
en las que la obesidad aparece constante por varias
generaciones.
La tendencia inmediata, para explicar su causa,
ha sido la de seguir, intuitivamente, las formulaciones que estas
mismas personas ofrecen, admitiendo que el problema de la
obesidad reside en los genes y no en sus hábitos
particulares de comer y de vivir.
Lo que no es así.
La cuestión que aquí se trata de
clarificar se oscurece y se torna más compleja con la
aparición de investigaciones
recientes que se esfuerzan en explicar la gordura de maneras
inéditas, improbables y, espectaculares.
Veamos
Un reciente estudio, explora el efecto en el
organismo — para el desarrollo de
esta enfermedad — de la proporción de la grasa parda
almacenada en el cuerpo, contrastada con la grasa blanca.
Mientras que otra investigación, pretende establecer el rol
de los patógenos intestinales como agentes causantes de la
misma.
Investigación, la última, que, a
pesar de ser inconcluyente, no sólo no añade
conocimiento
alguno al rompecabezas, sino que termina añadiendo
confusión adicional, a un campo ya enturbiado por las
teorías
y los teóricos mismos.
La obesidad y el modelo
causativo bacteriológico
Acerca de lo último, lo curioso es que ya,
hace muchos años, se me ocurrió la idea de utilizar
el modelo médico de las enfermedades infecciosas
adaptándolo a la etiología de la gordura. Lo que no
dio resultados.
La esposa del panadero por Edgar
Degas
Lo hice utilizando el cuerpo humano
como el huésped de la infección para la obesidad, y
la comida, como el patógeno que la transmite — lo que
hiciera, debo admitir — con una cierta dosis de sarcasmo.
Mi formulación, al final, no
ganaría adeptos por ser, las tres cosas: lógica,
obvia y simplista.
Entonces, hablemos de la herencia
Preguntémonos de nuevo, ¿de
dónde provienen nuestros rasgos característicos, y
cómo se transmiten los adquiridos?
El monje Mendel, padre
de la ciencia
genética, nos dio la respuesta a la primera de las
preguntas, hacen casi ciento cincuenta años.
He aquí cómo, generalmente, se
expresa:
El cabello rubio, vino de mi madre. El rizado
del mismo, lo heredé de mi padre, y mis problemas con
la autoridad, los
adquirí de mi abuelo, el político.
Página siguiente |