Monografias.com > Derecho
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Justicia: fuego de fulgor persistente



Partes: 1, 2

  1. De la
    estética del Derecho
  2. Bibliografía

"Quien recela de la idea, no logratampoco
captar nunca el concepto".Goethe

"Tú debes, porque yo quiero, es un
desatino; pero tú debes, porque yo debo, es una
conclusión justa y la base del
Derecho".Seume

"Tú, a quien las musas de los
archivos judiciales extienden benévolas manos; tú,
servidor de dos señores que son peores enemigos que Mammon
y Cristo…"Goethe a H. P. Schlosser, 1774

Cuando en sociedades como la nuestra,
observamos cómo diariamente se reproducen por los medios
de comunicación las exigencias, las demandas de celeridad,
probidad, la indignación ante fallos y sentencias, cuando
se exige cambio: y sobre todo cuando la voluntad popular exige
Justicia, es cuando más debemos recordar, y tener
presente, que el Derecho es vida y costumbre, es norma general
que se individualiza en experiencia concreta. Que se comprende a
sí misma e intenta comprender a sus contemporáneos.
Debemos aguzar la mirada porque desde la altura de un noveno o
veinteavo piso puede perderse la perspectiva de las cosas, de la
verdad. Recordar por ejemplo, que Caín y Abel,
todavía luchan en nosotros. Que cada tipo legal o acto de
vulneración de derechos subjetivos actualiza objetivamente
a los hermanos en disputa bíblica y
contemporánea.Quisiéramos llamar entonces, la
atención a la comunidad jurídica (y por intermedio
de este blog, a todas las partes interesadas en éste
proceso creativo) sobre la materia que nos ocupa en estos
momentos, el derecho, pero abordaremos esta nuestra ciencia
social y espiritual desde la perspectiva del arte. Nos serviremos
para esto, de dos juristas, filósofos del derecho, el
italiano Giorgio del Vecchio y el alemán Gustavo
Radbruch.

De la estética del
Derecho

Toda ética entraña una
estética y viceversa. El derecho se ciñe a unos
principios generales, que defiende y no obstante, cuestiona
constantemente, y de los cuales da fe.En las culturas
tradicionales y originarias, cuando aún la
especialización del trabajo no se había dado y las
fronteras de los saberes y quehaceres eran poco claras, Derecho,
Usos y Moral, Derecho y Religión, estaban estrechamente
unidos y hasta podría decirse que eran consustanciales, lo
mismo que Derecho y Arte.No obstante, con la
diferenciación entre las esferas de la cultura, derecho y
arte se separan también y hasta se confrontan hostilmente.
El derecho, el más rígido de los productos
culturales, y el arte, la forma de expresión más
variable del espíritu inquieto del tiempo, viven pues, en
enemistad natural, tal como se manifiesta en numerosas
expresiones de poetas sobre el derecho y en la reiterada
repugnancia de jóvenes artistas por nuestra
profesión jurídica: recuérdese sino la
famosa frase del escritor español Pío Baroja, quien
la recibiera de su padre: "Mira, ya que no sirves para nada,
estudia para abogado".No estaba desinformado el padre del
escritor, pues la función social del abogado aunque suene
a retórica huera, es precisamente la de servir, sirve al
ideal de Justicia, y esa es retórica y palabra
ética mayor.Y sea quizá, en esta separación
de derecho y arte, de donde pueda derivarse el valor
estético específico del derecho. Lo cual se
desprende claramente del lenguaje jurídico. Del que,
utilizando la fórmula feliz de Flaubert, podríamos
decir que busca la palabra justa.

Esta particular estética es
lograda a
fuerza de renuncias. El lenguaje jurídico es
frío: renuncia a todo tono emocional; es áspero:
renuncia a toda motivación; es conciso: renuncia a todo
adoctrinamiento. Surge así -dice Radbruch- : "la pobreza
querida de un lenguaje lapidario, que sirve para expresar de modo
insuperable la segura conciencia de poder del Estado que ordena,
y que en su exactitud precisa pudo servir de modelo
estilístico a un escritor del rango de Stendhal"
(Filosofía del Derecho, p.141). Y no está
demás recordar que en diversos textos sagrados se perciben
resabios jurídicos, ya que muchos fueron redactados por
hombres que reunían en sí el ser hombres de ley y
de fe, pondremos sólo dos ejemplos: la Biblia y el
Corán.

Partes: 1, 2

Página siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter