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Debate Socialista del Siglo XXI (página 3)



Partes: 1, 2, 3

Síntesis
histórica sobre la lucha de los Consejos
Obreros

Casi poco después del surgimiento y
expansión de los comités de fábrica en 1917,
territorio ruso, específicamente, a dos años, a
fines de 1919, se crearon en Turín, Italia, los consejos
obreros, En aquella época, en el contexto
geográfico nacional italiano, el peso de la clase obrera
turinés era mucho más relevante para la
economía de ese país que en los actuales momentos;
sin embargo, la influencia del conjunto de las organizaciones
obreras de Turín, sobre la totalidad del movimiento en el
ámbito nacional, era muy débil, por lo que Antonio
Gramsci se quejaba de que el ordine nuovo (el nuevo
orden) no había tomado la iniciativa, desde un principio,
de llevar a la geografía nacional su batalla
política en procura de fortalecer y darle consistencia a
la lucha de los trabajadores en su búsqueda de
reivindicaciones esenciales. Según establece Sergio
Garavini, en palabras dichas en una conferencia, durante un
seminario sobre los consejos obreros, realizado entre noviembre
de 1970 y enero de 1971, que tuvo como escenario el Circulo
Cultural Giacomo Leopardi de Bolonia, a fines de 1919 tiene lugar
en Turín un episodio significativo: los obreros rechazan
la decisión gubernativa de hacer del 4 de noviembre,
primer aniversario de la finalización de la guerra, un
día feriado, y festejan en cambio, pero haciendo huelga,
el 7 de noviembre, segundo aniversario de la revolución
rusa, hecho que se convierte en un gesto de desafió que
los industriales deciden recogerlo con medidas de represalia
contra los protagonistas, pero que luego renuncian a ellas; en
sentido preciso, se trataba de las primeras escaramuzas previas a
los dos choques decisivos que se producirían el año
siguiente, en abril y en septiembre. Luego, después de 18
meses, la Fiat, entre abril y marzo de 1921, despide a millares
de trabajadores y clausura por tiempo indeterminado la
fábrica; la organizaciones obreras no consiguen oponer un
defensa eficaz, y el 25 de abril, la mayoría de los
obreros no despedidos acepta, a pesar de la oposición de
una asamblea de masa realizada por los sindicatos, regresar al
trabajo en las condiciones impuesta por la patronal. Mientras
continúa clausuradas las actividades de la Fiat, la noche
del 26 al 26 de abril de 1921, grupos de descontentos incendian y
destruyen la sede de la Cámara del Trabajo de
Turín. Esa manifestación hace cambiar la actitud de
los obreros turineses, quienes se lanzan, con los consejos
obreros a la cabeza, y con enorme fuerza, a la ocupación
de las fábricas como parte más avanzada y decisiva
de la lucha.

Afirma Garavini que con la presencia de los consejos
obreros en Turín se está en presencia de una
experiencia grandiosa, pero trágicamente breve y aislada,
pero que a pesar de eso, hay que atesorar y su
teorización, que ni siquiera en el mismo grupo del
ordine nuovo tiene un carácter unívoco.
Entre la huelga de abril y la ocupación de las
fábricas de mayo y junio de 1920, tiene lugar la
sustanciosa polémica entre Gramsci y Tasca. Gramsci
sostenía que se debía apuntar hacia la
autonomía de los consejos obreros, para volver, una vez
más, a partir de las fábricas, después de la
derrota de abril; por su parte Tasca, por el contrario,
sostenía que debía apuntar a la Cámara del
Trabajo, para unir las nuevas formas a las viejas formas
predominantes en el movimiento, privilegiando en primer lugar
sindicatos y Cámara del Trabajo. Sin embargo, colateral a
esa discusión, se fue consolidando el hecho decisivo de
que la clase obrera turinesa vivió, en la experiencia de
los consejos y en la durísima lucha por afirmarla y
defenderla, una extraordinaria intuición
revolucionaria.

Relación
entre los Consejos de Fábrica, los Consejos Obreros y las
nuevas formas organizativas que postula la Revolución
Bolivariana

Claramente resalta el hecho indiscutible de que los
cambios fundamentales que se han dado en la relación
obrero-patronal emanan de las orientaciones de procesos
revolucionarios. En esa línea de conducta, las nuevas
concepciones sobre la organización de los trabajadores
como elementos insustituibles en las relaciones de
producción, y las organizaciones de base en el plano
comunal tienen semejanzas resaltantes con las organizaciones
nacidas al rescoldo de la revolución de 1917 que dio al
traste con la aristocracia zarista.

Por una parte, los consejos comunales, admitidos como
células primarias de la organización social de la
población, salvando la distancia en el tiempo y las nuevas
ideas que va cosechando el proceso civilizatorio, al igual que
los consejos ejecutivos soviet, tienen como objetivo principal
liquidar viejas estructuras organizativas burguesas que
privilegian la conducta de determinados grupos sociales. Pero en
la definición de los consejos comunales y en su estamento
jurídico se le otorga a éstos una
participación decisiva en la administración de
recursos financieros y económicos provenientes del tesoro
público, que los lleva a asumir papel protagónico
en la conducción de la administración
pública a niveles comunales. Se busca con esa
metodología dar por concluida la vigencia de estructuras
organizativas como las juntas comunales, cuyas funciones, de
acuerdo a los nuevos esquemas que se manejan, están
diametralmente opuestas al proceso revolucionario.

En cuanto a la organización de la masa obrera, el
planteamiento de la revolución bolivariana, tomando como
guía a los consejos obreros y los comités de
fábrica en lo atinente a la lucha de clases, acepta y
amplía la tesis de la participación de los obreros
en las distintas instancias de administración de la
empresa, avanzando un poco más allá, hasta ciertas
formas de cogestión y de autogestión, formas
administrativas de la empresa a la que todavía no se ha
llegado, pero sí a la participación en la toma de
decisiones para la administración de la empresa. Se
establece que por esa vía se avanza con aceleración
hacia el establecimiento y consolidación del socialismo
conforme a los preceptos de la revolución
bolivariana.

Queda así entendido que las nuevas formas de
organización social del pueblo venezolano no son copia
fiel y exacta de aquellas surgidas de la revolución, si
van aparejadas en intensión de superar estadios en la
organización de las masas populares en función de
que tomen en sus manos la conducción de su propio proceso
histórico y se propongan diseñar y establecer una
sociedad que opere bajo los dictámenes de la igualdad y la
solidaridad. Por cierto que el en planteamiento de una nueva
forma organización en las bases obreras está lejos
de exigir la liquidación inmediata de la
participación sindical, sino establecer con respecto a
ellos una línea diferenciadora que apunte hacia la
doctrina socialista.

Expansión
geográfica de los Consejos Obreros en el ínterin de
las dos
Guerras Mundiales

Como ya se dijo, los consejos obreros nacieron,
básicamente, en la ciudad de Petersburgo. Surgieron de
forma espontánea dentro del seno del movimiento obrero.
Refiere Lucio Cornelio, un estudioso a profundidad de la historia
de los consejos obreros y de las organizaciones autogestionarias
en las empresas, que los partidos revolucionarios existentes en
Rusia para el año de1905 nada tuvieron que ver con la
creación de tales consejos. Ellos nacieron
espontáneamente, adoptando, en cierta forma, principios
bajo los cuales había surgido la Comuna de Paris unas
cuatro décadas antes. Los consejos (soviets en ruso)
irían a tener presencia, primero en Rusia y luego en toda
la Europa central de cultura germánica y en
Italia.

Los consejos en Rusia

Hablando sobre ese proceso de expansión, dice
Cornelio, que en Rusia los consejos permitieron a los
bolcheviques tomar el poder en su nombre, conforme a la doctrina
leninista expresada desde 1902. Según su relato, los
consejos territoriales fueron rápidamente influenciados
por los bolcheviques, pero no así los consejos de
fábricas como entes con tendencias a la autogetión.
"Si los bolcheviques domesticaron bastante fácil a los
consejos territoriales –afirma Lucio Cornelio-, solo en el
curso de una larga pudieron liquidar a los comités de
fábrica (consejos de autogestión de las
fábricas), lucha que duró desde 1918 a 1921. En
efecto, para disolver estos comités, Lenin los hizo
fusionar autoritariamente con los sindicatos". Queda así
establecido que los consejos de fábrica habían
tomado un poder bien sólido y se habían constituido
en el centro de aglutinación y motivación de una
amplia franja del movimiento obrero de la Rusia revolucionaria y
representaban, a su vez, la esencia o el núcleo de proceso
revolucionario.

