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Gestión de los recursos tecnológicos en el ámbito empresarial y su vínculo con la oferta proveniente de la Universidad (página 2)



Partes: 1, 2

A criterio de Hidalgo, A., León, G. y Pavón, J.2
(2002) la estrategia
tecnológica debe exponer con claridad las siguientes
decisiones:

  • El grado de riesgo implícito, que varía
    desde la aplicación o mejora de tecnologías
    existentes hasta el desarrollo de otras completamente
    nuevas.

  • El grado de intensidad en el esfuerzo tecnológico,
    que puede variar desde una investigación exploratoria
    hasta la compleja aplicación industrial.

  • La distribución del presupuesto destinado a la
    tecnología entre las diversas opciones
    tecnológicas elegidas.

  • La elección de la posición competitiva para
    cada tecnología (líder, seguidora,
    búsqueda de nichos de mercados,.)

  • 3. La incorporación y transformación de
    los avances de la ciencia y la tecnología en la
    solución de problemas económicos y sociales
    identificados en un marco de sostenibilidad.

Consecuentemente la innovación
tecnológica no se puede dejar a la generación
espontánea, sino por el contrario, debe ser de forma
planeada, organizada y controlada por lo que a
continuación se pone a consideración las funciones
básicas de la Gestión
de la innovación para asegurar la consistencia y
éxito
de la misma.

Funciones de la
Gestión de la Innovación
Tecnológica

Autores como: Morin y Seurat (1991, 1998); Bulgerman, Maidique
y Wheelwright (2001); Hidalgo (2001); han conceptualizado las
funciones para conseguir una eficiente gestión de la
innovación tecnológica, aunque existen
pequeñas diferencias se pueden distinguir las siguientes
áreas de actuación:

1. Inventariar: consiste en analizar las
tecnologías de la empresa, tanto
aquéllas que utiliza porque dispone de las mismas, como
las que no, pero que podría llegar a aprovechar, bien
mediante su desarrollo o
adquisición a otras empresas.

2. Vigilar: significa estar alerta
sobre la evolución de las nuevas
tecnologías, sistematizar las fuentes de
información de la empresa, vigilar
la tecnología de los competidores, así
como identificar el impacto posible de la evolución
tecnológico sobre las actividades de la empresa.

3. Evaluar: Su objetivo es el
estudio y análisis de la competitividad
que proporcionan ciertas tecnologías, así como la
determinación de su potencial.

Inventariar, vigilar y evaluar son funciones que contribuyen a
identificar aquellas tecnologías que parecen necesarias.
Es decir, identificar sus demandas tecnológicas,
entendiéndose como la definición de los
requerimientos tecnológicos que se necesitan para afrontar
nuevas estrategias de
desarrollo.

Una vez conocidas las necesidades tecnológicas de la
empresa, se procederá a determinar cuáles se
resolverán mediante la capacidad innovadora
endógena, cuál con I+D exógena y cuál
con transferencia tecnológica. Para esto, se da paso a la
siguiente función.

4. Enriquecer: el patrimonio de
la empresa.

5. Asimilar: una vez realizado los pasos
anteriores, es posible asimilar y actuar en la explotación
del potencial tecnológico.

6. Proteger: la tecnología de la
empresa mediante el establecimiento de una política de propiedad
intelectual que incluya: patentes, derechos de
autor, marcas,
diseños industriales y secretos.

Para ejecutar estas funciones, la empresa desarrolla o
implementa herramientas
que le permiten irse adaptando sistemáticamente al
entorno, y la obliga a realizar los procesos de
innovación mucho más rápidos, continuos y
eficientes; a aumentar su productividad y a
acortar el ciclo de vida
de sus productos; a
la utilización creciente de recursos
tecnológicos externos y compartidos; a constituir equipos
virtuales y alianzas; a aumentar la celeridad en los cambios
tecnológicos que conciba e irse así acercando cada
vez más a las fronteras tecnológicas. Todo esto
como necesidad y respuesta a las demandas asociadas a la
globalización y al desarrollo de las TIC.

