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Paludismo, enfermedad del tercer mundo (página 3)



Partes: 1, 2, 3

Aplicaciones terapéuticas: El proguanil combinado con
la cloroquina puede ser utilizado como profiláctico en
áreas endémicas donde se manifieste resistencia a la
cloroquina 36. También es empleado para tratar la
mezcla de infecciones por malaria vivax y
falciparum, presentes en zonas de África
Oriental, del Sur y Central. La
administración de proguanil no destruye los
gametocitos del plasmodio, pero se desarrollan normalmente los
gametos fecundados y enquistados en el intestino del mosquito
35.

Pirimetamina

Historia: La pirimetamina (Daraprim) pertenece a la familia de
las diaminopirimidinas. Dicho compuesto fue introducido en 1950
por Burroughs Wellcome. En este momento los científicos se
encontraban investigando posibles agentes que fueran antagonistas
del ácido fólico, con el fin de emplearlos como
terapia anticáncer. Se dieron cuenta que la pirimetamina
tenía una estructura
similar a otros antifolatos como el proguanil, y esto los
llevó a ensayar la pirimetamina como posible
antimalárico. Posteriormente comprobaron la semejanza
estructural entre el cicloguanil, el cual es el metabolito activo
del proguanil, y la pirimetamina, ambos fuertemente activos
4.

 Mecanismo de acción:
ver modo de acción del proguanil.

Aplicaciones terapéuticas: La pirimetamina no es un
antimalárico de primera elección, producto de no
ser eficaz contra las formas hepáticas de P.
falciparum
, debido a la creciente resistencia.
Además, es ineficiente frente a los hipnozoitos de P.
vivax
, y no elimina los gametocitos de ninguna especie de
plasmodio. En este sentido, lo que se hace generalmente
es combinarlo con una sulfonamida o una sulfona, para así
intensificar su actividad antifolato. Su uso está
restringido al tratamiento supresor de la malaria
falciparum resistente a la cloroquina, en regiones de
África, donde no haya surgido resistencia 35.

Reacciones adversas: No se han reportado. 

Sulfonamidas y sulfonas
        
            
    

Historia: Muy poco después de ser descubiertas las
sulfonamidas, se comprobó que estas tenían
actividad antimalárica. Esta propiedad se
investigó profundamente durante la segunda guerra
mundial. También se evidenció que las sulfonas
eran igualmente eficaces, y el primer estudio de Dapsona se
realizó en una cepa de P. falciparum en el
año 1943 35.

Mecanismo de acción: Tanto las sulfonamidas como las
sulfonas, son tóxicas para el parásito
malárico, puestos que ambas inhiben la enzima DPHS; dicho
mecanismo ha sido explicado anteriormente.

Aplicaciones terapéuticas: Ambos tipos de compuestos
son esquizonticidas eritrocíticos de acción lenta.
Los dos agentes se usan acompañados de pirimetamina, para
combatir la malaria falciparum resistente a la
cloroquina, sobre todo en zonas africanas 35.

Reacciones adversas: En el 1% de las personas bajo tratamiento
con sulfas, pueden manifestarse reacciones adversas como anorexia,
náusea
y vómitos. Estos síntomas parecen ser originados en
el sistema nervioso
central 35.  

Artemisina y sus derivados

Historia: La corteza de la planta Artemisia annua L,
ha sido usada por muchos siglos en China, como
hierba medicinal para el tratamiento de la fiebre y de la
malaria 5. Pero no fue hasta 1971, cuando los
científicos chinos lograron aislar de una porción
de la planta la sustancia de la acción medicinal
22, a la sustancia descubierta la llamaron artemisinina
(qinghaosu, arteannuin), la cual fue determinada por rayos X. Este
compuesto resultó ser una lactona sesquiterpénica,
que contenía en su interior un endoperóxido. La
utilidad de la
artemisinina se ha visto limitada debido a que puede manifestarse
la recrudescencia, bajo tiempo de vida
media en el plasma y baja solubilidad tanto en medio acuoso como
oleoso. Por estas dificultades, los científicos tratan de
buscar alternativas para mejorar su eficiencia pues
se trata de uno de los compuestos más potentes que existe
en la actualidad en la lucha antimalárica
4.              

