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La Identidad Cultural Cubana para la nueva universidad en el contexto histórico actual (página 2)



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En la formación de la identidad
influyen también las condiciones ambientales, el lenguaje,
lo generacional, la cultura de
géneros, la comunidad,
la familia,
el trabajo en
tanto expresiones de la formación psicosocial y cultural
del individuo. En
este caso nos referimos a la idiosincrasia como
características psíquicas del sujeto en sus
relaciones sociales; un pueblo como el nuestro, por ejemplo se
distingue por su creatividad,
ingenio, buen humor, solidaridad y
humanismo.

Ahora bien, las determinaciones culturales se manifiestan en
contextos de acción
específicos que las particularizan y a la vez las
identifican con la realidad social de cada grupo cultural
de acuerdo al contexto histórico. La historia de la cultura
recoge el surgimiento, desarrollo y
desaparición de las civilizaciones, nacionalidades,
naciones, pueblos, comunidades e individuos. En este contexto
la memoria
histórica desempeña un papel esencial en el
conocimiento, supervivencia y perpetuación de las
raíces y tradiciones de cada sociedad.

Los criterios planteados por J. V. Stalin relacionados con la
conformación de la nacionalidad
en su obra "El Marxismo y el
Problema Nacional" son aplicables al proceso
histórico que ha vivido nuestra Patria. Para este autor
"Nación
es una comunidad estable, históricamente formada de
idioma, territorio, de vida económica y de psicología
común" (4). Por tanto referirse a la nacionalidad
cubana implica recorrer un proceso histórico que tiene sus
inicios en la sociedad aborigen, el surgimiento del criollo que
asumió la Isla como nación
– sociedad natural de hombres a los que la unidad de territorio,
de origen de historia, de lengua y de
cultura inclina a la comunidad de vida y crea la conciencia de un
destino común-, pasa por la formación del "cubano"
ligado a la defensa de la Patria ante el dominio español y
luego estadounidense hasta el triunfo revolucionario que marca una nueva
etapa que se ha ido desarrollando y nutriendo de la memoria
histórica.

El proceso de transculturación está estrechamente
vinculado al de formación de la Identidad Cultural Cubana,
como fenómeno vivo y en constante actualización y
enriquecimiento. En este sentido Fernando Ortiz define nuestra
cultura nacional como ese gran AJÍACO al que aportaron la
cultura aborigen, africana y europea.

La identidad puede ser vista en dos dimensiones de análisis: identidad general e identidad
cultural. La primera se refiere a la forma abstracta donde
observamos aquellos rasgos, particularidades de un
fenómeno, aislado del resto de los fenómenos que lo
circundan. Si se analiza por ejemplo la identidad cultural de una
nación al margen de sus lazos con el resto de los pueblos,
se tendría una visión reduccionista del
fenómeno al considerar solo su enfoque
metafísico.

En tanto la identidad cultural puede ser vista desde aquellos
rasgos que distinguen, que dan continuidad, que particularizan,
que hablan de la totalidad de un ente social a lo largo de su
historia, a lo largo de su movimiento,
pero visto como producto de la
relación de tal ente social con el resto de la
cultura.

Precisamente en esa relación dialéctica entre lo
universal y lo particular, a la que también se
refirió nuestro héroe Nacional José Martí,
se tratan los rasgos que nos permiten perfilar la identidad del
pueblo cubano, del hombre cubano,
dentro del proceso de cambio,
transformación y enriquecimiento de su cultura, valores y
tradiciones, es por tanto un error entender la identidad como un
elemento estático.

En el mundo globalizado actual el estudio de la identidad es
necesario para preservar las identidad
nacional de aquellos países que son invadidos por la
expansión del mercado
capitalista, de las transnacionales, que traen sus inversiones de
capitales y consecuentemente arrastran y absorben sus
códigos culturales para imponer las características
de la sociedad de consumo.

Si los pueblos de nuestro continente, no nos protegemos de
esta avalancha uniformadora de códigos culturales
(enlatados), que trae consigo el desarrollo hegemónico del
Imperialismo;
entonces los hombres, los pueblos, las culturas,
perderíamos nuestro arraigo, nuestro sello,
dejaríamos de reconocer nuestros orígenes. La
única vía para preservar la identidad nacional y la
memoria histórica de nuestro país está dada
por el fortalecimiento de sus valores y tradiciones en el
contexto psicosocial, político, cultural y
económico actual.

