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La Cultura Popular venezolana, como elemento de Identidad Regional (página 2)



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Revelar los rasgos de la cultura popular venezolana no ha sido una práctica habitual, la concepción elitista de cultura le ha hecho mucha oposición al abordaje de lo tradicional, considerándose desde la academia otras manifestaciones del arte de mayor reconocimiento. Este aspecto tiene un marcado carácter clasista si partimos de que lo popular es lo que caracteriza grandes masas humanas. El interés creciente por la cultura popular ha tenido impactos significativos en los últimos años, asociado a un cambio en la concepción del sistema político.

Actualmente se desarrollan diferentes estudios y discusiones acerca de la Cultura Popular Tradicional en Venezuela, esto se debe a la promoción, el valor y su reafirmación, que ha sido impulsado en primera instancia por la consolidación y reagrupación de diferentes movimientos de expresiones culturales y, en segundo lugar, a las nuevas políticas que apoyan estos grupos. Comprender la cultura de un pueblo supone captar su carácter normal sin reducir su particularidad. (Geertz, 2003, p 27). Por otro lado existe la preocupación de mantener y defender las tradiciones populares, en contraposición a la amenazante invasión de culturas foráneas, se trata de analizar algunos aspectos que han incidido negativamente en la reafirmación de la cultura popular tradicional. Entre estos ha cobrado mucha fuerza en nuestros días la avasallante globalización, cuyo impacto en el desarrollo de la cultura popular tradicional ha sido muy considerable. Giddens y Hutton (2001) en este sentido sostienen lo siguiente: la "globalización cultural", muchas veces, no es más que sinónimo de americanización. Creadas por las mentes cocainómanas de los productores de Hollywood, las películas de Estados Unidos se han convertido en la plasmación de sueños universales: empalagosas, sentimentales, violentas y pornográficas, llenas de gente hermosa y finales felices en los que el bueno siempre gana y Estados Unidos, también. Este batido mental se esparce por encima de las fronteras, las culturas y las lenguas, y da un toque de Disney a todo lo que encuentra a su paso. Da la impresión de que hace falta ser Talibán para resistir. (Pág. 269). Este consumismo encuentra su lugar de operaciones en los países capitalistas de todo el mundo, pero Latinoamérica es la región que enfrenta el flagelo con mayor peligro, esto se debe a que existen poderes económicos y políticos serviles al imperio, quiénes a la vez controlan el poder mediático. "Muchos son los que aquí se inquietan, se indignan y se revelan frente al mundo tal como es, al mundo creado por los poderes económicos y políticos. Esos poderes, encarnados durante tanto tiempo por las figuras engañosas de galanes se serie B, hoy han tomado el rostro mezquino y cerrado de Bush". Pierre Bourdieu, 4 de Abril 2001. (Cumbre de los Pueblos Québec).

A través de los medios de comunicación se controlan las masas, con información, que generalmente, no es real y que distorsiona la conducta del individuo. Este flagelo es acompañado por la implementación de políticas liberales que conllevan a la ruina a los más débiles y a la acumulación de grandes riquezas a los que ostentan el poder, a este respecto Bourdieu 2003. Señala lo siguiente: 儥 hecho, frente al liberalismo salvaje, que no es defendido en su forma extrema más que por los economistas de Chicago, lugar también de unote los guetos más siniestros de mundo contemporáneo.

(Pág. 91).

Es de suma importancia concienciar la población ante el inevitable "nuevo orden mundial", no podemos estar aislados del proceso que en cierto modo, el buen uso de sus aportes son de mucha importancia para el desarrollo de la ciencia en general. Lo que debemos es aprender a convivir con él.

Venezuela no es excepción de los impactos de la globalización. Permanecen productos enlatados, con un ropaje que nada tiene que ver con las autenticidades de nuestros pueblos. La moda, el cine, la música, los ambientes arquitectónicos, por sólo citar, siguen marcando diferencias en los estilos de vida del venezolano común. Venezuela se debate entre la tradición y la modernidad.

