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El Socialismo del siglo XXI en Ecuador (página 2)




Enviado por Diego Bustamante



Partes: 1, 2

En el desarrollo de
la historia, es
necesario, antes de abordar un aspecto concreto,
cualquiera que fuera, buscar la presencia más cercana a
nosotros; las próximas giran en torno a la
modernidad y
posmodernidad,
algunos incluso hablan de un periodo poshumano; nosotros no
analizaremos este aspecto, porque todavía existen claras
tendencias del posmodernismo, tendencia vislumbrada a
través de una ideología diversa, a veces confusa,
incomprensible, no tiene un rumbo fijo.

LA MODERNIDAD:

Los aspectos característicos de esta etapa la
constituye la revolución
científico técnica, la revolución
industrial, revolución cultural, revolución
democrática, la fe en el progreso indefinido, la
secularización, el secularismo, el individualismo.

La modernidad es un período histórico que
aparece, especialmente, en el norte de Europa, al final
del siglo XVII y se cristaliza al final del siglo
XVIII. Conlleva todas las connotaciones de la era de
la
ilustración, que está caracterizada por
instituciones
como el
estadonación,
y los aparatos administrativos modernos. Tiene, por lo menos, dos
rasgos fundamentales que todos los teóricos enfatizan.

El primero es la autorreflexividad, Giddens y Habermas
quieren decir con esto que la modernidad es ese primer momento en
la historia, donde el
conocimiento teórico, el conocimiento
experto se retroalimenta sobre la sociedad para
transformar, tanto a la sociedad como al conocimiento. Eso, con
la era de la información ha llegado a un nivel
supersofisticado. Las sociedades
modernas, distinguiéndolas de las tradicionales, son
aquellas sociedades que están constituidas y
construidas, esencialmente, a partir de conocimiento
teórico o conocimiento experto.

Para dar un ejemplo, la diferencia estereotipada entre
sociedad tradicional y sociedad moderna. En la sociedad
tradicional, —un grupo
étnico en el Amazonas hace 30 o 40 años—, las
normas que
rigen la vida diaria son generadas endógenamente a
través de relaciones cara a cara, en el día a
día, históricamente. En las sociedades
modernas las normas que rigen la vida cotidiana, que determinan
cómo significamos, cómo interpretamos, cómo
vivimos nuestra vida, no están producidas a ese nivel de
la relación cara a cara, sino que están producidas
por mecanismos expertos, impersonales, que parten del
conocimiento experto en relación con el Estado.

La segunda característica de la modernidad que Giddens
enfatiza es la descontextualización, que es el
despegar, arrancar la vida local de su contexto, y que la vida
local cada vez es más producida por lo translocal. Por eso
muchos movimientos sociales hablan de resituar la vida local en
el lugar.

Culturalmente, la modernidad es caracterizada en
términos de la creciente apropiación de las hasta
entonces dadas por sentadas competencias
culturales, por formas de conocimiento experto, asociadas al
capital y a
los aparatos administrativos del Estado –lo que
Habermas (1987) describe como una creciente
racionalización del mundo-vida–.
Filosóficamente, la modernidad implica la emergencia
de la noción de "Hombre" como
fundamento de todo conocimiento del mundo, separado de lo natural
y lo divino (Foucault 1973,
Heidegger
1977).

La modernidad es también vista en términos
del triunfo de la metafísica, entendida como una tendencia
–extendida desde Platón y
algunos presocráticos hasta Descartes y
los pensadores modernos, criticada por Nietzsche y
Heidegger entre otros–; quienes encuentra en la verdad
lógica
el fundamento para una teoría
racional del mundo compuesto por cosas y seres cognoscibles y
controlables. Vattimo (2000) enfatiza la lógica del
desarrollo –la creencia en el perpetuo mejoramiento y
superación– como crucial para la fundación
filosófica del orden moderno.

Destacaremos algunos aspectos de la modernidad, delimitantes y
características generalizadas:

  • 1. La Revolución Científico
    Técnica: Con el aporte del Guillermo de Ocam, la
    humanidad se encaminó hacia un conocimiento
    práctico y científico. Quedó así
    un panorama donde las ciencias se apoderaban cada vez de la
    sociedad, el ser humano primitivo evolucionaba
    indeteniblemente, ahora estaba guiado por la plena
    razón, la fe de la era medieval u oscurantista ha sido
    superada. Con los acontecimientos ocurridos anteriormente, se
    fue configurando un complejo sistema de avances, el ser
    humano de mente pragmática; quien comenzó a
    desarrollar inventos cada vez más interesantes, las
    deidades ya no intervienen en la vida del hombre.
    Trascendentales acontecimientos fraguaban un cientificismo
    fuerte. El Renacimiento (sXV-XVI) aportó con el
    humanismo, del amor por las artes, se pasó al hombre
    como centro del universo, un antropocentrismo. El hombre es
    origen de las creaciones, es un creador. Lo anuncian los
    defensores, es el tiempo del humanismo. Hereditarios de la
    ilustración, se recibe a la etapa moderna, el amor por
    la razón, es ella quien debe explicar todas las cosas,
    porque el hombre es el centro del cosmos. El hombre Prometeo,
    ya no es el personaje mítico al estilo griego, es
    ahora un personaje real, evidenciado en la sociedad, no
    necesita un ser supremo para alcanzar sus ideales, es capaz
    de alcanzarlo todo por su reflexión racional. La
    especialización o profesionalización del hombre
    requiere un cuidado especial, pues busca el fundamento
    último de la realidad. La tecnocracia es la
    expresión visible de su trabajo intelectual, el
    ordenador, las telecomunicaciones, "todo aquello que no puede
    expresarse en lenguaje de máquinas deja de existir en
    realidad."[2]

  • 2. La Revolución Industrial: Con más
    énfasis, intenta reemplazar al hombre con
    máquinas, o al menos convertirlos en máquinas.
    El objetivo de este tiempo es producir siempre más,
    sin detenerse, porque el tiempo es dinero. Consecuentemente,
    el desarrollo de la burguesía entró en apogeo,
    y los graves problemas de las clases. Estamos hablando de un
    capitalismo claro. El lucro es el motor esencial del
    progreso, la libre concurrencia es la suprema ley de la
    economía y la propiedad privada es un derecho
    absoluto. Este hombre moderno se mide en lo que rinde. El
    positivismo tiene su arranque en la mentalidad
    pragmática y utilitaria, con la preeminencia de lo
    cuantitativo y mensurable. Sobra decir que la era
    informática entró en apogeo, se han abandonado
    las artes y demás cuestiones del subjetivismo, para
    centrarse en la ciencia.

  • 3. La Revolución Cultural: Nos viene de la
    ilustración, con sus luces, sobre el terrible
    oscurantismo; como lo definiría Kant: el estado mayor
    de la humanidad. Lo fundamental es la razón, y hay que
    servirse de ella para dar respuestas a los desafíos de
    la época. "Sapere aude", será el lema del siglo
    de las luces. Posteriormente, la Revolución Francesa,
    confirmará a la diosa razón, ante el antiguo
    idealismo, estamos hablando además de un materialismo
    fiscalista, con tendencias profundas en la sociedad, lo
    acepte o no.

LA POSMODERNIDAD (Pm)

Es el pensamiento de
nuestra época "light", una etapa histórica, surgida
como respuesta al estilo de Sartre, la
eterna nausea de la sociedad humana, una búsqueda de lo
inmediato, lo pasajero. Un periodo lleno de contradicciones,
donde se fusionan los inesperados pensamientos, ideales,
antropologías "laissez faire, laissez passer", un periodo
casi de rechazo a la modernidad, la razón tampoco ha sido
el recurso de la felicidad. Paradójicamente es el tiempo de la
espiritualización de los hombres, de la sucedánea
búsqueda del dios sensible, de buscar un espacio de paz
para su vida ocupada y fugaz. El periodo de la
globalización y el consumo, de
los grandes cambios súbitos. Es una síntesis
de la búsqueda incansable de la felicidad, insaciable,
pasajera, efervescente, plausible de signos,
energía cósmica que paradójicamente se une
con la computadora
y el sinsentido de la vida.

