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El niño como sujeto social: una perspectiva de análisis desde la Pedagogía Hospitalaria (página 2)




Enviado por Emilia claes



Partes: 1, 2

El nacimiento de la infancia
conforma un hecho novedoso en el que la escuela ocupa un
rol destacado: aparece la individualización de la
infancia, antes los niños
no se diferenciaban de los adultos ni por la ropa, ni por los
trabajos que efectuaban, ni por las cosas que decían o
callaban. Ahora al niño se lo va a cuidar de enfermedades. Se pasa de la
visión de un adulto – pequeño a la
individualización del niño.

Las investigaciones
de P. Aries demostrarán –menciona Narodowsky- que la
infancia es un producto
histórico moderno y no un dato general y ahistórico
que impregna toda la historia de la humanidad. El
Emilio de Rousseau
aparece como fuente inagotable de reflexiones acerca de este tema
y de los procesos
más generales de educación e
infantilización[1]

La representación la de infancia es una construcción conceptual que contempla no
sólo procesos biológicos y psicológicos,
sino que tiene también una fuerte marca
socio-histórica.

La idea de "infancia" emerge tras un proceso de
construcción social que tiene lugar desde los comienzos de
la modernidad, que
muestra a los
"infantes" anteriormente inexistentes, formando parte central del
mundo familiar.

Dentro de los factores insoslayables de la construcción
sociohistórica y psicológica del niño se
destacan: la subjetividad, la autoestima y
el juego.

  • La Subjetividad:

a) Se trata de pensar en el niño en la trama de
generaciones lo cual implica una intervención en el
presente y una apuesta hacia el futuro.

b) Se trata de pensar el niño como un acontecimiento.
Se trata de pensar que el niño es puro presente y de
apostar a producir una diferencia en él en ese presente y
por último,

c) pensar la transmisión como una tensión entre
la continuidad y la discontinuidad que permite conservar el
pasado pero hacer diferencia con él.

  • La Autoestima

La autoestima es importante dado que nuestra manera de
percibirnos y valorarnos moldea nuestra vida.

La autoestima básicamente es un estado mental.
Es el sentimiento o concepto
valorativo (positivo o negativo) de nuestro ser, la cual se
aprende, cambia y la podemos mejorar y se basa en todos los
pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que sobre
nosotros mismos hemos ido recogiendo, asimilando e interiorizando
durante nuestra vida.

  • El juego

Particularmente nos centraremos en el análisis del juego.

Varios autores del campo analítico (Winnicott –
Dolto- Mannoni-) han subrayado las cualidades del juego en la
construcción de la subjetividad del niño.

Con respecto a ello, vemos que la escuela en los espacios de
subjetivación de los niños se ha vuelto
dilemática. A pesar de ello, sigue siendo un espacio de
construcción de significados, de identidad y de
subjetividad.

El juego aparece en situaciones escolares como:

  • 1- La presencia de una situación o escenarios
    imaginarios (la representación de roles o el ejercicio
    de habilidades oriundas o destinadas a contextos no
    presentes).

  • 2- La presencia de reglas de comportamiento
    socialmente establecidas

  • 3- La presencia de una definición social de la
    situación.

Por consiguiente, la "intromisión" en la escuela de una
cultura
infantil, producida por fuera de la institución, va a
entrar en conflicto con
la cultura escolar tradicional, que piensa un "sujeto
pedagógico" en retirada frente a las mutaciones de la
sociedad y la
cultura.

Los niños, llegan ahora a la escuela como portadores de
una propia cultura (o mejor en plural, culturas), estimulada por
los medios y la
propaganda,
por su legitimación en el sistema de
producción de bienes y
consumo, y por
una nueva relación con la tecnología, que
reconfigura el lugar de los saberes y sus poseedores. Los chicos
realizan su infancia con Internet, computadoras,
sesenta y cinco canales de cable, video, Family
Games (Narodowsky:2004). Los distintos espacios de
expresión de los chicos muestran su fisonomía desde
los graffitis, los programas de
televisión, la música, la estética, los modos de expresarse
etc…[2]

Como puede verse las dimensiones del juego adquieren una nueva
significatividad en la actualidad.