Mecanismo de acción: Estos compuestos causan cambios
morfológicos, que conllevan a una destrucción de la
vacuola alimentaria del parásito. La ruptura de esta
membrana causa la liberación de la enzima digestiva del
Plasmodium, dando como resultado un efecto dañino
en el citoplasma. Aún así, la acción de la
artemisinina no es debido a el efecto directo en la estructura
lipídica de la membrana. Además se ha observado
cierta restricción bioquímica
en cuanto a la síntesis
de proteína 88.

Además, la artemisinina inhibe la formación de
hemozoina y el catabolismo de la hemoglobina por parte del
parásito. No obstante, el verdadero accionar de la
artemisinina está mediado por radicales libres. El
hierro del
hemo reacciona con la artemisinina y comienzan a generarse
especies radicálicas, producto de la ruptura
hemolítica del puente endoperóxido 80. Se ha
observado en los compuestos antimaláricos activos que
poseen peróxidos que estos agentes tienen grupos capaces de
estabilizar cargas positivas, la cual es inducida por apertura
heterolítica del anillo.

La selectividad de la toxicidad de la artemisinina por los
eritrocitos infectados, es debido al endoperóxido. Los
daños que se producen en la membrana es un resultado de la
interacción entre el hemo y la artemisinina
13.

Aplicaciones terapéuticas: Los experimentos
realizados en China han demostrado la eficacia  de
la artemisinina contra especies de P. falciparum
resistentes a la cloroquina 38.

Reacciones adversas: No se han reportado. 

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Figura 6: Imagen de la
planta Artemisa annua

Tomado de: http://sararico.blogspot.com/

Nuevas estrategias y
perspectivas en el desarrollo de
antimaláricos

Como consecuencia del creciente conocimiento
de la bioquímica y el genómica del parásito
se han identificado una serie de procesos o
rutas metabólicas que constituyen potenciales dianas
terapéuticas y que ofrecen numerosas posibilidades para el
desarrollo de compuestos totalmente nuevos desde el punto de
vista de su modo de acción 34.

Tres nuevas enzimas han sido
identificadas como que digieren la hemoglobina en la vacuola
alimentaria del parásito malárico, además de
la hemo-polimerasa. Una de ellas es una cistein-proteasa
(falcipaina) y las otras dos restantes constituyen
aspartil-proteasas, conocidas comúnmente como plasmepsinas
? y ?? (Plm ? y Plm ??). Ambas plasmepsinas tienen un alto gado
de homología en sus secuencias (73% idéntica), y
están estrechamente relacionadas con la estructura de la
Catepsina D humana. Ambas iso-enzimas
son capaces de hacer una ruptura inicial en las cadenas alfas de
la hemoglobina en el enlace peptídico definido por las
siguientes posiciones: Phe-33/Leu-34. Tanto la Plm ? como la Plm
??, han sido seleccionadas como "targets" primarios, para el
desarrollo de inhibidores de estas enzimas con actividad
antimaláricas 65.

Otra interesante diana para el estudio de antimaláricos
se basa en que el parásito presenta un orgánulo
típico del orden Apicomplexa que se conoce como el
apicoplasto. Este organelo fue adquirido supuestamente mediante
un proceso de
endosimbiosis con un alga unicelular y ha perdido su capacidad
fotosintética pero tiene una serie de funciones
metabólicas esenciales como son la síntesis del
grupo hemo, la
síntesis de isoprenoides (ruta DOXP) 34, 86 y la
síntesis de ácidos
grasos. Adicionalmente el apicoplasto tiene un genoma circular
residual que codifica una serie de proteínas
y que presenta capacidad de replicación. Los
antibióticos actúan inhibiendo estos procesos y por
ello compuestos como las tetraciclinas y la rifampicina presentan
actividad antimalárica. Asimismo algunos compuestos
inhiben la síntesis de proteínas mitocondrial
34, 56.

Sin embargo, aunque existen varios ejemplos de aproximaciones
al desarrollo de nuevos fármacos, hasta la fecha la
mayoría se encuentran en la fase de identificación
de cabezas de serie con actividad antimalárica o en
período de optimización con el fin de generar
compuestos con propiedades terapéuticas adecuadas. Solo
algunos ejemplos están en fase de estudios
preclínicos. Algunos de los ejemplos más
significativos de compuestos en fase de desarrollo son:

1. Los inhibidores de proteasas

2. Inhibidores de la síntesis de ácidos
grasos

3. Inhibidores de la ruta de biosíntesis de
isoprenoides

4. Compuestos que interfieren con el transporte y
el metabolismo de
fosfolipidos

5. Inhibidores del metabolismo mitocondrial

6. Inhibidores del metabolismo de pirimidinas.

Inhibidores de proteasas

Dado que la parte proteica de la hemoglobina debe ser
degradada a los aminoácidos correspondientes para ser
utilizados como fuente para la síntesis de
proteínas por parte del parásito, la
inhibición de este proceso resulta letal.