Unido a lo señalado, encontramos en Venezuela una diversidad de expresiones culturales que con marcada influencia africana, que han sido muy difundidas y estudiadas, tales como la Parranda de San Pedro, (Estado Miranda), la Parranda de San Juan, (Estados Miranda, Vargas, Aragua, Carabobo y Yaracuy), Tambor Veleño (Estado Falcón), Chimbángueles de San Benito, (Estados Zulia, Mérida y Trujillo, El Tamunángue de San Antonio, (Estado Lara), Calipso del callao (Estado Bolívar), por nombrar algunas; sin embargo, existe un gran número de manifestaciones de la cultura popular que no han sido objeto de investigación y, a la vez, son muy poco difundidas, por lo que se sabe poco o nada de ellas. Es muy necesario estudiar dichas manifestaciones a fin de darles el realce que se merecen en honor a quienes una vez crearon y recrearon estos conocimientos en situaciones, en muchos casos, adversas, dando así inicio al nacimiento de una nueva raza autodeterminada, a la vez que luchaban por un lugar más justo y más libre.

Estas luchas de nuestros antepasados por mantener vivas sus manifestaciones fue solo escrita en la memoria colectiva de los autores y actores del hecho cultural y ha sido transcrita a las demás generaciones de forma oral, solo a través de la palabra y se mantuvo por siglos viva y en muchos casos todavía se mantiene, esa manera de aprehender de nuestros antecesores todo cuanto involucra la cultura del grupo, ha sido una forma de supervivencia digna y un legado que fue pasado de una generación a otra. De modo distinto ciertos grupos no han podido mantener intacta sus costumbres por diversas razones, resulta evidente entonces que encontramos sociedades que han dejado en desuso éstas costumbres y asimilan otras. En este orden de ideas citamos a Durkheim (2000), donde señala lo siguiente: Esto es especialmente evidente acerca de las creencias y prácticas que no son transmitidas completamente (proceso denominado como enculturación) formadas por las generaciones anteriores; las recibimos y las adoptamos porque, siendo a la vez una obra colectiva y una obra secular, acciona el peso de los factores sociales lográndose una internalización de la norma. Están investidas de una particular autoridad que la educación (en su sentido amplio) nos ha enseñado a reconocer y respetar (Pág. 27).

Desde el orden jurídico, el estado venezolano ha estado promulgando un conjunto de leyes encaminadas a legitimar lo más valioso de la cultura popular; a hacer de la cultura, un bien patrimonial de todos los venezolanos. De esta forma, es una respuesta ante las amenazas de un mundo globalizado, que intenta subsumir a las culturas populares de los pueblos y naciones. En este sentido, se hace necesario citar algunos fundamentos legales que contempla la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela; en su capitulo VI. De los derechos culturales y educativos contempla:

Articulo 99. Los valores de la cultura constituyen un bien irrenunciable del pueblo venezolano y un derecho fundamental que el Estado fomentará y garantizará , procurando las condiciones, instrumentos legales, medios y presupuestos necesarios. Se reconoce la autonomía de la administración cultural pública en los términos que establezca la ley. El Estado garantizará la protección y preservación, enriquecimiento, conservación y restauración del patrimonio cultural, tangible e intangible, y la memoria histórica de la Nación. Los bienes que constituyen el patrimonio cultural de la Nación son inalienables, imprescindibles e inembargables. La ley establecerá las penas y sanciones para los daños causados a estos bienes.

En cuanto a las culturas populares la misma carta magna establece lo siguiente en su artículo 100.

Las culturas populares constitutivas de la Venezolanidad gozan de atención especial, reconociéndose y respetándose la interculturalidad bajo el principio de igualdad de las culturas. La ley establecerá incentivos y estímulos para las personas, instituciones y comunidades que promuevan, apoyen, desarrollen o financien, planes, programas y actividades culturales en el país, así como la cultura venezolana en el exterior. El estado garantizará a los trabajadores y trabajadoras culturales su incorporación al sistema de seguridad social que le permita una vida digna, reconociendo las particularidades del que hacer cultural, de conformidad con la ley.

Orígenes de la cultura popular tradicional en Venezuela

Es necesario establecer claramente de qué se trata cuando se habla de lo popular – tradicional; en este sentido Aretz (1975) afirma que: Abarcamos bajo el rubro de cultura oral tradicional, toda la cultura no aprendida por medios académicos o por los medios de comunicación de masas; es decir, toda la cultura autóctona de los pueblos. (Pág. 199).

