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La pasión de escribir (página 5)



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Vanguardia & cultura

El magazín Vanguardia & Cultura de Vanguardia Liberal ha tenido varias épocas y etapas en su fructífera y valiosa existencia por la divulgación y reconocimiento de la cultura en Santander. Desde 1923 numerosos escritores santandereanos han dirigido las páginas literarias de Vanguardia Liberal y han sido sus colaboradores. Las primeras páginas literarias fueron dirigidas por los escritores santandereanos David Martínez Collazos y Jaime Barrera Parra que las dirigieron durante tres años. Entre 1933 y 1934 estuvieron bajo la dirección del poeta y periodista santandereano Tomás Vargas Osorio y posteriormente bajo la dirección del escritor santandereano Jaime Ardila Casamitjana. Fueron dirigidas también por el escritor santandereano Ernesto Camargo Martínez entre 1952 y 1961. Gilberto Hernández también las tuvo a su cargo, y a ocho páginas, tamaño tabloide, a dos tintas, en otra etapa, surgieron bajo la dirección del académico Ricardo Serpa Cuesto en 1968, con el nombre de "Vanguardia Dominical." En la década de los años setenta en una edición aumentada, a doce páginas, estuvieron bajo la dirección del escritor y gestor cultural tolimense Jorge Valderrama Restrepo en codirección con el poeta santandereano Eugenio Pinto Barajas. Claudia Eslava Galvis lo dirigió entre 1973 y 1975.

En 1976 nuevamente asume su dirección Jorge Valderrama Restrepo que le da una proyección nacional por la colaboración de muchos escritores colombianos y latinoamericanos en sus páginas, como Nicolás Suescún, Darío Jaramillo Agudelo, Juan Gustavo Cobo Borda, Henry Luque Muñoz, Gabriel García Márquez, Elkin Restrepo, Mario Benedetti, Umberto Valverde, RH Moreno Durán, Roberto Montes Mathien, Roberto Burgos Cantor, José Ramón Mercado, Policarpo Varón, Darío Ruiz Gómez, Carmiña Navia Velasco, Oscar Collazos, Ernesto Volkenig, Jesús Zarate Moreno, Rosalina Barón Wilches, Jaime Mejia Duque, Helcias Martán Góngora, Mario Rivero, Haroldo Conti, Giovanni Quessep, Nelson Osorio Marín, Eduardo Gómez, Carlos Perozzo, Guillermo Alberto Arévalo, Isaías Peña Gutiérrez, José Pubén, Juan Manuel Roca, Gustavo Álvarez Gardeazabal etc y la publicación de textos de escritores, poetas e intelectuales de todas las latitudes como Jorge Luís Borges, Antonio Skarmeta, Martín Heiddeger, Pier Paolo Pasolini, Francois Mauriac, Roberto Sosa, Washington Delgado, Augusto Monterroso, Pablo Neruda, Roberto Fernández Retamar, Jorge Ibarguengoitia, Roque Daltón, Julio Cortázar, Francisco Garzón Céspedes, Sergio Ramírez, Ernesto Sábato, Augusto Roa Bastos, Martha Canfield, Ángel Rama, Pedro Shimose, José Lezama Lima, Eliseo Verón, Reinaldo Arenas, Juan Gelman, Jean Paul Sartre, José Donoso, Mario Vargas Llosa, Raquel Jodorowsky, Samuel Beckett, Jean Francois Revel, Jean Dubuffet, Rosana Rosanda, Noan Chomsky, Louis Altusser, Mario de Oliveira, Georges Lukcas, Pierre Bordieu, Herbert Marcuse etc, gracias a la corresponsalía desde España y países latinoamericanos, y desde Francia de Jean Michel Jossey con entrevistas a escritores y pensadores contemporáneos de la época.

En 1979 asume su dirección el escritor y médico Miguel Ángel Pérez en codirección con el ingeniero y librero Luís Álvaro Mejía. El médico Donaldo Ortiz Latorre también fue su director, y desde 1985, en una nueva etapa, ha estado bajo la renovada dirección de Clara Inés Blanco de Galvis, con la colaboración de numerosos coordinadores que en los últimos años han tenido escuela de formación periodística cultural. La literatura, las artes plásticas, las artes escénicas, la filosofía, la ciencia, la historia, la política etc, entre la reseña de libros, cine, arte, concursos literarios etc y la agenda cultural de la programación local, metropolitana, regional y nacional ha sido durante décadas una apuesta por la cultura, el pensamiento y la historia regional en la mejor tradición y actividad del periodismo cultural en Colombia. El suplemento Vanguardia & Cultura ha sido, como lo señaló el escritor e historiador santandereano Antonio Cacua Prada, en su libro Periodismo Santandereano (Gobernación de Santander, 2000) una ventana abierta para todas las manifestaciones artísticas en la que se han hecho conocer los nuevos valores intelectuales santandereanos.

En efecto, el suplemento es uno de los magazines más prestigiosos en Colombia que se ha mantenido en un periódico regional como Vanguardia Liberal y que cada sábado (antes circulaba los domingos) es una invitación a la lectura y al conocimiento de creadores, artistas, escritores, etc, en fin, trabajadores de la cultura, junto con analistas de nuestra realidad política, económica, social y cultural a nivel nacional y regional. La critica cultural y política ha tenido también su espacio en sus páginas dentro de la perspectiva de la tolerancia y el respeto por la diferencia. No obstante la circulación del suplemento los días sábados rompió una tradición en Santander y era la de encontrarlo en los días del descanso dominical en tanto que por tradición cultural, como las gentes que van a misa los domingos, se compra más el periódico, lo que posiblemente ha reducido sus lectores.

Desde los inicios del periodismo en Santander en el siglo XIX en la Villa de San José de Cúcuta en 1821, el periodismo cultural ha tenido sus órganos de difusión de la cultura, muchos de ellos dedicados a ser un periódico de "ciencia, arte y literatura,"como los creados durante el período del Estado Soberano de Santander y en los comienzos del siglo XX, sin embargo esta tradición de creación de periódicos y revistas literarias se ha perdido lamentablemente en Santander, tal vez por los altos costos de edición o por la carencia de espíritu intelectual de las nuevas generaciones; revistas literarias y periódicos como El Tabor, El Repertorio, El Parnaso, El Rumor, El Sinapismo, Indice, Lea, La Idea, Tierra Nativa, Lecturas, Motivos, Aurora, Revista Santandereana, Pipatón, Vida y Arte, Intenciones, Stadium, El Gran Burundú-Burundá etc están registrados en la historia del periodismo cultural santandereano y aunque muchos fueron de efímera existencia, señala el espíritu intelectual de la época, que es el mismo espíritu que ha conservado durante casi cuatro décadas el suplemento Vanguardia & Cultura, la única publicación de carácter cultural y literario en un periódico en Santander que todavía permanece. Desde que Bucaramanga era un sitio miserable compuesto por cuatro ranchos de indios alrededor de una laguna, cuya cuenca existía sembrada de quinea, 1 como lo señaló Manuel Ancizar en el siglo antepasado, la cultura no ha sido su mayor fuerte, a pesar de la creación de universidades e instituciones culturales, por eso es significativa la permanencia de este suplemento para la cultura en Santander.

Escritores, poetas y periodistas como Nepomuceno Navarro en la ciudad Santa Cruz de San Gil, Adriano Paéz en el municipio del Socorro, Benigno Parra, Rodolfo Berti, Carlos Jácome y Domingo Díaz en la ciudad de San José de Cúcuta, Ismael Enrique Arciniegas y Carlos Arturo Torres en la ciudad de Bucaramanga, Jorge Wilson y Marco Aurelio Serrano, Carlos Torres Durán, Jaime Barrera Parra y Luís Ardila Gómez, Carlos Manuel Otero, José Maria Salazar Álvarez, Arturo Reyes Arguello, Jaime Ardila Casamitjana, Alicia Harker de Carreño, José Antonio Escandón, Guillermo Reyes Jurado, Manual Enrique Puyana, El Grupo de Trabajadores de la Cultura Jorge Zalamea, Gustavo Gómez Mejia en la ciudad de Barrancabermeja, etc impulsaron y dieron vida a finales del siglo XIX y comienzos y mediados del siglo XX a publicaciones culturales y literarias en Santander, aunque con perplejidad registramos que desde la perspectiva histórica la creación de periódicos y revistas literarias o culturales en las universidades ha sido prácticamente inexistente, tal vez porque la tradición universitaria en Santander es todavía muy reciente, pero sin embargo no deja de ser sintomático. En Santander entre las publicaciones novedosas de divulgación y/o agenda cultural, con 54 entregas en siete años, en Bucaramanga y que se fija en carteleras de bibliotecas, universidades etc, ha aparecido El Cartel, cultura en movimiento, que dirige Alfonso Becerra (aunque inexplicamente este medio cultural no ha vuelto a aparecer). El periodismo como expresión de la cultura también ha contribuido a crearla, preservarla, difundirla y fomentarla en tanto que "hoy se entiende como cultura la comunicación y el comunicar."2. El periodismo moderno en consecuencia está llamado a hacer de la cultura también una noticia.

