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Goldman Sachs: El “vampiro” de la crisis (página 4)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8

La polémica saltó a finales de 2008,
cuando el entonces secretario del Tesoro de EEUU, Henry Paulson,
y el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, defendieron
ante la Cámara de Representantes su plan inicial de
auxilio financiero de 700.000 millones de dólares (el
conocido como Plan Paulson).

Bloomberg denunció entonces a la FED y al Tesoro
de EEUU por negarse a identificar a los beneficiarios de los casi
2 billones de dólares de los contribuyentes
estadounidenses que repartió el banco central.

La agencia denunció el pasado 7 de noviembre a la
Reserva Federal en virtud del principio de Libertad de
Información para que aportara todos los detalles sobre sus
11 programas de crédito extraordinario puestos en marcha
desde el inicio de la actual crisis. Sin embargo, los organismos
públicos dieron la callada por respuesta, imponiendo una
Ley del Silencio que, ahora, ha sido tumbada por un tribunal
federal.

"Estará al frente de la Reserva Federal cuatro
años más. El presidente de EEUU prefirió no
dar alas a las especulaciones y eliminar toda incertidumbre
posible, con la reelección, cuatro meses antes de lo
previsto, de Ben Bernanke al frente de la autoridad monetaria de
la primera economía del mundo". Al frente de la Fed
Bernanke encara, tras su reelección, el "más
difícil todavía" (Negocios
26/8/09)

El ex profesor de Princeton puso los cimientos para
evitar que se repitiera la Gran Depresión de los
años 30. Ahora tiene otro mandato con desafíos a
cuál más difícil.

"Ahora, Bernanke tiene que estabilizar al enfermo. Ha
logrado sacarle de la UVI y trasladarle a planta, pero sigue
monitorizado". Con este símil hospitalario, José
Carlos Díez, de Intermoney, se refiere a que el peligro
deflacionista, si bien se ha conseguido evitar, aún no ha
desaparecido del todo, lo que, unido al creciente desempleo,
puede desembocar en una crisis a la japonesa que sería
desastrosa para la economía mundial.

En definitiva, ha sacado la economía de un
profundo abismo, pero ahora tiene que reflotarla y evitar volver
a caer en él. A esta ardua tarea se sumará otra no
menos complicada: desmantelar los extraordinarios planes de
liquidez al mercado. Los expertos no parecen preocupados en el
cómo. "Será gradual", asegura Díez. Primero,
deberá dejar expirar los planes de compra de hipotecas
titulizadas por 1.250 millones de dólares y de las
agencias Freddie Mac y Fannie Mae por 200.000 millones,
así como agotar en octubre el paquete de 300.000 millones
de dólares destinados a adquirir bonos del
Tesoro.

Después, vendrán las subidas de los tipos
de interés. El problema, por lo tanto, no es la forma sino
el timing: cuándo estará la economía
estadounidense lo suficientemente recuperada para seguir al alza
de forma autónoma.

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Tampoco hay que olvidar que, aunque en estos meses se
han puesto los cimientos de la reforma financiera, está
claro que el sistema bancario estadounidense no será el
mismo en unos años. "Con el programa de reformas de Obama,
la Fed va a salir reforzada, lo que contribuirá a conducir
de forma más segura el profundo saneamiento que necesita
el sistema financiero de EEUU", afirma un experto.

Hablar de los esfuerzos de Ben Bernanke para atajar la
crisis crediticia en EEUU al frente de la Reserva Federal
conlleva recordar quién estuvo detrás de la crisis.
Alabado por propios y extraños (me excluyo), Alan
Greenspan -que estuvo 19 años al frente de la entidad- fue
señalado como impulsor de una burbuja que estalló
con unas consecuencias nunca vistas en 70 años.

Los críticos (me incluyo) le achacan haber
mantenido el precio del dinero en niveles demasiado bajos durante
demasiado tiempo tras los atentados del 11 de septiembre contra
el World Trade Center, una circunstancia que habría
desatado la locura por el mercado de bonos.

Pero este factor ha hecho olvidar otros hitos del
octogenario ex presidente de la Fed. Su famosa frase acerca de la
"exuberante irracionalidad del mercado" fue, a posteriori, todo
un adelanto de la sobrevaloración que por aquél
entonces, en plena burbuja tecnológica, presentaban las
bolsas. Tampoco hay que olvidar la rapidez y la decisión a
la hora de bajar los tipos tras los atentados de Nueva York en
2001.

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Intentando continuar con el manto de silencio: "La
Reserva Federal ha pedido a la jueza Loretta Preska que retrase
la ejecución de su decisión del pasado lunes que
pedía que se hicieran públicas antes del 31 de
agosto los nombres de las entidades que recibieran
préstamos de emergencia de la institución, ya que
podrían dañar a los bancos y no permitiría a
la Fed presentar sus apelaciones". Fed: revelar los bancos
ayudados les dañaría irreparablemente (El
Economista – 27/8/09)

"La inmediata publicación de estos documentos
destruirá las peticiones de exención del consejo y
el derecho de apelar", según el organismo dirigido por Ben
Bernanke. "Las instituciones cuyos nombres e información
sean publicadas sufrirán también un daño
irreparable". Así, el banco central quiere que Preska
espere a que la Corte de Apelación de EEUU en Nueva York
pueda examinar el caso, aunque todavía no ha dicho cuando
presentará la apelación.

Además, la capacidad de la Fed "para gestionar la
actual crisis financiera y cualquier otra futura se vería
dañada", según el organismo, que añade que
"heridas significativas recaerían también sobre la
economía en general de EEUU".

La Fed se ha negado hasta ahora a nombrar a las
instituciones financieras a las que ha prestado dinero o a
publicar los activos que han sido puestos como colateral en los
programas de emergencia, argumentando también que su
revelación podría provocar un huida de los clientes
e inversores.

¿La resurrección de Tobin?

"El presidente del organismo regulador de la City de
Londres, lord Turner, ha expresado su apoyo a un nuevo impuesto a
la banca a fin de evitar el pago de primas excesivas en la
industria financiera". El regulador de la City de Londres apoya
un impuesto a los bancos "socialmente inútiles" (Cinco
Días – 26/8/09)

El primero que propuso un impuesto a las transacciones
financieras fue el economista estadounidense James Tobin a
comienzos de los años setenta, pero ni Washington ni
Londres mostraron en su día interés por esa idea,
apoyada en cambio por organizaciones no gubernamentales como
ATTAC (Asociación para la Tasación de las
Transacciones Financieras Especulativas).

El impuesto Tobin, en realidad, ha pasado por una serie
de modificaciones desde que James Tobin lo creó en 1971
con la intención de reducir las fluctuaciones cambiarias y
frenar la especulación. La idea se convirtió desde
entonces en la causa predilecta de un gran número de
ONG's, que perciben en ella un buen mecanismo de lucha contra la
pobreza. El pasado agosto, el regulador financiero
británico, Lord Turner, provocó un enorme
escándalo al mostrarse a favor de su recuperación.
También sugirió que ésta podría
ayudar a reducir el tamaño al sector financiero, poniendo
freno al exceso de beneficios y bonus.

El presidente del organismo regulador de la City de
Londres, lord Turner, ha expresado su apoyo a un nuevo impuesto a
la banca a fin de evitar el pago de primas excesivas en la
industria financiera.

En declaraciones que publica la revista Prospect,
Turner, presidente de la Autoridad de Servicios Financieros
(FSA), calificó de "socialmente inútiles" muchas de
las actividades desarrolladas por la banca a la vez que se
preguntó si la City había crecido
demasiado.

El presidente de la FSA ha sido criticado en el pasado
por su postura considerada excesivamente condescendiente con las
pagas excesivas a los banqueros y el organismo que preside corre
peligro de perder muchas de sus actuales funciones si llegan al
poder los conservadores, según se espera, el
próximo año.

Su propuesta de aplicar un impuesto a los millones de
transacciones que tienen lugar en la City serviría para
reducir los ingresos de la banca y dejaría menos dinero
disponible para el pago de primas millonarias, según
explicó.

Según lord Turner, semejantes impuestos
sería "una buena y sensata" fuente de ingresos con los que
financiar bienes y servicios de utilidad social.

Anteriormente, la FSA había anunciado la
introducción de nuevas normas a partir de enero
próximo por las que se exigirá distribuir las
primas en un plazo de tres años en lugar de proceder a su
pago inmediato para esperar a ver así los resultados de la
gestión de los altos ejecutivos.

En lo que se considera un cambio de rumbo, Turner dijo
también que ya que la promoción del estatus de
Londres como centro financiero global ha dejado de ser uno de sus
objetivos prioritarios.

