En el año de 360, Juliano de ascendencia
judía y pagana fue proclamado Emperador de Oriente y
Occidente, y desde el primer momento Juliano adjudicó
los ministerios imperiales a los hebreos prominentes. La
política de Juliano promovida por sus consejeros, tuvo
tres objetivos principales: 1º- restaurar el paganismo,
convirtiéndolo de nuevo en la religión oficial
del Imperio, con la idea de que Roma volviera a su antiguo
esplendor, eclipsado -según él- por el
cristianismo. 2º- destruir al cristianismo aduciendo ser
enemigos de la religión romana. 3º- restablecer
al judaísmo los privilegios que habían sido
abrogados por Constantino y sus hijos, (los judíos
llegaron al extremo de ordenar la reconstrucción del
Templo de Jerusalén, la represión y
persecución de los cristianos en la provincias romanas
y la destrucción de las Iglesias). A la muerte de
Juliano, el emperador Valentiano suprimió los
privilegios imperiales otorgados a los judíos por su
antecesor, y restableció la libertad
religiosa,San Agustín de Hipona en su comentario acerca
del significado literal del Génesis (De Genesi ad
Litteram, 401-415), se muestra muy prudente acerca de la
supuesta discrepancia entre la concepción del mundo
científico de su época y la de los autores
bíblicos. Por ello reconoció la necesidad de
analizar, desde una actitud crítica, la
concepción bíblica (refiriéndose a la
crítica filosófica, no a la literaria). En la
Ciudad de Dios aborda la polémica que desató
entre los romanos seguidores de los dioses de Olimpo y los
romanos cristianos la invasión de Roma por los
bárbaros germanos simpatizantes de los judíos
arrianos quienes resentidos por haber perdido su influencia y
privilegios en el Imperio romano, conspiraron con Alarico la
toma Roma financiando y guiando la invasión y
abriéndole las puertas de la ciudad en cumplimiento a
las directivas genocidas y criminales de Israel esclavizando,
matando, violando a mujeres y niños; despojando,
torturando y asesinando a los ciudadanos, romanos; saqueando
e incendiando la ciudad, sus foros, iglesias y templos,
igualando en crueldad al genocidio perpetrado en la provincia
Ibérica dos años antes. En recompensa a los
servicios prestados a Alarico por los hebreos durante la
invasión, solicitaron a los monarcas bárbaros
les abrieran las puertas de los cargos públicos, desde
donde podían someter a los cristianos.Después de la desintegración del
Imperio romano en el siglo V, la Iglesia de la Edad media
separada de sus raíces helenistas, se hundió en
la ignorancia, la superstición y la corrupción
de las costumbres clericales aunados al deseo de riqueza y
poder de algunos dignatarios, desfiguraron el rostro de la
Iglesia pero no su fundamento judío cristiano anclado
en el ritualismo, el rezo y la lectura bíblica. Todo
aprendizaje secular llegó a ser considerado como una
mera preparación para la comprensión del Libro
Sagrado, consecuentemente los estudiosos se refugiaron en los
conventos y se dedicaron a la conservación y
sistematización del conocimiento del pasado copiando y
comentando las obras de autores clásicos. Se
escribieron obras enciclopédicas, como las
Etimologías de san Isidoro de Sevilla, en las
que su autor pretendía compilar todo el conocimiento
de la humanidad.La reconquista por parte del Imperio Romano de
Oriente de grandes territorios dominados por los
bárbaros germanos y la conversión al
cristianismo de todos los monarcas germanos, antes
pertenecientes a la secta del judío Arrio, cambiaron
una vez más la situación de los judíos
en Europa haciéndoles perder su posición
privilegiada y su posibilidad de seguir hostigando a los
cristianos. No es de extrañar que después de
tantos abusos y desmanes cometidos por los hebreos bajo la
protección de los germanos arrianos, a su hundimiento
se provocara una verdadera reacción anti judía
en los países nuevamente conquistados para la Iglesia
de Roma.En 589, entronizado Recaredo, la legislación
eclesiástica comenzó a serles aplicada en sus
menores detalles. Sus sucesores no fueron tan severos; pero
subido Sisebuto al trono (612-620), prevaleció el
más cerrado fanatismo. Instigado quizá por el
emperador bizantino Heraclio, que publicó en 616 un
edicto que ordenaba el bautismo de todos los judíos de
su reino, so pena de destierro y pérdida de todas sus
propiedades. Según los cronistas cristianos, noventa
mil abrazaron la fe cristiana; infiltrando a los conjurados
judíos en seno de la Iglesia, del Estado y la
sociedad. En el Imperio Bizantino también se aprobaron
medidas tendentes a lograr la conversión de los
hebreos al cristianismo. Justiniano ordenó la lectura
de la Torah en griego, esperando la conversión de los
judíos por este método, y en año 532,
declaró nulo todo testimonio de un judío contra
un cristiano"En la Iglesia del Alta Edad Media, los
cripto-judíos obligados a convertirse al cristianismo
concentraban sus esfuerzos en apoderarse de la riqueza y
poder de la nobleza y el clero. El encumbramiento de los
judíos forzados a abrazar el cristianismo
alertó a los padres toledanos, y resueltos a defender
la Iglesia el Estado y la sociedad contra los ataques
encubiertos de los cripto judíos convocaron los
Concilios de Toledo…" Entre los cánones del Concilio
III de Toledo aprobados con tal objeto, destaca por su
importancia el canon XIV, que refiriéndose a los
judíos, dice: "Que no se les confieran cargos
públicos en virtud de los cuales puedan imponer penas
a lo cristianos.Deseosos de acelerar la difusión del
Cristianismo y la paz entre ambas religiones, los Concilios
XII y XIII de Toledo conceden inusitados privilegios a los
judíos conversos de verdad (plena mentis intentione),
haciéndoles nobles y exentos de capitación.
Pero todo fue en vano: los judaizantes (cristianos cripto
judíos) que eran ricos y numerosos en tiempos de
Egica, conspiraron contra la seguridad del Estado…El
peligro era inminente. Aquel rey y el Concilio XVII de Toledo
apelaron a un recurso extremo y durísimo, confiscando
los bienes de los judíos, declarándolos
siervos, y separándolos de sus hijos, para que fueran
educados en el Cristianismo. La minuciosa y enérgica
legislación anti judía aprobada por los
Concilios Toledanos, fue incapaz de aniquilar la
peligrosísima quinta columna, para impedir que las
poderosas redes ocultas de los conversos forzados conspiraran
en secreto contra la Iglesia, el Estado y la sociedad, y se
convirtieran en verdaderos cristianos.En vísperas al fallecimiento del Papa Honorio
II, los cripto judíos tenían asegurado el voto
del Sacro Colegio para elegir al cardenal judío Pedro
Pierloni como nuevo Papa, pero el Cardenal Aimerico
guardián de la Iglesia impuso la corona de San Pedro
al Cardenal Papareshi asumiendo el nombre de Inocencio II.
Inconforme el Cardenal Pierloni, tomó por asalto la
Basílica de San Pedro, el Laterano y Santa Maria
Mayor, secuestrando el tesoro de la iglesia. Y la pandilla de
Cardenales Cripto judíos, lo coronó con el
nombre de Papa Anacleto II, excomulgando a Inocencio II y
destituyendo a los guardianes purpúreos y designando
Cardenales filo judíos. San Bernardo Abad de
Chairvaux, consiguiendo el respaldo del episcopado
Alemán, recurrió al Emperador Lotario para que
convocara un concilio en Wurzburgo. Y San Norberto Arzobispo
de Magdeburgo, consiguiendo el respaldo del episcopado
francés, recurrió al Emperador Luis VI, a fin
de que convocara un concilio en Etampes. La resolución
de los padres conciliaría ratifico al Papa Inocencio
II, declarando a Anti Papa a Anacleto II. Posteriormente se
celebró el Concilio de Reims y los obispos de
Inglaterra, Castilla y Aragón reconocieron a Inocencio
II como Papa legitimo; pero el poderío de los reyes
filo judíos sostuvo a Anacleto II hasta su muerte. El
pontificado del Papa judío con el pretexto de regresar
a la iglesia la pureza primitiva originó diferentes
movimientos heréticos como los Cataros, los
Albigineses y los Fraticelli, y diferentes teologías
como la de Joaquín de Fiore, etc."Hacia 694, diecisiete años antes de la
conquista de España por los musulmanes, los hebreos
proyectaron una sublevación general, de acuerdo con
sus correligionarios de allende el Estrecho, donde varias
tribus bereberes profesaban el judaísmo y donde los
judíos desterrados de España habían
encontrado refugio. La rebelión probablemente
debía estallar en varios lugares a la vez, en el
momento en que los judíos de África hubiesen
desembarcado en las costas de España; mas antes de
llegar el momento convenido para la ejecución del
plan, los gobernantes fueron puestos en conocimiento de la
conspiración. El rey Egica tomó inmediatamente
las medidas dictadas por la necesidad; luego, habiendo
convocado un Concilio en Toledo, informó a sus
guías espirituales y temporales de los proyectos
criminales de los judíos y les pidió que
investigaran a los judíos sospechosos de conspirar
contra el Estado. Interrogados por la Santa
Inquisición los sospechosos, se concluyo que los
conjurados pretendían convertir España en un
Estado Judío, los obispos, estremeciéndose de
ira e indignación, condenaron a todos los
judíos a la pérdida de sus bienes y de su
libertad.Muerto el rey Egica, los judíos
forzados-sometidos a la sazón a dura esclavitud
después de fracasada su monstruosa
conspiración- vieron en las intenciones conciliadoras
y en el justo anhelo de unificación del reino que
inspiraban al príncipe Witiza, el medio de librarse
del tremendo castigo y de recobrar su perdida influencia y
obtener del nuevo rey una proclama que los librara de la
pesada servidumbre y los elevara, por el momento, a un rango
de igualdad con los demás súbditos.
