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Las seudo-ciencias herméticas, efectos de una época oscurantista (página 3)




Enviado por CARLOS HURTADO



Partes: 1, 2, 3, 4

2.1.7 La Oniromancia. "Es la
adivinación por sueños y la onirocritica es el
método
para su interpretación"[93]. Hasta
un determinado tiempo la
oniromancia gozaba de gran prestigio, sobre todo con la
publicación de Sinecio en el año 370, "Tratado
sobre los sueños
", en ésta expresa que
"gracias a su facilidad, la adivinación por los
sueños esta al alcance de todos; simple y sin artificio,
es racional por excelencia, santa pues no utiliza medios
violentos Y puede ejercerse en todas partes"[94].
Luego, en el Renacimiento
hubo varios personajes que se encaminaron por el uso de este
arte, incluso
Jean Belot, un cura que se autollamaba "maestro de las cosas
divinas y celestes"[95]. Son infinitas las obras y
los autores que dedicaron su vida a escudriñar la
oniromancia, pero en el siglo XIX entra en las ciencias, el
psicoanálisis, propuesto por Freud, a
través del cual quita toda solidez a la oniromancia, pues
esos sueños a los cuales se les podía dar una
interpretación pasaron a ser parte constitutiva del
inconsciente que es básicamente el espacio donde el hombre hace
suyos innumerables situaciones.

2.1.8 La Captromancia. "Es la
adivinación por medio de los espejos y se derivan de
ésta la cristalomancia y la hidromancia(, que fueron
bastante fuertes en la Edad
Media."[96]La práctica se hacía
con individuos que durante tres días permanecían en
ayuno y se envolvían en sahumerio, que a lo último
terminaba en alucinaciones. Gian Battista Della Porta describe en
una de sus obras "Magie Naturelle", la forma de trazar,
pulir y preparar espejos en los que una persona se
refleje con la cabeza hacia abajo y los pies hacia arriba y como
se trataba de espejos cóncavos, al mirarse en ellos se
producían figuras poco agradables, y era lo que los magos
transmitían a quienes los buscaban.

En 1680 un personaje se burla con las siguientes
palabras al hacer mención de los practicantes de la
hidromancia "en la que la mayoría de las adivinadoras
utilizaban barreños llenos de agua, espejos
y cosas por el estilo para embaucar al
público"[97]. A partir de estos espejos
surgieron las famosas historias de los espejos mágicos y
ya en el siglo XIX, esta práctica pasó a significar
el hipnotismo, que en asocio con el espiritismo fue utilizado
para invocar las almas de los difuntos y, Cahagnet, un hipnotista
famoso desarrolló las diversas clases de espejos a partir
de los cuales se puede trabajar dicho arte: "el espejo
teúrgico, el espejo de cagliostro, el espejo de Jules
Potet, el espejo swendenborgiano, el espejo magnético, el
espejo narcótico, el espejo galvánico, el espejo
cabalístico"[98]. Lo interesante del tema
es que a partir del siglo XIX los psicólogos tomaron la
adivinación por medio de los espejos para incorporarla en
sus trabajos, en especial los relacionados con "el automatismo
sensorial y las alucinaciones
provocadas"[99].

2.1.9 La Cartomancia. "Es el arte de
adivinar por medio de la baraja, ésta apareció en
Francia en el
siglo XIV"[100]. No se tienen datos de ella en
el ámbito del Egipto
faraónico ni en la antigüedad grecorromana y menos en
los comienzos de la Edad Media, las razones son justificables,
debido a que no se empezó a difundir, sino a partir de
cuando surge la imprenta, el
papel y la xilografía y aun no se ha establecido
cuál de los países europeos fue el encargado de
poner a disposición del mundo estas técnicas.
En cuanto al tarot es
originario de Italia, data del
siglo XIV, "en éste estaban representadas las imágenes
del Papa, el Rey, el Emperador, el Mendigo,
etc"[101]. El inventor de la cartomancia, Jean
Francois Allierte (1738-1791), profesor de
aritmética, decía haber estudiado magia desde los
catorce años y se fundamentaba en los hermetistas,
éste autor eleva la cartomancia a la "filosofía
oculta"[102].

Para empezar a hablar de la alquimia como un componente
importante en la Edad Media, es necesario remontarse hasta
encontrar los focos donde posiblemente pudo aparecer este arte,
tal como lo califican grandes exponentes del Medioevo. En un
comienzo se dice que tiene un "origen sobrenatural, maldito y
reputado a la vez. Al parecer esta tradición se inicia con
los ángeles
expulsados del cielo, de los que se comenta en génesis V,
quienes bajaron a la tierra y
tuvieron descendencia"[103], es claro que es una
de las tantas teorías
míticas que existen, pues también se habla de la
mitología
griega como propiciadora de dicho arte. Pero una de las mas
acertadas es la que aportan los etnólogos, misioneros y
exploradores, al afirmar "que las tradiciones orales, el trabajo
primitivo de los metales en los
pueblos y/o aldeas se convierte en el patrimonio
fascinante y temido al mismo tiempo de pequeños grupos cerrados
de herreros, que se transmiten los secretos de padre a hijo, de
maestro a hijo"[104]. Rene Alleau, un investigador
de dicho fenómeno, está convencido en fundamentar
su teoría
de origen de la alquimia "en la simbiosis que se da entre unas
artes con fines prácticos, fabricar armas, herramientas,
y una visión mágica, taumatúrgica, de todos
los fenómenos comprobables, tanto naturales como
humanos"[105]. Éste afirma que "antes del
homo faber apareció el homo divinans" en
un comienzo "el trabajo y la
magia estaban estrechamente
relacionados"[106].

Esa metalurgia de
tinte sagrado fue dando después origen a la alquimia,
donde un componente importante es el fuego, con el cual sufre
transformación toda clase de
metal, con el tiempo se fueron agregando algunos ritos para
llevar a cabo dicha labor. El lugar exacto del origen de la
alquimia, según su etimología, se sitúa en
el Egipto faraónico, cuna del arte sagrado(. La palabra
proviene del árabe Al-khimi-ya (la química),
según los historiadores este vocablo proviene del
sustantivo egipcio khemi, el cual era atribuido al
color negro y que
a la vez hacía alusión a la región de
khem (país negro)((. En cuanto a la alquimia como
tal, "la invención es atribuida a un misterioso personaje,
que los alquimistas griegos de Alejandría llamaron
Hermes((( Trimegisto"[107]. A este personaje se le
atribuye la Tabla esmeraldina ( y ésta a la vez se
relación con el Santo Grial((. A continuación una
parte del texto original
de la tabla esmeraldina, en la que se fundamenta la teoría
alquímica:

Os digo una cosa bien cierta. Lo que esta abajo equivale
a lo que esta arriba, y lo que esta arriba equivale a lo que esta
abajo, en lo que concierne a la realización de los
milagros de una obra única. Y así como todas las
cosas provienen en del uno por la obra del uno, así todas
han nacido de esa cosa única, por adaptación.
El sol es su
padre, la luna es su madre. El viento la ha llevado en su
vientre, la tierra la ha
alimentado. Ella es el principio de la perfección en todo
el mundo. Su poder es
infinito cuando se ha transformado en tierra. Sube de la tierra
al cielo y desde el cielo vuelve a bajar a la tierra, y
restablece la unidad de las fuerzas de las cosas superiores y de
las inferiores: por esa via, conquistaras la gloria en todo el
mundo y alejaras de ti todas las tinieblas. Separaras la tierra
del fuego, lo sutil de lo denso, lentamente, con gran arte. Ella
es una fuerza
más fuerte que cualquier otra fuerza, por que puede
sobrepasar toda cosa sutil y penetrar toda cosa solida.
Así fue como se creo el mundo. Son maravillosas las
operaciones
que de esta manera fueron
realizadas[108]

Según los últimos estudios realizados se
afirma que esta Tabla no se pierde en el lejano pasado, al
parecer data del siglo IV, en su idioma original, el griego,
época del florecimiento de la alquimia en
Alejandría. Sólo hasta el siglo VI, la alquimia
saldría de Alejandría para el Imperio
Bizantino, pero el occidente solo tendrá acceso a este
nuevo conocimiento
gracias a las traducciones de los musulmanes,
entre los primeros alquimistas musulmanes se destaca el
príncipe Omeya Khalid-Ibn-Jazid, que reino en el siglo
VIII. La conquista de
España
por los Árabes en el siglo VIII, trae consigo todas sus
tradiciones, entre ellas la práctica de la Alquimia y el
judaísmo. Se destaca que junto a estos países
orientales y occidentales banderas en la Alquimia, se halla en el
lejano oriente la China, otra
potencia en este
aspecto, a tal punto que según investigaciones
recientes se afirma que "el Taoísmo, de Laot-se, andaba
también en la búsqueda de un elixir de larga vida,
destinado a llevar a los seres humanos al mas alto estado de
perfección física y
espiritual"[109]. Aunque la traducción de los textos se empezó a
realizar desde el siglo X, no fue sino hasta el siglo XII, cuando
salen a la luz
pública dichos textos. Entre los alquimistas, filósofos y escritores musulmanes se
destaca Ibn Sina, Avicena (980-1037 d.C).