En el planteamiento leninista, que sostenía el
mandato de fusionar a los consejos con los sindicatos, se
había obviado, tal vez por falta de precisión en
ese sentido, la posibilidad de una influencia de los consejos
sobre los sindicatos; y esa influencia se concretó: los
sindicatos se vieron contaminados por el virus autogestionario, y
algunos de éstos tendieron a mantenerse en una
línea de independencia de las directrices del poder
central. Dicho en estos términos, pareciera que el poder
central de la revolución rusa estuviera en contra de los
obreros en su pretensión de controlar las fábricas;
las cosa no iban por ese lado, la idea era que la libertad de los
obreros, en sus intenciones autogestionarias, fueran encausadas
de acuerdo al cuerpo doctrinario emanado del poder central.
Entonces, para lograr una disciplina de adhesión a ese
cuerpo doctrinario se hacía imperioso liquidar a los
sindicatos independientes pero, en el plano de la realidad,
dichos sindicatos por altos personeros del partido bolchevique,
lo que permitía que los planteamientos del los obreros
llegaran a las instancias de dirección del
partido.

Frente al auge tomado por el movimiento obrero
revolucionario, y tratando de constituir una dirección
política mucho más monolítica, con un solo
eje de orientación, en el X Congreso del Partido
bolchevique, el debate estuvo centrado en el asunto obrero.
Porque la oposición obrera a un solo eje de
dirección en materia sindical exigía que el partido
dejara o confiara la gestión económica, en las
fábricas, a los sindicatos; es decir, a los comités
y consejos de fábricas. En ese ambiente apareció la
consigna: "Todo el poder a los soviets (los consejos) y no al
partido".

La tarea por someter a los sindicatos y consejos obreros
tuvo relativo éxito que dio pie al fortalecimiento y
preponderancia del Estado frente al resto de la sociedad. Sin
embargo, una sostenida resistencia denominada "consejista" se
mantuvo en la región de Ucrania. Los ucranianos
reivindicaban la vigencia de los consejos de fábrica y los
consejos obreros, forma tal que esta posición chocaba
contundentemente con los propósitos del gobierno central.
Al referirse a ese hecho, Lucio Cornelio, expresa: "La revuelta
ucraniana (1918-1921) aparece por lo tanto como una insurgencia
"consejista" de la nacionalidad, eso por su aspecto
anticentralista y antiautoritario; en cuanto a su forma
"consejista", no la encontró en las modernas condiciones
de la gran industria sino en los recuerdos de la comuna aldeana y
de las comunidades cosacas". Se establece, pues, que los consejos
de obreros y de fábricas fueron formas organizativas
sociales con amplia posibilidades de convertirse en una fuerza
transformadora de las condiciones sociales muy
poderosa.

Los consejos en Alemania y el resto de Europa
Central

Siguiendo la corriente de análisis del proceso de
formación y auge de los consejos de fábricas y de
obreros que hace Lucio Cornelio, al tocar lo concerniente a la
aparición de éstos en Alemania y Europa Central,
podemos admitir que, después de Rusia, el segundo
país donde el poder de los consejos se hizo sentir con
contundencia fue Alemania; y luego tomaría espacio en
Hungría y Austria. En Alemania, los dirigentes del Partido
Comunista, que había sido creado en 1919, ocuparon una
posición evidentemente en las antípodas de los
rusos. Una de las dirigentes de ese proceso de mayor relieve en
la oposición a la concepción partidista rusa, fue
Rosa Luxemburgo, quien marcaba distante de Lenin respecto a la
naturaleza del partido y sobre el papel de los consejos. Tuvo que
acontecer el asesinato de Luxemburgo y centenares de sus
camaradas para que el Partido comunista alemán fuera
bolcheviquizado y alineado a Moscú, pero tal circunstancia
no frenó el avance de los consejos en sus pretensiones de
manifestarse con contundencia.

Como había sucedido en Rusia, testifica Cornelio,
en Alemania los consejos locales fueron velozmente disueltos por
el gobierno central y sólo quedaron los consejos de
fábricas librando la lucha, encontrando apoyo en una
organización nacida de la fractura del Partido Comunista
Alemán fundado por Rosa de Luxemburgo. Dicha
organización denominada Partido Comunista Alemán
Arbeiter, la cual, a su vez, estaba apoyada sobre otra
organización de extremado empuje: una Federación de
Consejos de Fábrica. El apellido Arbeiter provenía
de un obrero que había luchado con tenacidad por mantener
la importancia de los consejos por encima del partido, en ese
empeño había dado su vida.

Doscientos mil obreros se reagruparon en la alianza
constituida por el Partido Comunista Alemán Arbeiter y la
Federación de Consejos de Fábrica, pero era una
cantidad bastante inferior a la que tenían los sindicatos
socialdemócratas que agrupaban dos millones de obreros. A
juicio de Cornelio, esa diferencia numérica tal vez
explica el porqué, cuando la revolución se reanuda
en Alemania, el Partido Comunista Alemán Arbeiter se le
hace imposible jugar allí un papel hegemónico, y
los factores revolucionarios que representaba son vencidos,
fundamentalmente en Berlín.

La reducción de las fuerzas revolucionarias,
impulsadoras de la idea de los consejos territoriales, obreros y
de fábricas en el ámbito de influencia de
Berlín, ocasionó la pacificación de casi
toda Alemania, pero entonces en Baviera se fortaleció el
planteamiento, bajo la dirección de Landauer, de
entregarle el poder a los consejos y se estableció una
política neutralista y separatista. Este gobierno
consejista bávaro fue abandonado por las fuerzas
reaccionarias del campo o medio rural y eso ocasionó su
debacle. A pesar de esa situación, en Munich (otra ciudad
alemana) los obreros tomaron en sus manos directamente, durante
diecinueve días, la completa administración y
defensa de la ciudad (este gesto fue denominado la segunda
comuna) sin la ayuda de ningún partido político ni
grupo de dirigentes. Así, los consejos que jamás
tomaron el poder en Berlín, si lo tuvieron en Baviera de
forma total.

En aras de la verdad, la región de la Baviera
alemana tendía más a identificarse con Austria, y
allí los austro-marxistas, teóricamente, se
ubicaban al lado de los consejos que, luego del hundimiento del
imperio de los Hausburgo, tomaron, pacíficamente, el poder
en las grandes ciudades. A criterio de Lucio Cornelio, los
consejos hubieran podido tomar el poder a escala de la
república por la vía violenta, cosa que no hicieron
porque, aun favorables a los consejos, éstos desconfiaban
mucho de la espontaneidad de los obreros; Max Adler, uno de los
dirigentes consejistas, pensaba que no se debía admitir en
los consejos más que a los obreros ya educados; es decir,
inscritos en el Partido Socialista; pensamiento que contrastaba
con aquel que tendía a separar la acción de los
consejos y los sindicatos de la de los partidos, postulando el
criterio de que "la única escuela para el proletariado es
la misma revolución y que las lecciones de los partidos a
menudo van en muy otro sentido".

Precisando cómo se agota el poder de los
consejistas, es bueno recurrir textualmente a lo dicho por Lucio
Cornelio al respecto:

"Los austro-marxistas se contentaron por
tanto con esperar obtener

la mayoría en las elecciones
nacionales. Mientras tanto los soviets

(consejos) iban a morir en Baviera y en
Hungría. Sin embargo,

tanto en Hungría como en Baviera
habían tomado el poder y habían

nombrado un gobierno consejista compuesto
de comunistas y de

socialdemócratas. A la cabeza de
este gobierno estaba el comunista

Bela Kun. El imperialismo francés,
victorioso en la región, lanzó los

ejércitos rumanos y checoslovacos
contra Hungría. Después de algunos

reveses, los pequeños
"ejércitos rojos" de los consejos retomaron la

ofensiva y entraron en Eslovquia. Entonces
Bela Kun cometió un grave

error: fiándose de la promesa de
Clemenceau aceptó el armisticio que

éste proponía a cambio de la
neutralidad rumana. El resultado no se

hizo esperar; los rumanos atacaron por
sorpresa librando el terror blanco

a Budapest e imponiendo allí el
regente Horty (el futuro aliado de Hitler).

