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La comunicación en la dirección del movimiento sindical (página 2)



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Para poder dirigir científicamente la labor
sindical los cuadros tienen que conocer y dominar los elementos
esenciales que rigen el proceso de dirección y aplicarlos
consecuentemente.

Para ello es imprescindible el conocimiento de
principios de dirección entre otros:

  • Centralismo democrático.

  • Objetividad.

  • Carácter concreto.

  • Proporciones óptimas y la
    eficiencia.

  • Unidad de objetivos entre el partido, la
    administración y del sindicato.

  • Eslabón fundamental.

  • Estímulos.

  • Control desde arriba y desde abajo.

  • Subordinación del interés individual
    al colectivo.

Constituye una necesidad el cumplimiento de estos
principios para poder lograr eficiencia en la labor de
dirección que realizan los cuadros sindicales, ya que cada
una juega un importante papel en el desempeño, como se
ilustra a continuación:

El principio del centralismo democrático
es el rector de la Sociedad Socialista. Consiste en la
organización armónica entre la
centralización y la democracia, implica la
subordinación a un centro único en cada nivel de
dirección, la rigurosa disciplina, el mando unipersonal y
el carácter colegiado de las decisiones, la plenitud de
poder de los trabajadores, la estimulación de sus
iniciativas, la subordinación de la minoría a la
mayoría, el carácter electivo de los órganos
de dirección y de los que lo dirigen y el deber de estos
de rendir cuenta ante los órganos de dirección y
las masas de manera sistemática.

El principio de la objetividad tiene como base el
concepto de dirigir los diferentes procesos económicos
políticos y sociales con arreglo a las leyes objetivas.
Por lo tanto se precisa de una dirección libre de
subjetivismo y espontaneidad.

Ejemplo: Cuando se viola la ley de distribución
con arreglo al trabajo al estimular un colectivo que no lo
merece, se ocasiona serios daños a la labor educativa que
realizan los cuadros sindicales.

La esencia del principio del carácter
concreto
radica en la necesidad de analizar y aplicar la ley
teniendo en cuenta la realidad concreta en que tendría
lugar el esfuerzo por alcanzar determinado objetivo, así
como la adecuación de las funciones de
dirección.

El principio de las proporciones óptimas y la
eficiencia
consiste en asegurar el cumplimiento de las tareas
en el plazo mas corto y con el mínimo de gastos de
recursos humanos, materiales y funciones, el empleo racional de
los recursos y la eficacia condición insoslayable para el
alcance de la eficiencia.

El principio de la unidad de objetivos entre el
partido, la administración y el sindicato
consiste en
organizar de manera armónica la dirección
política con la económica. Esta unidad asegura el
buen funcionamiento y adecuado desarrollo de la sociedad
socialista.

La política del Partido Comunista de Cuba es
asumida de manera consciente por la clase obrera al expresar los
intereses legítimos de todos los trabajadores agrupados en
sus sindicatos.

Toda la labor de dirección tiene que estar
encaminada a promover, propiciar, reforzar y profundizar la
unidad de acción entre todos los factores como premisa
indispensable para garantizar la independencia, la libertad y la
dignidad.

El principio del eslabón fundamental: se refiere
a que todo fenómeno, problema o situación tiene una
determinada secuencia de acontecimientos, y acciones destinadas a
propiciar su solución y no todo tiene la misma
importancia, por tanto, el principio consiste en determinar el
elemento o proceso que al desarrollarse influye de manera
decisiva en la solución o éxito. A estos elementos
hay que concederle la mayor importancia, atención y
prioridad.

Ejemplo de ello, el funcionamiento orgánico de
las organizaciones de base, pues en la medida en que el
trabajador se sienta bien representado y dirigido estará
motivado y la comunicación que establezca será
más efectiva.

El principio del estímulo: requiere de la
combinación del estímulo moral y el material y
siempre estará dirigido a premiar los mejores resultados
individuales y colectivos. Este es el reconocimiento a los que
más se destacan en las diferentes esferas de la vida
económica, política, social, cultural, entre
otras.