2.2.1 Objetivo de la
Alquimia
. En un principio, el objetivo estuvo centrado en la
parte material, "los textos de alquimia que
simultáneamente se difundían en occidente y oriente
hablaban de espiritualizar la materia y de
materializar el espíritu de la necesidad de hacer mas pura
la naturaleza"[110]. Un destacado
personaje de la Edad Media, Roger Bacón( decía que
"la alquimia es la ciencia que
enseña a preparar cierta medicina o
elixir((, el cual, al actuar sobre los materiales
imperfectos, les comunica la perfección en el mismo
momento de la obtención"[111]. Su
fundamento estaba en "la imaginería popular, su meta
fascinante era la de fabricar oro"[112], aunque se destaca que
nunca llegaron a tal cometido, sí aportaron las bases
suficientes para la transformación y manejo de los metales
al punto que un historiador sentencia que "que la alquimia es la
madre de la química moderna"[113], en otras
palabras se concluye que la alquimia en la Edad Media fue una
especie de prehistoria que
dio como resultado la química experimental. En las
conclusiones a las que han llegado los historiadores, se destaca
que existen ciertas características que hacen
únicas cada uno de los artes, en cuanto a la alquimia, se
debe entender como "un saber tradicional, en la que la idea de
descubrir algo nuevo tendría sentido y sagrado, pues se
basa en la transmisión de secretos. Es un arte en el que,
sin duda, se realizan operaciones de laboratorio,
pero en el que éstas interfirieron en otros campos que no
son el trabajo sobre la materia"[114].

2.2.2 Lugar de Trabajo. Ubicándose en la
Edad Media, era una constante el hecho de que los alquimistas
tenían sus lugares de trabajo, pero aislados del
público, pues se consideraba que así
tendrían la posibilidad de sustraerse de las miradas de
los curiosos y además les permitía mantener el
secreto. Estos laboratorios eran instalados en cualquier sitio de
las ciudades o del campo, en los castillos, los conventos, las
casas curales y las casas de burgueses. Se destaca que junto a
los laboratorios se edificaban los oratorios, que eran los
lugares propicios para algunos momentos en los que el alquimista se
centraba a estar en oración. "La gran obra( empezaba en el
hornillo o crisol, llamado Atanor, el cual debía
calentarse con fuego, sobre el que se colocaba el huevo
filosofal, llamado también Aludel, de materiales como el
barro, el vidrio o
cristal"[115]. Entre los múltiples
utensilios en sus trabajos se destacan "los aparatos para la
destilación, las pinzas, atizadores,
martillos, un fuelle, recipientes de cerámica y vidrio"[116]. El
arte estaba regido por cuatro condiciones:

La primera es la convicción de que en los
orígenes de la manifestación del universo, de la
vida en particular, actuaba una energía inteligente o
consciente; la segunda es tener la creencia en una forma posible
de inmortalidad física del ser humano; la tercera es tener
una representación del mundo sometido a una ley intangible e
ineluctable; y por ultimo, la existencia de una tecnología
metalúrgica suficientemente
evolucionada[117]

En cuanto a la simbología reflejada en sus
utensilios se destaca el pelicano, que es el aparato de destilar
y éste lo asociaban con un legendario símbolo
cristiano: "el de la hembra del pelicano que se abre el vientre
para alimentar a sus polluelos- alusivo al absoluto sacrificio de
Jesucristo que se ofrece en holocausto
para la redención de todos los
hombres"[118]. Se destaca también el
Uroboros(, como uno de los símbolos claves dentro de la
filosofía hermética.

La búsqueda final de toda ciencia
alquímica era la piedra filosofal, pero se requería
una materia prima
sobre la cual trabajar y entre las varias que se postulaban para
tal fin se encuentra el sulfuro natural de antimonio (Sb 2 s3)
dado a través de un proceso
llamado la vía húmeda, el cual consistía en
dejar por cuarenta días la mezcla de algunas sustancias,
hasta que tomaran el color negro, pero los riesgos que se
corrían eran de gran magnitud, pues no tenían los
suficientes conocimientos acerca de la volubilidad de ciertos
cuerpos. No se desconoce que el alquimista del Medioevo guardaba
una estrecha relación con la astrología, pues asociaba cada proceso para
conseguir la piedra filosofal con los signos
zodiacales, además de que el tinte cristiano estaba
bastante marcado en ellos, ya que creían en el pecado
original e invitaban en sus comentarios a invocar al Señor
"hijo mío, antes de realizar nuestra obra
filosófica, invoca el nombre de Nuestro Señor, que
sufrió una terrible muerte por
amor a los
pecadores, haz la señal de la cruz para que el diablo no
interfiera en nuestro trabajo"[119]. Incluso
muchos alquimistas trataron de asociar parte de su trabajo con
los dogmas de la Iglesia,
Bernardo Trevisano en su obra, "la palabra abandonada" hace un
paralelo entre la santísima trinidad y los tres elementos
básicos de la alquimia, azufre, mercurio y
sal[120]

Entonces se tiene la idea de un alquimista como aquel
personaje que bajo procedimientos
mágicos llevaba a cabo su trabajo, pero es demostrable que
el verdadero alquimista difería de este tipo de ciencia
hermética, sin desconocer que si se llevaban a cabo
ciertas operaciones que para la mentalidad actual quizá si
logren ser calificadas como mágicas, pero es que
además de la parte práctica del arte estaba
también el tenerla como fundamento espiritual, "los
alquimistas combinaban estrechamente los sensible y lo
espiritual, materia y espíritu eran los dos polos
originarios, activo y pasivo"[121], "esa
relación se fundaba en los cuatro elementos que
conformaban el cosmos, agua, tierra, fuego y aire, como esa
quintaesencia que daba fundamento a todo"[122]
además consideraban que uno de los principios para
alcanzar la consecución de la piedra filosofal era haber
adquirido la iluminación y ello implicaba dar muerte al
hombre viejo
"y sabed que el fin es solo el principio y que la muerte es
causa de vida y principio del fin. Observad el negro, el blanco,
el rojo, nada mas; pues vuestra muerte es vida eterna tras la
muerte gloriosa y perfecta"[123].

Se manejan diversos conceptos que luego filósofos
modernos retomarán, un ejemplo es el microcosmos, al cual
se refería Hermes en sus comentarios, cuando hablaba del
hombre de la siguiente manera, "el hombre es el microcosmos o
pequeño mundo que contiene todo lo que encierra el
macrocosmos o gran mundo, al igual que el macrocosmos con sus dos
luminarias, el sol y la luna, también el hombre posee dos,
el ojo derecho que representa el sol y el izquierdo la
luna…"[124]. Dentro de su filosofía
sencilla, se llega a pensar que poseían bastante un
sincretismo y un panteísmo exagerado, pues buscaban "ese
espíritu universal, principio de toda creación el
cual estaba difundido en las obras de la naturaleza como por una
continua infusión, y que mueve cada universal y cada
particular, según su genero por medio
de un acto secreto y perpetuo"[125]. El alquimista
de la Edad Media, teniendo como herramienta los utensilios ya
mencionados, además de saber la teoría en cuanto
que "Dios daba cuerpo a la sustancia espiritual, y el universo
entero no era sino la reunión de los diversos agregados que
ese espíritu, al hacerse materia formaba en el mundo
inmanente"[126], concebía también
que todo lo creado debía "nacer, crecer, multiplicarse y
morir y al final de su ciclo retornaba en una nueva
transmutación"[127], ahora el
filósofo alquimista con toda la tecnología
dispuesta, pero, sobre todo, con el fuego, buscaba "manipular las
criaturas mas simples, con el fin de repetir a menor escala la labor
que ejercía Dios en la gran obra"[128], en
esto reside la gran diferencia entre las ciencias modernas y la
alquimia, "ésta utiliza el
conocimiento humano y lo asocia a los impartidos por la
naturaleza, con el fin de trascender, mientras la primera solo
busca conocer y explotar"[129]. Era necesario que
entre el espacio y el tiempo hubiese una explicación a los
cientos de casos que envolvían el misterio de la alquimia,
por ello se atribuía todo "al determinismo divino, el
destino y la determinación del
hombre"[130], como coordenadas a partir de las
cuales todo ser realiza su existencia.

En párrafos anteriores se habla de un
espíritu absoluto, que es propiamente el que da fundamento
a los alquimistas, con él buscan satisfacer sus
ambiciones, pero frente a ese mismo reto surgían diversas
cuestiones, entre ellas ¿cómo poder acceder a
él? y si lo lograban ¿cómo hacer que
estuviese siempre con ellos? Surge entonces lo que se denomina el
vaso alquímico donde "se buscaba obtener un elemento lo
suficientemente purificado para convertirse en catalizador del
espíritu universal e impregnarse del mismo,
convirtiéndolo en agente de transmutaciones reales en el
plano fenoménico, aparece el concepto de
Imán o Magnesia"[131], con este aspecto, la
alquimia empieza a tomar un rumbo diferente, pues se torna
exotérica, toda la filosofía y práctica
alquímica se desarrollan en lo más hermético
posible.

Debido a lo anterior, toda la obra alquímica que
ha llegado hasta los tiempos modernos está expresada a
través de símbolos, los cuales eran los elementos
perfectos para transmitir, pero también para ocultar la
esencia de tal arte. Muchos autores diferían en esta
práctica en cuanto a la significación de objetos y
situaciones, ello esta comprobado en tres factores el modus
operandi
que al parecer variaba de un autor a otro; las
obras hacían uso de falsas recetas con el fin de acumular
las contradicciones y desde un principio la alquimia siempre tuvo
vocación de ser ciencia secreta y se disfrazó
así mismo mediante un sistema
lingüístico refinado y complejo, liberado de
cualquier limitación sintáctica conocido como
cábala( fonética. El objetivo era claro, difundir
el arte bajo apariencias y
solo quienes estaban llamados a interpretarlo lograrían
percibir que en muchas de las obras publicadas en aquel entonces
llevaban impreso el sello alquímico, que el arte que
aparecía también bajo este mismo efecto. Se
llegó a denominar también a la cábala
hermética como "el lenguaje de
los pájaros"[132], por ello se da
fundamento a la hipótesis de que quizá "San
Francisco comprendía y hablaba el lenguaje de
los pájaros, esto porque los hermanos menores, quienes
fueron los encargados de difundir la historia, tenían
muchos conocimientos en la cábala
hermética"[133].