  • Inhibidores de las Plasmepsinas ? y ??
        
                     

Mecanismo de acción: El clivaje del enlace
peptídico es a través de un intermediario
tetraédrico enlazado a una forma protonada de uno de los
ácidos aspárticos en el sitio activo de la proteasa
aspártica. Antes del "clivaje" del enlace lábil, la
protonación del sustrato ocurre sobre el nitrógeno,
y entonces el zwiterión intermedio generado colapsa, y se
empiezan a liberar los productos.
Entre todos los intermediarios tetraédricos
miméticos descubiertos, el hidroxietilamina es el
más utilizado en el diseño
de péptidos basados en el estado de
transición 76

Aplicaciones terapéuticas: Se utilizan especialmente
para combatir cepas de P. falciparum.

Reacciones adversas: No se
reportan. Inhibidores de la biosíntesis de
ácidos grasos

En relación con la síntesis de ácidos
grasos, es de destacar las peculiares características que
reviste este proceso en bacterias y en
cloroplastos dado que contienen un sistema
denominado tipo II (FASII) en el que cada reacción en el
proceso de biosíntesis está catalizada por una
proteína independiente monofuncional al contrario de
células
de mamífero donde la síntesis está mediada
por una proteína multifuncional conocida como la
ácido graso sintetasa de tipo I 62. Inhibidores de
enzimas de la ruta son el triclosan y la tiolactomicina, un
metabolito secundario de hongos y
están en desarrollo nuevos compuestos con potencial
terapéutico 42.

Fármacos dirigidos a la ruta de biosíntesis
de isoprenoides

La síntesis de isoprenoides constituye una ruta
metabólica que ha recibido una considerable atención en Plasmodium por varios
motivos. Por una parte es de subrayar las especiales
características que presenta la síntesis del
isopentenil pirofosfato, un intermediario de la ruta, que tiene
lugar a través de un conjunto de reacciones que se conocen
como la ruta DOXP (1- deoxi-D-xilulosa 5-fosfato) o ruta
independiente de ácido mevalónico. Este proceso
ocurre en el apicoplasto y se encuentra ausente en células
de mamíferos que utilizan un conjunto de
reacciones diferente 47.

En particular vale la pena destacar que P.
falciparum,
depende de la vía 2C-metil-D-eritrol
4-fosfato (MEP) para la síntesis de sus isoprenoides. Por
lo tanto, este parásito es susceptible de ser controlado a
través del empleo de
compuestos químicos que inhiban de manera
específica a cualquiera de la enzimas participantes en
esta vía. De hecho, la fosmidomicina, un
antibiótico natural producido por Streptomyces
lavendulae
, que inhibe de manera específica la
actividad de la enzima DOXP reductoisomerasa, que controla el
segundo paso de la vía MEP, ha demostrado ser un buen
tratamiento en el control de la
malaria incluso más efectivo que otros agentes como la
cloroquinona. Diferentes esfuerzos en la búsqueda de
compuestos derivados de la fosmidomicina con mayor poder
inhibitorio, mayor absorción gastroinstetinal y menos
efectos colaterales indeseables (la fosmidomicina causa ligera
irritación de la mucosa intestinal en algunos pacientes)
están actualmente en progreso además tras el
tratamiento aparecen recrudescencias de la enfermedad
32.

En relación con esta ruta igualmente se ha descrito que
inhibidores de otra enzima implicada en la síntesis de
isoprenoides, la farnesil difosfato sintetasa, también
tienen capacidad para inhibir el crecimiento de
Plasmodium. Estos compuestos pertenecen al grupo de los
bisfosfonatos y fueron desarrollado s originalmente para el
tratamiento de la osteoporosis pero
posteriormente han demostrado un enorme potencial antiprotozoario
9.