Los matices observables en estos tiempos, son
múltiples, parecen ser fruto de una gran rueda de la
fortuna, cada vez se detiene en un señalador distinto; a
la expectativa está la gente, sobre todo los
jóvenes, para saber cómo continuar sus destinos, y
no quedarse al margen del último giro. Este azar, no se
fundamenta en los dogmas, ni en principios; es
pura instintividad, de alcanzar algo desconocido, el sueño
sin nombre, la aventura de la vida. Es un avatar complejo de las
generaciones pasadas, un humanismo
heredado, donde la información recibida es variada, hay
incluso una idealización de la "sociedad del
conocimiento", presente en las redes de información
rápida e inmediata, al estilo "banda ancha",
como la internet y la TV.
Destaquemos pues, algunos de estos elementos:

  • 1. La Crisis en la fe: El hombre Prometeo es el
    más grande baluarte, Marx no se equivocó cuando
    nos hablaba de él, al fundamentar su teoría
    marxista. Es necesario alcanzar el fuego de los dioses para
    conquistar lo imposible, la deidad ya no es importante. Sin
    embargo este es el efecto de efervescencia, una vez alcanzado
    el fuego de Zeus, ¿qué hacer?, diremos iluminar
    el mundo, ¿Luces? ¿Qué hemos recibido de
    la ilustración? Al no saciar el ser humano su sed
    natural del Infinito, se da cuenta de su fracaso;
    simplemente, él no es dios, su misma esencia de
    criatura se lo informa. Aunque sea momentáneo, se ve
    obligado a buscar un consuelo, que ya no solamente es "opio",
    pone su esfuerzo en los sentidos para crear en dios mental,
    de paz y bienestar; empero, el rol de este dios termina
    pronto, porque al constituirse el hombre su propio dios, la
    deidad es pasajera, tiene su tiempo también limitado,
    similar a las otras cosas. Existen en nuestra época
    varios grupos pseudoreligiosos, ofrecen una salvación
    o un consuelo sensible a la "carta". Luego, después
    del desahogo, está listo a continuar con su inacabado
    y desconocido proyecto.

"Prometeoosado Titán al que
gustaba provocar la ira de Zeus, llevó a éste
a tal punto de cólera
que terminó por quitar el fuego a los hombres. Esperaba
así castigar indirectamente a Prometeo, el
cual se consideraba benefactor de la humanidad.
Pero Prometeo, al
que gustaba presumir de astuto, entró sigilosamente en
el Olimpo, robó tan preciado tesoro del carro
del dios Sol y, sin perder tiempo alguno, lo
devolvió a los desamparados
mortales"[3].

  • 2. Acefalia conceptual: El posmodernismo tiene una
    repercusión, nacida de las ideologías de
    antaño, como una salida a la incapacidad de la
    razón, para explicar el fundamento último de la
    realidad. Heidegger y Nietzche son promotores de la acefalia
    conceptual, tan característico del posmodernismo, no
    hay verdades absolutas, todo es cuestionable, nada
    está dicho. La verdad ha dejado de ser una
    aplicación general a las cosas, hay ausencia de ella
    en un concepto universal; lo que uno piensa puede ser
    cuestionable, aunque sea dogmático o
    explicación acabada. No importa en sí mismo la
    verdad, pero sí las verdades. Verdades sectorizadas,
    parcializadas, particulares, gremiales; este es el panorama
    de la época, caracterizado por la imposición de
    sistemas totalitaristas, a la larga, desatan una
    revolución social. La razón es útil al
    posmodernismo sólo para defender lo conveniente a sus
    intereses, lo demás es basura intelectualoide. Hay que
    ir en busca de la experiencia sensorial, del placer al estilo
    epicúreo, con la sed incesante de la eterna juventud.
    Ante la tragedia de la muerte (Heidegger), lo inexplicable
    pone límites de la razón. La muerte de Dios no
    ha sido positiva; Nietzsche, ha dejado al hombre sólo,
    con su efervescencia en el nihilismo existencial de lo
    desconocido.

  • 3. La historia parcializada: La historia es un
    conjunto de hechos individuales, parcializados, no se
    determinan por un pasado, presente y futuro, importa "el
    aquí y el ahora". Ello implica un ahistoricismo,
    olvido de lo que se dice en la humanidad, su desarrollo en el
    tiempo y en el espacio, la micro-cronología de las
    historias, totalmente distintas unas de otras, complejas
    fenomenologías no susceptibles de aprenderlas, porque
    cada uno es artífice de su propio destino. El
    posmoderno disfruta de su soledad, de lo fragmentario, se
    conforma con un pedazo de lo discontinuo y
    caótico.

  • 4. La ética y la moral son relativas: Ante un
    panorama tan fragmentario, sin verdad, sin historia, los
    actos humanos no expresan nada, porque nada está
    determinado, todo depende como se adapten los conceptos a las
    personas. Por ejemplo: El aborto es necesario para asegurar
    la subsistencia de la prole, pues la familia es incapaz de
    mantener al vástago, la depresión
    demográfica crece aceleradamente, debemos asegurar un
    futuro digno para la humanidad, la pobreza es el flagelo de
    la sociedad. Ideas como estas se envuelven en razonamientos
    parcializados de tinte posmoderno, nada es malo ni bueno,
    simplemente matar a un inocente justifica el incontenible
    crecimiento demográfico. El uso de preservativos de la
    época es común, no es malo ni bueno;
    simplemente es cuidar la salud. La homosexualidad aspira
    constituirse en una familia más de las presentes, con
    posibilidad de adopción, de cambio de género en
    el registro civil (en el caso de Ecuador), y los más
    avanzados aspiran a mejorar el organismo de los involucrados
    para convertirlos plenamente en los roles que
    aspiran[4]

"Algunas de las principales asociaciones médicas de
Estados Unidos
se han pronunciado a favor de la adopción
por parte de parejas homosexuales. Estas asociaciones
médicas defienden también que las parejas
homosexuales de personas que tuvieron un hijo en una
relación heterosexual anterior sean reconocidas como
tutores legales de los niños".[5] 

  • 5. El individualismo: El resultado evidente de este
    sistema es el hiperindividualismo hedonista, narcisista; es
    conveniente ir a la vida privada, al micromundo de la
    existencia, donde nadie debe saber o conocer. Si nada es
    absoluto ni verdadero, entonces, es tiempo para vivir "a mi
    manera". Vivir el momento es la característica de la
    época, sin compromisos ni normas; sólo la
    muerte es la tragedia de las sensaciones, y el hombre queda
    inmiscuido en el vacío. La solidaridad, solo se da con
    el grupo de los idénticos; quienes no son parte de la
    ideología microgrupal, son otros mundos distintos, hay
    que alcanzar la búsqueda del bloque, lo demás
    son supercherías. Ahora es común las
    cirugías, el cuidado delicado de la estética;
    la carrera por la eterna juventud, al estilo de los
    alquimistas memorables, para encontrar el elixir de la
    vida.

INFLUENCIA EN AMÉRICA
LATINA

El auge posmoderno se acentúa en los países
desarrollados, los países del "tercer mundo" son
destinatarios pasivos de ello. Han existido esfuerzos por
mantener una cultura
más fuerte, partiendo desde el mismo ámbito de la
religión.
La Teología de la liberación, propuesta por
Gutiérrez y Boff, en su momento, manifestó gran
entusiasmo en muchos seguidores; últimamente su
pensamiento ha perdido vigor y representatividad por factores
exógenos de mal aplicación del pensamiento, en
algunas aportaciones exagera la presencia de Jesús como un
hombre político de masas. Sin embargo, tampoco podemos
afirmarlo como modelo de
sistema para
América
Latina. La Teología de la Liberación, es una
teología pragmática, pero no un sistema de
gobernabilidad, aspecto que destacaremos en este tema.

América Latina se mueve entre peligrosos caminos de la
democracia, en
la mayoría de los países se observa inequidad
económica, corrupción, abuso de poder; esto
aumenta la brecha existente entre ricos y pobres, gobiernos y
gobernados. Lamentablemente, el posmodernismo ha hecho gran
escala en estos
países, aun no perteneciendo al primer mundo, son
importadores eficaces de este sistema: medios de
comunicación, tecnología, moda, estilos,
etc. La dinámica de estas relaciones evidencian el
aparecimiento de un nuevo paradigma,
propuesto por políticos, antes que por pensadores, sin
rumbo definido, pero presente: el socialismo del
siglo XXI. Una respuesta contraria al socialismo del
siglo XX, en oposición con los sistemas
imperialistas relacionados al neoliberalismo.