En este sentido, lo que podríamos llamar cultura popular tradicional es el producto de la mezcla de una serie de hechos, creencias, usos y costumbres aportados por cada uno de los grupos étnicos. Asimismo hay que conocer los pueblos existentes, los trasladados a este continente; las variaciones de los contingentes étnicos según las épocas; hay que percibir como se desarrollaron los procesos de adaptación a una nueva sociedad para comprender mejor los efectos que esas sujeciones hayan provocado en la metamorfosis o la supervivencia de tal o cual rasgo cultural. Salazar (2003) refiere: El legado histórico cultural definido a partir del período de contacto (1492) que se dio entre las culturas europeas, como forma dominante, y las aborígenes americanas, como sometidas, fue notablemente enriquecido por otras culturas provenientes de pueblos marginados. (Pág.15).

Por otra parte en los años setenta del siglo XX, cuando se hablaba de cultura popular, ésta se planteaba como una concepción que de alguna manera le hacia frente a todo el enorme proceso de alienación que se estaba viviendo.

No existe una manifestación que sea pura en Latinoamérica, por cuanto la suma de varias culturas dio como resultado el sincretismo existente en las sociedades latinoamericanas. De la cultura africana se recibió la fuerza, el ritmo erótico y salvaje de sus ritos; del indígena, su astucia, su apego a la tierra, su confianza en la naturaleza; del europeo se impuso su religión, su idioma, algunas costumbres elitescas, y patrones urbanísticos, entre otros. Pretender conocer nuestra cultura negando el verdadero aporte de uno de sus integrantes étnicos es querer mal conocerla.

En este orden de ideas, se puede decir que nuestra cultura mestiza sobrevive y persiste en la idea de un pasado, un presente y un futuro en común, y por esto se lucha para lograr dignidad, reafirmación, identidad y reconocimiento de la autodeterminación de los pueblos.

La cultura popular tradicional se presenta como un símbolo de
lucha, de resistencia, de dolor, de alegría, de religiosidad, de fiesta,
de sabiduría de los pueblos que unidos mantienen la estirpe y el reconocimiento
de su lugar de procedencia con vínculos originales y elementos críticos
que apoyan intereses comunes.

Origen de las Parrandas en Venezuela

El encuentro del europeo con las culturas del "nuevo" continente, produce un holocausto jamás visto en estas tierras de gracia. Las primeras cinco décadas bastaron para el etnocidio total en las Islas del Caribe y Costas del Continente. Con la exterminación del aborigen y la calificación de "flojos" y "holgazanes" a los pocos que quedaban, surge la necesidad de importar mano de obra fuerte y apta, a este respecto García (1995), afirma que: A mediados de la primera mitad del siglo XVI el célebre sevillano Fray Bartolomé de las Casas propone a la corona española importar "negros" de África, para frenar la acelerada desaparición de los pocos indígenas que quedaban y así, cubrir la falta de mano de obra necesaria para suplir la demanda de productividad en las colonias hispanas. (Pág. 7)

La presencia africana en América no sólo fue el traslado de grupos para cubrir las necesidades de mano de obra, este traslado obligado también trajo consigo una gran diversidad cultural que se mantiene vigente hasta nuestros días. Salazar (2003) relata lo siguiente: De ese encuentro, contingente, apasionado y único- entre tres mundos, América, África y Europa– quedaron los sonidos nuevos de una sangre altiva que sed formó en el Nuevo Mundo, y se sembró en Europa entre los cantos y danzas del regreso, con otros valores sociales, de profunda raíz tradicional, al ser aprendidas por los conquistadores en contacto vivencial con las culturas aborígenes y afroamericanas. (Pág.15). La condición innata del hombre por ser libre no se hace esperar, la cual da origen a las rebeliones, fugas, alzamientos y todo tipo de manifestaciones a fin de obtener una ansiada libertad. García (1995), dice que: La contribución de los Kongos a los procesos libertarios del continente americano está aun por estudiarse para hacerle justicia a los innumerables hombres y mujeres que empujados al calvario del "Nuevo Mundo", supieran tomar aliento y recobrar su libertad. (Pág.125).