Posteriormente mediante halagos los rabinos se ganaron la
simpatía del monarca, persuadiéndolo de
otorgarles mayores honores que los otorgados a las iglesias y
a los prelados, además de esto el rey Witiza hizo
quemar la documental de los procesos en contra de los
judíos conjurados para que no quedase memoria de los
delitos por los cuales fueron condenados, y perdonó el
destierro decretado por su padre contra los conspiradores
judíos y los restituyó en todas sus haciendas,
honras y cargos.Witiza, llegó al colmo de los desatinos en
una política que se nos antoja suicida. Mandó
convertir las armas en arados y demoler las murallas de
muchas ciudades con sus poderosas fortificaciones -que
habrían dificultado enormemente la invasión
musulmana-, según unos, so pretexto de su amor a la
paz, y según otros, para poder reprimir más
fácilmente a los opositores de su absurda
política que cada día crecían en
número y fuerza. Mientras, los judíos
-traicionando a su leal amigo Witiza- estaban instigando la
invasión musulmana a España desde el norte de
África, con el fin de aniquilar para siempre al Estado
cristiano y de ser posible a toda la Cristiandad europea. Por
el año de 709 el descontento de la nobleza y del
pueblo contra Witiza había tomado proporciones tales
que su situación se tornaba insostenible; lo cual fue
aprovechado por el judío Eudon para sublevar al
Senado, destronar Witiza, nombrando rey a Rodrigo, nieto del
gran Recesvinto, quien recompensó enseguida a Eudon
nombrándole conde de los Notarios, esto es, ministro
de estado y hombre de todas las confianzas reales.Estando ya los hijos de Witiza y el traidor
Arzobispo Oppas en secreto contubernio con los judíos
y los musulmanes, Rodrigo comete el error mortal de
entregarles el mando de importante parte del ejército,
el cual debería librar la batalla decisiva contra los
musulmanes invasores. La víspera de la batalla, que
los españoles llaman del Guadalete, los hijos de
Witiza conferenciaron con los nobles godos y judíos
conjurados. Al efecto, la crónica árabe "Ajbar
Machmuá" narra que dijeron: "Este mal nacido, dijeron
refiriéndose a Rodrigo, se ha hecho dueño de
nuestro reino sin ser de nuestra estirpe real; antes bien,
uno de nuestros inferiores; aquella gente que viene del
África no pretende establecerse en nuestro
país; lo único que desea es ganar botín:
conseguido esto, se marchará y nos dejará.
Emprendamos la fuga en el momento de la pelea, y ese
miserable será derrotado". Los doce mil musulmanes
mandados por Tarik se enfrentaron al día siguiente con
los cien mil cristianos comandados por Rodrigo, el Arzobispo
Oppas y los dos hijos de Witiza. La batalla se desarrollaba
como era natural en forma favorable para los visigodos, pero
entonces el Arzobispo traidor y los dos hijos de Witiza, en
el momento adecuado, lejos de huir y dejar solo a Rodrigo, se
pasaron con sus ejércitos al bando islámico,
haciendo pedazos al resto de la tropa que permanecía
fiel al rey Rodrigo, colaborando en forma decisiva en la
destrucción de la Cristiandad en lo que fuera en otro
tiempo esplendoroso Imperio de los visigodos.Después de la batalla de Jerez (julio 711) y
la muerte de Rodrigo, el último rey visigodo, los
árabes victoriosos siguieron avanzando, y en todas
partes fueron apoyados por los judíos. En cada ciudad
que conquistaban, los generales musulmanes no estaban en
posibilidad de dejar sino una pequeña
guarnición de sus propias tropas, ya que necesitaban
de todos sus hombres para someter al país, por eso
confiaban su custodia a los judíos. De esta manera los
judíos, que hasta recientemente habían estado
sometidos a la servidumbre, ahora se convertían en los
amos de Córdoba, Granada, Málaga y muchas otras
ciudades, aprovechando esta situación para someter,
asesinar y despojar a los cristianos con una saña
inaudita.El gran cisma de Oriente dejó intacta la
estructura de la fe basada en las enseñanzas de
Biblia, la tradición, los Padres de la Iglesia y los
acuerdos de los concilios que sustancian la doctrina de la
Iglesia.En los siglos XIV y XV el Renacimiento
representó la reivindicación del humanismo
helénico y el conocimiento experimental sobre el
oscurantismo y la superstición, por consiguiente UN
TRIUNFO DEL CRISTIANISMO GENTIL SOBRE EL CRISTIANISMO
JUDÍO que revolucionó el pensamiento
académico europeo. Posterior al renacimiento, la
revolución del pensamiento religioso enriqueció
continuamente el cristianismo y la Iglesia con las obras del
pensamiento humanista. En 1517 el fraile dominico
Martín Lucero preocupado por la práctica del
simonismo (venta de indulgencias y envestiduras
eclesiásticas) y los abusos del clero, propició
la Reforma protestante con el propósito de recuperar
la pureza de la iglesia primitiva. El movimiento para la
reforma religiosa promovía la lectura bíblica y
la libertad de hacer conjeturas acríticamente o libre
interpretación de los textos bíblicos
prescindiendo del uso de la razón y la tutoría
de la Iglesia, aduciendo luchar por la libertad religiosa. El
oscurantismo de la reforma luterana no solo
intensificó los conflictos entre los reinos cristianos
durante cien años y fragmentó la Iglesia hasta
nuestros días, sino que representa: EL GRAN TRIUNFO
DEL JUDAÍSMO SOBRE EL CRISTIANISMO, DE LA SINAGOGA
SOBRE LA IGLESIA, DEL FIDEÍSMO SOBRE LA RAZÓN,
porque traiciona los esfuerzos de los gentiles
helénicos por estructurar la fe, regresando la
doctrina de la iglesia a los tiempos de la sinagoga
convirtiendo artificialmente a los gentiles helenistas en
judíos cristianos (Louis Newman: La influencia
judía en la Reforma).Los reformadores protestantes deseaban ver la Biblia
en manos de los laicos, a fin de que los fieles constataran
que la estructura de la fe elaborada penosamente por la
Iglesia durante un milenio y medio, al no estar prescrita en
los textos bíblicos, era una apostasía, y los
traductores de los siglos XVI y XVII se aplicaron a elaborar
las mejores traducciones posibles.Posteriormente los exegetas tratando de explicar el
retraso en el cumplimiento de la promesa de Cristo de
regresar por segunda ocasión a este mundo,
transformaron las esperanzas escatológicas (acerca de
la segunda venida de Cristo, el juicio final, la muerte
eterna y la salvación de los hombres) en
soteriológicas (acerca de la redención humana),
cambiando la objetividad al tratar de alcanzar la vida eterna
siguiendo el ejemplo y doctrina de Cristo, por la
subjetividad de la redención por fé, aceptando
a Cristo como Salvador, creyendo que con su asesinato en la
cruz pago ya nuestros pecados al Padre quien ya designo a los
que se salvaran. A pesar de estas y de otras iniciativas
similares, no fue sino hasta la Ilustración, en los
siglos XVII y XVIII, cuando se iniciaron los métodos
crítico literarios los cuales evolucionaron hasta
convertirse en una técnica científica que
pretende restablecer los textos originales con independencia
de su significado o relevancia; para ello se sirven de
criterios externos e internos. Los criterios externos
analizan las propiedades físicas de los propios
manuscritos, su material, antigüedad y estilo de
escritura, y en la historia de los manuscritos; aunque la
gran mayoría de los especialistas bíblicos
consideran que el estructuralismo es el único
método aceptable para determinar el auténtico
sentido del texto bíblico original, porque pone el
acento en la formulación de cuestiones de
interpretación y de relevancia, ya que le preocupan
problemas como, por ejemplo, quién escribió el
libro, sobre qué fuentes se basó el autor, en
qué medida se trataba de fuentes fiables, qué
les ocurrió durante el proceso de la
transmisión oral a la escrita, y cómo se ha
alterado el mensaje de los protagonistas bíblicos en
el transcurso de este proceso.La teoría de las fuentes despejó
algunos interrogantes sobre la autoría del Antiguo
Testamento, identificando objetivamente el tiempo y lugar de
las compilaciones y los redactores mediante el
análisis historiográfico riguroso; de tal
manera que actualmente no hay duda de la autoría
humana de los textos bíblicos; falta por determinar si
los libros sagrados de Israel, fueron redactados mediante
inspiración divina; es decir que son cuestiones del
mundo del espíritu; es decir que siguen las
directrices del bien y la verdad en todas sus facetas; lo
cual ha despertado una tremenda oposición entre la
jerarquía fideísta que considera la
búsqueda de la verdad como un ataque contra las
Escrituras, la religión, las Iglesias, Cristo o contra
Dios.El estructuralismo fue aplicado por primera vez al
Antiguo Testamento, por Hermann Gunkel, al intentar agrupar
los relatos del Génesis en narraciones
etiológicas, es decir, historias que en su
opinión fueron creadas para explicar las
características originales de la tradición
existente. La evolución reciente del estructuralismo,
hace hincapié en el texto en su forma final y acabada,
desviándose así de su historia. Su relevancia
para la interpretación es significativa, ya que
intenta llegar a una psicología humana universal, por
lo que sugiere que un texto puede tener un significado que
está más allá de la comprensión
del redactor bíblico o el traductor.Esta escuela se basa en la hipótesis de que
un texto literario puede expresarse de diversos modos. El
mismo acontecimiento o suceso puede relatarse con un estilo
poético o limitarse a dar cuenta de los hechos. Una
vez identificado el texto, el crítico debe evaluar la
situación histórica que dio lugar a
determinadas formas, procedimiento que en 1711
permitió a Henning Bernhard Witter identificar en el
Pentateuco dos fuentes distintas de los mismos hechos
bíblicos tradicionales que se contradecían y
empleaban estructuras de lenguaje diferentes, pero la
diferencia más notable es que se referían a
Dios con dos nombres distintos: YHVH y Elohím; es
decir que los compiladores del Pentateuco con-juntaron
tradiciones de dos fuentes distintas la yahvista y
la elohísta; contradicción corroborada
en 1753 por Jean Astruc médico de Luis XV, y reiterada
en 1780 por Johann Gottried Eichhorn. La fuente (levitas)
provino de Juda mientras que la fuente
elohísta (saduceos) provino de Israel.