Por lo tanto, los directivos de la empresa deben tener
claridad acerca de los procedimientos y
formas a través de las que se puede renovar la
tecnología, pues la decisión más importante
con la gestión del recurso tecnológico está
ligada al paso de una tecnología a otra, conocer cuando es
más conveniente abandonar una tecnología y comenzar
el proceso de
adopción
de otra responde a una visión estratégica de
la
organización en su conjunto, por lo que a
continuación se expresan algunas ideas sobre este
aspecto.

Adquisición de tecnología en la
empresa

La adquisición de tecnología por una empresa puede
ser estimulada por la necesidad de resolver un problema
técnico de algún proceso, para hacer frente a una
oportunidad de mercado que ha
detectado, para respaldar una decisión de crecimiento de
la empresa o la producción de un nuevo producto, para
bajar costos de
producción, para disminuir los impactos ambientales de
la producción, para reforzar tecnologías
desarrolladas, para contar con la misma tecnología que
tiene la competencia y, si
es posible, con una tecnología de mejor desempeño.

Por lo que la adquisición de tecnología es un
proceso encaminado a satisfacer las necesidades
tecnológicas de una empresa en una doble vertiente:

. Por la necesidad de crear o mejorar la productividad y
eficiencia de
los procesos. Para tratar de integrar o mejorar su capacidad de
producción, las empresas adquieren normalmente equipos,
bienes de
capital,
ingeniería y servicios de
gestión, o bien habilidades y know-how para
operación y mantenimiento
de la planta.

. Por la necesidad de generar o fortalecer la capacidad
tecnológica de la empresa para innovar y diferenciar sus
productos de sus competidores. Cuando se trata de generar o
fortalecer su capacidad tecnológica las empresas compran o
licencian conocimientos, pericia y experiencia para generar y
manejar el cambio
técnico en la organización.

Medellín y Velásquez 2005 presentan
una metodología del proceso de
adquisición de tecnología que consta de las
siguientes etapas3:

1. Identificación de necesidades tecnológicas de
la empresa.

2. Búsqueda de tecnología.

3. Evaluación
de alternativas tecnológicas.

4. Negociación para compra, licencia u otra
modalidad de adquisición.

5. Adaptación de tecnología.

6. Asimilación tecnología.

Por otro lado, no siempre las organizaciones
poseen las tecnologías que requieren para el desarrollo de
sus proyectos y
futuras actividades y se hace necesario gestionarlas mediante su
generación en el seno de la organización, su
adquisición en el mercado tecnológico o
incorporándola desde otra organización, utilizando
la cooperación entre empresas. Para lo cual, una empresa
dispone de diversos métodos de
adquisición de tecnología:

  • Compra de tecnología.

  • Franquicia.

  • Licenciamiento de patentes, marcas u otras figuras de
    propiedad intelectual.

  • Transferencia de tecnología.

  • Acuerdo de subcontratación para fabricar
    componentes o componentes de ensamble

  • Desarrollo interno: investigación y desarrollo
    (I&D) realizada en la empresa.

  • Asociaciones de riesgo compartido (joint
    ventures
    ).

  • Proyectos de investigación y desarrollo de
    tecnología contratados por la empresa con centros de
    investigación, universidades, tecnológicos,
    empresas de consultoría o de ingeniería.

Como se evidencia la tecnología que utiliza una empresa
puede ser generada internamente, mediante la actividad
investigadora o adquirirse en el exterior. En cualquier caso, si
la empresa quiere conseguir y mantener una ventaja de carácter tecnológico que sustente su
competitividad y su posición de dominio en el
mercado debe favorecer la
investigación y desarrollo propio, pues la
adquisición de tecnología ofertada en el mercado se
encuentra al alcance de cualquier empresa competidora y, por
tanto, no suele proporcionar a la empresa ventajas
adicionales.

Aunque, con la complejidad y la rapidez de los cambios
tecnológicos se hacen materialmente imposible que una
empresa pueda generar por si misma todas las tecnologías
que necesita, y a la vez resulta extremadamente difícil la
asimilación de tecnologías genéricas sin una
capacidad de investigación y desarrollo propio. Por
consiguiente ambos planteamientos son complementarios.

Así mismo, la adquisición de tecnología
debe convertir los procesos de compra de tecnología en
procesos que permitan verdadera transferencia de
tecnología; orientando la gestión a adquirir las
capacidades tecnológicas para usar adecuadamente la
tecnología, adaptarla y mejorarla, más que adquirir
una capacidad productiva.