Bajo la siguiente premisa "ora, lege, relege, labora
et invenis…
o sea reza, lee, relee, trabaja y
encontrarás…"[134], los alquimistas, sin
olvidar el acompañamiento de un buen maestro, incitaban a
su pupilos para que conservando "una alma piadosa y
una ferrea obstinación en el estudio y la practica
llegasen a la esencia de la verdad"[135], pero
¿cuál verdad?, pues los alquimistas buscaban la
piedra filosofal(, la cual era el resultado de todas sus
operaciones o sea "la materialización del
espíritu"[136].

Pero, los alquimistas no sólo buscaban la
transmutación de los metales de los más simples al
perfecto, en realidad era una de las varias virtudes que lograba
encontraba la piedra filosofal, pues además ésta
tenía la capacidad de influir en los hombres, en los
animales y los
metales. Según el estado de
la piedra, ésta desempeñaba una función
especial; en estado sólido arrojaba un "polvo de
proyección, con el que se efectuaban las transmutaciones;
en forma salina, servía como remedio universal y en
solución mezclada con alcohol era la
única verdadera acqua vitae, el oro potable, el
elixir de la larga vida de los alquimistas
orientales"[137].

Pero ¿por que debía ser el oro el objetivo
de los alquimistas? Soledad Esteban Santos, una experta
química argumenta lo siguiente, "por que el oro desde los
primeros tiempos, atrajo la atención del hombre, por su aspecto era el
metal mas bello, por su brillo y su color. Por su
incorruptibilidad, resistente a la corrosión de la intemperie, al fuego y a la
acción
de otros materiales"[138]. En conclusión
era y es "símbolo de riqueza y de poder, es pues tanto el
metal por excelencia, el metal
perfecto"[139].

La alquimia es considerada como una "metafísica
experimental, se convierte en el sistema secreto de una teoría del
conocimiento, una gnoseología practica, en la que la
sucesión de operaciones iban respondiendo a unos
resultados milagrosos"[140], estas operaciones se
fundaban en tres aspectos que bajo el efecto de la sal, daban el
resultado esperado, "el principio del mercurio, luego el del
azufre y la unión de estos resultaba la piedra filosofal,
como lo que se esperaba"[141]. Alberto Magno habla
de cinco etapas que permiten llegar a la piedra filosofal: "la
reducción de las sustancias a su primera materia, la
extracción del azufre y del mercurio, purificación
del azufre obtenido hasta darle la apariencia del oro y de la
plata, preparación del elixir blanco, trabajo de este
elixir hasta quedar rojo. Esto en cuatro operaciones;
descomposición, lavado, reducción y
fijación"[142].

Ante este panorama, parece normal la convivencia de las
ciencias herméticas con la filosofía cristiana,
allí, en esa aparente normalidad, empieza el gran dilema
que existe, en cuanto a la caracterización de la Edad
Media como época oscurantista, puesto que los
alquimistas:

Empezaron a ser atacados por la Inquisición,
igual que los hechiceros o los herejes, ya que en sus
laboratorios empezaban siempre por rezar y purificar el alma
antes de iniciar el trabajo. La Iglesia sospechaba que estos
personajes tenían la pretensión de igualarse a
Dios, no solamente creando riquezas en abundancia y preparando el
elixir de la larga vida, sino además comparando la
fabricación de la piedra filosofal a la creación de
Adán a partir del limo(. Algunos de ellos los mas
excéntricos, se ocuparon por otro lado de la Palingenesia(
o de la posibilidad de crear un hombre en miniatura, un
homúnculo[143]

Esta persecución de la Iglesia es avalada y
corroborada por la bula del papa Juan XXII, publicada en 1317 en
la que expresa todo su desprecio, y a continuación se
relaciona un aparte del texto, ya que en su totalidad no aparece
en un medio de fácil acceso a esta investigación:

¡Los malditos alquimistas prometen lo que no
pueden dar! Su osadía ha ido demasiado lejos; ya que con
estos medios acuñan moneda falsa, y engañan por
tanto al pueblo.

La imprudencia llega tan lejos que los charlatanes
acuñan moneda falsa. El Papa estima que todos los que los
que han intervenido en la fabricación de oro
alquímico deben ser desenmascarados como hombres sin
honor. Deben dar a los pobres tanto oro verdadero como el que han
fabricado falso. Los que han acuñado esta clase de monedas
verán sus bienes
confiscados y serán castigados a cadena perpetua. En
cuanto a los religiosos que se encuentren en semejante caso,
perderán sus
privilegios…[144].

Y no solamente la Iglesia empezó a atacar los
practicantes del arte también estaban las autoridades
civiles,

Desde finales del siglo XIV los alquimistas sufrieron
persecución: en Francia, el Rey V prohibió en 1380
las investigaciones alquímicas en todo su reino, y encargo
a su policía que persiguiera y detuviera a los
infractores; parecidos edictos emitieron el rey de Inglaterra en
1404 y el Consejo de Venecia en
1418[145]

Pero, los alquimistas a pesar de todas las dificultades
buscaban los medios que tenían a su disposición y
recurrían a métodos
que sólo tiempo después y gracias a las
investigaciones se pudo llegar a concertar que por ejemplo,
"atribuían sus obras a los reyes y obispos mas
reconocidos"[146] y de esa manera podían
seguir en la práctica de su arte.

2.2.3 Personajes que aportaron a la
elaboración del proyecto
alquímico.

2.2.3.1 Geber Al-Yaber. Es considerado el
iniciador de la doctrina alquímica medieval entre los
siglos VIII y IX, descubrió la piedra infernal, del
sublimado corrosivo (oxido mercúrico) y el proceso de
copelación para alear oro y plata. Sistematizó el
sistema alquímico, aunque nunca intentó establecer
verificaciones en sus teorías. Basado en las concepciones
astrológicas babilónicas y persas, afirmó la
existencia de correlaciones entre ciertos metales( y ciertos
planetas.
Afirmo que los metales estaban todos compuestos de mercurio,
arsénico y azufre. Descubrió tres sistemas de
destilación y previó el importante papel de los
gases en la
composición de los cuerpos[147]

2.2.3.2 Alberto Magno. Es del siglo XII d.C.
retomó las teorías de Geber, siendo el primero que
se refirió a la afinidad de los cuerpos a partir de la
acción del azufre sobre los metales. Partiendo del acido
nítrico (aqua prima), obtuvo una serie de aguas o
nitratos secundarios, terciarios,
etc[148]

2.2.3.3 Paracelso. Tomó este apelativo
para-celso, que significa más que Celso, un reconocido
tratadista suizo de Medicina anterior a él. Nace en 1493
en Einsiedeln, suiza. Adquirió conocimientos de
mineralogía, química y metalurgia y en talleres de
minería en
Austria. Desde su cargo de profesor realizo duras críticas
a los métodos de la medicina tradicional de Galeno, se
negó a dictar sus clases en latín. Paracelso
abandona la búsqueda de la piedra filosofal y la reemplaza
por la medicina tradicional, basada en el uso de remedios de
origen vegetal, el uso de medicamentos minerales,
denominada Iatroquimica[149]

2.2.3.4 Jean Baptiste Van Helmont. (1577-1644)
continúo desarrollando las ideas alquímicas de
Paracelso, asumiendo que el agua, por
medio de un fermento o aura vital era el verdadero principio de
todas las cosas. Se dedico a estudiar los gases liberados en
proceso de fermentación, como el gas
carbónico al que llamó gas silvestre. En cuanto al
aire era considerado, por Van Helmont, como un elemento, lo mismo
que el agua[150]

2.2.3.5 La Iatroquímica. Es decir, la
medicina a base de curaciones por sustancias de origen mineral
iniciada por Paracelso, fue continuada por Silvio (1614-1672)
quien se encargó de vincular la salud con los fluidos del
cuerpo. Clasificó los fluidos en ácidos y
alcalinos y supuso que su combinación daba sustancias
neutras, esta doctrina preparó el camino a la idea de
afinidad o atracción
química[151]

2.2.3.6 George Stahl. (1660-1734) Asumió
además de la hipótesis alquímica de las tres
tierras (pétrea, gaseosa y fluida), los cuatro elementos:
agua, acido, tierra, y flogisto(. Tomando algunos apartes de la
teoría del filosofo Empedocles. La hipótesis
flogista propuesta por este personaje sería uno de los
antecedentes de la química, analizado por
Lavoisier((.

2.2.3.7 Isaac Newton. Es uno de los
científicos más celebres de la modernidad, quien
aportó grandes postulados a la ciencia experimental, pero
ante él también estuvo el gran ideal impregnado por
el pensamiento
del momento, la búsqueda del elixir de la eterna juventud o
piedra filosofal. Sus escritos sobre alquimia fueron encontrados
en el año 1936 y subastados, de ellos se extrajeron los
aportes de Isaac a la alquimia. "Quien se gano los documentos y
consciente de lo que había adquirido, después de un
estudio profundo, realizo una conferencia en el
Royal Society, para presentar a Isaac, no como el
científico moderno sino como el ultimo de los
magos"[152].