De otra parte, de los numerosos periódicos que existieron en Santander como La Unión Republicana, El Eco de Santander, Correo del Norte, La Patria, Correo del Oriente, La Defensa, La Metralla, El Heraldo, El Deber, El Expreso, El Diario de Santander etc demuestra el carácter prolífico que tuvo el ejercicio del periodismo en el departamento, una tradición periodística perdida a la que lo sobrevive sus dos únicos diarios en la capital, no obstante, circulan pequeños periódicos y revistas locales y regionales donde la actividad política regional es de su interés y donde los temas de la cultura parecen no interesar, fenómeno que dice mucho en tanto los temas de cultura política se reducen al proselitismo político. Una característica de los periódicos desaparecidos de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, como se señalaba en su cabezote, era el contenido de "política, literatura y variedades," lo que hace deducir que en ese entonces había una clase política más ilustrada que también contribuyó a que existieran muchas revistas con contenidos culturales o literarios, y hasta fundaron en Bucaramanga en 1942, un "Órgano de Propaganda Democrática al servicio de la causa aliada. Fundado por el Comité Anti-Nazi," como enunciaba su cabezote, Boletín Anti-Nazi, dirigido por Luis Alberto Vargas, Francisco Harker y Manuel Ortiz, y el Noticiero Aliado en 1944, dirigido por Francisco Harker.

En Colombia escritores, poetas o periodistas culturales son los que más han creado revistas literarias, como Baldomero Sanín Cano y su Revista Contemporánea, Germán Arciniegas y la revista Universidad y Correo de los Andes, Eco, dirigida por Hernando Valencia Goelkel, Juan Gustavo Cobo Borda y Ernesto Volkening, Enrique Uribe White y su revista Pan, Voces de Ramón Vinyes, Jorge Gaitán Durán y su revista Mito, y entre las que permanecen, Mario Rivero y su revista Golpes de Dados, Andrés Hoyos Restrepo y El Malpensante, Moisés Melo y Piedepágina, Milciades Arévalo y su revista Puesto de Combate, Harold Alvarado Tenorio y su revista Arquitrave, Guillermo González y la revista Número etc. En América Latina fueron célebres las revistas Sur, Orígenes, Marcha, Vuelta, Plural, Cuadernos Americanos y Casa de las Américas, que todavía permanece. La influencia de las revistas literarias en la cultura ha sido enriquecedora y la expresión más notable del periodismo cultural.

En los años de existencia del suplemento la actividad cultural y artística ha sido registrada y se ha abierto a las expresiones artísticas y culturales y del pensamiento de la modernidad en todos sus ámbitos y áreas del conocimiento, que la cultura en Santander ha tenido su espacio más visible en el que se ha reconocido e identificado la ciudad y la región, se ha construido ciudad desde la cultura; en la reflexión, la información, la creación y la reseña periodística cultural. En un país de suplementos y publicaciones literarias efímeras las más de tres décadas de permanencia de este suplemento con 1778 entregas (que seria interesante hacer ya una antología con los mejores textos entre artículos, ensayos, entrevistas etc como memoria histórica) es una labor meritoria en la historia de los magazines literarios en Colombia, que se hace necesario merecidamente hacer este reconocimiento público a los propietarios del periódico por mantenerlo vivo y a su directora por su proyección y vigencia. Sean estas líneas como un homenaje de reconocimiento por la importante y extraordinaria gestión por la cultura regional que durante décadas ha realizado el suplemento Vanguardia & Cultura en su acertada contribución a la creación de identidad cultural en Santander.3

Notas

1. Citado por Libardo León, Bucaramanga en vísperas de dos siglos. Contraloría General de la República, 1984, Pág, 42.

2. Ana María Maza. El mirar nuestro tiempo. En Tablero, Revista del Convenio Andrés Bello. Bogotá, 1992 N°43, Pág, 82.

3. Lamentablemente después de casi 40 años este suplemento literario ha desaparecido de las ediciones de Vanguardia Liberal dejando a los trabajadores de la cultura más invisibles de lo que todavía han sido en Santander.

La cultura en Santander

Son tal vez los pintores los que en Santander más gozan de espacios y convocatorias, catálogos y patrocinios para la exposición de su arte. Somos una región de pintores o de artistas plásticos como se denominan ahora, tal vez porque fuimos un pueblo agricultor y de allí esa destreza de la mano y esa introspección del paisaje y de la luz característica de Santander. El cuadro como adorno en la pared hace que sea un arte que comercialmente venda mejor. Observar un cuadro no es mucho el esfuerzo que hay que hacer y si nos refleja con imágenes de colores como paisaje, rostro o ciudad. Con la literatura es distinto, tal vez por eso no abundan mucho actualmente los poetas, ni los cuentistas o novelistas. El lenguaje literario es el instrumento más difícil de trabajar y sus imágenes a veces son el resultado del delirio del autor, allí están en juego la imaginación, la técnica narrativa, el poder de fabulación etc, el don de la palabra es algo que está en los genes, eso explica porque la literatura en Santander es más bien escasa, y además una condición esencial para su interés y creación es la cultura, eso podría explicar provisionalmente porque no son más frecuentes las convocatorias, los concursos, los patrocinios, las lecturas o las publicaciones para los escritores, o tal vez porque, como dijera Saint-John Perse; los poetas son la mala conciencia de su tiempo.

Las leyes del mercado del libro en Colombia se miden también por la ley de la oferta y la demanda. Una editorial no publica a un autor que no garantice la venta de su libro aunque todavía se diga que la poesía no es un buen negocio en Colombia, que los libros de poesía no se venden, etc. Los editores publican libros que comercialmente vendan sin importar mucho el género o la calidad estética, lo que se debe garantizar principalmente es su venta. La poesía es un arte de minorías porque no se ha aprendido aún a gozar de su espíritu y se tiene todavía una visión muy sentimental de ella, se cree que el poeta anda en las nubes y que leer poesía es falta de oficio o es un arte inoficioso. Ante todas estas razones se cree que se debería escribir la poesía como un "hobby". Nada más ajeno al espíritu del poeta verdadero, la poesía es su pasión y es la razón de ser de su vida. Los poetas de fin de semana no llegan muy lejos y además a los buenos poetas no los hacen los lectores, esto es, aunque en la actualidad haya poco interés por este género, siempre habrá poetas. El poeta escribe así lo lean o no, así lo publiquen o no. La historia de la literatura está llena de poetas que no publicaron o no fueron reconocidos en vida, sin embargo nunca dejaron de escribir. La poesía es una pasión, un estigma o un vicio; el poeta escribe para si mismo y si los hombres se identifican con su obra, magnífico, pero no es su afán convertirse en una vedette, esto es, ser popular o famoso, porque entre otras cosas puede ser contraproducente para su oficio literario. Los malos poetas salen hasta por la televisión, decía Milciades Arévalo, el director de Puesto de Combate, la revista de la sociedad de la imaginación editada en Bogotá que más ha publicado a los poetas en Colombia.