Inhibidores del metabolismo de fosfolípidos y la
actividad mitocondrial

Otro proceso que tiene lugar durante las fases
intraeritrocíticas del parásito es la
síntesis activa de estructuras de
membrana. Uno de los componentes principales de las membranas del
parásito es el fosfolípido fosfatidilcolina cuya
síntesis a su vez depende de la incorporación de
colina exógena a partir de la sangre. Distintos
análogos de la colina exhiben una potente actividad
antimalárica y se asume que inhiben el transporte de
colina que tiene lugar a través de un transportador
específico localizado en la membrana del parásito
75. Varios de estos compuestos exhiben una
potentísima actividad frente al parásito incluso en
modelos
animales y
actualmente se encuentran en fase de optimización sus
propiedades farmacológicas y biodisponibilidad 52.
Algunos de estos análogos también parecen
interferir con la formación de hemozoína.

Existen un conjunto de compuestos que interfieren con la
actividad mitocondrial del parásito. Las fases
intraeritrocíticas tienen un metabolismo mitocondrial
activo estando presentes todas las enzimas implicadas en el ciclo
de los ácido tricarboxílicos y determinados
componentes de la cadena de transporte electrónico.
Así la cadena respiratoria del parásito constituye
un blanco de acción de fármacos siendo ejemplos de
compuestos que actúan a este nivel la Atovaquona un
fármaco que se une al sitio de oxidación del
Coenzima Q en el citocromo B del complejo III. Este
fármaco ha sido utilizado con éxito
en la clínica en combinación con el Proguanilo 45.
Asimismo, inhibidores de la dihidroorotato deshidrogenada una
enzima implicada en la síntesis de novo de pirimidinas
mitocondrial 83 también tienen actividad
antimalárica aunque el desarrollo de compuestos con
propiedades farmacológicas adecuadas está por
llegar. Finalmente hacer referencia a un conjunto de compuestos
análogos del nucleósido uridina que se han
caracterizado como inhibidores del enzima desoxiuridina
trifosfato sintetasa y que han demostrado actividad
antimalárica in vitro. Así se han descrito
varios análogos trifenilmetano activos frente al
parásito y se han determinado las bases moleculares de la
interacción del inhibidor con el enzima blanco
66.

En definitiva, existen varias aproximaciones prometedoras al
desarrollo de nuevos compuestos con potencial
antimalárico. Algunos corresponden a nuevos derivados de
antiguos compuestos de reconocida utilidad clínica y que
presentan ventajas frente a sus predecesores, sobre todo en
relación con el tratamiento de casos de resistencia. Por
otra parte existen toda una serie de nuevas dianas potenciales
que se han mencionado en la presente revisión y que desde
el punto de vista de su papel en la viabilidad y su capacidad de
inhibición constituyen nuevas alternativas al
descubrimiento de antimaláricos. Algunos de los
inhibidores en estudio corresponden a fármacos
desarrollados para otros fines (antitumorales, antibacterianos) y
que en una aproximación de lo que se conoce como química "piggy
back
" están aprovechando la información existente para desarrollar
nuevos compuestos. Es de esperar que en un futuro próximo
lleguen a ensayos
clínicos algunas de estas iniciativas abriendo de esta
manera nuevas perspectivas en el tratamiento de esta devastadora
enfermedad.

Los genes en la
resistencia a la malaria

Receptores de membrana en eritrocitos.

La invasión a las células sanguíneas es
posible gracias a la presencia de un receptor específico
localizado en la membrana del eritrocito. En el caso del P.
vivax
este receptor está relacionado con el
antígeno del grupo sanguíneo Duffy (Fya ó
Fyb). Como la mayoría de la población del África Occidental es
negativa para el fenotipo Duffy, esta población es
resistente a la infestación por el P. Vivax. El
P. falciparum utiliza, en cambio, como
su sitio de unión a las glicoforinas, una familia de las
sialoglicoproteínas de membrana. Sólo hasta muy
recientemente, como se tratará más adelante, se ha
descubierto el sitio específico de esta
interacción.

Tipo de Hemoglobina.

Como los plasmodios son huéspedes en los eritrocitos,
los mecanismos seleccionados por los humanos están
relacionados con la estructura de la hemoglobina, la
proteína que transporta el hierro dentro de los
eritrocitos. Una de las adaptaciones genéticas más
frecuentes es una hemoglobina diferente, la hemoglobina S (la
habitual se denomina hemoglobina A).