Por lo tanto, resulta crucial para el éxito de las
innovaciones tecnológicas la vinculación con otras
empresas, con proveedores de
insumos, materiales y
tecnología con clientes y
usuarios potenciales del resultado de la innovación, con
universidades y centros de desarrollo tecnológico, con
firmas de ingeniería y consultaría; que deben ser
planeadas, organizadas y ejecutadas de forma deliberada.

De éstas múltiples formas se analizará en
respuesta al objetivo planteado para este capítulo en
particular, lo concerniente a la universidad y su
papel como proveedor de tecnologías nuevas o transferidas
para la empresa, en un proceso de intercambio que cuando se
realiza de forma coherente provocan sinergias entre ambas
organizaciones lo que incide de forma positiva en la
transformación del entorno en que ambas conviven.

Gestión de
la innovación tecnológica en la
Universidad

Como todas las instituciones,
la Universidad ha cambiado sus patrones de comportamiento
a lo largo de la historia. En su inicio en
Europa, en la
época medieval, su objetivo consistía en la
custodia y transmisión del conocimiento.
Luego en la primera mitad del siglo XIX, la universidad alemana
se abre a la producción de nuevos conocimientos,
incorporando la investigación a la industria
universitaria. Al igual que la actividad docente, la
función investigadora universitaria experimenta cambios
durante el siglo XX: los mayores requerimientos de generar
resultados socialmente útiles o la mayor
financiación empresarial de la investigación
académica hacen que se vinculen más estrechamente
con las necesidades de su entorno socioeconómico (INGENIO,
2002)4

Así, según Gómez (2001) el concepto de
gestión tecnológica para las universidades que
daría definido como:

El conjunto de las decisiones en la Universidad sobre la
creación, adquisición, perfeccionamiento
asimilación y comercialización de las tecnologías
requeridas por ella y por el entorno que la rodea.

Por lo tanto, la universidad mediante una estrategia
científica tecnológica que incluye procesos de I+D,
innovación y transferencia de tecnología para si
misma y la sociedad, es
la llamada a buscar coherencia entre sus posibilidades
científicas y las necesidades productivas del territorio
donde se encuentra.

De ahí que la Universidad es una fuente potencial de
enriquecimiento tecnológico para las empresas. Mediante la
interrelación Universidad – Empresa, la Universidad
canaliza los problemas
presentes en el contexto social y condicionan sus procesos
fundamentales para dar respuesta a dichos problemas.

Según García y Pomares (2009)5 en el
artículo Innovación social y desarrollo local,
añaden que la gestión universitaria del
conocimiento y la innovación para el desarrollo debe dar
respuesta a cuatro grupos de
demandas:

  • Resultados estratégicos

  • Resultados aplicados y desarrollo
    tecnológicos

  • Resultados de innovación

  • Resultados básicos, aplicados y de
    innovación

Con la finalidad de apoyar la Generalización de
Resultados
que no es mas que el proceso de asimilación
e implantación por parte de los Organismos de la
Administración Central del Estado,
Territorios, Empresas y otras Entidades Estatales, de aquellos
resultados científicos y técnicos ya probados y
útiles, generados en el país o fuera de
éste, que contribuyan a mantener o elevar la eficiencia,
eficacia,
calidad y
competitividad en el cumplimiento de las producciones y los
servicios.

Es decir que la innovación tecnológica transite
desde la idea hasta su materialización, en forma de
satisfacción de una necesidad y/o demanda
social, económica o ambiental de los hombres, las
comunidades y las instituciones sociales, económicas y
administrativas.

Recogidos por las empresas y organismos en el Plan de
Generalización
que es la expresión ordenada de
un análisis colectivo de factibilidad
técnico-económica sobre la necesidad, viabilidad y
conveniencia de introducir un determinado resultado
científico-técnico, que se traduce en forma de
tareas; responde a las estrategias innovativas, demandas técnicas,
plan de
negocios, bancos de
problemas y actividades priorizadas de cada nivel y forma parte
de sus respectivos Planes de Ciencia e
Innovación Técnica.