El juego ocupa un lugar específico tanto en el campo
pedagógico, psicológico y corporal para los
niños ya que permite que este interactúe, asimile,
comprenda – espontánea y orgánicamente- las
posibilidades y los límites
que le ofrece un determinado material o propuesta.

El juego brinda al niño, desde su temprana edad, una
larga serie de experiencias que responden a necesidades
específicas de la etapa del desarrollo, y
que le señala los primeros encuentros con la realidad, los
iniciales descubrimientos, el contacto con si mismo y con el
otro.

El juego es una de las formas de participar en la cultura, y
por medio de él el niño se apropia de los
instrumentos de la cultura. El juego obliga al niño a
ponderar las regularidades del comportamiento
que está por debajo de la representación de un rol
específico según las reglas de la cultura.

La imaginación es un nuevo proceso psicológico
para el niño, siendo una actividad específicamente
humana. La creación de una situación imaginaria en
el juego es lo que la diferencia de otras actividades humana; y
los elementos de las situaciones imaginarias se convierten
automáticamente en parte del tono emocional del
juego[3]

Características del juego

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El niño
hospitalizado: ¿Qué sucede con el niño
hospitalizado?

¿Pero que sucede cuando el niño desaparece de la
escuela por un problema de salud y hospitalizado?

Cuando un niño enfermo es hospitalizado existen tres
instituciones
fundamentales implicadas de distinta manera a saber:

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Reconociendo que la enfermedad incide no sólo en el
bienestar psicológico del niño o niña sino
también en el de toda su familia, a
través de esa compleja multitud de variables
sintomáticas, terapéuticas, emocionales y sociales
que, poderosamente entrelazadas, impactan de forma casi
determinante en los procesos de la dinámica y del funcionamiento de la vida
familiar que daremos cuenta más adelante.

Estas tres instituciones tendrán un gran protagonismo
en la situación del niño hospitalizado. Dentro de
las funciones de cada
una de las instituciones destacaremos:

a) La familia

La familia es considerada como el soporte emocional y punto de
referencia más importante para el niño.

a) existirá una ruptura del proyecto familiar
y de la historia personal

b) aislamiento

c) el niño será objeto de miradas y decisiones
de otros: paciente

d) desarraigo

e) patología acompañada de factores
socio-económicos- culturales

f) preocupaciones[4]

Principales preocupaciones parentales ante
la hospitalización infantil   

Cambios en el rol parental

. Desconocimiento de los cuidados que
precisa su hijo hospitalizado

. Desconocimiento de lo que deben y/o
pueden hacer

. Sentimientos de inutilidad y falta de
control

Preocupaciones sobre la enfermedad y
los procedimientos médicos

. Falta de información acerca del tratamiento
médico aplicado, sus riesgos,
efectos secundarios, posibilidades de curación,
etc.

. Necesidad de seguridad acerca de la idoneidad de los
cuidados

Ansiedad generada por el
comportamiento del niño

. Dolor y ansiedad del paciente
infantil

. Cambios en su comportamiento: mayor
demanda
de atención, comportamientos regresivos,
etc.

Trato con el personal
sanitario

. Comunicación
médico-paciente-padres

. Reacciones de paternalismo o de falta
de interés

Preocupaciones relacionadas con la
alteración de la rutina diaria

. Desatención a los demás
hijos

. Dificultades económicas

. Incumplimiento de las obligaciones cotidianas

b) El hospital

El hospital configura dos factores en forman
parte de sus funciones en el tratamiento del niño
internado en la institución:

a) Factores de riesgo: asociados
a la patología (violencia
familiar, drogadicción, alcoholismo
etc.)

b) Factores de cuidado: Factores protectores,
familia ampliada, escuela etc…[5]

Frente a estos factores, la Pedagogía Hospitalaria responde a una
necesidad real de muchos niños que por razones de salud
están marginados del sistema
educativo o no pueden cursar sus estudios en escuelas
regulares, teniendo en cuenta que el niño que afronta una
experiencia de internación en un hospital lo descoloca de
los parámetros habituales en los que se había
movido.