Más tarde se identificó otra tercera fuente
denominada sacerdotal (arónidas provenientes de
Hebron) que en la época del segundo templo (538 a. C.)
compilaron y redactaron las tradiciones relativas al culto y
los ritos cambiando concepción yahvista y la
elohísta de un Dios misericordioso por la
concepción de un Dios justo. En 1798 se
identificó una cuarta fuente denominada
deuteronomista que compilaron el quinto libro del
Pentateuco y los seis libros subsecuentes denominados
Profetas interiores : Josué, Jueces I y II, Samuel
I y II, Reyes, los cuales fueron redactados por el
profeta Jeremías en tiempos de Josías rey de
Juda unificando las concepciones anteriores de Dios, tal como
lo conceptuamos los judeo cristianos, y posteriormente
añadió los dos últimos capítulos
del libro segundo de Reyes e intercalando profecías
posteriores al momento en que ya habían sucedido los
hechos que profetizaban. Rishard Ellliot Friedman:
(¿Quién escribió la
Biblia?)En los siglos XVIII y XIX, y sobre todo en Alemania
y Francia, la crítica histórico-literaria
evolucionó hacia la critica formal dando lugar a
planteamientos y procedimientos filosóficos que sirven
para criticar la Teología sobresaliendo: Rene
Descartes, Wilhelm Friederich Hegel, Nikolai Hartman,
Martín Heidegger, Edmund Hursserl y Emmanuel Kant,
cuyo pensamiento proporcionó los medios preparatorios
que han de conducir al desenlace final de la
resolución de la controversia entre la fe –VS-
la razón.
II: Hacia la autodestrucción de la Iglesia
Católica provocada sutilmente por los esbirros de la
sinagoga:
Las revoluciones judío masónicas y
judío comunistas desde fines del siglo XVIII hasta
nuestros días han sometido y diezmado los pueblos
cristianos, demolido la Iglesia e infiltrado la estructura
jerárquica ayudados por los propios cristianos debido
a que los teólogos fideístas siguen entrampados
en los laberintos que la mente ha elucubrado sosteniendo que
el Antiguo Testamento es palabra de Dios sin serlo,
consecuentemente todo se queda en la superficie literaria,
sin profundizar en la naturaleza humana para encontrar el
verdadero significado de los textos bíblicos.
Así es como desde los primeros Padres de la Iglesia
hasta nuestros días, la lucha de los pueblos
helenistas por esclarecer el sentido trascendente de Cristo y
su doctrina explicándolo racionalmente, ha sido
extenuante debido a la oposición intransigente de los
rabinos renuentes a todo alegorismo que disfrace el
significado imperial supremaciíta de los textos
sagrados del A. T. y la oposición intransigente de los
cristianos fideístas romanos y reformistas renuentes a
toda interpretación diferente a la de San Pablo,
porque al atribuir la autoría del Antiguo Testamento
al dedo de Dios NUNCA han puesto en duda la infabilidad de
los textos sagrados, ni aun los del N. T. escritos por San
Pablo __por ello nunca han aceptado: la competencia de la
razón, los convencionalismos sagrados cristianos fruto
de los concilios, la jerarquía ni autoridad de la
Iglesia en cuestiones sagradas, convirtiéndose en
marionetas de los rabinos y tontos útiles al servicio
de Israel, traicionando no solo a Cristo la Iglesia y la
sociedad cristiana, sino a toda la humanidad no judía
al colaborar con Israel a llegar a ser la más
importante de las naciones sometiendo a todos los pueblos del
orbe a sus designios sagrados.Después de la Revolución francesa, el
triunfo de las revoluciones promovidas por la
masonería judía contra los reinos europeos,
pronosticaban el triunfo de Israel sobre los gentiles
cristianos. En los siglos siguientes la emancipación
de los judíos posibilitó su inserción en
las sociedades civiles, y los rabinos se plantearon el
interrogante sobre el problema religioso del mundo por venir.
Se acercaba el retorno a la tierra de Israel y se
imponía solucionar el antisemitismo teológico y
la reivindicación de la Alianza del Sinaí como
plataforma donde se desplanta el futuro de Israel entre los
gentiles. Lo que estaba en juego en los debates
teológicos de los rabinos de fines del siglo XIX puede
resumirse de la siguiente manera: "El
cristianismo nace del judaísmo y, con notables
esfuerzos, puede introducir elementos de espiritualidad
judía; lo contrario no es posible, pero necesitamos
recobraremos nuestro papel de pueblo sacerdotal entre los
gentiles, traspasando algunos valores del legado
judío; sino ¿cómo transformar
la doctrina de la Iglesia sobre los judíos, a fin de
reivindicar nuestra dignidad de pueblo escogido por Dios ante
la pretensión de los cristianos de ser el Nuevo
Israel?, y para lograrlo rabinos y masones trabajaron en
la elaboración de un plan conjunto.A fines del siglo XIX, la Iglesia había
tomado una serie de actitudes de amplia visión y largo
alcance, relativas a las implicaciones morales sobre
cuestiones sociales y económica, expuestas por el Papa
León XIII en la Encíclica Rerum
novarum (1891), condenando abiertamente al marxismo. La
condena provocó una enérgica reacción
multitudinaria contra la Iglesia proveniente de la sinagoga,
el judaísmo internacional, las sociedades judío
masónicas y judío bolcheviques, las Iglesias
del Reforma luterana y los clérigos católicos
simpatizantes de los masones y los comunistas. Ante la
magnitud del ataque, el Papa León XIII opinó
que desde la Era común, era patrimonio de la Iglesia
sufrir toda clase de ataques y contra ataques, conjuras,
defecciones, difamaciones, dualidades, insultos,
persecuciones y traiciones, que la hace blanco tanto del
fuego amigo como del fuego enemigo.El gran Maestre de la Logia Gran Oriente de Francia
James Darmestteter, profesor de la Escuela de Altos Estudios
de Paris, y su colaborador Saint Yves D´Alveydre
habiendo sido enterados por un eminente rabino de la
existencia del talón de Aquiles de la Iglesia
€¹€¹Las falsas certezas de Dios que
mantienen ciegos los ojos de cristianos y judíos a la
verdad (la realidad), es el gusano que carcome por
dentro a la Iglesia y nunca muere, alimentado por el error y
la ignorancia, señalado por Cristo a sus
discípulos, propiciando la arrogancia y vanidad de la
sinagoga al no darse cuenta que el judaísmo es la
letrina que contamina el manantial cristiano y convierte el
judeo cristianismo en religión chatarra, a causa
del error fundamental inducido por San Pablo que impide
llegar a conclusiones ciertasۼۼ,
propusieron a los miembros de la Logia, un cambio de
estrategia en la guerra frontal contra la Iglesia
cambiando sutilmente el enfrentamiento abierto por la
lucha intestina para provocar su auto destrucción
promoviendo la búsqueda de una convergencia entre el
profetismo judío, la ciencia y el cristianismo; a fin
de criticar y abrogar la doctrina de la Iglesia, mas no el
profetismo judío; lo cual fructificaría en
una Iglesia del Progreso que respetaría en general el
discurso tradicional de la Iglesia pero con un contenido
nuevo. Tan nuevo que aspiraba a lograr que la Iglesia se
convirtiera en auxiliar de la Revolución marxista
mediante la ayuda de los hermanos masones que estuvieran
dentro de la misma Iglesia. El plan recomendaba hacer
hincapié en que el Reino no es para la otra vida,
sino para está. Debería emplearse un
lenguaje seductor y una táctica gradualista a fin de
presentar a la Revolución y al cristianismo
como movimientos paralelos que convergían
en el amor por los pobres. La propuesta atrajo muchos
sacerdotes e intelectuales cristianos a la causa
revolucionaria.En efecto, muchos sacerdotes y pastores seguidores
del Modernismo que estaban en busca de una nueva
evangelización que acentuara la preferencia por los
pobres, se afiliaron acriticamente a las filas del
marxismo sin darse cuenta que colaboraban con los enemigos de
la Cristo, la Iglesia, el Estado y la sociedad cristiana,
porque creían que proclamaba la redención del
proletariado; de hecho si la proclamaba para atraer a las
masas y a los intelectuales, pero su fin verdadero era
someter y despojar a todas las naciones y pueblos gentiles,
comunizándolos bajo el imperio y dominio de un
gobierno mundial judío.En el congreso espiritualista organizado por la
Logia Gran Oriente De Francia en septiembre de 1889 el
reverendo presbiteriano Roca, en su discurso El Final del
Mundo Antiguo expresó que el cristianismo
puro es el socialismo y la Revolución al igual que
Cristo es redentora.En su discurso el teólogo y orientalista
francés Alfredo Loisy profesor del Instituto
Católico de Paris propuso la reinterpretación
modernista del simbolismo y la doctrina cristiana, para
adaptar la Iglesia y su discurso a la vida, pensamientos y
costumbres modernas, tanto en lo teológico, como en lo
filosófico, lo político y lo social.Al mismo tiempo en otros foros, dentro de la Iglesia
católica se atacó la centralización
organizativa desde Roma y la influencia de la Curia papal.