De tiempo atrás se conoce que los sujetos heterocigotos
(portadores) de la mutación del gen responsable de la
anemia de
células falciformes y que por consiguiente tienen un alelo
normal de la beta globina y el otro alelo alterado (Hemoglobina
S), resisten mucho mejor la infestación por P.
falciparum
que los

Individuos homocigotos para los genes normales (Hemoglobina A
ó Hemoglobina del Adulto). Cuando el individuo es
homocigoto para los genes de la Hb S ocasiona grave
patología, en la posición sexta de la
β-globina en lugar de un ácido glutámico
aparece una valina y este único cambio es el responsable
de la alteración de la morfología
del eritrocito, que adquiere forma de hoz, y de todas las
demás alteraciones que con gran frecuencia conducen a
la muerte.
Dentro de los eritrocitos con hemoglobina S, el plasmodio crece
con dificultad. En las zonas maláricas, los individuos que
tienen una mezcla de las dos hemoglobinas S y A (heterocigotos)
tienen ventaja frente a los individuos que poseen solamente
hemoglobina normal A; sin embargo, los individuos portadores
solamente de hemoglobina S (homocigotos) tendrán una
enfermedad genética:
la anemia falciforme, que puede ser mortal. El gen para la
hemoglobina S es frecuente en África tropical y
subtropical, en la costa de Arabia, y en la India y el
sudeste de Asia.

Lo interesante del hallazgo es que los pacientes homocigotos
para el gen de la hemoglobina S fallecen muy tempranamente en la
infancia,
antes de alcanzar la edad reproductiva, y por consiguiente, no
pueden transmitir el gen recesivo a la siguiente
generación. En estas condiciones, la heterocigocidad para
la hemoglobina S confiere una ventaja selectiva en aquellas
regiones infestadas por el P. falciparum.

Existen otras formas de hemoglobina, menos frecuentes que la
hemoglobina S, que también son adaptaciones frente al
plasmodio: la hemoglobina C (en África occidental), y la
hemoglobina E, en la India y las islas de Indonesia. La
hemoglobina C es una variante de la β-globina o polimorfismo
que no ocasiona patología, que se reconoce sólo por
la diferente movilidad electroforética de la
proteína, y en el cual en esa misma sexta posición
de la ?-globina, el ácido glutámico ha sido
reemplazado por una lisina. El hallazgo sorprendente de Fairhurst
y cols3 consiste en que mientras los eritrocitos normales, que
tienen hemoglobina A, permiten la unión de los
parásitos a las proteínas de adhesión
conocidas por sus siglas en inglés
como PfEMP-1 (Proteína 1 de membrana del eritrocito de
unión de P. falciparum), con lo cual los
glóbulos rojos se unen a las paredes de los vasos
sanguíneos y no pueden ser destruidos por el bazo, los
eritrocitos de individuos heterocigotos (AC) u homocigotos (CC)
comprometen específicamente esta unión. De esta
manera, tal como ocurre con el rasgo falciforme (AS) la variante
de Hemoglobina C también confiere una ventaja selectiva en
aquellas regiones donde la malaria es endémica.

Deficiencias enzimáticas.

Otra de las adaptaciones de humanos frente a la malaria se
manifiesta como una deficiencia enzimática de la glucosa
6-fosfato deshidrogenasa (G6PD) cuyo gen está localizado
en el cromosoma X (ligada al sexo
femenino).

La falta de la enzima glucosa 6-fosfato deshidrogenasa (G6PD),
es una condición genética muy frecuente en las
personas de zonas endémicas (Cerdeña, Grecia,
Israel, India,
África oriental y occidental y Congo). La más
común es la forma africana de G6PD, la cual está
asociada con una reducción  de entre el 46-58% del
riesgo de
padecer malarias severas 70. Las personas que presentan
deficiencia de la enzima G6PD, sus eritrocitos son muy
susceptibles al daño
oxidativo provocado por los EROs, debido a una disminución
del poder reductor (disminución del glutatión
reducido). Esta patología provoca entonces que los
eritrocitos de estos pacientes mueran y no permiten que el
parásito complete su ciclo de vida
en ellos.

La deficiencia de G6PD, a su vez, está relacionada con
el favismo, una "alergia" a las habas, muy común en
Menorca, que provoca una fuerte anemia que antiguamente
podía ser letal. Cuando no existe el factor selectivo de
la malaria, tanto en lugares en que se ha prácticamente
erradicado la enfermedad (como en la cuenca mediterránea)
como en las poblaciones desplazadas (como la afroamericana), la
frecuencia de estos genes disminuye.

