"Las partes de la psique de las personas
se distancian de la conciencia
y llevan una vida autónoma propia"
Carl Jung
Desde el momento en que somos concebidos comenzamos a
ser depositarios de las expectativas de los demás de sus
prejuicios, de sus valores y sus creencias. Durante toda la
gestación nuestros padres nos hicieron destinatarios de
sus anhelos y sueños, nos imaginaron y en sus mentes
modelaron.
Al nacer comenzamos a recibir mensajes cada vez
más explícitos y nos iniciamos en el conocimiento
de cómo se esperaba que fuéramos.
Al crecer el bombardeo de mensajes aumentó de
acuerdo a la ampliación de nuestro interrelacionamiento.
Entonces además de nuestros padres cuentan nuestros
amigos, maestros, vecinos etc.. Toda persona que contactamos a
través de su aprobación o desaprobación, sus
silencios o palabras nos enviaban un mensaje –el cual
muchas veces captamos a nivel inconsciente-.
Cuando adultos recibimos también mensajes de los
medios de comunicación, los cuales nos "venden" una imagen
de cómo debemos vestirnos, hablar etc.,que de a poco nos
va encasillando en actitudes y formas de conducta que se
contradicen con nuestro propio ser, lo cual nos lleva a auto
generar nuestros propios mensajes que nos enviamos constantemente
diciéndonos como debemos ser o no ser; hacer o dejar de
hacer, hasta que nos vamos convirtiendo en quién no
somos.
Estos mensajes con el correr del tiempo se nos van
cristalizando en nuestra mente y son el mayor impedimento para
cambiar nuestra auto-imagen , crecer y desarrollarnos como seres
humanos en evolución.
En efecto la principal causa de nuestros fracasos en los
intentos emprendidos hasta hoy radica en que no hemos intentado
llegar a nuestro Ser Natural, sino que apuntamos a la imagen que
tenemos grabada de cómo "debemos" ser, y "siendo quienes
no somos" nos hemos condenado al fracaso la frustración y
el desaliento.
El perseguir nuestra imagen nos ha ido alejando del
conocimiento de nosotros mismos, de quienes en realidad somos.
Nuestra auto-imagen tiene un porqué y un para qué:
el primero se relaciona con los mensajes que recibimos desde que
nacemos. Tengamos en cuenta que vivimos en una sociedad
estereotipada y rígida que establece claras normas
relativas a como debemos pensar, lo cual nos hace "actuar" en
consecuencia y nos vamos creando una "personalidad" que es la que
nos hace aceptables o indeseables. El para qué tiene que
ver con nuestra necesidad de pertenencia, es decir poder
integrarnos a determinados grupos sociales.
Desde pequeños realizamos titánicos
esfuerzos por adaptarnos a la imagen que nos mostraron como
adecuada, de adultos nosotros mismos proseguimos con la
tarea.
El ejemplo más claro que podemos tener de todo
esto está implícito en una novela de Oscar Wilde,
"El retrato de Dorian Gray", donde nos cuenta la historia de el
cuadro de un hermoso joven que está colgado sobre una
pared en la habitación de una elegante
mansión.
Mientras el retrato continúa en su lugar el
muchacho poco a poco va adquiriendo un carácter
reprehensible, eventualmente el retrato es almacenado en el
ático; mientras que la personalidad del joven cambia y
empeora. Lo más extraño es que nunca envejece; al
final de la historia sube al ático y descubre que su
retrato ya no representa más al joven apuesto que
él era sino más bien a un viejo con cara de
monstruo.
Nunca se había mostrado en su fisonomía
toda la fealdad de su personalidad, pero había almacenado
misteriosamente los rasgos negativos en el retrato durante todos
aquellos años. El ver esto le produce un shock en el que
cae al suelo y muere; entonces extrañamente la pintura
reasume la hermosura de sus días de juventud mientras que
la cara del cadáver asume la apariencia horrible
representada anteriormente en el retrato.
Las realidades de la psique humana han existido desde
tiempos inmemoriales. Personalidad tiene su etimología en
la palabra "persona" que es el nombre de las grandes
máscaras talladas en madera que usaban los actores
greco-romanos. La expresión latina personare significa
"sonar a través de"; además de identificar en la
obra a los buenos y a los malos servía a modo de
magnetófono primitivo para hacer llegar la voz de los
actores hasta las gradas más altas del
anfiteatro.
La diferenciación del ego-conciencia da origen a
la persona, según un determinado carácter
desarrollado y de su actitud hacia el mundo exterior; la persona
constituye una especie de puente entre el "Yo Soy" y el mundo
exterior. Según Jung es un complejo funcional que ha
emergido en la existencia por razones de adaptación o
conveniencia personal, pero no es de ninguna manera
idéntica a la individualidad y concierne exclusivamente a
la relación con los objetos exteriores.
Entonces podemos decir que es un compromiso entre
individuo y sociedad en cuanto a lo que un hombre debería
aparentar ser, por tanto se puede afirmar que la "persona" es un
compromiso entre lo que la sociedad espera de nosotros y nuestra
propia identidad personal –o sea quienes somos
realmente-.
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