En este grupo de
factores de riesgo se distinguen generalmente los niños
con las siguientes patologías:

– Disminuidos físicos: que debido a su
limitación física les ha
impedido en muchos casos seguir el ritmo normal de la
escolarización. Niños con parálisis cerebral
infantil, con distrofias musculares, amputados y otros;

Enfermos crónicos: también con
necesidades educativas especiales debido al ausentismo escolar
periódico y que repercute en todas las
facetas de su vida, como son los enfermos renales,
oncológicos y los que padecen cualquier otra enfermedad
que pueda afectarles por un período más o menos
largo de tiempo;

Ortopédicos: roturas de piernas y otras
secuelas o por operaciones
quirúrgicas complicadas, como son las de cadera o
cualquier otra que inmovilice el niño durante un largo
tiempo;

Quemados: niños que por la gravedad y
cuidados que requieren están fuera del sistema escolar por
largos períodos.

c) La escuela:

Dentro de las funciones de la escuela en esta instancia se
destacan:

a) ser sostén de los aspectos sanos del
niño enfermo

b) recuperar la historia pedagógica y
resignificarla desde la nueva situación

c) posibilitar un nuevo proyecto con
participación de la familia y
personal de salud

d) habilitar un modo activo de estar durante la
hospitalización

e) sostener la continuidad educativa

f) mantener el contacto con la escuela de origen
a efectos de mantener una coherencia en el
acompañamiento[6]

        Sin embargo, el
diagnóstico de una enfermedad infantil
representa una crisis
prolongada para toda la familia y requiere por parte de
ésta una total readaptación ante diversos factores.
La enfermedad tiene un importante impacto psicológico
sobre los padres y hermanos del paciente pediátrico, y
puede interferir sobre su adaptación socio-emocional y su
salud, tanto física como psíquica. Desde esta
perspectiva, una enfermedad en cualquier miembro de la familia
tendrá repercusiones sobre cada uno de los demás
miembros, originando así un cambio en todo
el sistema familiar. De modos distintos, aunque en cierto modo
presente en todos ellos, cada uno de los miembros de la familia
experimentará con diferentes matices un sentimiento de
pérdida: de la salud, de la tranquilidad, de la
sensación y percepción
de control, de la
capacidad de protección de los hijos, de la
atención que recibían de otros miembros de la
familia, de ciertos proyectos, de las
relaciones sociales y de las actividades escolares, profesionales
y recreativas.

Sobre el concepto
de Enfermedad: el niño enfermo

En la actualidad el concepto de enfermedad implica un
aislamiento social significando que el niño quede relegado
a una situación pasiva sujeto a la mirada y decisiones
medicas que determinan un protagonismo no deseado donde el dolor,
la angustia, la espera de los resultados, la
administración de medicamentos y tratamientos
rigurosos hacen del estar en el hospital una situación
singular para el paciente niño y su familia.

La hospitalización implica una ruptura significativa en
la vida del niño: desarraigo de su lugar de origen, de su
grupo de pertenencia, familiares, escuela, barrio etc.
.[7]

La Pedagogía Hospitalaria es considerada como una parte
de la pedagogía, cuyo objeto de estudio, investigación y dedicación es el
niño hospitalizado, para que continúe con su
aprendizaje
cultural y formativo, y además para que sea capaz de hacer
frente a su enfermedad, haciendo hincapié en el cuidado
personal y en la prevención.

