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La economía social y el modelo de desarrollo endógeno (página 2)




Enviado por Rosa Linda perez



Partes: 1, 2

Además de lo que se venía discutiendo en
los países capitalistas centrales, debemos examinar la
discusión latinoamericana que surge con fuerza a partir de
la publicación de la obra editada por Osvaldo Sunkel
(1991),. Según Vera, (2006). Sunkel "destaca que su forma
de concebir el proceso de desarrollo "significa, en lo esencial,
retomar y superar el desafío industrializador original de
Prebisch en torno de generar un mecanismo endógeno de
acumulación y generación de progreso técnico
que permita una capacidad propia de crecer con dinamismo y
productividad" (p. 19).

No dejan lugar a dudas en los mecanismos y la
orientación que ha de tomar el modelo de desarrollo cuando
más adelante señalan: "En definitiva, se postula
una intervención selectiva que busque establecer ventajas
comparativas dinámicas en los mercados internacionales,
pues la exportación es la próxima etapa natural
para aprovechar la plataforma industrial existente" (p.
23).

Desarrollo desde dentro es pues una invitación a
retomar el desafío de la industrialización, pero
esta vez, orientando el esfuerzo hacia los mercados externos,
promoviendo la generación de progreso técnico
tomando en consideración las capacidades propias de la
región (Vera, 2006).

No obstante, el aporte de Sunkel también tiene
vertientes potencialmente más radicales, sobre todo cuando
discute los requisitos para caminar en esa dirección. El
primero es deslastrarse del peso de la deuda externa y liberarse
del tutelaje del FMI (aspiraba que fuera posible a través
de una concertación). Específicamente, rechaza las
medidas "de ajuste" impuestas por el FMI para enfrentar
dificultades en el balance de pagos. En lugar de los ajustes
recesivos que ya venía imponiendo ese organismo financiero
internacional, Sunkel insiste en la necesidad de una
política expansiva que movilice las potencialidades
productivas del país afectado:

Mientras que el objetivo último de
la vía recesiva es el pago de , la opción de
reactivación selectiva tiene como horizonte rector el pago
de la deuda, toda vez que en este último enfoque se da
prioridad tanto a las acciones de corto plazo, destinadas a
reducir la extensión y la intensidad de la pobreza, como
las políticas de largo plazo, que persiguen superar los
niveles de extrema pobreza mediante los cambios distributivos
necesarios para alcanzar un nivel de equidad socialmente
aceptable (, 68).

Sigue planteando la necesidad de "retomar
el tema de las reformas estructurales y los modos de
organización social a todos los niveles. Muchas de estas
reformas pueden entenderse como el necesario apoyo que debe
recibir la pequeña y mediana empresa, así como los
sectores informales, para romper el nudo que ahoga la
expresión cabal de su potencial productivo" (1991,
72).

Para reafirmar la reflexión anterior el
Desarrollo endógeno es la propuesta del presidente
Chávez ante el Consejo Andino en la XVI Reunión del
Consejo Presidencial Andino, celebrada en la ciudad de Lima 2005,
en Perú. El presidente Chávez explicó que en
"Venezuela hicimos una ley de micro finanzas que nos autoriza a
dar créditos sin intereses, a muchas cooperativas (grupos
organizados para el trabajo económico), dentro de un
esquema de desarrollo endógeno concebido en una democracia
social, protagónica y participativa".

¿Un modelo
para Venezuela?

En Venezuela, el gobierno bolivariano inicialmente se
enfrentó con una situación económica
crítica a raíz del desplome de los precios
petroleros en el mercado mundial. Posteriormente, las
perspectivas de realizar la búsqueda de una vía
alternativa de desarrollo se dificultaron por la acentuada
polarización política de los años 2001-2002;
de manera que era recién a partir de la derrota del paro
petrolero, y con la ventaja de crecientes recursos disponibles a
través del petróleo, que se logrará colocar
en el centro de su política la prioridad de los programas
sociales y se iniciará en serio la búsqueda de
mecanismos capaces de fomentar un "desarrollo sustentable" basado
en la creación de una sociedad más
igualitaria.

Es a partir de ese momento que se empieza a hablar del
"desarrollo endógeno". Hay referencias a los autores
mencionados arriba pero queremos evidenciar que no se trata ni de
un "plan", ni mucho menos de una "teoría". Se trata
más bien de un horizonte, una consigna que surgió
en busca de una respuesta popular, aunque ya cuenta con un
conjunto de reflexiones que nos pueden servir de guía.
Consideramos que el "desarrollo endógeno" venezolano no es
una alternativa teórica ya empaquetada como "modelo
alternativo", listo para su aplicación. Es más bien
una manera de referirse a la búsqueda de un
camino.

Para apoyar lo que estamos planteando, recurrimos al
testimonio de Carlos Lanz, el primer responsable de la
misión Vuelvan Caras. En marzo de 2005, lo entrevistaron
precisamente para que explicara lo del desarrollo endógeno
y contó la siguiente anécdota:

Hace dos años [a comienzos de 2003] el equipo del
Ministerio de Educación Superior, discutiendo con el
presidente Chávez uno de sus programas como lo es Todas
las Manos a la Siembra, éste nos hizo una
observación sobre la necesidad de enmarcar esta iniciativa
en la perspectiva del Desarrollo Endógeno, porque en el
programa Todas las Manos a la Siembra nosotros hablábamos
de desarrollo local sustentable, de un desarrollo que tiene un
anclaje en el lugar, en la parroquia, en la localidad, en el
caserío; que tiene sus raíces sembradas en la
conciencia, en la organización popular. Pero, el
comandante Chávez nos dijo: "Miren yo vengo reflexionando
sobre este problema, y tengo una preocupación que en
Venezuela de golpe perdemos la brújula en muchas cosas; y
les voy a pedir que ustedes como equipos intelectuales que
están comprometidos, que elaboran teorías" y casi
se dirigió personalmente a mí para decir: "Carlos,
tú que te la pasas investigando y que haces teorías
o que te metes con el problema de la ideología, mira
aquí está un texto de Oswaldo Sunkel el cual deben
leer y trabajar de una manera crítica adaptándolo a
nuestra realidad ya que no se trata de copiar. Yo les recomiendo
que el proyecto que ustedes están planteando lo inscriban
dentro de esta idea, ahí está una clave de lo que
vamos a plantear, de lo que vamos a discutir" (Lanz:
2005)

Pero, al hablar de "desarrollo endógeno", no
estás cuestionando el desarrollo, sino sugiriendo que hace
falta que tenga raíces propias, que beneficie al
país. Estás evocando la noción de
"soberanía". Políticamente, es otra cosa. Y
Chávez, evidentemente, sabe de eso.

De manera que nos parece evidente que el "desarrollo
endógeno" que adelanta el actual gobierno no responde a
modelos previamente elaborados. Lo que nos lleva a tratar de
definir en forma más sistemática cuáles son
las características particulares de la discusión
sobre el tema en Venezuela.