Para los comienzos del siglo XVII en la Venezuela colonial, el cimarronaje, como fenómeno socio-cultural en todas sus manifestaciones, fue consustancial a una sociedad cimentada en relaciones sociales esclavistas. En este sentido De Pestre, citado por Blanco Sojo (1991), relata que: La cimarronera fue un fenómeno precoz de desombificación y de búsqueda de identidad, fue un esfuerzo colectivo e individual de conocimiento y de toma de sí, un retorno apasionado al centro más refrescante y "negro" de sí para protegerse de la insolación "blanca". (Pág. 44). El término cimarrón en principio, fue utilizado para referirse al ganado que se alzaba en La Española y poco después se le aplicaba a los indios que habían escapado de los españoles. Vivían trabajando la tierra y quien se negara a ello era expulsado de su comunidad, vivían libres de la tiranía de sus amos en: Cumbes o Quilombos, que significa en lengua africana refugio; Macambo, que en lengua Amdabú significa madriguera, choza o escondrijo; Palenque, aldeas rodeadas de estacas muy fuertes; Mombices, que significa guarida o refugio; Rochelas y Patucos. En todos estos lugares los cimarrones podían desarrollar una nueva vida, no exenta por supuesto de amenazas.

Es entonces, en los lugares más apartados y prácticamente inaccesibles de pueblos y haciendas, donde los esclavos huidos instalaron primero la cimarronera y luego los Cumbes o pueblos de huidos. Lodares, citado por Acosta Saignes (1967), señala: Los españoles, mulatos y negros libres que anduvieron fugitivos por los montes habían agravado el problema de los cimarrones, pues ya no solamente huían los esclavos, sino aún españoles e indios para gozar de los beneficios que el contrabando podría producirles; factor éste que contribuyó a que se multiplicasen los hombres. (Pág. 265). Una de formas más comunes de estas huidas era aprovechar cierta libertad que tenían los esclavos para celebrar fechas santorales en el proceso de evangelización impuesto por la Corona. García (1995), cita declaraciones de un esclavo, según Archivo General de la Nación, dice que:

Joseph Francisco, luego de una incesante flagelación de su espalda a causa de los sablazos que caían como rayos en sus espaldas, dijo en sus declaraciones que se iría con ellos, y que el día de corpus, después de la misa en la puestilla del cementerio del pueblo de Guarenas les había dicho Miguel a los esclavos de San Pedro y Patuco y a los de Don Martín Isturíz y les dijo para salir el día de San Juan a la plaza de Guarenas a pedir su Libertad. (p. 146).

Ese mismo proceso de evangelización trajo como consecuencia la fusión de diferentes creencias de las culturas involucradas. El producto resultante de este sincretismo está representado en las diferentes manifestaciones mágico-religiosas en las cuales se festejaba y se brindada culto a deidades africanas, cristianas e indígenas por igual; de esta mezcla surge una nueva práctica religiosa muy diferente a la que conocía Europa y el resto del mundo. La iglesia se vio obligada a aceptar dichas prácticas, consideradas paganas, por el interés de evangelizar a negros e indios. Es así como nacen las cofradías, para preservar y ganar adeptos y las parrandas para festejarlas.

La parranda de los negros kimbánganos. Sus principales rasgos como expresión de la cultura popular

La Fila Maestra se encuentra situada en el centro de Venezuela, en las últimas estribaciones de la cordillera de la costa, son elevaciones hasta de dos mil metros cuyas vertientes dan al mar Caribe (norte) y al río Orinoco (sur), su cima divide los estados Guárico (sur) y Miranda (norte), a lo largo de este limite se encuentran diversos caseríos, tales como: El guapito, Guayabal, Colorado; Batatal, Río negro, Los cantiles y La cubanera, en los cuales nace la manifestación estudiada.

La Parranda de Negros Kimbánganos de la Fila Maestra, según los datos aportados por los informantes claves, revela que dicha parranda tuvo su comienzo en la época de la esclavitud que trajo por consiguiente el fenómeno político del cimarronaje, dicho sea de paso, éste fenómeno poco se ha reseñado en la historia venezolana a pesar de los aportes que dichos movimientos dieron a los procesos de formación de la nación y de su independencia. Acosta Saignes (1967), dice que : en los siglos XVII y XVIII partidas de negros y mulatos libres, incluso indígenas y españoles se encontraban (arrochelados) y causando desórdenes cerca de las haciendas de Caucagua, Tacarigua, Mamporal, Río Chico, El Guapo, Capaya y Curiepe. (Pág. 282). Estas haciendas que luego se transformaron en pueblos del hoy estado Miranda se encuentran situados al pie de la cordillera antes mencionada por lo tanto para ese entonces los lugares más apartados se encontraban hacia el sur ya que al norte daba con las feroces aguas del mar caribe.

