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Análisis lingüístico de un texto de Dulce María Loynaz (página 2)



Partes: 1, 2

La obra publicada por Dulce María Loynaz comprende varios libros de poesía: Versos 1920-1938, Juegos de agua, Poemas sin nombre, Obra lírica, Últimos días de una casa, Poesías escogidas y Bestiarium. Su novela Jardín, logro literario de primer orden, fue publicada en 1951; dos años más tarde publicó Carta de amor a Tutankamen. Su libro Un verano en Tenerife, editado en 1958, es un libro de viajes que le valió que una calle de esa isla fuera bautizada con su nombre, y es una de las obras más importantes de cuantas se hayan publicado sobre las Islas Canarias.Dulce María, con la cubanía señorial que la caracterizaba, vivió su existencia en la atmósfera recogida de un jardín. Ese jardín real, rodea una casa de El Vedado (hoy Centro Dulce María Loynaz), el barrio de La Habana que la vio nacer, en el que pasó casi la totalidad de su vida y donde fuera visitada por ilustres personalidades hispanoamericanas en épocas sucesivas. Además deltítulo de su única y lírica novela, Jardín es emblema del mundo imaginario en que se desenvuelve la obra poética de Dulce María, obra en la que germinan las semillas de la memoria, proliferan las flores nocturnas del sueño, se entrelazan las lianas del sentimiento y, a veces, acallando el drama apenas presentido, una mística calma se adueña de todo y se abisma en el abrazo del ser con los otros, con la naturaleza, con los objetos. "El poeta –decía– dura lo que dura la juventud del cuerpo"."Un poeta es alguien que siempre va más allá del mundo circundante –decía Dulce María- y más adentro en el mundo interior". Tal vez, por ello se quería recluir en el silencio del estanque:"Yo no quisiera ser más que un estanque / verdinegro, tranquilo, limpio y hondo. / Uno de esos estanques / que en un rincón oscuro / del silencioso bosque, / se duermen a la sombra tibia y buena / de los árboles".DESARROLLO

ARPA

Para Margarita y su arpa:

dos arpas

¿Quién toca el arpa de la lluvia?

Mi corazón, mojado, se detiene a escuchar

la música del agua.

El corazón se ha puesto

a escuchar sobre el cáliz de una rosa.

¿Qué dedos pasan por las cuerdas

trémulas de la lluvia?

¿Qué mano de fantasma arranca

gotas de música en el aire?

El corazón, suspenso, escucha:

La rosa lentamente se dobla bajo el agua

El tema del poema son las emociones que despierta el sonido de la lluvia, pero junto a él se insertan otras ideas tales como la indagación filosófica sobre la existencia de Dios: la comparación entre el sonido de un arpa real y el la lluvia, el arpa de la naturaleza.

A partir del tema 1 ¿Quién toca el arpa de la lluvia? , se produce el rema 1 Mi corazón, mojado, se detiene a escuchar la música del arpa, y así sucesivamente se va produciendo una progresión de tema de carácter lineal hasta el rema 6, final, La rosa lentamente se dobla bajo el agua…

Es un poema intimista que refleja las emociones y los sentimientos del sujeto lírico femenino ante la lluvia. Hay melancolía, recogimiento espiritual, añoranza por, quizás días de finísimos conciertos, o por alguien que ya no está. Es evidente la comparación entre el armonioso concierto que es la lluvia y el sonido del arpa. El ambiente es casi mágico-onírico. ¿Qué mano de fantasma arranca gotas de música en el aire? ¿Alguien que ya no está y que es recordado por la asociación de sonidos arpa / lluvia?

El sujeto lírico femenino queda suspendido, callado, ante el maravilloso sonido proveniente de la naturaleza que también le hace recordar al, para ella, creador universal.

El estilo del texto es artístico-literario, el subestilo, poesía. La estrofa consta de once versos libres.

El empleo de adverbios interrogativos provoca una cadencia peculiar entre las preguntas y la respuesta. Contribuyen también al ritmo, la repetición a modo de eco léxico (anáfora) de sustantivos tales como arpa, corazón, lluvia, escuchar, (sustantivo verbal), música, rosa, agua.

La acentuación de vocablos (agudos, llanos y esdrújulos) al principio y al final del verso: Mi corazón, mojado, se detiene a escuchar la música del agua

El esquema fónico es:

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En el texto aparecen elementos cohesivos prospectivos con valor anafórico

Interrogación: ¿Quién toca el arpa de la lluvia?

Metáforas: arpa de la lluvia, música del agua, las cuerdas trémulas de la lluvia, gotas de música en el aire, todas, grupos sintácticos nominales (sustantivo, preposición y otro sustantivo) usados para lograr poesía en el texto.