Por lo tanto, la universidad debe buscar alianzas con la
empresa que le permitan la generalización de resultados o
el cierre del ciclo de la innovación tecnológica,
es decir que las investigaciones
realizadas en el seno de la universidad, transiten desde la idea
hasta su materialización, en forma de satisfacción
de una necesidad de la sociedad.

Razón por la cual en el siguiente epígrafe se
aborda el vínculo Universidad-Empresa.

Vínculo
Universidad – Empresa

La empresa que sale a competir con éxito en un mundo de
mercados
globalizados es sólo la punta del iceberg de una extensa
red anclada en el
espacio de la productividad y de la calidad. En este tipo de
empresa competitiva, sus productos acaparan la atención en el mercado porque poseen una
serie de atributos, entre los cuales el precio es solo
uno de ellos y muchas veces no es el más crucial; la
confiabilidad, calidad, tiempo de
entrega, etc., puede ser tan o más importante.

Para lograr estos atributos, además de mejorar su base
tecnológica, invertir en maquinaria y equipos, hacer
cambios en la organización de la producción y
reconvertirse a aquellos rubros en que realmente puedan tener
ventaja; las empresas necesitan la vinculación o
asociación con las universidades, lo cual permita contar
con un recurso humano calificado y de alto nivel.

Por otra parte, el
conocimiento acumulado, institucionalizado y
multidisciplinario que se requiere para la búsqueda de las
soluciones a
los problemas complejos de la producción y el uso de
tecnologías es patrimonio fundamental de las
universidades, por lo que: "la interacción o vinculación entre la
universidad y la empresa es de carácter no solo deseable
sino inevitable", (Plosky, 1995).

Adicionalmente, se suma la necesidad de la universidad de
diversificar sus fuentes de
financiación, incorporando desde mediados del siglo XX,
una nueva función: la vinculación con la empresa
mediante instrumentos como la prestación de servicios, la
consultaría o asesoramiento, la contratación de
I+D, entre otros.

Esto ha conducido a la aparición en los países
industrializados de la llamada "universidad empresarial" o
"universidad emprendedora", que se han convertido en
motores
económicos y revitalizantes del entorno social más
próximo. En ellas, las actividades de investigación
aplicada al desarrollo, la transferencia de conocimientos
a la empresa, la promoción de empresas mediante incubadoras
y parques científicos y tecnológicos, la
formación continua para satisfacer necesidades de la
sociedad, son actividades importantes que se llevan a cabo
sistemáticamente, con gran dedicación de recursos
humanos y materiales.

En tal contexto, la vinculación Universidad –
Empresa no debe ser vista solamente como el aprovechamiento
ocasional de las capacidades universitarias ya acumuladas. Como
lo expresa UNCTAD, (1993) requiere de estrategias activas para la
construcción conjunta de ventajas
competitivas, donde la vinculación se presenta en
diferentes planos: i) la formación del staff que la
empresa requiere para crecer e innovar, a nivel de grado,
posgrado o especialización; ii) suministro de
conocimientos mediante acuerdos de cooperación y
transferencia, incluyendo servicios de investigación; y
iii) interacción entre investigadores y profesionales de
universidades y empresas, como medio de facilitar la
circulación de información sobre tecnologías y sus
fuentes de obtención6

Por lo tanto, el vínculo entre la universidad y la
empresa tiende a desarrollarse en tres áreas: la
investigación y desarrollo, la transferencia de
tecnología y el desarrollo de los recursos humanos.

Al mismo tiempo esta relación Universidad – Empresa
resulta beneficiosa tanto para la empresa como para la
Universidad.

Al respecto Vessuri y Díaz (1985) argumentan los
beneficios que obtendría la universidad con la empresa o
el sector productivo,

  • posibilidad de aplicar en forma práctica el
    conocimiento teórico;

  • contacto con las industrias locales;

  • la actualización del conocimiento que imparte;

  • ubicación rápida de los profesionales que
    produce;

  • obtención de recursos financieros.

Y por otra parte, la empresa obtendría de la
vinculación con la universidad:

  • asesoramiento gerencial,

  • asistencia multidisciplinaria,

  • experiencia flexible,

  • actualización del conocimiento,

  • entrenamiento de su personal,

  • una vía para reclutar jóvenes talentos.