El debate en
Venezuela

Lo primero que se tiene que destacar es que en la
Venezuela actual se han dado circunstancias excepcionalmente
favorables para la búsqueda de una alternativa al
neoliberalismo. Por los ingentes ingresos provenientes del
petróleo, el país disfruta de abultadas reservas de
divisas, no está sujeto a las presiones del (ahora algo
debilitado) FMI y tampoco se encuentra limitado por aquella
urgencia de "exportar o morir" que comentaba Sunkel (2005).
Además, cuenta con un gobierno y un liderazgo con niveles
de apoyo popular (después de ocho años en
ejercicio) sin precedentes en América Latina. Esto
significa un margen de maniobra excepcional y la real posibilidad
de "inventar" y hasta de rectificar los errores cometidos en el
camino. Ya llevamos cuatro años desde que se iniciara la
búsqueda de un camino a través del "desarrollo
endógeno" y, por lo tanto, tenemos experiencias y
planteamientos que resultan necesario asimilar y
pensar.

Sin embargo, todavía no se trata realmente de un
debate, sino de distintas contribuciones que merecen debatirse.
Como es costumbre, los "intelectuales" (comprometidos o no)
quedan a la zaga de los procesos que se desarrollan en
períodos de transformación social y política
acelerada. Además, quienes desde el gobierno están
conscientes de los objetivos que persiguen muchas veces
están teorizando más en función de estos
objetivos que sobre la base del movimiento real del protagonista
central del proceso que es el pueblo . De manera que las fuentes
de desencuentros potenciales son múltiples.

En todo caso, al decir que el protagonista central del
proceso es el pueblo, estamos apuntando hacia una primera
característica fundamental de la discusión en
Venezuela. Puede haber momentos en que el proceso se acelera
extraordinariamente, pero normalmente esto sucede a consecuencia
de lo que Trotsky llamaba "los latigazos de la
contrarrevolución",

Para los propósitos de indicar los elementos que
consideramos centrales de la discusión en Venezuela,
queremos diferenciar dos dimensiones que a veces parecen tener
dinámicas distintas y hasta supuestos diferenciables. La
primera, que abordaremos a continuación, gira en torno al
sector industrial; y la segunda, que discutiremos posteriormente,
surge a partir de las experiencias de las misiones y se relaciona
íntimamente con la misión Vuelvan Caras.

Núcleos
endógenos básicos y micro núcleos en el
sector industrial

Como punto de partida para nuestra discusión de
las propuestas en torno al desarrollo endógeno en el
sector industrial, tomaremos un documento del entonces Ministerio
de la Producción y el Comercio de abril de 2003, la
Declaración de Pozo de Rosas, que pretendía esbozar
las líneas centrales de la política industrial del
gobierno. Este documento, que circulaba en forma mimeografiada,
no llegó a publicarse, seguramente porque quedó
desfasado con el ritmo acelerado de lo que los periodistas llaman
"los acontecimientos'. De hecho, el documento se había
redactado justo antes de que Chávez anunciara su apego al
concepto de "desarrollo endógeno'. A consecuencia, nos
encontramos con un documento de 125 páginas en donde no
hay mención del concepto en las primeras 105 y
después viene una especie de Resumen Ejecutivo de 20
páginas (evidentemente redactado posteriormente) con el
encabezamiento Plan de Desarrollo Endógeno de la Industria
Venezolana.

Se trata de un documento bien elaborado por el
Ministerio de la Producción y el Comercio, (2003) y dentro
de los principios consagrados en la Constitución, ha
formulado una política industrial orientada al desarrollo
competitivo del sector en base a la conversión de ventajas
comparativas en competitivas, que facilite los grandes objetivos
estratégicos de reactivación, reconversión y
la reindustrialización con el enfoque competitivo de
cadenas productivas integradas y parques industriales. Este
enfoque prevé la sustitución eficiente de
importaciones y la promoción de exportaciones en el
mediano y largo plazo… Se trata de un esfuerzo conjunto de cara
al interés nacional para lograr la diversificación
e integración productiva e inserción competitiva
del aparato industrial en el mercado internacional,
convirtiéndolo en motor del desarrollo económico
nacional en el mediano y largo plazo.

La política industrial venezolana se orienta a
promover un marco competitivo que potencie la iniciativa privada
sin descartar la participación fundamental del estado
cuando sea necesario para corregir las imperfecciones del mercado
y en especial como formulador, ejecutor y coordinador de
políticas, bajo el principio de: tanto mercado como sea
posible y tanto estado como sea necesario. Se trata de reducir
los costos de transacción e incertidumbre, promover la
difusión oportuna de las nuevas tecnologías a todo
el aparato productivo, fortalecer el recurso humano, garantizar
los derechos de propiedad, dotar de infraestructura y servicios
adecuados y crear o fortalecer las externalidades positivas en
general (p. 3).

Un objetivo esencial de toda estrategia de desarrollo en
el contexto actual de globalización es el dinamismo de los
sectores exportadores. Por ello es tarea urgente para Venezuela,
país mono-exportador de petróleo, reindustrializar
y desarrollar algunos nichos de exportaciones no tradicionales
(p. 93).

Tal vez más de lo que pudiéramos suponer.
Sobre todo, porque se trata de una política atrayente para
los economistas profesionales, precisamente por contar con el
respaldo intelectual de una institución como la CEPAL.
Como no tenemos elementos para calibrar hasta qué punto
este enfoque sigue teniendo partidarios dentro de la
administración, nos quedamos con la interrogante.
Simplemente queremos registrar la sospecha de que los más
recientes conflictos internos de la CVG en torno a la
política adelantada por Alcasa bien pudiera reflejar la
persistencia de visiones encontradas respecto a las
políticas más adecuadas para promover una
recuperación del aparato industrial.

En todo caso, le tocó al mismo ministerio asumir,
como representante del gobierno, las negociaciones en torno a la
propuesta norteamericana de un Acuerdo de Libre Comercio para las
Américas (ALCA). Con una perspectiva cepalina consecuente
y la fuerza de ser representante de un gobierno popular
convencido que el ALCA era totalmente incompatible con su
proyecto, ese ministerio encabezó la resistencia
latinoamericana a la propuesta norteamericana, con una postura
sólidamente argumentada, y contribuyó (tal vez en
forma decisiva, pero en todo caso de manera importante) a la
eventual derrota de la propuesta (Venezuela. Ministerio de
Producción y Comercio, 2003b).

Por supuesto, el problema de fondo con el documento era
que había sido redactado justo después de que el
empresariado venezolano, a través de su
representación gremial Fedecámaras, había
encabezado un paro de dos meses en otro intento de tumbar al
gobierno. Por muy coherente que fuera el proyecto, a falta de una
respuesta medianamente esperanzadora, el empresariado privado
quedó descartado como "protagonista" potencial y con eso
se desploma las bases de la propuesta cepalina. Y se abre la
búsqueda de salidas más radicales.

De hecho, en el preciso momento en que se lanzó
la consigna del "desarrollo endógeno", se había
evidenciado que (por las razones que fueran) el empresariado
local no tenía la intención de jugar el papel que
le correspondía según las recetas del desarrollismo
cepalino. Ni siquiera en las favorables condiciones de
crecimiento económico acelerado de los siguientes cuatro
años pudo alcanzarse la esperada recuperación del
sector industrial privado. A finales de 2006, Leonardo Vera
comentaba cómo "ya no se habla de política
industrial, y el que el número de establecimientos
industriales se hayan reducido a la mitad durante los
últimos seis años, no es síntoma de salud
para el futuro". Evidencia también la decadencia del
sector industrial no-petrolero y cómo el capital privado
"sigilosamente escapa hacia la vida más tranquila del
negocio de las importaciones". De manera que el "desarrollo
endógeno" que promueve el gobierno a partir del 2003 se
diferencia claramente del "desarrollo desde adentro" de la
CEPAL.