CAPÍTULO II:

El socialismo del
siglo XXI

Este tema se circunscribe inevitablemente en la era
posmoderna, evidenciada por una búsqueda experiencial,
ahora a nivel político. Entra en una categoría
novedosa; que mana de distintas concepciones. La complejidad en
la definición del tema, se halla limitada por su mismo
fundador, Heinz Stefan Dieterich, quien la describe como realidad
inacabada, con amplias generalizaciones, lo que puede ocasionar
incluso una acefalia doctrinal; porque tampoco posee normas, ni
principios. Estamos entonces, frente a una idea particular,
generalizada por el poder político; como campo de acción
se edifica en la democracia participativa y el control del
estado al estilo del socialismo clásico. Alabado por unos,
criticado por otros, el socialismo del siglo XXI, pretende
superar al socialismo normal, encontrando sus defectos y errores,
es un pragmatismo
social, expresado en revolución. Una revolución
surgida por los ciudadanos electores, quienes optan por un
gobernante y le dan plenos poderes para ejercerlos a favor de los
excluidos, para abolir las fuertes incidencias del capitalismo,
cuyo resultado ha sido la pobreza y la
explotación, según sus expositores.

Explicaremos sus características significativas, para
luego realizar un análisis de los efectos en los sistemas de
gobierno:

  • 1. ORIGEN IDEOLÓGICO:

La variedad de los conceptos utilizados por los pocos
defensores, hacen determinar en una generalización
bastante abstracta, entre capitalismo y socialismo, como buscando
un nivel medio entre los dos opuestos. Este concepto puede
definirse de varias maneras de país a país, pues
busca en su propia realidad las respectivas modificaciones o
planteamientos en el sistema gubernamental. El ideólogo
Dieterich (1996), propone en sus fundamentos: democracia total,
una economía basada en el valor y el
precio de los
bienes de
consumo, una centralización estatal. Dieterich,
estudioso alemán, único exponente del tema,
considera utilizar las herramientas
de la sociedad actual, para mejorar el concepto, abriendo camino
a la piedra filosofal, del novedoso socialismo: las medidas a
tomar serán según las características de
cada pueblo. A nivel intelectual no existen otros defensores,
pero sí un aparato político desesperado en ubicarlo
en el sistema de gobierno. No estamos hablando de un socialismo
al estilo de Marx y Engels, es
un pragmatismo, sin fundamentos, "a lo que venga".

  • 2. INCIDENCIA DE LA CORRIENTE:

Este pensamiento cuyo receptor principal ha sido el Presidente
de Venezuela
Hugo
Chávez, ha sido acogido inmediatamente por otros
gobiernos de Latinoamérica: Ecuador con
Rafael Correa, Argentina con Cristina Fernández de
Kirchner, Nicaragua con Daniel Ortega, Bolivia con
Evo Morales, Brasil con Lula
da Silva y Chile con Mishell Bachelet (con
variantes muy significativas; podríamos incluso decir un
capitalismo social, lo mismo en el caso de Brasil). La
mayoría de los gobiernos no poseen en sí mismos un
totalitarismo claro, como es el caso de Chile y Brasil, e incluso
Argentina, no hay exceso de control en el aparato gubernativo, en
comparación con Venezuela y Ecuador, donde la
radicalización de las leyes aspiran a
crear un estado omnímodo, a partir del concepto de
participación ciudadana; envueltos en una
revolución no surgida desde abajo, sino desde una
idealización del líder
político, frecuentemente convertido en slogan partidista:
en Ecuador "la revolución ciudadana está en
marcha", en Venezuela "la revolución
bolivariana". En estos dos países hay una insistencia
ideológica sobre el tema. Los principios diversos de este
pensamiento, según Dieterich, son los siguientes:

  • a. Principios de Karl Marx, sobre sus postulados de
    dinámica social y lucha de clases.

  • b. Actualización y profundización de la
    teoría marxista a la luz de los últimos avances
    tecnológicos.

  • c. Participación democrática de la
    población en las decisiones, para construir una
    sociedad libre de la explotación.

EJES DEL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI:

  • 1. Desarrollismo democrático regional.

  • 2. Economía de equivalencias.

  • 3. Democracia participativa.

  • 4. Organizaciones de base.

Los postulados han sido antes propuestos por destacados
socialistas, desde Marx, Engels y Lenin. Los presupuestos
descansan en el asidero doctrinal del socialismo clásico.
De otro lado con perspectivas generales podemos entender estos
ejes, cuando se exponen las líneas de acción
común de ésta propuesta. Poseen los países
ese espacio para la adaptación conforme a sus realidades,
hecho que analizaremos más adelante.

En sus pilares estratégicos el socialismo del siglo XXI
contempla:

  • 1. El bloque regional de poder (BRP), integrado por
    los estados progresistas de la región. Por ejemplo
    UNASUR, es el resultado del deseo de unificar criterios entre
    estados.

  • 2. Bloque regional de poder popular: integrado por
    los movimientos sociales.

  • 3. La autogestión.

  • 4. Comunidades creativas.

En vanguardia se
propone una educación de la
población, para que se adapte al nuevo
sistema, donde los jóvenes comprendan al nuevo
pensamiento. La edificación del sistema socialista, la
redistribución estatal, la expropiación de la
propiedad
privada presente en los ricos, la democracia obrera. Estas
características no son oposición al sistema
cibernético del modelo de libre mercado.
Dieterich, hace una valoración del trabajo
calificado y no calificado. El nuevo socialismo es la
expresión de las necesidades de los pobres, ante el
injusto reparto de los bienes, el estado es quien decide sobre la
justicia
social y el reparto de las riquezas.

Hugo Chávez, distingue al socialismo del siglo XXI: "en
lo político más democracia y en lo económico
más desarrollo colectivo, pero para satisfacer las
necesidades de los pueblos y no para que una minoría se
enriquezca en detrimento de la vida de las mayorías
empobrecidas y miserables".

DISTINCIÓN CON LA DEMOCRACIA BURGUESA

Este socialismo tiene diferencias significativas con la
democracia burguesa, pues se limita a la relación política y olvida la
parte económica y cultural, se necesita una democracia
participativa que involucra las grandes masas. Se debe incluir el
referéndum ante decisiones transcendentales de la nación.
Dieterich integra: "una economía mixta, con propiedad
productiva del Estado, propiedad cooperativa y
propiedad privada". A su vez puede haber una
democratización de los medios de
producción.

SOCIALISMO DEL SIGLO XXI EN VENEZUELA:

Con la aplicación generalizada del socialismo en
Venezuela, se puede hablar de un Estado instaurado en ese
sistema, con problemas de
sectores sociales, y polémicas frecuentes. Esbozaremos
algunas características presentadas en Venezuela, y las
variantes significativas.

Se habla de varios socialismos, pero el socialismo del siglo
XXI es el mejor modelo, el más novedoso y nuevo, distinto
de los siglos anteriores, totalmente renovado, con pleno vigor
para hacer eficiente todo el sistema, insuperado por el imperio
capitalista de Estados Unidos. El cambio
más fundamental de este socialismo es la abolición
de la propiedad privada sobre los medios de producción,
permitiendo la estatización y centralización de la
economía. Aunque la tesis
está abierta al aporte de todos, tiene claras las
líneas en cuanto a la desaparición de la propiedad
privada, sentando las bases en un colectivismo, administrado por
el Estado, con plenos poderes.

El socialismo al estilo de Venezuela significa: "En lo
político más democracia y en lo económico
más desarrollo colectivo, pero para satisfacer las
necesidades de los pueblos y no para que una minoría se
enriquezca en detrimento de la vida de las mayorías
empobrecidas y miserables".