La disciplina de la Iglesia sobre el clero fue
cuestionada con gran dureza. Quizás la
crítica más notable fue la el teólogo
irlandés George Tyrrel S.J., al opinar ante los medios
que el depósito de la fe no fue confiado a ninguna
Iglesia sino al pueblo cristiano que última instancia
es el verdadero vicario y el destinatario del Evangelio, por
ello el discurso cristiano no debe provenir de canales
jerárquicos sino surgir desde abajo, es decir desde el
pueblo y para el pueblo. Y a petición de los
eruditos solicitó al Vaticano el derecho de trabajar y
publicar sin la supervisión de las autoridades
eclesiásticas. Además Tyrrel atribuía a
todas las religiones una verdadera unidad dentro de la
verdad, ya que la humanidad es la revelación mas vasta
de Dios. La gota que derramó la copa, fue cuando
Tyrrel criticó la Encíclica P. D. G.
(De las obligaciones principales), motivo por el cual fue
expulsado de la Compañía de Jesús y
excomulgado en 1907.Con la publicación del Syllabi, la
Iglesia condenó la cultura y las ciencias modernas,
obstaculizando el avance hacia la religión
científica y el ecumenismo, quitándose
así misma la posibilidad de vivir el cristianismo
actual por estar excesivamente apegada al pasado.El 3 de julio de 1907, el Vaticano publicó el
Decreto del Santo Oficio: Lamentabili sane
enumerando y condenando como heréticas, falsas,
temerarias, audaces y ofensivas 65 de las propuestas
modernistas, 38 de las cuales se referían a la
crítica bíblica y el resto al
modernismo.El 8 de septiembre de 1907, el Papa publicó
una Encíclica, Pascendi Dominici Gregis. El
modernismo, se afirma en el texto, es una síntesis de
todas las herejías, "una alianza entre la fe y la
falsa filosofía", resultado de la curiosidad y el
"orgullo, que despierta el espíritu de la
desobediencia y demanda un compromiso entre la autoridad y la
libertad".El 1° de septiembre de 1910 el Papa Pio X
decretó el Juramento antimodernistico que
debían de acatar el profesorado magisterial, para
propiciar la actualización de la liturgia y la
proliferación de las escuelas bíblicas, y
así contener la modernidad; generando una
oposición generalizada contra el autoritarismo
pontificio.El 1-IX,-1910 Pío X recurrió al
autoritarismo como medida disciplinaria, concluyendo su
ataque al modernismo de motu propio (mensaje que sólo
puede elaborarse por exclusiva iniciativa papal) denominado
Sacrorum antistitum (De los obispos sagrados)
condenando las ideas de los teólogos modernistas:
Alfred Loisy, Edouard Le Roy. Ernst Dimmet y Albert Houstin.
En Italia el sacerdote Rómulo Murri divulgó el
modernismo, en Alemania lo divulgó el teólogo
Schell, y en Inglaterra el teólogo británico
(de familia austriaca) barón Friedrich von Hügel,
cuyas ideas contravenían las enseñanzas
tradicionales de la Iglesia. La corriente modernista seguida
por muchos intelectuales entre los que destacaron los
filósofos franceses Eduardo Le Roy y Luciano
Llaberhoniere fortaleció un movimiento tenaz dentro de
la Iglesia que no retrocedía ni ante las
amonestaciones, suspensiones o excomuniones de sus
seguidores. Reprendidos por el Vaticano Loisy fue suspendido
del Instituto Católico de Paris y excomulgado, y las
obras del teólogo Schell fueron
desautorizadas.La Encíclica "Pacendi Dominici
Gregis" había señalado claramente las
verdaderas intenciones de los iniciadores del modernismo.
Estas intenciones no son todas buenas ni todas malas encubren
tanto el fuego enemigo como el fuego amigo, de tal modo que
no se sabe quien es amigo y quien es enemigo, ni permite
estar seguros si nuestros propios pensamientos y sentimientos
son correctos o incorrectos porque mueven los cimientos y
estructura de nuestra fe, y ante la incertidumbre, lo sensato
es examinar minuciosamente los frutos para distinguir el
árbol; ya que lo encontrado de nuestros pensamientos
no se debe a los esfuerzos por conjuntar del profetismo
judío, la doctrina de la iglesia con la
filosofía y la ciencia; ni a los esfuerzos por adaptar
el discurso de la Iglesia a la cultura moderna para hacerlo
más entendible; sino al gusano que corroe por dentro a
la Iglesia y nunca muere hasta que el gusano mate a la
Iglesia o expulsemos al gusano) o error fundamental inducido
por San Pablo para judaizar el cristianismo alojado en la
estructura de nuestro pensamiento y a la conjura de rabinos y
teólogos para concluir la meta de San Pablo imponiendo
el pensamiento creacionista, al pensamiento evolucionista,
para abrogar la doctrina milenaria de la Iglesia cimentada
sobre la cultura helénica, y regresar al oscurantismo
del Libro de Israel.Y el propio Papa incapaz de descifrar las
incógnitas que planteaba el modernismo, en ritual de
la ordenación de sacerdotes agregó el juramento
contra el modernismo. Todo lo cual no fue suficiente, dos
años después Pio X en la Encíclica
Communium Ferum reiteró que el modernismo
implicaba una doble guerra: una desde el exterior (promovida
por los masones esbirros de la sinagoga que pretenden que el
cristianismo solo conserve el nombre), y otra desde el
interior y doméstica, tanto mas peligrosa cuanto
más sutil y encubierta (promovida por rabinos y
clérigos conjurados ayudados por tontos
útiles).Cinco años más tarde Pío X en
su alocución "El grave dolor: retoma el tema de la
guerra encubierta con la que atacan a la Iglesia hasta sus
propios hijos". Posteriormente el Papa Benedicto XV en
la Encíclica "Ad Beatissime" ante la
incapacidad de la Iglesia de detener la avalancha modernista
reitera la condena, exponiendo que algunos llevaron a tal
punto su temeridad que no dudan en oponerse a toda autoridad
jerárquica que les impida modernizar la doctrina y el
discurso de la Iglesia que conlleva la síntesis de
todas las herejías que citando al Job bíblico,
es fuego que devora hasta la
destrucción.Los teólogos norteamericanos con objeto de
defender los puntos fundamentales de la fe amenazados por la
exégesis moderna publicaron entre (1910 y 1915)
The Fundamentals: a Testimony to Truth:
Señalando como inamovibles los siguientes dogmas:1) la
encarnación de Cristo, como hijo de Dios y tercera
persona de Dios mismo; 2) el nacimiento virginal de
Jesús; 3) el carácter expiatorio de la muerte
de Cristo para la salvación del genero humano; 4) la
resurrección corporal de Cristo; 5) la fe en su
segundo regreso al final de los tiempos; 6) el aborrecimiento
del pecado como impedimento que nos aleja de Dios; 7) la
salvación por la gracia y no por las obras humanas
(apostasía inducida por San Pablo); 8) la inerrancia
de las Escrituras y su autoridad incuestionable en todos los
campos del saber (fideísmo bíblico)En 1917, año en el que Rusia se estaba
implantando el comunismo, el teólogo Walter
Rauchembusch, sutilmente ató el marxismo a la
corriente modernista, y los jesuitas Heman Gruber y
Bertelootse promotores del modernismo austriaco se reunieron
con los dirigentes judíos: de la Gran Logia Austriaca,
el Gran Maestre Eugen Lenhoff y Kart Reichl del Consejo
Supremo, y el secretario general de la Gran Logia de Nueva
York Ossian Lang con el fin de tender un puente de un solo
sentido a través del cual la masonería pudiera
influir en algunos clérigos modernistas, sin que estos
pudieran influir en aquella. Suscitándose frecuentes
encuentros en los que participaron los sacerdotes Gierens de
Alemania, Macé y Teilhard de Chardin de
Francia.En 1933 el filósofo marxista Ernst Bloch con
sutiles argumentos se dedicó a reforzar los lazos que
unen el modernismo con al marxismo, y el teólogo Paul
Tillich catedrático de la Universidad Dresde y del
Instituto Sozialforschung Frankfort ensambló al
socialismo y al cristianismo en una sola doctrina de la
liberación; desde luego que se refería al
socialismo marxista no al nacional socialismo, ya que el
judaísmo siempre había a tacado al patriotismo
en los Estados donde residían colonos judíos
desde que carecía de un Estado propio; pero a la
fundación del Estado de Israel el Nacional Israelismo
es Igual de xenofóbico que el nacional socialismo
alemán y solo reconoce pleno derecho a los
judíos, y a los no judíos (palestinos
israelíes) solo reconoce el estatus de residentes sin
derecho alguno y lucha por expulsarlos del territorio
israelí.En España el golpe franquista que
abolió la república restablecer la
monarquía suscitó la guerra civil. El alto
clero español se puso del lado de los franquistas, y
los insurgentes se sintieron traicionados por la Iglesia;
sentimiento que fue aprovechado por los comunistas para
lanzar una ofensiva frontal contra el catolicismo.En 1937, la envestida comunista contra los
países europeos, motivó al Papa Pío X a
declarar al comunismo intrínsecamente perverso
Encíclica Divinis Redemptoris. La formidable