La historia tiene sus casualidades: los consejos
alemanes que tenían

Líderes de genio como Rosa Luxemburgo los dejaron
asesinar; en Hungría

Pusieron al frente de ellos a un imbécil
(según una de las "palabras" de

Lenin contra Bela Kun) que acarreo su perdición.
El marxismo más que

Ninguna otra teoría todavía no ha
elucidado el problema entre las

Individualidades (los hombres célebres, grandes o
pequeños) y las masas".

Los consejos en Italia

El ambiente donde se gestaron los consejos en Italia fue
toda la geografía norte del país. Surgieron en
torno a la Fiat, del proletariado que se había aglutinado
alrededor de esa gran fábrica. Fueron producto de la
transformación de un organismo que previamente
venía colaborando con el patrón: la comisión
interna; al liquidarse ésta, aparecieron los consejos,
expandidos por todo el Norte, sobre todo en el eje
Turín-Génova-Milán, desde donde se
esparramaron por todas las instalaciones industriales.

Establece Lucio Cornelio que en Turín, los
obreros no solamente ocuparon las fábricas sino que
volvieron a poner en marcha la producción. La
revolución preció inminente después de ese
suceso; los consejistas de Turín reagrupados alrededor del
diario Ordine Nuovo (Nuevo Orden), incluyendo a los comunistas
(entre ellos a Gramsci) y a los anarquistas, llamaron a un
congreso nacional de los consejos, iniciativa que los sindicatos
y el Partido Socialista sabotearon, lo que permitió al
gobierno italiano atacar mediante el envío de 20.000
hombres enviados desde Génova en barcos de guerra, quienes
ocuparon la ciudad y marcharon sobre Turín; frente a este
hecho, los obreros se vieron precisados a entregar las
fábricas.

Muy importante resaltar que jamás el gobierno
italiano hubiese podido reclutar en el Norte un contingente de
soldados y carabineros de esa cuantía, encargados de
reprimir a sus hermanos de clases en esa situación de
organizarse para la lucha reivindicativa del poder de los obreros
sobre el factor patronal, o más aun frente al capital. El
gobierno tuvo necesidad de reclutar esos hombres en el
ejército del sur del país, y eran personas
extremadamente más pobres que los obreros de la Fiat. Es
imperativo hacer aquí una aclaratoria. En Italia, el Norte
y el Sur son ambientes geopolíticos con marcada diferencia
a pesar de tener una unidad
étnico-lingüística; esa división se ha
mantenido hasta nuestros días.

Los consejos en España

Se establece que en España la idea de los
consejos se concreta o pone en movimiento en el lapso de tiempo
1934-1937; es decir, varios años después de haberse
experimentado en otras regiones de Europa, en pleno apogeo de los
movimientos contrarevolucionarios ya fortalecidos por las tareas
de domesticación llevadas a cabo por el régimen
stalinista y los reformistas, así como también por
la acción del fascismo. En ese marco histórico de
casi mediando la primera mitad del siglo XX, quienes en
España alzan el estandarte de los consejos son los
anarquistas que habían tomado posición
hegemónica desde la I Internacional.

Siguiendo el curso discursivo de Lucio Cornelio,
adoptamos la opinión histórica de que en
España fue creada, en 1911, la Central Nacional de
Trabajadores (CNT)que reagrupó a todos los trabajadores
libertarios sobre la base de un comunismo "autogestionario". Peor
esta CNT con su millón y medio de trabajadores
comenzó a presentar, desde muy temprano en su
creación, riesgos de desviación reformistas en su
seno. Para conjurar esos riesgos se fue solidificando la idea de
una vanguardia proletaria. Asumida esa idea como camino de
salvación para el movimiento obrero proletario, en 1931,
se crea la Federación Anarquista Ibérica (FAI) que
comenzaba sus funciones con la alta responsabilidad de orientar
ideológicamente a la CNT. Fue algo exitosa la FAI y ello
impidió que los reformistas controlaran la CNT y
permitió que los anarcosindicalistas españoles
triunfaran en los aspectos que sus homólogos del resto de
Europa habían fracasado. Bajo la dirección de la
FAI, se celebró en Zaragoza (1936) un congreso de
trabajadores que, se dice, votó el mejor programa
proletario que una organización sindical hubiera concebido
hasta entonces. Le tocaría a la base obrera proletaria
poner en práctica ese programa.

En apretada síntesis del relato de Cornelio al
referirse a la forma como se fueron desarrollando los hechos
después del congreso obrero de Zaragoza, podemos decir que
advino la sublevación de Francisco Franco y Bahamonde
contra el gobierno republicano del Frente Popular. El "putch"
militar de Franco debía triunfar inmediatamente,
según sus planes, pero la enraizada propaganda anarquista
que venía en marcha desde hacían veinte años
contuvo un poco el empuje del franquismo. El contingente de
obreros anarquistas se plantó masivamente contra los
oficiales putchistas y las masas se armaron contra las mismas
órdenes del gobierno del Frente Popular. La necesaria
revisión estructural del gobierno evitó que la
insurrección franquista fuera liquidada al momento. La
marina, que se había amotinado con el ejército,
había creado consejos en las grandes unidades de la flota;
los cruceros "rojos", que así se les llamaban, hubieran
podido impedir a los franquistas pasar a las costas sur de
España a través del estrecho de Gibraltar, pero el
gobierno del Frente Popular se opuso a tal campaña, lo que
resultó en una falla de estrategia militar de vastas
consecuencias negativas. Eso, que fue calificado como una falta
de pulso en la conducción de la situación de guerra
por parte del gobierno del Frente popular, unificado a la falta
que ya el anterior gobierno republicano había cometido: la
negativa a dar autonomía a los países vascos,
cuando se le había concedido a Cataluña,
acarreó la adhesión de Navarra al levantamiento
franquista y les permitió instalarse con las mejores
condición allí, en esa provincia rural de
Euzkadi.Sud. De esa manera, los ejércitos franquistas:
Tercio y Moros, llegados de Marrueco, y los "requetés"
navarros armados por Mussolini, "Convergieron en columnas
motorizadas para encontrarse en Madrid. Se sabe cómo el
proletariado madrileño repelió
espontáneamente la invasión de 1936 mientras el
gobierno del Frente Popular huía hacia
Valencia".

Franco, con la acción belicista de los
ejércitos Tercio y Moros, en su avance hacia Madrid,
logró cortar al país en dos: de un lado, las dos
provincias vascas industriales, que se habían declarado
autónomas, y Asturias; por otro lado, Castilla y
Cataluña. Según relatos de los más allegados
a Francisco Franco, su plan consistía en, una vez reducido
Madrid, hacer los mismo con los vascos primero y luego con los
asturianos; contra los vascos para lograr el control del parque
industrial de Bilbao y de las industrias elaboradoras de material
de guerra. El resto del territorio, que no estaba en el eje
dividido por Franco, seguía bajo control de los
republicanos. En el eje dividido por Franco, Castilla estaba en
manos de los comunistas y de los socialistas, que libraban una
guerra convencional contra los franquistas, mediante la
acción de ejércitos regulares, mientras que
Cataluña estaba bajo control de los anarquistas que
estuvieron muy cerca de aniquilar el plan fascista.

Mientras la lucha se daba en los términos
señalados, en la región de Barcelona se crearon
consejos obreros y autogestionarios en las fábricas.
Entonces, para paliar la falta de armas que el gobierno no
podía suministrar, los consejos lograron convertir la
industria textil de Barcelona en industria de armamento; al
tiempo que todo el pueblo fue organizado en milicia. La FAI
jugó, en esa circunstancia, un papel de primera
línea creando las "Columnas", compuestas por 5.000
voluntarios cada una, que emprendieron acciones para liberar a
Aragón. El eslogan de las Columnas era: "Vamos a Liberar a
nuestros hermanos de Zaragoza", pero también llevaban otro
objetivo: implantar el comunismo en las zonas liberadas a su
paso. Se dice que, cuando la columna "Durruti" –nombre dado
a una de las formadas- tomaba algún pueblo, se
reunía a los campesinos y se les preguntaba sobre
quiénes eran los fascistas del lugar, y éstos eran
capturados y fusilados; luego la columna volvía a
partir.

