La preparación de docentes para enfrentar el trabajo preventivo en la Educación Primaria
Resumen
La calidad y
eficacia del
proceso
docente-educativo en la escuela es
determinada por un complejo entramado de factores. Comprende
desde la actualización y estructuración de los
objetivos,
contenidos y demás componentes didácticos en el
currículo que se imparte, el empleo
adecuado de la tecnología
disponible, las condiciones ambientales y materiales de
que se dispone, la relación que logra la escuela con
la familia y
la comunidad,
entre muchos otros. Entre todos ellos es de vital importancia la
preparación del personal docente
encargado de planificar, organizar, dirigir y controlar el
proceso docente-educativo, el empleo eficiente de las vías
disponibles para su superación profesional y el ajuste de
la misma al diagnóstico del colectivo pedagógico
en general y de cada docente en particular. También se
debe tener en cuenta las prioridades que determina el Ministerio
de Educación
para la
Educación en cada curso escolar. En el presente
artículo se aborda la necesidad y vías de
preparación del personal docente de la Educación
Primaria para enfrentar el trabajo
preventivo, fundamentalmente desde la clase.
Artículo
En etapas anteriores al Triunfo de la Revolución
(1959) la superación de docentes en
Cuba no
constituía una prioridad para ningún gobierno y se
caracterizó por depender fundamentalmente de esfuerzos
aislados de pedagogos distinguidos y en instituciones
aisladas. La Revolución
Cubana encontró un panorama desalentador: "Se calcula
que había unos 24 000 maestros trabajando, y se supone,
incluso que una parte de ellos, no eran titulados. Los datos
estadísticos reflejan que se graduaron en todo el
período anterior a la Revolución, alrededor de 29
000 maestros primarios, y se sabe que había 10 000
maestros aproximadamente sin empleo al triunfo de la
Revolución. (…) existían dos o tres
facultades de pedagogía en las universidades, con unos
pocos alumnos. Había seis escuelas de maestros primarios"
(Castro, F., 1985: 5)
La superación de los docentes se concibe
después de 1959, como una prioridad del Ministerio de
Educación y una responsabilidad del Estado, quien
ofrece a cada docente, una vez graduado, garantía absoluta
de ubicación laboral y real
derecho a la superación profesional.
La misión de
la superación profesional de los docentes graduados recae,
actualmente, de conjunto con el Instituto Superior
Pedagógico, en el accionar de los dirigentes educacionales
de cada educación en los diferentes niveles, mediante el
sistema de
trabajo
metodológico, y otras formas de superación
profesional de la Educación de Postgrado.
En el año 1985 cuando Fidel valoraba los logros
alcanzados en el sector educacional manifestó que "estos
logros son posibles debido también a otro gigantesco e
invisible esfuerzo, pero palpable en sus resultados, de
perfeccionamiento del sistema educacional, de perfeccionamiento
de los planes, de los programas y del
material docente; y debido además a los incesantes e
innumerables cursos de superación en los que participan
esos 256 000 profesores y maestros, superación que
pudiéramos llamar incesante, constante (…) a
través de conferencias, a través de seminarios, a
través de cursillos, de todo un sistema de capacitación del personal docente".
(Castro, F., 1985:15)
La Universalización de la Educación
Superior, uno de los programas de la Revolución que se
enmarca en la Tercera Revolución Educacional, permite una
formación de docentes con mayor nivel de
preparación profesional en lo académico, en el
desarrollo de
habilidades profesionales y en su formación integral; a la
vez que exige de los tutores responsabilizados con dicha
preparación, una actualización y
confrontación permanente de sus conocimientos y
habilidades, convirtiéndolos en maestros de maestros. La
superación profesional de los docentes graduados viene a
completarse con la posibilidad de cursar la Maestría de
Amplio Acceso, con menciones en las diferentes educaciones y de
obtener el doctorado.
La superación profesional de docentes otorga una
respuesta necesaria a la actualización sistemática
y la formación permanente, en función de
elevar la calidad de los procesos
educativos. La complejidad de la práctica educativa y los
constantes avances científico-técnicos de las
ciencias
pedagógicas requiere de un personal cada vez más
motivado y con conocimientos, habilidades y actitudes
acorde al momento histórico y al contexto en que se
desarrolla.
En los momentos actuales, el trabajo preventivo
constituye una de las áreas fundamentales que en el
ámbito internacional y nacional cobra un gran significado.
Enmarca diferentes acciones para
elevar la calidad de
vida de las personas y su cultura
general, así como el acceso a las opciones sociales con
igualdad de
oportunidades. El trabajo preventivo encuadra un amplio campo
dentro del cual se destaca la prevención social, por
cuanto el hombre como
ser que vive y se desarrolla en sociedad debe
hacer suyos los valores,
las normas de
comportamientos, los sentimientos, las costumbres y tradiciones
que distinguen a dicha sociedad, así como ser capaz de
trasmitirlos a otros hombres.
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