"La cuestión fundamental es la de si el nivel
alcanzado por las pagas en los servicios financieros es
consecuencia de una hipertrofia de ese sector derivada a su vez
de una desregulación excesivamente simplista",
señaló. "No es algo en lo que se hayan fijado
ninguno de los políticos, pero creo que es un asunto
importante de legítimo interés público",
agregó lord Turner.

El presidente de la FSA rechazó, sin embargo, el
plan propuesto por los conservadores de llevar a cabo una
investigación de las eventuales prácticas
anti-competitivas de los bancos porque en su opinión no
serviría para hacer frente a las transacciones financieras
globales.

Lord Turner también se ha opuesto a la idea de
los liberales demócratas- segundo partido de la
oposición- de separar las actividades de banca minorista
de las de inversión, que encierran un riesgo mucho
mayor.

Siempre en "nombre del mercado", la respuesta de la City
no se hizo esperar y a las 48 horas: "La propuesta del presidente
de la FSA, lord Adair Turner, de gravar con un impuesto las
actividades "socialmente inútiles" de la banca ha
suscitado un fuerte rechazo en la City. Banqueros, empresarios e
incluso el propio alcalde de la ciudad, Boris Johnson, han
criticado las palabras de Turner, y han asegurado que sólo
beneficiaría a otros mercados rivales". No quieren
más impuestos: la City se rebela contra las propuestas de
la FSA (El Economista – 28/8/09)

Sus críticos le han acusado de extralimitarse en
sus competencias y poner en peligro la posición de Londres
como principal centro financiero de Europa.

El alcalde de Londres, citado hoy por el Financial
Times, calificó de locos a quienes tratan de tirar piedras
sobre su propio tejado. "A nadie en su sano juicio se le
ocurriría proponer algo que va dirigido concretamente
contra Londres. La City genera ingresos fantásticos para
el Gobierno", señaló Johnson.

La Asociación de Banqueros Británicos fue
también muy dura en sus críticas al regulador: "Si
introducimos la regulación o los impuestos equivocados,
podríamos perder muy pronto nuestra posición y
perder muchos negocios, que se irían a otros
países".

La Asociación de Gestión de Inversores y
la de Aseguradoras Británicas atacaron también la
propuesta por el impacto negativo que tendría en los
inversores. "Es ilógico querer reducir de tamaño
una de nuestras industrias más importantes",
declaró un banquero, quien se preguntó si alguien
quiere hacer de Londres "una sociedad marxista".

En ese sentido parece que nada ha cambiado, como indica
Scott Talbott, jefe de asuntos gubernamentales de la Financial
Services Roundtable, que representa a 97 instituciones
estadounidenses del sector financiero, al afirmar al respecto:
"Nos oponemos enérgicamente a que se grave con un impuesto
al sector".

Donde dije digo, digo Diego (vuelvan a enterrar a
Tobin)

"Enésima vuelta de tuerca a la Tobin Tax. El
primer ministro británico, Gordon Brown, decidió
ayer de improviso retirar su propuesta para implantar un impuesto
a las transacciones financieras tras el aluvión de
críticas que ha provocado su iniciativa, presentada por el
premier este fin de semana durante la reunión de los
ministros de Finanzas del G-20, según informa el Financial
Times". Brown retira su propuesta para gravar las transacciones
financieras (El Confidencial – 10/11/09)

Los Estados Unidos, junto con Canadá, lideran la
corriente opositora a la denominada Tobin Tax, después de
que Brown sorprendiese a los presentes en la cumbre celebrada en
Saint Andrews (Escocia) con su plan. El líder laborista,
que, según analistas, pretende recobrar el papel de
caudillo global en asuntos financieros que ostentó
brevemente hace un año durante el rescate a la banca,
cosechó no obstante el respaldo de varios países
europeos, Francia entre ellos.

Miembros del Gobierno británico habían
sugerido anteriormente que el impuesto a las transacciones era el
mecanismo favorito de Brown de entre cuatro opciones, entre las
cuales se incluía recargar las pólizas de seguros,
para aumentar los fondos para futuros rescates financieros. Pero
el entusiasmo inicial de Londres por la propuesta se ha ido
apagando después de que Rusia, EEUU, Canadá, el FMI
y el Banco Central Europeo hayan puesto el grito en el cielo,
acabando con una iniciativa que, según Brown, necesita el
respaldo mundial para ser efectiva.

Tim Geithner, secretario del Tesoro estadounidense, ya
ha advertido que "un impuesto diario a las transacciones
financieras es algo para lo que no estamos preparados". Mientras,
Dominique Strauus-Khan, cabeza del FMI, insistió en su
postura habitual ante la Tobin Tax: "Es una idea muy vieja que no
es realmente posible aplicar hoy en día".

La Tobin Tax forma parte, en palabras de Brown, de una
serie de medidas encaminadas a "debatir un nuevo contrato social
con las entidades" para que estén mejor preparadas ante
futuras crisis. El líder laborista instó al inicio
de la segunda jornada de la cumbre de Saint Andrews a encontrar
una fórmula que "refleje la responsabilidad global del
sistema financiero para con la sociedad".

Mientras tanto, SuperObama premia… a los
culpables (?)

"Un estudio revela que el Gobierno de EEUU ha otorgado
21.000 millones de dólares en ayudas públicas a los
bancos de EEUU líderes en la concesión de
créditos subprime durante la burbuja inmobiliaria". Obama
premia a los bancos líderes en créditos subprime
(Libertad Digital – 29/8/09)

Un estudio del Center for Public Integrity (CPI, grupo
de investigación de asuntos públicos financiado
principalmente por fundaciones caritativas) concluye que quienes
protagonizaron la mayor parte de los préstamos subprime
están recibiendo suculentas sumas de dinero
público. Y mientras, curiosamente, otras entidades son
amonestadas por los reguladores financieros de EEUU por no
conceder préstamos a gente de dudosa solvencia.

Este dinero proviene del programa que la
Administración Obama, bajo el nombre de Making Home
Affordable Program (MHAP, Haciendo asequible la vivienda), puso
en marcha el pasado febrero para "estabilizar el mercado
inmobiliario" y ayudar a quienes no pudieran pagar su hipoteca,
con el fin de evitar nuevos embargos masivos.

Entre las dos actividades principales de este plan, una
consiste en hacer modificaciones de las condiciones de las
hipotecas (Home Affordable Modifications). Con un presupuesto de
75.000 millones de dólares, este programa otorga subsidios
públicos a los prestamistas (bancos) que cumplan ciertos
requisitos, para que éstos rebajen las cuotas de las
hipotecas de los prestatarios en apuros y relajen las condiciones
hipotecarias.

Según el estudio del CPI, de los 25 participantes
en el programa, al menos 21 de ellos se especializaron en revisar
o incluso crear préstamos subprime, y éstos
recibirán más de 21.000 millones de dólares
del bolsillo de los contribuyentes. Al contrario que los
anteriores planes de rescate de la banca, en este programa de
prevención de los embargos, no habrá ningún
retorno sobre el dinero de los contribuyentes.

Buena parte "de este dinero está yendo
directamente a las mismas instituciones financieras que en primer
lugar contribuyeron a crear el desastre de las hipotecas
subprime", comenta Bill Buzenger, director ejecutivo del centro
de análisis. En la siguiente figura se muestran las 5
entidades que más fondos públicos han recibido del
programa:

1. Countrywide Home Loans Servicing LP, Simi Valley,
California: 5.200 millones de dólares.

2. J.P. Morgan Chase Bank NA, Lewisville, Texas: 2.700
millones.

3. Wells Fargo Bank NA, Des Moines, Iowa: 2.400
millones.

4. American Home Mortgage Servicing Inc., Coppell,
Texas: 1.300 millones.

5. CitiMortgage Inc., O"Fallon, Missouri: 1.100
millones.

Estas cinco entidades estuvieron entre las 25
instituciones líderes en préstamos subprime desde
2005 a 2007, según la lista que realizó el mismo
CPI. De hecho, Countrywide también lideró esa otra
lista, con alrededor de 97.200 millones de dólares en
créditos basura.

En la actualidad, Countrywide es propiedad de Bank of
America, quien también posee otras entidades que
recibirán fondos adicionales del MHAP. Wells Fargo y J.P.
Morgan estuvieron en los lugares 8º y 12º de la lista
subprime, respectivamente.

Según The Washington Post, el informe ha salido a
la luz mientras la Administración Obama está
empujando a los prestamistas a que ayuden activamente a los
prestatarios. Según estimaciones del Departamento del
Tesoro publicadas en el mes de agosto, menos del 10% de los
prestatarios morosos que cumplieron los requisitos para las
ayudas han recibido algún tipo de alivio a través
del programa de Obama. La Administración persigue duplicar
el número de prestatarios que reciban ayudas del programa
antes de Noviembre.