Enfatiza Lucio Cornelio que los campesinos de
Aragón, obreros agrícolas de los latifundios, "no
tenían ningún instinto de propiedad, además
estaban educados por decenas de años de propaganda
libertaria y de acción directa. Desembarazados de sus
señores, fundaron espontáneamente colectividades
autogestoras. A veces, la repartición de los beneficios se
hacía con la ayuda de un "salario", igual para todos, bajo
la forma de bonos; a veces sin moneda alguna la gente tomaba lo
que quería -o necesitaba- del almacén comunal".
Estaba claro que la limitación para hacer uso de los
bienes comunales era de existencia nula. En resumen, a pesar de
todos los esfuerzos realizados por los anarquistas consejistas y
con tendencia autogestionaria, el franquismo triunfó y el
general Francisco Franco fue investido con la autoridad del mando
supremo de la nación española. Los consejos fueron
desechados como mecanismo en la relación de
producción.

Compromiso del
nuevo elemento patronal

Conforme a la nueva concepción organizacional que
impulsa la revolución bolivariana, tanto en la
conducción de la empresa en el sector privado como en el
sector público, la nueva gerencia, como
representación de la estructura patronal debe orientar sus
pasos hacia la comprensión del propuesta socialista e
internalizar las sugerencias para darle vigor a la idea de la
participación activa y efectiva de los obreros en las
decisiones administrativas de la empresa.

La instancia patronal, bajo la orientación de la
revolución bolivariana, tiene el imperativo de ir hacia
una comprensión más humana en las relaciones
obrero-patronal, y de entender que se avanza hacia una
transformación que tiene entre sus metas fortalecer a la
masa obrera para que se constituya en palanca fundamental del
cambio social. Esto supone que la parte patronal de la empresa
debe abrir las puertas de su entendimiento captar, con
precisión, el nuevo esquema de organización que se
pretende transitar y que reclama una postura de compromiso, si no
incondicional, por lo menos sostenido en el tiempo. No es posible
caminar hacia una nueva forma de organización en las
relaciones de producción, que consolide las posiciones del
socialismo, si el andar tropieza con obstinadas posturas de una
de las partes del andamiaje.

En ese orden de ideas, la parte patronal debe hacerse
eco de la tesis impuesta por la ideología socialista de
que el capital debe subordinarse a la fuerza de trabajo para que
ésta obtenga mayores beneficios en su empleo. Para que la
fuerza de trabajo tenga iguales o mayores beneficios que el
capital, visto que ella está emana de una fuente de
carácter humano que, por naturaleza, merece respeto en el
mantenimiento de su dignidad.

Apuntes sobre el
sentido social de la contratación
colectiva

Como su nombre lo dice, en términos generales, el
Contrato Colectivo que se establece entre una determinada empresa
y sus trabajadores, no es más que las especificaciones o
normas de relación que deben cumplir las partes para que
la prestación del servicio se ejecute positivamente;
dichas normas deben ser el resultado consensuado de un
diálogo armonioso entre las partes. Hay que entender que
tal diálogo tiene fundamento legal en la Ley
Orgánica del Trabajo; de allí que el nombre
más científico del Contrato Colectivo es:
"Convención Colectiva de Trabajo". Desde ese enfoque, toda
Convención Colectiva de Trabajo es moralmente aceptable
cuando apunta a solventar cuatro aspectos de primer orden para la
integridad física y psíquica del trabajador, que
son:

1.- Aspecto económico o remuneración
monetaria por el servicio prestado. No olvidemos que la fuerza,
dado en una relación obrero-patronal, viene a ser una
mercancía que una persona vende a otra o a un ente
colectivo denominado empresa. Por esa razón tal
mercancía es cotizada de acuerdo a la oferta y la demanda,
pero con la circunstancia que la mercancía involucra a la
persona humana, que desde el punto de vista social,
filosófico y teológico se hace merecedora de un
alto respeto a su dignidad; entonces, por exigencia natural, la
fuerza de trabajo debe ser bien remunerada. Se entiende por bien
remunerada que la contraprestación por el servicio permita
a la persona humana rehacer sus energías y revitalizarse
en un ambiente óptimo de salud física y mental. Eso
implica buena vivienda, saludable alimentación, adecuado
vestido, recreación sana y oportuna.

2.- Aspecto sanitario. Si la fuerza de trabajo proviene
de un ente humano en cuyo ejercicio y cumplimiento se agota, es
responsabilidad de quien recibe el servicio garantizar la
reposición de las energías de la fuerza de trabajo,
hecho que va a redundar en su propio beneficio, porque
permitirá mantener un elemento básico,
quizás el más importante, en óptimas
condiciones de operatividad, lo cual es garantía de que el
proceso productivo se mantendrá constante en el
tiempo.

3.- Aspecto formativo. Es sumamente importante que
dentro un proceso productivo que requiera la intervención
de elementos humanos, éstos sean sometidos a constantes
procedimientos de formación para revisar, reactualizar y
ampliar conocimientos, técnicas y destrezas. Es la forma
más expedita de garantizar la adaptación de la
empresa, u organismo al ritmo de los adelantos
tecnológicos. De no ser así, la empresa u organismo
corre el riesgo de quedar rezagada en el proceso productivo que
le es propio y sufrir las consecuencias de tener que salir del
mercado por falta de capacidad competitiva.

4.- Aspecto recreacional. De incalculable valor social
el que se le conceda tiempo al trabajador y se le estimule para
que recurra a actividades recreativas de tipo cultural, deportiva
y cualquier otra índole que sirvan para potenciar su
condición física y psíquica. Es necesario
tener presente que todo elemento que forme parte de un proceso
productivo, ya sea una maquina o ser humano, tiende a sufrir
desgaste que deber ser reparado con la mayor urgencia para que la
producción continúe su ritmo dentro de las
expectativas asumidas. En ese sentido, la recreación es un
factor coadyuvante de primer orden.

Visto así, las Cláusulas que, dentro de la
Convención Colectiva de Trabajo, apunten a fortalecer el
logro de reivindicaciones como las indicadas, revisten
carácter prioritario para su atención y acuerdo;
por supuesto, conforme a la disponibilidad de recursos con que
cuente la empresa. Además, la atención a esos
puntos básicos que tienden a mejorar y potenciar al
elemento humano interviniente en procesos productivos va en
consonancia con los postulados socialistas, y a los fines del
planteamiento ideológico que emana desde el gobierno, se
constituyen en plataforma fundamental para el sostenimiento de
las ideas del Socialismo del Siglo XXI.

Conforme al esquema pergeñado, a la Empresa le
corresponde, no solamente acordar y dar los beneficios que se
pauten en la Convención Colectiva de Trabajo, sino algo de
importancia mayúscula: vigilar celosamente de que el
elemento humano interviniente en el proceso productivo haga uso
racional de las reivindicaciones en función de recuperar
exitosamente las condiciones normales de la fuerza de trabajo.
Estos es, que el elemento humano tenga excelente calidad de vida,
que se mantenga en adecuado equilibrio
físico-psíquico; lo que significa, en cierto modo,
que los beneficios deben extenderse hasta su núcleo
familiar cercano que es el centro más propicio para la
repotenciación y recuperación de la fuerza de
trabajo, Hay que tener en cuenta que, según recientes
estudios sobre la conducta humana en su relación con el
medio ambiente, la armonía y buenas condiciones de vida
del núcleo familiar de las personas es un apoyo
irreemplazable a los fines de la reproducción
social.

