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El paradigma médico social y la competencia comunicativa del profesional de Ciencias Médicas (página 2)



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La relación entre las personas se
comprende como una relación Sujeto-sujeto. La
relación social de comunicación se concreta o se manifiesta en
todas las formas humanas de actividad, fundamentalmente en la
relación laboral. Durante
el trabajo los
hombres tienen y satisfacen la necesidad de comunicarse o
interactuar con otros para organizar y coordinar las acciones que
le permiten satisfacer los fines y los intereses que impulsan su
actividad, desde la
organización de la caza en la comunidad
primitiva hasta la organización de una institución de
salud.

La comunicación como tipo específico de
actividad humana requiere de algunas habilidades básicas
como:

  • Aprender a escuchar o realizar la escucha
    "empática" : que significa escuchar con la
    intención de comprender, o sea, procurar primero
    comprender a la otra persona –tanto emocional como
    intelectualmente- y después ser
    comprendido;

  • Exponer las ideas propias con claridad,
    gráficamente y en su contexto para aumentar la
    credibilidad de las ideas;

  • Ser paciente y respetuoso, no presionar ni
    "empujar"; dejarse influir es la clave para influir en los
    otros. Cuando un individuo se abroga el derecho de dirigir su
    actividad hacia otro que lo debe obedecer y no puede
    desplegar, a cambio, su propia iniciativa, se pone de
    manifiesto una forma de comunicación que puede
    representarse como una relación Sujeto –> Objeto,
    en el sentido de que el primero trata al otro no como un
    igual sino como un ser ajeno, no como un ser activo, sino
    como un ser pasivo y receptivo.

La forma opuesta, que, naturalmente transcurre
según el esquema S <–> S, es el
vínculo donde ambos individuos se perciben y,
consiguientemente, se tratan o se comunican como sujetos. Debe
decirse que este es el modelo de
comunicación que consigue la máxima efectividad y
el desarrollo
multilateral de los individuos y de las organizaciones
humanas.

La
comunicación es una forma general de actividad que
rige el comportamiento
de los hombres esta también presente en el mundo de la
salud y posee sus peculiaridades. La relación
médico-paciente como modelo de comunicación
fundamenta el comportamiento del profesional de las ciencias
médicas.

En dependencia del modelo de comunicación que
esté en la base de su comportamiento, así
serán las funciones y las
relaciones que contraerán entre sí los
médicos y los pacientes (y, naturalmente, cualesquiera
individuos que interactúen dentro de este campo). Es
así que del modelo de comunicación que configura su
intercambio depende la conducta moral o
ética
que orientará y caracterizará su trato.

El modelo de comunicación como fundamento del
paradigma
Medico social.

La relación de comunicación constituye una
ley o
regularidad general de la actividad humana que no sólo
fundamenta la naturaleza
ética de las relaciones entre los hombres, sino que
fundamenta también el modelo de conocimiento
de las ciencias. Las ciencias médicas no son una
excepción. En la base de las ciencias médicas
encontramos siempre un modelo de comunicación que le
confiere al tipo de saber y a la práctica médica
que le es afín, su naturaleza peculiar y sus
características.

El paradigma médico tradicional tiene la
tendencia a basarse una relación de comunicación
del tipo:

Sujeto –> Objeto. Es por eso que, en general, esta
práctica médica, que "se reduce" a los fines de
curar y rehabilitar, reserva al médico la función de
sujeto y al paciente como sujeto pasivo que asume las decisiones
que emanan de la experiencia y la decisión del
profesional, con un enfoque paternalista de la relación.
Pero el modelo más avanzado de la medicina
actual que, además de curar y rehabilitar se propone
prevenir la enfermedad y promover la salud, tiende a basarse en
el modelo opuesto de comunicación, donde el médico
y el paciente entran en relación recíproca como
sujetos. La medicina preventiva y promocional, de fuerte
énfasis social, se fundamenta en un modelo de
comunicación Sujeto <–> Sujeto que le
confiere al paciente no sólo una "consideración
ética" sino un tratamiento en calidad de sujeto
portador de valores,
convicciones e intereses propios y con poder de
decidir sobre su vida y por tanto su salud. De modo que lo que
hace, lo que sabe, lo que opina y lo que siente el paciente son
determinaciones que cobran una importancia crucial en el proceso
salud-enfermedad.