Entre los muchos objetivos de
Newton estaba
el de mostrar la grandeza de Dios a través de sus obras,
era un defensor del pensamiento universal, por ello su interés
por la Teología y la Alquimia. "En sus escritos deja
entrever que su búsqueda por la piedra filosofal, esta
fundamentada en que los hombres sabios de la antigüedad han
legado un secreto en los libros, pero a
través de símbolos, por ello es necesario
descifrarlos. Newton recurriendo a la filosofía de los
naturalistas, en especial a la de Heráclito, se funda en el postulado de este
filósofo, todo esta en constante cambio"[153]. Y con respecto a esto
en uno de sus libros expone:

Porque la alquimia no trata con los metales como piensan
los vulgares ignorantes, cuyo error les ha hecho despreciar esta
noble ciencia; sino también con las venas materiales de
cuya naturaleza Dios creó a sus servidores para
que concibieran y procrearan a sus criaturas… Esta
filosofía no es de la clase que tiende a la vanidad y al
engaño, sino más bien al provecho y a la
edificación, induciendo primero el conocimiento de Dios y
segundo el camino para hallar auténticas medicinas para
sus criaturas… su finalidad es glorificar a Dios en sus
Maravillosas obras, enseñar al hombre a vivir bien… Esta
filosofía a la vez especulativa y activa no sólo
puede hallarse en el volumen de la
naturaleza sino también en las Sagradas Escrituras, como
en el Génesis, Job, Salinas, Isaías y otros. En el
conocimiento de esta filosofía hizo Dios a Salomón
el más grande filósofo del
mundo[154]

Enfrento problemas con
la Iglesia y su interés por las sagradas escrituras, ya
por ello optó por aprender hebreo y leer desde las
fuentes, con
el fin de buscar respuestas concretas a la fe impartida por el
cristianismo,
de manera especial, el dogma de la santísima trinidad, ya
que no estaba de acuerdo con que Cristo compartiese la misma
esencia y naturaleza de Dios y "con esto se adhirió a la
teoría del arrianismo, la cual niega la consubstancialidad
del Padre con el hijo. Para Newton Dios estaba por encima de
todo, era imposible que se asemejara a la naturaleza de
Cristo"[155].

Después de recorrer y analizar los diversos
aspectos más relevantes de la Edad Media, de manera
especial, el enfoque del hombre en las ciencias
herméticas, se constata que "un periodo oscuro es un
periodo pobre desde el punto de vista cromático, sin
contrastes, unilateral; ahora, este periodo medieval es
considerado por el contrario un periodo de indiscutible riqueza
cromática, pues es la única vez en la historia de
occidente cuando se alternan mentalidades monoteísta y
politeísta"[156]. El término de
oscurantismo fue un apelativo para identificar todo un periodo,
pero tal como se observa, esto es aposteriori, lo que ha dejado
abierta la posibilidad de cometer errores al juzgar desde
determinada época la situación de otra ya sucedida.
El fundamento está básicamente en afirmar que "el
siglo XV es el renacimiento de
los ideales de la antigüedad clásica, la cual
había sido destruida por los barbaros, según la
teoría tradicional de los
historiadores"[157], pero Pirenne, un historiador
francés, presentó una nueva alternativa para
entender a plenitud este lapso de acontecimientos, "en la que
deja entrever que el establecimiento de los germanos en la cuenca
del Mediterráneo no supone de ninguna manera el punto de
partida de una época en la historia de Europa. No
rompieron con la tradiciones, el objetivo de los invasores no era
aniquilar el Imperio Romano,
solo disfrutar de su declive"[158].

La caída del Imperio Romano ya se venía
gestando desde varios años atrás, y en vista de
ello muchos de los pueblos germanos se acercaron a sus fronteras
y asimilaron progresivamente las costumbres de sus anfitriones,
incluso colaboraron en ocasiones con la defensa del Imperio. La
corrupción político-administrativa,
el envilecimiento del talante antaño austero y
vico dieron lugar a las fracturas en el Imperio y
abrieron la posibilidad para que los bárbaros se
instalaran en sus territorios definidamente, pero junto a ellos
también se ubica una institución, "la Iglesia
Católica como uno de los únicos estamentos
socioculturales constitutivos del bajo imperio que en su momento
registra una curvatura ascendente y se impone como una de las
religiones con
más poderío para las tribus germánicas, los
visigodos, ostrogodos y confederaciones de los
francos"[159].

En la actualidad debido a los estudios avanzados que se
han efectuado en torno a la Edad
Media, han surgido interesantes interpretaciones que desdibujan
la idea clásica del periodo oscurantista, del cual siempre
se habló peyorativamente. Uno de los primeros objetivos de
los historiadores posteriores al renacimiento fue sugerir un
nombre para designar el periodo de tránsito entre dos que
eran totalmente distintos, la Edad Antigua y la Edad Moderna,
en otras palabras, ese periodo no poseía identidad.
Ahora, No se desconoce que en occidente sí hubo un espacio
donde los conflictos se
vieron latentes y que es quizás el periodo por el cual
toda la Edad Media pasó a ser calificada como
oscurantista, el cual esta comprendido entre los siglos VIII y X
"donde la vida intelectual acusa su cota mas baja en la historia
de occidente debido al cierre del mediterráneo y el
libre comercio
entre los pueblos"[160], fenómeno que ni
siquiera con la entrada de los bárbaros en el Imperio
logró hacer desaparecer los vestigios de
civilización cultural existentes, porque éstos
conservaron el comercio y al
tiempo convirtieron a las ciudades en centros de mercado, los
cuales eran viables por el mediterráneo. Luego, el cierre
del Mediterráneo se hace efectivo por el Islam "cuya
rápida expansión lo llevaría hasta los
pirineos en Occidente y a fatigar las murallas de Constantinopla
en Oriente"[161], acompañado por otros
factores que aportan a la desestabilización de este paso
obligado de dos culturas, "la acción de los vikingos al
norte, los Magiares al Este y la critica de la Iglesia tendiente
a desestimar el interés por los asuntos mundanos, llevaron
consecuentemente a dicho
fenómeno"[162].

Con el aporte investigativo de Pirenne se da por sentado
el precedente de que el Medioevo no inicia en el siglo V y menos
en el VIII, "pues allí todavía no se gesta un
periodo histórico con identidad propia, de hecho se habla
de que este lapso hace aun parte de la antigüedad
tardía"[163], entonces "¿que
fenómeno histórico proporciona unidad al periodo
comprendido entre los siglos V y XV?"[164],
según la teoría de un historiador, Gibbons y la
más tomada a través de los siglos, "sostienen que
un elemento sustentador de dicho espacio fue el
cristianismo"[165], pero para Pirenne surge un
nuevo interrogante "¿el proceso histórico mediante
el cual el cristianismo termina por convertirse en protagonista
del acontecer en Occidente constituye un fenómeno
exclusivamente medieval?, al cual responde que independientemente
de cual sea la fecha para indicar los orígenes del
Medioevo, la preeminencia del cristianismo la
antecede"[166] y se ve reflejado en los
Emperadores quienes buscaban dar consistencia al imperio que
estaba bastante agrietado; Constantino, Teodocio I, entre otros
fueron los que se refugiaron en el cristianismo como una religión nacionalista
y monoteísta, con el fin de compactar los diversos pueblos
existentes en uno; "un Imperio, Un Cesar y un solo
Dios,"[167].

"Monoteísmo, monarquía dinástica, feudo y
primogenitura hacen parte del eslabón semita en cuanto a
la concepción monolítica del poder en
Europa"[168], pero ante este sistema hubo diversos
fenómenos que se resistieron a ser penetrados, uno de
ellos es el paganismo o mentalidad pagana que sobrevivió
particularmente en el sector rural, hasta fines del primer
milenio. "Estos eran adictos a la magia y al politeísmo,
de hecho tenían fuertes creencias arraigadas a su estilo de
vida, por ello asumir una religión positiva, el
cristianismo, no era una decisión tan
fácil"[169], además que esta
religión se posesionaba en el sector urbano, al contrario
de interesarse por el sector rural, éste no era tenido en
cuenta. "Los campesinos libres, fue otro factor que pervive,
sobre todo al feudalismo,
debido a que pequeños agricultores empezaron a agruparse e
intercambiar sus productos, por
causa del declive del comercio"[170]. Pero, a
pesar de esta resistencia
bastante marcada, "entre los siglos VIII y X no se registra, al
menos para occidente un nuevo proyecto cultural, pero sí
la prolongación del predominio del Cristianismo, el cual
bajo la protección de los emperadores carolingios enfatiza
su camino rumbo al año 1000, con una doctrina moral que
busca desacreditar los bienes materiales y exaltar los del mas
allá"[171].

Llega el año 1000 y entran en escena una serie de
pueblos germanos que no hicieron parte del desaparecido Imperio
Romano, por ende no fueron cristianizados tempranamente y
conservan parte de su cultura, "la
monarquía electiva, la asamblea de hombres libres, su
federalismo
político, su politeísmo religioso y una
concepción descentralizada del poder vistas tanto en el
ámbito social y familiar, son entre otras las
características de los Alemanes que se ubicaron en
Allende el
Rin"[172], el resurgimiento de las ciudades como
centros de comercio e intercambio, fenómeno que se da "a
raíz de las cruzadas convocadas por Roma tendientes a
recuperar Palestina de manos del Islam, y entre cuyas
consecuencias se destaca la apertura del mediterráneo al
comercio con Oriente. Se da también quizá, por el
fortalecimiento del sector agrario"[173]. La
síntesis y antítesis en la historia
de Occidente después del año 1000 se resume en el
siguiente párrafo:

  • 1. Relativos a las instituciones: en el
    ámbito político entre el centralismo de la
    corte y el federalismo propio del sistema feudal, entre
    siervos y señores, entre feudos y ciudades, entre Roma
    y el Imperio; a nivel económico entre el
    pequeño dominio y el gran dominio, entre la ciudad y
    el campo; en al ámbito religioso entre el Papado y la
    herejía.