  • acceso a nuevas tecnologías

Sin embargo, y pese a esa realidad no ha habido una
vinculación fluida y fructífera entre la empresa y
la universidad, (SELA, 1997).

Al respecto Marschoff (1992) añade que los conflictos
más concretos para la vinculación son:

  • diferencias estructurales entre ambos sectores, tanto en
    el plano operativo como en el plano cultural (percepciones
    diferenciadas de investigación frente a proyectos
    conjuntos);

  • diferencias en el grado de compromiso (la
    sobrevaloración que cada uno hace de su propio
    aporte);

  • diferencia de objetivos (perseguidos en ambos casos).

A pesar de las barreras existentes, la universidad, sin duda,
juega un papel importante para conseguir el propósito con
relación a activar, completar y perfeccionar el proceso de
gestión de la innovación tecnológica en la
empresa.

En el establecimiento de esta colaboración, ha surgido
la necesidad de crear estructuras e
instrumentos de enlace que faciliten y contribuyan a que la
relación Universidad- Empresa alcance el éxito
esperado por ambas partes. La cual se materializa a través
de las interfases.

Para Fernández de Lucio (2000), la interfaz "es una
unidad establecida en un entorno o en su área de
influencia que dinamiza, en materia de
innovación tecnológica, a los elementos de dicho
entorno o de otros y fomenta y cataliza las relaciones entre
ellos."7

Por lo tanto es indispensable que se establezcan redes de cooperación
que faciliten el accionar entre empresas, universidades y las
entidades de interfaz, para enfrentar los desafíos de este
mundo globalizado de alta competitividad y de mayor complejidad.
Para tener una idea general de las particularidades y diferencias
de la relación Universidad – Empresa, se
describirán algunas características relevantes en
el siguiente epígrafe.

Experiencia en países europeos y en EEUU.

Algunos de los mecanismos de relación Universidad –
Sector productivo de mayor presencia internacionalmente en la
actualidad, son las siguientes:

  • Parques Tecnológicos

  • Oficinas de Transferencia de Resultados de
    Investigación (OTRI)

  • Spin-Off

  • Fundaciones Universidad-Empresa

  • Centros de Enlace para la Innovación (CEI)

Experiencias en los países de América
Latina.

Los países de América
Latina y en realidad ninguna de las naciones en vías de
desarrollo, han logrado organizar adecuadamente las acciones para
facilitar el nexo entre la universidad y el sector empresario.

La situación de dependencia desde la época de la
colonia provocó que la economía de estos países se moviera
sobre las base de las actividades: primarias, agrícola,
minera, ganadera, con un mercado de ocupación muy limitado
sin introducir valor agregado
a estos productos porque en esencia solo se constituyeron en
grandes proveedores de materia
prima.

De ahí que los gobiernos optaran por financiar
proyectos de infraestructura ligados a hacer más eficiente
la explotación primaria, la falta de exigencias de
competitividad determinó que la inversión en investigación y
desarrollo por parte de las empresas fuera muy baja, y por ende
la vinculación con la Universidad tuvo mucho menos
intensidad que la existente en los países
industrializados.

Además en el sector productivo de América Latina
participan las empresas multinacionales, las que algunas veces
procuraron la cooperación restringida de las universidades
para instalarse en la región, dado que la mayor parte de
las tecnologías era importada, concentrándose en la
adaptación de recursos y técnicas a las condiciones
y mercados de la región y a sus propios intereses.

Por otra parte, las universidades de América Latina
afrontan:

En los últimos años el fenómeno de la
globalización, y la política
neoliberal asumida por la mayoría de los gobiernos
latinoamericanos, ha impuesto a la
empresa, para su supervivencia el desafío a la
competitividad internacional que exige incorporar nuevas
tecnologías, tanto en lo referido a los procesos
productivos como a la gestión administrativa, la planificación
estratégica, la organización etc., y una
imperante necesidad de alianzas con el sector productivo.

De ahí, que surgen las condiciones, propias del
desarrollo, en el caso de América Latina, que lograron
implementar la necesidad de sacar los estudios fuera del recinto
universitario y se experimenta precisamente, en países
como Argentina, México,
Brasil, y
Chile, dado por la incipiente Globalización Neoliberal y
siendo estos países laboratorios de prueba de su nuevo
modelo, que
marca un
desarrollo científico y tecnológico, pero a su vez
una diferencia abismal entre los países ricos y pobres,
por la forma de dominación disimulada en libertades
económicas.

