La gesta de 25 de mayo de 1810 en Buenos Aires y el apoyo de Tarija

En la historia de los hombres hay hechos que perduran en
la memoria colectiva; y éstos, remiten al origen de la
identidad de un pueblo y su evocación, no sólo
tiene como objeto rendir homenaje al sacrificio de los
predecesores, sino también, reafirmar los ideales y
valores de pertenencia a una entidad histórica.

En la antigüedad, la formación de una
identidad cultural, en muchas ocasiones, hacía referencia
a un mito fundacional, frecuentemente sacralizado por la
intervención directa de los dioses. En los albores de la
modernidad, el surgimiento de las nacionalidades en nuestro
continente desde que se suscitó la Gesta del 25 de mayo de
1809 en Chuquisaca, también responde a un hecho del pasado
que, por su significación y trascendencia irrepetible,
señala un antes y un después de las sociedades
americanas. Por lo tanto, los países hispanoamericanos que
hoy conforman la sociedad de naciones en Centroamérica y
Sudamérica, son la consecuencia de un proceso
histórico que iniciado el año de 1809, puso fin al
vínculo colonial con el Reino de España y
fragmentó un vasto territorio común dando origen a
las identidades nacionales, que hoy conocemos.

ESTE AÑO 2010, CUATRO REPÚBLICAS SOBERANAS
DE SUDAMÉRICA: ARGENTINA, COLOMBIA, CHILE Y MÉXICO,
CONMEMORAN EL "BICENTENARIO" DEL COMIENZO DE LA
GESTA POR SU EMANCIPACIÓN, QUE SIGNIFICÓ UNO DE LOS
PROCESOS SOCIALES, POLÍTICOS Y MILITARES MÁS
IMPORTANTES DEL MUNDO Y QUE A TRAVÉS DE UNA CRUENTA LUCHA
QUE DURÓ MÁS DE 15 AÑOS, CONMOVIÓ A
TODO EL CONTINENTE Y CAMBIÓ LA FISONOMÍA DEL MUNDO,
INCORPORANDO TEMPRANAMENTE A SUDAMÉRICA AL CONCIERTO DE
NACIONES FUNDADAS SOBRE VALORES QUE AUN ERAN UNA
ASPIRACIÓN EN EL VIEJO MUNDO: LA LIBERTAD, LA
INDEPENDENCIA, LA SOBERANÍA POPULAR Y LA
REPÚBLICA.

A pesar de esas indiscutibles verdades, la rutina, el
desprecio y el desconocimiento de las celebraciones de las
diversas fechas del Calendario Histórico de Tarija, y la
reiteración mediocre de las exposiciones escolares y la
educción impartida a nuestros niños y
jóvenes sobre diversos hechos históricos realizados
en Tarija y otros territorios de nuestra América, han
contribuido a diluir uno de los acontecimientos más
importantes ocurridos en nuestro territorio por ser parte del
otrora Virreinato del Río de La Plata: LA
REVOLUCIÓN DEL 25 DE MAYO DE 1810 EN BUENOS
AIRES.

Ese hecho y a partir de esa fecha, sin duda alguna, se
puso en marcha un proceso que en el Alto Perú duró
quince años y en el Río de La Plata, seis de
cruenta guerra, y que se inició en Chuquisaca (Alto
Perú hoy Bolivia), el 25 de mayo de 1809, prosiguiendo en
Ecuador (1809), Argentina, Colombia, Chile y México
(1810), el Salvador, Paraguay y Venezuela (1811), y
culminará con su transformación en naciones
soberanas e independientes.

Pero también, su importancia reside en que el 25
de mayo de 1810 marcó el inicio de sustanciales
transformaciones políticas, sociales, culturales e
ideológicas y; que los pueblos tarijeños
distribuidos en su territorio, coadyuvaron plenamente con gente,
armas y bienes cuando conocieron que el Cabildo Capitular de
Tarija decidió apoyar a la Junta Provisional Gubernativa
de Buenos Aires, al ser el Partido de Tarija una tenencia de la
Gobernación de la Provincia de Salta.

Por esas razones, en 1810, el acoso de Napoleón
sobre España abrió una oportunidad impensable para
los americanos.

Los habitantes originarios de nuestro continente
comenzaron su rebelión contra los invasores a los pocos
meses de aquel fatídico 12 de octubre de 1492. En los
primeros días de 1493 las Antillas ardían en
rebelión acaudilladas por Anacaona y su compañero
Caonabó. América no se entregó sin luchar:
fueron miles y miles, en el Caribe, en México, en
Perú, en los valles Calchaquíes, los que en
términos del Libertador Bolívar llevaron adelante
una guerra a muerte heroica y desigual, que renacerá en
1780 en el ejército libertador de Tupac Amaru.

La
revolución de 25 de mayo de 1809

La llama, estalló en 1809 en Chuquisaca en la voz
del estudiante tucumano Bernardo de Monteagudo que ante las
noticias de la caída de la abdicación de la
monarquía española en manos de Napoleón
proclamaba: "…desaparezca la penosa y funesta noche de
la usurpación y amanezca luminoso y claro el día de
la libertad. Quebrantad las terribles cadenas de la esclavitud y
empezad a disfrutar de los deliciosos encantos de la
independencia…", mientras se sumaba a los
revolucionarios que se lanzarán a las calles de la ciudad
universitaria el 25 de mayo de 1809 en Chuquisaca, y de La Paz el
16 de julio, rebelándose contra los abusos de las
autoridades locales y formando Juntas como las de
España.