Para una adecuada gestión en el tratamiento y
orientación de los recursos humanos dentro de la empresa,
es imprescindible que la persona encargada de dirigir el proceso
tenga, en su bagaje de conocimientos, una aproximación,
pudiéramos decir, al carácter psicológico de
los componentes del grupo humano con el cual está
relacionándose. No es que debe inmiscuirse en los
problemas personales de quienes están bajo su
conducción en el hecho laboral, sino que está en la
obligación, aun cuando suene un poco desproporcionado, de
tener ese conocimiento y ponerlo en práctica para poder
ayudar, en un momento dado, a que el trabajador siga la senda de
los buenos propósitos como forma de mantener el principio
de conservación de los núcleos familiares; tal
condición sería de gran utilidad a los fines de una
excelente convivencia laboral y, por supuesto, sería una
palanca extraordinaria para una optima producción conforme
a los objetivos de la empresa.

Algunos
conocimientos que sobre el factor humano debe poseer el
responsable de la acción patronal

Como el contexto geopolítico a que se refieren
estas reflexiones corresponden al plano general de la
geografía venezolana, aun cuando hemos venido hablando de
las relaciones laborales dentro de la empresa Puertos de Sucre en
su localización específica de Cumaná; una
fuente bastante confiable para una, digamos, radiografía
del venezolano nos la entrega el profesor Rafael Carías en
su obra, que es producto de una investigación de varios
años, muy bien lograda: ¿Quiénes
Somos los Venezolanos?
En ella nos presenta, con
aproximación muy precisa, algunas de las
características más definidas del venezolano,
partiendo de la afirmación de que una antropología
cultural de este gentilicio debe tomar en cuenta los factores
dominantes que subyacen en su modo de ser y componen lo
distintivo que lo tipifica y diferencia de otros representantes
de áreas culturales afines en cuanto a idioma,
religión, moda, inclinación culinaria y
predisposición a las ayudas farmacológicas, en el
ámbito del espacio americano.

Previo lo dicho, tomaremos de la obra del profesor
Carías, en apretada síntesis, algunas notas de los
Capítulos II, que habla del carácter humanitario
del venezolano; el III, que discurre sobre el problema de la
inmadurez emocional del venezolano y el IV, que se refiere a la
excesiva protección que siempre busca el
venezolano.

Según el profesor Rafael Carías, el
venezolano se expresa y se conoce por su invariable tendencia
a:

1.- La Generosidad

El venezolano está acostumbrado a gastar dinero,
se exime de ser catalogado como "tacaño"; en ciertos casos
un señalamiento de esa naturaleza le crea malestar.
Hospitalidad, exhibición de gran hombre, hacerse el
caballero, son actitudes que le fluyen fácilmente cuando
se encuentra con dinero en el bolsillo. La previsión para
el futuro próximo o lejano no impide el gasto. "Eso es por
mi cuenta", es la expresión más común cuando
sabe que puede responder con dinero; así, llega a una
posición ostentativa y social que refuerza el sentido de
la camaradería. Al venezolano le satisface gastar
acompañado, es renuente a gastar solo, sino que convida y
brinda: hoy por ti, mañana por mí, es en él
como una profesión de fe. "El que brinda hoy –afirma
Carías- quedará rápidamente sin fondos y
pasará a ser un participante más, arrimado
más junto frente a otro entusiasmado convidante.
Así se cambian los papeles y todos toman parte del mismo
juego". Con esta forma de actuación, se precisa,
evidentemente, que el dinero pasa al campo del disfrute
colectivo; se establece como bien perteneciente de todos cuantos
componen el grupo en ese instante.

Carías indica que ese comportamiento de
generosidad se eleva por encima de las necesidades de seguridad
que debe sustentarse en el ahorro y dejan aflorar sentimientos
como el sentirse grande, el hacer feliz a los demás, el
verse satisfecho por la felicidad evocada, el adquirir fama de
generoso, el no tolerar el sufrimiento de los demás. En
Venezuela esta generosidad, con tendencia al derroche, es
visualizada en todas las capas de la sociedad.

Resumiendo, según lo enfatiza el profesor
Carías, el venezolano tiene una filosofía del
dinero, del trabajo y de las cosas materiales muy distinta de la
procedente del mundo mercantilista e industrial. "No le da al
dinero el valor de producción (capital par la industria)
ni de cambio de bienes materiales (comercio). El dinero es
primordialmente para satisfacer las exigencias de un yo
espiritual que busca comunicarse y trascender. Los bienes no son
para guardarlos (el futuro es hoy) sino para desplegarlos
aquí y ahora. Morir pobre no es ninguna tragedia, porque
los bienes se han de quedar. Lo ilógico está en
morir rico, porque esa riqueza quedaría frustrada".
Así opera la mentalidad del venezolano, lo que hace
resaltar en él la condición de antiparabolismo
frente a la incertidumbre.

2.- La Ternura y el Rigor

Analizando esas dos condiciones, que van estrechamente
ligadas con el proceder del venezolano, el profesor Rafael
Carías, comienza planteando que la protección y
defensa al niño, a pesar del pronunciado desmembramiento,
en muchos casos, de la familia como núcleo fundamental de
la sociedad y como estructura social cohesionadora del grupo, va
a influir positiva y negativamente en su carácter, lo va a
hacer menos agreste pero también le va a conferir un
carácter delicado y caprichoso; resultando una
ambivalencia que es prevista por la familia, la cual se esmera en
evitar que el niño le salga "malcriado"; en esa
función de evitar va a ubicarse entre la ternura y el
rigor.

La ternura para con el niño es practicada durante
los primeros meses de su existencia. El hombre del trópico
tiene tendencia a manifestarse con suavidad y dulzura hacia sus
hijos mediante la palabra: "Con voz suave y serena se dirige la
palabra espontáneamente al niño repitiendo los
mismos sonidos. El niño comprende que se le toma en
cuenta, y que el afecto y el respeto se expresan en una voz casi
silenciosa". En cambio, subir la intensidad de la voz produce un
efecto desagradable. Subir la intensidad de la voz cuando se le
dirige la palabra produce un efecto similar a un
golpe.

El campo del afecto tiene algunas variantes: Una, cuando
el niño se cree desatendido, llora y atrae la
atención hasta ser satisfecho en sus deseos. Otra, se
evidencia cuando el niño se aparta de la norma impuesta;
al intentar hacerlo tratan de impedírselo, entonces
comienza a llorar y vuelve a intentar apartarse de la norma, en
este trace viene una prohibición más fuerte que
incluye regaños. En este momento de la actuación,
el niño pasa a comprender que él se ha convertido
en elemento perturbador del ritmo de tranquilidad que exige el
juego del afecto. En criterio de los entendidos en la materia
tratada, a esta actitud de rebeldía contra el orden y la
normalidad del juego de afectos se le llama malacrianza. Debemos
saber que el clima de ternura tiene su límite, y el
aceptar las normas con naturalidad, dentro de las expectativas de
comportamiento adecuado, es la "buena-crianza" que se patentiza
en el dominio propio, el saber conformarse y manifestarse con
cierto estoicismo silente; los desahogos rabiosos son mal
vistos.

En postulado de una buena educación, se entiende
que el buen criado no queda al descubierto delante de un tercero,
no sale ante otros con una "malacrianza"; es de entender,
murmullos, desplantes, mal gesto. Resultaría culposa una
falta en ese sentido, ya que la norma de buen comportamiento
tiene también una connotación
moral´

Se entiende, de lo expresado, que la educación
temprana del niño viene a constituirse en el fundamento
primordial del comportamiento social aceptable del adulto. Desde
ese punto de vista, es inobjetable el planteamiento que sobre el
comportamiento del trabajador u obrero venezolano, hace el
profesor Carías, en la descripción
siguiente:

"Esta característica educativa del venezolano
destaca más en el contraste con las expresiones
espontáneas y fuertes del hombre de otras culturas.
Escenas como la que sigue tiene lugar en los sitios de trabajo
donde los obreros son del país mientras el boss proviene
de otras latitudes. Los contratiempos frecuentes hacen explotar a
ese boss en grito, maldiciones y exclamaciones. El resto de los
trabajadores parece en comparación un pequeño
rebaño que se ocupa de otra cosa. No hacen coro, no
corren, no gritan, se limitan a sonreír".