  • 2. Relativos a la mentalidad: Nos referimos,
    por supuesto, al cruce de culturas, de mentalidades
    también: entre el talante mágico, guerrero y
    festivo de los pueblos germánicos-si nos atenemos por
    ejemplo a la deologia de las tres funciones, común a
    los pueblos indoeuropeos, registrada por Dumézil-, de
    un lado, y a la religión cristiana jerarquica,
    intolerante, pero además ascética, de otro
    lado, cruce de culturas, entre la mentalidad
    monoteísta y la mentalidad politeísta, en donde
    en ocasiones devienen las antítesis; en otras, las
    respectivas síntesis[174]

Es una serie de contrastes los que empiezan a demarcar
el ambiente del
Medioevo, "a la par del devoto esta también el festivo,
las procesiones religiosas y los carnavales
paganos. Es el tiempo del héroe, pero también del
santo, arde al unisonó el atanor del alquimista y la pira
del hereje. Se crea la inquisición pero también la
universidad. Se
persigue por igual el deleite de los sentidos y la
salvación del alma"[175], el hombre
medieval vive en una dialéctica que logra expresar cuando
"juega su vida en los torneos y se arrodilla
periódicamente ante el confesionario; combate al Islam con
la fuerza del silogismo y el filo de la espada. La sensibilidad
del individuo de
dicho tiempo se extiende de polo a polo, pues vive asombrado por
que capta que su mundo gira
encantado"[176].

El paso de la Edad Media a la Moderna no se hizo de un
momento para otro, todo se dio en un proceso y ya desde el siglo
XIII se gestaban propuestas que iban totalmente en contra de las
ya establecidas por aproximadamente diez siglos y el renacimiento
es prueba de ello, donde la propuesta que se presenta es
innovadora, aunque no sea netamente original, pues se recurre a
la antigüedad grecoromana, desconociendo los aportes
medievales y centrándose en actitudes
estéticas, naturalistas e individualistas. "Autores como
Francisco Vitoria, Giordano Bruno, Nicolas de Cusa, Nicolas
Maquiavelo,
Hugo Grocio, Tomas Moro, Copernico, Kepler, Galileo Galilei y
Francisco Bacon hicieron de este periodo de transición un
despertar del hombre y en él todo lo que le
rodea"[177]. El cambio de pensamiento del hombre
medieval al moderno estaba centrado en la ruptura de la fe y la
razón, pues el hombre de este periodo "creía estar
de paso en el mundo, a fin de ser probado sobre si era digno o no
de merecer la otra vida, la verdadera
salvación"[178].

Es una época teocéntrica, donde el hombre
esta dotado de la voluntad y la razón para conocer la
realidad en toda su esencia y para probar ello, autores como
San
Agustín, Santo Tomás de
Aquino "no tuvieron reparo alguno en coger lo que
según ellos había de verdadero en la obra de los
antiguos, sobre todo en Platón y
Aristóteles, con el fin de trabajar a favor
de los planteamientos de la Iglesia, que en si era la obra de
Dios. Pero, llegaría Guillermo de Occam en 1300, un
franciscano dedicado a su comunidad, con
un aporte bastante interesante en cuanto al conocimiento de la
esencia de las cosas, él sostenía
que[179]sólo conocemos los seres en su
individualidad singular cogida por los sentidos, pero no en la
esencia íntima intuida por la razón, que los
agruparía en especies, géneros,
etc."[180]. Esto ya era un adelanto al
Renacimiento donde se da el florecimiento de las ciencias
experimentales, pues Occam al referirse a los géneros y
especies dice que "sólo pueden inducirse a base de
experiencia, viendo en que coinciden en su aspecto sensorial
básico grupos de individuos tales o
cuales"[181].

Además, tal como se afirma en la introducción de esta investigación,
otro aspecto importante para designar la separación entre
los dos periodos, es la reforma protestante, que bajo dos
presupuestos
empieza a imperar y a dar vía libre a la
interpretación, significa "que el justo vive y se salva
individualmente sólo por la fe y que las obras no
están a la altura de la majestad de Cristo como para
redimir del pecado y, en consecuencia, deben darse solo al
servicio del
mayor bienestar de los hombres en este
mundo"[182].

Con estos postulados queda separado el reino de Dios, al
que sólo se accede por la fe desde la conciencia y el
mundo en el que se deben desarrollar las obras y las acciones, el
hombre concreto
actuando en la tierra sin esperar el más allá.
Basta detenerse a mirar los postulados de Martín Lutero
para concluir que sus tesis estaban
fundamentadas en la teoría de Occam, pues ahora para
captar el mundo sólo se necesita el conocimiento sensorial
y se evidencia en la libertad de
interpretación bíblica, la cual se puede realizar
sin tener la necesidad de estar sometidos a una autoridad,
pues Occam manifiesta que "ni en la ciencia ni en la
religión cabe obedecer autoridades humanas, sino lo que
rigurosamente es comprobable a través de los
sentidos"[183]. Es evidente que el mundo religioso
ha quedado separado del secular, donde el hombre es dueño
de su conocimiento y querer y da paso a un nuevo estilo de mirar
la realidad, es la llegada de la vía moderna
totalmente en oposición a la vía
antiqua.

El antropocentrismo es la característica de este
nuevo periodo, que en ocasiones se califica como el fin de la
historia tradicional, "es el gran paso de estadios inferiores de
barbarie a unos de superior
civilización"[184]. Nuevos pensadores, la
gran mayoría sientan sus precedentes sobre la
razón, aquellos que desde el renacimiento empiezan a darle
un nuevo estilo de pensamiento a la filosofía
oriental y occidental, pasando por los modernos para arribar
en los contemporáneos, todos caracterizados por darle
vía libre al conocimiento racional y sensitivo.

Es el auge de las ciencias experimentales, el
Renacimiento con pensadores como Copérnico, Kepler,
Galileo y Francisco Bacón, con quien nace el método
de investigación, formulan un crítica
a la física de Aristóteles, retomada por Santo
Tomás de Aquino y denominada Metafísica, puesto
"que no es posible la demostración silogística de
sus contenidos y entra en el ámbito la observación y la experimentación
expresada en formulas matemáticas, dando todo fundamento a las
ciencias"[185]. Ante este panorama y notando que
la alquimia era considerada una seudociencia,
¿habrá desaparecido?, a pesar de que las ciencias
experimentales exigían ya el método experimental
propuesto por Bacón para ubicar una teoría en esta
rama, la alquimia logró dar ese salto de lo abstracto a lo
practico y "ya en el siglo XVIII y XIX la química surge
como disciplina
racional vinculando la práctica y la fundamentación
teórica. Esta nueva construcción racional parte de los
resultados experimentales de la alquimia, los cuales estaban
basados en postulados e hipótesis arbitrarias carentes de
un contexto de justificación"[186]. "La
alquimia ha legado al mundo moderno mucho más que una
química rudimentaria: le ha transmitido su fe en la
transmutación de la naturaleza y su ambición de
dominar al tiempo. Es cierto que esta herencia ha sido
comprendida y hecha realidad por el hombre moderno en un terreno
totalmente distinto del que sustentaba al
alquimista"[187].

Con la modernidad se adoptan nuevas categorías
para designar la realidad, por ello el ciudadano pasa a ser
llamado ahora individuo. Implica esto que para la
reflexión filosófica o de cualquier otra
área se debe partir de la persona, ya no de la polis y sus
componentes, como quizá se concibió en un pasado,
situación que por ejemplo, a partir del siglo XVIII o
"Siglo de las Luces", trajo consigo varias revoluciones
tendientes a favorecer los derechos inalienables del
ser en particular, los cuales se veían afectados por los
diversos avances
tecnológicos. Cuando Hegel propone su
filosofía la cual busca absolutizar toda la historia, hubo
una línea de pensadores izquierdistas que abogaron por el
ser teniendo en cuenta la singularidad aun en medio de su especie
y la peculiaridad con la que se hace acreedor no sólo a la
razón, sino también a unos sentimientos que lo
convierten en un individuo holístico.

Se busca llegar hasta lo ínfimo del conocimiento
y para ello se expresan varios métodos que deberán
necesariamente conducir al encuentro de la verdad, éstos
están caracterizados por utilizar fórmulas
físico-matemáticas que todos logren comprender,
pero que se liberen los posibles errores subjetivos. Nada de lo
que no se pueda probar a través de estos medios no es
aceptado, no es real. Ahora, se ha pasado de una ética
heterónoma a una ética autónoma, donde el
individuo está en la capacidad de recrear sus propias
normas y
evitar así la sujeción por parte de la
monarquía absoluta dada en sistemas económicos o
clases, ello lleva a que en el hombre se despierte la conciencia
de ser el único entre todos los seres capaces de
trasformar su entorno, pues la razón así lo
demuestra.