La Fila Maestra, debido a su ubicación geográfica y exuberante
vegetación, se prestó para servir de refugio a los cimarrones
en la época de la Colonia, ella les brindaba protección y alimentación,
donde comenzaron a construir sus nuevas vidas lejos del cepo y el yugo, construyendo
pequeños grupos, desarrollando pequeñas unidades productivas como
el conuco y domesticar animales salvajes.

Tipos de Parranda de Negros Kimbánganos

La Parranda de los Negros Kimbánganos se puede clasificar en tres tipos o variantes:

1. Kimbánganos de Lezama, ubicada en la población de Lezama de Orituco. Esta parranda tiene origen en la hacienda Tocoragua, de acuerdo a las informaciones obtenidas por los ejecutantes de mayor edad. La hacienda Tocoragua era un asentamiento de esclavos, donde se cultivaba caña de azúcar y añil. Los Kimbánganos de Lezama parrandean el 23 y 24 de Junio (víspera y día de San Juan Bautista). El instrumento musical que acompaña la parranda es un tambor cumaco y la parranda está conformada por hombres, que bailan en parejas y utilizan una especie de machetes de madera, con el que simulan una batalla.

2. Kimbánganos de San Rafael, ubicados en la población de San Rafael de Orituco. Las características de la parranda en lo que respecta a expresión danzaria y musical es similar a la parranda de Lezama, aunque difiere en la parte coreográfica y vestuario; Al igual que los Kimbánganos de Lezama parrandean los días 23 y 24 de Junio (víspera y día de San Juan Bautista).

3. Kimbánganos de la Fila Maestra, realizaban sus bailes en los
diferentes caseríos de la referida Fila Maestra, trasladándose
luego de largas travesías a las poblaciones de Sabana Grande de Orituco
y San José de Guaribe del estado Guárico.

Conformación de las Parrandas

En Venezuela la conformación de las parrandas siguió el patrón europeo, es decir comparsas integradas por músicos, cantadores, bailarines y público en general. Se organizan con motivos eclesiásticos, paganos o populares. Al respecto Ramón y Rivera (1990), expresa que:

El culto en sus diversas manifestaciones es una de las fuentes más importantes de nuestro Folklore, el pueblo venezolano, educado con la religión católica, ha juntado de manera peculiar, costumbres, bailes, instrumentos musicales, con los bailes que corresponden a la pura y sencilla devoción a sus santos (…) mezcla, en fin de un número de actitudes y funciones profanas con las de culto religioso, mezcla que se realiza muchas veces sin el consentimiento e incluso hasta con la imposición de los clérigos. (p. 37)

La parranda de negros Kimbanganos se conforma de la siguiente manera; siendo éstos sus principales rasgos:

Músicos: El grupo de músicos se compone de dos percusionistas que ejecutan sobre un solo tambor, uno en la boca y uno en el cuerpo del tambor, llamado palero (ejecutante de laures), un cuatrista (instrumento de cuerdas descendiente de la guitarra, de menor tamaño y con cuatro cuerdas que da origen a su nombre) y el cantante, que a su vez, ejecuta las maracas y es guía (director) de la parranda.

La comparsa de bailadores está constituida por los viejitos; dos hombres vestidos, uno de vieja y otro de viejo, que hacen pareja y dirigen la estructura coreográfica del baile o comparsa de bailadores. Dicha comparsa la conforman los negritos y las negritas integradas por niños varones, de los cuales la mitad visten atuendos de hembras (negras).

4.- Causas que ocasionaron el desarraigo de la manifestación negros kimbánganos en la población de la Fila Maestra. Sus manifestaciones en la sociedad venezolana.

De acuerdo a las informaciones dadas por los antiguos cultores de la manifestación, ésta comienza a desaparecer a mediados del siglo pasado, por lo que se puede presumir que uno de los factores determinantes del fenómeno fue el boom petrolero, el cual provoco en toda Venezuela un impresionante éxodo rural, ocasionando el abandono casi por completo del campo. Los habitantes de las zonas rurales se vieron obligados a abandonar sus tierras, unos buscando un mejor futuro en los campos petroleros, donde muchos encontraron la muerte y los que se resistieron en salir de sus terruños, se vieron obligados abandonarlos por el olvido en que se encontraban por partes de los gobernantes de turno. Quienes no les interesaba ni el campesino, ni el campo donde no existía petróleo, fue así como en las grandes ciudades se fueron formando grandes cordones de miseria en sus alrededores que aún hoy existen.

