José Martí y Juan Gualberto Gómez: Vigencia de sus ideas y consecuencias políticas y sociales para América y el Mundo
INTRODUCCIÓN
Cuando alguien aluda a la Historia de Cuba, los
nombres de José Martí y
Juan Gualberto Gómez han de vibrar por la relevancia en su
labor de independentistas y periodistas, al usar el arte de las
palabras con inteligencia y
talento como arma contra la opresión a la que estaba
sometida su Patria y en defensa de los hombres de su
condición.
Ambos patriotas hallaron su espacio para esgrimir las
ideas como armas y combatir
al colonialismo, la esclavitud, el
anexionismo y otras lacras sociales que aquejaron a Cuba en los
siglos XIX y la primera mitad del XX.
La política y el
periodismo
fueron para los dos, los ejes vitales para su existencia,
instrumentos con que cumplieron su elevado destino social y
oficios que ennoblecieron su vocación patriótica y
sus sentimientos hacia la humanidad.
Desarrollo
Era Martí
un hombre notable
y de condiciones excepcionales y poco comunes, tenía
alientos para concluir como loco o como héroe y
terminó mejor que como él había
soñado: como héroe y soldado, cayendo en medio del
combate, en el fragor de la pelea y con el ruido que
sirve de salva a los héroes y a los buenos. Su apoteosis
la harán los cubanos más tarde, conservando su
efigie y su memoria entre sus
grandes hombres. Cuando todos desmayaban, Martí
levantó de nuevo el pabellón; de un grupo de
cubanos dispersos en la emigración, creó un pueblo
entusiasta, y dio vida a la nueva revolución
que debiera llevar a la práctica el general Máximo
Gómez.
Martí fue luchador inteligente y tenaz, protector
y padre generoso de los que sufrían; trabajó
intensamente a favor de nuestra patria y de América
Latina, escribió mucho para que se conocieran sus
ideas, pronunció numerosos discursos para
convencer a los demás patriotas de la necesidad de
reorganizarse para luchar por la independencia,
defendió la igualdad de
todos los hombres y su derecho a vivir en una Patria justa, y
combatió en los campos de Cuba por esos ideales. Por eso
su vida, su obra y sus ideas han servido de inspiración a
todas las generaciones posteriores, y reviven en cada logro de
nuestra revolución.
Entre 1879 y 1895, se desarrolla la etapa más
importante de la vida de José Martí como dirigente
revolucionario, viaja y reside en numerosos países de
América, los cuales fueron escenario de su
trabajo
constante a favor de la independencia de la Patria. En esta etapa
escribe para varias publicaciones, pronuncia diversos discursos y
se entrevistas
con varios de los jefes de la Guerra de los
Diez Años, manteniendo una amplísima
correspondencia con muchos patriotas con el objetivo de
unificar e incrementar las fuerzas revolucionarias para la nueva
etapa de la guerra.
Un paso decisivo en la labor de José
Martí, fue la creación de un partido que unificara
los distintos clubes o asociaciones revolucionarias en una sola
organización, capaz de dirigir exitosamente
la lucha por la independencia. El Partido Revolucionario Cubano
se fundó el 10 de abril de 1892, fecha expresamente
seleccionada por Martí en ocasión de cumplirse un
nuevo aniversario de la Asamblea de Guáimaro. Martí
fue elegido Delegado del Partido, su máximo dirigente por
votación unánime.
El 12 de julio de 1854 nacía en Matanzas Juan
Gualberto Gómez, quien fuera uno de los revolucionarios
más cercanos a José Martí y con relevante
participación en la historia de Cuba.
Considerando los problemas que
acarreaba nacer negro y esclavo en una época marcada por
fuertes prejuicios raciales, sus padres, esclavos
domésticos, habían reunido lo necesario para que su
hijo fuera libre desde que viera los primeros rayos del
sol.
Preocupados, además, por su educación, con mucho
esfuerzo y el beneplácito de la ama, ahorraron lo
suficiente para que este pudiera viajar a Francia a
aprender un oficio.
Sin embargo, una vez en Europa, la
inteligencia, agudeza y perseverancia del joven Juan Gualberto,
decidirían un destino diferente al ideado por sus padres,
allí ingresaría a la Escuela
Preparatoria de Ingeniería.
Para sobrevivir debió reajustar sus
gastos e
iniciarse en el difícil mundo del periodismo. De manera
paralela, se superaba en el aprendizaje
del francés, hasta lograr la matrícula en la
Central de Artes y Manufactura
ubicada en París.
Su estancia en Francia, centro de ideas liberales y
generadora de profundos cambios, coincidió con una intensa
vida política que incidiría en sus ideas,
contribuyendo a su posterior toma de
decisiones.
En 1872 conoció a Francisco Vicente Aguilera,
quien le comentó de la guerra que se libraba en Cuba y del
propósito de esta; así, de manera inmediata, abraza
las ideas libertarias y contrae el compromiso de colaborar en
todo lo posible.
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