No es de extrañar que este estudio haya causado
estragos entre la industria prestamista. El máximo
representante de uno de los lobbies más importantes de
esta actividad, Scott Talbott, afirmó que se han
simplificado excesivamente las causas de la crisis inmobiliaria,
y se soslayado la complejidad de los mercados
actuales.

Según Talbott, los prestamistas están
trabajando duro para ayudar a los millones de propietarios de
viviendas, tanto a través del programa federal MHA como de
otros esfuerzos de prevención de embargos.

Otros analistas, como el investigador Mark Calabria,
director de estudios sobre regulación financiera del Cato
Institute, se preguntan si estos programas de modificación
de las condiciones hipotecarias, pueden llegar a ser efectivos y
ser una solución para los problemas actuales del sector
inmobiliario y la economía norteamericana: "Una parte de
los prestamistas saldrá adelante de todos modos. Otra,
incluso con las modificaciones, probablemente quebrará de
nuevo".

"Es probable que no sean más de un tercio de los
prestatarios quienes experimentarán las modificaciones y
finalmente resultarán sostenibles". Su escepticismo acerca
de los resultados le hace ser reacio al plan de Obama: "Vamos a
estar gastando miles de millones de dólares sin una clara
guía de cuántos embargos vamos a evitar realmente",
apostilla Calabria.

En este sentido, analistas de The Business Insider
recuerdan que la modificación de las hipotecas es
esencialmente caer en el mismo error de los préstamos
subprime que causaron la presente crisis financiera.

Joe Wiesenthal lo expresa sin ambages en su titular: Of
Course Predatory Lenders Have Returned As Loan Modifiers (Por
supuesto los prestamistas predatorios han vuelto como
modificadores de préstamos). Además de esto, "es
frustrante ver a compañías como las subsidiarias de
AIG y Lehman recibiendo más pasta del contribuyente",
apuntan.

Las recompensas públicas de la mala
gestión parecer estar a la orden del día. La FED
recibe amplios poderes adicionales y disfruta de elevada
discrecionalidad tras generar la burbuja y la consiguiente
crisis, Obama renueva a Bernanke como presidente de la FED, el
Tesoro de EEUU amplía la línea de crédito al
FDIC después de su incompetencia y mala previsión,
el Gobierno norteamericano otorga suculentas sumas de dinero a
los prestamistas subprime… ¿Qué será
lo próximo?

Timothy G-20 y la Capital Jazz Band

"No más dinero sin valor. El pasado jueves,
Timothy Geithner, el secretario del Tesoro estadounidense,
anunció que los bancos necesitaban más capital -y
sin embargo, los títulos bancarios repuntaron-. Este fin
de semana, los ministros de Finanzas del G-20 repitieron la misma
sentencia -y que el capital tenía que ser de mejor
calidad, con dividendos más bajos para los inversores-. Y,
aún así, los títulos de los bancos han
seguido subiendo". El capital bancario (Expansión –
7/9/09 – Por Lex / Financial Times)

Aunque el G-20 ha prometido seguir manteniendo los
estímulos por el momento, parece que a los mercados se les
escapa algo. Las acciones de los bancos deberían haber
caído. El aumento de los requerimientos mínimos de
capital reduce la rentabilidad sobre los títulos. Si los
bancos se ven obligados a tener que mantener varios centavos o
céntimos adicionales por cada dólar o euro que
generen, los rendimientos se verán afectados. Incluso los
años de vacas gordas podrían ser malos si durante
ellos tienen que acumular reservas.

Además, está la amenaza de las
ampliaciones de capital. En abril, el Fondo Monetario
Internacional calculó que serían necesarios otros
875.000 millones de dólares (612,479 millones de euros) de
capital para que los bancos estadounidenses y europeos aumentaran
el capital común tangible como proporción del total
de los activos al 4%. Llegar al 6%, lo normal a mediados de los
años 90, costaría 1,7 billones de dólares.
Teniendo en cuenta que la capitalización de mercado
combinada de todos los bancos europeos y estadounidenses ronda
los 2 billones de dólares, esto permite hacerse una idea
del tamaño que podrían alcanzar las ampliaciones
-si alguna vez llegara a implementarse un esquema "Basilea
III"-.

Los inversores en renta variable no serían los
únicos en sufrir las consecuencias; aquellos que depositen
su dinero en deuda bancaria también tendrían que
compartir la carga. Hasta el momento, los tenedores de bonos han
ganado más con los rescates bancarios que los accionistas.
Las acciones de los bancos operan cerca de un 40% por debajo del
nivel del año pasado.

En cambio, las primas de los swap de impago de
crédito sobre la deuda bancaria se aproximan a los niveles
previos a la quiebra de Lehman Brothers, y los márgenes
sobre la deuda subordinada bancaria estadounidense han vuelto a
los registros anteriores a septiembre de 2008. Las
críticas que el mercado de híbridos ha recibido
últimamente, después de que los gobiernos europeos
pidieran a los bancos beneficiarios de ayudas que aplazaran los
pagos de cupones, pueden ser un indicio de lo que espera en el
futuro. Al menos, disminuirá la importancia del eterno
mercado de renta variable.

Otra vez, se necesitaron apenas 48 horas, para que los
"sospechosos habituales" hicieran oír su voz: "La nueva
regulación del sistema financiero recortará en un
tercio a largo plazo la rentabilidad de los bancos de
inversión estadounidenses y europeos, obligándoles
a reducir bonus y eliminar empleos, según un estudio
realizado por JP Morgan". La nueva regulación
lastrará la rentabilidad de los bancos de
inversión, según JPMorgan (Cinco Días –
9/9/09)

El informe, reflejado en la prensa británica,
tiene una perspectiva pesimista de los cambios en la normativa,
que incluye un endurecimiento de las normas de comercio de
capitales y de derivados en los mercados.

Concretamente, calcula que los retornos de los bancos de
inversión descenderán desde el 15% hasta el 11% en
2011, lo que conducirá inevitablemente a menores bonus en
los bancos de inversión.

Las entidades de inversión se verán
obligadas a operar en un entorno de rentabilidad reducida y
responderán con reestructuraciones masivas, lo que incluye
recortes de personal en algunas áreas y de las
compensaciones en el consejo directivo.

Por el contrario, el panorama es bastante más
optimista para los bancos que se centren en los tradicionales
negocios de préstamos, que resultarán mucho menos
afectados por la nueva regulación.

"El crédito tradicional será mejor lugar
para operar que la banca de inversión", destacó el
analista de JP Morgan, Kian Abouhossein, quien coincide en
señalar con otros analistas del sector que el
endurecimiento de la normativa recortará beneficios y
bonus.

El informe recuerda que numerosos líderes
políticos han pedido este tipo de cambios en la
regulación financiera para evitar la complacencia en el
sector financiero una vez recuperado, que podría llevar a
la repetición de situaciones similares en el
futuro.

A un año del estallido de la crisis… y la
casa aún sin barrer

"La reforma regulatoria en Estados Unidos que impulsa el
Partido Demócrata, por ejemplo, se ha entrampado en medio
de las disputas entre diferentes reguladores, la ira de los
bancos y la oposición de muchos legisladores que creen que
un mayor rol del Estado en la economía sólo
creará nuevos problemas". A un año del estallido de
la crisis, la reforma financiera no se concreta (The Wall Street
Journal – 10/9/09 – Por David Enrich y Damian
Paletta)

Mientras tanto, los principales bancos estadounidenses
no sólo han vuelto a ser rentables, sino que muestran
cierta soberbia. Las ganancias han mejorado, los jugosos paquetes
de remuneración están de vuelta, al igual que las
apuestas riesgosas.

Las empresas han vuelto a vender productos financieros
exóticos parecidos a los que derribaron a los mercados y a
la economía mundial a fines del año pasado. Y el
apetito por el riesgo ha vuelto a aumentar. Los cinco mayores
bancos estadounidenses podrían haber perdido, en conjunto,
cerca de US$ 1.000 millones al día en el segundo trimestre
de 2009 en caso de que sus apuestas hubieran salido mal, un nivel
récord.

Ahora, el gobierno estadounidense ha caído en una
suerte de limbo regulatorio. El gobierno insiste en que se
mantiene fiel a su compromiso de impedir que la historia se
repita y ha solicitado nuevas facultades para hacerlo. Si hoy
colapsaran los mercados o un banco importante se declarara en
bancarrota, tiene pocas alternativas a su disposición,
salvo lanzar un nuevo rescate. "No hay un cambio fundamental en
la manera en que los bancos son gestionados o regulados", afirma
Peter J. Solomon, un ex vicepresidente de Lehman que ahora dirige
un banco de inversión en Nueva York. "Lo único es
que hay menos bancos".