Los paradigmas
constituyen una especial síntesis a
nivel de conciencia
científica, que garantiza la necesaria coherencia e
integridad, adecuación y poder resolutivo de la actividad
profesional en sus diversas esferas. Ésta se forma como
resultado de la interacción del conocimiento
científico con los factores sociales
(económicos, políticos, ideológicos, etc.)
actuantes en los marcos de una cultura
determinada y se extiende y consolida en la comunidad
científica a través de formas y mecanismos
sociopsicológicos, y le sirve de orientación en su
actividad.

En el estilo de pensamiento
médico interviene variados factores entre los que se
encuentran la concepción del mundo, el cuadro imperante
dentro de la ciencia
médica en cada etapa de su desarrollo (sistema de
conceptos y la comprensión del objeto de estudio)
así como valores éticos que emanan del compromiso
ideológico social, tradiciones y costumbres de la
profesión en cada contexto. El reconocimiento de la
"esencia" social del hombre
constituye la base del nuevo paradigma sociomédico lo que
no excluye los procesos
biológicos dentro de la consideración de su
esencia.

La extensión del paradigma que nos ocupa se ha
visto obstaculizada por la orientación positivista
predominante en los medios
profesionales de la esfera, donde se prestigia en demasía
el
conocimiento, y se desconoce o minimiza la importancia de
los
valores.

Es frecuente el criterio de que en la atención médica es valida la
admonición que Santa Teresa hacía a sus monjas
sobre la elección de director espiritual:
"Búsquenlo sabio y santo; si estas dos cualidades no
están juntas, prefieran el sabio al santo; con el sabio
tienen por lo menos luz en el
camino." Pérez Cárdenas, Dr. Marcelino "Los
paradigmas médicos: factores de su conservación y
cambio".

Extrapolar esta admonición a la actividad
científica y profesional en general, y en particular a la
esfera de la salud, con el desarrollo Científico
Técnico que en

el terreno de la Salud
Pública se expresó por el acelerado ritmo de
los avances científicos y técnicos en ramas tales
como Terapia Intensiva, Trasplantología, la Biología Molecular,
la Ingeniería
Genética, las Tecnologías Reproductivas y las
Neurociencias, y el creciente peligro de la
deshumanización ante el tecnologismo desenfrenado, resulta
reaccionaria y ajena por completo a la concepción
auténticamente humanista de la ciencia. Los
procesos de deshumanización presentes en la medicina
contemporánea constituyen una amenaza latente contra la
cual aún no estamos suficientemente protegidos.

Sin embargo, en la práctica cotidiana de salud
prestamos más atención al "hacer", que al "ser"
profesional. Este último sólo ocupa primeros planos
en situaciones conflictivas de tipo moral, legal u
otras.

En la formación de los recursos
humanos los esfuerzos fundamentales se dirigen a la
prepararación en el "cómo hacer", y el "cómo
ser", se convierte en un resultado espontáneo, del proceso
de asimilación de conocimientos.

La personalidad
del profesional de la salud esta impregnada de rasgos que tienden
a una concepción biologisista del proceso salud
enfermedad, el médico no conversa suficientemente con el
paciente, no oye sus problemas, no
lo atiende integralmente, su capacidad de entrega y sacrificio no
siempre cumple las expectativas de los usuarios de los servicios de
salud. Todo ello repercute en la eficiencia de los
servicios, limita su incidencia real en la solución de los
problemas de salud y genera determinado grado de
insatisfacción de los usuarios en relación con la
gestión
de éstos.

Evidentemente, la solución del problema no
depende de la elevación del nivel técnico del
profesional, del desarrollo de nuevas habilidades o del
perfeccionamiento de las que posee, sino del fomento de nuevas
actitudes, de
la modificación de su "modo de ser profesional" en el
sentido de su aproximación a determinado ideal de "ser
profesional", caracterizado hoy, en sus rasgos más
generales, por …"una especial curiosidad por la naturaleza y
una irrenunciable vocación de servicio", por
la convergencia en él de …"ciencia y humanismo",
por el …"amor al ser
humano".

La actividad médica, como cualquier otra forma de
actividad humana, presupone la actividad comunicativa, donde es
necesario lograr transformaciones profundas en su psicología
profesional.