Son poco los talleres de escritores o lectores que existen en la ciudad o la región, y los pocos que puedan existir funcionan como rebaja de penas para prisioneros en la cárcel Modelo o como sucedáneo para la fatiga de la academia en la universidad pública (aunque la poesía de taller son como los niños de probeta, como el amor es más hermoso a la antigua). Desde los tiempos de la revista literaria Tierra Nativa o el Gran Burundú-Burundá, los escritores y poetas en Santander no hemos podido asociarnos alrededor de una revista (indudablemente por falta de apoyo económico) que amplíe los espacios y contribuya a la difusión de la literatura, sin embargo en Bucaramanga una propuesta literaria como LA ESKINA, cartel de la poesía que dirige Javier Félix y Claudio Anaya Lizarazo, con el auspicio de Sic Editorial, es un desafío a la escasa circulación de la poesía que intenta darle voz y rostro a los poetas de la ciudad. En las carteleras de colegios, universidades, bibliotecas, conjuntos residenciales, restaurantes etc, se fija su presencia como una alternativa literaria que reivindica el poder, el valor y la imaginación de la palabra poética. En la ciudad también se registra otro fenómeno en torno a la poesía y es la de "La Casa de los poetas,"corporación que los asocia, donde ninguno lo es, pero la poesía ha servido como terapia ocupacional para sexagenarios.

Santander es de las pocas regiones donde no funciona el Fondo Mixto Departamental que es una entidad fantasma que solo figura en el papel, y que genera un desangre presupuestal en nómina sin que se lleven a cabo proyectos culturales, entidad que en otras regiones es la que más ha publicado a sus escritores y poetas y que permanentemente hacen presencia en las ferias del libro en el país. Desde la liquidación y desaparición de la Dirección de Cultura Artística de Santander, DICAS y a pesar de la creación de la Escuela de Bellas Artes de la UIS, no se ha llenado el vacío que dejó esta entidad de formación artística por donde pasaron y se formaron muchas generaciones de artistas santandereanos en la música, el teatro, la danza, la pintura, la escultura etc. La cultura también se ha privatizado con la creación de nuevas escuelas de música en las universidades, pero también se han creado nuevos proyectos regionales como Espacios Alternos que promueven exposiciones de los artistas plásticos.

El Fondo Bibliográfico Regional, que fue un proyecto del Instituto Municipal de Cultura para publicar a los escritores en Santander, está muerto y todo parece indicar que no se va a volver a convocar. Su primera publicación fue de exiguos cien ejemplares por libro de los cuales se publicaron cinco libros (novela, cuentos y ensayo filosófico) y hubo que insistir dos años largos para su publicación luego de que un jurado diera su fallo. A su vez la Biblioteca Departamental, valiosa por sus archivos y la colección de libros de autores santandereanos, se ha dejado a su suerte en franco deterioro arrumada en algún rincón de la llamada ahora Casa Mutis, antes Luís Perú de la Croix. El sector cultural debería lanzar un S.O.S. por su recuperación. En Santander las casas de la cultura cumplen una labor silenciosa en la formación de lectores y exposición de las obras de los artistas, pero requieren de mayores incentivos presupuestales para elevar su nivel de formación en los talleres artísticos. La creación de bibliotecas y la dotación de libros por parte del Ministerio de Cultura han sido oportunas en la región, como por ejemplo en la Casa de la Cultura de Cimitarra y Barbosa, para solo mencionar esas dos. Por su parte, en el Consejo de Cultura Municipal, en el área de literatura, figuran individuos que no representan al sector de los escritores, pero que por el amiguismo llegan a estas consejerías y solo trabajan para su propio beneficio, y con su actitud negligente demuestran la pobre capacidad de gestión cultural, conocimiento y valoración de los escritores de la ciudad. Su resentimiento y desidia les impide trabajar por el sector que los eligió y así torpedean el trabajo que por la literatura se quiere hacer en la ciudad. Se hacen elegir en representación de los escritores pero no son escritores ni simpatizan con sus causas y oficios. Se han reconocido como comerciantes pero para los proyectos culturales carecen de ideas y propuestas y las que proponen son visiblemente provincianas.

Son ejemplo de trabajo en el Consejo de Cultura Municipal, en las áreas de Teatro y Artes Plásticas, Jaime Lizarazo (Llevó a cabo el Primer Festival Nacional de Teatro, Santander en Escena que proyectó que el teatro santandereano logrará participar este año en el Festival de Teatro de Medellín, el Festival Latinoamericano de Teatro de Manizales y el Festival Nacional de Teatro de Cali) y Walter Gómez. (Ha convocado a exposiciones a los artistas plásticos en la sala de la Biblioteca Pública Gabriel Turbay y es designado para ejercer la Coordinación de la Zona Oriente del Salón Regional de Artistas, convocado por el Ministerio de Cultura). Hay que hacer justicia poética de las actividades culturales en beneficio de la cultura regional por los resultados visibles de la gestión que hasta el momento no se ha visto en el área de literatura. Los escritores y el sector literario (profesores de literatura, estudiantes, lectores, etc) están en mora de nombrar a un auténtico representante en el Consejo de Cultura Municipal que trabaje seriamente por el sector en beneficio de la literatura en Santander.

El periodismo cultural en Santander, aparte del que pueda originar las emisoras culturales UIS Stéreo y la Luis Carlos Galán Sarmiento y el suplemento Vanguardia & Cultura, casi no existe, los medios privilegian el deporte, la farándula y las reyertas de la clase política. Los temas de la cultura y sus creadores son para el final de los noticieros o como notas de relleno. La actividad política parece ser la fuente principal de los medios, tal vez por ese maridaje que siempre ha existido entre periodismo y política en tanto que los periódicos en Colombia surgieron como un instrumento político de los partidos. La noticia cultural todavía no es consumida como las otras noticias de los periódicos y la televisión, y en los canales regionales tampoco la cultura tiene un programa destinado a sus creadores.

Las comparaciones son odiosas, como dicen las señoras, pero en Santander en relación con ciudades como Medellín o Bogotá en el fomento o auspicio de la cultura, es una región que todavía no ha comprendido y valorado su importancia social para su contribución en el desarrollo económico, y que atrapada en el prejuicio o complejo social de que la cultura no da dinero, es un renglón de la economía que no ha sido lo suficientemente explorado y explotado. El turismo cultural, por ejemplo, no ha sido promocionado lo suficiente a pesar de que en la región hay numerosos atractivos naturales e históricos que podrían hacer parte de los paquetes turísticos y aunque hay una incipiente conformación de la microempresa cultural en artesanías, podría convertirse en un renglón importante de nuestra economía si la empresa cultural que es otra franja de la economía en la que se podría incursionar con éxito, supera el síndrome de que la cultura no es rentable.

Los burócratas de la cultura (que además nunca han tenido un discurso sobre la cultura) y que lamentablemente también existen en Santander, han ejercido el poder para excluir o ignorar y han creado sus propias roscas o cuotas políticas que usufructúan conferencias, talleres o lecturas. En la burocracia cultural no nos salvamos tampoco del tráfico de influencias o el amiguismo. Desde universidades, alianzas, extensión o área cultural y academias han ignorado y subestimado la creación artística y la producción intelectual de los nuevos jóvenes escritores y poetas nuestros. Nunca tienen propuestas para la divulgación o la publicación de sus trabajos ni facilitan los espacios para los lanzamientos de libros de los autores regionales. Han ignorado olímpicamente los creadores y sus obras. Son los que con su desidia administrativa también han contribuido a mantenerlos en la marginalidad. Se dice que nadie es profeta en su tierra pero es en la propia tierra nuestra en donde debemos comenzar a valorarnos para que nos reconozcamos en los otros que son los que nos dan plena identidad y existencia, como decía Octavio Paz.

Construir ciudad o región es también hacerlo mediante la cultura y no quedarse en las obras de cemento. Las obras del espíritu y de la imaginación son las que dan identidad y reconocimiento a lo que somos y reconocerse a si mismos es fortalecer los signos de pertenencia. Santander y su capital en la literatura regional han sido noveladas y cantadas por sus escritores y poetas, sin embargo no se han fortalecido en sus imaginarios. La memoria de una ciudad, una región o un país no se conserva por sus libros de historia únicamente, sino fundamentalmente por su creación literaria; su poesía, sus novelas, etc. Ernesto Sábato ha señalado (El escritor y sus fantasmas, Seix Barral, 1963) que el artista es el único por excelencia, es el que gracias a su incapacidad de adaptación, a su rebeldía, a su locura, ha conservado paradojalmente los atributos más preciosos del ser humano y que la literatura no es un pasatiempo ni una evasión, sino una forma, quizá la más completa y profunda, de examinar la condición humana.