La pedagogía Hospitalaria como abordaje
interdisciplinario implica no sustituir al médico, al
enfermero, al psiquiatra, al psicólogo, ni mucho menos al
maestro; se trata de, trabajando de manera conjunta, y aportando
el saber específico de la pedagogía, proporcionar
de manera más integral ese otro elemento asistencial
–la
educación- que mejore la calidad de
vida de todos los agentes que conviven en el centro
hospitalario, muy especialmente la de los enfermos.

Es interesante el recorrido que hace Foucault (1996)
tomando los procesos que caracterizan a la medicina en el
siglo XVIII:

  • Aparición de una autoridad medica, que no es
    simplemente la autoridad del saber, una persona erudita que
    sabe referirse a los buenos autores. La autoridad
    médica es una autoridad social que puede tomar
    decisiones relativas a una ciudad, un barrio, una
    institución, un reglamento.

  • Aparición de un campo de intervención de la
    medicina distinto de las enfermedades: el agua, el aire, las
    construcciones, los terrenos, los desagües etc…en el
    siglo XVIII todo se convierte en objeto de la medicina.

  • Introducción de un aparato de medicalización
    colectiva, a saber, el hospital. Antes del siglo XVIII el
    hospital no era una institución de
    medicalización sino de asistencia a los pobres en
    espera de la muerte. Introducción de mecanismos de
    administración médica: registro de datos,
    comparación, establecimiento de estadísticas,
    etc…

Es así como comienza una fuerte intervención
médica, este se transforma socialmente en un agente de
regulación y control por parte del estado, que ya en este
siglo ha comenzado a intervenir en la salud de la población fijándolo como un objetivo
general, que le permite garantizar un cuerpo social sano para la
producción. "El médico se convierte en el gran
consejero y en el gran experto en observar, corregir y mejorar el
cuerpo social. Y es su función de
higienista, más que sus prestigios de terapeuta, quien le
asegura esta posición políticamente privilegiada en
el siglo XVIII"
(Foucault:
1996)[8].

La noción de salud enunciada por Canguilhem (1990) nos
recuerda que en la medida en que todos nosotros compartimos esos
hechos propios de la condición humana, como son el
padecimiento del dolor y el sufrimiento, y en
la medida en que todos vivimos silenciosamente ese
fenómeno al que le damos el nombre de salud,
parece que nos encontramos inevitablemente con una de esas
cuestiones en la que necesariamente estamos involucrados, en la
que necesariamente nos ponemos nosotros mismos en
cuestión[9]

Esa salud sin idea, "presente y opaca", es de todos modos lo
que valida y soporta las intervenciones que el saber
médico puede sugerir como artificios para sustentarla. Mi
médico será, entonces, aquel que me auxilie en la
tarea de dar un sentido, que para mí no es evidente, a ese
conjunto de síntomas que de manera solitaria no consigo
descifrar. Un verdadero médico, dirá Canguilhem,
será aquel que acepte ser un exégeta
más que un conocedor.

Resulta necesario definir de que modelo
Médico se esta haciendo referencia así como
también sus cuestionamientos y las nuevas propuestas en el
tratamiento de los niños desde la
institucionalización hospitalaria.

3-1) El modelo Médico Hegemónico
actual

El concepto de modelo médico Hegemónico es
introducido por E. Menéndez (1983) para referirse a una
construcción que realiza a partir de determinados rasgos
estructurales de la concepción dominante en nuestra
sociedad acerca de los fenómenos de la salud y la
enfermedad, sostenida tanto por los curadores como por los
conjuntos
sociales implicados en el acto médico. Se trata, pues, de
reconstruir la ideología implícita a las
concepciones acerca de los procesos del enfermar y del curar, que
subyacen en la praxis
médica[10]

Dentro del Modelo Medico Hegemónico se destacan los
siguientes pilares sujetos a cuestionamientos:

  • Biologismo.

  • Ahistoricidad

  • Asocialidad.

  • Individualismo.