Hipócrates (460 a.C., aproximadamente)
enseña a examinar al enfermo, observar síntomas y
signos, llevar
un minucioso registro sin
omitir los fracasos y a comunicarse extensamente con los
pacientes. El Juramento Hipocrático ha pasado a la
posteridad como encarnación del humanismo y del ethos
médico; su influencia se proyecta en diversas culturas y
aparece recogido, explícita o

Implícitamente, en el contenido de diversos
juramentos médicos.

Los Principios de la
ética
médica constituyen el primer código
de conducta profesional redactado en Cuba bajo las
condiciones económicas y sociales creadas por la Revolución
e introducen determinados preceptos que reflejan un cambio de
enfoque de las relaciones
interpersonales en el marco de la atención de
salud.

En Temas de ética
médica publicado en 1986 por un colectivo de autores
se advierte del peligro de deshumanización por la
interferencia posible de la tecnología en la
relación afectiva y el proceso de comunicación en
la atención a la salud. El médico se convierte en
educador, o sea, que el beneficio verdadero del paciente sano
solo se alcanza si se le hace consciente sus propias necesidades
de salud.

La política de
formación de recursos humanos
en salud se orientar hoy al el sistema de atención
primaria y la comunidad donde la política de
atención de salud se proyecta hacia la realización
de una labor de promoción y prevención donde la
efectividad de la comunicación constituye la piedra
angular del logro de tan altos objetivos.

El Glosario de
Bioética define como COMUNIDAD IDEAL DE
COMUNICACIÓN aquella en la cual las personas se ven entre
si como interlocutores válidos, con capacidad para juzgar
entre alternativas proposicionales distintas y para entender las
razones que les amparan.

La relación médico paciente definida como
una relación interpersonal de tipo profesional que sirve
de base a la gestión de salud abarca una amplia gama de
matices y escenarios entre los cuales la entrevista
en el consultorio constituye el momento donde la actividad
comunicativa juega el papel protagónico.

En la relación médico paciente se
desarrolla una comunicación interpersonal que lleva
implícito el establecimiento de relaciones que crean y
recrean significados en determinado contexto
convirtiéndolo en un proceso activo, transformador y
más personalizado.

El médico, por tanto, debe ser consciente de que
su relación profesional interpersonal está
caracterizada por:

1. El respeto que
inspira su investidura técnica en una profesión de
alto prestigio social.

2. La expectativa, por parte de la población, de que manifieste un
comportamiento adecuado con su alta responsabilidad.

3. Su condición de piedra angular en la
prestación de un servicio de gran significación
humana, como promover o restablecer la salud.

¿Es siempre consciente el médico de lo que
significa una buena comunicación en la esfera de la
atención a la salud?

Un aspecto importante a tener en cuenta por el
profesional de la salud es precisamente tener conciencia de su
competencia
comunicativa.

La competencia comunicativa del profesional en la
relación médico paciente trasciende los marcos de
los conocimientos y habilidades que se posee en el orden
técnico y profesional e incluye la esfera afectiva
motivacional tales como motivos, propósitos, expectativas
y vivencias de ambos sujetos (médico- paciente) y donde la
subjetividad de ambos es el elemento esencial.

Es necesario el desarrollo de elementos metacognitivos
en esta esfera como pueden ser el conocimiento de sus
posibilidades de éxito
en la relación interpersonal, sus limitaciones,
dificultades y mecanismos de control que le
permitan superar las barreras comunicativas.

Es útil además trabajar en el desarrollo
de determinadas cualidades como puede ser la flexibilidad del
pensamiento, tan necesaria para un comportamiento aceptable y
democrático, la distribución de la atención para
poder captar todo tipo de señal que sirva como información en la situación
comunicativa y el desarrollo de la observación como fenómeno
perceptivo. El personal de salud
debe tener estos aspectos presentes para hacer esta
comunicación más efectiva, sin embargo de nada
sirve este instrumental si no existe necesidad y motivaciones
favorables en las relaciones
humanas.

El médico debe saber escuchar atentamente
permitiendo al paciente expresarse libremente en su orden y desde
su punto de vista algo que con frecuencia se viola olvidando las
motivaciones del paciente y sobre todo su contenido humano,
considerando también el propio lenguaje extra
verbal del enfermo, no solo lo que dice sino como lo
dice.