La cultura y el TLC

El Tratado de Libre Comercio y su relación con la cultura ha originado en Colombia una alerta máxima que se hace necesario fomentar y entrar en el debate. El temor del sector cultural radica principalmente en que los productos, bienes, servicios y expresiones artísticas individuales y colectivas que determina la identidad cultural de un país, sean negociados e incorporados a los modelos del libre comercio desde una perspectiva estrictamente mercantilista. La liberación del libre comercio que tiene el propósito de expandir los mercados y fomentar el crecimiento estructural de la producción, contiene reglas obligatorias que aseguran la eliminación de las normas locales que se constituyan en obstáculos para la circulación libre de bienes y servicios. Los derechos arancelarios y los gravámenes a las importaciones serian eliminados, se facilitaría los trámites de importación, la inversión de capitales extranjeros y el libre tránsito de los ciudadanos entre los países, lo que llevaría al desmonte de subsidios y de la protección a la producción y exportación nacional.

El cine, la industria editorial, la industria fonográfica dependen en gran medida de la subvención estatal, de cuotas de consumo nacional, gravámenes y restricciones a la importación, políticas contrarias a la filosofía del libre comercio que no hace discriminación de bienes y servicios. Ante estas estrategias del tratado, Colombia y los países de la región que están en proceso de firmarlo, deberán decidir si se excluye de las negociaciones la franja cultural o si por el contrario querrán hacer parte de la cultura universal; sin embargo el patrimonio cultural, material e inmaterial, su conservación, recuperación y difusión no puede verse lesionado por el tratado porque un país, una sociedad no puede renunciar a la propiedad nacional de su patrimonio arqueológico o histórico, etc, aunque la legitima defensa de nuestro patrimonio cultural no debe confundirse con la defensa de la cultura lights de espectáculo y farándula, una cultura que actúa con base a clichés y estereotipos sobre lo que somos como nación, pueblo o sociedad, pero que a veces tiene mucho éxito socialmente, tal vez por nuestra deformación cultural que hace que nos sintamos reflejados o identificados en esos estereotipos. Se afirma que la eliminación de todo subsidio, restricción, arancel, gravamen o discriminación para la cultura, podría significar la eliminación de las políticas públicas del estado con respecto al apoyo y promoción de los artistas, sin embargo muchas de esas políticas no se aplican en la práctica y sus recursos son usurpados por la clase política para sus campañas o pago de nómina en el manejo burocrático de la cultura.

No obstante, la planetarización del mundo conduce a las sociedades a abrirse económicamente y culturalmente a otras culturas donde la cultura propia se enriquece con la cultura ajena, lo que permite no ver realizada una cultura en detrimento de otra. No hay epicentros desde donde se realiza la historia en contra de otras historias sino que la cultura y la historia de dan dentro de una multiplicidad de racionalidades donde hay diversos dialectos y valores y se tiene conciencia de su carácter contingente. Vattimo lo denomina como una "liberación de las diferencias" que los medios de comunicación, las mass media ha originado en la sociedad postmoderna, lo que hace que en el escenario de la cultura hayan surgido múltiples subculturas como resultado de la multiplicación de la comunicación. La cultura postmoderna ha entrado en una esfera de vasos comunicantes que ha propiciado que los medios de comunicación reflejen ese aspecto de la cultura como quiera que en la radio se oye una música que tiene una diversidad de ritmos y fusiones. Una música crossover, esto es: reggae, jazz, tecnopop, pop, rock, tropical pop, etc. Hay una diversidad de sonidos electrónicos a través de sintetizadores que caracterizan una radio postmoderna.

Una sociedad debe construir espacios de pluralidad y de reconocimiento de sus propias diferencias en relación con otras culturas. Se hará posible un enriquecimiento cultural en la medida que permita la libre circulación de las ideas y corrientes del conocimiento humano en el ámbito de lo social. Habrá una universalización de las diferentes perspectivas sobre el mundo y la vida que enriquecerán las diversas expresiones del pensamiento humano. Un diálogo fraternal y lúcido con otras culturas. Una apropiación de los diversos universos que contiene la cultura. Una sensibilización frente a la cultura propia y ajena que contribuirá a reafirmar la propia identidad dentro de una pluralidad. Una sociedad más universal con individuos más universales situados en el mundo. Una universalización de la vida donde la sociedad se reconoce en las diversas culturas que ha originado la especie humana. Una universalización de la cultura que tiene que afirmarse también con un sentido de pertenencia a un lugar de la tierra, desde donde se afirme lo propio frente a lo ajeno, pero sin dejar de abrirse a lo ajeno para que se afirme lo propio, sin que lo ajeno domine a lo propio sino que lo enriquezca y lo universalice. Una cultura que se apropia de sí misma para conjugarse con otras, asimilándola y decantándola en sus propias fuentes originarias. Una sociedad que haya alcanzado estos niveles de desarrollo de la cultura será una sociedad más tolerante y por lo tanto, más humana en su interior, en sus relaciones cotidianas en relación con sus propias diferencias: El mundo es una aldea donde crecen los girasoles de Van Gogh, sólo en esta perspectiva es posible un tratado de libre comercio.

En la negociación del Tratado de Libre Comercio con EEUU se ha planteado que la cultura no debe ser negociable, lo que afirma nuestra identidad y defensa del patrimonio artístico y cultural del país, sin embargo en ese proceso irreversible de la globalización ya no es posible hablar de una identidad cultural propia en tanto que la identidad cultural es un entrecruzamiento de culturas; en la música, el arte, la literatura, las tradiciones, etc hay un diálogo o fusión con otras culturas como sucede con otras expresiones culturales, esto es, los hábitos o las costumbres sociales, lo que determina que es en la diversidad como se construye hoy una identidad cultural, de hecho muchas expresiones culturales que consideramos nuestras no son expresiones culturales propias, son foráneas, sin embargo las vivimos y las sentimos como nuestras, tanto que las hemos incorporado a nuestros imaginarios.

De otra parte, la televisión colombiana sigue teniendo una programación muy liviana, superficial donde la cultura nacional, el periodismo investigativo o crítico adolece por sus carencias y donde la programación educativa es muy escasa, que el peso del entretenimiento acrítico lo sobrepasa en sus contenidos. Los canales privados están determinados por el raiting, que se hace para garantizar sus pautas publicitarias, pero que origina un detrimento de una televisión educativa. El que la televisión comercial genere un importante desarrollo económico no justifica la carencia de un contenido cultural que es todavía muy precario. La televisión debe ser la fuente principal donde se origine y se transmita la cultura por su enorme poder de comunicación y convocatoria. Una buena película norteamericana es legitima que se puede ver en Colombia, como una buena película colombiana es importante que se puede ver en EEUU, pero existe el peligro que la basura que también produce la industria del entretenimiento norteamericano sean parte de los contenidos de la televisión y convirtamos a nuestros artistas en otro ejército de desplazados. No obstante, la televisión es el reflejo de lo que es el país, y por supuesto, si queremos mayores contenidos de cultura y programación educativa, habría que cambiar el sistema, porque dentro las leyes del mercado capitalista no es posible una televisión distinta.

La negociación y el acuerdo del tratado deben tener sus propias reglas básicas lógicas, como hacerse en igualdad de condiciones, y los bienes y servicios importados deben tener las mismas condiciones entre los países que firman el tratado, esto es, estar condicionados por las mismas regulaciones y normas. El Informe del Desarrollo Humano 2004 PNUD señala que el comercio mundial de bienes culturales (fotografía, música, literatura, radio, tv, cine, artes visuales) vale 380 millones de dólares y que el cine norteamericano representa el 80 % de la audiencia mundial 1 lo que significa que los mercados pequeños estarían en desigualdad de condiciones para competir con las multinacionales del entretenimiento norteamericano y se ahondaría la hegemonía cultural que nos globalizará como simples consumidores de productos de EEUU con la respectiva pérdida de nuestra identidad cultural y de las lenguas autóctonas, que podrían ser avasalladas por el inglés y el español 2.