Hugo Chávez

El valor del trabajo es retomado de las ideas marxistas, la
contabilidad y
operación de la economía se realiza mediante el
valor no sobre el precio del mercado. La transición
socialista en el mundo actual solo será beneficiosa si se
logra sustituir la institución burguesa del petróleo. Estas medidas se han adaptado en
Venezuela, sobre todo en las empresas,
siguiendo el tema de las teorías
del valor. Por ejemplo en la industria,
esto funcionaría de la siguiente manera, un producto como
el atún enlatado, llevaría escrito en su cubierta
el valor del tiempo: 10 minutos, y su valor corresponderá
a 3000 bolívares; mientras que los productos
afines pero parte del sistema costarán 10.000
bolívares. Dieterich plantea eliminar el mercado,
reemplazarlo por un control proveniente del Estado o incluso un
retorno al trueque, con añadidos de calidad y
eficiencia.

"El paso decisivo en la transformación de la
economía de mercado hacia la economía
socialista reside en la sustitución del precio por el
valor"[6]

Otro tema discutido es la influencia de Simón Bolívar,
cuyo nombre lleva la "revolución bolivariana" del gobierno
de Hugo Chávez. Bolívar se convierte en un
símbolo de la ideología, cuya imagen más
que su doctrina influyen en el discurso del
Presidente Chávez, como un punto de
equilibrio entre los dos sistemas opuestos.

"Es mi opinión, que el fundamento de nuestro Sistema de
Gobierno, depende inmediata y exclusivamente de la igualdad
establecida y practicada en Venezuela. Si el principio de la
igualdad política es generalmente reconocido, no lo es
menos el de la desigualdad física y moral. La
naturaleza
hace a los hombres desiguales, en genio,
temperamento, fuerza y
caracteres. Las leyes corrigen estas diferencias por que colocan
al individuo en
la sociedad para que la educación, la
industria, las artes, los servicios, las
virtudes, les den una igualdad ficticia, propiamente llamada
POLÍTICA
SOCIAL"

Simón Bolívar

El slogan del Socialismo del Siglo XXI en Venezuela es la
"Revolución Bolivariana", antagónica a los
intereses imperialistas de Estados Unidos y de la Unión
Europea. La dinámica democrática está
opuesta al neoliberalismo; ambas fuerzas chocan entre sí,
porque persiguen fines distintos. El desarrollo endógeno
del bolivarianismo es de trascendental importancia, para superar
el subdesarrollo
que han sometido los imperios. Ante esta terrible
situación, es conveniente crear espacios de democracia
participativa.

SOCIALISMO DEL SIGLO XXI EN ECUADOR

En declaraciones vertidas sobre todo del Presidente Rafael
Correa, se explica a ésta ideología, basada en dos
fundamentos; según él, los más
representativos: la Doctrina Social de la Iglesia, la
Teología de la Liberación, se enfoca el área
social como lo más preponderante, el ayudar a los
desfavorecidos, e incentivar el desarrollo. A esto, se
añaden las teorías marxistas del socialismo
clásico, y las versiones del alemán Dieterich.

"Aquí encontramos la conjunción y armonía
entre la doctrina social de la Iglesia, entre la Teología
de la Liberación y el Socialismo del Siglo XXI.  El
punto de encuentro es, sin duda, la justicia social.  Ese es
el fin que perseguimos: hacer posible la transformación,
por la vía democrática, de las perversas estructuras
que han dominado a hombres y mujeres sencillos de nuestro
pueblo"[7].

Inspirado en algunas encíclicas sociales de la Iglesia
Católica, el Presidente Correa, propone un sistema en
contra de los intereses de los países desarrollados,
quienes han tildado al Ecuador como tercer mundista. Inicia su
explicación con la encíclica Rerum Novarum de
León XIII, quien actúa en contra de la presión
industrial sobre los trabajadores. Entre otros documentos
pontificios que el Presidente Correa nombra en sus
intervenciones, es la Encíclica Populorum Progressio y
Laboren Exercens; en ésta última se aborda la
temática del trabajo, donde se ha generado la
explotación laboral en
Ecuador. El responsable de estos problemas es la influencia del
neoliberalismo, algunas de las medidas tomadas por este sistema
han consistido en la explotación laboral y la competitividad.

"Para esto, se generalizaron en América Latina formas
de explotación laboral bastante bien disfrazadas con
eufemismos como "flexibilización laboral",
"tercerización", "contratos por
horas", etc. Cabe indicar que, de acuerdo a múltiples
estudios, esta "flexibilización laboral" ha sido una de
las reformas que menos resultados ha dado en la región,
sin que exista con ella mayor crecimiento, pero sí una
mayor precarización de la fuerza laboral, y con ello,
mayor desigualdad y pobreza. Pero
incluso si la flexibilización hubiere dado resultado, no
podemos rebajar la dignidad del
trabajo humano a una simple mercancía. Ya es hora de
entender que el principal bien que exigen nuestras sociedades es
el bien moral, y que la explotación laboral, en aras de
supuestas competitividades, es sencillamente
inmoral"[8].

En el socialismo no se hacen revoluciones, como un fin en
sí mismo; sino para empezar una revolución, para
alcanzar un horizonte abierto, en el que puedan introducir
cambios en medida de las necesidades de los ciudadanos, de
acuerdo con su intervención consciente, en el marco de las
limitaciones tecnológicas y
naturales[9]

"Es un concepto en constante construcción y adaptación a cada
país y región", y uno de sus principios
básicos es "la supremacía del trabajo humano sobre
el capital[10]

Rafael Correa Delgado

En una entrevista
realizada a Gustavo Larrea, ex colaborador del Presidente Correa,
explica que el socialismo del siglo XXI no necesita reglas,
dogmas o verdades absolutas, sino es un proceso de
formación teórico-práctico, distinto de la
dictadura del
proletariado, es una radicalización de la democracia. Cada
persona del
país puede contribuir a este pensamiento, no es necesario
las recetas de siempre, vamos a descubrir el socialismo mediante
una praxis en la
población, para comprender las necesidades. En otras
cosas; según Larrea, no se requiere la estatización
de los medios de producción, sino la redistribución
de la riqueza, y en esa línea la acción del
gobierno del Ecuador aporta económicamente a los
agricultores, la producción, la legalización de
tierras, mejor educación.

"El socialismo del siglo XXI no es una corriente universal ni
pretende serlo, tampoco acepta dogmas ni verdades absolutas, sino
que es un proceso de construcción práctica y
teórica[11]

Gustavo Larrea

Es necesario atacar el cruel capitalismo, vestido de
puritanismo, solapado en pensamientos de la Ilustración, una lucha que ha de despertar
los cambios, de aspirar no solo a un mal menor, sino a un bien
mayor, el socialismo implica una transformación social.
Todas las fuerzas exteriores venidas sobre todo de Washington,
han hecho enmudecer y acallar el vigor de la fuerza social, el
socialismo es una respuesta a los malos gobiernos observados en
el Ecuador, quienes han fallado uno tras otro, es hora del
socialismo, lo que importa es el individuo social y solidario,
pues tiene una gran carga de valores
deontológicos. Para el Presidente Correa, el nuevo
socialismo, tiene puntos de fusión
con el socialismo clásico:

"La aplicación de los principios de ese socialismo ha
traído beneficios para Ecuador, donde se derrotó a
"veinticinco años de neoliberalismo" gracias a la
"planificación estatal". (.) el "socialismo
del siglo XXI", igual que el socialismo clásico, enfatiza
la necesidad de un Estado fuerte, que participe en
política con planes de desarrollo, planteamiento
antagónico al modelo neoliberal[12]

CAPÍTULO III:

Crítica al
socialismo del siglo XXI en Ecuador

DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA:

LA CENTESIMUS ANNUS FRENTE AL SOCIALISMO
CLÁSICO

Y DEL SIGLO XXI

Hemos centrado nuestra atención en este documento para distinguir
el pensamiento socialista, obviamente las expresiones vertidas en
el mismo hablan ampliamente de esta problemática.
Advertimos que la presencia de las encíclicas sociales, en
todo su conjunto, forman la Doctrina Social de la Iglesia (DSI),
difiere mucho en los postulados propuestos por el Presidente
Correa. Además, Centesimus Annus es el más cercano
a la realidad del Socialismo del siglo XXI; otro documento
sería Caritas in Veritate, ésta última
reciente.

El tema central, radica en dar continuidad a los documentos
presentados por los predecesores de Juan Pablo II, las cuales
forman el Magisterio Social de la Iglesia. Centesimus Annus hace
una "relectura de la Encíclica
Leonina"[13], para distinguir las cosas nuevas
(Res Noves), de esta época, pone en evidencia la
fecundidad de los principios de León XIII, como patrimonio de
la DSI, haciendo énfasis en los acontecimientos de la
historia reciente.