Sin embargo, la cooperación entre empresas y
universidades en la región Ibero-Americana ha sido
estimulada en gran medida por la cooperación internacional
a través de programas como:
Ciencia y
tecnología para el desarrollo (CYTED),
Organización de Estados Americanos (OEA), Programa para el
desarrollo de las Naciones Unidas
(PNUD), Centro Interuniversitario de Desarrollo (CINDA) y
otros.

En general la situación puede resumirse en los
siguientes factores:8

  • Débil inversión nacional en
    investigación y desarrollo.

  • Poca participación del sector privado en
    actividades de investigación para el desarrollo.

  • Débil masa crítica de investigadores y
    administradores de proyectos.

  • Lento crecimiento y renovación de la comunidad
    científica.

  • Ausencia de una política nacional que establezca
    líneas y prioridades.

  • Débil percepción, tanto en la Universidad
    como en la empresa, de las ventajas de la
    cooperación.

  • Débil cultura innovadora en los empresarios.

Confirmando la situación en la que se encuentra
Latinoamérica, en publicaciones más
recientes, no se han encontrado elementos sustanciales, que
modifiquen la situación, al respecto la CEPAL
publicó un artículo en diciembre del 2008,
denominado Capital de Riesgo e
innovación en América Latina, donde el investigador
Luis Felipe Jimenez indica que: "Las estadísticas disponibles señalan
que, en comparación con economías avanzadas y con
las economías asiáticas de industrialización
reciente, la región muestra un
importante rezago en I+D. En la región, Brasil exhibe los
mayores niveles de inversión en I+D, a considerable
distancia de los países que le siguen: Chile, Argentina y
México.

Por lo tanto, sin investigación los países no
pueden producir bienes de mayor valor agregado, que pueden ser
exportados al resto del mundo a precios
más altos. A menos que América latina entre en la
carrera de la innovación, la mayoría de sus
países estarán condenados a seguir exportando
materias primas.

En medio de este cuadro poco alentador surge un reto y una
oportunidad para la universidad latinoamericana, lograr un
auténtico desarrollo social
sostenible, potenciando el vínculo Universidad –
Empresa, por medio de la Investigación y Desarrollo,
transferencia de tecnología y el desarrollo de los
recursos humanos, transformando a la Universidad en un gran
centro de I&D para el contexto donde ella se mueve.

Análisis
de la situación de la vinculación Universidad-
Sector productivo en Cuba

A partir de 1959, comienza un proceso de desarrollo de
la ciencia en
Cuba generado
por las transformaciones económicas, políticas
y sociales impulsadas por el triunfo de la revolución
cubana. Se incorpora al que hacer de las Universidades
cubanas desde el inicio de la Reforma Universitaria en el
año 1962, y se convierte en una de las estrategias de
desarrollo del Ministerio de Educación
Superior desde su surgimiento en 1976.

En esta etapa se crearon condiciones políticas,
materiales y humanas tratando de dirigir la actividad
investigativa universitaria hacia la solución de los
problemas básicos para el desarrollo del país,
propiciando un vínculo más o menos lejano con los
productores, y de forma muy directa con la superestructura
económica y científica, la que a través de
estos planes debía asegurar la introducción de los resultados obtenidos a
la práctica social. Contrariamente de lo esperado se
produce un aislamiento entre la actividad científico
técnica por un lado y la producción de bienes y
servicios por otro.

Además hay que añadir el espíritu poco
innovador de los empresarios, debido a las relaciones
económicas existentes y la existencia por otra parte de un
mercado seguro y no
competitivo.

Posteriormente se da paso a la etapa en la que el desarrollo
científico es empujado por la ciencia, en el que cualquier
resultado obtenido de la I&D en un área de
universitario se convertía en un objeto de un proceso
denominado "de introducción" desarrollado por el
investigador y sus dirigentes administrativos, cuya meta era
lograr que se convirtiera en un nuevo producto, procedimiento de
trabajo o
cualquiera otra forma que pudiera tener su aplicación
práctica esto se convierte en una regularidad para todas
las universidades cubanas.