La liberación de los mercados con respecto a la cultura, han señalado los analistas, podría ser "una lápida para nuestros creadores y artistas" como lo ha expresado Robert Pilón, un especialista en el campo de las industrias culturales, vicepresidente ejecutivo de la Coalición por la Diversidad Cultural de Canadá, porque "según estos tratados ningún sector de la economía debería recibir subsidios. La cultura, dicen los profetas neoliberales, también debe ser regulada por el libre juego de la oferta y la demanda", y concluye; "Las políticas culturales no deben ser sometidas a las obligaciones de los acuerdos comerciales porque los Estados y sus gobiernos deben conservar la entera libertad para establecer políticas de apoyo a la cultura. En esta defensa de la cultura en los TLC, hay que entender que no esperamos que estos acuerdos comerciales resuelvan el problema cultural en los países, o que los TLC desarrollen políticas culturales. Lo que estamos pidiendo es que en estos tratados, y en estas negociaciones multilaterales, no se inhiba la posibilidad de que los estados desarrollen políticas culturales. Así como se formulan, como receta para una economía abierta, los TLC son una amenaza para la cultura." Los demás sectores de la industria nacional (sector avícola, automotriz, agrícola etc) tienen la misma perspectiva con respecto al TLC.

El cantautor costarricense Esteban Monge, va más allá en el análisis y afirma "que este tratado es más que un simple tratado comercial, es parte de una estrategia dirigida a consolidar una forma de entender las relaciones entre el ser humano consigo mismo, con los otros y con la naturaleza. Es la consolidación jurídica de la deshumanización de la vida, donde las personas valen tanto empresarios y/o mano de obra barata, decadente y con patrones y anhelos de consumo absurdo, esto es, las potencialidades humanas creativas pueden ser reducidas a la lógica de la empresa, dentro de las relaciones capitalistas de producción y reproducción (o destrucción) de la vida. En el mercado del libre comercio la actividad artística, convertida en mercancía, está permeada por la violencia. El artista, al tener que producir bajo la lógica del mercado, se ve obligado a ejercer violencia sobre si mismo. No puede hacer su actividad como respuesta a su necesidad humana de expresar algo, como forma de apropiarse del mundo de una forma liberadora, tanto para él como para el mundo, y si lo hace, tiene que pagar el precio de no poder vivir dignamente de su arte. El artista, como todo el mundo, tiene que ganarse la vida, a pesar de que la vida, contradictoriamente, es un derecho inviolable, en el papel, pero estructuralmente violado por el conjunto de relaciones sociales. Ese derecho, según los mandamientos del libre mercado, es un privilegio que solo tienen los verdaderos seres humanos, los que cuentan; los empresarios y los consumidores. Vivimos en sociedades diseñadas para empresarios y consumidores". En esa perspectiva podemos concluir que esa igualación que el tratado hace de personas y empresas es también la "sociedad de propietarios" que proclama nuestro actual gobierno.

Notas

  • 1. León Trahtemberg, TLC y cultura, Correo 6 09/09/05,

  • 2. Ibid

La Navidad en la literatura

La Navidad como tema de la literatura es ya un tópico clásico de la literatura moderna, y que siempre ha estado asociada con la nostalgia, pero en la literatura está lleno de fantasía y misterio. Son muchos los escritores que abordaron está temática como los hermanos Grimm, Han Cristian Andersen, Hoffman, Charles Dickens, Oscar Wilde, Gustavo Adolfo Bécquer, Benito Pérez Galdós, y entre los más contemporáneos, Ciro Alegría, Truman Capote, Blasco Ibáñez, Ágatha Cristhie, etc.

Los protagonistas de las historias de Navidad en la literatura tradicional, son niños pobres y vagabundos, abuelos sabios y entrañables, animales fieles que hablan, espíritus malignos y toda clase de personajes misteriosos en la que se registran las costumbres, tradiciones e ilusiones de la Navidad, pero los escritores escribieron sus historias más allá de estos estereotipos, historias profundas y fantásticas, como El Cascanueces de Ernest Hoffman, nacido en Konigsberg en 1776. Hoffman es uno de los grandes escritores del romanticismo alemán. Su imaginación excéntrica, como el mismo la calificó, abarcó la composición musical y la creación literaria. Sus personajes fantásticos son los protagonistas de su obra El Cascanueces, publicada en 1816. Ágatha Cristhie, la escritora británica, escribió El pudding de Navidad y En Navidades trágicas, donde el protagonista es un anciano rico con un despótico carácter, que es asesinado y que Hércules Poirot, será el investigador de su crimen. Han Cristian Andersen escribió las narraciones clásicas de la literatura infantil: El soldadito de plomo, La sirenita El patito feo, La pastora y el deshollinador .Los hermanos Grimm, Jakob Ludwig y Wilhem Carl, fueron figuras sobresalientes del romanticismo alemán, que recogieron las leyendas y cuentos folclóricos, y sus recopilaciones sirvieron para escribir sus cuentos universalmente conocidos como Blancanieves, Cenicienta, Pulgarcito, etc, que los hace clásicos de la cultura occidental. Charles Dickens, el escritor inglés, escribió Canción de Navidad, que es un cuento fantástico en el que a un hombre rico y avaro, se le aparecen cuatro fantasmas en vísperas de Navidad, que lo hacen cambiar de carácter aprendiendo a sonreír. En su obra Dickens registra la condición social de la infancia en un mundo de avaricia y podredumbre. La obra fue escrita a los 31 años del escritor, que perteneció a la época victoriana, en el año 1843 y salió publicada un 17 de Diciembre. Truman Capote, el escritor de Nueva Orleáns, que escribió en su prefacio de su libro de ensayos; Música para camaleones, que "cuando Dios le entrega a uno un don, también le da un látigo; y el látigo es únicamente para autoflagelarse," escribió tres cuentos de Navidad: Un recuerdo navideño, Una Navidad, y El Invitado de Acción.

Son tres tres recuerdos de reuniones familiares en el marco de las fiestas de Navidad y un día de Acción de Gracias. El protagonista de estos relatos es el propio autor, que aparece como el pequeño Truman, Budy. Son relatos donde se condensa las historias de su infancia. Oscar Wilde, el escritor irlandés, que vivió también en la época victoriana, y que decía "que un hombre puede ser feliz con cualquier mujer mientras no la ame" y "que la mejor manera de liberarse de la tentación es caer en ella," escribió el relato de navidad, El gigante egoísta.

"El gigante no dejaba que los niños jugaran en su jardín, pero allí se había instalado el invierno para siempre y los árboles se olvidaron de florecer. Pero un día, el amor de un niño conmovió el duro corazón del gigante y entonces comprendió como el egoísmo había alejado a la primavera de su jardín y a la belleza de su vida"

Dylan Thomas, el escritor Gales, escribió La conversación de Navidad, en 1947, que hace parte de El visitante y otras historias, una serie de relatos en prosa poética, donde se recogen textos que el propio autor seleccionó antes de su muerte. John Tolkien, el escritor surafricano, es el autor de tres clásicos de la literatura fantástica contemporánea: El Hobbit, El Señor de los anillos y El Silmarillion. Sus Cartas de Papa Noel, escrita en 1994, son las cartas ilustradas que Tolkein escribía a sus hijos cada año como Papa Noel, con dibujos que revelan las actividades y secretos de Papa Noel cuando no es época navideña, historias de duendes, osos polar y los elfos.1 En la narrativa colombiana, Tomás Carrasquilla escribió el relato; La Navidad en la mina y más recién, el escritor Ricardo Silva Romero, escribió; Relato de Navidad en la Gran Vía. Una novela en la Navidad que transcurre en Bogotá. Es la historia de una novela que el autor se encuentra en un computador, escrita con ironía y humor:

"Es Navidad, Era Navidad hace unos seis días. Bogota, Santa fe de Bogota, intentaba iluminarse. No es una metáfora, ni nada: en verdad habían luces en los árboles, habían arreglado el parque de la Noventa y Tres y todas las vitrinas brillaban. Uno se sentía en Londres cuando iba por la calle y los centros comerciales se veían muy bien. Las familias compraban lotería, los mendigos se levantaban un poco mas tarde, la gente de la calle no tenia ganas de atracar a nadie y los pobres delincuentes descansaban"

Los poetas y la Navidad

Los poetas también han escrito sobre la Navidad, poemas sobre la Navidad escribieron T.S. Eliot; El cultivo de los árboles de Navidad.