Se defiende, el trabajo, la
propiedad privada, las asociaciones, salario justo,
libertad
religiosa, se destaca el Principio de Solidaridad. Al
igual que la Rerum Novarum, en esta exposición
se critica fuertemente al socialismo y liberalismo.
Al socialismo se lo condena por la abolición de la
propiedad privada, mientras que al segundo por la injusticia en
la repartición de los bienes, sobretodo en los más
pobres.

LUCHA DE CLASES

El socialismo instiga un odio entre la sociedad, una lucha
dialéctica, la propuesta a este nuevo socialismo no
desecha la lucha de clases, al contrario, existe una
acentuación. La sociedad ecuatoriana, ve con
preocupación esta segregación, donde hay una clara
provocación y ataque a los denominados "pelucones" o
epítetos similares a los opuestos al régimen o a
sus políticas.
En la doctrina propuesta por Dieterich, no se desechan los
postulados de Marx, la lucha de clases es necesaria para
equilibrar la sociedad.

El Papa Juan Pablo al referirse a este aspecto es muy
enfático en recordar la censura a este tipo de
concepciones. Se reconoce no una "lucha de clases"; pero
sí una "lucha por la justicia social", no alimentada por
el odio de pobres a ricos o viceversa, se abstiene de ofender la
dignidad de las personas, de actos violentos; es decir, una
discusión honesta[14]Lo que no se considera
en el marxismo como
lucha de clases, es el respeto a la
dignidad de la persona, importa más el interés,
que suplanta el bien común, y se opone frontalmente a
otras ideas distintas del sistema.

"La época de los ataques por sorpresa, de las
revoluciones hechas por pequeñas minorías
conscientes a la cabeza de las masas inconscientes, ha pasado.
Allí donde se trate de una transformación completa
de la
organización social tienen que intervenir directamente
las masas, tienen que haber comprendido ya por sí mismas
de qué se trata, por qué dan su sangre y su vida.
Esto nos lo ha enseñado la historia de los últimos
cincuenta años. Y para que las masas comprendan lo que hay
que hacer, hace falta una labor larga y perseverante. Esta labor
es precisamente la que estamos realizando ahora, y con un
éxito
que sume en la desesperación a nuestros
adversarios[15]

El Papa Juan Pablo II, expresa su preocupación, a
respecto de la situación laboral, en relación con
la propiedad privada, tomando textualmente las palabras de
León XIII: "Luego los socialistas empeoran la
situación de los obreros todos, en cuanto tratan de
transferir los bienes de los particulares a la comunidad,
puesto que, privándolos de la libertad de colocar sus
beneficios, con ello mismo los despojan de la esperanza y de la
facultad de aumentar los bienes familiares y de procurarse
utilidades"[16]. Además entre otros puntos
de gran relación del documento de León XIII, se
expresa claramente:

"Para solucionar este mal (opresión, esclavitud), los
socialistas, atizando el odio de los indigentes contra los ricos,
tratan de acabar con la propiedad privada de los bienes,
estimando mejor que, en su lugar, todos los bienes sean comunes y
administrados por las personas que rigen el municipio o gobiernan
la nación. Creen que con este traslado de los bienes de
los particulares a la comunidad, distribuyendo por igual las
riquezas y el bienestar entre todos los ciudadanos, se
podría curar el mal presente. Pero esta medida es tan
inadecuada para resolver la contienda, que incluso llega a
perjudicar a las propias clases obreras; y es, además,
sumamente injusta, pues ejerce violencia
contra los legítimos poseedores, altera la misión de
la
república y agita fundamentalmente a las
naciones"[17].

La Iglesia no posee una estructura que
beneficie al capitalismo o al socialismo. El Presidente Correa,
en sus múltiples discursos y
aseveraciones, ha dado a entender una inclinación de la
Iglesia a los grupos de poder.
Las declaraciones de Correa, siempre desintegradoras, han
aumentado la brecha entre ricos y pobres. Algunas de las
apreciaciones dadas por él, siempre han sido
términos descalificatorios a la acción social
eclesial, atribuyéndose así mismo las actividades y
acciones que a
la Iglesia competen y no las ha hecho. El fin de la Iglesia es
unir y no crear la división en su seno, León XIII,
nos lo recuerda lapidariamente:

"Pues como madre común de ricos y pobres, excitada la
caridad por todas partes hasta un grado sumo, fundó
congregaciones religiosas y otras muchas instituciones
benéficas, con cuyas atenciones apenas hubo género de
miseria que careciera de consuelo. Hoy, ciertamente, son muchos
los que, como en otro tiempo hicieran los gentiles, se
propasan a censurar a la Iglesia esta tan eximia caridad, en cuyo
lugar se ha pretendido poner la beneficencia establecida por las
leyes civiles. Pero no se encontrarán recursos
humanos capaces de suplir la caridad cristiana, que se
entrega toda entera a sí misma para utilidad de los
demás. Tal virtud es exclusiva de la Iglesia, porque, si
no brotara del sacratísimo corazón de
Jesucristo, jamás hubiera existido, pues anda errante
lejos de Cristo el que se separa de la
Iglesia"[18].

Pero, si de la Iglesia Ecuatoriana se trata, han existido
proyectos de
ayuda social incluidos en la labor de la Iglesia como el
"Proyecto
Amanecer", "Acción", etc. La Iglesia tiene su eje en la
acción apostólica de la Evangelización, es
su fin inmediato, no solamente la labor social, para eso
está el Estado, cuyo objeto es dirigir el bien
común a una realización de la sociedad a la que
representa. El gobernante bajo ningún aspecto puede guiar
a un pueblo por su criterio unilateral, pues no ha sido elegido
para satisfacer sus intereses a costa del silencio de muchos. Lo
preocupante, es el modelo del sistema cuya proposición se
hace pero no se cumple. En algunas declaraciones, la Iglesia
Ecuatoriana ha sido muy enfática en cuanto a las
manifestaciones sociales producidas en diversos sectores,
fuentes de
confrontación, marchas y huelgas ante un sistema
autoritario.

Un estado extremista y con persecución, está
destinado a la destrucción. En palabras de Juan Pablo II,
la solución obrera no está en un estado fuerte y
poderoso, con todos los recursos a su
disposición"; esto entra en clara oposición con la
propiedad privada y la libertad de los ciudadanos:

"De esta errónea concepción de la persona
provienen la distorsión del derecho, que define el
ámbito del ejercicio de la libertad, y la oposición
a la propiedad privada. El hombre, en
efecto, cuando carece de algo que pueda llamar «suyo»
y no tiene posibilidad de ganar para vivir por su propia
iniciativa, pasa a depender de la máquina social y de
quienes la controlan, lo cual le crea dificultades mayores para
reconocer su dignidad de persona y entorpece su camino para la
constitución de una auténtica
comunidad humana"[19].

No existe espacio en este sistema social nuevo, para el
individuo particular, sino un "individuo social", según lo
expresa el Presidente Correa; es decir no hay una
distinción frente al socialismo anterior, donde las
libertades individuales quedan abolidas, para sumir a la sociedad
en una subordinación "al funcionamiento del mecanismo
económico-social" (CA 13). El ser humano es tratado
nocivamente ante la propuesta del socialismo, cuyo fundamento es
considerado "como simple elemento y una molécula del
organismo social".

"Por el contrario, de la concepción cristiana de la
persona se sigue necesariamente una justa visión de la
sociedad. Según la Rerum novarum y la
doctrina social de la Iglesia, la socialidad del hombre no se
agota en el Estado, sino que se realiza en diversos grupos
intermedios, comenzando por la familia y
siguiendo por los grupos económicos, sociales,
políticos y culturales, los cuales, como provienen de la
misma naturaleza
humana, tienen su propia autonomía, sin salirse del
ámbito del bien común. Es a esto a lo que he
llamado «subjetividad de la sociedad» la cual, junto
con la subjetividad del individuo, ha sido anulada por el
socialismo real".