Resulta importante entender la coyuntura que enfrentaba
al gobierno, una vez derrotado el paro empresarial cuando se
inició una contraofensiva política que modificaba
sustancialmente su concepción sobre la manera de adelantar
el proceso de transformación de la sociedad. Al derrotar
la casta gerencial de Pdvsa y con la recuperación,
sorprendentemente rápida, de una industria petrolera ya
bajo control gubernamental, el Estado contaba con los recursos
necesarios para finalmente tomar iniciativas audaces para empezar
a pagar aquella "deuda social" que había quedado pendiente
durante los años anteriores. Según Lander, la
estrategia adoptada fue consecuencia del reconocimiento
implícito o explícito de que había dos
condiciones básicas que parecían haberse asumido
como premisas en el diseño del proyecto de cambio y que,
sin embargo, resultaron tener un sustento en extremo precario: la
existencia de un sector empresarial nacional sólido con el
cual impulsar políticas de desarrollo nacional, y el
contar con un aparato administrativo del Estado con capacidad de
responder a las incrementadas demandas y exigencias que se le
asigna a la gestión pública (Lander, 2004,
58).

Se introdujo un nuevo modelo económico, definido
como "endógeno" y "basado en la prioridad de la
"economía social', la generación de fuentes de
trabajo y la democratización de la producción". A
través de diversas modalidades de micro y pequeños
créditos otorgados por entidades financieras del Estado se
fomentan organizaciones productivas de la economía social:
pequeñas y medianas empresas, cooperativas y demás
formas productivas asociativas. Se le da un extraordinario
impulso a la utilización de las compras y la
contratación de servicios y obras de todo el sector
público para generar capacidad productiva.
Petróleos de Venezuela y otras empresas del Estado, como
las empresas hidrológicas y las empresas básicas de
la Corporación Venezolana de Guayana, impulsan programas
de capacitación y financiamiento para la creación
de cooperativas con las cuales establecer contratos de compras,
de mantenimiento y outsourcing de servicios diversos. Dada la
particular debilidad del sector agrícola y pecuario -el
país importa cerca de 70% de sus alimentos– en estos
programas se le da especial énfasis a estos sectores
(58-59).

Paralelamente, se impulsan las distintas misiones
sociales con recursos provenientes de Pdvsa y otras empresas del
Estado, asignaciones presupuestarias extraordinarias y, en mucha
menor medida, los presupuestos de los ministerios. En efecto, se
promovió una estructura organizativa paralela a la de la
administración pública heredada, poco
institucionalizada pero, a juzgar por los resultados, sobre todo
los políticos, más eficaz o, por lo menos,
más adaptada a la urgencia que el gobierno imprimía
a sus programas.

En el siguiente apartado, examinaremos cómo las
misiones terminan engarzándose con los objetivos de un
"desarrollo endógeno". Por ahora, queremos seguir
examinando las implicaciones de la nueva política para el
sector industrial y manufacturero. Podría ayudarnos volver
a consultar la Declaración de Pozo de Rosas. En ese
documento encontramos una definición de las cadenas
productivas sectoriales que el gobierno aspiraba a promover: eran
ocho: "Cadenas de Aluminio / Cuero-Curtiembre-Calzado y Afines /
Oleofinas-Plástico / Sidero-Metalúrgica / Forestal
/ Hidrocarburos / Algodón-Textil-Confección /
Automotriz" (p.102). Llama la atención que en cuatro de
estas "cadenas" no participaban empresas del Estado.
Además, en las cuatro restantes, el objetivo era promover
la actividad productiva privada en función de una
política de colaboración con las empresas del
Estado. El eje central de la propuesta era crear condiciones
propicias para el despliegue de la actividad privada.

Con el nuevo enfoque, según la apreciación
de Leonardo Vera, "el Estado, potenciado por la renta petrolera,
se lanza una vez más a la aventura productiva,
comprometido directamente en la producción industrial en
los llamados "sectores pilares fundamentales', las conocidas
industrias de producción primaria". Vera cita al
presidente Chávez cuando explica la idea en Aló
Presidente:

Se comienza por establecer las industrias consideradas
pilares fundamentales para crear lo que hoy llamaríamos un
núcleo endógeno básico. En este trabajo el
Ministro y el Ministerio de Industria pues también tienen
un papel fundamental que jugar. En este impulso creador inicial
de la industria del hierro y del acero surgen la electro y la
metalmecánica, estamos hablando de otras áreas: la
química básica, la infraestructura de
energía, transporte y comunicaciones a partir de la
utilización de recursos naturales hasta entonces
desaprovechados (sept. 2004, citado por Vera, 2006,
3-4).

Como complemento de los núcleos endógenos
básicos, se fomentan una serie de "núcleos
endógenos micros". Aquí, "un conjunto de nuevas
fórmulas de propiedad empresarial, tales como: las
cooperativas, las empresas de producción social y las
empresas cogestionadas, en alianza con las empresas del Estado
son promovidas para servir como una suerte de concesionarias…
estas empresas tiene como cliente a las empresas pertenecientes a
los núcleos endógenos básicos" (Vera, 2006,
4).

En otra ocasión el presidente Chávez
explicó que:

superada la etapa fundacional… todas esas empresas que
van a ir naciendo en núcleos endógenos micros,
pequeños, medianos o grandes núcleos o polos de
desarrollo deben estar interrelacionadas estrechamente con las
empresas básicas, con las grandes plantas industriales
(marzo, 2005, ibíd., 4).

Vera tiene razón cuando señala que con
esta política "el Estado se lanza una vez más a la
aventura productiva" y que, en esta medida, aplica una
política que no cuadra con las posturas de Sunkel. Lo que
no se ha comentado es que una extensión lógica de
esta política sería la recuperación de
aquellas empresas "estratégicas", privatizadas en los
años 90. En todo caso, no debe sorprender que,
después de las elecciones presidenciales del 2006,
Chávez anunciara las primeras medidas en esa
dirección.

Antes de discutir los múltiples problemas que
encierra la realización de esta política
industrial, quisiéramos pasar a esbozar la otra
dimensión del "desarrollo endógeno", aquella
vinculada a la misión Vuelvan Caras.