El principio del control desde arriba y desde abajo: el
primero lo ejercen los organismos superiores a los inferiores que
están bajo su mando.

El segundo las administraciones informan los resultados
alcanzados y los trabajadores analizan, aportan ideas y valoran
incentivos para lograr un mejor desenvolvimiento del centro.
Ejemplo: las asambleas que se realizan en los centros laborales
todos los meses.

El principio de la subordinación del
interés individual al colectivo, está presente en
todas las estructuras de la sociedad socialista y todos tienen la
obligación de velar por su cumplimiento.

Las acciones que realizan los dirigentes sindicales para
dar cumplimiento a los objetivos propuestos son las funciones de
dirección.

La función de planificación comprende la
identificación de los problemas, la fijación de los
objetivos, análisis de las formas y medidas para
alcanzarlo. Para la elaboración del programa general del
trabajo del año así como los planes trimestrales,
mensuales e individuales de cada cuadro. Planificar es dirigir
por anticipado lo que ha de hacerse, cómo, dónde
hacerlo, quién lo va a hacer y con qué. Ejemplo: la
asamblea de afiliados.

La función de organización es la segunda
acción del ciclo, permite materializar los elementos que
hallan definidos en la planificación, combina los
recursos, determina la estructura organizadora, las autoridades,
los órganos lineales y funcionales, las relaciones entre
las diferentes partes componentes del sistema y el entrono donde
actúan. Ejemplo: ¿Cómo va a organizarse la
emulación individual y colectiva en el centro?…
parámetros, chequeos, estímulos, periodos
etc.

La función de regulación o mando:
comprende la ejecución de la tarea de manera directa o por
el dirigente o indirecta mediante una persona o grupo de ellas,
existen factores que condicionan la forma en que se ejerce: la
disciplina, autoridad, toma de decisión e iniciativas. En
esta función es decisiva sobre la imagen con que el
dirigente es percibido: su ejemplaridad, sus métodos y
estilo de dirección, carisma, protagonismo, autoridad, su
conocimiento y dominio de las tareas y el medio en que se
desarrolla. En fin, su liderazgo como premisa indispensable para
lograr éxito en su labor.

Logrando que cada integrante del colectivo que dirige se
sienta un participante activo, la creación de un clima de
cooperación y supervisión.

Promover análisis profundos, reflexiones, debates
sobre los éxitos y fracasos, tomándose para
estimular el trabajo en el primer caso y como enseñanzas
para erradicar las dificultades existentes en el segundo de
manera educativa.

Constituye una necesidad en la actividad trabajar para
convertir el control en autocontrol, lo que reflejará el
nivel de desarrollo alcanzado.

Ernesto Guevara (1961) expresaba que el cuadro
debía conocer la teoría de planificación y
sus problemas y la tecnología de su centro de trabajo;
sentirse miembro de la clase obrera y recurrir a ella para
obtener experiencia, subordinar el interés personal al del
colectivo, anteponer el cumplimiento de las leyes y deberes a la
amistad personal, saber valorar a los individuos por los hechos
objetivos y totales y no por aspecto de su personalidad o su
palabra.

Aunque estos planteamientos corresponden a los primeros
años de la revolución triunfante, el Che hace
énfasis en los aspectos
políticos-ideológicos del cuadro revolucionario, le
da una importancia vital a los sentimientos humanos a su
sensibilidad y a la solución de los problemas que afectan
a los colectivos.

Ernesto Guevara (1961) considera que: ¨… el
cuadro es la pieza maestra del motor ideológico…
que es lo que pudiéramos llamar un tornillo
dinámico de este motor, tornillo en cuanto a pieza
funcional que asegura su correcto funcionamiento; dinámico
en cuanto a que no es simple trasmisor hacia arriba o hacia
abajo, de temas o demandas sino un creador… ¨. El
autor coincide con Ernesto Che Guevara en que el cuadro es el
centro, el núcleo, la guía, el protagonista
principal de la obra por lo tanto tiene que ser en primer lugar
un hombre con profundas convicciones
político-ideológicas, dinámico, creativo,
responsable, austero, en fin, ser un portador de los principales
valores que caracterizan a nuestra sociedad.