La capacidad del médico para establecer
empatía con el paciente, depende en gran medida de sus
habilidades
comunicativas. Otros aspectos a los cuales debe prestarle
mayor atención son los referidos a la sensibilidad
emocional para comunicar cariño e interés a
los pacientes y sinceridad en la relación, y la habilidad
para descodificar las emociones
expresadas mediante la postura corporal y los movimientos
faciales del paciente. La preocupación que el
médico muestre por los aspectos personales, familiares y
sociales de su paciente favorece la liquidación de
barreras en la relación del médico con este e
incrementa la empatía.

El concepto calidad
de la atención médica difiere sustancialmente entre
los distintos individuos y grupos humanos de
acuerdo a su nivel cultural contexto y cultura de la salud por lo
que las personas se crean un grupo de
expectativas entre las cuales se destacan:

1. Los aspectos relacionados con la interacción
personal que se establece entre el médico y/o el equipo
médico y el paciente, familia o
comunidad.

2. Los referidos a los valores
morales del profesional de la salud manifestados en el
cumplimiento de la ética médica y la ética
general de la sociedad.

3. La percepción
de la competencia técnica del médico y su
equipo.

4. Las condiciones de los lugares donde se brinda la
atención, así como el grado de accesibilidad a la
misma.

Esta es la razón por la que los pacientes
manifiestan mayor conformidad con la atención
médica cuando son escuchados con atención y
comprensión.

Un elemento importante dentro de este tipo de
comunicación lo juega el lenguaje,
enfrentando a dos personas con sus respectivos sistemas de
valores, lo que requiere calor
emocional y sinceridad, teniendo en cuenta el conocimiento en
ocasiones tergiversado que poseen las personas acerca de
determinados términos médicos que pueden producir
emociones negativas o Yatrogenia psicológica en
estos.

En esta relación interpersonal el enfermo se
encuentra en una relativa dependencia del médico, pues
esta en juego su
salud, su bienestar y su vida y el médico en una
posición de relativa ventaja que potencialmente puede ser
invasiva, explotadora, abusiva y dominante por lo que el logro
del vínculo habilidades, conocimientos y destreza con el
respeto, cortesía y empatía constituyen pilares
fundamentales para lograr la calidad en la
relación.

Las mayores barreras comunicativas en la relación
médico paciente están en la esfera ético
– afectiva. Una comunicación médico paciente
efectiva es un proceso cuyas características más
sobresalientes son su carácter activo, no puede ser planificada
en su totalidad, esta condicionada por el lugar del individuo en
el proceso, tiene una acción
reguladora y bidireccional.

Lo valido es la comprensión del receptor, la
interpretación es selectiva, cada uno
interpreta el mensaje de acuerdo a su cultura, valores y
disposición.

Es deber del médico explicar al paciente en
términos sencillos y con claridad la naturaleza de los
métodos de
diagnóstico y la terapéutica a que
va a ser sometido: en qué consisten, que molestias le va a
provocar, si es que existe alguna; sus eventuales riesgos y
beneficios.

Decidido un tratamiento, el médico debe
explicárselo al enfermo en detalle y en términos
simples, sus indicaciones y contraindicaciones,
incompatibilidades y efectos colaterales.

Especial importancia cobra la comunicación en la
atención primaria de salud, donde la comunicación,
como proceso tiene una intencionalidad expresa de promover
cambios, lograr aprendizajes dirigida conscientemente a generar
una influencia desarrolladora en otros a modificar conductas y
estilos de vida y en especial ofrecer a la población
instrumentos para pensar, acompañándolos,
estimulando su análisis, su reflexión, por lo que
es necesario que el profesional se apropie de habilidades que
vayan conformando toda una cultura de la comunicación,
necesaria para quien tiene como centro de su trabajo al
hombre.

Para lograr el éxito en la persuasión de
los pacientes, el equipo de salud debe estar convencido de la
importancia de la labor que realiza y manejar el arte de la
comunicación y las técnicas
de educación
para la salud que debe partir del ejemplo personal, su
interacción con la familia, el
trabajo con las agrupaciones comunitarias (círculos de
adolescentes,
abuelos, embarazadas) en coordinación con las instituciones
sociales de la comunidad.