"Hay varias actitudes hacia la Navidad,

de algunas de las cuales podemos prescindir;

la social, la torpe, la abiertamente comercial,

la juerguista( las tabernas abiertas hasta la medianoche),

y la infantil – que no es la del niño

para quien la vela es una estrella,"…

Vinicius de Morares; Poema de Navidad. César Vallejo;
Nochebuena. Gabriela Mistral; A Noel. Atahualpa Yupanqui;
Nochebuena. Sor Juana Inés de la Cuz; Romance a San José.
Lope de Vega; Duerme, mi niño. Gerardo Diego; Canción
al niño Jesús.
Jorge de Lima; Navidad. Carlos Martínez
Rivas; Villancico.

Si no viene a traer la paz y no la guerra,

no sé a qué venga..

Rubén Darío; Los tres reyes magos y José Maria Valverde; Para el tiempo de Navidad. Y entre los poetas colombianos que escribieron poemas de Navidad están, entre otros; Meyra del Mar; Diciembre y Canción de Diciembre. Miguel Rasch Isla; Nochebuena .Francisca Josefa del Castillo y Guevara; Villancico al nacimiento del Redentor. Rafael Pombo; Los pastores de Colombia al niño Jesús. Oscar Delgado; Esquema de diciembre. Álvaro Mutis; El festín de Baltasar, Jairo Aníbal Niño; Arrullo, y Víctor Gaviria; Navidad.

Un poeta musulmán, Saleh Paladíni, escribió un poema de Feliz Navidad.

FELIZ NAVIDAD

Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo.

Se aproxima un buen Prestigio.

Inicio de un milenio.

Presagio de noviembre.

No lo olvides.

En ciernes, 

la tercera guerra mundial.

Irak, Palestina y Corea.

Quien sabe más.

Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo.

Feliz Navidad.

Cuando el espíritu toca el cuerpo,

saltan los destellos del alma.

Flores con futuro.

Niño Jesús entre amapolas,

en un pesebre,

gotas de sangre roja

entre trigales verdes.

Aviones en el aire.

Pecho del hombre.

Pálpito del universo.

Enlaces continentales.

Refugio del viento.

Espejo del mar en calma.

Sonámbulo por el cable de un funámbulo.

Despierto,

borracho de sueños voy.

 

Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo.

Quien ríe último, ríe mejor.

Relajados, reiremos todos juntos.

Fuera, los caballos esperan

y galoparemos como salvajes

por la superficie de un dátil inmenso.

El futuro posible,

imaginado por un loco.

Cada palabra, un asombro.

Cada gesto, un verso.

Y el sol.

Solsticio de invierno.

Nuestros derechos,

son mucho más que palabras llenando una boca.

Somos, nosotros mismos.

Nuestra identidad.

La libertad.

Feliz Navidad y Próspero Año nuevo.

Deseo de un musulmán,

europeo en Sevilla,

capital de Andalucía,

donde no hay una mezquita,

desde hace siete siglos.

La Bosnia de Occidente,

en el medioevo.

Poderoso caballero,

don dinero,

y entre el siete y el ocho,

vive el amor mío.

7, puertas del infierno.

8, entradas al paraíso.

 

Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo.

El buen samaritano,

mal herido,

vilipendiado,

robado,

en el camino abandonado al saqueo de su suerte,

medita:

"El turrón se come en familia,

fuente de un espejismo.

San Francisco abrazó al leproso,

lo besó en su herida.

Y hoy en día,

la lepra se llama Sida,

hambre,

sed de justicia,

subdesarrollo.

Y los continentes,

lágrimas de la Tierra,

este planeta visto desde el cielo,

corazón azul latiendo,

tapiz del paisaje donde las hormigas

confunden los colores

y los pájaros comprenden

la melodía de la materia."

 

Feliz Navidad y Próspero Año nuevo.

En el aire, una canción.

El pianista.

Palestina, gueto de Varsovia a lo bestia.

Fuera, las águilas sobrevuelan,

por encima de nuestras cabezas.

La silueta humana  está en verde.

Un semáforo.

Se abre la calzada.

Una palabra, esperanza,

Un cántico, adiós al 2 mil 3.

 

El buen samaritano medita.

Su voz está en la mía.

Con los fantasmas del pasado,

del presente y el futuro…

vuelve a casa, vuelve.

Un ilusión fuerte:

Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo. 

Notas

1. En la mitología escandinava, genio, espíritu del aire.

Los 400 años de Don Quijote

En una aldea de la Mancha de cuya historia quiero acordarme para escribirla, entre los viejos libros de su biblioteca el caballero de la triste figura, como lo llamo Sancho Panza, poseído por el delirio de la lectura de libros de caballería a los campos de Castilla sale un día de su aldea a restaurar el honor, la justicia y el coraje cabalgando en "una yegua derrengada" de nombre Rocinante, junto a Sancho Panza su fiel escudero montado en un asno y, es ese mundo perdido escrito en las páginas de los libros de caballerías que delira convertirlo en realidad y que lo enamora de Aldonza Lorenzo la bella labriega que delira como la dulce Dulcinea del Toboso y ve gigantes en los molinos de viento y ejércitos en los rebaños de ovejas pero es un mundo de bandidos y pastores de cabras y doncellas, y descubre que también él es leído y denuncia esa versión de sus azarosas aventuras en el que el verdadero Don Quijote que es él, no es el mismo de la versión apócrifa de Avellaneda. Ha delirado doncellas como princesas y posadas como castillos pero en la llegada al castillo de los Duques y ofrecérseles castillos y princesas reales y una Insula, Barataria, para que la gobierne Sancho Panza, recobra la lucidez y regresa a morir a su aldea. Ha realizado tres viajes o salidas de su aldea por la Mancha, Aragòn y Cataluña.

Esta es la fascinante historia de la primera novela moderna de la literatura universal El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616) que celebra este año su IV Centenario. Su vida azarosa lo es tanto como la de su personaje literario Don Quijote. Nació en Alcalá de Henares como el cuarto hijo del médico y barbero Rodrigo de Cervantes y de Leonor de Cortinas. En varias ciudades españolas transcurre su adolescencia y a los veinte años viaja a Roma como camarero al servicio del cardenal Acquaviva. Recorre Italia y se enrola en 1571 en la Armada Española en la que participa en la célebre batalla de Lepanto, en la que resulta herido y pierde el movimiento de su brazo izquierdo. De regreso a España es arrestado por los corsarios y llevado a Argel en donde sufre cinco años de cárcel. En 1580 es liberado por gestión de los padres trinitarios, fray Juan Gil y fray Antonio de la Bella, y a su regreso encuentra a su familia en ruinas. En Esquivias, Toledo a los treinta y siete años ha contraído matrimonio con Catalina de Salazar y Palacios de diecinueve años. Isabel de Saavedra será su única hija que tuvo con Ana de Villafranca, una mujer casada y arruinado también en su carrera militar intenta destacarse en las letras.

En 1585 publica, como ya se ha bibliografíado, su primera obra literaria La Galatea, obra pastoril en donde los personajes cuentan sus aventuras y penas amorosas en medio de una naturaleza encantada o idealizada y sin éxito incursiona en el teatro y como comisario de abastos y recaudador de impuestos marcha a Sevilla para la Armada Invencible en la que por irregularidades en sus cuentas termina en la cárcel. En 1605 publica la primera parte del Quijote a los cincuenta y siete años que comenzó a escribir en la cárcel, aunque sin certeza de sus biógrafos, pero su éxito dura poco porque nuevamente es encarcelado a causa de la muerte de un hombre delante de su casa. En 1606 regresa con la Corte a Madrid y en medio de penurias económicas se dedica a la creación literaria. En 1613 publica las Novelas ejemplares y en 1614 publica Viaje del Parnaso. Ocho comedias y ocho entremeses en 1615 junto con la segunda parte del Quijote. Su éxito literario no logró sacarlo de sus penurias económicas. Los últimos meses de su vida los dedicó a escribir Los trabajos de Persiles y Segismunda de publicación póstuma en 1617. El 22 de abril de 1616 muere de hidropesía o diabetes en Madrid en la que fue enterrado al día siguiente como se sabe, en el convento de las Trinitarias Descalzas pero hoy no se sabe el lugar exacto donde reposan sus cenizas; es el mismo año de la muerte en Stratford de William Shakespeare, sin certeza tampoco de que se llegaran a conocerse o de saber el uno del otro. Cervantes murió pobre como vivió toda su vida.