Debemos trazar correctamente un balance adecuado y en
particular de aquello que nos identifica como nación, de
todo el conjunto de valores materiales y
espirituales que son nuestro acervo, nuestro ideario Patrio. Es
importante sostenerlos como escudo y espada de nuestras naciones
latinoamericanas ante la avalancha que se avecina.

Si bien no renunciamos a los valores
positivos de otros pueblos, creados y reconocidos en la sociedad
capitalista desarrollada, tenemos que protegernos para no dejar
perder los valores autóctonos, propios, para no perder esa
identidad cultural a la que hemos hecho referencia.

Profundizar también en determinados rasgos de identidad
de nuestra cultura nacional imbrica razones históricas que
sostienen la soberanía con un fuerte contenido
ético, que nació y evolucionó en la
conformación de espiritualidad nacional, forjada en el
trabajo, en
las luchas constantes por la independencia
y contra aquellos cubanos que con su conducta se
opusieron a la esencia emancipadora y dignificadora de nuestra
ideología martiana, marxista, leninista y
fidelista.

El concepto de
identidad nacional cubana está profundamente marcada por
las luchas por la independencia, la defensa de los principios de la
Revolución
y en la actualidad expresada en los principios de la Batalla de
Ideas, definida por nuestro Comandante en Jefe como: "(.)la
batalla de la verdad contra la mentira, la
batalla del humanismo contra la deshumanización, la
batalla de la hermandad y fraternidad contra el más
grosero egoísmo; la batalla de la libertad
contra la tiranía, la batalla de la cultura contra la
ignorancia, la batalla de la igualdad
contra la más infame desigualdad, la batalla de la
justicia
contra la más brutal injusticia, la batalla por nuestro
pueblo y la batalla por otros pueblos, porque si vamos a su
esencia es la batalla de nuestro pequeño país y de
nuestro heroico pueblo por la humanidad"(5).

Bajo estas condiciones la Revolución
Cubana ha continuado la construcción del socialismo con el
propósito de reforzar la formación de un grupo de
valores
morales que se han debilitado en medio de las
difíciles condiciones económicas que nos ha
impuesto el
bloqueo y que se recrudecieron durante la década del
noventa, acentuando las diferencias en la sociedad cubana de
hoy.

Un requisito indispensable para el éxito
de la labor político ideológica es la unidad de
pensamiento,
como premisa de la unidad de acción. Para conseguir la
primera, resulta necesario que todos asumamos las definiciones
teóricas y operacionales de cada valor y
empleemos un lenguaje
común en la materialización de los principios
ideológicos de la Revolución.

Los valores son determinaciones espirituales que designan la
significación positiva de las cosas, hechos,
fenómenos, relaciones y sujetos, para un individuo, grupo
o clase social,
o la sociedad en su conjunto (6). Están condicionados por
las relaciones sociales predominantes, constituyen componentes
esenciales de la ideología, expresión de la cultura
y la historia de una sociedad en una época determinada, y
de los intereses, puntos de vista, necesidades y contradicciones
de los diferentes sujetos. Se forman en el proceso de interacción entre los hombres y el objeto
de su actividad en la producción y reproducción de su vida material y
espiritual.

Algunos valores que consideramos fundamentales para trabajar
de forma coherente en la defensa de nuestra identidad nacional y
la conservación de nuestra memoria histórica en la
construcción de nuestra sociedad socialista son:

  • Dignidad

  • Patriotismo

  • Humanismo

  • Solidaridad

  • Responsabilidad

  • Laboriosidad

  • Honradez

  • Honestidad

  • Justicia social

Esto no quiere decir que se abandone la influencia educativa
sobre otros valores que se corresponden con nuestra
ideología y que junto a estos forman el sistema de
valores que demanda la
construcción de nuestro proyecto
social.

¿Cómo lograrlo?, planificando y organizando
actividades de modo que potencien el reforzamiento de estos
valores es necesario que se realicen de manera consciente,
organizada, con marcada intencionalidad, primando en su
ejecución un estilo de comunicación que posibilite el diálogo
abierto sincero, argumentado, que coadyuve a conocer al otro y a
respetarlo mediante la mutua comprensión.

En tal sentido las organizaciones de
base del Partido Comunista de Cuba (PCC), la
Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y el sindicato
así como los consejos de dirección de cada centro laboral deben
conocer las necesidades de capacitación de sus miembros en la educación de
valores y en otros temas que sirvan para reforzar el sentido de
pertenencia y su identificación con los principios
éticos de la Revolución Cubana.