  • Concepción de la enfermedad como
    ruptura, desviación y diferencia.

  • Concepción de salud como normalidad
    estadística.

  • Eficacia pragmática: práctica
    curativa basada en la eliminación del
    síntoma.

  • Relación médico-paciente
    asimétrica: subordinación social y
    técnica del paciente, que detenta un "saber
    equivocado".

  • Medicalización de problemas.

  • Racionalidad científica como criterio
    de legitimidad y de exclusión de otros modelos.

  • Concepción mecanicista del ser
    humano.

4- Aporte de la
Pedagogía Hospitalaria.

La actividad pedagógica con niños enfermos en
los hospitales o convalecientes en sus domicilios no es reciente.
Sin embargo, lo que hasta no hace muchos años se
venía haciendo a través de instancias con un
marcado carácter caritativo-asistencial, poco a
poco se ha ido convirtiendo en una nueva Ciencia en el
marco educativo y en una actividad profesional: la
Pedagogía Hospitalaria. Esta nueva forma de hacer
Pedagogía comprende, por el momento, la formación
integral y sistemática del niño enfermo y
convaleciente, cualquiera que sean las circunstancias de su
enfermedad, en edad escolar
obligatoria, a lo largo de su proceso de
hospitalización.

La Pedagogía Hospitalaria, tiene que llevar a cabo dos
tipos de intervenciones complementarias:

  • La educativa- formativa

  • La psicopedagógica

Se podría decir, que la acción
formativa
es de más fácil aplicación
cuando se tiene en cuenta el enfoque
psicopedagógico
. Entendiendo este enfoque
psicopedagógico la búsqueda de la salud mental del
paciente, es decir, el equilibrio
psíquico, el ajuste social y la adaptación
psicosocial del enfermo a su situación.

A continuación se profundiza más en los
enfoques que plantea esta Pedagogía
Hospitalaria[11]

  • El enfoque formativo. Es decir, el que ayuda al
    perfeccionamiento integral de la persona aún en
    situación anómala, como es la de la
    hospitalización.

  • El enfoque instructivo o didáctico. Que se
    basa en las tareas de enseñanza y aprendizaje
    necesarias para recuperar, mantener y facilitar la
    reanudación cultural e intelectual del paciente.

  • El enfoque psicopedagógico, que se encarga
    de la preparación para la hospitalización y
    también para procurar que el ajuste a esta
    situación y condiciones sea lo menos estresante
    posible.

Desarrollando más cada uno de estos enfoques, teniendo
siempre en cuenta de que se trata de enfoques
complementarios
entre sí, viendo las posibilidades de
su aplicación en un contexto on-line para el recurso
curarte
.

  • El enfoque formativo.

Su principal objetivo es el autodesarrollo de la
persona
. Mediante la
comunicación interpersonal se ayuda al enfermo a que
no deje de llevar las riendas de su propia vida, a reforzar su
capacidad de autonomía. El niño debe ser ayudado a
que tome decisiones fecundas, aunque sean mínimas, que
mantenga su actitud de
esfuerzo.

Otro punto a considerar es precisamente de cómo ocupar
su tiempo de hospitalización: la ocupación
con tareas útiles, y formativas por un lado, a la vez que
de distracción y relajación, son fundamentales. Se
trata de mantener la voluntad y el espíritu de aprendizaje
y más aún cuando se trata de un niño.

  • El enfoque instructivo:

Este es el enfoque que está directamente relacionado
con el currículo escolar. Es decir, se trata de
que el niño o adolescente en edad escolar, no pierda la
continuidad que el proceso escolar exige.

El objetivo pues es claro: mantener y potenciar
los hábitos propios de la actividad intelectual y de
aprendizaje cultural, a través de las actividades
desarrolladas por los maestros y educadores de los centros
hospitalarios.