A lo anterior se añade, que la Fila Maestra fue un de los centros de operaciones del movimiento guerrillero que surgió en Venezuela en la década de los sesenta del siglo pasado, los habitantes de la Fila sentían simpatía y apoyaban el movimiento en virtud que los combatientes les enseñaban a leer y escribir, le brindaban asistencia médica que para la época era inexistente en la zona, en fin la guerrilla convivió en armonía con ellos, al tanto que algunos se alistaron en la lucha, para ese entonces se libraron varios enfrentamientos en esas montañas, el ejercito de la época disparaba indiscriminadamente contra los campesinos, a la vez que los secuestraban y torturaban para sacarles información, esto trajo como consecuencia que muchas familias huyeran hacia los pueblos más cercanos: San José de Guaribe(Guárico), Sabana Grande de Orituco(Guárico), Altagracia de Orituco (Guárico) y El guapo(Miranda).

Un tercer elemento de dispersión fue el flagelo del latifundio, en que los terratenientes paulatinamente desalojaban a los campesinos de sus tierras hasta apropiarse indebidamente de ellas, es así como desaparecen los caseríos: Los cantiles y La cubanera. Esta dispersión de los pueblos permite que en ocasiones se haga difícil su agrupamiento para la puesta en practica de manifestaciones como la estudiada por el colectivo numeroso que involucra.

Lo explicado revela lo siguiente:

La transformación de la identidad, se presenta como uno de los problemas sociales que requiere mayor atención en nuestros días considerando el efecto desestructurador que el mismo tiene sobre la permanencia de la cultura popular. El debilitamiento de los valores autóctonos de la cultura popular tradicional venezolana.

Por un lado la existencia de una memoria cultural viva, latente en un grupo de hombres y mujeres que aún sienten como suyo esa expresión de la cultura popular venezolana; y por otro lado, generaciones que no conocen ni pueden disfrutar, de la autenticidad de la parranda de los negros kimbánganos, de la Fila Maestra, núcleo estructurador de una subclase de cultura.

La transformación de la identidad por el desarraigo de los pueblos es un problema de nuestros tiempos, la escasa atención que han dado los Estados para enfrentar este fenómeno y sus implicaciones sociales y la dinámica cultural que influye en la merma de las culturas populares tradicionales constituyen los principales elementos de este proceso. Esta situación descrita, impactó en el mantenimiento vivo de la tradición. Se produjo una interrupción en los procesos de internalización en los marcos de las familias y en la trasmisión de los valores a las nuevas generaciones, quedando sólo en las memorias de aquellas personas que fueron los creadores y socializadores de las autenticidades de la parranda de los negros kimbánganos.

Desde lo institucional, los sistemas educativos no contemplaron por muchos años, la necesidad del estudio de una expresión cultural tan significativa y en materia de política cultural, su conocimiento, conservación y trasmisión, no eran refrendados en las plataformas culturales.

A lo apuntado se añade que en Venezuela los cronistas no tomaron en cuenta las manifestaciones populares por considerarlas paganas por su origen indígena o africano; no reseñaron en sus crónicas muchas festividades que sólo hoy se pueden reconstruir a través de la información por vía oral. En este sentido, Córdova (1995), plantea que la tradición oral: Tiene que ver con esa maravillosa cualidad humana de poder contar, imaginar, recordar, rememorar, hilvanar, recomponer, embellecer, recortar, etc., sus propias experiencias vividas. (Pág. 65). Desde que el hombre aprende a comunicarse con sus semejantes ha sentido la necesidad de contar sus vivencias, es así como ha trasmitido sus experiencias a sus descendientes, batallas, caserías, aventuras, jornadas de trabajos, todo cuanto ocurría era trasmitido generalmente a sus descendientes, las cuales recibían como un aprendizaje de primer orden, era una forma de preparar a los jóvenes para los oficios que luego desempeñarían y por otra parte de ilustrar a los adultos que se quedaban en casa de los pormenores de los hechos, de esta manera se transmitieron los diferentes acontecimientos, que fueron construyendo y reconstruyendo la identidad de cada pueblo, traspasada de generación en generación a través de la palabra:

La memoria ha constituido un hito importante en la lucha por el poder conducida por las fuerzas sociales. Apoderarse de la memoria y del olvido es una de las máximas preocupaciones de las clases, de los grupos, de los individuos que han dominado y dominan las sociedades históricas. Jacques Le Goff.