Frente a las expresiones del Señor Correa, en cuanto a
su fundamento ideológico, la Iglesia no se plantea crear
la lucha de clases, el Magisterio de la Iglesia es uno solo. El
Magisterio Latinoamericano, íntimamente unido a toda la
Iglesia, representado en Medellín, Puebla, Santo Domingo,
Aparecida, y no son islas del camino magisterial, al igual que
otros documentos, han dado soporte y viabilidad a toda la
estructura eclesial. Estamos ante una propuesta muy diversa del
socialismo del siglo XXI, el cual se opone a la Doctrina Social
de la Iglesia (DSI), y en nada lo fundamenta.

"Para un cristiano en América Latina, la
cuestión moral fundamental es la cuestión
social.  Insisto en esto, porque a diferencia de la Iglesia
latinoamericana de los años sesenta y setenta, cuando la
Conferencia
Episcopal de Obispos Latinoamericana (CELAM por sus siglas en
español)
en sus encuentros de Medellín y Puebla puso en el centro
de la acción pastoral la cuestión social, la
jerarquía eclesial latinoamericana actual pone mayor
énfasis en cuestiones de moral individual y en cuestiones
de rito.  De hecho, ya tenemos en Ecuador, coincidentemente
en sectores bastante adinerados, nuevamente la misa en
latín. En realidad, no solo a nivel de América
Latina y de Iglesia Católica, sino a nivel mundial y
dentro de otras iglesias cristianas, existe un resurgir del
conservadurismo, enfocado, como manifestamos, en cuestiones de
rito y moral individual."[20]

El Sr. Presidente, se califica como "cristiano de izquierda",
dice no interesarle una "Iglesia ritual", sino con justicia
social; es decir, el término ritual al parecer, se refiere
a sacramental; en tal caso la Iglesia, como lo expresa la "Lumen
Gentium" es "(.) en Cristo como un sacramento o señal e
instrumento de la íntima unión con Dios y de la
unidad de todo el género humano"[21]. La
acción social es algo claro en la acción
evangelizadora, la caridad no solo es la entrega de bienes hacia
alguien, es un concepto mucho más grande, implica una
comprensión del misterio salvífico de Cristo. La
revolución de Cristo nunca fue y tendrá una
connotación política, pues su fin no es ese. Sin
embargo, siguiendo las enseñanzas del Maestro, la Iglesia
si denuncia las injusticias sociales de los pobres y marginados,
donde expresa la opción preferencial. Injusticias
sociales, iluminadas desde la Palabra de Dios y la
Eucaristía; así, la acción social es una
parte de esta misión recibida, no de un entramado
político, sino de su Señor. La Iglesia en su
misión fundamental, observa la evangelización, en
el anuncio de Cristo, realiza su obra en el mundo, no solamente
es social, su labor es más amplia, nacida del mandato que
recibió del Señor.

"Es la Iglesia convocada y constituida por Dios para que sea
sacramento visible de esta unidad salutífera, para todos y
cada uno. Rebosando todos los límites de
tiempos y de lugares, entra en la historia humana con la
obligación de extenderse a todas las naciones. Caminando,
pues, la Iglesia a través de peligros y de tribulaciones,
de tal forma se ve confortada por la fuerza de la gracia de Dios
que el Señor le prometió, que en la debilidad de la
carne no pierde su fidelidad absoluta, sino que persevera siendo
digna esposa de su Señor, y no deja de renovarse a
sí misma bajo la acción del Espíritu
Santo hasta que por la cruz llegue a la luz sin
ocaso"[22].

En el socialismo del siglo XXI, se habla de esfuerzo militar,
de ser así, la carrera armamentista, no crearía paz
en los ciudadanos de sus propios países y en las naciones
vecinas, porque se evidenciaría una amenaza de guerra. Este
comportamiento
se engloba dentro de grupos extremistas, donde se utiliza la
fuerza para encontrar soluciones a
los problemas; además de lo negativo de las armas, lo
constituyen el apoyo de la política para encubrir el
delito,
disfrazado bajo una supuesta ideología, para quienes "el
fin justifica los medios". La lucha de clases ocasiona la guerra,
en palabras del Papa Juan Pablo II: "Sobre todo el mundo se
cierne la amenaza de una guerra atómica, capaz de acabar
con la humanidad", donde no hay ganadores ni vencidos, cuya
hegemonía es la extinción y suicidio de la
humanidad.

Otra característica observable en la realidad
ecuatoriana, en el aspecto pragmático, es la
elaboración de leyes en los órganos públicos
e incluso privados. La libertad de
expresión y comunicación es muy cuestionada por los
periodistas, las leyes relativas a la minería,
las leyes del agua, la
autonomía universitaria, la abolición de gremios de
docentes
(mediantes sutiles leyes financieras), etc. Es decir cada vez
existe concentración de poder, no sólo
económico, sino en toda su estructura, incluido el sector
privado. La preocupación creciente de un estado con
poderes totalitarios, coincide con la postura socialista
clásica, cuyas primeras acciones consisten en justificar
mediante leyes el rigor aplicado a la libertad individual de los
ciudadanos en todas las áreas: laborales, educativas,
religiosas, e incluso familiares. Con tenacidad las leyes abren
la posibilidad a muchas leyes antinaturales como la homosexualidad, el aborto, el
irrespeto a libertad de la familia sobre la
educación de sus hijos.

"A esta concepción se ha opuesto en tiempos modernos el
totalitarismo, el cual, en la forma marxista-leninista, considera
que algunos hombres, en virtud de un conocimiento más
profundo de las leyes de desarrollo de la sociedad, por una
particular situación de clase o por
contacto con las fuentes más profundas de la conciencia
colectiva, están exentos del error y pueden, por tanto,
arrogarse el ejercicio de un poder absoluto. A esto hay que
añadir que el totalitarismo nace de la negación de
la verdad en sentido objetivo. Si
no existe una verdad trascendente, con cuya obediencia el hombre
conquista su
plena identidad,
tampoco existe ningún principio seguro que
garantice relaciones justas entre los hombres: los intereses de
clase, grupo o nación, los contraponen inevitablemente
unos a otros. Si no se reconoce la verdad trascendente, triunfa
la fuerza del poder, y cada uno tiende a utilizar hasta el
extremo los medios de que dispone para imponer su propio
interés o la propia opinión, sin respetar los
derechos de los
demás. Entonces el hombre es respetado solamente en la
medida en que es posible instrumentalizarlo para que se afirme en
su egoísmo. La raíz del totalitarismo moderno hay
que verla, por tanto, en la negación de la dignidad
trascendente de la persona humana, imagen visible de Dios
invisible y, precisamente por esto, sujeto natural de derechos
que nadie puede violar: ni el individuo, el grupo, la clase
social, ni la nación o el Estado. No puede hacerlo tampoco
la mayoría de un cuerpo social, poniéndose en
contra de la minoría, marginándola,
oprimiéndola, explotándola o incluso intentando
destruirla"[23].

Otro rasgo evidente, pero muy guardado, son las acciones
fascistas, el control militar. En Ecuador las FFAA son
propietarias de varias empresas, que normalmente estarían
en el sector
público; por nombrar algunas, tenemos: la línea
aérea TAME, FLOPEC una flota petrolera, DINEAGRO una
bananera, ANDEC una fábrica de hierro,
DINIMOV una constructora de vivienda, etc. Los estados
socialistas recurren a una práctica de
militarización y centralización de poder, donde el
mantenimiento
de éstos con altos beneficios, constituyen una clara
tendencia al fascismo, error
visto con dolor en la segunda guerra
mundial y los ciudadanos sometidos a este tipo de
régimen.