Los acontecimientos históricos, sociales y políticos de su época están signados también por la ejecución de María Estuardo en Escocia, el ataque de Francis Drake al puerto de Cádiz y la muerte del Papa Clemente VIII y Pío V; es el siglo de Carlos V y de Felipe II en España y de la Inquisición, la época de Leonardo da Vinci, Rabelais, Quevedo, Galileo, El Greco, Kepler, Baltasar Graciàn, etc; es el tiempo del Siglo de Oro en el que le corresponde vivir y ávido lector lee a Virgilio, Homero, Aristóteles, Horacio, Xenòfonte, Esopo, Gracilaso, Heraclìo, Cicerón, Juvenal, Julio César, Plutarco, Zoroastro etc. El pensamiento de Cervantes se inclina hacia el platonismo y los clásicos griegos en tanto era la escuela filosófica imperante de la España del Renacimiento, su estoicismo en las cárceles así lo demuestran; Séneca fue uno de los filósofos que más influyó en él y excomulgado en dos ocasiones por la Iglesia solicita un empleo al Consejo de Indias ya sea en Cartagena, Bogotá o Guatemala que le es negado y las dedicatorias de la novela del Quijote a duques y condes con el propósito de obtener algún patrocinio económico en tanto que vivía endeudado con los editores de sus libros son ignoradas por ellos. En 1605 llegan a América, a Cartagena de Indias y Riohacha, los primeros ejemplares de Don Quijote impresos por Juan de la Cuesta.

Los primeros géneros literarios que escribió Cervantes fueron la poesía y el teatro que nunca abandonaría. Su obra poética esta compuesta de sonetos, canciones, égoglas, romances, letrillas y diversos poemas menores que están incluidos en sus novelas y comedias, obra poética que ha sido desplazada por la enorme valoración célebre de su novela.

En su Viaje del Parnaso confiesa: "Yo, que siempre trabajo y me desvelo/ por parecer que tengo de poeta / la gracia que no quiso darme el cielo". Cervantes en su tiempo no logro ser valorado como poeta y de su regreso de la prisión estrenó varias comedias pero no fue reconocido tampoco como dramaturgo. Se resignó a ver el triunfo de Lope de Vega en su renovación del teatro en el Arte nuevo de hacer Comedias. La rivalidad entre ambos deriva del comentario hiriente de Lope sobre la poesía de Cervantes: "De poetas, no digo; buen siglo este. Muchos están en ciernes para el año que viene, pero ninguno hay tan malo como Cervantes."

Entre 1590 y 1612 Cervantes escribió una serie de novelas cortas que después más tarde reuniría en sus Novelas ejemplares y seguramente ya sabía de su universalidad cuando dice: "Yo soy el primero que he novelado en lengua castellana". En efecto, como ya está historiado, con Cervantes se inaugura la novela corta en la literatura castellana. La gitanilla, El amante liberal, Rinconete y Cortadillo, La fuerza de la sangre, La española inglesa y El licenciado Vidriera ,etc, son títulos de algunas de sus novelas cortas, de doce en total, en las que están presente la visión del amor, el humor, la ironía y la crítica social.

En 1614 apareció, como ya es historia, publicada en Tarragona una segunda parte del Quijote escrita bajo un seudónimo, Alonso Fernández de Avellaneda, que en su prólogo se descarga en insultos contra Cervantes que entonces se afana en finalizar la segunda parte que ya llevaba avanzada y utiliza el recurso literario de ridiculizar al falso Don Quijote de la versión apócrifa y en asegurar la autenticidad del verdadero Don Quijote y Sancho Panza. Cervantes llegó a conocer la verdadera identidad de su plagiario pero nunca lo rebeló, fue tal vez su venganza histórica. Sin embargo, Vladimir Navokov conjetura que la segunda parte la escribió el mismo Cervantes con el propósito de enfrentar a los personajes de su novela con los personajes de Avellaneda así como se inventó a Cide Hamete Benengeli como el historiador arábigo del que supuestamente tradujo el Quijote. En 1615 apareció la auténtica segunda parte y en 1617 se publican los dos partes juntas en Barcelona; 52 capítulos tienen la primera parte y 74 la segunda parte. Cervantes mismo señaló que la intención de escribir esta novela era hacer una parodia de los disparates de las novelas de caballerías.

Sin embargo, la obra ha admitido múltiples lecturas por parte de la critica que van desde una novela de humor, una burla del idealismo humano, hasta un canto por la libertad o la amistad o una reivindicación de la necesidad de crear utopías, etc. Muchos escritores y filósofos bellamente han escrito que Don Quijote y Sancho Panza constituyen una síntesis poética del ser humano en tanto que Sancho representa el apego a los valores materiales y mundanos y Don Quijote a los ideales más libres, nobles y universales. El suyo es un amor caballeresco sustentado en la tradición del amor cortés por eso evoca en sus aventuras el amor de Dulcinea porque en ella encuentra la fortaleza; afirman también que Don Quijote es el modelo de aspiración a un ideal ético y estético de vida que se hace caballero para defender la justicia en el mundo y desde el principio se sabe personaje literario que se propone vivir la vida como una obra de arte.

La critica literaria ha señalado igualmente que el célebre comienzo de la novela "En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme"…Cervantes quiere destacar que los hechos no ocurrieron en tierras lejanas sino muy cerca, en la Mancha, ni tampoco en tiempos lejanos, sino ayer mismo. Por otra parte, al señalar que un hidalgo llamado Alonso Quijano que pierde el juicio a causas de las lecturas de libros de caballería que como Don Quijote de la Mancha (como el mismo se ha llamado) actúa como un loco paranoico enloquecido, unos lo consideran un loco rematado, otros creen que es un "loco entreverado" es decir, con intervalos de lucidez, pero admiten que Don Quijote actúa como un loco en relación a la caballería andante pero razona con sano juicio en todo lo demás. El tema de la lucidez de los locos está presente en el periodo del renacimiento europeo que tiene como principales precursores la obra de Erasmo de Rótterdam, Elogio de la locura y el Examen de ingenios de Huarte de San Juan, obras que Cervantes conocía, como también al Amadis de Gaula, Orlando el furioso, la Celestina, Lázaro de Tormes, y Guzmán de Alfarache como precursores de las novelas de caballerías.

La influencia de Don Quijote en la literatura contemporánea es infinita: Dickens, Dostoievski, Sterne, Apollinaire, Proust, Joyce, Kafka, Poe, García Màrquez, Cortazàr, Borges etc, tienen en sus obras influencias de la narrativa cervantina. A los cuatrocientos años de su publicación, es un personaje con vida propia que se salió de la novela y se fue a cabalgar por el mundo y sigue tan vivo y presente en nuestra cultura occidental que todos llevamos un Quijote por dentro. En la historia de la literatura es uno de los pocos personajes literarios que opacaron al escritor porque su personalidad se desborda en los imaginarios del delirio de sus aventuras fantásticas. Nunca antes ni después el lenguaje literario había creado una aventura maravillosa y fascinante de un hombre poseído por el efecto diabólico de la lectura. La imagen del personaje ese "largo grafismo flaco" que señaló Foucault, es la representación estrambótica de un caballero andante de armadura y lanza que lucha contra seres imaginarios y que orgulloso de sí mismo se cree todas sus hazañas y se inventa sus glorias creadas por el delirio del amor o la locura que en el personaje son la misma pasión desbordada. La metaforizaciòn del mundo que el personaje o héroe literario crea bajo la magistral narrativa de Cervantes, es un mundo perdido en la historia pero que por la gracia, la magia, el poder y la inmortalidad del lenguaje permanece para siempre en la memoria de los hombres y de la historia como una obra maestra de la literatura universal.