La tradición oral viene a ser la más valiosa herramienta de resistencia de las culturas populares que se encuentran depositadas en la memoria colectiva de los pueblos, sin perder ninguno de sus elementos. A lo largo de la historia todo lo creado por el hombre se va transmitiendo de generación en generación mediante el uso de la tradición oral para que el testimonio se conserve. Respecto a este fenómeno social Córdova (1995), indica que:

Esta hermosa cualidad no igualada en el reino de sus semejantes biológicos dota a lo vivido de unas características especiales: por un lado aparecen como únicas e irrepetibles, particulares, individuales, pertenecientes al reino de lo privado y por el otro son realizadas y producidas en medio de entornos sociales, en relación con los otros y a través de mecanismos, vericuetos, astucia, racionalizaciones y legitimaciones, que generan discurso de lo vivido. (p. 165).

Las experiencias vividas, al contarlas, construyen la historia oral de los pueblos. Al hablar de la relación del hombre con la palabra, Hampate Ba (1982), nos refiere que Allí donde el escrito no existe, el hombre está ligado a su palabra, y está comprometido por ella. Él es su palabra y su palabra testimonia lo que él es (p.78).

Este don tan especial ha sido la garantía para mantener viva las tradiciones y la identidad de los pueblos.

La religión es uno de los elementos de una marcada relevancia en la Cultura Popular Venezolana, a pesar de que esta fue impuesta por los europeos a nuestros indígenas y a los africanos, éstos lograron mantener muchos elementos propios que integran nuestra religiosidad popular y en la cual se produjo una mezcla sincrética que le dan una característica muy especial. El pueblo venezolano es mayormente cristiano, católico, sus festividades giran entorno al calendario cristiano. La religiosidad popular concentra una enorme producción cultural que giran alrededor de los actos de fe tales como: comidas, bebidas, vestuarios, música, bailes y danzas, representaciones teatrales entre otros, cada región Venezolana tiene un forma particular de poner en manifiesto su fe religiosa, estas diferencias están marcadas por el componente étnico que predomine en dicha región; es así que en los estados andinos predominan danzas y costumbres de origen europeo, en los estados del sur (Amazonas, Bolívar, parte de Anzoátegui y Monagas) predomina la influencia indígena y a lo largo y ancho de la costa, encontramos una marcada influencia Africana, como los bailes de tambor, los cantos parrandas y fulías, algunas comidas, bebidas, viviendas, formas fonéticas, religiosas, nombres y apellidos entre otros. En el estado Guárico, situado en el centro del país, en la región llanera, encontramos manifestaciones de origen Africano que datan desde la época de la colonia, estos se encuentran en la parte nor oriental del estado, especialmente en las regiones de los Valles de Orituco: Lezama de Orituco, Sabana grande de Orituco, abarcando parte de La Fila Maestra en limites con el estado Miranda. Estas manifestaciones reciben el nombre de KIMBANGANOS Y JINKAS, con variantes distintas de una población a otra. Es importante resaltar que la variante de la fila maestra es poco conocida en virtud de su desactivación hace ya unas décadas y que solo podemos encontrar información en los que una vez fueron sus actores, estos portadores de la información aún mantienen intacta su memoria colectiva.

¿Qué hacer para que esta expresión de la cultura popular se mantenga?

La manifestación cultural señalada es conocida como PARRANDA DE NEGROS KIMBANGANOS, y está en vías de olvido, motivo por el cual se demostrara que este hecho social es un elemento importante que integra la identidad cultural de esta región y por ende de nuestra Cultura Popular; por cuanto todavía quedan en la Fila Maestra y otros lugares circunvecinos, cultores y conocedores que están dispuestos a revivir sus cantos y bailes Cimarrones. Se hace necesario el estudio para dejar constancia de ella y así poder iniciar su divulgación a fin de perpetuarla para la sociedad de presente y del futuro.