3.- Protección al Pequeño, al
más débil

Existe una posición que surge del campo de la
psicología, según la cual, al venezolano se le
considera como un niño grande, consecuencia de haber
tenido una niñez demasiado protegida. En realidad, como se
ha dicho, la actitud del adulto tiene su raíz en el trato
recibido cuando pequeño. De ese proceso de
enseñanza en la niñez deriva la actitud fundamental
de ser sensible ante la debilidad humana y de adoptar una actitud
de defensa para el débil amenazado. En términos
concretos, dentro del grupo familiar o social, el débil e,
ante todo, el niño. Por su sola existencia, el niño
es acreedor a la hospitalidad, el techo y la comida; de
allí que la imagen del niño abandonado es siempre
censurada. Dice el profesor Carías que esa
superprotección al niño tendrá consecuencias
en su seguridad posterior, en la indecisión y
búsqueda de un ambiente protector: el círculo de
amigos, el club social, el partido político.

Siendo que la cultura latinoamericana se manifiesta por
su suavidad en el trato, sobre todo y fundamentalmente en la
crianza de la prole, la pregunta que se hacen quienes se han
dedicado al estudio del comportamiento humano en esta parte del
mundo, es: ¿Cuál es el origen de esa actitud
dirigida a proteger al niño, y por consiguiente al
más débil que está acendrada en la cultura
latinoamericana? La respuesta que se dan es que, en general, la
cultura latinoamericana es suave: voz baja, paciencia, silencio,
que contrasta con la de personas de otras latitudes que tienen
cultura duras: increpaciones, desplantes, truenos y aristas
fuertes, En esa culturas la voz y la mano dura caen sobre el
niño quien siente los golpes y oye la interjecciones
densas. Pero es el caso que muchos de esos hombres de culturas
duras vinieron a poblar el continente americano. En este punto
vuelven preguntas: ¿De dónde le viene la suavidad
que caracteriza el acento latinoamericano? ¿Por
dónde transitó, que de paso se suavizaron las
aristas? Al parecer, una de las vías hacia esa
transformación fue la no-resistencia indígena que
hizo del hombre criollo un gritón sin respuesta, por lo
que hubo de bajar la voz. Los gritos no encontraron eco, se
fueron perdiendo mientras eran absorbidos por el tamiz de la
timidez, de la indiferencia y el fatalismo. En esa onda de
análisis, Rafael Carías mantiene su criterio de
que:

"En la dialéctica amo-esclavo del contexto
latinoamericana el amo adquirió la languidez y lentitud
del esclavo. Amo y esclavo fueron subyugados por la
geografía. El nuevo mundo es inmenso y esa inmensidad
sobrecoge con su naturaleza siempre fresca, verde y tenue. No hay
sequedad ni aridez. No se cultivaba en suelo de piedras, mil
veces arado, trabajando contra el tiempo para hacer provisiones
para la época de frío y tempestad. Aquí la
naturaleza sale al encuentro de manera imperceptible y
cálida. La naturaleza le tendió la mano al hombre,
le ofreció sus frutos sin sorpresas ni imprevistos y lo
asimiló a su imagen y semejanza: el hombre
homogéneo, lánguido, suave del trópico,
perdidas las aristas de su voz, de sus gestos y de su
corazón".

4.- El Humor en el Venezolano

Al abordar este tema es importante hacer unas
consideraciones previas en torno al concepto "humor", antes de
referirnos a él adosado a la naturaleza y carácter
del venezolano. Desde ese encuadre, hay quienes dicen que el
humor es propio de los pequeños; es decir, de los que
sufren.los que lo tienen todo no tienen ni propician el humor,
porque en sus actuaciones hay ausencia de sorpresas. Todo
está previsto en su andar. El viaje de ida, de regreso con
puntos intermedios siempre está solucionado. Pero los
pequeños, los que sufren , éstos viven en un mundo
de improvistos y sobresalto. Algunos de esos improvistos suelen
ser motivos de humor, porque su materia prima la constituyen las
equivocaciones. El humor supone lo humano y lo dulcifica. La
dulzura humana del humor consiste en señalar esas
deficiencias, no en forma crítica, sino graciosa,
desviando hacia lo risueño la ira y orgullosa
disconformidad que la falla pudiera provocar.

Muy acendrada la idea que, más que el humor como
tal, lo que verdaderamente tipifica la idiosincracia de los
pueblos es el tipo de humor. Se habla de que el humor
inglés es fino y de mucho sentido común; en
oportunidades se dice que es un humor ácido, "humor
negro". El humor peninsular ibérico es truculento,
ejemplos pueden obtenerse de la astucias de Sancho Panza en la
obra: El Quijote de la Mancha. El humor de los pueblos orientales
de cultura árabe es de mucha alusión a camellos y
asnos. El humor ruso o de los pueblos caucásicos es de
contraste. Lo que significa que pro la forma de fluir las
características del humor, en determinadas circunstancias,
se puede llegar a inferir a cual cultura pertenece.

Conforme a lo arriba dicho, el humor del venezolano,
¿y por qué no? de muchos pueblos latinoamericanos
es el del hombrecito en aprietos al que se le busca una salida
graciosa. No es de extrañar que en ocasiones, a una
persona común del pueblo venezolano se le escuche una
carcajada celebrando el hecho de que llegó a su casa a
hora de comida y no encontró nada con que satisfacer el
hambre. Visto así, el humor del venezolano tiene su
función bien nítida: poner –como lo dicen los
individuos, sin ningún remilgo- al mal tiempo buena cara;
salir del apuro por la rendija del risueño; aliviar una
situación tensa y triste sin perjudicar a nadie; por el
contrario mediante un gesto que provoque hilaridad. Eso puede
verse plasmado en l torrente de chistes que asoman durante los
velorios de difuntos. Carías establece que la
filosofía del humor venezolano discurre a hacer ver que
nada es totalmente serio o totalmente trágico, que hay un
detalle risueño en todo cuadro adusto. La finalidad es
clara: darle a la vida esperanza en medio de la tormenta; tal
método viene a resultar reconfortante.

El humor ha hecho del venezolano un pueblo receptivo y
sociable; pero es, en elevado grado, un humor parvo, brotado
entre lágrimas de infortunio; se capta como un grito por
la justicia que parte de quien está oprimido. Sin embargo,
ese humor surgido del dolor es en sí mismo la
superación del infortunio, un elevarse por encima de las
circunstancias caóticas. Como el humor le permite
sobreponerse al afligimiento que gotea el infortunio, el
venezolano vive la vida deportivamente.

5.- El Mirar de Soslayo

En palabras de Rafael Carías, el venezolano no
avanza de frente. Y cuando dirige la palabra ya el interlocutor
se ha ido. Habla de espaldas, a lo sumo de perfil, o si de
frente, con la mirada distraída. Antepasados del
venezolano campesino y urbano es el indígena asomado y
sometido al amo a quien le hace muecas a su espalda. El
venezolano mira de soslayo y eso es un fenómeno que va
directo al campo de las relaciones públicas y de los
grupos. Es un hecho que ocurre generalmente en público. Y
en público, el venezolano solo deja ver su perfil;
así lo asevera Carías, argumentando, además,
que quien avanza de lado puede devolverse imperceptiblemente y
tomar posición de retroceso.

Categóricamente afirma el profesor Carías,
que esa posición ambigua, de lado, es un hecho,
está allí, en la presencia cultural del venezolano.
Existe. Y es algo generalizado. Nadie da la cara. Todos tratan de
hablar en una especie de parábola, de lenguaje excusable.
No comprometido. En el lenguaje escrito rara vez se habla en
concreto. La conversación es una mera transmisión
impersonal que se escusa en una fuente desconocida que apunta
hacia un horizonte indefinido. El interesado, con mucha
exigencia, a penas llegará a conocer lo que se dijo, no
quienes lo dijeron ni su autor original. El venezolano parte del
criterio de que es innecesario arriesgarse, complicarse la vida.
Ubicado en esa posición, dice las cosas buscando siempre
el anonimato grupal. Las polémicas son raras y cuando las
hay los observadores forman coro, aúpan, se manifiestan
sin atreverse a tomar partido.