Prosopopeya: Mi corazón, mojado, se detiene a escuchar… y aquí sería bueno detenernos en el adjetivo explicativo mojado que hace pensar en que el recuerdo que le trae la lluvia ( la música del arpa) ha conmovido tanto el corazón de la poetisa – lleno de la aridez de la vida – que lo ha colmado de una humedad benefactora. También es significativamente paradójico el verso

Mi corazón se detiene a escuchar la música del agua.

Y se reitera la prosopopeya como recurso poético: El corazón se ha puesto a escuchar (perífrasis verbal) sobre el cáliz de una rosa. Este último sustantivo aparece junto a agua como elemento marcadamente estilístico en la obra poética de Dulce María Loynaz (no olvidemos que entre sus poemarios se encuentran Juegos de agua y Versos del agua y del amor)

Aquí se produce un elemento cohesivo prospectivo con valor catafórico: La pregunta que ¿obtiene respuesta?:

¿Quién toca el arpa de la lluvia?

¿Qué dedos pasan por las cuerdas

trémulas de la lluvia?

¿Qué mano de fantasma arranca

gotas de música en el aire?

La respuesta metafísica sería un sujeto indeterminado, pero sobreentendido tratándose de la Loynaz (Dios), quien a su vez hace una sutil comparación entre el concierto que ofrece la mano del creador a través de la lluvia y las de la arpista en su recuerdo, sin embargo gramaticalmente el sujeto de todas estas oraciones es cada uno de los pronombres interrogativos usados por la autora.

El corazón, suspenso, escucha: (nuevamente una prosopopeya)

La rosa lentamente se dobla bajo el agua… ¿Es ella la rosa humilde sobrecogida ante la magnificencia de la naturaleza? Los puntos suspensivos indeterminan, dejan flotando el misterio, añaden enigma que se prolonga como eco, y constituyen un recurso marcadamente estilístico en la obra de la Loynaz (ej. La balada del amor tardío)

 A Dulce María Loynaz se le ubica cronológicamente en la generación de poetas que comenzó a producir su obra en la década de los años 20. Considerada por estudiosos de la literatura cubana como la máxima exponente del intimismo posmodernista, su expresión lírica ha plasmado con sencillez y eficacia los temas esenciales del hombre. Con mano maestra logró conjugar lo universal y lo cubano, y su poesía constituye muestra excepcional de señorío idiomático y autenticidad expresiva. Su literatura y sus viajes van marcando su vida.

Al decir de Max Enríquez Ureña en 1954, «Dulce María Loynaz trae consigo una nueva sensibilidad. En sus versos la realidad y la fantasía suelen entrelazarse y confundirse a tal grado, que a veces resulta imposible marcar una línea divisoria entre las dos (…)»( Enríquez Ureña, Max : 1954)

Su personalidad poética, siempre presente en España y ampliamente conocida en el mundo de nuestra lengua, se apoya fundamentalmente en su creación propiamente lírica. Poesía fuerte, aunque delicada, intensa y nada retórica, desnuda de alma y de palabras, escrita con gran sensibilidad en la que la naturaleza ha estado siempre presente como podemos apreciar en su poema Arpa publicado en el libro Juegos de Agua por la Editora Nacional. Madrid. 1951.

De Juegos de agua, en un sentido didáctico, se comenta, que es el libro de unidad perfecto, en el que un tema inicial da origen a un poema escrito en sucesivos momentos, vendimiadores de diversos estados emocionales, ante un sostenido motivo estético. Este motivo-tesis es el agua y ha dado raíz y flor a la duda, la añoranza, la rebeldía, la tragedia, con las más definidas y precisas expresiones poéticas en prosa y verso.

Aunque no se hace alusión específica en ninguna bibliografía consultada, por la naturaleza del poema y el tema que trata, es muy posible que la Loynaz lo escribiera desde su jardín ya que constituye la evocación lírica de una vida, de la sensibilidad femenina que vive dentro de la poetisa, para reaccionar intensamente lo mismo a los impulsos del corazón que a los conmovedores tránsitos de un ave, de una rosa, de una sierpe de agua.