El otro hallazgo espectacular proviene del trabajo de
Stubbs y colaboradores 67 quienes empleando microarreglos
y utilizando modelos "Knockouts", han identificado muy
recientemente el gen PfRh4 como el responsable para la
invasión de los esporozoítos a los eritrocitos.
Este es un avance trascendental en el estudio de la malaria
porque es el que permite al parásito evitar la respuesta
inmune del huésped y superar los polimorfismos, algunos de
los cuales han sido mencionados previamente, presentes en los
glóbulos rojos de los pacientes. Por otra parte, este
hallazgo abre una nueva posibilidad para el desarrollo de una
vacuna que ahora sí parece tener muchas más
aplicaciones preventivas 85

Vacuna contra la
malaria

Actualmente, existe una gran variedad de vacunas sobre
la mesa. Vacunas pre-eritociticas (vacunas que se dirigen a los
parásitos antes de que llegue a la sangre), en particular,
las vacunas basadas en la proteína circumsporozoite (CSP),
forman el mayor grupo de investigación de la vacuna contra la
malaria. Otras vacunas: las que tratan de inducir inmunidad a la
sangre etapas de la infección, las que tratan de evitar
las patologías más severas de la malaria mediante
la prevención de la adhesión del parásito a
las vénulas y la placenta, y la transmisión de
bloqueo de las vacunas que detienen el desarrollo del
parásito en el mosquito justo después de que el
mosquito ha tomado un poco de sangre de una persona
infectada. Es de esperar que la secuenciación del genoma
de P. falciparum proporcionará objetivos para
nuevos medicamentos o vacunas.

El primero en descubrir una vacuna sintética contra la
malaria fue el doctor Manuel Elkin Patarroyo, de origen
colombiano. Entre 1986 y 1988 la vacuna sintética (SPF66)
fue creada y probada en una colonia de micos de la región
amazónica, los Aotus trivirgatus, y en un grupo
de jóvenes bachilleres voluntarios que prestaban su
servicio
militar. Sin embargo, allí comenzaron los problemas,
pues los intereses económicos en juego
entorpecieron la aplicación masiva de la vacuna. La vacuna
se probó en más de 41.000 voluntarios en América
Latina, donde a principios de
1994 fueron inoculados 45 voluntarios que demostraron que la
vacuna induce una fuerte respuesta inmunitaria (entre un 40 y un
60% en los adultos, y hasta un 77% en los niños)
contra la malaria, sin provocar efectos colaterales. Finalmente,
luego de ser evaluada en Gambia, Tanzania y Tailandia, la vacuna
demostró no tener la efectividad aspirada por el Dr.
Patarroyo, por lo cual se detuvo el proceso de fabricación
y vacunación con la SPF66. A partir de este momento los
laboratorios del Dr. Patarroyo se han dedicado a estudiar la
vacuna con el objetivo de
tener un 99.9% de efectividad en todos los casos la SPF66 se
convirtió en la vacuna más efectiva contra la
malaria hasta hoy desarrollada.

El PEC fue la siguiente vacuna desarrollada que inicialmente
parecía suficiente como para someterse a los ensayos.
También se basa en la circumsporozoite proteínas,
pero, además, tiene la recombinante
(Asn-Ala-Pro15Asn-Val-Asp-Pro)
2-Leu-Arg (R32LR) proteína covalentemente a una toxina
purificada Pseudomonas aeruginosa (A9). Sin embargo en
una fase temprana de una falta total de protección de la
inmunidad se demuestra en los inoculados. El grupo de estudio
utilizado en Kenia tuvo un 82% de incidencia de la parasitemia,
mientras que el grupo de control sólo había un 89%
de incidencia. La vacuna se creó con la intención
de provocar un aumento de linfocitos T en la respuesta de los que
están expuestos y esta tampoco fue observada.