Vuelvan Caras y
el desarrollo endógeno

Si la propuesta de un "desarrollo endógeno" en el
sector industrial surgió básicamente a partir de
una búsqueda de mecanismos propicios para reactivar el
aparato productivo, la misión Vuelvan Caras se creó
a partir de las misiones anteriores, que tenían como
objetivo saldar algo de la tremenda "deuda social" acumulada. En
particular, se hizo evidente que el enorme esfuerzo dedicado a
las misiones educativas tenía sentido solamente en la
medida en que los egresados tuvieran la posibilidad de insertarse
en el mercado laboral. Y en 2003, la tasa de desempleo estaba
cerca de 15%

Según Elías Jaua, la misión Vuelvan
Caras (MVC), formalmente lanzada en marzo de 2004: "Es… la
misión que unifica y culmina los procesos educativos y
sociales del conjunto de las misiones participativas del gobierno
bolivariano al incorporar a sus participantes en los procesos de
desarrollo local" (2006, 30). Por su parte, Patricia
Yáñez ha comentado acertadamente que la MVC "se
puede considerar como una segunda generación de las
misiones porque le da sentido a las demás
quitándoles el carácter coyuntural, al asumir el
problema central de la continuidad y la integración"
(2006, 7). De hecho, la MVC se lanza inicialmente con el
propósito de crear oportunidades de empleo a los egresados
de las misiones educativas y, a la vez, combatir los niveles
preocupantes de desempleo. Sin embargo, al mismo tiempo, Jaua
comenta que la MVC "representa una punta de lanza en el proceso
de constitución del nuevo modelo de desarrollo
endógeno y es el instrumento de vanguardia en la lucha
contra la pobreza y la plena inclusión de las comunidades
excluidas de las dinámicas socio productivas" (2006,
30).

Después de un período inicial cuando los
Nudes respondían a una variedad de distintos organismos
públicos, en septiembre del 2004 se concentró la
responsabilidad por la MVC en el recién creado Ministerio
de Economía Popular (Minep), abriendo la posibilidad de
una mayor coherencia en la aplicación de la
política gubernamental (aunque Pdvsa quedó con los
11 Nudes que manejaba).

Para los propósitos de esta discusión,
vamos a concentrar nuestra atención en aquellos Nudes
incorporados al Frente Agrario (donde se concentraba más
de 50% de total). Hacemos esto, no solamente porque el gobierno
ha priorizado este sector, sino porque consideramos que nos
ofrece la mejor oportunidad de apreciar tanto las potencialidades
como los problemas de la política adelantada.

En el sector agrícola, seguía cierta
duplicación de funciones entre las instancias
administrativas porque, con anterioridad a la creación del
Minep, se había fomentado cooperativas agrícolas a
partir del Plan-Sarao y los Fundos Zamoranos, que
dependían del Ministerio de Agricultura y Tierras (MAT).
También había cooperativas agrícolas
financiadas directamente por el Fides. Finalmente, cuando
Elías Jaua dejó el Minep al ser nombrado Ministro
del MAT, fue este último ministerio que asumiera la tarea
de liderar la lucha por implantar las bases de un desarrollo
endógeno en el campo (aunque el Minep seguía
organizando los cursos de Vuelvan Caras). En todo caso, Jaua
había formado un equipo que lo apoyaba en el Minep y
varios de sus miembros lo acompañaron cuando pasó
al MAT como, por ejemplo, Juan Carlos Loyo, quien asumió
la dirección del Instituto Nacional de Tierras (INTI). De
esta manera, se facilitó la colaboración entre el
Minep y el MAT y también la elaboración de una
visión más coherente de la política a
aplicar.

Dejemos que sea el mismo Jaua quien explique las
dimensiones del reto que se había asumido: Es a partir de
2004 que se asume la economía popular como parte de la
estrategia para la transformación del modelo social y
productivo del país, superando el capitalismo y en
tránsito hacia el socialismo… En marzo de 2004 y en el
contexto de una estrategia para burlar la burocracia estatal,
creamos la Misión Vuelvan Caras, orientada al fomento de
la economía popular y a la transformación del
modelo productivo. Vuelvan Caras significa transferencia de los
medios de producción, del poder financiero hacia los
actores de la economía social. Ya no perseguimos la
democratización del capital, sino transferir poder
económico y poder político a los sujetos de la
economía popular (2006, 49).

Para los propósitos de esta discusión,
nuestro interés no es tanto evidenciar los logros (o las
limitaciones) de la política aplicada. Queremos explorar
más bien ciertas ambigüedades que surgen en la misma
concepción de los Nudes, por lo menos en la manera en que
vienen funcionando. A tal fin, examinamos enseguida tres nudos
problemáticos que consideramos cruciales para calibrar el
potencial del "desarrollo endógeno" en los términos
expuestos: 1) la manera en que se concibe la "economía
social", y, sobre todo, un "cooperativismo revolucionario"
(Minep, 2005); 2) la dimensión "territorial" de la
definición de los Nudes y su inserción en la
comunidad local y 3) el problema de su
"sustentabilidad".

Por todo lo antes planteado el desarrollo
endógeno es la integración de las políticas
de un estado, en la búsqueda de independizarse de los
grandes capitales para desarrollarese desde adentro con
exportaciones e integrando a las naciones de su entorno y formar
un bloque unido para no depender de imperios, con el uso de
tecnología propia e industrialización.

En Venezuela a través de las políticas del
actual gobierno se toma como punta de lanza el desarrollo
endógeno, facilitando a las micro empresas con
créditos con bajo interés y a las comunidades
organizadas hasta sin intereses, para que se desarrollen y puedan
sostener la economía y buscar despojarse de la mono
producción petrolera y satisfacer no solo la
alimentación de los venezolano, sino también las de
los países latinoamericanos y de otros países
sub-desarrollados del mundo.

Ahora bien desde local se pretende que el desarrollo
endógeno tenga que ver con la concientización de
las personas de buscar producir bienes y servicios o construir
desde adentro, desde las bases, para desarrollarse colectivamente
o personalmente con una visión futurista, sustentable. Que
se tenga una conciencia social, enmarcada en el progreso de todos
los habitantes de manera que dentro de las comunidades se logre
la consolidación de todos los servicios públicos,
que se tenga accesibilidad a los establecimientos de salud y todo
lo que tenga que ver con el comercio, donde cada quien aporte
como modo de producción y trabajo al desarrollo
endógeno.

También es importante el acompañamiento y
asesoría de los entes gubernamentales, ya sean
municipales, estadales y nacionales, en vista de que sin esto no
seria posible lograrlo. es de suma relevancia la
organización de los vecinos, es la clave del éxito
para llegar a ese desarrollo endógeno, por lo que se
lucharía con participación, esfuerzo y sacrificios.
Lo que se obtiene por voluntad y esmero, se cuida, se mantiene y
se valora.

Construcción conceptual de la
economía social y participativa

La necesidad de desarrollar la economía desde
otro modelo que incluya a los habitantes de un país, para
buscar alternativas que funcionen con miras a lograr servicios
para la gente, que se empoderen de sus medios de
producción y que generen bienes colectivos, con sentido de
pertenencia, responsabilidad y sentido del deber social, donde
los gobiernos le den acompañamiento y asesoría de
cómo lograr obtener los recursos para emprender esa
economía social participativa donde todo sea de todos y en
beneficio de todas la colectividad que se organice y pretenda
desde lo endógeno lograr sustentabilidad que sea
perdurable en el tiempo para lograr satisfacer las necesidades de
las generaciones presentes y futuras y buscar esa calidad de vida
anhelada y ansiada por todo ser humano.

Según Barea José (2008). En
temas para el Debate nº 167. Expresa que:

La economía social comprende un sector definido
por entidades que no pertenecen al sector público y en el
que se sitúan empresas comerciales, industriales,
financieras o de seguros e instituciones privadas sin
ánimo de lucro que producen servicios para las familias.
Las características diferenciadoras de las empresas de la
economía social están en su comportamiento en la
atribución de beneficios, que no están ligados de
forma directa con la posición del capital, y en el proceso
de toma de decisiones, que se rige por el principio de un hombre,
un voto. Además, este tipo de empresas no vende sus
productos a precio estricto de mercado, sino que trata de prestar
servicios a las familias en condiciones más
beneficiosas.