Sin embargo, el sistema
empresarial operado básicamente por el mercado interno y
funcionando con una tecnología obtenida en condiciones muy
ventajosas continuó descansando en su totalidad en la
transferencia de tecnología.

La década de los noventa del siglo pasado trajo cambios
derivados de la crisis
económica sufrida por el país. Con la
desaparición del Campo Socialista, la
desintegración de la URSS y el Consejo de Ayuda Mutua
Económica (CAME), Cuba tiene que enfrentar un programa de
emergencia económica  que incluye, entre otras
medidas, ampliar la obtención de recursos financieros y
materiales mediante la realización de servicios
científico técnicos por parte del personal de la
comunidad
científica sobre la base de la contratación
económica. Es en estas condiciones se crean los polos
científicos productivos que tienen el encargo de detectar
y, darle curso a aquellas necesidades que mayor influencia tienen
en el desarrollo
económico del país, su carácter debe ser
básicamente referidos por tanto a la investigación
básica, queda un espacio para la I&D del sector
productivo en el que se hace necesario estimular mecanismos que
acerquen más el potencial universitario a la realidad
económica productiva del territorio.

Además surgen organizaciones especializadas en el
fortalecimiento del vinculo I + D – empresa cubana y  sector
empresarial extranjero existente en el país, como la
Empresa de Gestión del
Conocimiento y la Tecnología (GECYT) del Ministerio de
Ciencia, Tecnología y Medio
Ambiente, en 1993  y el Centro de Estudio de
Tecnologías de Avanzada (CETA), en 1994, por acuerdo de la
Universidad Politécnica de Valencia y el Instituto
Superior Politécnico "José Antonio Echevarria".
Posteriormente, al reconocerse la importancia de las estructuras
de interfaz en los proceso de innovación
tecnológica, Surgen entonces las Oficinas de Transferencia
de Tecnología o de Gestión de Tecnológica en
las universidades y los Centros Información y
Gestión Tecnológica (CIGET) en el Ministerio de
Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y
estructuras similares en los institutos de investigación
nacionales.

Las oficinas de interfases son las encargadas de realizar los
esfuerzos encaminados a vender el producto. Reforzando la
filosofía de ventas de esta
etapa.

Con el afán de continuar avanzando para lograr un
auténtico desarrollo, se propone la
universalización de la educación
superior. Es así, que la universidad cubana inicia una
nueva etapa caracterizada por un proceso de despliegue que
incluye no sólo las instalaciones universitarias
tradicionales, sino también, la incorporación de
nuevas sedes y aulas universitarias en todos los municipios del
país ¨ Sedes Universitarias Municipales ¨
(SUM).

Con el objetivo no sólo de cursar carreras, sino contar
con la capacidad potencial para producir, difundir y aplicar
conocimiento para contribuir consecuentemente con el desarrollo
local.

Al respecto Gómez, González y Uset9 expresan
¨ La aparición de las Sedes Universitarias Municipales
plantea nuevas oportunidades y desafíos a la
gestión del conocimiento, la ciencia, la tecnología
y la innovación desde las universidades. Las SUM
constituyen la innovación institucional que abre un nuevo
capítulo en las posibilidades reales de contar con
instituciones dinamizadoras de la gestión del conocimiento
en el nivel territorial. Con las SUM surge un "eje local"
aglutinador de las capacidades humanas para gestionar el
conocimiento y la innovación en los territorios. Las SUM
en sus interrelaciones con los restantes actores locales, con las
universidades, instituciones científicas y otras, pueden
participar activamente en una gestión del conocimiento que
atienda las necesidades del desarrollo social en el nivel local,
a través de la promoción de acciones de capacitación, investigación e
innovación. Tienen la posibilidad además de enlazar
mediante diferentes alternativas a la localidad con agentes
regionales, provinciales y nacionales que pueden construir redes
que canalicen los conocimientos, las tecnologías y
permitan atender las necesidades sociales de los territorios.
¨

Por lo cual los CUM al estar ubicada en el contexto local
permanente mucho más cerca de las demandas empresariales y
de la localidad (cuyas prioridades se vinculan básicamente
a la producción de alimentos,
vivienda energía, agua, el
desarrollo y ordenamiento territorial urbano y rural, industrias
locales y los servicios a la población), está en capacidad por
tanto de privilegiar la transferencia de tecnologías y
saberes, evaluarlos, adaptarlos y utilizarlos eficientemente en
función del desarrollo social.

