Tres características del matrimonio en la obra de la escritora colombiana Elisa Mújica
Tres características del matrimonio desde
los personajes Catalina, Mirza y Celina en la obra de la
escritora Colombiana Elisa Mújica
Con base a los juicios viciosos de índole religioso hay
uno fundamental que vincula a la mujer con el
sexo, el
matrimonio. Medio por el cual se sustentan las relaciones de
pareja, y por la tanto, la procreación. Este
vínculo, considerado para la iglesia como
institución natural se interpreta desde el catolicismo
como una alianza matrimonial, por la que el varón y la
mujer constituyen
entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su
misma índole natural al bien de los cónyuges y a la
generación y educación de la
prole[1]
Es decir, que bajo los preceptos religiosos, el matrimonio
funciona como la fusión
de dos seres en uno solo. Esta alianza fue concebida durante
mucho tiempo como
convenio entre familias, luego funcionó en un aspecto
social, tanto en el Antiguo
Testamento como en el Nuevo Testamento, y hasta los primeros
tres siglos de la iglesia. Posteriormente, en 10 siglos se
constituyó el sacramento como parte de la
conformación ritual pero, fue a partir del Concilio
Vaticano II que se formalizó el trabajo
procesual desde la pastoral familiar. Discusión que divide
claramente el rito del sacramento, ya que, el rito es la
formalidad eclesiástica y el sacramento genera la
posibilidad de crecimiento y construcción espiritual.
Por esta razón, la constitución social y tradicional que
presenta el imaginario en el sacramento matrimonial tiene tres
características, a mi criterio básicas para el ser
humano, las cuales quiero analizar. La legitimidad, lealtad y
estabilidad social que éste representa.
Desde este punto de vista quiero responder la siguiente
pregunta, cómo Elisa Mújica[2]a
partir de sus personajes Catalina, Celina y Mirza, da a
conocer los imaginarios femeninos que surgen entorno al
matrimonio, los cuales, se construyen de manera consiente frente
a la identidad de
género.
Es decir, la construcción de pareja humana mantiene la
misma forma primordial de toda relación social, de esta
manera el matrimonio es un sacramento que reaviva el
espíritu de SER mujer "completa" o no serlo.
Pero ¿dentro de qué categorías o estigmas
se considera el matrimonio como un sacramento tan importante para
la mujer?.
Pues bien, las connotaciones sociales frente al matrimonio no
han perdido vigencia para la época en la cual se ubican
las protagonistas de Elisa, por el contrario hay un interés
por determinar cuáles son los fenómenos
particulares que atribuye una mujer para la procreación de
la especie humana. Por lo tanto, es evidente poner en ejercicio
una dicotomía, o eres monja y extiendes la palabra de
Dios, o, eres madre y extiendes la existencia del hombre.
Sin embargo, las historias paralelas que pueden reflejar estas
mujeres son simbólicas en la medida en que mantienen los
mismos imaginarios respecto al deseo por querer ser madres. Los
escritos reflejan una mentalidad del sujeto femenino radicado en
la formación de familia como
unidad básica para poder
realizarse como mujer-madre y esposa.
Sin embargo, el significado paradójico de la palabra
"completa" conlleva a la idealización de esposa-mujer y
madre, como único signo trisémico válido
para el modelo
femenino. Dicho imaginario se percibe en los tres personajes a
través de diferentes épocas, en donde se observa la
transformación del papel femenino. En el que asume a su
vez roles económico, político y cultural que la
llevan a abrirse campo en espacios que durante muchos años
fueron exclusivos para el dominio
patriarcal.
Por ejemplo, en "Catalina" la madre es la responsable de
acordar el matrimonio de su hija para que la familia no
sufra la vergüenza de una mujer soltera y sin un hombre que
quede al mando de los negocios
familiares.
-La guerra nos ha
dejado sin hombres-decía mi madre-. Si no hubiera sido por
David Bullón, que invitó a Samuel a Bucaramanga,
usted no hubiera podido encontrar un partido tan
bueno.(página26)
Al igual sucede en "Bogotá de las nubes"
-Hay mujeres de dos tipos: el femenino-femenino y el
femenino-viril. La Beauvoir pertenece al segundo. Su ideal de
verse como un hombre, para no verse obligada a realizarse a
través de otro, según lo ha dicho, es el
responsable de la desorientación de las mujeres que
estamos padeciendo en la segunda mitad del siglo XX.(pág
105)
La reacción contra este ideal podría ser
posibilitado por Celina en "Los dos tiempos", ya que, en ella se
interpreta un claro proceso de
diferenciación femenina. Aunque, en el fondo conserva ese
mismo ideal de realización de su cuerpo y sexualidad:
Las muchachas, recogido el pelo hacia atrás por
grandes lazos de cinta que dejan libres dos guedejas a lado y
lado, espolvoreadas y que se llaman "cachacos", y vestidas con
trajes de hilo, de los colores del
arco-iris y olorosos a fruta, constituyen materia
dispuesta para que el galán escogido haga de ellas lo que
quiera.(pág32)
El ideal reflejo de madres y padres constructores en lo
femenino y masculino son quienes transmiten tradiciones frente a
la construcción del género en sus hijas, las
condiciones de quién debe actuar y cómo se debe
actuar, delimitan las relaciones
humanas de hombre-mujer; los términos de lo "coqueto"
y "rudo" son actos de "ley" que se dan
por aceptados en la sociedad.
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