Ahora bien en Venezuela se ha querido llevar a las
comunidades a buscar la vía de la economía social
así se demuestra incluyendo en la Constitución de
la República una serie de artículos que le dan
legalidad y herramientas para lograr este objetivo. Esto lo hace
otorgando deberes, derechos y obligaciones dándole
reconocimiento para ejercer como ciudadano y que tengan acceso a
los beneficios del estado así participar y entre todos
mejorar las condiciones del país,

La Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (CRBV, 1999), desarrolla la idea de la
riqueza colectiva en oposición a las nociones de
acumulación bienes, competitividad y darwinismo social,
que en muchos casos sirven de sustento teórico para
justifica la pobreza de un sector de la población.
Respetando la diversidad de expectativas y modos de vida, la
revolución bolivariana apuesta por las posibilidades de
acción equilibrantes e inclusivas del Estado.
Economía social para la derrota de la pobreza y la
exclusión

La revolución Bolivariana desarrolla la
concepción revolucionaria de un Estado inclusivo para los
más pobres, los simples, las mayorías de
venezolanos y venezolanas quienes durante siglos fueron parias en
su propia patria. Las dinámicas de inclusión
obligan a la revisión y reconfiguración
paradigmática, operacional, discursiva y de
diálogo, de la relación entre gobierno y
ciudadanos. Dinámicas que adquieren especial
significación a la luz de la emergencia social actual,
ante la aspiración de derrotar su más nefasta
expresión: la pobreza.

La economía clásica e incluso gran parte
de la crítica de la economía política,
cimienta sus desarrollos conceptuales y operativos sobre unas
concepciones de pobreza, desarrollo, felicidad, bienestar,
libertad y progreso, que tienen como punto de partida la
aspiración de acceso al beneficio de la acumulación
de capital y el equilibrio fiscal mediante mercancías,
objetos y elementos que demuestren la riqueza material expresada
en bienes de consumo. Bienes y servicios que suelen ser valorados
como indicadores ciertos de logro, sin que ello pase por el tamiz
de la calidad de vida que propicia un modelo económico de
estas características.

En contraposición, desde la economía
social se procura avanzar en la revisión de estos
determinismos, a partir de la crítica a los conceptos de
pobreza y riqueza que orientan el discurso político y las
temáticas de gestión desde los referentes
gubernamentales. La economía social es una economía
alternativa, donde privan las prácticas
democráticas directas. La economía social es
autogestionaria. En la economía social el trabajo es
asociado y no asalariado. En la economía social la
propiedad de los medios de producción es colectiva. En la
economía social el reparto de excedente es igualitario
entre sus miembros. La economía social promueve formas de
apoyo solidario respecto a otras comunidades

La economía social incluye:

(a) Formas de Economía de subsistencia distintas
al buhonerismo;

(b) Producción de bienes y servicios de calidad a
los cuales pueda acceder de forma expedita la comunidad mediante
formas variadas (compra barata, trueque, mutualismo, apoyo
solidario).

La economía social también
incluye:

– Las formas de generación, socialización
y uso socialmente útil del conocimiento.

– La producción simbólica.

– Las redes de información y
comunicación.

– El desarrollo de tecnologías alternativas,
populares y ecológicas.

– Los símbolos de identidad
comunitaria.

– Las costumbres locales.

Los valores de trabajo y crecimiento
compartido.

– Las formas de resistencia económica,
política, cultural, ambiental.

– La tradición pedagógica de la escuela
contestataria venezolana.

– Las formas de trabajo y producción no
asalariado.

– La propiedad colectiva de los medios de
producción de los bienes, servicios y productos generados
por la economía social.

La economía social también es:

– el reparto equitativo del excedente que genera el
modelo de producción; la solidaridad comunitaria y con
otras comunidades de entorno;

– La autonomía cognitiva, la libertad operativa y
la soberanía comunitaria para articular y adelantar un
modelo de desarrollo local sustentable.

– Los mecanismos, procedimientos y procesos de
autodefensa cultural.

Por ello la ECONOMÍA SOCIAL se distancia de la
Economía Informal que tiene unas profundas bases de
competencia capitalista en sus aspectos fundacionales.

La economía social es una mirada desde abajo para
potenciar los sueños y las posibilidades de acceso a la
plena justicia social de los más pobres, los más
simples, los apátridas en una nación que les
pertenece. En un país con un 5% de sectores sociales
poderosos (burgueses, latifundistas, financieros, pequeña
y mediana industria, importadores) un 20% de empleo formal
(trabajo estable), un 60% de empleo informal (sobrevivencia) la
ECONOMÍA SOCIAL se concentra en el porcentaje restante de
sectores de pobreza extrema y la población potencialmente
activa.

Por ello, las unidades de producción de la
ECONOMÍA SOCIAL se presentan como diversas pero difusas,
pues no forman parte de la concepción económica
hegemónica, sino de las formas emergentes de
asociación para la satisfacción de necesidades
mediante la producción autogestionaria de bienes y
servicios.

La economía social o solidaria procura rescatar
los valores y prácticas locales, comunitarias o del lugar,
con sus procesos y valores solidarios, cooperativos y humanistas,
como tentativas que desde la educación, significan algo
más que revertir los disvalores del modelo
económico global: implican promover la liberación
del hombre de la esclavitud de los mercados. Ello deriva y es
resultado en la promoción de una educación que se
constituya sobre la base del y para él dialogo de saberes,
para la geocultura local, para la felicidad del hombre.
Estaríamos hablando de una educación que promueva
el paso del modelo económico capitalista per se al modelo
de economía para la felicidad y el modelo de calidad de
vida fundamentado en la especificidad del lugar. Si la
economía social privilegia la localidad, la
educación desde el lugar constituye el eje central de
cualquier propuesta pedagógica que pretenda contribuir al
impulso de la economía solidaria. La "economía
social" y las cooperativas.

Si bien desde el lenguaje constitucional se impulsan
claras orientaciones para el desarrollo de un modelo
económico solidario, autogestionario y de profundo anclaje
local, para alcanzar este objetivo se hace necesario construir,
con carácter previo, claras líneas de
gestión orientadas a la derrota del desarraigo cultural
(en sus expresiones económicas, políticas y
antropológicas) de gran parte de la población
venezolana. Esfuerzo que parece asociarse a la noción
actual del Ministerio de Planificación y Desarrollo que
busca vincular una nueva concepción de desarrollo local al
modelo emergente de economía social.

Por lo que se necesita avanzar en la inserción
social de los preceptos constitucionales en materia
económica, implica el desvelamiento del tipo de Estado que
tenemos, sus protocolos y rutinas, formas de relacionarse con el
ciudadano y de dialogar con la otredad ciudadana; para poder de
esta forma, acometer con la suficiente solidez y dinamismo la
tarea de construcción de un nuevo tipo de Estado para un
nuevo modelo político: la democracia participativa y
protagónica.