Para poder llevar
acometer este objetivo, los principios educativos de
mayor aplicación son:

·   Individualización
(ajustando el proceso de aprendizaje al niño en concreto)

·   Socialización (para
combatir el aislamiento del niño enfermo,
proporcionándole la oportunidad de convivir y relacionarse
con sus compañeros en pequeños grupos, y siempre
a cargo de un profesor)

·   Autonomía (Sostiene la
implicación, activa y voluntaria del  niño en
la tarea escolar que se le propone, no solo por entretenimiento
sino por sus valores
formativos)

  • El enfoque psicopedagógico.

Cuyo objetivo fundamental es la adquisición de
aprendizajes directa o indirectamente relacionados con el
mantenimiento
y cuidado de la salud psíquica y su prevención.

Como se ha dicho al comienzo de este apartado, después
de este análisis del concepto Pedagogía
Hospitalarias, cabe concretizar más las posibles acciones a
desempeñar en los contextos hospitalarios.

Y para concretizar, si antes se hablaba de unos principios
educativos, ahora se pueden plantear unos principios
metodológicos
, que podrían ser los
siguientes:

1.     Individualización

2.     Socialización

3.     Actividad

4.     Intuición

5.     Juego y creatividad

En definitiva se trata de cómo organizar y
diseñar la pedagogía en el espacio hospitalario,
atendiendo a todos los factores que este contexto implica.
Existen una cantidad de variables que van a intervenir en este
proceso educativo, tales como breve duración de la
hospitalización, heterogeneidad de edad y nivel educativo
de los niños, espacios y recursos donde
desarrollar las actividades educativas, etc.

4) Perspectiva
desde un modelo inclusivo: La escuela que
incluye

El logro de la igualdad
social y educativa para los niños hospitalizados enfermos
crónicos y/o en tratamiento ambulatorio exige la promoción y desarrollo de una modalidad
educativa flexible y compensatoria que les permita, en su lugar
de hospitalización o recuperación, acceder a una
educación de calidad con el
fin de lograr, después de recuperar su salud, la
reinserción o integración
escolar según sea el caso.

La comunidad
educativa puede tomar un rol activo en la inserción
escolar del niño:

  • 1- posibilitando el intercambio de información
    a través de distintos medios para elaborar estrategias
    conjuntas: cartas, informes, reuniones, comunicaciones
    telefónicas, fax, email.

  • 2- Manteniendo expectativas alentadoras sobre las
    posibilidades de inserción del alumno.

  • 3- Trabajando constantemente en el proceso de
    inclusión, dado que el niño que se integra a la
    escuela tiene necesidad de estar contenido y apoyado.

  • 4- Propiciando espacios donde los docentes expresen
    sus dudas, temores, interrogantes, generando estrategias
    facilitadoras del proceso de inclusión

  • 5- Flexibilizando la propuesta pedagógica con
    los cambios curriculares necesarios según las
    posibilidades de los alumnos[12]

Además la escuela debe favorecer el juego permitiendo
el desarrollo intelectual ya el juego involucra: capacidad para
resolver problemas,
implica el pensamiento,
la imaginación, la simbolización, el lenguaje.
En él, el niño inventa, descubre y/o explora los
objetos externos acrecentando su conocimiento
sobre el mundo. El juego es tanto una actividad solitaria como
social, pues el "jugar juntos" sirve como modelo para la
actividad cuando nos encontramos solos. Aunque los niños
necesitan un espacio de soledad, es bueno que cuando jueguen no
estén solos para poder intercambiar sus ideas con las
ideas que tienen sus compañeros. A esta
comunicación de ideas Bruner la denominó "negociación" que tiene el diálogo
como estructurante y es la sustancia del juego y el
pensamiento.

La escuela no debe cultivar sólo la espontaneidad del
niño porque es contraria a su naturaleza
social, pues el niño necesita la negociación con
los otros mediante el diálogo. Éste le
proporcionará modelos y
técnicas para operar por sí
mismo.