Entre las ventajas más relevantes que contribuirán al desarrollo de la investigación a efectuarse figuran: La disposición de los cultores supervivientes a reactivar la manifestación cultural que sus antecesores habían venido desarrollando a través de los años en la Fila Maestra, el entusiasmo que manifiestan los habitantes de las comunidades que se encuentran ubicados en el contexto geográfico propuesto para la investigación. A lo anterior cabe agregar que existen otras manifestaciones culturales en la región que indagaremos en el presente trabajo por la relación que mantienen con la manifestación planteada. Se hace necesario reconstruir la historia apoyándose en la información que poseen los autores del hecho, en virtud que por el momento y el contexto en que ocurrieron no se registraron datos escritos ni gráficos que pudieran ayudar al montaje de la manifestación, la memoria colectiva es nuestra única fuente directa, los "porteros" serán pieza clave en la reconstrucción del hecho. El objetivo de la investigación planteará un concepto sociológico de memoria cultural, para ello se escudarán los diferentes autores que han tratado los estudios sociológicos de la cultura en primer término los diferentes tratados europeos y norteamericanos y, en segundo término, los escritos latinoamericanos, y por ende, venezolanos.

Es necesario conocer las causas por las cuales se desactivó la manifestación estudiadas: Políticas, económicas, y o sociales, ya que es de suma importancia mantener, preservar y reformar las raíces autónomas, en este sentido Geertz (2003) considera lo siguiente:

la investigación etnográfica consiste en lanzarnos a una desalentadora aventura cuyo éxito sólo se vislumbra a lo lejos; tratar de formular las bases en que uno imagina, siempre con excesos, haber encontrado apoyo, es aquello en que consiste el escrito antropológico como empeño científico. Pág.27.

Una importante migración desde núcleos rurales hacia los centros urbanos. A pesar de todo lo ocurrido se ha logrado mantener las costumbres y tradiciones de esos pueblos que fueron sacados de su entorno, pero que su memoria colectiva no fue profanada.

Alternativas para transformar las problemáticas sociales:

  • Introducir en la actual política del Ministerio de Cultura
    nuevas miradas, apoyo jurídico y financiero, así como a nivel
    docente (impacto de las universidades tanto en el postgrado como el pregrado)
    de elementos que valoricen el peso de la cultura popular tradicional como
    principal resultante cultural de su historia.

  • Revisión de los procesos de animación, promoción,
    investigación y divulgación de los valores de la cultura popular
    venezolana en particular el caso que nos ocupa.

  • Divulgar en las escuelas, centros comunitarios, diccionarios de la
    cultura popular venezolana los resultados de las investigaciones resultantes
    del trabajo de antropólogos, culturólogos, sociólogos
    y otros especialistas del tema.

Conclusiones

Las Culturas Populares Tradicionales están bajo la amenaza latente de la acción globalizadora en que se encuentran nuestros países, el mal uso de las tecnologías y los bombardeos publicitarios atentan contra las costumbres y arraigo de los pueblos, que ven mermados cada día sus valores y sus memorias culturales, al ser interrumpido el proceso de traspaso de estos conocimientos, el paso próximo seria la perdida de identidad y consigo la transformación de las culturas propias de un pueblo por costumbres foráneas.

La Parranda de negros Kimbánganos es un elemento de la cultura popular venezolana en vías de extinción que debe ser estudiada en honor a los múltiples hombres y mujeres que una vez alzaron su voz de libertad, y decidieron vivir fuera del yugo implacable del mayoral.

Recomendaciones

Se hace necesario desarrollar planes para evitar la extinción total de nuestras manifestaciones así como políticas que apoyen las reactivaciones de las tradiciones que se encuentran adormecidas.

Los organismos inmediatos, tales como gobernaciones, alcaldías, direcciones de cultura, ministerio de La cultura son los llamados a ejercer acciones conjuntamente con la participación activa de los pueblos involucrados y de esta manera promover, reafirmar y difundir los valores que identifican la Venezolanidad

¡Vasa guará na guairá! ("nosotros en la lucha venceremos") Cacique TEREPAIMA.

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Autor:

MsC. Guillermo Prieto Laya

Santiago de Cuba, Mayo 2006

Partes: 1, 2
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