ofensiva del ejército alemán en el frente Ruso,
provocó a las Logias masónicas a lanzar una
formidable campaña mundial contra el Füher,
utilizando los foros abiertos por los filósofos y
teólogos modernistas, y los intelectuales marxistas,
los sindicatos de trabajadores, las universidades y los
partidos políticos, en especial en Alemania. El grupo
Kreisau donde militaban los padres Alfred Delp, Herman Griber
Roech y Koening, S.J., y el pastores Eugen Gerstenmaier,
Dietrich Bonhoeffer y Matín Niemoeller, utilizaron sus
frecuentes viajes a Inglaterra, Suecia y Suiza para canalizar
ayuda económica y llevar correos secretos para
conspirar contra Xitler. También se encargaron de
reclutar a lideres católicos alemanes para que
colaborarán a canalizar las fuerzas de
oposición en diversos sectores: como Bernard
Letterhaus dirigente de la Asociación de Trabajadores
Católicos, Jacob Kaiser jefe regional de los
Sindicatos Cristianos, Y el líder sindical Max
Habermanan.En Francia el filósofo Emanuel Mounier
Publicó en 1938 la revista católica
Espirit redactando una serie de escritos donde en
forma gradual fue conduciendo a sus seguidores hasta
desembocar en la convergencia con el marxismo. Y el padre
Berteloot publicó en la revista de Paris un
artículo abogando a favor de un ensamble entre el
marxismo y el catolicismo, lo mismo publicaron el padre
Teilhard de Chardin, el filósofo Aldos Husley y el
ocultista Dr. Alendy, y varios cabalistas patrocinados por la
Banca Works.Los modernistas de la Iglesia católica se
plantearon cuestiones que no podían ser contestadas en
los mismos términos de las creencias tradicionales, y
tendían a negar algunas creencias tradicionales y a
considerar determinados dogmas de la Iglesia como
simbólicos más que como verdades literales; por
ello en 1943, el Papa Pio XII publicó la
encíclica Divino afflante spiritu animando a los
estudiosos a profundizar sobre las circunstancias de los
redactores bíblicos, pero ante las controversias
que se suscitaron el Papa Pío XII en 1950
retrocedió al publicar la encíclica Humani
generis poniendo fin a las iniciativas renovadoras
condenando al modernismo y a sus promotores, expulsando de
sus cátedras a los teólogos vanguardistas o
desterrándolos (Y. Congar: Diario de un
teólogo).Posteriormente a fin de terminar con el clima de
sospecha y recelo que causo la condena y expulsión de
los teólogos vanguardistas, el Papa Juan XXIII
convocó como peritos del Concilio Vaticano II
(1962-1965) a los teólogos modernistas condenados por
Pío XII, propiciando una década de apertura
pos-conciliar en cuestiones tan importantes como la
eclesiología (con el paso de la concepción de
la Iglesia como sociedad perfecta, a la de comunidad de
seguidores de Cristo), la liturgia como celebración
festiva de la fe, la apertura de la Iglesia al mundo, la
defensa de la libertad religiosa y la pluralidad, el dialogo
ecuménico, la teología moral, el respeto a los
derechos humanos, etc.
III: La sustitución del judeo cristianismo
por la religión noáquida (Michel
Laurigan: del "mito de la
sustitución" a la religión noáquida).
Concluida la SGM, los agentes y las organizaciones
judías redoblaron sus eternos esfuerzos por abrogar la
doctrina antisemita de la Iglesia esgrimiendo la urgente
necesidad de revisar la enseñanza de la Iglesia sobre el
judaísmo. Inicialmente Jules Isaac promovió en
Oxford una conferencia entre
cristianos y protestantes para preparar la agenda del asunto,
acordando la celebración de una conferencia en Seelisberg
(Suiza), cuyo objetivo era
promover la rectificación de la enseñanza cristiana
a fin de abrogar el antisemitismo
teológico y canónico. La conferencia
concertó €¹Los diez puntos de
Seeligsbergۼ a efecto de abrogar el anti
judaísmo bíblico.
En octubre de 1949 Jules Isaac entregó al
Papa Pio XII el libro €¹Jesús e
Israel€º donde señaló
"veintiún puntos para la elaboración de una
nueva teología cristiana" filo judía, y
fundó la liga de La Amistad Judeo Cristiana. Diez
años después, por conducto del Cardenal cripto
judío Agustín Bea, Jules Isacc entregó
al Papa Juan XXIII el documento titulado "Necesidad de
una reforma de la enseñanza cristiana respecto a
Israel".En 1962, el XX Congreso del Partido Comunista Ruso
parecía aligerar la actitud frente a la
religión y, sin embargo, se programaba de manera
implacable el desarraigo de toda idea, institución y
personas religiosas. Kruschev declaró que la
liquidación del cristianismo tenía que estar
terminada para 1980. Por esas fechas los partidos comunistas
de Europa, especialmente el italiano, establecían
distancias respecto de Moscú, reclamando pluralismo.
Al mismo tiempo, el Concilio Vaticano II había
iniciado el diálogo interreligioso, dispuesto a
confrontarse limpia y públicamente con las otras
iglesias cristianas, con las otras religiones y con las otras
culturas.En agosto de 1962, el Cardenal Tisserant fue
comisionado por el Papa Juan XXII para que se entrevistara
con una delegación llegada de Moscú a fin de
formalizar la asistencia de observadores soviéticos al
Concilio Vaticano II. La entrevista se efectuó en la
residencia del Arzobispote Metz, Paul Joseph Smitt. Como
representante del Kremlin asistieron un comisario de asuntos
exteriores Anatoly Adamshin y el patriarca Nikodemo Rostov
incondicional de Moscú quienes tenían la
consigna de aprovechar el deseo sincero del Papa de que
asistieran al Concilio los obispos y patriarcas rusos para
imponer condiciones si querían que se otorgara la visa
a los prelados rusos. El Kremlin otorgaría la visa a
cambio de que en el Concilio no se condenara ni se criticara
a la Unión Soviética ni al marxismo, tal como
estaba previsto. El Cardenal Tisserant fue autorizado por
Roma para aceptar la petición del Kremlin; el pacto
fue confirmado en una conferencia de prensa el 9 de febrero
de 1963 por Monseñor Schitt obispo de Metz. La revista
católica Itineraires (No 285) y el diario
católico Le Crix (15 I 63), confirmaron la existencia
del pacto de Metz. El boletín del partido comunista de
Francia France Nouvell del 22 de febrero de
1963, informó a sus lectores la
decisión del Vaticano atribuyéndola a que como
el comunismo ya era una fuerza mundial la iglesia no
podía más que cambiar su actitud respecto al
marxismo para adecuar su discurso a los tiempos
modernos.El hecho de que se hubiera pactado no condenar al
comunismo ni criticar a la Unión Soviética, fue
tomado por los comunistas como anuencia pontificia para que
se realizara un moviendo prosetilista a favor de su
ideología, y sin permiso alguno el movimiento marxista
Pax montó en Roma dos centros de prensa que se
convirtieron en centros de "Información y
documentación Conciliar (IDO-C)" y propaganda,
que el lobby internacional judío equipó con 130
editorialista judíos del New York Times, importantes
magistrados judíos de la Suprema Corte de Estados
Unidos, destacados rabinos y potentados representantes de
sociedades y asociaciones judías y
pro-judías.La meta de los rabinos era abrogar sutilmente la
doctrina de la Iglesia elaborada durante los veinte siglos
anteriores promoviendo la adecuación de la
teología y el discurso de la Iglesia a los tiempos
modernos para azuzar la disputa entre los conservadores y de
los progresistas interlocutores de la controversia entre la
fe y la razón, a efecto de: "1) judaizar de la
doctrina de la Iglesia, anteponiendo las Escrituras a los
dogmas; 2) sacralizar la educación, anteponiendo el
creacionismo al evolucionismo -VS- 3) secularizar el
cristianismo anteponiendo lo social a lo sobrenatural; 4)
socializar la doctrina de Cristo, anteponiendo la
redención económica a la redención por
fe; 5) abrogar la democracia, optando por los pobres para
comunizar a sacerdotes y fieles; 6) abrogada la doctrina
Cristo y destruida la Iglesia, presentarse como salvadores
traspasando algunos valores del judaísmo al
cristianismo.Los teólogos jesuitas se convirtieron en la
avanzada de estas reformas. Algo fundamental había
cambiado en la Compañía de Jesús:
Siempre se había acostumbrado en sus campañas
discurrir sobre la manera más eficaz de servir a los
fines sobrenaturales de la Iglesia, pero ahora se
ponía a discusión (redefinición) los
fines mismos, por destacados teólogos progresistas
encabezados por el padre Pedro Arrupe, general de la
Compañía de Jesús, que en una entrevista
opinó: "El marxismo y el Comunismo no son la meta
de la teología de la liberación de la
Compañía de Jesús, sino la meta es la
justicia social".Entrevistado en España el padre José
María Diez de Alegría S.J. opinó:
"La ideología marxista lo había llevado a
redescubrir a Cristo y optar por los pobres en la lucha de