Contundente, fuerte, de contundencia sólida, lo
que expresa Carías, en concordancia con su
investigación: "La denuncia directa y la ofensa que
implica una confrontación conducirían a una mengua
en la seguridad a la que aspira el venezolano, ya que el
denunciado es generalmente poderoso no hay pues que irritarlo ni
despertar su mala voluntad". Todo se establece en el plano de
permanecer en la tranquilidad. En no llevar la situación a
condiciones de sobresalto. Para individuos de otras culturas, esa
tendencia del venezolano a evitarse problemas, es un estado de
pasividad que atenta contra su propia condición de
ciudadano libre.

La actuación de esa forma lleva al interesado a
tener que interpretar por sí mismo el lenguaje y asumir la
hipótesis de ser aludido. De que en la denuncia o la
referencia anónima hay la intención de
inculparlo.

6.- El Menguado Sentimiento Nacional

La investigación llevada a cabo por el profesor
Carías, cuyas conclusiones llevan a este análisis,
en cierta medida demasiado sintético, apretado, limitado
en cuanto a argumentos para reforzar ideas, establece que el
sentimiento de identidad nacional del venezolano es bastante
discreto, muy delgado, casi imperceptible; en algo debido a la
apertura de una amplia zona marítima que advino en punto
de apoyo colonial en la ruta para los aspectos fundamentales de
cultura y poder. A su vez, el aspecto indígena no tuvo
mayor impacto cultural debido al nomadismo, a esa forma diluida
de asentamientos poblacionales que caracterizó a las
etnias locales. La realidad es que cada tribu, en el
ámbito regional, formaba una pequeña nación,
lo que ocasionó que su contribución a la
integración de una unidad nacional fuera nula.

Dadas las limitaciones originales, expresa
Carías, fuertemente ancladas en la historias de una
región administrativo militar denominada Capitanía
General de Venezuela es de suponer que partir de la Independencia
pudiera consolidarse un sentimiento de identidad nacional.
Ciertamente, la Independencia no logró fortalecer tal
sentimiento de identidad nacional; cuando concluyen los
enfrentamientos bélicos de la gesta emancipadora, el
concepto de patria queda diluido en un contexto político
territorial bastante extenso denominado Gran Colombia. Para
desligarse de esa atadura y concebir, en un plano
geográfico específico, la porción denominada
Venezuela conforme a las dimensiones que tenía durante la
colonia, fue preciso el surgimiento de un movimiento separatista
contundente que dejó la herencia de los caudillos
regionales, los cuales tuvieron preponderancia en la
orientación de la República hasta las tres primeras
décadas del siglo XX.

Para Carías, lo tenue de la herencia
indígena, objetivamente de poco relieve y alcance, hizo
que el mestizo y el aborigen se sintieran extranjeros en su
propia tierra y, dejando que su pasado se desvaneciera en sus
conciencias, comenzaran una existencia resignada con
vergüenza de su propia procedencia. De allí que el
resultado civilizatorio fue una nación de criollos
distanciados de la metrópoli. En la mentalidad de los
dirigentes de la metrópoli (de España), estuvo por
mucho tiempo ausente la idea de otorgarle al territorio de
Venezuela una clasificación de ciudadanía
más elevada, como si sucedió con los territorios de
Colombia, México y Perú que fueron jerarquizados
como Virreinatos, lo cual permitía una
consideración más adecuada desde el punto de vista
de la administración de los recursos locales.

Toda esa conjunción de elementos
históricos que revoletearon en torno a Venezuela durante l
colonia, al finalizar la gesta emancipadora y luego con el
surgimiento de los caudillos, coadyuvaron para debilitar
cualquier sentimiento firme del venezolano hacia una
adquisición de compromiso y de identidad
nacional.

7.- El Padrinazgo en la Relación Social del
Venezolano

En el mundo mediterráneo, en esa porción
de pueblos que circunda al mar Mediterráneo, y nutre sus
relaciones culturales utilizando sus aguas para comunicarse,
allí está profundamente arraigada la
relación del padrinazgo: padrino-ahijado, cuya dualidad
establece la institución del compadrazgo, aun cuando esa
forma de relacionarse es producto de una intención de
orden religioso, su constitución apunta a reforzar
fuertemente los vínculos sociales dando pie a un estrecho
compromiso de auxilio mutuo entre los que contraen los lazos. El
padrino, como lo manda la Iglesia, pasa a ser "un segundo padre"
para el ahijado; esto significa que, de alguna manera,
está comprometido con el porvenir del ahijado y debe
respetarlo en la misma medida que lo hace con sus verdaderos
hijos, pero hay que indicar que ese deber de respeto tiene
mandato de reciprocidad del ahijado para con el
padrino.

Del ambiente mediterráneo indicado llegó a
estas tierras la institución del padrinazgo; ella fue
rápidamente adoptada en Venezuela. Dice Carías que
el padrinazgo tomo cuerpo en el régimen de haciendas que
caracterizó la economía colonial. Para manifestar
el prestigio personal del señor y dar, al mismo tiempo, a
los súbditos posibilidad de defensa. Por supuesto, el
apoyo especial que se puede encontrar en un padrino no es
exclusivo del mundo siciliano; de la forma que Mario Puzzo deja
plasmada en su obra literaria: "El Padrino", ni del
campesinado de la hacienda, sino que se encuentra ahora
incrustado en otros ambientes como son, el burocrático, el
mundo de los privilegios y el círculo del poder
partidista. Este hecho postula que el padrinazgo, que brinda
apoyos y abre puertas, es un fenómeno vastamente extendido
por diversas regiones, aun donde funciona una maquinaria
impersonal o automatizada.

En el ámbito de la relación de padrinazgo,
el ahijado se siente con derecho natural a la protección y
busca mantener la disposición favorable del padrino. Esta
actitud –expresa Rafael Carías- influye
sustancialmente en la manera de concebir el trabajo. Trabajar es
mantener las buenas relaciones con el padrino. Trabajar es buscar
el favor del padrino como reciprocidad a la ayuda que se le da.
Trabajar es la expresión de la sumisión, de la
vinculación personal, mostrar que se hace algo por
tratarse del padrino. En esta actitud, como bien pudiera
observarse, está fuera de lugar, no cabe en absoluto,
consideración alguna del trabajo como resultado de un
contrato o como deber abstracto.

Imposible negar esa relación padrino-ahijado como
tendencia a fortalecer los vínculos sociales que tiene el
venezolano. Pero la cuestión no queda solo entre el
padrino y el ahijado, sino que se extiende a dar por entendido
que también surge allí un indisoluble compromiso
entre compadres; es decir, entre los padres del ahijado y el
padrino: el compadrazgo, que se abroga casi los mismos derechos y
deberes de la dualidad padrino-ahijado, y a veces muchos otros
que permiten mantener o disfrutar de privilegios
exorbitantes.

Reflexiones
referentes a la acción patronal en relación con la
conducción de los trabajadores

Al sumergirnos, buscando detectar algunos aspectos que
oriente sobre las relaciones y los niveles de confianza que se
establecen entre los patronos y los trabajadores, el espejo
revela que en la multiplicidad de relaciones que se dan a lo
interno de una empresa, fábrica o institución,
sobresalen tres líneas de contacto del patrono con los
trabajadores. Una línea va direccionada hacia los obreros,
otra hacia los administradores y la tercera hacia los
técnicos. El Patrono, a través de las instancias de
conducción, operadas por colaboradores adecuados, precisa
de una alta dosis de conocimiento psicológico,
básicamente para ayudar darle fluidez a las relaciones con
los obreros. No es que los obreros sean unos desadaptados, no,
son seres humanos muy estables; el asunto radica en que por ser,
precisamente, seres humanos con necesidades puntuales que
satisfacer, y su única posibilidad para encarar el
problema y alcanzar el objetivo de solución es la
capacidad de su fuerza de trabajo, que alquila al patrono y, por
tanto, tiene el ineludible deber de cuidar; es decir, de
mantenerla en perfectas condición de operatividad para que
siempre sea apetecible a los deseos o exigencias de
multiplicación que anida en el ánimo del
patrón. En ese propósito, los obreros se las
ingenian para constituirse en núcleos de poder con
suficiente fuerza para contraponerse a la que reposa en el
patrono gracias al control del capital como elemento de
importancia mayúscula en el quehacer empresarial. Uno de
los mecanismos más populares al que recurren los obreros,
es la de organizarse en sindicatos; desde luego, existen otras de
larga data en el transcurso de la historia, frente a las cuales
los patronos tradicionales presentan cierta resistencia para
advenirse a entendimiento con ellas; por ejemplo, los
comités de fábricas; las asociaciones de obreros
libres, y un tanto más hacia la organización
popular, los consejos comunales.

