Cuartel de Dragones en Trinidad de Cuba

Resumen

Nuestro trabajo, esta dirigido a contribuir a
través del mismo a la formación de una cultura
turística, vital para la prosperidad y la salud con que
cuenta la actividad turística en nuestro destino en la
actualidad a pesar de lo convulso del momento histórico
que nos desarrollamos. Fruto de una paciente selección de
artículos, entrevista y trabajo de campo para la
conformación del articulo que ilustra las posibilidades de
Trinidad de Cuba para esta actividad. El cual ponemos a su
consideración.

Introducción

El turismo es el conjunto de actividades humanas,
puestas en práctica para viajar por placer, deporte,
instrucción u otras y tiene por objeto satisfacer las
necesidades del turista.

El turista es toda aquella persona que se desplaza fuera
de su domicilio habitual con la intención de regresar,
independiente de sus motivaciones.

El turismo influye económica y socialmente en la
población ya que el municipio depende de este. Por ser
Trinidad una ciudad turística por excelencia. Continuemos
por este camino. En la actualidad, existen muchos tipos y
modalidades de turismo de acuerdo con el interés
particular del viajero, es decir, del propósito u objetivo
que motiva el viaje; analicemos para acércanos con
claridad al tema que nos ocupa, esta claro que el turismo como
fenómeno creciente a pesar de diversos factores que lo
amenaza esta identificado por el movimiento fuera del lugar de
residencia habitual, de forma temporal y sin remuneración;
pero el recurso turístico escogido nos a cautivo por su
potencialidades, pues su puesta en valor en la actividad
turística puede responder tanto al turismo bélico o
de guerra como al cultural ¿Cuáles son los
fundamentos de tal afirmación?

A pesar de todo lo que supone y representa la guerra en
cuanto a violencia, dolor, sufrimiento, muerte,
destrucción… lo cierto es que el ser humano, por
uno u otros motivos, en mayor o menor medida, se ha sentido
atraído por ella. En efecto, lo bélico ha ejercido
una poderosa fascinación en muchas personas, hasta el
punto, por ejemplo, de querer conocer y recorrer in situ
escenarios de cruentas batallas donde lucharon —y a menudo
perdieron la vida— antepasados, compatriotas, personajes
históricos admirados, etc., e incluso de desear asistir al
preludio o al desarrollo de una determinada contienda, y hasta,
en casos extremos, intervenir activamente en una. Que el turismo
bélico o de guerra está de moda es un hecho, como
pone de manifiesto, la enorme profusión de guías
turísticas dedicadas al tema. Ahora bien, bajo esta
denominación se engloba, como se acaba de apuntar,
prácticas bien distintas aunque en ocasiones
complementarias1[1]

En tal sentido, el turismo bélico o de guerra es
una potencialidad a desarrollar en el caso de Trinidad de Cuba
pues cuenta con todo un sistema defensivo de los tiempos
coloniales, las huella de la época del proceso
revolucionario y las alturas de Guamuhaya que se convirtieron en
centro del bandidísmo y la lucha contra bandido entre
otros elementos no menos importante como la conspiración
trujillista.

Por lo anteriormente planteado es que decidimos hacer el
análisis de este inmueble el Cuartel de Dragones en la
actualidad escuela de arte ubicada en la plaza el barracón
o plaza Isabel segunda por los diferentes uso que se le pueda dar
en función del turismo.

Desarrollo

El origen de este edificio que trabajamos como recurso
turístico se remonta al año 1817, cuando el cabildo
trinitario aprueba la construcción en los ejidos de la
ciudad de un barracón "para que sirviese de
depósito de los negros traídos de África,
con lo cual se evitaran las infecciones que pudieran
traer… ",

1824 el síndico procurador general, José
María de Mendoza, presenta una moción al cabildo
sobre la necesidad de disponer de un lugar para el alojamiento de
tropa, ya que se requería poner la ciudad en aptitud para
la defensa, antes los primeros amagos de insubordinación
interna, que provocaron la militarización de las ciudades
importantes del país. Para ese fin se entregó el
barracón con el objetivo de adaptarlo a cuartel para
acomodar al Escuadrón de los Lanceros del Rey, en 1855 se
le añaden aspilleras en cada uno de los costados del
frente del edificio. Se ha atribuido la autoría de esta
última intervención a Francisco de Albear y Lara,
uno de los más brillantes ingenieros civiles del siglo
XIX

La imagen corresponde a una vista panorámica del
antiguo cuartel de Dragones, elemento clave en el sistema
defensivo de la ciudad y donde se acantonara las tropas
españolas para reforzar militarmente a la ciudad, ante la
fuerza que iba tomando la insurrección en el territorio,
Además en la etapa revolucionaria sirvió de
establecimiento a las milicias revolucionaria en el combate
contra el bandidísmo en el Escambray.