El equipo económico del gobierno estadounidense
no oculta su beneplácito ante la aparente
recuperación de los mercados financieros y la
economía, pero insiste en que aún siente una
necesidad urgente de establecer nuevas reglas de juego. "No nos
hacemos ninguna ilusión de que, si no intervenimos, las
cosas evolucionarán por su cuenta hacia una normalidad
saludable", señala Lawrence Summers, director del Consejo
Nacional Económico de la Casa Blanca durante una
entrevista. "La preocupación… es que la
reanudación de la confianza, que es positiva, no
desemboque en un regreso de la arrogancia, que sería algo
muy negativo".

Las finanzas mundiales han estado en una
auténtica montaña rusa desde el 14 de septiembre de
2008, el día que colapsó Lehman. El Promedio
Industrial Dow Jones se precipitó de un cierre de 11.422
puntos el 12 de septiembre de 2008 a 6.547 puntos el nueve de
marzo de 2009. Más de un centenar de bancos en EE.UU. se
han acogido a la ley de protección por bancarrota y
Washington ha inyectado más de US$200.000 millones en
entidades financieras.

En diciembre de 2008, el presidente ejecutivo de Bank of
America, Kenneth Lewis, le dijo a un grupo de banqueros reunidos
en una cena de gala en Nueva York, que esperarán una
industria más humilde. "Tenemos un papel secundario en la
economía, no uno estelar. Los servicios financieros son un
medio, no un fin", aseveró en medio de aplausos. "Eso
debería volvernos más humildes".

Desde entonces, el ánimo ha cambiado. El Dow
Jones repuntó, algunos de los programas de rescate del
gobierno están llegando a su fin y los grandes bancos
están devolviendo los fondos que les facilitó el
gobierno, lo que les permite zafarse del control de
Washington.

Las ganancias de las cinco principales entidades de Wall
Street, Bank of America, Citigroup Inc., Goldman Sachs Group
Inc., J.P. Morgan Chase & Co. y Morgan Stanley, bordearon los
US$ 23.300 millones en el primer semestre de 2009. La cifra
supera con creces la pérdida de US$ 6.700 millones de
igual lapso del año previo, aunque está muy por
debajo de los US$ 49.800 millones registrados en el primer
semestre de 2007, durante el apogeo de Wall Street.

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Wall Street ha "retomado lentamente las viejas
costumbres", señala Robert Glauber, quien encabezó
hasta 2006 la Asociación Nacional de Corredores de
Valores, el organismo que supervisa a Wall Street. "Tiene mala
memoria".

Tal vez el mejor indicio de la renovada exuberancia de
Wall Street es su persistente búsqueda de instrumentos
financieros exóticos. El mercado de derivados de
crédito, considerado uno de los grandes culpables de la
desestabilización de los mercados, sigue siendo
inmenso.

El valor nocional de los derivados de crédito
circulando en el sistema bancario estadounidense alcanzaba, al 31
de marzo de 2009, los US$ 14,6 billones (millones de millones),
según la Oficina del Contralor de la Moneda. La cifra
representa una caída de 8% respecto de los tres meses
anteriores, pero prácticamente triplica los US$ 5,5
billones de hace tres años.

Wall Street defiende el uso de productos complejos. "Un
producto estructurado puede ser absolutamente apropiado para el
comprador", señala Alex Samuelson, portavoz de Citigroup,
una de las entidades que está promocionando nuevas clases
de derivados a los inversionistas. "No son intrínsecamente
malos", insiste.

"Este otoño, las previsiones de Goldman Sachs
cambian a un ritmo tan frenético como las de los
principales indicadores. El pasado mes, el principal indicador
del banco estadounidense de crecimiento económico
aumentó a un ritmo récord, de lo que se deduce que
las economías occidentales experimentarán un
importante repunte en la segunda mitad del año". Los
mercados un año después del colapso de Lehman
(Expansión – 10/9/09 – Por Gillian Tett y Nicole
Bullock – The Financial Times)

Más llamativo resulta el denominado
"índice de estrés financiero" de Goldman, que mide
distintos elementos sobre la salud de los mercados, y que
últimamente ha subido a niveles que no se registraban
desde la quiebra de Bear Stearns en la primavera de
2008.

A principios de septiembre, en un correo
electrónico dirigido a sus clientes en el que comparaba
esta espectacular trayectoria con "una celebración del
fenómeno Usain Bolt", Jim O" Neill, economista jefe de
Goldman, escribía "si examinamos todo lo que consideramos
que puede ser importante como indicador, hay buenas noticias para
el G20 y para los mercados de activos".

Entre los mínimos alcanzados en marzo de este
año y principios de septiembre, los mercados de valores
mundiales de las economías avanzadas aumentaron un 59%,
mientras que los de las potencias emergentes registraron un
incremento del 76%.

El precio de los bonos corporativos también se ha
incrementado, al igual que el de los bonos de los mercados
emergentes. Mientras tanto, la tasa de préstamos
interbancarios Libor ha caído en picado y las oscilaciones
en el precio de los activos titulizados y de los derivados hacen
pensar que los inversores están volviendo a optar por los
activos que desencadenaron la tormenta crediticia, como la deuda
hipotecaria de alto riesgo.

En los mercados de derivados crediticios, el diferencial
de la oferta de swaps de impago crediticio sobre los bonos
corporativos de más calidad de EEUU ha descendido, lo que,
según el Instituto de Finanzas Internacionales, hace
pensar en una mejora de la liquidez y a un funcionamiento
más "normal de los mercados". No obstante, la vuelta a la
normalidad dista mucho de ser global.

En lo que va de año, los fondos de bonos de alta
rentabilidad han registrado ingresos netos de 21.500 millones de
dólares, lo que supera a la media del total de ingresos
anuales desde 1992, a excepción de 2003.

No obstante, la cuestión que se plantean los
mercados es cuánto durarán estos ánimos.
Después de todo, en los últimos dos años,
los integrantes del mercado han vivido una serie de sobresaltos
que han provocado planteamientos que en su día eran
impensables. Algunos se preguntan si este optimismo puede
resultar una ilusión temporal o puede ser la antesala de
otro ciclo de volatilidad.

"Ahora mismo, todo el mundo reacciona positivamente ante
las buenas perspectivas para el tercer y cuarto trimestres de
este año, consecuencia de los estímulos del gasto y
de los ajustes de los inventarios", aseguraba un directivo de
unos de los mayores bancos de EEUU. "Pero me preocupa lo que
pasará en 2010 o 2011 porque la situación
todavía es delicada". Esa inquietud no resulta
sorprendente, dadas las secuelas psicológicas que dejaron
los acontecimientos del año pasado.

Esa "delgada" línea roja

"Este fin de semana han caído otros tres bancos
en EEUU. Ya han quebrado un total de 98 entidades en 2009. El
fondo que garantiza los depósitos de los estadounidenses
(FDIC) entra en negativo, por primera vez desde 1991. El FDIC
pide ayuda y reconoce que la banca de EEUU sigue en la cuerda
floja". Los reguladores admiten que la banca de EEUU sigue en la
cuerda floja (Libertad Digital – 5/10/09 – Por M. Llamas /
A. Martín)

El fondo que garantiza los depósitos bancarios de
los estadounidenses (FDIC) en caso de quiebra bancaria se ha
quedado sin fondos. Y es que, a un ritmo de cinco quiebras
bancarias semanales, el FDIC carece ya de recursos suficientes
para garantizar el dinero de los depositantes.

El número de quiebras sigue aumentando: en 2007
cayeron 3 entidades; esta cifra ascendió a 25 en 2008;
mientras que en 2009 ya son 98 los bancos fallidos. En total,
EEUU contabiliza, por el momento, 126 bancarrotas desde el
estallido de la crisis en 2007, con un coste financiero superior
a los 43.000 millones de dólares para el FDIC.

El FDIC que, en la actualidad, asegura a 8.185 entidades
financieras en EEUU con unos activos próximos a los 13,3
billones de dólares, funciona del siguiente modo: los
bancos asegurados pagan una prima anual al fondo que, a su vez,
invierte en deuda pública norteamericana. Cuando un banco
quiebra, el Gobierno (el FDIC es una agencia federal) acude al
rescate garantizando el total de los depósitos de los
clientes con el dinero de ese fondo, hasta un máximo de
250.000 dólares (temporalmente, hasta 2013).