La Unión de Jóvenes Comunistas surge y se
desarrolla no como una organización de masas en el sentido de su
composición orgánica, aunque sí en cuanto a
sus objetivos,
estilo y métodos de
trabajo, sino como una organización política selectiva,
vanguardia de
la juventud
cubana, reserva y activa auxiliar del Partido en el impulso a las
principales tareas de la Revolución y cantera directa del
mismo.

El Partido Comunista de Cuba encarna las heroicas tradiciones
revolucionarias del pueblo cubano, mantenidas muy en alto por
generaciones de luchadores contra el colonialismo español
y el neocolonialismo imperialista de los Estados Unidos, y
constituye un fiel continuador del Partido Revolucionario Cubano
(PRC) que fundó José Martí
para la lucha por la independencia nacional, del primer Partido
Comunista simbolizado en las vidas de Julio Antonio Mella y
Carlos Baliño, y de las organizaciones revolucionarias que
protagonizaron la lucha contra la tiranía batistiana.

Entre sus objetivos fundamentales está la lucha por
consolidar una nueva moral en la
sociedad cubana, cimentada en la ideología de la
Revolución, la solidaridad, la igualdad y la justicia
social, la confianza mutua, la disciplina
consciente, la modestia, la honradez, el espíritu
crítico y autocrítico, la seguridad en el
porvenir socialista; en consecuencia, combate resueltamente la
explotación del hombre por el hombre, el
individualismo, la supervivencia de prejuicios raciales y
discriminatorios de cualquier índole, el escepticismo, la
falta de fe en el socialismo, el derrotismo, el oportunismo, la
simulación y la doble moral, la
indisciplina, la corrupción y toda forma de conducta
delictiva y antisocial.

Nuestro país enmarcado en la batalla de ideas, las
mesas redondas y todo el conjunto de actividades que cada
día desarrollamos, posibilita que nos imbriquemos
más en la REVOLUCIÓN CULTURAL a que hemos hecho
referencia y a la que estamos llamados todos los cubanos para
defender nuestra identidad y soberanía nacional.

BIBLIOGRAFÍA CITADA

  • 1. COLECTIVO DE AUTORES. Lecciones de
    filosofía marxista-leninista. La Habana: Félix
    Varela, 2004. p. 385.

  • 2. SEBAZCO, Alejandro. Problemática racial e
    identidad nacional: Cuba 1989-2005 [en línea]. [Fecha
    de consulta: 16 noviembre 2009] Disponible en:
    http://revista.filosofia.cu/articulo.php?id=517.

  • 3. COLECTIVO DE AUTORES. Lecciones de
    filosofía marxista-leninista. La Habana: Félix
    Varela, 2004. p. 240.

  • 4. COLECTIVO DE AUTORES. Historia de Cuba. La Habana:
    Pueblo y Educación. p. 78

  • 5. TABLOIDE ESPECIAL. Los valores con que defendemos
    la Revolución y la especie humana. Junio 2007.

  • 6. TABLOIDE ESPECIAL. Los valores con que defendemos
    la Revolución y la especie humana. Junio 2007.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.

  • 1. CRISTOBAL Pérez, Armando. El pueblo cubano.
    Su nación, su estado. Revista Cuba Socialista. No.
    43.

  • 2. Identidad Nacional Cubana [en línea].
    [Fecha de consulta: 16 noviembre 2009]. Disponible en:

http://es.wikipedia.org/wiki/Identidad_Nacional_Cubana

  • 3. La identidad nacional en el contexto globalizador.
    [en línea]. [Fecha de consulta: 16 noviembre 2009].
    Disponible en:

http://www.monografias.com/trabajos12/elcapneu/elcapneu.shtml#PRENSA

  • 4. CASTRO Ruz, Fidel. Discurso en el Centenario de la
    Demajagua. En: Sobre la guerra de los Diez Años. La
    Habana, Cuba: Instituto Cubano del Libro. 1971.

  • 5. __________________. Discurso clausura del V
    Congreso del PCC.

  • 6. __________________. Discurso en el aula Magna de
    la Universidad de La Habana, 17 de noviembre de 2005.
    Tabloide especial # 11, 2005.

 

 

 

 

Autor:

Lic. José Ignacio Baños Díaz

Ing. Yoan Suárez Toledo

Partes: 1, 2
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