El profesor hospitalario debería tener en cuenta al
grupo de clase, para
que interactúe con el niño enfermo con la mayor
normalidad posible y fomentar las interacciones entre el
niño y su grupo de clase, mientras se encuentre
hospitalizado. Para esclarecer las funciones de este profesor
hospitalario vale la pena destacar las diferencias entre el aula
regular y hospitalaria y el abordaje interdisciplinario:

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Abordaje interdisciplinario:

El foco central de la pedagogía hospitalaria es la
atención educativa con miras a la reinserción
escolar, promoviendo así la movilidad social en el caso de
este grupo que se encuentra en situación de vulnerabilidad
y por lo tanto en desventaja. Asimismo, la pedagogía
hospitalaria busca dar respuesta a la diversidad de necesidades
educativas del alumnado a través de adecuaciones en los
contenidos y las prácticas educativas, respetando ritmos,
capacidades, motivaciones e intereses de los niños y
jóvenes.

Los objetivos
específicos consisten en establecer el derecho a la
educación de los niños hospitalizados o en
tratamiento ambulatorio apropiado a sus necesidades individuales
en un ambiente
adaptado. Así como también:

  • Promover la atención multidisciplinaria e
    interdisciplinar y el desarrollo de la enseñanza en el
    ámbito hospitalario fomentando los vínculos con
    otros profesionales, particularmente los que trabajan en el
    hospital.

  • Representar y comunicar las opiniones del profesorado
    hospitalario y expresar sus intereses profesionales

  • Determinar y poner de relieve la formación
    profesional del profesorado hospitalario;

  • Promover y fomentar la investigación en todos los
    dominios de la enseñanza hospitalaria;

  • Favorecer el intercambio, la reflexión y el debate
    sobre la problemática [13]

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En definitiva; estas acciones dan cuenta de un enfoque que
implica la posibilidad de ver la problemática compleja de
un niño con una mirada integradora que nos permita superar
lo fragmentario, convirtiendo nuestro quehacer, en intervenciones
más humanizadoras. Reconocemos que la niñez marca
el primer momento de la constitución subjetiva en el cual la
institución familiar y la institución escolar
tienen una función primordial, en tanto habilitan un lugar
social a ser singularizado de modo particular.

Conclusión

El abordaje interdisciplinar resulta imprescindible
considerando el panorama social de los noventa y hoy en el dos
mil nueve, que expresa la conflictividad propia de una
época donde el cambio ha afectado a los distintos grupos
sociales configurando una sociedad más compleja y
heterogénea, con fuertes tendencias que muestran la
desigualdad, las inequidades y fisuras manifiestas en nuevas
formas de pobreza.
Argentina pasó así de tener una movilidad social
ascendente, a un camino inverso con los sectores sociales medios
"encuesta
abajo". Dejó de ser una sociedad dual para encontrar
más diversidad y complejidad en el marco de la
resolución de los problemas sociales

La finalidad de la Pedagogía Hospitalaria, coincidiendo
con la finalidad de la educación, está en el
desarrollo integral de la persona.

Para lograr sus objetivos la Pedagogía Hospitalaria se
sirve de los siguientes modos de intervención: la enseñanza escolar, las actividades
lúdicas, la orientación personal y las estrategias
psicopedagógicas específicas de
intervención: estas estrategias conforman los programas de
preparación a la hospitalización infantil y entre
las más empleadas están: la información
procesal y sensorial, los modelos filmados, las técnicas
de relajación, la distracción, la
imaginación guiada etc..

Es por ello que el abordaje interdisciplinar implica un cambio
abierto a nuevos abordajes del niño a partir de saberes y
competencias
de cada una de las disciplinas, lo cual constituye un
desafío y una tarea.

He tratado de hacer un pequeño bosquejo tomando como
punto de partida a la infancia en su proceso de
subjetivación. Allí pudo visualizarse por un lado,
el proceso de desintegración que nos devolvía la
imagen del
niño en la actualidad y por el otro, el incremento de
desigualdad reflejada en una estructura
social injusta que deja a los chicos lejos de ser participes
de su propio estatuto de infancia fundado en el siglo XVIII.