clases, por ello debemos hacer cusa común con todos
aquellos que se comprometen a la causa revolucionaria del
socialismo".El padre Arthur F. M´c Govern S.J.: (El
marxismo: Perspectiva Cristiana Norteamericana),
interpretó los Evangelios y misión de Cristo en
un sentido terrenal socioeconómico, ajeno a la vida
trascendente.El padre James Francis Carney S.J. recomendó
a los hondureños "Liberarse de los prejuicios
contra la revolución armada, el socialismo, el
marxismo y el comunismo, Ya que no hay tercer camino entre
ser cristiano y ser revolucionario".Ante tales pronunciamientos, el 3 de diciembre de
1963, 213 padres conciliares de todo el mundo entregaron un
escrito por conducto del arzobispo brasileño de la
Arquidiócesis Diamantina Monseñor Gerardo
Proenca, solicitando que en la asamblea del Concilio se
reiteraran las numerosas condenas al comunismo hechas por la
Iglesia en los años anteriores o al menos se refutaran
los errores del marxismo en las áreas religiosa,
filosófica, social y económica. Pero la
Comisión competente la retuvo, negándose a que
fuera discutida en el Concilio. En vista de lo cual, el 25
XII 63, 450 Obispos, refrendaron la misma petición,
pero también fue rechazada.Días antes de celebrarse el Concilio II, el
Comité Judío Norteamericano, la Liga
Antidifamatoria, la B´nai B´rith, el Congreso
Judío Mundial y la Conferencia Mundial de
Organizaciones Judías, presionaron insistentemente al
Vaticano a fin de promover la reforma anti judía en el
Concilio. Abraham Herschel rabino del Seminario
Teológico de Nueva York entregó al Cardenal Bea
dos ponencias preparadas por el Comité Judío
Norteamericano sobre "la imagen de los judíos en
la enseñanza Cristiana", señalando en la
liturgia de la Iglesia los textos anti judíos a fin de
corregirlos. Basando en las ponencias judías el
Cardenal Bea cabeza visible de los conjurados
encomendó a sus ayudantes padre Baum y a Mons. Jhon
Oesterreicher la redacción de una ponencia conciliar
refutando la acusación de deicidio, redactando una
serie de escritos que se editaron con el tituló:
"El puente".La experiencia concreta de judíos y
cristianos norteamericanos que colaboraron en la
elaboración de otras ponencias judaizantes, aunque no
produjo demasiada reflexión teológica
sistemática sobre los vínculos entre
judíos y cristianos, fue creando una atmósfera
positiva para tal replanteo. El 31 de marzo de 1963, el
Cardenal Bea se reunió con el Comité
Judío Norteamericano para elaborar un plan de
acción para presionar a los padres conciliares a que
cambiaran los textos evangélicos y los cánones
antisemitas. Tratando de influir a la asamblea conciliar se
estrenó el film "El Vicario". El 8 de
diciembre de 1964 obispo de Edimburgo Walter Kampe
declaró ante los medios que después del
Concilio se iniciaría la adecuación paulatina
de las relaciones jerárquicas para
democratizarlas.En mayo de 1964, se reunieron en Munich un grupo de
intelectuales europeos entre los que destacaban el
etólogo Konrad Lorenz, el filósofo Ernst Bloch
y el teólogo Karl Rahner, a fin de organizar un
dialogo entre cristianos y marxistas. En octubre, se
reunieron en Colonia con Adam Schaff, presidente de la
Academia de las Ciencias de Varsovia, principal
ideólogo del partido comunista y miembro del
comité central.En 1965, convocados por la Paulus
Gesellschaft, cerca de 300 intelectuales
católicos y protestantes de varios países de
Europa, apoyados por el cardenal König, arzobispo de
Viena, presidente del Secretariado romano para el
diálogo con los no creyentes. Se reunieron en
Salzburgo con intelectuales de los partidos comunistas
europeos, para establecer un diálogo internacional,
entre cristianos y marxistas.Entre los intelectuales marxistas destacaban, R.
Garaudy representante del partido comunista y los italianos
Luciano Gruppi, y Lombardo Radice, junto con destacados
ideólogos de los países comunistas, como B.
Bosnjak, de Zagreb; W. Hollitscher, de Leipzig; A. Polikarov,
de Sofía. Entre los intelectuales cristianos
destacaban los teólogos católicos como K.
Rahner, J. B. Metz, D. Dubarle, J. Y. Calvez, G. Girardi, J.
Trutsch, G. Wetter, y algunos protestantes como W.
Dantine.El encuentro se organizó en torno a tres
directrices: el hombre y la religión, el futuro de la
humanidad, la sociedad del mañana. El antagonismo
entre Marxismo y cristianismo era evidente. El cristianismo
se comprende como religión referida a un origen
histórico, nacida de una libertad y decisión
personal, mientras que en aquel momento el marxismo se
concebía como un proyecto científico, derivado
de leyes naturales, que no permitían otra actitud ante
la realidad, la sociedad y el hombre. Por consiguiente, el
marxismo miraba al cristianismo, centrado en Dios realidad
sagrada, trascendente y personal, como una alienación
de la vida humana. La religión era el opio del pueblo:
donde estaba Dios no podía estar el hombre y donde
estaba el hombre no podía estar Dios.El cristianismo es historia y no mitología;
es afirmación del hombre, creado a imagen del Dios
creador y llamado a la responsabilidad del mundo. La
afirmación del Dios encarnado es la valoración
suprema de la realidad y de lo humano. La esperanza cristiana
no es espera pasiva sino que incluye la necesidad de
acreditar con creaciones intrahistóricas la esperanza
escatológica. El Reino de Dios no es idéntico
con los reinos de los hombres, pero alienta sus creaciones y
se convierte en conciencia crítica frente a sus
desmesuras y en fermento generoso para sus mejores ideales.
La santidad no es la moralidad pero no hay santidad
teológica sin moralidad histórica. La gracia y
la virtud son hermanas gemelas.Los teólogos se proponían superar el
malentendido trágico del siglo XIX, que
comprendió a Dios como antagonista del hombre. Tomando
en cuenta que la manipulación de la verdad es un
alienante muy eficaz. El miedo deshumaniza al hombre y la
injusticia lo degrada, transformándolo en un
autómata. Efecto alienante que padecían tanto
los proletarios de la sociedad capitalista, como los
proletarios del Estado Comunista. También la
religión organizada promovía la
enajenación colectiva y de ella se
alimentaba.El discurso de una sociedad sin clases en la que
existían graves diferencias entre los derechos de los
gobernados y los privilegios de los gobernantes, solo es una
cruel falacia. ¿Quién y cómo garantizar
los derechos humanos de los gobernados en un régimen
totalitario, donde los ciudadanos son espiados y los
disidentes son amordazados, sometidos, criminalizados,
encarcelados, atormentados o exterminados por la clase
gobernante.Lo que animó la reunión de Salzburgo
fue la voluntad de conjugar ideales: el servicio absoluto al
hombre, la voluntad de desenmascarar todos los poderes e
ideas, estructuras o palabras, que encubriesen una real
negación de todo lo verdaderamente humano, de la
libertad y de la esperanza. Y por primera vez, de manera
pública y sistemática, se confrontaron la
comprensión cristiana y la comprensión marxista
del hombre, de la trascendencia, de la sociedad y del
futuro.Allí tuvo Rahner su discurso clásico
sobre el cristianismo como religión del futuro,
definiendo a Dios como el futuro absoluto del hombre y
diferenciándolo así de todos los futuros
intrahistóricos. Éstos tienen que ser
construidos, programados y responsabilizados por la libertad
humana. El futuro absoluto es, en cambio, el que nos funda y
nos espera, el ámbito garantizador de nuestra
libertad. Sin él, el hombre queda asfixiado en su
finitud y todas sus utopías quedan
cercenadas.El teólogo A. Álvarez Bolado,
señaló: "En cuanto cristianos, creemos en un
futuro absoluto, que por ser absoluto es presencia, es pasado
y determina toda la historia de la humanidad. Es un futuro
que se inserta en la historia y la escinde. La Iglesia no
tiene como tarea imponer a los hombres un futuro
pragmáticamente planificado. Pero cuando los derechos
del futuro absoluto del hombre son amenazados, la Iglesia
tiene el deber de intervenir para oponerse a una total
desacralización del mundo".Tratando de influir a la asamblea conciliar se
estrenó el film "El Vicario". El 8 de
diciembre de 1964 obispo de Edimburgo Walter Kampe
declaró ante los medios que después del
Concilio se iniciaría la adecuación paulatina
de las relaciones jerárquicas para
democratizarlasAnte la actividad de los conjurados, los defensores
de la Iglesia tratando de impedir que en ese entonces
próximo concilio se discutieran reformas tendentes a
abrogar la doctrina milenaria de la Iglesia sentando en el
trono de San Pedro a una estirpe judaizante, entregó a
los obispos y los Cardenales participantes en el concilio un
documento titulado Complot contra la Iglesia.