Así mismo, las sedes centrales de las universidades
además de atender los CUM, deben participar activamente en
este conjunto de transformaciones y contribuir al desarrollo
local mediante sus conexiones con los centros municipales.

Es preciso aclarar que, a partir de diciembre del año
2008, las SUM entran en un proceso de perfeccionamiento.
Razón por la cual, desde el 14 de julio del 2009 toman el
nombre de Centros Universitarios Municipales (CUM).

Existen experiencias de universidades que aportan sus
conocimientos en la solución de problemas en los
municipios. Así por ejemplo se pueden citar:

En el caso de la vivienda, la contribución de las
carreras de Ingeniería
Civil y arquitectura en
el Instituto Superior Politécnico ¨ José
Antonio Echeverría ¨, Universidad Central de Las
Villas, Universidad de Camagüey, Universidad de
Holguín y Universidad de Oriente, al desarrollo de una
industria local de materiales de construcción, así
como al desarrollo urbano y diseño
arquitectónico y sistemas
constructivos en ciudades y pueblos.

Como se puede evidenciar en Cuba se han realizado innumerables
esfuerzos, para lograr un desarrollo de la ciencia y la
tecnología, y al mismo tiempo la interconexión de
la universidad con el sector productivo, no obstante, aun queda
mucho por hacer, ya que todavía no se han obtenido los
resultados esperados que demuestren una coherencia entre los
esfuerzos científicos de las universidades y las demandas
de la producción.

Las CUM constituyen un nuevo actor, con un potencial que puede
llegar a ser determinante en cuanto al logro de su desarrollo
local sostenible basado en el conocimiento y la
innovación. La actividad de investigación de los
CUM deberá tener un alto peso de innovación
tecnológica y transferencia de tecnología
pertinente con las demandas del desarrollo local, complementadas
con la actividad de investigación e innovación
tecnológica de la sede central de la universidad.

No obstante, no se deben sobrevalorar el papel que
desempeñan los CUM y dejar de lado los otros actores, por
el contrario se debe buscar establecer una dinámica de cooperación entre
empresa, universidad, CUM y otras entidades de interfaz.

Conclusiones

En un primer momento esta la empresa como actor que requiere
desarrollar competencias para
poder competir
con mejoras en la calidad de productos y/ o servicios, mejoras en
la productividad y optimizar los servicios al cliente e iniciar
un crecimiento autosostenible a largo plazo. Para esto requiere
apropiarse de conocimientos sobre los diversos aspectos de
gestión de la innovación tecnológica, que le
permitan aprovechar oportunidades mediante la elaboración
e implementación de proyectos que respondan a los nuevos
problemas y necesidades del mercado.

Y como un vértice principal está la universidad,
pues le corresponde diseñar portafolios ajustados a las
necesidades del sector productivo. Así, los mecanismos de
vinculación se fortalecerán con propuestas
novedosas para el sector productivo y, en consecuencia, se
ampliará la base de conocimientos y nuevas fuentes de
recursos.

Referencias
bibliográficas

  • 1. Garea, B. y Quevedo, V. 2009. Curso
    Innovación para el Desarrollo. Gestión de la
    innovación. Editorial Académica. P. 14.

  • 2. Hidalgo, A., León, G. y Pavón, J.
    2002, La gestión de la innovación y la
    tecnología en las organizaciones. Ediciones
    Pirámides. P. 112

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  • 4. Instituto de Gestión de la
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  • 5.  García y Pomares 2009. Universidad para
    todos. Curso Innovación para el desarrollo Parte
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  • 6. UNCTAD, 1993, Taller "Universidad y Empresa
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  • 7. Fernández de Lucio y Col. Las relaciones
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  • 8. Eguez, P. 1995, Integración del Sector
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  • 9. Gómez, G y González, M. 2007. Papel
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Autor:

Paola Villa Gómez

Partes: 1, 2
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