Es importante señalar que, cualquiera sea la
organización institucional en la que el patrono se ubica,
en la condición jurídica del Estado burgués,
la propensión es a una multiplicación del capital,
incluso, a riesgo de disminuir la calidad de la fuerza de trabajo
y reducir las posibilidades del obrero como factor fundamental en
las relaciones de producción. Cuando esa circunstancia de
que el capital hace todo lo posible por mantener la
preponderancia, surgen entonces los momentos conflictivos que
generalmente se resuelven por vía la Contratación
Colectiva acordada mediante un acercamiento, lo más
sólido que se pueda, hacia las posiciones de
consenso.

Conclusiones

De la lectura de esta información, que como se ha
dicho, pretende ser un aporte a la discusión en procura de
solidificar el pensamiento socialista bolivariano de Venezuela,
se pueden extraer algunas conclusiones con condiciones de
constituirse en sustancia básica para la
formulación de interrogantes con mayor fuerza nutriente de
lo que hemos querido asentar en este trabajo que recoge ideas, en
distintos planos: nacional y mundial, de variados planteamientos
en torno al pensamiento socialista. Dichas conclusiones
podríamos enumerarlas, sin que el orden establezca
jerarquía, de la manera siguiente:

1.- Venezuela se insertó, diríamos que un
poco tardío, al proceso de conocimiento, discusión
y difusión de la ideas socialistas. Mientras que en Europa
y otras partes del mundo, la discusión sobre la
importancia y viabilidad del socialismo comenzó a tener
auge en segunda mitad del siglo XVIII, en Venezuela se vino
sintiendo al inicio de la década de los años "30
del siglo XX; un retardo de casi 150 años.

2.- A pesar de esa circunstancia de lo tardío,
las ideas socialistas han sido y siguen siendo materia de
discusión que orientan en la visión de país
que cada tendencia política con opción de poder
tiene.

3.- La implantación o experimentación
práctica de las doctrinas derivadas del pensamiento
socialista han sido posible, previo largos procesos de lucha
intensa. No ha sido nada fácil, por el contrario
implantar, en sociedades determinadas, gestiones administrativas
orientadas bajo los esbozos de la ideología socialista ha
generado confrontaciones bastante duras, incluso dentro de las
mismas filas de quienes profesan igual bagaje de
ideas.

4.- En Venezuela hoy, después de una larga
dormitada o estado de sopor de quienes se inclinan por ir hacia
la transformación de la sociedad tomando el camino del
socialismo, ha vuelto a renacer la tesis de que ese camino es el
más expedito para llegar con prontitud a una
transformación de la sociedad que se advenga a un proceso
permanente de justicia social, equitativa, igualitaria y sin
privilegios.

5.- La tendencia hacia el socialismo, en la Venezuela
actual, tiene su base de a apoyo en el poder político
gubernamental, lo cual le confiere ciertas posibilidades de
éxito todavía no muy sólidas, debido a que
las fuerzas políticas contrarias y, de alguna manera, un
sector amplio de la sociedad presentan resistencia
sostenida.

6.- Además de las fuerzas políticas y
sociales, existe un sector que, en previsión de
supervivencia, también presenta cierta y determinante
resistencia al cambio: La burocracia. Esa masa humana compuesta
por tecnócratas, peritos y experto, que integra el equipo
de gestión administrativa, apegada a normas,
códigos, procedimientos y métodos que configuran
una mentalidad cosificada que entraba el avance de nuevos
modelos.

7.- Configurar y poner en ejecución un plan
ideológico general con el propósito firme de
avanzar hacia la transformación radical y profunda de una
sociedad, tiene como premisa fundamental precisar el
carácter psicológico y motivacional de las personas
integrantes de esa sociedad, para poder aplicar, con previsible
posibilidad de éxito, los programas de acción.
Básicamente hay que saber cómo piensan los miembros
de esa sociedad; cuáles son las motivaciones que conllevan
a la integración y relación grupal; qué
camino vislumbran en la decisión de alcanzar futuro
promisor.

Recomendación

Una fórmula que ayudaría al logro del
objetivo de hacer prevalecer las ideas socialistas en nuestro
país, es la aplicación de un vasto e intenso plan
de formación y concientización de la mentalidad
colectiva mediante el empleo de mecanismos y recursos como:
cursos, charlas, conferencias y exposiciones sobre los aspectos
relevantes de la doctrina socialista, pero fundamentalmente sobre
la nueva doctrina que impulsa la revolución bolivariana:
El Socialismo del Siglo XXI, basado, principalmente, en el
pensamiento político-social de El Libertador, Simón
Bolívar.

En la línea de esta orientación,
podría adoptarse como una propuesta de Curso de
Formación el que se señala a continuación;
entendiéndolo como primer paso en una actividad permanente
y sostenida de formación.

Curso de
formación para promotores de las ideas socialistas
bolivarianas en Venezuela: premisa para el cambio social
estructural

Este Curso, por su modalidad socializada e interactiva,
debe realizarse en dos jornadas diarias de 4 horas cada
una.

Vista la característica de las personas a quien
está dirigido: individuos con ocupaciones laborales, se
recomienda que se tome como primer día de
realización el viernes, en horas de la tarde y se culmine
el día sábado en horas de la mañana. Con el
siguiente diseño:

Día viernes:

4:00 a 5:00 P.M. Apertura e Inicio:

A cargo del Dr. Marcos Catoni

5:10 a 6:30 P.M. Tema: Surgimiento de las Ideas
Socialista en el Mundo. Ideas

Socialista en Venezuela

Motivador: Lic. José Isidro Cordero

Tiempo distribuido así:

50 minutos de exposición por parte del
Motivador

30 minutos para discusión grupal
socializada

6:30 a 6:45 P.M. Corte para tomar un
refrigerio

6:45 a 8:05 P.M. Tema: Pertinencia del Cambio de
Paradigma en una

Sociedad Socialista

Motivador: Abgo. Frank Ocanto

Tiempo distribuido así:

50 minutos de exposición por parte del
Motivador

30 minutos para discusión grupal
socializada

Día sábado:

8:00 a 9:20 A.M. Tema: Marco Jurídico de la
Participación Social Individual

y Colectiva en Venezuela

Motivador: Abgo. Sergio Lara

Tiempo distribuido así:

50 minutos de exposición por parte del
Motivador

30 minutos para discusión grupal
socializada

9:20 a 9:35 A.M. Corte para tomar un
refrigerio

9:35 a 10:55 A.M. Tema: Proceso Civilizatorio de la
Humanidad: Resumen

Motivador: Lic. José Isidro Cordero

Tiempo distribuido así:

50 minutos de exposición por parte del
Motivador

30 minutos para discusión grupal
socializada.

Esta propuesta organizativa del I Curso, o los
sucesivos, puede ser modificada en cuanto a día y horas de
realización, conforme al conocimiento que se tenga sobre
la disponibilidad de tiempo de los potenciales
participantes.

¡DE INTERES!

1.- El local donde ha de llevarse a cabo las actividades
del Curso debe ser de ambiente agradable y con las comodidades
necesarias a fin de que los participantes se sienta
cómodos.

2.- Los minutos de descanso y toma de refrigerio debe
ser respetados sin ninguna escusa. Esa es una
recomendación pedagógica de gran peso, ya que
permite a los participantes una especie de oxigenación
para continuar con buen ánimo la tarea.

3.- Se debe suministrar a los participantes determinado
material de apoyo, que sirva, a la vez, de consulta y reciclaje
de conocimiento en tiempo posterior, cuando asuman la
responsabilidad de multiplicadores.

 

 

Autor:

Marcos Alexander Catoni
Quijada

Partes: 1, 2, 3
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