A finales de septiembre, el FDIC reconoció que el
fondo de garantías había entrado en números
rojos, por primera vez desde la crisis de los Savings & Loans
en 1991. Es decir, el FDIC está en quiebra
técnica.

Ante tal situación, el organismo que preside
Sheila Bair ha recurrido a una línea de crédito
extraordinaria facilitada por el Tesoro de EEUU -hasta un tope
máximo de medio billón de dólares-. De
hecho, la propia Reserva Federal (FED) estudia la posibilidad de
acudir al rescate.

Monografias.com

Asimismo, el FDIC ha llegado a un acuerdo para solicitar
a los bancos el pago anticipado de sus primas obligatorias de los
tres próximos años, como una medida adicional para
recaudar recursos con el fin de garantizar los depósitos
bancarios. La banca dispone de 30 días para responder
sobre esta solicitud. Según Bloomberg, esta medida
podría costar a Bank of America y a los grandes bancos de
EEUU (Wells Fargo, JP Morgan y Citigroup) más de 10.000
millones de dólares.

El FDIC espera recaudar con esta medida un total de
45.000 millones de dólares. Dicha propuesta denota la
intención de no recurrir en masa, al menos de momento, al
crédito del Tesoro de EEUU. Así lo piensa Tim
Yeager, profesor de finanzas, en declaraciones a Bloomberg:
"Están haciendo todo lo que está en sus manos para
evitar recurrir al Tesoro".

Para que la propuesta parezca más apetecible a
las instituciones financieras, la agencia regulatoria ofrece un
pequeño truco, haciendo uso de la "contabilidad creativa".
El FDIC obtiene recursos adicionales anticipando a 2009 el pago
de las cuotas bancarias de los tres próximos años,
pero a cambio los bancos no deberán registrar las primas
como un gasto a 30 de diciembre, sino que se registrará en
los balances durante los siguientes tres años, reduciendo
así el impacto sobre las ganancias de las
compañías, según los analistas.

Pero con trampas contables o sin ellas, Mish piensa que
inevitablemente tales pagos al FDIC acabarán afectando
negativamente a los beneficios de la banca de EEUU,
situación que podría empujar a la quiebra a quienes
mantengan una posición más delicada. Según
Brad Milsaps, analista consultado por Bloomberg, la propuesta no
agravará los problemas en conjunto, aunque sí
podría hacerlo para los bancos más necesitados de
liquidez.

Por otro lado, en su último informe, el FDIC
reconoce la delicada situación que atraviesa la banca de
EEUU. De hecho, admite que cientos de entidades están en
riesgo de quiebra. En concreto, el organismo admite que 416
entidades están al borde de la bancarrota, mientras que
otros analistas elevan la lista no oficial del FDIC a 463 bancos.
Esas 463 entidades en riesgo acumulan unos activos cercanos a los
300.000 millones de dólares.

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La agencia federal pinta así un cuadro tenebroso
acerca del futuro de la salud de las instituciones financieras en
su último comunicado oficial. Ya admite abiertamente la
delicada situación de insolvencia que atraviesan numerosas
entidades. Además, el FDIC estima que las pérdidas
derivadas de las futuras quiebras bancarias ascenderán a
100.000 millones de dólares hasta 2013, frente a los
70.000 millones previstos el pasado mayo. Como resultado, el FDIC
registrará déficit (números rojos) hasta
2012, como muy pronto.

Además, por ley, el fondo debe alcanzar, como
mínimo, el 1,25% del volumen de depósitos que
asegura. El pasado marzo este ratio se situaba ya en el 0,27%. Al
entrar en números rojos, el fondo ha entrado en
déficit. En este sentido, el FDIC estima que no
recuperará el ratio legal mínimo del 1,25% hasta
dentro de ocho años.

Hasta aquí los datos oficiales. Sin embargo,
existen cálculos mucho más preocupantes. Es el caso
del Institutional Risk Analytics (IRA). Este organismo ha
realizado un análisis del sector financiero estadounidense
muy revelador. Mientras que el FDIC considera que 416 entidades
están en riesgo de quiebra, el IRA eleva esta cifra a
2.256 bancos. El organismo califica a estas entidades con una
nota (rating) de "F", peor que la de los bonos basura, y estima
que alrededor de 1.000 entidades tendrán problemas de
solvencia en los próximos meses.

Por si fueran pocas estas confesiones, el FDIC reconoce
que a medida que han ido quebrando bancos cuyos depósitos
estaban asegurados, "los activos líquidos del fondo de
garantía de depósitos se han usado para proteger a
los depositantes de las instituciones quebradas y se han
intercambiado por derechos menos líquidos" sobre los
activos de estas mismas entidades.

Es decir, mientras que al principio de la crisis la
mayoría de activos del fondo eran líquidos
-especialmente dinero en efectivo o títulos muy
líquidos-, en la actualidad, esta clase de activos han
caído en alrededor de 22.000 millones de dólares,
mientras que el total de activos del fondo es de 65.000 millones,
a fecha de 30 de junio 2009.

Según los analistas de Business Insider, "el FDIC
ha estado intercambiando dinero en efectivo por basura -activos
ilíquidos, presumiblemente papel de baja calidad", tales
como los Mortgage Backed Securities (MBS), títulos
respaldados por hipotecas cuyo valor corre el riesgo de no valer
nada en el futuro.

La "solución" inglesa (en condicional, "of
course")

"Los bancos y firmas de inversión
británicos tendrían que aumentar sus reservas de
liquidez y bonos gubernamentales en 110.000 millones de libras
(120.383 millones de euros) y reducir su dependencia de la
financiación a corto plazo en un 20% durante el primer
año en el que se aplique la nueva normativa presentada hoy
lunes por la Autoridad de Servicios Financieros (FSA)". La FSA
endurece los requisitos de liquidez (Expansión –
5/10/09 – Por Brooke Masters y Patrick Jenkins / The
Financial Times)

Si, como es de esperar, la FSA aumenta los requisitos
durante los años sucesivos, los bancos y las firmas de
inversión podrían tener que incrementar sus
reservas de activos que se venden con facilidad hasta un total de
370.000 millones de libras o reducir su dependencia de la
financiación a corto plazo en un 80% con respecto a los
niveles actuales, además de incrementar su liquidez y sus
bonos en un total de 170.000 millones de libras.

Actualmente, las entidades afectadas no superan los
300.000 millones de libras de activos admitidos, por lo que la
normativa supondría un cambio radical con respecto a su
actual modelo de negocio. La FSA ha prometido que las reformas no
entrarán en vigor hasta que los reguladores estén
convencidos de que la recesión está superada. Todo
parece indicar que los reguladores comenzarán a estudiar
un calendario para su puesta en práctica a partir de
mediados del próximo año. Con estos nuevos
requisitos de liquidez, la FSA se convierte en el primer
organismo que intenta evitar que se repitan los colapsos de
Lehman Brothers y Northern Rock. De esta forma, Reino Unido
será el primer país en imponer nuevos requisitos de
liquidez, aunque los países que forman el G20 se han
comprometido a seguir su ejemplo.

La normativa de liquidez se aplica tanto a las
instituciones con presencia en Reino Unido como a las sucursales
y filiales de grupos extranjeros. Estas últimas, sin
embargo, intentarán quedar exentas si justifican que el
regulador de su país también va a aplicar una
revisión al régimen de liquidez y si éste se
muestra dispuesto a intercambiar información con la FSA.
En el caso de que quedaran excluidas, las sucursales y filiales
podrán depender parcialmente de los activos
líquidos de su casa matriz. No obstante, tendrán
que disponer de suficiente liquidez y bonos gubernamentales para
mantenerse a flote durante un periodo de tiempo relativamente
breve.

Todo apunta a que la normativa afectará a 210
entidades y grandes firmas de inversión que tienen sede en
Reino Unido, así como a casi 200 sucursales de grupos
extranjeros. Otras 90 entidades estarán sujetas a un
régimen menos estricto, con un menor número de
requisitos.

La FSA va "a por todas", también quiere
seleccionar a los altos ejecutivos

"El regulador de la City de Londres ha advertido a las
5.000 mayores empresas de servicios financieros de que pretende
involucrarse de forma más estrecha en la selección
de sus altos ejecutivos, un movimiento que podría demorar
importantes nombramientos". La FSA fija su mira en los altos
cargos (Expansión – 15/10/09 – Por Brooke Masters /
The Financial Times)

La Autoridad de Servicios Financieros (FSA)
anunció a los máximos dirigentes a través de
una carta la adopción de un nuevo enfoque "más
intervencionista" con respecto a la supervisión, y que ya
no se conformará con dar su aprobación en unos
pocos días.