"Hay que invertir los términos de ese principio y
reconocer íntegramente los derechos de la
conciencia humana, 
vinculada solamente a la verdad
natural y revelada. En el reconocimiento de estos derechos
consiste el fundamento primario de todo ordenamiento
político auténticamente libre. Es importante
reafirmar este principio por varios motivos: porque las antiguas
formas de totalitarismo y de autoritarismo todavía no han
sido superadas completamente y existe aún el riesgo de que
recobren vigor: esto exige un renovado esfuerzo de
colaboración y de solidaridad entre todos los
países;

  • a. porque en los países desarrollados se hace
    a veces excesiva propaganda de los valores puramente
    utilitarios, al provocar de manera desenfrenada los instintos
    y las tendencias al goce inmediato, lo cual hace
    difícil el reconocimiento y el respeto de la
    jerarquía de los verdaderos valores de la existencia
    humana;

  • b. porque en algunos países surgen nuevas
    formas de fundamentalismo religioso que, velada o
    también abiertamente, niegan a los ciudadanos de
    credos diversos de los de la mayoría el pleno
    ejercicio de sus derechos civiles y religiosos, les impiden
    participar en el debate cultural, restringen el derecho de la
    Iglesia a predicar el Evangelio y el derecho de los hombres
    que escuchan tal predicación a acogerla y convertirse
    a Cristo. No es posible ningún progreso
    auténtico sin el respeto del derecho natural y
    originario a conocer la verdad y vivir según la misma.
    A este derecho va unido, para su ejercicio y
    profundización, el derecho a descubrir y acoger
    libremente a Jesucristo, que es el verdadero bien del
    hombre[24]

El socialismo niega la creencia de Dios, porque en su
estructura dialéctica no existe espacio para él,
Dios sume a todos los creyentes en un opio latente. La idea de
religión para el socialismo, unido a los postulados
marxistas-leninistas, el fenómeno religioso es fruto de un
temor, de una ignorancia. Los dioses existieron ante la
imposibilidad del hombre de controlar las fuerzas de la
naturaleza; en relación con los pueblos primitivos, era
una pulsión interior ante su imposibilidad de conocimiento
racional, "la religión no es otra cosa que el reflejo
fantástico que proyectan en la cabeza de los hombres, las
poderosas fuerzas naturales. Pero pronto al lado de ellas, entran
también en acción los poderes que se enfrentan al
hombre y que al principio son tan inexplicables y extraños
para él como las fuerzas de la naturaleza y que al igual
que éstas, le dominan con la misma aparente necesidad
natural. Ahora, las figuras de la fantasía, en las que al
principio sólo se reflejaban fuerzas misteriosas de la
naturaleza sobran atributos sociales, se convierten en
representantes de poderes históricos"[25].
Con el transcurso de la historia y la apertura de la mente del
hombre a las realidades, se inventó el hombre un dios
monoteísta, donde centraron toda su abstracción
sensible ante las potencias extrañas que los gobiernan.
Mientras los hombres se encuentran en manos de esos terribles
poderes divinos, es una alienación, una droga
necesaria, impuesta por el ambiente
inmediato: "la religión es opio del
pueblo"[26]. Esta dependencia se caracteriza por
la opresión espiritual, sobre las masas aplastadas en la
opresión. El modelo socialista del siglo XXI puesto a
discusión es parecido en algunos aspectos, pero mucho
más peligroso, al aceptar solo parte del aspecto social,
conforme a intereses.

Al afirmar los mandatarios representantes, tanto de Ecuador y
Venezuela la influencia de la religión en las personas,
intentan forjar una fe social, poniendo como modelo a
Jesús y sus denuncias en su tiempo, destacando su
oposición al sistema. El Presidente Correa, afirma ser un
creyente de "izquierda", una apostura bastante irreal en
contraste con la fe que dice predicar; es decir, considera a la
fe católica como un medio solamente para la acción
social. No existe otro fundamento más errado que
éste. Porque, como indicamos anteriormente, es el Estado
el convocado a asumir la posturas que le competen en materia de
gobernabilidad, asegurando el bienestar de los que representa.
Entre otros aspectos, el Presidente Correa expresa como una
intromisión de la Iglesia cuando se trata de
enseñanzas eclesiales de su encumbencia. Problemas como el
aborto, el
cambio de sexo, el
irrespeto a la libertad educativa, etc. Afirma ser
católico cristiano y no acepta los fundamentos planteados
por la Iglesia en su dogma total. Considera la Jerarquía
de la Iglesia en un plano de poder económico, que
obviamente lo tiene, al igual que muchas instituciones
públicas y del estado; a las cuales está llamado a
defender.

Cuando existe una valoración dogmática, de
cualquier lado que proceda, los simpatizantes del movimiento,
están obligados en conciencia a aceptar todas las
prescripciones emanadas en su organización, esto en todas las
instituciones del sector público o privado. La Doctrina
Social de la Iglesia, conforma un tratado unificado de las
expresiones de los Papas, no es una particularidad adaptada a
situaciones personales, peor aún como slogan
político. El servicio
cristiano auténtico consiste en expresar, por medio de una
fe sincera, todo lo que expresa el misterio del Iglesia.

En lo referente a la teología de la liberación,
cuya acción está centrada en la persona para
liberarla de la opresión, donde los pobres son
víctimas del pecado que se convierte en un pecado social
como estructura de acciones y omisiones que mantienen la
opresión, la injusticia y la explotación. Se trata
de un pecado que va más allá de los pecados
individuales y se transforma en una situación de
pecado, un pecado colectivo se convierte en pecado
estructural, de manera que la situación de injusticia y
corrupción
se mantiene mediante un pecado institucional y una violencia
institucionalizada. En tal situación de pecado el
Reino de Dios es rechazado y el sistema de pecado lucha contra
las comunidades y personas que anuncian la buena noticia de la
liberación del pecado, de cómo podemos salvarnos
"de esta generación perversa "estableciendo unas
relaciones sociales nuevas de comunión, de plena
solidaridad, de espiritualidad comunitaria que permitan que todos
aporten para que cada cual pueda resolver sus necesidades (Hechos
2, 42-47); unas relaciones de amor y fe, no
solamente de palabra, sino en los hechos(1Juan 3,
16-19; Santiago 2, 14-17). Ante estas apreciaciones, la
Iglesia asume ciertamente la intervención social, como lo
ha demostrado siempre, pero no acepta una fe expresada en
postulados marxistas, no abraza ningún sistema
político ni ideológico, pues su único
ideólogo es Cristo, y conforme a su actuación, la
Iglesia anuncia el Reino de Cristo, denunciando la injusticia,
sin abandonar su campo de acción evangélica, para
abordar realidades ajenas a ella. El Papa Juan Pablo II, respecto
de esto nos informa:

"La crisis del
marxismo no elimina en el mundo las situaciones de injusticia y
de opresión existentes, de las que se alimentaba el
marxismo mismo, instrumentalizándolas. A quienes hoy
día buscan una nueva y auténtica teoría y
praxis de liberación, la Iglesia ofrece no sólo la
doctrina social y, en general, sus enseñanzas sobre la
persona redimida por Cristo, sino también su compromiso
concreto de ayuda para combatir la marginación y el
sufrimiento.

En el pasado reciente, el deseo sincero de ponerse de parte de
los oprimidos y de no quedarse fuera del curso de la historia ha
inducido a muchos creyentes a buscar por diversos caminos un
compromiso imposible entre marxismo y cristianismo.
El tiempo presente, a la vez que ha superado todo lo que
había de caduco en estos intentos, lleva a reafirmar la
positividad de una auténtica teología de la
liberación humana integral. Considerados desde este punto
de vista, los acontecimientos de 1989 vienen a ser importantes
incluso para los países del llamado Tercer Mundo, que
están buscando la vía de su desarrollo, lo mismo
que lo han sido para los de Europa central y
oriental[27]

Finalmente, respecto de la Teología de la
Liberación se notan grandes diferencias con el dogma
cristiano original, entre estos aspectos doctrinales presentamos,
el análisis de la congregación de la fe, en aquel
tiempo realizado por el Cardenal JosephRatzinger, actual
Papa:

1 – Desde un punto de vista teológico, el
análisis marxista no es una herramienta científica
para el teólogo, que debe, previo a la utilización
de cualquier método de
investigación de la realidad, llevar a cabo
un examen crítico de naturaleza epistemológica
más que social o económico.

2 – El marxismo es, además, una concepción
totalizante del mundo, irreconciliable con la revelación
cristiana, en el todo como en sus partes.

3 – Esta concepción totalizante impone su lógica
y arrastra las "teologías de la liberación" a un
concepto de la praxis que hace de toda verdad una verdad
partidaria, es decir, relativa a un determinado momento
dialéctico.

4 – La violencia de la lucha de clases es también
violencia al amor de los unos con los otros y a la unidad de
todos en Cristo; es una concepción puramente
estructuralista, para legitimar esa violencia.