Después de realizar un profundo análisis
de discursos e ideas expresadas en distintas intervenciones por
Lázaro Peña González, Fidel Castro Ruz,
Raúl Castro Ruz y Carlos Lage Dávila se pueden
definir el concepto de cuadro sindical: como la síntesis
de las mejores virtudes y cualidades ético morales
revolucionarias con un profundo dominio de la actividad que
dirige, tiene que ser ejemplo ante el colectivo por su
responsabilidad, disciplina, consagración y austeridad,
ser líder por su prestigio y autoridad y
disposición de defender y representar a los trabajadores
de manera activa y efectiva, ser un incondicional defensor de la
política del Partido y la Revolución.

La dirección sindical es un sistema de influencia
política económicas y sociales, que en el
empeño por lograr determinados objetivo de servicios, de
superación técnico profesional, cultural y
política ideológica de los propios trabajadores y
del desarrollo socioeconómico en general de la
nación se establece entre los dirigentes sindicales y la
masa de afiliados, a quienes los primeros representan ante el
partido, el gobierno y las organizaciones políticas de
masas y sociales, en general.

Es importante establecer una comunicación que
permita a los cuadros una participación activa, el debate,
la posibilidad de la crítica, la dosificación
correcta de los mensajes a trasmitir, la objetividad, el ser
oportuno y saber escuchar a los interlocutores. La
comunicación es un proceso complejo, pero se logra dominar
correctamente mediante el estudio y la ejercitación
sistemática durante toda la vida. La comunicación
permite ejercer influencias sobre los demás, estimula la
conducta de los participantes en el proceso; una
información puede determinar un cambio en el sujeto que la
recibe.

El dirigente sindical no actúa solo como un
orientador sino que tiene que ejercer su influencia en sus
subordinados con toda su personalidad, su conducta, ideas,
concepciones y principios revolucionarios y profunda autoridad
moral y cívica, estos elementos se expresan en los rasgos
intelectuales, volitivos y emocionales del
carácter:

  • Alto nivel de atención.

  • Memoria profesional.

  • Lógica en sus ideas.

  • Pensamiento amplio.

  • Profundidad y flexibilidad.

  • Carácter crítico de sus
    ideas.

  • Seguridad en sus fuerzas, posibilidades y
    disciplina.

  • Iniciativa y ejecución propia.

  • Organización e independencia personal en el
    trabajo.

  • Ser alegre.

  • Optimista.

  • Ser equilibrado.

  • Ser paciente y tener fe en los
    demás.

En la medida en que el dirigente sindical sea portador
de estas habilidades, capacidades, convicciones y sentimientos
podrá dirigir, corregir, guiar, gestionar, facilitar y
mandar cada vez de manera más eficiente a sus
subordinados, quienes a consecuencia de lo anteriormente expuesto
modifican sus actitudes y actuaciones individuales, colectivas y
de la organización en general.

Conclusiones:

  • Para la dirección del movimiento sindical es
    imprescindible que los cuadros que en ella participen posean
    habilidades comunicativas que les permitan el desarrollo de
    una comunicación eficiente.

  • Lograr una comunicación real y efectiva es
    esencial para el éxito de la labor política que
    desempeñan los cuadros sindicales en la provincia
    Granma.

  • Este trabajo puede ser de mucha utilidad para los
    cuadros y dirigentes del movimiento sindical porque les
    permitía profundizar en aspectos teóricos y
    aplicación práctica de elementos
    esenciales.

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Autor:

Orlando Contreras Polo

.

Guillermo Almenares Oliva

Universidad de Granma, Sede Universitaria
Municipal Bayamo,

Prolongación General García
S/n,

Enviado por:

Roberto A. Viltre Rodríguez

Partes: 1, 2
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