Según Graeme Ashley-Fenn, responsable de
autorizaciones, decisiones e informes -y autor de la carta-, en
el caso de las entidades más grandes, la FSA espera
implicarse en una fase inicial analizando la lista de candidatos
preseleccionados, de los que podría vetar a
alguno.

La FSA dispone ya de más poder que muchos de sus
organismos homólogos de todo el mundo para ejercer su
influencia sobre las contrataciones. La carta pone de relieve un
endurecimiento del proceso que ya se está aplicando.
Según comentó el regulador presidido por Lord
Turner, defensor de un enfoque más severo con la
industria, desde el pasado octubre 18 de los 172 candidatos
enviados a la FSA se han retirado, en muchos casos para evitar su
rechazo.

Ashley-Fenn también advirtió a las firmas
de que el regulador esperaría más
información, y más oportuna, sobre los candidatos,
incluidos informes de cazatalentos y otras diligencias. Los
candidatos a consejero delegado y a consejeros ejecutivos y no
ejecutivos tendrán que discutir con detalle su nuevo cargo
en entrevistas de 90 minutos con una comisión de la
FSA.

"A la hora de evaluar la competencia, esperamos que los
directivos sean capaces de demostrar que entienden los riesgos
inherentes en las empresas y los mercados, y de explicar sus
planes para mitigar el riesgo de quiebra", explica la
carta.

La FSA también tiene intención de redactar
una misiva que resuma su interpretación de las prioridades
del seleccionado, y exigirá informes sobre sus progresos
como parte del proceso habitual de supervisión.

La carta forma parte de los esfuerzos por prevenir
situaciones embarazosas, comentó Ashley-Fenn: "El objetivo
es trabajar de forma más estrecha con las firmas y reducir
el número de descartes". "Si las firmas colaboran antes
con nosotros, esto nos dará tiempo para evaluar las
incorporaciones y las diligencias aplicadas, y para preparar una
exigente entrevista dirigida específicamente a la persona
propuesta para el cargo".

Angela Knight, consejera delegada de la
Asociación de Banqueros Británicos, advirtió
de que la FSA debía tener cuidado para no gestionar ella
misma las empresas. "Los responsables son aquellos que dirigen
las empresas y los accionistas. No creo que queramos una
situación en la que sea la FSA la que decida el tipo
adecuado de persona para encargarse de una firma",
señaló.

Mientras Goldman hace el trabajo de Dios, el FMI trabaja
para el Diablo ("manos tijeras": too big for us)

"El Fondo Monetario Internacional (FMI) estudia la
conveniencia de limitar el tamaño de las instituciones
financieras en el mundo para evitar futuras crisis
económicas globales, afirmó este lunes en
México el primer subdirector gerente de ese organismo,
John Lipsky" El FMI estudia limitar el tamaño de los
bancos en todo el mundo (Libertad Digital –
19/10/09)

"Hay instituciones financieras que son consideradas
demasiado grandes como para que fracasen", indicó Lipsky
durante su participación en la conferencia internacional
Retos y estrategias para promover el crecimiento
económico, organizada por el banco central mexicano en
Ciudad de México.

El funcionario señaló que varios de los
países miembros del FMI le han pedido al organismo
analizar la posibilidad de restringir el tamaño y alcance
de los bancos. "Sin embargo, no existe una guía clara
sobre el tamaño óptimo que debería tener un
banco o un intermediario financiero", reconoció
Lipsky.

En opinión del experto "todavía no es
posible" tener respuestas precisas sobre este asunto, pero "en
este contexto cualquier acción precipitada de los
países podría tener consecuencias inesperadas" en
la economía.

– ¿Otro
futuro es posible? (todos a la calle)

Monografias.com

Muchos estadounidenses protestaron por los altos bonos a
ejecutivos.

Los bancos con problemas… (no son todos los que
están, pero están todos los que son)

La cifra oficial de bancos y cajas de ahorro en
problemas en Estados Unidos se disparó en el segundo
trimestre a 416, desde 305 al final del período anterior,
mientras que la industria anotó una pérdida de
3.700 millones de dólares. Los bancos con problemas
financieros en EE UU llegan a 416 en el segundo trimestre (Cinco
Días – 27/8/09)

La Corporación Federal de Seguros de
Depósitos (FDIC, por su sigla en inglés) dijo que
la industria pasó a una pérdida en el segundo
trimestre, después de reportar una ganancia de 7.600
millones de dólares en el primer trimestre.

El negativo registro se debe principalmente a costos
asociados a los crecientes niveles de préstamos
incobrables y la caída en los valores de los
activos.

El fondo de seguros de la agencia, utilizado para
salvaguardar los depósitos de los bancos, se hundió
un 20% en el segundo trimestre a 10.400 millones de
dólares, desde 13.000 millones de dólares al final
del primer trimestre.

La reducción en el fondo se produjo en gran parte
por un aumento de 11.600 millones de dólares en el dinero
que la FDIC reserva para las quiebras previstas de bancos. No
obstante, la presidenta de la FDIC, Sheila Bair, afirmó
que ya existen señales de recuperación
económica, pese a las penurias de la industria
bancaria.

"Mientras persisten los desafíos, está
apareciendo evidencia de que la economía estadounidense
está comenzando a crecer nuevamente", sostuvo Bair en un
comunicado. "El rendimiento de la industria bancaria es -como
siempre- un indicador retrospectivo", agregó.

Los reguladores han clausurado 81 bancos en lo que va
del año, en comparación con los 25 del año
pasado y los tres del 2007. "Esperamos que la cantidad de bancos
en problemas y quiebras se mantenga elevada, pese a que la
economía comienza a recuperarse", adelantó
Bair.

Pese a la caída en el fondo de seguros, Bair
manifestó que la FDIC no espera "por el momento" tener que
cubrir su línea de crédito de 500.000 millones de
dólares con el Departamento del Tesoro.

Los activos combinados de las entidades "en problemas"
subieron a 299.800 millones de dólares, desde 220.000
millones.

Los llamados bancos en problemas son instituciones cuya
calificación regulatoria ha sido rebajada debido a
problemas relacionados con su liquidez, niveles de capital o
calidad de activos.

Para el 20 de octubre de 2009 el número de
quiebras bancarias en Estados Unidos superó la barrera de
los 100. Las últimas entidades obligadas a cerrar por las
autoridades federales fueron siete bancos pequeños en
Florida.

El cierre de bancos costó a la Corporación
Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) -el fondo
público que asegura los depósitos bancarios- cerca
de US$ 25.000 millones hasta octubre de 2009.

Los "too big to fail"… ¿harán su
"testamento vital"?

"La campaña global de los reguladores para
obligar a los bancos de mayor tamaño a planear por
adelantado su propia desaparición los obligará a
simplificar sus estructuras legales, elevando potencialmente sus
facturas tributarias, según el máximo dirigente del
regulador financiero británico. El presidente de la FSA
respalda los testamentos vitales para los bancos".
(Expansión – 3/9/09 – Por Patrick Jenkins y Brooke
Masters / The Financial Times)

En una entrevista con Financial Times, Lord Turner
respaldó los movimientos internacionales para obligar a
los grandes bancos de relevancia para el sistema a redactar
"testamentos vitales", planes para desaparecer en caso de
quiebra.

Pero el presidente de la Autoridad de Servicios
Financieros (FSA) aseguró que este movimiento
también contribuiría a reducir la complejidad
estructural que emplean los bancos para minimizar los
impuestos.

"Los testamentos vitales serán un recurso que
obligará a clarificar y simplificar las estructuras
legales", señaló.

"En el pasado, las autoridades de todo el mundo han
mostrado una tendencia a ser tolerantes con la
proliferación de complejas estructuras legales
diseñadas para maximizar el arbitraje regulador y fiscal.
Ahora es posible que tengamos que demandar una estructura legal
clara".

Los abogados predijeron que los bancos mostrarían
una férrea oposición a cualquier
reestructuración global que pudiera suponerles un coste de
varios cientos de millones de dólares. También
advirtieron de que la implementación de esas medidas
sería extremadamente difícil.

Louise Higginbottom, responsable fiscal del bufete
Norton Rose, señaló: "Muchos bancos operan mediante
una compleja serie de filiales y divisiones. La evolución
de estas estructuras ha llevado muchos años y
resultaría complicado eliminarlas de un golpe".

Tras la experiencia de la quiebra de Lehman Brothers
hace un año, los políticos tanto de EEUU como de la
UE han venido presionando para que se establezca un
régimen que permitiese una desaparición ordenada de
las instituciones financieras globales.

Las autoridades estadounidenses parecen estar más
preocupadas por la creación de un régimen que
clarificase los derechos de los distintos tipos de acreedores,
mientras que Europa quiere garantizar que las reclamaciones
trasfronterizas se resuelven de forma justa.