De hecho, la CRBV (1999) refleja procesos de reflexiones
y praxis sociales emergentes, a partir de las cuales es posible
develar como detrás de las formas de vida, las nociones de
pobreza, riqueza, desarrollo, progreso, triunfo y felicidad se
esconden formas de opresión o de liberación del ser
humano, que pasan por la identidad y el sentido de pertenencia de
la población venezolana. Se entiende entonces, a Denis
(2002) cuando señala que

Estamos partiendo de la idea de que la economía
social no constituye en sí un modelo económico
acabado que podría encerrarse dentro de los que
tradicionalmente se ha definido como economías solidarias
o sociales, ni en sus formas institucionales más
conocidas: cooperativas, microempresas, empresas mutuales, etc.
La economía social es en primer lugar, y dentro del
contexto socio-económico específico a naciones
periféricas a los centros mundiales de capital como la
nuestra, aquella economía que se desarrolla precisamente
sobre los márgenes de los grandes nudos de
acumulación de capital

En consecuencia, la economía puede ser vista
más allá de los límites de las formas de
producción y acumulación de riqueza,
asumiéndola como un campo de cruce transdisciplinaria e
implicaciones holísticas en todos los campos de vida y
gobierno social. En esa perspectiva, las formas de vida, de
resistencia, de sobrevivencia de la población pasan a ser
temas de la agenda económica.

Estaríamos hablando entonces, de una
economía social, de una economía solidaria que
rescata el carácter humanista de cualquier campo
disciplinar, sujetándolos a su incidencia en el centro de
la actividad territorial: el hombre y su medio ambiente. Es
decir, el interés en este desarrollo de la economía
no está centrado en las formas mediante las cuales una
minoría se apropia de la riqueza de las mayorías,
sino en cómo estas últimas alcanzan mayores niveles
de desarrollo auto determinado que imbricados a expresiones de
felicidad y bienestar se funden en nuevas lecturas de lo que
implica una autentica calidad de vida.

En esa perspectiva, la derrota de la pobreza deja de ser
un tema estrictamente económico, permeando los aspectos
culturales, sociológicos, antropológicos,
espirituales y de diversa índole que rodean a toda
actividad humana. Es decir, se avanza hacia nuevas formas de
valoración y logro, construidas desde referentes
intersubjetivos los cuales son mediados por redimensionadas
premisas culturales.

Así, la economía social adquiere la
significación de herramienta para la derrota de la pobreza
no sólo económica, sino también cultural,
política, ideológica; para la revisión de
las formas de vida y el rescate de concepciones de progreso,
bienestar, desarrollo y progreso fundadas en la propia historia
nacional. Es decir, la economía social se constituye en
estrategia articuladora de la corriente emancipadora nacional y
la concepción revolucionaria de un Estado que defiende la
perspectiva local ante el avasallante imperio de lo
global.

Un modelo económico de ese tipo, de
carácter solidario y compromiso social, no sólo
permite derrotar la pobreza cultural, política, educativa,
de modos de vida y económica, sino que garantiza la
inclusión de todos y todas los(as) venezolanos y
venezolanas en la construcción de la patria Bolivariana.
Por ello, se considera que las tareas de primer orden para el
impulso de la economía social residen en la derrota
de:

1. El determinismo capitalista
neoliberal.

2. La visión reduccionista que
limita las posibilidades de rompimiento con la economía
global a la experiencia del llamado "socialismo real", que
resultó incapaz de desarrollar todas las posibilidades del
ideario socialista.

3. El desconocimiento de los saberes que
emergen de las experiencias de distintas y variadas corrientes
históricas por e cambio. Carácter nacional y
popular de cualquier transformación

4. La conceptuación de pobreza
limitada a la esfera económica.

5. La perspectiva tecnicista que desconoce
el saber popular inherente a las formas de sobrevivencia
social.

6. La aproximación histórica
que pretende declarar la inamovilidad de las perspectivas
disciplinarias, en especial la económica.

7. La concepción unidimensional de
los procesos sociales que niega la especificidad del
carácter nacional y local de la actual dinámica de
cambios.

En oposición, la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (1999) enfatiza en la
corresponsabilidad desde la localidad, la solidaridad desde lo
federativo, la ayuda mutua desde marcos comunitarios y la
cooperación centrada en el ser humano, como formas de
construir la futurica social, el mañana.

El presente y las acciones que de él emanan
están estrechamente relacionados a las metas que se
aspiran alcanzar de manera compartida. Es decir, el futuro tiene
una expresión permanente en el presente, lo cual implica
una aproximación epistemológica a la realidad,
vista ésta como un proceso integrado.

En consecuencia, se busca construir un modelo
económico liberador y contra hegemónico desde el
ahora, en sus formas, procedimientos, dinámicas y
resultados parciales. Desde los referentes constitucionales se
valora el modelo de economía que se relaciona a la
construcción de una sociedad libre y con profundo arraigo
local (identidad). Modelo que aspira desarrollar en cada uno de
sus procesos, espacios para la liberación mediante la
solidaridad, la cooperación, la ayuda mutua, el riesgo
compartido y la corresponsabilidad. Una economía
liberadora, una economía solidaria o social, se justifica
en la medida que se vincula a un proyecto integral para la
construcción de una sociedad libre. En consecuencia
promueve en cada dinámica, actos de liberación, de
rompimiento de la opresión.

Mientras la economía clásica ha resultado
efectiva para promover un modelo de relaciones sociales
opresoras; cómo alternativa liberadora, la CRBV (1999)
promueve modelos de economía social, de economía
solidaria, para y en libertad, fundamentadas en las formas de
resistencia popular y social, es decir desde el concreto
histórico-cultural-social.

La economía tiene un desarrollo
emblemático en la dinámica espacial. La riqueza, el
bienestar, el desarrollo y el progreso determinado por la
acumulación de riquezas, bienes y servicios, suelen servir
de sustento para acciones que colocan en primer orden la
totalidad, despreciando lo pequeño, lo local, la realidad
geocultural, haciendo aparecer el lugar como no representativo de
lo total.

Las aspiraciones y expectativas del país nacional
lucen, son representadas y aparecen, como simples condicionantes
del desarrollo regional, estadal, local, comunitario y hasta
personal. Se es mas desarrollado, más feliz, más
triunfador, en la medida que se asuma para sí los valores
y aspiraciones, parámetros y rituales de éxito que
se han hegemonizado, definido e impulsado desde los espacios
geográficos de mayor peso, los espacios geoculturales del
poder.

En consecuencia, los Planes de Desarrollo Nacional
suelen preceder a los Planes de Desarrollo Regional que deben
sujetarse a las metas previstas por el primero. A su vez, los
Planes de desarrollo estadal y local están sujetos las
condicionantes nacionales. La totalidad, la nación es el
espacio del logro. El triunfo de lo pequeño, de lo
cotidiano, de lo inmediato está sujeto a su
relación con las aspiraciones globales, que este caso se
denomina nacionales. Se silencia el hecho que solo en lo concreto
la totalidad se muestra en su pleno esplendor u
oscuridad.

Por ejemplo, poco importa que explote una veta de
fosfatos que puede contaminar un caserío, si su uso
permite contar con mucho mas liquidez monetaria para el impulso
del desarrollo estadal o nacional. A su vez, lo nacional es
expresión del modelo de desarrollo y producción
capitalista propia de la globalización económica y
la mundialización cultural.