No fue tan fácil dar ese salto, por ello desde el
Renacimiento se empiezan a gestionar, tal como ya se afirmaba en
párrafos anteriores, los primeros pasos hacia una
liberación del ocultismo de la alquimia, sería
gracias a Boyle, que la alquimia empieza a dejar atrás
todos los prejuicios que se habían creado en torno a esta
ciencia y empiezan a germinar ideas criticas y experimentales,
"Boyle llevó a comprender perfectamente el método
inductivo propuesto por Francis Bacon, cimentado en la
experimentación, la observación y el análisis, para concluir que la
química debía de apartarse de los Iatroquimicos,
cuyo oficio se centraba en la medicina y de la alquimia cuyo
único ideal era el de transformar los metales
débiles en uno mas fuerte, en este caso el
oro"[188]. Según estos postulados de Boyle,
formulados un siglo antes de que la química fuese
reconocida como ciencia con Lavoisier, la tarea de la
química estaba en posesionarse como una nueva ciencia
experimental y para ello debía abolir tres aspectos
formulados: "aclarar la naturaleza del elemento químico;
la naturaleza de compuesto químico y el carácter de las transformaciones
químicas en especial la naturaleza de la combustión y el elemento llamado fuego y la
naturaleza del elemento llamado aire y
agua"[189].

Pero, ¿en qué momento se iba a dar ese
cambio? Cuando por ejemplo en el comienzo de la Edad Moderna y
finales del Renacimiento aun persistían persona
interesadas en este arte, una de ellas es el reconocido
científico, "Isaac Newton,
quien aportó al mundo moderno el descubrimiento de la ley
de la gravitación universal, las tres leyes de la
mecánica, los principios de la óptica
y el desarrollo del
calculo
diferencial e integral"[190].

Sería entonces el siglo XVIII el florecimiento de
la química tras múltiples experimentos
siempre en búsqueda de la perfección. Es bien
conocido en la historia que durante este periodo se
desarrolló "La
Ilustración" o "Siglo de las Luces", en el que
imperaba la razón y los avances tecnológicos y
científicos son abanderados. Todo el avance de la
química se centró en el proceso de la
combustión, esto por dos razones que se transmitieron
desde la Edad Media, "porque la combustión es uno de los
procesos
químicos mas fundamentales y conocidos; y porque es un
fenómeno relacionado con los cuatro elementos
aristotélicos: ya que un trozo de madera arde,
es necesario el aire, el agua es un producto
importante de la combustión y todo queda en cenizas,
tierra"[191].

En un comienzo y debido a que no se tenía los
conocimientos básicos acerca del manejo de los gases,
Stahl formuló su teoría química que
después pasó a llamarse la teoría del
flogisto, que para él era principio inflamable, cometiendo
aquí un error al confundir una propiedad, la
capacidad de arder con una sustancia. Con el tiempo se concluye
que la pérdida de peso es porque los productos son
volátiles y, por tanto, escapan en forma gaseosa. Pero,
ante la imposibilidad que tenían los flogistos de poder
sostener su teoría, llegaron a mitad del siglo XVIII cinco
personajes que darían un rumbo diferente a todo el cauce
de la química "un escoces, un sueco, dos ingleses y un
francés"[192].

Joseph Black, profesor de química en la
universidad de Edimburgo durante 33 años, gracias a sus
aportes en el aspecto del descubrimiento de algunos gases, entre
ellos el anhídrido carbónico(, logró que la
química pudiese escapar de los flogistos. Contrario a
Black estaba el sueco Karl Scheele, hombre de talante humilde,
empezó de boticario en las diversas ciudades de Escocia,
incomunicado totalmente de los avances científicos y su
conocimiento es netamente empírico. "Hacia 1770
logró descubrir el hidrógeno, al tratar un metal con
ácido y al que llamo aire inflamable, tres años mas
tarde descubrió el oxigeno, pero
debido a su aislamiento no pudo darse la publicación de su
hallazgo, a tal punto que después se le atribuyo a otro
personaje. También descubrió el cloro, el acido
arsénico, varios manganatos y permanganatos y algunos
compuestos
orgánicos como el acido cítrico, el acido
láctico y la glicerina"[193].

Junto a los anteriores esta Priestley y Cavendish.
Priestley era un pastor protestante que sin tener mucho
interés en la química, se interesó por los
gases hasta inventar un aparato llamado la cuba
hidroneumática, cuyo objetivo era aislar y manejar
fácilmente los gases. Cavendish era nieto de un
multimillonario, por tanto, tenía los recursos
económicos para dedicarse al estudio y aunque
cuantitativamente no logró nuevos aportes su enfoque
estuvo centrado en llevar a cabo investigaciones
sistemáticas, pesos específicos, pesos de
combinación y reprodujo el experimento de Priestley,
descubriendo la combinación química del agua, el
hidrógeno y el oxígeno
y designándola como un compuesto químico más
que un elemento.

El último de los grandes personajes de la
química naciente es Antoinne Laurent Lavoisier, un letrado
en leyes. Se interesó por la mayoría de
experimentos que ya anteriormente se habían iniciado con
otros químicos, pero se enfatizo en la combustión
del fosforo y a la calcinación de metales, entre ellos el
estaño,
al cual Black ya le había dedicado un experimento con
deducciones poco concisas, pero que Lavoisier si logro dar el
nombre acertado, al flogisto, que era la combinación de un
metal con un gas que estaba en el aire, denominado oxigeno y que
el resultante de ese proceso fue denominado azoe, lo que
hoy se llama Nitrógeno. Todo el aporte a la química
por parte de Lavoissier esta contenido en su obra
Traité Elemantaire de chimie , allí habla
del fin de una era de la química y el comienzo de otra, la
actual, es el cambio del flogisto por la oxidación,
establece la ley de la conservación de la materia,
desarrolla sus ideas sobre la naturaleza del oxigeno y del
hidrogeno,
introdujo el primer sistema racional de nomenclatura
química y establece la necesidad de medidas
cuantitativas, con lo que elevo a rango de ciencia a la
química, de esta manera Lavoisier es el fundador de la
química moderna.

"¿No es acaso esta ciencia la química
moderna, la mismísima piedra filosofal capaz de
transformar los ingredientes de la corteza terrestre en productos
útiles, que el comercio convierte en oro? ¿Es que
el conocimiento no es acaso el elixir, que nos ofrece conocer las
leyes de la vida y que, finalmente nos entrega los medios para
prolongarla?[194]. Pero, con el hecho de que la
alquimia le hereda todo su conocimiento empírico a la
química, quedan aun en el ambiente algunos personajes
confiados de que la piedra filosofal no es sólo una
quimera, que se puede llegar a ella y surge en el siglo XX un
individuo interesado nuevamente en el arte, Fulcanelli(, el cual
escribe varias obras en las que detalla algunos de los procesos
ya mencionados en esta investigación para llegar a la
quintaesencia.

Según lo planteado hasta el momento es claro que
la evolución que el hombre ha tenido en todos
los campos de la cultura ha dado como consecuencia un
redescubrirse y ello implica desechar todos los aspectos que no
le aportan significativos cambios y que al contrario lo mantienen
anquilosado. Es claro que toda la historia de la humanidad se va
dando procesualmente, por ello hasta este momento la
investigación ha cumplido con un objetivo, demostrar
la teleología de la alquimia, cuyos resultados se ven
palpables en una química moderna, fundada ya no en lo
empírico sino en lo experimentable. Y esto no es
únicamente visto en la materia que sufre cambios, si no
también en el pensamiento de los hombres.

La modernidad aporta los elementos necesarios para dar
vía libre a la alquimia y convertir la gran obra en una
ciencia, pero es menester recordar que dentro de las ciencias
herméticas tomadas en este trabajo, la magia como ese
elemento intrínseco del hombre donde "ésta esta
engendrada por la unión del resuelto deseo del hombre con
la caprichosa fantasía de la suerte, entonces todo deseo
positivo o negativo no solo puede sino que debe tener su
magia"[195], se convierte en un aspecto que al
declinar la medievalidad y entrar la modernidad, no desaparece
del todo, pues permanecen algunos vestigios que luego en la
postmodernidad
y contemporaneidad son retomados.

Pero antes de llegar hasta este escalafón de la
historia, es necesario ubicar el foco de partida de las ciencias
herméticas, la magia y la alquimia. En los primeros
párrafos se hacia alusión al medio oriente como el
punto de partida de la magia y la alquimia, es necesario
trascender el tiempo hasta ubicarse en un momento en el que el
hombre se siente atraído por todo aquello que es superior
a él y/o desconocido, ahora "haciendo una lectura
diacrónica o sincrónica de la historia no se
registra una estirpe humana sin fe en la trascendencia, como
raíz ultima y como horizonte global de la
vida"[196] y esa adhesión a lo desconocido
se expresa de diversas maneras mostrando no sólo el
aspecto de la fe sino también la racionalidad "reflejada
en símbolos, rituales, creencias, códigos,
tabúes, calendarios…"[197], entra en
el ámbito investigativo el hecho religioso "como una
constante de la historia del mundo, sin excepción de
épocas ni culturas"[198], significa esto
que el hombre antes de preguntarse por aquello que le es
extraño así mismo ha tenido una experiencia y
ésta la ha transmitido de generación en
generación creando momentos en la historia tales como "el
teocentrismo, el antropocentrismo, épocas de sospecha,
rechazo, indiferencia, proyectos de
apologética, renovación…lo interesante es
que el hecho religioso persiste"[199].