5 – Decir que Dios se hace historia, e historia profana, es
caer en un inmanentismo historicista, que tiende
injustificadamente a identificar el Reino de Dios y su devenir
con el movimiento de la liberación meramente humana, lo
que está en oposición con la fe de la Iglesia.

6 – Esto entraña, además, que las virtudes
teologales de la fe, la esperanza y la caridad reciban un nuevo
contenido como "fidelidad a la historia", "confianza en el
futuro", y "opción por los pobres" que en realidad les
niega su sustancia teológica.

7 – La politización de las afirmaciones de la fe y de
los juicios teológicos lleva a la aceptación de que
un hombre, en virtud de su pertenencia objetiva al mundo de los
ricos, es, ante todo un enemigo de clase que hay que
combatir.

8 – Todo eso lleva a un clasismo intolerable dentro de la
Iglesia y a una negación de su estructura sacramental y
jerárquica, 'hendiendo al Cuerpo Místico de Cristo
en una vertiente "oficial" y otra "popular", ambas
contrapuestas.

9 – La nueva hermenéutica de los teólogos de la
liberación conduce a una relectura esencialmente
política de las Escrituras y a una selectividad parcial y
mendaz en la selección
de los textos sacros, desconociendo la radical novedad del Nuevo
Testamento, que es liberación del pecado, la fuente de
todos los males.

10- También entraña el rechazo de la
Tradición como fuente de la fe y una distinción
inadmisible entre el "Jesús de la Historia" y el
"Jesús de la Fe", a espaldas del magisterio
eclesiástico[28]

Conclusión

En primer lugar, lo que hasta el momento se conoce como
"socialismo del siglo XXI" en su versión más
trabajada, es el intento hecho por Heinz Dieterich; el cual se
diferencia de la tesis socialdemócrata, toda vez que la
misma persigue la eliminación de la economía de
mercado, la propiedad privada y el sistema de precios, lo
que podría implicar retornar al trueque o la
implantación de un Estado omnímodo. En segundo
término, a pesar de que el gobierno parece compartir al
menos parte de estas ideas, en el mercado internacional del
petróleo
se comporta como un defensor de "precios monopolísticos",
hecho en sí mismo contrario al ideal socialista.

Luego, no hay novedades. Este tipo de socialismo posee una
estructura similar al socialismo del pasado, busca una
estatización de todo, destruye la propiedad privada y
afecta el desarrollo del individuo. Además no compagina
con la Doctrina Social de la Iglesia en todo su conjunto
doctrinal, carece de una ideología propia, toma de algunas
fuentes su razón de ser. Se ha implantado este sistema en
algunos lugares de Latinoamérica, entre ellos, Venezuela y
Ecuador.

En la realidad ecuatoriana, se hace una unificación muy
sincretista sobre: marxismo-leninismo (socialismo), Doctrina
Social de la Iglesia, y Teología de la liberación
Por su expresión la Doctrina Social de la Iglesia es el
desarrollo del Magisterio, no se supedita a apreciaciones
simplistas, que disminuyan todo el vigor que mana de ella. La
Teología de la Liberación es una expresión
de un pensamiento. La Iglesia no aprueba algunas de sus ideas,
por considerar que minan la esencia fundamental del cristianismo,
disminuido solo a una actuación meramente social, de lucha
de clases.

Bibliografía

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    http://sobreleyendas.com/2007/11/27/el-mito-de-prometeo/el 12
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    criados por Gays se desarrollan igual que los Hijos de
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  • Juan Pablo II: Carta Encíclica
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    , Libro dot.com. [Consulta
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  • Marx, Karl: En torno a la Crítica
    de la Filosofía del Derecho
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  • Larraín, R: "De cómo la
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  • Rubianes, Eduardo: Marxismo, Hombre si
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    http://es.wikipedia.org/wiki/Teología_de_la_liberación,
    el 20 de septiembre de 2009

 

 

 

 

Autor:

Diego Bustamante

[1] El Trueque y el Socialismo del Siglo XXI:
El Confuso Socialismo del Siglo XXI, En Línea, Tomado
desde: http://www.analitica.com/media/5632705.pdf, el
20 de septiembre de 2009.

[2] Larraín, R: "De cómo la
modernidad impacta a la ciencia
(y a la religión)", 1991, nº 68 pp. 31

[3] El mito de
Prometeo, En línea, consultado en:
http://sobreleyendas.com/2007/11/27/el-mito-de-prometeo/el 12
de noviembre de 2009.

[4] Parejas Homosexuales podrían
Concebir Hijos, En línea, consultado en:
http://www.foro3k.com/actualidad-curiosidades/23736-parejas-homosexuales-podrian-concebir-hijos.html, el 12
de noviembre de 2009.

[5] Estudios en Estados Unidos. Niños
criados por Gays se desarrollan igual que los Hijos de los
Heterosexuales, En línea, obtenido desde:
http://www.clarin.com/diario/2005/04/11/sociedad/s-03301.htm,
el 10 de noviembre de 2009.

[6] El Trueque y el Socialismo del Siglo XXI:
El Confuso Socialismo del Siglo XXI, En Línea, Tomado
desde: http://www.analitica.com/media/5632705.pdf, el 20 de
septiembre de 2009.

[7] Discurso del Presidente Correa en la
Universidad
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Mundo Secular, [En línea], Tomado de: http://foro.univision.com/univision/board/message?board.id=ecuatorianos&message.id=56818,
[Consulta 2009-07-26].

[8] Discurso del Presidente Correa en la
Universidad de Oxford: Experiencia como un Cristiano de
Izquierda en un Mundo Secular, [En línea], Tomado de:
http://foro.univision.com/univision/board/message?board.id=ecuatorianos&message.id=56818,
[Consulta 2009-07-26].

[9] Algunas Reflexiones sobre la Despedida de
Fidel Castro
y un Libro Cubano
Julio Cesar Guanche: En el borde de todo, el hoy y el
mañana de la Revolución Cubana (Ocean Sur), [En
línea], Consultado en
.http://www.rebelion.org/noticia.php?id=63697,
[Consulta 2009-07-26].

[10] El diario.ec (2009): Correa Defiende el
Socialismo del Siglo XXI, [En línea], Tomado desde:
http://www.eldiario.com.ec/noticias-manabi-ecuador/72639-correa-defiende-el-socialismo-del-siglo-xxi/,
Consulta 2009-07-26].

[11] El Mercurio.com: El Socialismo del siglo XXI rompe
dogma y sectarismos, [En línea], Tomado desde:
http://www.elmercurio.com.ec/217697-"el-socialismo-del-siglo-xx-rompe-dogmas-y-sectarismos".html,
[Consulta 2009-09-23].

[12] El Diario.ec (2009): Correa Defiende el
Socialismo del Siglo XXI, [En línea], Tomado desde:
http://www.eldiario.com.ec/noticias-manabi-ecuador/72639-correa-defiende-el-socialismo-del-siglo-xxi/,
Consulta 2009-07-26].

[13] Juan Pablo II: Carta
Encíclica Centesimus Annus (CA), número 3,
Documentos Pontificios, número 3, México D.F. 1991.

[14] CA: número 16.

[15] Marx-Engels: Las Luchas de Clases en
Francia de
1848 a 1850, Libro dot.com. [Consulta 2009-09-23].

[16] Rerum Novarum (RN), número 2.

[17] .Ibídem número 2.

[18] Ibídem número 22.

[19] CA: número 26.

[20] Discurso del Presidente Correa en la
Universidad de Oxford: Experiencia como un Cristiano de
Izquierda en un Mundo Secular, [En línea], Tomado de:
http://foro.univision.com/univision/board/message?board.id=ecuatorianos&message.id=56818,
[Consulta 2009-07-26].

[21] LG: número 1.

[22] Ibídem, número 9.

[23] CA: número 44.

[24] CA: número 29.

[25] Rubianes, Eduardo: Marxismo, Hombre si
Dios no, Capítulo I: Origen del Fenómeno
Religioso, pp. 34. Ecuatoriana, Quito
1972.

[26] Marx, Karl: En torno a la Crítica de la Filosofía del Derecho, pp. 3.

[27] CA: número 26.

[28] Teología de la Liberación,
En Línea, Tomado desde:
http://es.wikipedia.org/wiki/Teología_de_la_liberación,
el 20 de septiembre de 2009.

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