Lord Turner, que ocupa un asiento en el Consejo de
Estabilidad Financiera, defendió la rapidez de respuesta
de los reguladores ante la crisis bancaria.

"El mundo no dispone de un procedimiento de toma
rápida de decisiones en materia de regulación
internacional", señaló. "Pero tenemos que hacer que
la maquinaria funcione tan bien como nos sea posible". Lord
Turner destacó que las nuevas normas, que entrarán
en vigor a finales de año, multiplicarán por entre
tres y cinco los requisitos de capital sobre ciertas actividades
comerciales de riesgo, aunque los requisitos globales de capital
de un banco no sufrirían cambios esenciales.

"Ahora la carga recaerá sobre la otra parte",
aseguró. "Podría haber productos en los que digamos
sin rodeos que no deberías operar y te impondremos unos
requisitos de capital tan altos que tendrás que
pensártelo dos veces".

¿Quién se anima a ponerle el
cascabel al gato?

"A juzgar por sus declaraciones, parece que los hedge
fund europeos son más reacios a abandonar Londres de lo
que habían dado a entender. Se había supuesto que
la regulación propuesta por la UE provocaría su
salida. En cambio, algunos gestores han hallado un medio de
acatar las normas al tiempo que mantienen su ubicación".
La regulación de los hedge fund europeos (Expansión
11/9/09 – Por Financial Times)

GLG, Brevan Howard y RWC ya han creado los denominados
UCITS, Organismos de Inversión Colectiva en Valores
Mobiliarios. Man Group, el segundo mayor hedge fund de Europa,
anunciará el nacimiento de su segundo fondo la
próxima semana.

Los UCITS tienen varias ventajas. Las nuevas
restricciones propuestas al apalancamiento no serán
aplicadas; en su lugar, se examina el riesgo que corre el valor
de los fondos. Al ser vehículos regulados por la UE,
existentes desde 1985, también deberían ayudar a
que los inversores recuperen la confianza en el
sector.

Esto permite a los hedge fund un mayor acceso a reservas
de capital disponibles a través de intermediarios que
tradicionalmente exigen altos niveles de transparencia. Los
bancos privados, por ejemplo, son unos de los distribuidores
más importantes de dinero de los inversores para los
UCITS.

Pese a ello, los UCITS no son la nueva senda hacia El
Dorado. Los inversores estadounidenses, que representan cerca de
la mitad del mercado global, están vetados. Además,
los altos estándares de conformidad y gestión del
riesgo, exigidos por los UCITS añaden una serie de costes.
El establecimiento diario de precios, los sustanciosos costes
administrativos y los competitivos esfuerzos de marketing hacen
que la creación y mantenimiento de estos fondos resulten
caros.

Como resultado, a los hedge fund más
pequeños les resultará más difícil
competir con los grandes. Se acabó la época de los
fondos de 20 millones de dólares (13,7 millones de euros),
una deshonra para un sector que debe casi todo su dinamismo a los
recién llegados.

A partir de ahora, sólo podrán operar
fondos con un mínimo de cien millones de dólares.
En una industria que no ha recibido un sólo céntimo
de los planes de rescate estatales, la ofensiva reguladora de
Bruselas contra las inversiones alternativas hasta el momento no
ha hecho más que aumentar la complejidad, incrementar las
cargas informativas y desalentar el espíritu
empresarial.

Quitando el "andador"… (¿los bancos pueden
sobrevivir sin la ayuda estatal?)

"La Corporación Federal de Seguros de
Depósitos (FDIC), la entidad que garantiza los
depósitos en el sistema bancario de Estados Unidos y que
se encarga de asumir el control temporal de las entidades que
quiebran, se prepara para poner fin a un programa de asistencia
lanzado el año pasado. La decisión podría
convertirse en una prueba crucial de la capacidad de la banca
estadounidense para sobrevivir sin la ayuda del gobierno". Una
prueba crucial para la banca de EEUU (The Wall Street Journal –
12/9/09 – Por Damian Paletta y Mark Gongloff)

Se cree que el programa de la FDIC, que garantiza la
deuda emitida por los bancos, contribuyó a estabilizar el
sistema financiero durante la tormenta del año pasado. La
agencia informó que evaluaba la posibilidad de dejar que
el programa expire el 31 de octubre o que se extienda por otros
seis meses para fines de "emergencia". Estos casos deben ser
aprobados por la presidenta de la FDIC, Sheila Bair, y los bancos
que recurran al programa deben pagar una alta
comisión.

"A medida que los mercados de crédito y liquidez
domésticos parecen normalizarse y disminuye la cantidad de
entidades que utilizan el Programa de Garantía de Deuda,
ahora es un momento importante para dejar en claro nuestra
intención de finalizar el programa", dijo Bair.

Las garantías de la deuda de los bancos es parte
del Programa de Garantía de Liquidez Temporal que Bair
acordó implementar a regañadientes ante la
presión del entonces secretario del Tesoro, Henry Paulson,
y el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke. Muchos creen
que el programa ha contribuido a resucitar a la industria ya que
le ha permitido a los bancos, tras previo pago de una
comisión, emitir deuda con el respaldo del gobierno, lo
que protege a los inversionistas en caso de un
colapso.

Los bancos no han dejado pasar la oportunidad. Hasta el
4 de septiembre, la deuda respaldada por la FDIC en
circulación rondaba los US$ 304.140 millones. Para
implementar el programa, la FDIC tuvo que aludir a "un riesgo
sistémico" a la economía de EEUU.

Los bancos tienen que emitir deuda para financiar sus
operaciones. Cuando los mercados de crédito se congelaron
el año pasado, el costo de emitir deuda se disparó
ante las preocupaciones de que las entidades pudieran entrar en
bancarrota. Muchos en el gobierno y la propia banca creen que el
programa de la FDIC le permitió a los bancos acceder a
financiamiento en un momento en el no había otras
alternativas.

Ahora que se han aliviado las preocupaciones sobre la
estabilidad del sistema bancario, muchas firmas financieras han
conseguido emitir deuda a tasas relativamente convenientes sin
una garantía del gobierno.

Las negociaciones al interior de la FDIC constituyen un
prematuro ejemplo de cómo la industria bancaria y el
gobierno central tratan de poner fin a estas relaciones
interconectadas. En la tercera semana de septiembre,
también expira una garantía del gobierno que
protege a los inversionistas contra pérdidas de fondos de
inversión en el mercado monetario. Sin embargo, los
programas del gobierno serán más difíciles
de descontinuarse en otras áreas, como el mercado
inmobiliario.

Los mayores usuarios del programa de garantía de
deuda han sido General Electric Co. y Citigroup Inc. La vocera de
GE, Anne Eisele, dijo que la empresa ha emitido US$ 18.000
millones en deuda sin garantía estatal y ya ha anunciado
que dejará de usar el programa.

La FDIC ha propuesto dos alternativas para cancelar el
programa. Una es dejar que expire el 31 de octubre. Los bancos ya
no podrían emitir más deuda con una garantía
estatal después de esa fecha. Una segunda opción es
acabar con el programa para la mayoría de los bancos el 31
de octubre, pero usar la garantía en casos de emergencia
hasta el 30 de abril. Algunos funcionarios del gobierno opinan
que la FDIC podría inclinarse por la segunda alternativa
porque le otorga más flexibilidad al gobierno en caso de
que los mercados de crédito se vuelvan a
paralizar.

La propuesta de la FDIC postula que cualquier empresa
que participe en esta instancia de "emergencia" tendría
que pagar una comisión anualizada equivalente a 300 puntos
base, es decir 3%, del monto de deuda emitida, significativamente
más que los 75 puntos base que cobraba
originalmente.

Los Reguladores se preparan para "regular"
(¿será cierto esta vez?)

"Bajo la legislación que revelará la
Comisión Europea el miércoles, tres nuevas agencias
de supervisión paneuropeas redactarán un reglamento
común para los bancos, las aseguradoras y los mercados de
valores, y contribuirán a su cumplimiento". La UE planea
la creación de tres organismos para regular las finanzas
(Expansión – 22/9/09 – The Financial Times – Por
Nikki Tait)

Se prevé que los planes para la esperada
revisión del irregular sistema europeo de
supervisión financiera sigan el enfoque de dos niveles
explicado por primera vez en líneas generales en el
informe De Larosière en febrero y refrendado
posteriormente por los jefes de gobierno.

La circulación del borrador en Bruselas ha dado
pie a una campaña de la Comisión Europea para
obtener el mayor respaldo posible entre los estados miembros a un
nuevo conjunto de reglas comunes.