En oposición, la economía social promueve
un desarrollo fundado en la localidad como totalidad, como
expresión y punto de partida de la totalidad. Si un
desarrollo local es exitoso, por las formas y procesos que le son
propios y determinados por los ciudadanos que en él
habitan, este éxito debe encontrar punto de contacto e
impulso redimensionado en lo regional, lo nacional. En esa
perspectiva, el éxito o derrota de la perspectiva
individual y colectiva liberadora, condiciona y constituye el
referente válido por excelencia, a partir del cual se
valora el triunfo o el fracaso de una economía
nacional.

Una educación distinta, que entienda el
agotamiento del modelo económico clásico se centra
en la integración holográmica de la praxis para y
por el cambio. En esa dirección la práctica
transformadora emerge como resultado de una educación para
la resolución de problemas. Problemas a los cuales no se
les teme, pero ante los cuales tampoco existe una receta
única e inequívoca. Por el contrario, su abordaje
es particular, específico y el método de
resolución se basa en la perspectiva colectiva, en el
diálogo de saberes, en la construcción compartida
de alternativas.

Importancia de
las cooperativas como modelo para el desarrollo
endógeno

La construcción del Socialismo venezolano pasa
por la actividad creadora y por plasmar el principio robinsoniano
de inventar: es una invención del infinito poder creativo
venezolano que, no por eso, deja de lado la esencia de lo que es
el Socialismo. Hay quienes se están "coleando" en esta
discusión proponiendo modelos socialdemócratas o
modelos al estilo de los países nórdicos que para
nada tiene que ver con el espíritu revolucionario y
transformador que debemos reivindicar para el Socialismo
venezolano.

En Venezuela, desde marzo del año 2004, se
comenzaron a conformar los Núcleos de Desarrollo
Endógeno, como una propuesta revolucionaria que busca
incorporar a los excluidos a un nuevo modelo de desarrollo,
partiendo de su entorno y de sus propias potencialidades y
generando sus propias riquezas, desde adentro, con una
visión de sustentabilidad y sin perder el sentido de
globalidad. Se entiende que los núcleos son el primer
eslabón de esa nueva dinámica territorial que,
inspirada en el Plan de Desarrollo Económico y Social
(2001-2007), apunta a la descentralización y a la
desconcentración tanto de la población como de la
riqueza y el desarrollo.

Pero los núcleos no sólo se concibieron
como espacios para el desarrollo de un nuevo modelo
económico. Los núcleos intentan ser espacios para
la construcción de un nuevo tipo de sociedad, en la que
los fines e intereses de sus integrantes (los lanceros)
estén orientados a la búsqueda del bienestar
común, más que a la acumulación de capital y
al seguimiento de patrones del consumismo que impone el
capitalismo. En los núcleos se comenzó a
desarrollar un programa de formación que rebasaba lo
meramente técnico para incorporar la formación
sociopolítica, y el ejercicio dialéctico de la
discusión, como forma de llegar a acuerdos. Incluso,
dentro de la estructura organizativa y de coordinación de
los Núcleos se incorporó la figura de un
Coordinador Sociopolítico elegido directamente por los
lanceros y como mecanismo de ejercicio de la Democracia
Participativa.

También, producto de esa concepción de
globalidad y de contextualización de los Núcleos en
la realidad nacional, se incorporó a un Coordinador de
Logística, miembro de la reserva, quien le daría la
formación a los lanceros en cuanto a la autodefensa
necesaria en el Núcleo, producto de esta situación
conflictiva que vive el país contra el
imperialismo.

Como se puede ver, los Núcleos de Desarrollo
Endógeno no sólo consisten en la
potenciación de las fuerzas propias, por dentro y desde
adentro, o en el Desarrollo Local Sustentable y la
Desconcentración Territorial. Los Núcleos cuando se
miran en el marco de las propuestas de los Polos de Desarrollo
Endógeno y los Ejes de Desarrollo Endógeno,
constituyen el más grande esfuerzo de planificación
participativa de la economía y del nuevo modelo de
desarrollo que construye la Revolución Bolivariana. Ahora
bien, ese esfuerzo de planificación, desde el Estado pero
con la verdadera participación popular, es un nuevo
enfoque en la definición del Socialismo. Se busca la
socialización de los sistemas de producción,
poniéndolos en manos de las cooperativas y otros modelos
de organización popular, y el control de la
economía por parte de un Estado Participativo, con miras a
la eliminación de las clases sociales y la
colectivización de la propiedad de los medios de
producción.

Los Núcleos son entonces, la tarea más
importante llevada a cabo por la Revolución Bolivariana
hacia la construcción del Socialismo del Siglo XXI. Pero
no ha sido la única tarea de la Revolución: las
iniciativas de cogestión llevadas a cabo en algunas
empresas (Invepal, Invetex, etc), la titánica lucha contra
el latifundio, los esfuerzos en los programas sociales, y ahora
la creación de las Empresas de Producción Social,
son iniciativas que diversifican e intensifican las estrategias
para llevar adelante el Socialismo. Englobando toda esta labor se
encuentra la creación de la Misión Cultura, que
tiene como finalidad, crear un nuevo modelo cultural que, sobre
la base de valores como la igualdad, la cooperación, la
inclusión, la solidaridad y la justicia, permita la
construcción del Socialismo, atacando desde los patrones
consumistas, pasando por el desarraigo y pérdida de
nuestra identidad, hasta la visión de país
subdesarrollado que tenemos. La Misión Cultura debe
apuntar hacia el descubrimiento de que somos un pueblo heroico y
transformador, un país único de libertadores, capaz
de vencer ejércitos, libertar a nuestros vecinos e incluso
rescatar nuestra Democracia cuando la misma ha sido
secuestrada.

Si se comprende la importancia que tienen los
Núcleos de Desarrollo Endógeno en la
construcción del Socialismo del Siglo XXI, entonces debe
comprenderse también, la extrema preocupación de
quienes observan cómo algunos altos funcionarios que
tienen que llevar adelante la tarea de la conformación y
consolidación de los Núcleos, han optado por
desviar la atención de todo el esfuerzo organizativo y
financiero hacia el problema de las Cooperativas. Estas son
importantes y, como forma de organización popular, las
mismas están presentes en los Núcleos siendo una
forma de incorporar a los excluidos en el desarrollo nacional.
Pero, si se centra la atención y el esfuerzo de Gobierno
en las Cooperativas y no en los Núcleos de Desarrollo
Endógeno, estaremos ante un Gobierno asistencialista y
preocupado por el desarrollo nacional, pero no ante un Gobierno
Revolucionario. La Revolución y el Socialismo no admiten
medias tintas, no se trata de hacer eficiente un Estado que la
burocracia misma se lo come, se trata de transformar
revolucionariamente y de raíz un Estado ineficiente y
burocrático.

Para algunos altos funcionarios es más importante
manejar cifras relacionadas con las Cooperativas pues estas son
más alentadoras: actualmente se tienen alrededor de 8.000
cooperativas de lanceros en todo el país. Sin embargo,
debemos afrontar la realidad, y si los números que tienen
que ver con los Núcleos no son, por ahora alentadores se
debe trabajar y profundizar el esfuerzo por crearlos y
consolidarlos. Para la fecha se tienen alrededor de 125
Núcleos en el país, contados desde marzo del 2004,
a pesar de que el Presidente exigió

tener mil nuevos Núcleos para este año.
Esta cifra es verdaderamente preocupante y no debemos ocultarla,
hablando sólo de cooperativas. Nadie ha dicho que esto es
fácil, nadie dijo que la Revolución fuese algo
sencillo, grandes revolucionarios han señalado muchas
veces que lo más fácil de una Revolución es
obtener el poder, pero la transformación de la sociedad es
la que requiere multiplicar el trabajo y la
imaginación.