"El hombre religioso cultiva la vivencia de lo
totalmente Otro, aquello de lo que no cabe hacerse una imagen
exacta"[200], se escapa de su capacidad racional y
lo interpela llevándolo a entrarse en el ámbito de
lo sagrado, "el termino sagrado equivale a santo,
categoría explicativa y valorativa, exclusiva de la esfera
religiosa, es el fondo o medula de la religión, en hebreo
se denomina qadosh en griego, hagios en
latín sanctus o sacer, que en castellano
equivale a sagrado"[201] se da la experiencia
religiosa, teniendo en cuenta los dos mundos en los que se
desenvuelve el hombre "aquel en el que cotidianamente realiza sus
actividades y aquel en el que comparte con personas, objetos y
símbolos con los que se comporta de manera especial
ofreciendo reverencia y admiración, el primero es el mundo
profano y el ultimo es el mundo
sagrado"[202].

¿Pero, quién es ese Otro? ¿Es
superior al hombre? ¿Por qué rendirle reverencia?
¿Cómo llamarlo? A estos interrogantes el hombre a
través de la historia ha dado respuestas varias, con el
fin de satisfacer la curiosidad que lo atrae hacia aquello que es
diferente, pero, Jaime Correa Vélez, opta por denominar a
ese Otro como Misterio( "en su sentido original la palabra
Misterio fue utilizada por los griegos para denominar propiamente
la divinidad, por ende se utilizaba en el aspecto religioso tal
como lo demuestran los órficos y las escuelas,
pitagóricas, Empedoclianas y platónicas, el
misterio es la realidad ultima que determina el ámbito de
lo sagrado"[203], ¿pero cómo el
hombre logra tener ese contacto con el misterio?, lo hace a
través de las hierofanías las cuales se presentan
como las mediaciones del misterio, aquellas que hacen posible la
unión de lo profano con lo sagrado sin llegar a un
confusión de esencias. "Son seres intermediarios entre el
hombre y el misterio. Su significado viene de hieros, en
griego divino y fanía manifestación, que
igual equivale a teofanías o manifestaciones de
Dios"[204] y el símbolo o signo es
elemental para entender la relación entre lo profano y lo
sagrado y la religión como expresión de esa
relación intima con el misterio hace uso de las "palabras,
los gestos, cantos, posturas, danzas, vestidos, manejo de
objetos…esto es denominado como el
rito"[205].

El objetivo del rito "como causa eficiente de lo
significado, mediante su celebración, actualiza lo
significado, es decir, hace actuante la relación del
hombre con el Misterio, esto es la esencia de la
religión"[206], teniendo en cuenta lo
anterior, es necesario hacer una breve distinción entre
los diversas maneras de tener el contacto con el misterio, entre
lo más destacable se encuentra la oración a
través de la cual "el hombre expresa privilegiadamente su
experiencia religiosa; en ella el orante reconoce la absoluta
trascendencia del misterio con el que se comunica o dialoga en
reverente invocación, alabando, dando gracias, bendiciendo
su grandeza, pidiendo perdón y suplicando ayuda. Es la
profunda vivencia del hombre contingente ante el
trascendente"[207]. En este punto se encuentra la
divergencia que enmarca las dos realidades, la magia y la
religión, puesto que mientras la oración de
petición "expresa la confianza del orante en el misterio
porque tiene conciencia de depender totalmente de
él"[208] la magia manifiesta todo lo
contrario "busca manipular la divinidad y no se depende de Dios
sino del poder automáticamente producido por la
invocación humana"[209].

Antes de que el ser humano empezara a articular las
letras para formar palabras, existía el lenguaje del
símbolo "como un constitutivo de la condición
humana, de hecho Cassier, define el ser pensante como el ser
simbolizante"[210], ello implica que todo su ser
expresa en sí un significado, su cuerpo, las expresiones
del mismo, su espíritu y su actuar en el cosmos. Por eso
el hombre busca expresar sus pensamientos, sentimientos y todo lo
que es, a través de diversos medios, y uno de estos es el
símbolo o signo y es de rescatar que toda la
dimensión que esta relacionada con el misterio, debido
precisamente a su imposibilidad de transmitir tangiblemente es
bajada al mundo profano a través de los símbolos,
los cuales no son ajenos a la interpretación de la
razón humana, ya que es él mismo quien
diseña la manera de acercarse al Otro, totalmente
trascendente. Muchos de los grandes filósofos y entre
ellos Goethe afirma que "el símbolo transforma el
fenómeno en idea y la idea en imagen; la idea permanece
inaccesible y activa en la imagen; a pesar de ser nombrada en
toda lengua es
indecible"[211].

La alquimia, como ciencia hermética
necesariamente se desenvolvió en un ambiente oculto, por
eso para transmitir su mensaje fue necesario retomar la
simbología como medio de formación, a través
de la cual mostraban a "dioses, héroes, animales
verdaderos y fantásticos, y monstruos, revelaban
principios, y describían operaciones mediante un serie de
relaciones reciprocas: unas veces amorosas otras
hostiles"[212], pues tal como lo afirma Fulcanelli
"la alquimia es tan solo oscura porque es
oculta"[213] y bajo una diversidad de signos y
símbolos fue legada a generaciones, todo con el fin de no
perder la tradición en cuanto a las practicas
alquímicas y la magia también busco descifrar a
través de símbolos y signos el destino de las
personas.

Para connotados investigadores actuales hay serios
indicios de que la modernidad ha terminado, de que no ha sido una
época privilegiada, sino tan transitoria como cualquier
otra; algunos tienen incluso la audacia de ponerle fecha a dicho
término; habría ocurrido en 1970, después de
finalizado el movimiento
estudiantil de Paris en 1968, que seria una de las ultima
utopías modernas, la de la imaginación al poder,
empezando desde ahí una nueva época, la llamada
postmodernidad[214]

Muchos de los nuevos movimientos, tanto
políticos, religiosos, filosóficos y otros,
están inmersos o son fruto de esta nueva época que
en medio del quehacer diario del hombre emerge para posicionarse.
Son varias las características que matizan dicho periodo,
"atrás han quedado los metarrelatos para ser suplantados
por los relatos"(, el pensamiento tiende relativizarse a tal
punto que "todo vale" (( y otra serie de aspectos como la
"búsqueda primaria de lo hedónico(((, sin
sacrificios, la percepción
de la realidad superficialmente, poco respeto por la
vida en sí, la cual ya no se mira como sagrada, sino
más bien bajo el aspecto de proporcionar agrados y
placeres"[215], hacen de la postmodernidad una
realidad latente para el hombre actual. El nihilismo es
uno de los pilares sobre los cuales la postmodernidad se
fundamenta y Gianni Vattimo((((, uno de los más grandes
exponentes de dicho fenómeno, argumenta que "la sociedad
actual se encuentra bajo la acción de un pensamiento
débil, flojo, desfundante y enfermizo, donde se llega a
decir que el ser no es, solo existe"[216]. "El
pensamiento débil postula una modificación tanto
del objeto del conocimiento cuanto del sujeto que conoce. A estos
resultados nos empuja la destrucción nihilista de las
categorías, el intento de quebrar el poder, o si se quiere
la fuerza de la unidad"[217].

Como efecto de la técnica surge el consumismo
donde "somos disciplinados por los medios de comunicación y la propaganda
para consumir cada vez mas objetos, información, deportes,
etc."[218] y lo peor de el asunto es que el
individuo está tan inmerso en el ambiente que
fácilmente se deja seducir y termina siendo "regulado, en
el consumo, la
información, la
organización y la educación, en
conclusión se es libre pero todos quieren lo mismo, se
vive bajo el amparo de las
organizaciones
especializadas en idear, diseñar e inventar y se opta por
eso mas no por eso otro"[219] y ante este panorama
es obvio que el ser pensante adopte ciertas actitudes que dejan
entrever el conformismo y/o inconformismo, "la apatía, la
indiferencia, la deserción. No existen los grandes
propósitos. Ninguna ideología política logra
entusiasmar a las masas, no hay ídolos, ni tabúes,
ni tan solo imagen gloriosa de sí misma, ningún
proyecto histórico movilizador, se esta regido por el
vacío, un vacío que no comporta, sin embargo, ni
tragedia ni apocalipsis"[220], como anteriormente
se mencionaba el advenimiento del nihilismo:

Donde además de no existir absolutos, ni en
los valores
familiares, ni en los políticos, ni en la religión,
se reclama a gritos el individualismo, pues entre mas
posibilidades de encuentro desarrollan las ciudades, mas solos se
sienten los individuos, mas libres se vuelven las relaciones y ya
es raro encontrar relaciones intensas, en esta sociedad hay
múltiples modos de estar con otras personas, pero no de
encontrarnos profundamente con aquellos que compartimos
quizá mas de la mitad del día. Estamos juntos; pero
estamos solos…"[221].

El narcisismo(, busca llevar al hombre a un
redescubrimiento de su cuerpo, hoy basta con encender la TV y ver
un comercial, en el que la invitación gira en torno a los
cientos de productos que invitan al cuidado del cuerpo, cremas,
shampoos, tintes. Generando dos patologías muy notorias
entre los adolescentes;
la anorexia y la
bulimia. No
existe la sensibilidad, se ha perdido el misterio, se desea ver
todo, decirlo todo, hacerlo todo y la pornografía, el sexo libre son
banderas que esgrime la nuestra época. ¿Hay lugar
para el
amor?[222].