Palacio de Justicia y Armero

Dos responsabilidades históricas

Veinte años después, los protagonistas directos de estos dos acontecimientos trágicos de nuestra historia tienen responsabilidades históricas de la que todavía no ha rendido cuentas ante el país, por la retoma del Palacio de Justicia a sangre y fuego por parte de los militares, tomado a su vez por un comando guerrillero y la respectiva masacre de magistrados, guerrilleros y civiles, todavía desaparecidos, y por la falta de prevención y atención de funcionarios públicos a la eminente erupción del volcán Arenas del Nevado de Ruiz que sepultó a la población de Armero, Tolima, una tragedia que ya estaba anunciada como en la crónica de García Márquez, pero que fue inexplicablemente ignorada por el gobierno local y nacional y que pudo haber evitado la muerte de más de 25 mil personas. (El volcán Galeras en la actualidad amenazaba con hacer erupción y recibió toda la atención logística que no se realizó hace veinte años en Armero, acaso porque tenemos un presidente en campaña por la reelección o porque se aprendió la lección?).

La avalancha de tierra, piedra y lodo ardiente que destruyó a Armero ocurrida días después del holocausto del Palacio de Justicia sepultó también de alguna manera las llamas del Palacio, pero veinte años después el dolor y las heridas todavía no cesan ni cicatrizan en la memoria de los familiares de las victimas y los sobrevivientes de Armero como del Palacio. Nunca antes el olvido había tenido tanta memoria en el escenario de nuestros imaginarios. La creación de una Comisión de la Verdad para investigar los hechos del Palacio es un poco tarde, pero en realidad, y de todas maneras, nunca es tarde cuando de saber la verdad y de hacer justicia se trata. Los delitos de lesa humanidad afortunadamente no prescriben. En un país del reino de la impunidad como lo es Colombia, saber la verdad y hacer justicia es una obligación moral y política, aunque paradójicamente a los protagonistas del dolor y la muerte ajena la ley de la justicia nunca llegó. El autoritarismo del poder y la desidia administrativa es increíble en un país que se enorgullece de tener un Estado Social de Derecho, pero que no es más que una oligarquía capaz de ensangrentar al país por conservar su poder.

Las impunidades históricas en Colombia son la mayor vergüenza de nuestra justicia, de un país que ha eliminado a las mentes más lúcidas de su generación en el ámbito de la política, porque se atrevieron a soñar un país e imaginar un mundo distinto. Los líderes muertos de nuestra historia más reciente desde Gaitán, Galán, Pizarro, etc, es la historia de la ignominia de un país que ha hecho de la pasión de matar su símbolo nacional. La "cultura de la muerte," instaurada en nuestro país desde la conquista, la colonia y la república. La muerte y sus rituales para mantener el orden, las instituciones, el statu quo, etc. La mayor tradición en Colombia no es la tradición de la poesía o la filosofía, es la tradición de la muerte, donde hemos hecho y hacemos la guerra para conseguir la paz.

Las palabras agónicas de ese cese al fuego del presidente de la Corte Suprema de Justicia, Alfonso Reyes Echandia, apagada por el estruendo de los cañonazos de los tanques y de los medios de comunicación por órdenes ministeriales y el silencio del presidente que se negó a pasar al teléfono, y la agonía de una niña de trece años, Omaira Sánchez, atrapada entre el agua y el fango y su posterior muerte increíble, cuatro días después, ante la impotencia de los equipos de rescate, son símbolos de dos tragedias nacionales en la que nadie al parecer es responsable y en la que veinte años después sus dolientes siguen haciendo el duelo por sus muertos. La muerte y sus símbolos ha sido una constante en nuestra cultura y trágica historia nacional.

Con respecto a los acontecimientos luctuosos del Palacio de Justicia, todavía no se ha dicho toda la verdad, los gobernantes de turno de ese entonces no han roto su silencio histórico y ya desde hace muchos años han expresado que lo harán después de su muerte a través de sus memorias, lo que hace aumentar la sospecha de que hay muchas cosas que no han sido reveladas y que seguramente no absolverá la historia. Ni la bendición y oración de un Papa, Juan Pablo II, arrodillado frente a la enorme cruz blanca de madera en la tierra volcánica que sepultó un pueblo construido entre cordilleras y ríos, sirvió para que los sobrevivientes enterrarán sin amargura a sus muertos que como en una predestinación bíblica quedaron bajo el lodo del diluvio volcánico, un pueblo convertido en un cementerio que veinte años después en homenaje a sus muertos, se quedaron esperando las quince toneladas del diluvio de una lluvia de pétalos de flores que caería sobre el campo santo de la fe religiosa, ese imaginario que ha sobrevivido más allá de la muerte. La tragedia histórica de Armero tiene la atmósfera de otra historia propia de nuestro Nobel García Márquez, donde una vez en un pueblo se extendió el rumor de que en ese pueblo iba a ocurrir algo aciago y fue tan alarmante el rumor que un día todo el mundo se fue del pueblo por temor a lo que pudiera pasar, sólo que en Armero las advertencias de una eminente erupción del volcán del Nevado del Ruiz, por un profesor de Ciencias Sociales, Fernando Gallego, fueron consideradas premoniciones que perturban la tranquilidad ciudadana que la gente lo insultaba en la calle y fue amenazado de muerte.

El juicio político que no pudieron hacer en ese entonces contra el presidente será ahora la historia la que lo haga, aunque tiene la desventaja de que si sus protagonistas no hablan, el juicio de la historia será mucho más severo y no tendrán la oportunidad de réplica, porque para entonces ya serán polvo enamorado, como diría el poeta. La memoria histórica de un país requiere de la revelación de la verdad en tanto que es la única forma de que se encuentre consigo mismo y se mire a si mismo sin dolor, porque de lo contrario no se podrá vivir ni morir en paz. La verdad completa tal vez nunca se sepa, pero cada sector de la sociedad ha construido por simple deducción o por el método de la especulación, la suya; que el incendio del Palacio fue causado por los militares o los guerrilleros, que la toma pretendía hacer un juicio político al presidente o quemar los expedientes de la extradición, que los civiles desaparecidos fueron ejecutados para no dejar testigos de lo que realmente ocurrió dentro del Palacio cuando entró el ejército con sus tanques o murieron calcinados, que algunos magistrados fueron muertos por el ejército dentro del fragor del enfrentamiento, que hubo financiación de los narcotraficantes para la realización de la toma, etc.

La verdad histórica sobre los hechos del Palacio ha originado muchas versiones porque sus protagonistas directos no han dicho toda la verdad, aunque como ya lo dijo alguien, en la guerra la primera en ser dada de baja es la verdad y una mentira repetida muchas veces termina convertida en una verdad histórica. La verdad de los civiles desaparecidos, del control del poder civil o militar de la toma, del posible golpe del estado, del incendio del Palacio, del juicio político al presidente o la quema de los expedientes de los extraditables, de la participación en la financiación de la toma por la guerrilla de los narcotraficantes etc. La historia oficial no puede ser la historia de los vencedores o los vencidos porque la verdad oficial de los vencedores es tan sospechosa como la verdad oficial de los vencidos, aunque aquí no hubo vencidos ni vencedores, ni ganó la democracia porque no hubo diálogo ni negociación, ni las instituciones porque la Corte Suprema de Justicia fue incendiada con sus magistrados, ni el ejército porque se fracturó la tradición civilista de la sociedad, ni la guerrilla porque vieron morir a sus hombres y mujeres, ni la dignidad de la patria porque está manchada con la sangre de la impunidad de sus muertos.

A pesar de que lo ocurrido en Armero fue un fenómeno de la naturaleza como es la erupción y deshielo del volcán del Nevado del Ruiz, donde sin embargo no se previeron los dispositivos de seguridad y evacuación a tiempo que hubiera disminuido la dimensión de la catástrofe, y en el Palacio de Justicia haberse llevado a cabo una acción político-militar guerrillera que sus exmilitantes han calificado como un error histórico, pero que la posibilidad de diálogo y negociación hubiera evitado el holocausto, las responsabilidades históricas son ineludibles veinte años después. (Al cierre de la escritura de este artículo la Fiscalía General de la Nación ha llamado a declarar al expresidente Belisario Betancur y sus exministros de la época por los hechos del Palacio de Justicia, tal vez ahora comience a saberse toda la verdad, aunque también se tienen dudas por el testimonio que puedan rendir; el expediente de su declaración de hace diez años misteriosamente desapareció).

.LEY DE JUSTICIA Y PAZ: Una política para la desmovilización y la reinserción en Colombia.

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