Las propuestas incluirán la creación de un
nuevo "Consejo Europeo de Riesgo Sistémico", formado por
representantes de bancos centrales y grupos de supervisión
financiera de los 27 países del bloque, encargado de
analizar y controlar asuntos relativos a la estabilidad
financiera.

También propondrán la fundación de
organismos supervisores paneuropeos para los sectores de la
banca, los seguros y la renta variable, que aumenten el control
diario que realizan las autoridades nacionales. Los organismos
tendrán más poder y recursos que los tres
comités actuales de la UE, que sólo
desempeñan un papel de coordinación.

Es probable que las nuevas autoridades reciban el
cometido de diseñar reglas comunes para un amplio
número de servicios financieros, desde los seguros a las
apuestas bajistas. Bajo la legislación, la Comisión
aún tendría que aprobar las normas antes de que
entrasen en vigor, algo que podría limitarse en buena
parte a dar su autorización.

El principio de la "responsabilidad fiscal" se
reconocería formalmente en la legislación, lo que
implica que la nueva estructura supervisora no debería
inmiscuirse en las finanzas de los estados.

Pero las nuevas autoridades también
podrían mediar en el caso de que surja una disputa con o
entre estados miembros -aunque existiría un proceso de
apelación, en última instancia a nivel del Consejo
Europeo, donde la decisión final se tomaría en base
a una votación por mayoría cualificada-.

"El presidente de la Reserva Federal de EEUU (Fed), Ben
S. Bernanke, reconoció la necesidad de constituir un
consejo regulador compuesto por las diferentes agencias
encargadas de controlar el sistema financiero al que se le
encomiende la tarea de vigilar e identificar los riesgos para la
estabilidad financiera y coordinar la respuesta de las agencias
ante potenciales riesgos sistémicos". Bernanke pide unir
fuerzas en la supervisión del sistema financiero (Negocios
1/10/09)

"Todos los reguladores y supervisores financieros, no
sólo la Fed, deberían encargarse de evaluar los
riesgos para el conjunto del sistema financiero como parte de sus
habituales responsabilidades de supervisión",
señaló Bernanke ante el Comité de Servicios
Financieros de la Cámara de Representantes.

Asimismo, el presidente del banco central estadounidense
afirmó que la reforma financiera debe incluir los cambios
legislativos necesarios para garantizar que las instituciones
financieras con importancia sistémica se vean sujetas a
una supervisión efectiva y consolidada, aunque no sean
bancos.

En este sentido, Bernanke reclamó la necesidad de
fijar un nuevo proceso resolutorio que permita al Gobierno
enfrentarse a la posible caída de entidades financieras
cuyo colapso desordenado suponga una amenaza para el conjunto del
sistema financiero y la economía en general.

Por otro lado, el presidente de la Fed reiteró la
"vital importancia" de mejorar la protección de los
consumidores frente a las malas prácticas financieras,
puesto que el refuerzo de la protección de los
consumidores contribuirá a fomentar la confianza en las
entidades financieras, así como en los
mercados.

"El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn,
propone convertir la entidad en una especie de banco central
mundial. Además, pretende aumentar los impuestos a la
banca y a los fondos de alto riesgo (hedge funds) con la excusa
de aumentar las ayudas al Tercer Mundo". El FMI pide un banco
central mundial y crear un impuesto financiero (Libertad Digital
6/10/09)

Strauss-Kahn pidió a los ministros de
economía y gobernadores de los bancos centrales de todo el
mundo que respalden la ampliación de funciones del
organismo.

En la apertura de la Asamblea Anual del Fondo Monetario
Internacional (FMI) y el Banco Mundial en Estambul, Strauss-Kahn
afirmó que la institución que dirige "necesita un
mandato más amplio", que incluya todo tipo de
políticas macroeconómicas y financieras que afectan
a la estabilidad global. "Esta crisis tuvo muy poco que ver con
los movimientos de cuenta corriente y de monedas, el enfoque
tradicional del Fondo", dijo el jefe del FMI.

En concreto, Strauss-Kahn ha propuesto convertir la
entidad en una especie de banco central mundial, con una reserva
grande de capital de la que puedan sacar dinero los países
miembros cuando lo necesiten, lo que reduciría la
necesidad de mantener reservas de divisas propias, informa Europa
Press. No obstante, países como Brasil han indicado que
sólo apoyarán esta medida si el acceso a esos
recursos es inmediato e incondicional.

Por otro lado, el FMI estudia aumentar los impuestos a
los grandes bancos del mundo y a los fondos de alto riesgo (hedge
funds) con el fin de prestar más apoyo financiero a los
países pobres.

Strauss-Kahn cree que es justo que el sector financiero
deba pagar más para compensar los efectos que ha causado
la crisis financiera en la economía mundial, sobre todo,
en los países más débiles. Pese a ello,
rechazó la implantación de una tasa Tobin global
que grave las transacciones financieras internacionales. El FMI
considera que, puesto que el sector financiero "está
creando una gran cantidad de riesgos sistémicos para la
economía mundial, es justo que este sector deba destinar
parte de sus recursos a ayudar a mitigar los riesgos que ellos
mismos han creado". La idea consistiría en crear una
especie de fondo de seguro mundial para financiar a los
países de bajos ingresos.

Por su parte, el presidente del Banco Mundial (BM),
Robert Zoellick, señaló que el organismo persigue
un programa ambicioso de reforma para reforzar la eficacia y
legitimidad de la institución entre los países en
desarrollo a los que sirve.

"El mundo necesita instituciones ágiles,
hábiles, competentes y responsables", dijo Zoellick
según el texto de su discurso ante los representantes de
los 186 socios de la organización. "El Banco Mundial
mejorará su legitimidad, eficiencia y responsabilidad y
ampliará aún más su cooperación con
Naciones Unidas, el FMI, los otros bancos multilaterales de
desarrollo, los donantes, la sociedad civil y las fundaciones que
se han convertido en actores cada vez más importantes del
desarrollo", explicó.

El responsable del BM destacó que el mundo es muy
distinto hoy a como era en 1944 cuando se creó el
organismo y cuando los países emergentes de la actualidad
eran en su mayoría colonias. Indicó que el siglo
XXI exige un nuevo protagonismo para los países
emergentes, que se han convertido, además, en una fuente
de crecimiento que podría ayudar a crear una
economía mundial más equilibrada.

El discurso de Zoellick llega cuando el organismo se
prepara para realizar la primera ampliación de capital en
20 años, una iniciativa cuestionada por algunos miembros
influyentes como Gran Bretaña y Francia. El Banco Mundial
se ha comprometido a aumentar en al menos un tres por ciento el
peso de los países en desarrollo en la institución,
lo que les daría el 47% del poder de voto.

"El gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King,
aboga por separar los negocios básicos de los bancos de
sus actividades más arriesgadas para impedir que
ésos crezcan tanto que un Gobierno no pueda permitirse su
quiebra, como ha ocurrido en el pasado". El gobernador del Banco
de Inglaterra aboga por separar los negocios bancarios (Cinco
Días – 21/10/09)

En un discurso pronunciado en Edimburgo, King hizo un
llamamiento al Gobierno británico y a los de los otros
países del G-20 para que reduzcan los riesgos bancarios
mediante una mayor regulación y obligándolos a
tener mayores reservas.

Los comentarios de King están en
contradicción con lo que sostienen tanto el Ministerio de
Finanzas como el regulador británico, que han rechazado la
idea de obligar a los bancos a separar sus
actividades.

"Nunca en la historia de las finanzas un número
tan pequeño (de instituciones) ha debido tanto dinero a
tanta gente (los contribuyentes). Y habría que
añadir que hasta ahora con pocos resultados en materia de
reformas", criticó el gobernador.

Las palabras de King se interpretan como una advertencia
en el sentido de que la estructura de los bancos debe formar
también parte de la agenda reguladora, que hasta ahora ha
hecho hincapié sólo en el fortalecimiento del
capital y la regulación de la paga de los
banqueros.

Según King, las medidas adoptadas hasta ahora por
los distintos gobiernos no han logrado resolver la
cuestión clave de que si los bancos y las instituciones
financieras saben que son demasiado grandes como para que se les
permita quebrar, el contribuyente acudirá finalmente a su
rescate.

"Los planes adoptados hasta ahora por el G-20 en materia
de regulación financiera no son suficientes porque si los
bancos saben que van a rescatarlos en cuanto tengan dificultades,
van a seguir arriesgándose",
señaló.

"Animar a los bancos a asumir riesgos que resultan en
grandes dividendos y remuneraciones cuando las cosas van bien y
en pérdidas para el contribuyente cuando se tuercen es
algo que distorsiona la asignación de recursos y la
gestión de los riesgos", añadió.

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