Los prelados conjurados reaccionaron y durante la IIª
sesión entregaron discretamente a los obispos
conciliares las ponencias preparadas por el Comité
Judío Norteamericano como parte de la
declaración sobre el judaísmo. El Sr. Schuster,
director del área europea del Comité
Judío Norteamericano, juzgó que la
distribución de la ponencias judías a los
Padres conciliares, fue uno de los momentos más
importantes de la historia. Alarmados los defensores de la
Iglesia distribuyeron entre la curia conciliar el documento:
"Los judíos a la luz de la Escritura y la
Tradición".Días antes de que se celebrara la IIIª
sesión, Licheten de la Liga Antidifamatoria, Shuster y
Sperry del Comité Judío Norteamericano, Arthur
Goldbeg Juez de la Suprema Corte de Estados Unidos y el
rabino Heschel, apoyados por el Cardenal Spellman presionaron
a el Papa Pablo IV a fin de que se deslindara conciliar mente
la posición de la Iglesia frente al judaísmo.
El Papa Pablo IV encomendó al padre León de
Poncins la redacción del opúsculo
€¹El Problema Judío frente al
Concilioۼ que se distribuyo entre la curia
antes de la cuarta y última sesión. Finalmente
fue aprobada en la IV sesión celebrada el 28 de
octubre de 1965 la siguiente declaración: "Los
judíos no deben ser presentados ni como
réprobos ni como malditos por Dios, como si tal se
derivara de la Escritura", €¹€¹ya
que para la sinagoga solo existe la Torah y los textos que
condenan el ethos y el pathos de Israel se
encuentran en el Nuevo
Testamento€º€º.En cuanto se inició el Concilio __el equipo
de redactores y asesores de los centros de prensa montados en
Roma por el lobby internacional judío, a fin de
coadyuvar con los rabinos en su propósito de destruir
los cimientos teológicos del cristianismo; es decir la
parte cimentada sobre el Nuevo Testamento, dejando intocable
la parte cimentada sobre el Antiguo Testamento__ dio los
primeros pasos prácticos manipulando los documentos
conciliares aprovechando los puntos y párrafos poco
precisos para darles sutiles interpretaciones a favor del
progresismo y el comunismo, tomando por sorpresa al
mundo.En 1985, al clausurar los eventos del Concilio II,
se aceleró el antiguo afán rabínico de
abrogar de la doctrina de la Iglesia el dogma sobre la
Trinidad y la divinidad de Cristo, así como la
teología y los cánones antisemitas, a fin de
terminar de judaizar el cristianismo y comunizar la sociedad
cristiana para someterla y despojarla haciéndose del
poder; tal como había sucedido en la Unión
Soviética en nuestros tiempos y en otras Épocas
anteriores, lo cual era el fin oculto que perseguían
los progresistas en su intento de ensamblar el cristianismo
con el comunismo.A partir del Concilio Vaticano II, la autoridad
Pontificia ha sido sometida a un intensísimo ataque
interno y externo, a fin de obligar al Papa a guardar
silencio ante los continuos ataques a la Iglesia o su
Doctrina, a menos que se pronuncie a favor de la causa
judía. Presión que influyó en Juan Pablo
II a opinar que el pueblo judío es nuestro hermano
mayor en la fe, siendo enemigo acérrimo de Cristo, la
Iglesia y su doctrina, y los Estados y pueblos cristianos,
como se desprende de la documental histórica expuesta
arriba. Esta grave apostasía no es la única
expuesta en el documento pontificio "Cruzando el umbral
de la esperanza. Paradójicamente la
renovación posconciliar __que es sobre todo
renovación de la Fe, a fin de propiciar un cambio de
visión (liturgia, ritos, dogmas, usos y costumbres)
que genere un cambio de actitudes en los creyentes__ siendo
un acierto, también es una apostasía que
contradice la infabilidad de la Iglesia (Juan Pablo II:
Signo de contradicción). Por ello, es
apostasía la acertada opinión ecuménica
de Juan Pablo II, señalando la existencia de semillas
de verdad universales en todas las religiones, al contradecir
el dogma de la Universalidad de la Iglesia como única
y verdadera, fuera de la cual no hay salvación
(Basilio Méramo: Las herejías de Juan Pablo
II)..Ya que la Iglesia a la luz del Concilio Vaticano II,
intenta finiquitar la contienda histórica entre fe
y ciencia, modernizando su doctrina y
constitución. Invitado a los estudiosos cristianos a
colaborar con su esfuerzo a realizar este cambio (Henri
Lefbvre: Introducción a la modernidad): "La
humanidad se encuentra hoy en una nueva era de su historia,
caracterizada por cambios profundos y acelerados, que inciden
sobre el modo de pensar y reaccionar ante las cosas y los
hombres. Podemos hablar de una auténtica
transformación social y cultural que influye
también en la vida religiosa" (GS, 4). "Una nueva
mentalidad científica modifica el ambiente cultural y
las maneras de pensar, vinculadas al peso de las ciencias.
Estamos pasando de una concepción más bien
estática del orden cósmico a otra más
dinámica y evolutiva, de donde surge una tan grande
complejidad de problemas que están exigiendo la
búsqueda de nuevos análisis y nuevas
síntesis (Cfr. GS, 5) "Este cambio de mentalidad y
estructuras exige revisar todo lo que hasta ahora se
consideraba un bien. Las instituciones, las leyes, los modos
de pensar y sentir heredados del pasado ya no siempre parecen
adaptarse bien al actual estado de cosas" (Cf. GS, 7). La
experiencia demuestra que la armonía entre la cultura
y la formación cristiana, por una serie de causas
contingentes, no siempre avanza sin dificultad. Estas
dificultades no acarrean necesariamente un daño a la
vida de la fe; más aún, pueden excitar las
mentes a una más cuidadosa y más profunda
inteligencia de ella.El Pontífice romano publicó la
histórica declaración Nostra Aetate
sobre las relaciones del cristianismo con las religiones
no-cristianas, que incluía una innovadora
sección sobre los vínculos permanentes de la
Iglesia con el pueblo judío a través de
Jesús. Esta declaración tuvo un impacto
significativo en el pensamiento cristiano ortodoxo acerca de
la cuestión judía. En 1975 el Vaticano
publicó una serie de directivas judaizantes para
implementar la sección de Nostra Aetate sobre
el pueblo judío. Esas directivas realmente iban
más allá del documento conciliar original en
algunos aspectos. Después de Nostra Aetate
aparecieron más de cincuenta declaraciones adicionales
de dirigentes religiosos y de Iglesias regionales de
Norteamérica, Europa occidental y América del
Sur apoyando la judaización del
cristianismo.Las recientes adquisiciones científicas,
históricas o filosóficas plantean nuevos
problemas que arrastran consecuencias para la vida y reclaman
investigaciones nuevas por parte de los teólogos. Por
eso, se les invita a que, manteniendo el método y
exigencias propias de la ciencia teológica, busquen
siempre el modo más adecuado para comunicar la
doctrina con los hombres de su tiempo, con tal que se haga
con el mismo sentido y el mismo contenido; porque una cosa es
el depósito de la fe o sus verdades y otra cosa el
modo de enunciarlas (Juan Pablo II: El esplendor de la
verdad). En el cuidado pastoral deben conocerse
suficientemente las conquistas de las ciencias profanas de
modo que también los fieles sean conducidos a una vida
de fe más genuina y más madura. "De esta
manera, la forma de la predicación evangélica
se hará más natural al modo de vivir humano,
que les incita a vivir en estrecha unión con los
demás hombres de su tiempo y a penetrar sus maneras de
pensar y de sentir, de las que la cultura es expresión
(GS, 62). Los que se dedican a las ciencias teológicas
podrán empeño en colaborar con los hombres
versados en otras disciplinas, poniendo en común sus
energías y sus puntos de vista. Esta tarea
proporcionará grandes servicios a la formación
de los ministros sagrados, que podrán presentar a
nuestros contemporáneos la doctrina de la Iglesia
sobre Dios y la concepción cristiana del hombre y del
mundo, de un modo que les sea más adaptado y, a la
vez, más gustosamente aceptable por parte de ellos. Y
es de desear que muchos seglares puedan adquirir una
formación suficiente y dedicarse a esta docencia, para
lo que debe reconocérseles la justa libertad de
investigación, la libertad de pensar y la de expresar
humilde y valerosamente su manera de ver en aquellas materias
en que son expertos" (GS, 62).Las implicaciones judaizantes derivadas de la
Encíclica Nostra Aetate sobre las relaciones
del judeo cristianismo con las religiones no-cristianas, que
incluyen una innovadora sección sobre los
vínculos permanentes de la Iglesia con el pueblo
judío Auspician el triunfo final del judeo
cristianismo de la Iglesia de Pedro y Pablo, sobre el
helenismo cristiano y el misticismo de la Iglesia de Juan.