El médico y el equipo de salud en general tiene
como principal misión la
promoción y la prevención y esto solo puede
lograrse si desarrolla eficientes habilidades comunicativas que
se basen en la amistad,
confianza y respeto entre él y la población por
cuya salud debe velar.

Para producir cambios en sus hábitos de vida,
higiene,
cultura y todos los eventos que
directa e indirectamente influyen en la salud, la competencia
comunicativa del profesional es esencial.

El médico está en el deber de escuchar
(sin prejuzgar), meditar y resolver, sin establecer
tensión, ni mucho menos, desarrollarse relaciones de
simpatía

y confianza perdurables debe ser receptivo, amable y
acogedor, serio pero afectuoso, bondadoso y humano.

El mantenimiento
de una disciplina
emocional, no excluye la afectividad entre médico y
paciente, los pacientes, para sentirse satisfechos, se
guían más por los elementos de comunicación
afectiva, que por los puramente técnicos.

La nueva dimensión de la relación
médico-paciente en nuestros días en especial en la
atención primaria de salud otorga un significado vital a
la relación positiva médico-paciente en la cual la
comunicación constituye su eje central por lo que el
estudio y desarrollo de habilidades en este sentido son
imprescindibles para elevar la calidad de los servicios que
prestamos en la condición de excelencia a la que
aspiramos.

Para lograr acciones de salud eficientes, es necesario
que el paciente abandone la posición de objeto, para
convertirse en sujeto de su propia salud y para ello hay que
convencerlos, interesarlos y lograr su participación
activa. El profesional de la atención primaria, y en
especial en sus tareas de prevención de enfermedades, no puede
asumir que nadie mejor que cada sujeto adulto puede saber lo que
más le conviene, y que una vez bien informado de las
posibilidades, escogerá la más conveniente para su
salud, de acuerdo con su escala de motivos
y jerarquía de valores; por tanto, los sujetos no
requieren más ayuda en esta fase de toma de
decisiones, excepto una buena información.

El desarrollo creciente de la cultura de la salud en la
población requiere del profesional una labor educativa,
él como nadie posee herramientas
cognoscitivas para educar a los miembros de la sociedades el
cuidado de su salud pero esto es solo posible si es capaz de
dotarse de habilidades comunicativas que le permitan ser
comprendido eficazmente por los receptores, con sensibilidad
humana, sin menoscabar el derecho individual de decidir sobre su
vida y si logra la confianza del paciente

El dominio de los
procesos comunicativos permite el acercamiento y la
interacción reflexiva con el hombre sano
o enfermo, vinculando su saber técnico con relaciones
interpersonales basadas en el respeto y la empatía que
impacte en la sensibilidad del receptor.

Conclusiones

1.-. La relación médico-paciente debe
comprenderse como una relación de comunicación que
puede transcurrir bajo la forma Sujeto –> Objeto o
bajo la forma Sujeto <–> Sujeto, el modelo de
comunicación que se adopte determina la forma de
comportamiento de los individuos involucrados en la
relación y por tanto, la conducta moral o ética que
orientará y caracterizará el nexo entre el los
participantes.

2.-. En la base de los paradigmas de las ciencias
médicas obra un modelo de comunicación que le
confiere su fundamento gnoseológico. La medicina
preventiva y promocional, de fuerte énfasis social, se
fundamenta en un modelo de comunicación Sujeto
<–> Sujeto que se basa en el logro de una
competencia comunicativa que interrelacione el saber
médico (conocimientos y Habilidades y destrezas) propias
de la ciencia con necesidades y motivaciones favorables a las
relaciones humanas.

3.- Para cumplir los objetivos de elevar la calidad de
la atención a la salud y lograr una excelencia en los
servicios y producir cambios en los hábitos de vida,
higiene, cultura y todos los eventos que directa e indirectamente
influyen en la salud, la competencia comunicativa del profesional
y el logro de habilidades comunicativas es esencial.

Bibliografía

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Rodríguez Rivera, L.
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Autoras:

Lic. Maritza de la Rosa Legón

Lic. Nelia Vega González

Lic. Lourdes Brito Gómez

UNIVERSIDAD MÉDICA DE LA HABANA

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS "Dr. ENRIQUE
CABRERA"

Partes: 1, 2
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