Como revolucionarios, es importante que los venezolanos
comprendamos la importancia y la urgente necesidad que existe de
construir el Socialismo en Venezuela, y en ese sentido, los
Núcleos de Desarrollo Endógeno son parte
fundamental de este proceso. Es importante también,
entender que esto requiere muchísimo trabajo, pero,
¿ante quién nos enfrentamos? es al imperialismo, al
capitalismo salvaje y a ese modelo de dominación cultural
que por siglos nos ha robado nuestras riquezas haciéndonos
creer que somos incapaces e inferiores y por eso nuestro destino
es ser pobres. El Socialismo en nuestra Revolución es la
reivindicación del Hombre, es la lucha por la igualdad, es
la eliminación de la pobreza y las injusticias, es pasar a
la historia y a un recuerdo lejano el hambre y las necesidades.
El Socialismo es posible en Venezuela, si somos sinceros y
aceptamos las críticas constructivas que como estas se
hacen, en función de hacerlo avanzar. Es momento de
profundizar la Revolución!.

Las empresas a nivel nacional e internacional, en el
ámbito público y privado, se encuentran en un
proceso de cambio constante para garantizar su supervivencia y
mantener o mejorar su posición competitiva. Venezuela no
es la excepción y se ha encaminado en un proceso de cambio
denominado desarrollo endógeno el cual pretende incorporar
a los procesos económicos y generadores de riqueza a
grandes contingentes de recursos humanos que aun están sin
participar.

El desarrollo endógeno visto como proceso de
cambio, busca potenciar las fuerzas internas del país,
combinando la inercia económica capitalista con principios
de economía social para disminuir las barreras a la
entrada (inclusión) de aquellas franjas de la sociedad,
las cuales, por efectos del mismo modelo no tenían
posibilidades de acceso rápido a los procesos
económicos y de agregación de valor.

Está claro que en nuestro país se
presentan desequilibrios importantes en cuanto a la
distribución del bienestar, y que los caminos que se han
intentado en el pasado para compensarlo no han sido exitosos en
cuanto a los resultados (actualmente: clase D 23% y E 58% de
nuestra población). Por eso es necesario un proceso de
transformación que vaya más allá de lo
económico y cubra aspectos culturales y sociales que
sirvan para realimentar lo económico.

Es difícil lograr la inserción de una capa
tan fuerte de nuestra sociedad sin producir traumas y enfrentar
conflictos con el modelo establecido; es difícil lograr
nuevas relaciones de equilibrio productivo sin afectar la
producción y la productividad. Esto es así, pues
los procesos de cambio tienen fases que cumplir y serán
exitosos solo en la medida en que propongan un futuro mejor, y
que sean capaces de lograrlo; de otra forma la sociedad en su
conjunto buscará un camino para satisfacer las necesidades
de un país que se busca a si mismo y explora todas las
posibilidades para encontrarse.

El desarrollo endógeno va de abajo hacia arriba
(bottom up), mientras que el enfoque tradicional es desde arriba
hacia abajo (top down). Esta consideración tiene una
connotación importante de complementariedad, que puede
visualizarse gráficamente con una pirámide cuya
parte superior ya está desarrollada (aunque requiere de
grandes mejoras e inversiones) y la mitad de abajo es la que debe
incorporarse mediante los diferentes impulsores que se
están desplegando.

Al ser de abajo hacia arriba y tener como objetivo
alcanzar la mitad de la pirámide para complementarse con
el resto de la economía (cadenas productivas y clusters o
polos de desarrollo) los objetivos parecen mas posibles y
cuantificables. La base está constituida por las
comunidades y sus potencialidades geográficas, de
conocimiento y capacitación, de apoyo financiero, y de
ventajas comparativas (y como convertirlas en competitivas), en
un ambiente inclusivo de amplia participación
social.

Si bien el desarrollo endógeno presenta varios
ángulos (economía popular, polos de desarrollo /
desconcentración territorial, inclusión y
contraloría social, entre otros) en este artículo
me referiré a la relación entre el desarrollo
endógeno y la cogestión, siendo esta última,
solo una de las opciones de organización participativa. La
cual, por cierto tiene que ver con empresas establecidas, ya sea
que estén activas, o inactivas con posibilidades de
reactivación. Menciono esto, pues los nuevos
emprendimientos van a tener un perfil mas cooperativista que
cogestionarlo. En definitiva, la cogestión va a tener que
ver con empleo ya existente, y con activos sub-utilizados, y
cuál es su rol en la estrategia de desarrollo
endógeno.

Los primeros pasos del proceso de transformación
ya se han dado con la incorporación de los trabajadores en
la gestión empresarial a través de los diferentes
esfuerzos en marcha, haciendo con ello viable la cogestión
o participación activa y protagónica de los
trabajadores en la administración de los recursos. Sin
perder de vista que requiere de una gran inversión tanto
monetaria como de tiempo y que suele demorar (como todo proceso
de cambio cultural) tiempos inusualmente largos comparado con
otros procesos de transformación empresarial. Cada empresa
debe tener claras sus prioridades y la manera en que las cosas
deben ser hechas: no hay una fórmula única para
todas las empresas.

La cogestión requiere que todos los estratos con
competencia en la toma de decisiones tengan un entendimiento
común de qué es lo que se quiere lograr;
dónde están ahora con respecto al logro esperado; y
qué deben hacer para cerrar la brecha (gap) entre las
expectativas y los logros. La cogestión es sólo
verdadera cuando una parte no puede actuar sin la otra, lo cual
no significa que la cuota de poder sea necesariamente equivalente
entre el empleador y el trabajador. Para transformar una empresa,
deben considerarse ocho aspectos (articuladores direccionales),
los cuales a través de una dinámica de
transformación lograrán, con el menor trauma y
conflictividad posibles, llevarla hacia el nuevo
modelo:

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Pozo de Rosas. 125 pp.

Venezuela. Ministerio de la
Producción y el Comercio (2003b): Posición de
Venezuela ante el Área de Libre Comercio para las
Américas ALCA. Caracas: El Ministerio, nov.,
123p.

Vera, Leonardo (2006): El Nuevo Modelo de
Desarrollo Productivo: Sus bases, límites y
contradicciones. Caracas, Faces-UCV, dic., 7p.

Yáñez, Patricia (2006):
Conceptualización de la Misión Vuelvan Caras.
Caracas: Escuela de Sociología-FACES-UCV, 18p.

 

 

 

Autor:

Aljorna Carmen

Ávila Dilia

Lima Eunice

Pérez Rosa

Prof. Vladimir Marco

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE
VENEZUELA

UNIVERSIDAD "RÓMULO
GALLEGOS"

Monografias.com

Área de Postgrado

San Juan de los Morros – Estado
Guárico

Maestría en Educación
Superior: Mención Desarrollo Comunitario

Economía Social y
Participativa

El Consejo, Agosto 2009

Partes: 1, 2
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