Acentuando la generalización del egoísmo, la
estulticia, la hipocresía, la dualidad y la falta de
verdaderos valores. Y dando origen a generaciones de
cristianos con el alma truncada (enanos morales), porque han
sido castrados mental (estultos) y espiritualmente (enanos
espirituales) por los clérigos fideístas. Es
decir, estultos que no alcanzan a desarrollar sus
potencialidades espirituales porque no se aplican a
desarrollarlas al estar ciegos a la verdad, a causa de
mantener separada la fe de la razón y la practica del
altruismo, misticismo y activismo social intensos que
predicara y ejemplificara Cristo para alcanzar la
trascendencia humana y la sociedad perfecta. Lo cual hace
patente la necesidad imperiosa de señalar la
felonía que cometen las Iglesias al encubrir y
perpetuar el error fundamental inducido por San Pablo, a
efecto de corregir el rumbo catastrófico al que se
dirige la humanidad cristiana, conducida por Israel al
precipicio de la perdición eterna. Y salvar a la
Iglesia de ser despojada de Cristo y su doctrina para
convertirse en promotora de la moral natural prescrita por
Dios para gobernar a las bestias humanas (gentiles) que Noe
salvó del diluvio. Aduciendo los rabinos que nos hacen
el favor de traspasarnos algunos valores de su fe que flotan
sobre el detritus de su letrina sagrada, debido a la carencia
de verdaderos valores del judeo cristianismo.Después del Concilio la declaración
ante los medios del teólogo suizo Hans Küng
causó sorpresa y confusión al afirmar: "Los
dogmas son formulas humano históricas susceptibles de
mejoramiento". El cardenal Jose Siri, ya había
refutado este pensamiento propio del examen protestante y del
escepticismo filosófico, pues si se prescinde de la
inspiración divina se termina por refutar todo (no
nada más lo que les conviene a los rabinos y sus
esbirros masones, protestantes, progresistas y
comunistas).Entre los principales pronunciamientos protestantes
figuran la declaración del Sínodo de Renania de
1980 publicadas en el documento de trabajo titulado
€¹Consideraciones ecuménicas sobre el
diálogo judeo-cristiano€º, impuestas en
1982 a los miembros del Consejo Mundial de Iglesias (WCC)
€¹€¹como directrices a seguir dictadas
por los rabinos a los prelados
conjurados€º€º.En 1985, Roma presentó a los cristianos las
"Notas para una correcta presentación de los
judíos y el judaísmo en la predicación y
la catequesis"€¹€¹ dictadas por la
sinagoga enunciando la claudicación de la defensa de
Iglesia, reconociendo finalmente el triunfo del
judaísmo sobre el
cristianismoۼۼ. Los acontecimientos
posteriores a la declaración Nostra Aetate
evidencian que a pesar de la denuncia de Maurice Pinay, los
conspiradores cripto judíos ganaron; y a fin de evitar
que los conjurados causen más daño a la
sociedad cristiana, es necesario denunciar la
sustitución del Cristianismo por la religión
noaquida a fin de visualizar objetivamente la
desviación del camino ecuménico señalado
por Cristo hacia la judaización del
cristianismo.Maurice Pinay en su denuncia ofreció como
sustento del complot milenario de los judíos contra la
Iglesia la sociedad y el Estado cristiano, la documental
histórica integrada por: a) una relación
pormenorizada de las maldiciones divinas conjuradas por los
profetas contra los hijos de Israel que no acaten los
designios divinos imperial supremaciítas, b) una
muestra de la perversidad de las directrices
talmúdicas que santifican la violencia, el crimen, el
despojo y el genocidio en contra de los pueblos gentiles, c)
una relación pormenorizada de las herejías que
han promovido los judíos a lo largo de la historia en
su intento por abrogar el dogma de la divinidad de Cristo, d)
una relación pormenorizada de los complots, genocidios
y revoluciones cripto judíos contra la Iglesia, el
Estado y la sociedad en su intento por someter a los pueblos
gentiles, e) una relación pormenorizada de los
documentos que contienen las bulas y cánones
pontificios y sinodales que la cuestión judía
originó a lo largo de la historia. Es por ello que los
militantes del humanismo secular cristiano retomamos la
denuncia de Maurice Pinay, haciendo nuestra la documental
histórica ofrecida en la denuncia como evidencia del
eterno complot judío, añadiendo la presente
crítica a la utopía cristiana tratando de
defender no solo a la Iglesia sino al Estado y la sociedad
cristiana. Y en consecuencia:
IV: Acusaciones formuladas por el humanismo
secular cristiano ante el Tribunal de la Razón en calidad de
agraviados denunciantes:
1: Se acusa a San Pablo de haber judaizado el
cristianismo: 1° injertando Cristo en el árbol
genealógico de Israel, como
descendiente del rey David [Mateo I,1 al 16]. 2°
Induciendo el error fundamental [2ª Timoteo III, 16,
17] al unir la doctrina supremaciíta de Israel que
promueve el despojo, la opresión y el genocidio de los
pueblos gentiles, con
la doctrina trascendente de Cristo que promueve el altruismo y el
misticismo intenso, como si fueran iguales, siendo contrarias
para que los judíos
cristianos siguieran siendo Israel y los gentiles cristianos
ayudara a Israel sin darse cuenta, a fin de hacer de Israel la
principal de las naciones. 3° Induciendo la dualidad moral,
separando la fe de la razón [1ª Corintios I, 17
al 27],; lo cual hace patente el daño
moral que ha causado a la humanidad y a la sociedad
durante dos milenios, y considero un deber supremo impedir que
siga causando daño en lo futuro, ya que San Pablo como
buen maestro del engaño y la manipulación,
entretejió hábilmente la verdad junto con la
mentira, a fin de
hacer pasar la mentira como verdad sin que se dieran cuenta,
poniendo candados teológicos a sus argucias para someter a
los creyentes al dominio de
Israel; por consiguiente al inducir el error fundamental
separó la fe de la razón como candado para
amordazar a los gentiles cristianos, y apeló a la honra de
los ancestros de Israel como candado a los judíos
cristianos. San Pablo usurpó el liderazgo de
los apóstoles arguyendo ser el más docto en la
Ley de Israel,
ya que su autoridad
provenía del espíritu y no de la carne, pues fue
Cristo resucitado, ante quien toda rodilla se dobla en el cielo,
la tierra y el
abismo, quien le otorgó su apostolado después de
haber resucitado en todo su esplendor y gloria [Filipenses,
II, 5,,11], [2ª Corintios 13, 4]; por ello
descalificó la salvación por las obras instruida
por Cristo sin que nadie lo interpelara y la sustituyó por
la salvación por la ley y por la salvación por
designio divino, cerrando el candado.
La genialidad retórica de Pablo expuesta en el
Areópago dejó perpleja a la humanidad durante dos
milenios, posteriormente liberó a Israel del crimen de
Cristo, inculpando a Dios de la muerte de
su hijo como pago por nuestros pecados, siendo que Cristo al
final de su condena a la opresión de los sacerdotes
anticipadamente señaló a los que lo
asesinarían. Aprovechando lo expuesto por Mateo [Mat.
V,19], exhumó la ley de Israel e inhumo la doctrina
de Cristo, y para que nadie quebrantara la Ley de Israel
arguyó: "La finalidad de la Ley, es Cristo":
[Romanos X, 41]. Y como prueba de que San Pablo fue un
manipulador: con el propósito de ganarse el favor del
emperador romano, sometió a los creyentes a su imperio,
arguyendo: "Sométase todo individuo a la
autoridad constituida, ya que no existe autoridad que Dios no
haya designado"; y como candado indicó: "toda autoridad
viene de Dios, y por lo tanto, el insumiso al imperio de la
autoridad se opone a los designios de Dios" [Romanos XIII, 1,
2], dando lugar a la teología de la dominación
y al derecho divino que han aducido tener: reyes, imperios y
potentados, en nombre de los cuales someten y despojan a pueblos
y naciones, y liquidan adversarios y opositores. Muerto San
Pablo, los sacerdotes de Israel perpetuaron el complot contra
Cristo y sus seguidores gentiles, vigilando que los atavismos
teológicos no se aflojen.
2: Se acusa a la Iglesia judeo cristiana por el
latrocinio de tracto continuo cometido desde el Concilio de
Jerusalén donde San Pedro y San Pablo acordaron la
separación física de la Iglesia
y la Sinagoga, liberando a los gentiles de la obligación
judía de acatar la ley de Israel; pero los rabinos lo
impidieron uniendo el Antiguo y el nuevo Testamento como partes
inseparables de la misma doctrina a fin de judaizar el
cristianismo y mantenerlo sujeto a la Sinagoga;
suscitándose interminables complots contra la Iglesia y
los reinos cristianos
en cada siglo. Después de la Revolución
francesa, el triunfo de las revoluciones promovidas por la
masonería judía contra los reinos europeos,
pronosticaban el triunfo de Israel sobre los gentiles cristianos.
La emancipación de los judíos posibilitó su
inserción en las sociedades
civiles, y los rabinos se plantearon el interrogante sobre el
problema religioso del mundo por venir. Se acercaba el retorno a
la tierra de
Israel y se imponía solucionar el antisemitismo
teológico y la reivindicación de la Alianza del
Sinaí como plataforma donde se desplanta el futuro de
Israel entre los gentiles. Lo que estaba en juego en los
debates teológicos de los rabinos de fines del siglo XIX
puede resumirse de la siguiente manera: "El
cristianismo nace del judaísmo y, con notables esfuerzos,
puede introducir elementos de espiritualidad judía; lo
contrario no es posible, pero necesitamos recobraremos nuestro
papel de pueblo sacerdotal entre los gentiles, traspasando
algunos valores del
legado judío; sino ¿cómo
transformar la doctrina de la Iglesia sobre los judíos, a
fin de reivindicar nuestra dignidad de
pueblo escogido por Dios ante la pretensión de los
cristianos de ser el Nuevo Israel?, y para lograrlo rabinos
y masones trabajaron en la elaboración de un plan conjunto
para destruir la iglesia y su doctrina promoviendo sutilmente, la
lucha intestina entre conservadores y modernistas con el pretexto
de adecuarla a los tiempos modernos.
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