Pero, ¿qué condujo a la aparición
de todos estos sucesos que enmarcan todo un cambio en la historia
del hombre?, ante este interrogante Armando Roa, pone de
manifiesto, además de la influencia del pensamiento
moderno, caracterizado por la razón que condujo a la
secularización, dos patologías, que quizá
siempre han sido inherentes al ser pensante; la angustia y la
ansiedad. "La desaparición de la angustia en el hombre
postmoderno, y la presencia invasora, en cambio, de la
ansiedad"[223], son la base para dilucidar en
torno al cambio epocal, las dos son trastornos similares, pero
con matices profundamente diferentes, la angustia permite la
individualización del hombre, "es un sentimiento que
permite clasificar el yo, el tu, el ellos, porque cada uno hace
vivamente presente lo irreemplazable"[224]. La
angustia hace presente la temporalidad, por ende invita a
disfrutar cada momento de la existencia, hace "patente el amor,
pues no cabria la angustia ante la posible desaparición de
algo o alguien que no importa nada, que no despierta el menor
interés"[225], en cierta manera "da
consistencia al ser individual, a las otras individualidades y a
todo lo existente"[226], en contraposición
aparece la ansiedad, mas propia de la postmodernidad, empezando
porque "no se cree en la relación sujeto-objeto, pues no
hay una estructura
intima, recia, maciza que va mostrándose a si misma a
través de la historia, sino una serie de eventos que al
cumplir cada uno su papel, da lugar al
próximo"[227], debido al avance
tecnológico, todo cuanto se crea está
diseñado para un tiempo determinado, llegado éste,
el objeto queda obsoleto.

Con todo esto, la nueva historia es una total
secularización entre religión y postulados basados
en la razón, los nuevos planteamientos urgen de libertad.
Según Fukuyama, "el espíritu humano ha terminado de
evolucionar desde estadios ínfimos, en los cuales
vivía inmerso en lo mítico y esclavizado a la
naturaleza, hasta los estadios altos en que su inteligencia
se aseñora de todo"[228], es según
los esbozos de este pensador norteamericano un fin de la
historia, pero al respecto se ha suscitado muchos debates debido
a las múltiples posiciones. Se concluye igual que el
ámbito contemporáneo pervive y dentro de
éste se ha desarrollado esta nueva tendencia, la
postmodernidad.

Es evidente que la historia contemporánea es
difícil encasillarla en un tipo de pensamiento cuando en
ella convergen un sinnúmero de actitudes, muchas de ellas
provenientes de Oriente o sencillamente recogidas del pasado.
Esto en cuanto al ámbito religioso que siendo
congénito en la cultura, cumple un papel de magna
importancia que logra determinar muchas de las cualidades que hoy
hacen que el hombre se interese nuevamente por lo
sagrado.

Creemos que ya puede comenzarse a hablar de una
regresión religiosa de Occidente, que parte precisamente
de una paradoja: la sociedad fundada en la ciencia, en la
política racional y el predominio de los lazos temporales,
es al mismo tiempo una cultura que día a día se
carga de características mágicas, siguiendo un
esquema que ya ha acompañado a otras crisis
espirituales que marcan el fin de las distintas
eras[229]

La secularización fue un tema de gran relevancia
en la época Moderna y comienzos de la
Contemporánea, donde era inminente esa separación
de la religión del hombre concreto, el cual es
esencialmente razón y, por ende, no debía
doblegarse ante argumentos poco capaces de ayudar al avance
tecnológico y científico, pero para Occidente no
podía ser un estadio terminal, pues una vez que la
secularización ha consumado su ciclo "vuelven asomar las
raíces jamás extirpadas del viejo paganismo, y la
magia se alía con la técnica. Se vive en la era que
los computadores hacen horóscopos y los astronautas
utilizan amuletos"[230]. Las artes adivinatorias
aquellas que durante la Edad Media florecieron pero que igual
fueron prohibidas, hoy se sienten abanderadas ante un mundo
sediento de la verdad y que evita estar sujeto a autoridades y/o
axiomas morales. Es claro que el ocultismo, aquel por el cual el
Medioevo fue catalogado como el espacio de la historia más
penumbroso, ha resurgido.

Los hippies de los años 60 cantaron con acentos
mesiánicos el comienzo de la "era de Acuario". La antigua
quiromancia ha pasado de las manos de las gitanas a las de
verdaderos profesionales, que no solo leen la borra del café
sino también se dedican a actividades de aspecto
más científico, como la radiestesia o los
biorritmos. El antiguo tarot, también traído de
Egipto por las gitanas es fuente de lucrativas actividades. Este
pequeño inventario basta
para recordarnos que actualmente se vive un clima
supersticioso[231]

Ese volver a lo religioso va mezclado de nuevos modos
que muestran lo hibrido que es la realidad, pues se acude a Dios,
pero también hay un ligero afán por las emociones
fuertes, es algo así como un masoquismo que le permite al
individuo experimentar las varias facetas del mal y para ello
están los M.C.S. entes encargados de alimentar dichas
emociones. "Películas como "el exorcista", "La
profecía" y diversos productos de la
televisión y los medios escritos dejan entrever que ya
sea por curiosidad o por interés existen personas que les
atrae aquello que se presenta"[232]. Hoy lo
insólito llama mucho la atención, se recrean a
partir de la imaginación una serie de mundos que no tienen
fundamento histórico; libros y películas como las
de "Harry Potter", en toda su saga, "El Señor de los
Anillos", entre otras, dejan al descubierto un mundo que inquiere
saciar incógnitas. Esta literatura busca en cierta
manera "desvalorizar al mismo hombre"[233], puesto
que presenta superhéroes, dotados de facultades
sobrenaturales llegando incluso a concebir que toda obra
admirable en la antigüedad haya sido realizada por la
"influencia directa o indirecta de los dioses extraterrestres
venidos desde las estrellas"[234].

Ese factor mágico se ve en los adolescentes que
cargan la cinta colorada que se atan alrededor de la
muñeca para contrarrestar la envidia o el mal de ojo; en
el niño que camina por la acera, tratando de no pisar las
rayitas de las baldosas, porque le traería mala suerte; en
el adulto que se pone una corbata de un color especial para pedir
trabajo o aumento de sueldo; en la señora que,
religiosamente, lee su horóscopo de cada día; en
ciertas oraciones que se publican en los periódicos; o en
el espejo del taxista donde esta la cinta colorada, el San
Cayetano, la ristra de ajo, el rosario y los
cuernitos[235]

Pero, este reverdecer del hecho religioso, mezclado con
los mitos
modernos, con el ocultismo, con lo insólito y lo cotidiano
de la existencia tiene un objetivo, que no es más que la
extensión de la industria del
entretenimiento, cuyos fundamentos se encuentran por lo general
en Estados Unidos
y Europa, países que apoyan la religión, pero no
entendida de manera objetiva, sino subjetiva. No es raro que la
sociedad haya virado la atención hacia la magia, pues
ésta dota de poder al hombre y ante la inminente perdida
de fe en la técnica, los poderes mágicos se
presentan como posibles soluciones, ya
que "la magia es anterior a la religión y nunca ha
desaparecido del todo, de hecho la magia es la primera forma de
técnica, anterior a la racional, pero sin tantas
pretensiones"[236].

Las posibilidades que la magia brinda hoy, al igual que
en la Edad Media, están centradas en ofrecer los medios
necesarios "para dominar el poder divino y ponerlo al servicio de
los otros hombres"[237], aquí no se trata
de aceptar las cosas, entendidas como llegadas desde lo divino,
tal como lo asume la religión. Es el dominio absoluto
de las fuerzas ocultas, "se desea adivinar el futuro, dominar a
los semejantes, divinizarse sin trabas
morales"[238], incluso se asocia el nihilismo,
como una de las características de la postmodernidad con
la magia(, puesto que los fundamentos de este fenómeno son
utilizados para cambiar la realidad, "ya que la acción se
convierte en norma de si misma"[239].

Cuando un terrorista da muerte a una persona no por
quién es sino por que simboliza; esta efectuando un
sacrificio mágico, del tipo de magia contagiosa: parece
como la si muerte de un individuo simbólico fuera a matar
al sistema, de la misma manera que el hechicero quema un
muñeco de cera que representa a su enemigo. Cuando se
quema la efigie de alguien o se destruye un libro por
repudio a la ideología del autor, se esta haciendo magia
homeopática[240]

Pero, a la hora de la verdad, esto no es más que
supersticiones, de la cuales muchos hombres que buscan su
horizonte y a la vez su vocación, se apoderan para
convertirlas en supuestos con los que tratan de convencer a sus
adeptos, porque es tanta la fuerza que toman estos movimientos
que logran recoger una multitud de seguidores, quizá los
más imprevistos o también los que buscan darle
sentido a sus vidas después de pasar por alguna
situación difícil, o aquellos que envueltos en la
angustia social desean, después de haber puesto todas sus
esperanzas en la ciencia y ver el fracaso por no poder dar
solución a cientos de enigmas, aferrarse a "aquello que no
cambia, que es inmutable, que es trascendente, que es misterioso
y oculto"[241].

Actualmente se hace alusión a una corriente "que
no se trata de una religión mas, ni de un movimiento o
secta nueva, es una completa "gnosis", una visión integral
de la realidad, capaz de dar sentido a todo y a todos los
aspectos de la vida"[242], se dice que es incluso
"el retorno de lo sagrado reprimido. El objetivo es la
búsqueda personal de
autorrealización, el encuentro personal con la divinidad,
el aspecto místico de la realidad"[243], es
"la fe en el progreso"[244] y que ahora irrumpe en
lo religioso "y en la transformación espiritual del hombre
con tendencias sincréticas, evolucionistas,
ecológicas y milenaristas"[245]. Algunos de
los rasgos más representativos de la new age
son:

Partes: 1, 2, 3, 4
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