En el poema Arpa la palabra, con su carga semántica, nos conmueve por su profundidad y aparente sencillez; el tono filosófico, un engarce perfecto entre razón y sentimiento, y el impecable manejo del idioma, ajeno a rebuscamientos y facilismos de esta voz, personalísima y sui géneris dentro de la poesía hispana. En los poemas nacidos desde su jardín –lugar donde recurre por voluntaria reclusión-, sentimos plenamente el espíritu de la poesía de Dulce María Loynaz, evocaciones, introspecciones, memorias. Muchas de sus composiciones tienen no solo un valor antológico, sino como una nueva tonalidad de la vida. En Arpa Dulce María Loynaz nos retiene con su contenida angustia, con su timidez espiritual, tan llena de misterios como una fantástica galería de ensueños apremiantes. En él la naturaleza es fundamental, no como motivo puramente descriptivo sino por los estímulos que ella suscita en el orden espiritual. La lluvia, el arpa, la música, el agua, las rosas le sugieren reflexiones, comparaciones, imágenes de gran eficacia poética.

La vida de Dulce María Loynaz, transcurre como ella misma la define:

…mi vida entera puede pasar por el rosario pues aunque ha sido ciertamente

una vida muy larga, me fue dado vivirla sin premuras, hacerla fina como un hilo de agua…

CONCLUSIONES:

Con evidente economía de recursos y sencillez Dulce María Loynaz logra una obra de perfecto acabado poético.

En una entrevista que le hiciera la periodista norteamericana Margaret Randall sobre el ejercicio de su poética respondió:" Yo pienso que mi condición de mujer se refleja en mi poesía. Por completo. Las mujeres escriben como mujeres y los hombres como hombres. Existen poemas escritos por mujeres que los hombres no podrían escribir y poemas  escritos por hombres que las mujeres no podrían escribir." (Randall: 1992)

 Para referirse a la excelsa poetisa, el destacado escritor cubano Miguel Barnet hizo una caracterización muy bella y exacta en 1991:

"Una mujer sobre la que gravita la figura de su padre, el General. Una mujer que ha vivido casi todo el siglo con la satisfacción de haber marcado con sus huellas digitales las gibas de los camellos y las pirámides de Egipto. Una mujer que amó sin cordura a Tutankamon y que le dio de comer al fantasma de la ópera. Una mujer que le cantó a un río raquítico de aguas turbias con la misma vehemencia que Goethe le hubiera cantado al Rhin. Una mujer que tiene a su país tatuado en la palma de su mano, que es dueña de la memoria de toda una generación. Una mujer que es un laberinto donde todas sus sombras cobran vida. Una mujer sola en una casa llena de recuerdos y de quien todo el mundo habla como si no existiera. Una mujer en una casa con puertas. Una mujer que existe, puesta de pie sobre su época, y que ha tenido el privilegio de convertirse en una mujer que no existe. Una mujer directa como una bala y esquiva como un pez. Una mujer enigma, una mujer espejo, una mujer con un látigo en una mano y una rosa en la otra. Una mujer que ha dejado para la literatura del continente las páginas más limpias del castellano. Una mujer donde todos los abolengos de la patria se funden, pólvora y canto. Una mujer en su jardín. (…) Una mujer cuya voz es el silencio. En sus ojos desfilan los ojos del mundo. Aunque ella no lo quiera esta mujer no estará más sola, no va a morir." (Barnet, Miguel: Prólogo a la edición de Bestiarium)

BIBLIOGRAFÍA:

– Álvarez Cruz, Luis, et. al. Poesía Completa. Editorial Letras Cubanas. La

Habana. 1993.

– Barnet Miguel: Prólogo a la edición de Bestiarium

Enríquez Ureña, Max: Ensayos críticos. La Habana 1954

– González Castro, Vicente. Un encuentro con Dulce María Loynaz. Ediciones

Artex / Prelasa. La Habana. 1994.

– López, César. Poemas Náufragos. Editorial Letras Cubanas. La Habana. 1991

– López, César, et. al. Canto a la mujer. Ediciones Hermanos

Loynaz. La Habana. 1993.

– Loynaz, Dulce María, Juegos de Agua. Editorial Nacional Madrid.

– Martínez Malo, Aldo, et.al. Confesiones de Dulce María Loynaz.

Ediciones. Hermanos Loynaz. La Habana. 1993.

– Simón, Pedro. Bestiarium. Ministerio de Cultura y Unión de Escritores y

Artistas de Cuba. La Habana. 1991.- Yañez, Mirta. Álbum de poetisas cubanas. Editorial Letras Cubanas. La

Habana, Cuba. 2002.

– Yarza, Pálmenes. Juegos de Agua. Editora Nacional. Madrid. España. 1951.

TRABAJO FINAL DE LINGÜÍSTICA DEL TEXTO

PROFESORA: Dra. ALICIA TOLEDO

 

 

Autor:

María Elena Ramos Yervilla

Lily Saracho

I.S.P. "Enrique José Varona"

CURSO ESCOLAR 2008-2009

Partes: 1, 2
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