La vacuna, bautizada como 'RTS,S/AS02A' ha sido desarrollada
por GlaxoSmithKline Biologicals, y cuenta con la
colaboración financiera de la Fundación Bill Gates y
el apoyo institucional del Ministerio de Sanidad de Mozambique.
En la vacuna, una parte de CSP se ha fundido A la inmunogenicidad
"S antígeno" de los virus de la
hepatitis B;
esta proteína recombinante se inyecta junto a la potente
adyuvante AS02A. En octubre de 2004, la RTS, S/AS02A
investigadores anunciaron los resultados de un ensayo de
fase IIb, con indicación de la vacuna redujo Riesgo de
infección en aproximadamente un 30% y la gravedad de la
infección en más de un 50%. El estudio
examinó más de 2 000 niños de Mozambique. Un
más reciente ensayo de la
RTS, S/AS02A, la vacuna se ha centrado en la seguridad y la
eficacia de su gestión
anterior en la infancia: En octubre de 2007, los investigadores
anunciaron los resultados de una fase I / II b juicio realizado
sobre 214 lactantes de Mozambique entre las edades de 10 y 18
meses en los que el pleno de tres dosis de la vacuna llevado a un
62% de reducción de la infección sin efectos
secundarios graves salvo algo de dolor en el punto de
inyección. Se demora adicional a la
investigación de esta vacuna lanzamiento comercial
hasta alrededor de 2011 85.

Resistencia de
Plasmodium spp a las drogas

Un parásito es resistente cuando sobrevive a una
concentración de la droga que
previamente lo eliminaba. Aunque se ha demostrado resistencia a
varias drogas, la
más importante se refiere a la cloroquina, que se ha
confirmado únicamente en P. falciparum. Se han
hallado cepas resistentes en varios países de América, Asia y África. La
resistencia a la cloroquina puede ser de varios grados.

1.R1: cuando al administrar la dosis usual, la
parasitemia desaparece inicialmente, para luego reaparecer en un
lapso de 28 días (recrudescencia).

2.R2: cuando con dicho tratamiento se consigue la
reducción de la parasitemia, pero sin la total
desaparición de las formas asexuadas del
parásito.

3. R3: cuando no se consigue reducir la parasitemia o
esta aumenta.

La resistencia se puede detectar por varios procedimientos:

1. Epidemiológicamente: se sospecha cuando en
una comunidad en
donde se suministra quimioprofilaxis con cloroquina, disminuyen
los casos de P. vivax y aumentan los de P.
falciparum
.

2. Clínicamente: cuando se trata un paciente
con dosis usuales o aun elevadas, y no se consigue su
curación.

3. Haciendo pruebas in
vitro
con los parásitos circulantes del paciente con
el empleo de distintas concentraciones de la droga. La prueba
in vitro ha demostrado ser bastante sensible para medir
la resistencia o susceptibilidad de P. falciparum a la
cloroquina y a otras drogas 49.

Referencias
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Autor:

Yanetsy Machado Tugores

Raymond Ariel López Pineda

Héctor Zoilo. Serrano Pérez

Alfredo Meneses Marcel

Departamento de Parasitología, Centro de
Bioactivos Químicos, Universidad
Central "Marta Abreu" de Las Villas. Santa Clara, Villa Clara.
Cuba.

Yovani Marrero Ponce

Departamento. Diseño de fármacos
Facultad de Ciencias
Farmacéuticas. Universidad Central "Marta Abreu" de Las
Villas. Santa Clara, Villa Clara. Cuba.

Datos de los autores:

Yanetsy Machado Tugores1, Raymond Ariel López
Pineda2, Héctor Zoilo. Serrano Pérez3, Alfredo
Meneses Marcel4, Yovani Marrero Ponce5.

1 MSc. Parasitología. Lic. En Ciencias
Farmacéuticas. Dpto de Parasitología, Centro de
Bioactivos Químicos.

2 MSc. Parasitología. Dr. Medicina
Veterinaria.
Dpto de Parasitología, Centro de Bioactivos
Químicos.

3 MSc Medicina Preventiva. Dr. Medicina Veterinaria.
Dpto de Parasitología, Centro de Bioactivos
Químicos.

4 PhD Parasitología y Ciencias
Farmacéuticas. Dr. Medicina Veterinaria. Dpto de
Parasitología, Centro de Bioactivos Químicos.

5 PhD Ciencias Químicas. Lic. En Ciencias
Farmacéuticas. Dpto. Diseño de fármacos
Facultad de Ciencias Farmacéuticas. Universidad Central
"Marta Abreu" de Las Villas. Santa Clara, Villa Clara. Cuba.

Partes: 1, 2, 3
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