Estamos asumiendo que los niños tienen derechos además de
obligaciones como lo han creído durante mucho tiempo
instituciones como la escuela. Decimos que la educación es
una praxis liberadora de las diversas capacidades individuales y
colectivas, lo cual le otorga una función social
indispensable para que los sujetos alcancen el máximo
desarrollo de sus potencialidades.

Por ello, al finalizar estas líneas queremos expresar
nuestra preocupación por la educación de aquellos
que parecen no contemplados de antemano a una
"existencia-destino" que oscila entre la marginación, la
explotación y la expulsión. De aquellos
niños de sectores populares que tienen grandes
dificultades para sostener su escolaridad, y de aquellos adolescentes
excluidos del sistema educativo y del circuito productivo para
quienes se ofrece una "educación pobre" que reproduce el
lugar que les fuera socialmente asignado. En esta dirección, estas reflexiones – muy
incipientes aún- pretenden constituirse en un aporte que
invita a pensar colectivamente cómo generamos un proceso
de apropiación del nuevo marco jurídico que regula
las políticas
y prácticas dirigidas a la atención de los
niños y adolescentes en general, y las políticas
educativas en particular, entendiéndolo como una
herramienta fundamental que legitima otro estatuto en el
reconocimiento universal de los derechos.

Bibliografía

  • FOUCAULT, Michel (1996) "La vida de los hombres infames"
    cap. VI, VII. La plata, editorial Altamira, colección
    Caronte Ensayos.

  • FOUCAULT, Michel (1992) "Microfísica del poder".
    Las Ediciones de La Piqueta. Madrid.

  • PROGRAMA SALUDAR. Portal Educared. "Pedagogía
    Hospitalaria y nuevas tecnologías"

  • KORNBLIT, Ana Lía (1987) "Pasos hacia la
    enseñanza del modelo Eco-sistémico en
    Medicina". Revista Medicina y Sociedad., nº 4, Vol.
    10.

  • NARODOWSKY, Mariano (1996) "Infancia y Poder" Aique,
    Buenos Aires.

  • AULAS HOSPITALARIAS (2007) Reflexiones de la VIII jornada
    sobre Pedagogía Hospitalaria. Organización de
    las Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la
    cultura. Sgo de Chile 22 y 23 de octubre de 2006.

 

 

 

 

Autor:

Emilia Claes

[1] NARODOWSKY, Mariano (1996) "Infancia y
Poder" Aique, Buenos
Aires.

[2] Op. Cit. Pág. 87.

[3] PROGRAMA
SALUDAR. Portal Educared. "Pedagogía Hospitalaria y
nuevas
tecnologías" pág. 7

[4] Op. Cit. 8

[5] Op. Cit. 9

[6] PROGRAMA SALUDAR. Portal Educared.
"Pedagogía Hospitalaria y nuevas tecnologías"
Modalidad Virtual. Pág. 14.

[7] Ibídem. Pág. 9.

[8] CANGUILLEM, G. (1990) La salud: concepto
vulgar y problema filosófico Paris: Sables.
 Pág. 27.

[9] Op. cit.  pág. 36.

[10] KORNBLIT, Ana Lía (1987) "Pasos
hacia la enseñanza del modelo Eco-sistémico en
Medicina". Revista
Medicina y Sociedad., nº 4, Vol. 10.Pág. 59.

[11] Aulas Hospitalarias (2007) Reflexiones
de la VIII jornada sobre Pedagogía Hospitalaria.
Organización de las Naciones Unidas
para la educación, la ciencia y
la cultura. Sgo de Chile 22 y 23 de octubre de 2006.

[12] Op. Cit. Pág. 47.

[13] Op. Cit. Pág. 32.

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