La educación en valores de los jóvenes en base a la axiología guevariana (página 2)
Los investigadores Roberto Muñoz y Alicia Pino,
en su trabajo: "José Martí: una concepción
alternativa sobre el desarrollo social" sostienen, acerca de los
valores y el papel del componente ideológico en el
desarrollo, que:
"Uno de los cuestionamientos más
sobresalientes sobre el modelo de desarrollo globalizado
neoliberal es el desarrollo del componente valorativo en el
desarrollo espiritual de la sociedad actual, en correspondencia y
como consecuencia de la naturaleza del propio modelo
(8)".
Como evidencia la labor de ambos estudiosos, las
sociedades actuales son objeto de la puesta en vigor de un modelo
que implica una alta dosis de destrucción para el hombre y
la humanidad. Representaciones, valores, evaluaciones, juicios,
sentimientos, significados y sentidos que tienen cuerpo en las
diferentes proposiciones actuales de solución de los
problemas del desarrollo y se expresan en concepciones sobre la
implementación de alternativas, que incluyen el
análisis de cambios en los aspectos que los componen:
sistema organizacional, técnico-económico y
científico, por tanto, se constituyen en nuevas propuestas
de aspiraciones sociales que representan.
El estudio realizado por el Comité Central del
Partido Comunista de Cuba señala que:
"Los valores son determinaciones espirituales que
designan la significación positiva de las cosas, hechos,
fenómenos, relaciones y sujetos, para un individuo, un
grupo o clase social, o la sociedad en su conjunto. Están
condicionados por las relaciones sociales predominantes,
constituyen componentes esenciales de la ideología,
expresión de la cultura y la historia de una sociedad en
una época determinada, y de los intereses, puntos de
vista, necesidades y contradicciones de los diferentes sujetos
(9).
El citado documento expone que son: orientadores y
reguladores conductuales, constituyen un sistema, por su
interrelación, se jerarquizan, y guardan una
relación con la moral, lo que constituye un elemento
valioso a tener presente en el estudio de ellos.
Los valores son reguladores de la conducta de las
personas en la sociedad porque crean todo un sistema de
representaciones morales-ideales, principios, estimulaciones,
estos son los valores jerarquizados y pueden ser de diferentes
tipos: morales, políticos, estéticos,
filosóficos, ect.
Los valores reflejan el contenido que debe exigirse en
las condiciones actuales para poder adentrarse en la labor
político-educativa que cada miembro de la sociedad cubana
tiene que desempeñar, puntualizando que:
"Son expresión de la cultura y
componentes de la ideología.Sirven como elementos reguladores de la
conducta, se erigen en norma ideal y modelan la forma de
actuación.Se ubican en el plano espiritual y designan una
significación positiva en las cosas que se
hacen.Se forman en la vida diaria y se manifiestan en
los hechos, fenómenos y relaciones entre los sujetos,
ya sean en un grupo o clase social, o en la sociedad en su
conjunto.Participan de los sentimientos, los compromisos,
las motivaciones, las actitudes y los intereses de cada
individuo.Para su educación requieren pensarse y
desarrollarse en sistema, pues se interconectan e
interactúan unos con los otros.Están condicionados por el desarrollo y
la experiencia histórico-social e individual y por los
factores de influencia educativa
(10)".
Como parte de la interrelación hombre-mundo, los
valores son un proceso de la producción material y
espiritual y se convierten en orientaciones conscientes del
sujeto en dependencia del nivel de desarrollo alcanzado, la
experiencia histórico-social e individual y el impacto de
los factores de influencia educativa.
Fabelo Corzo ha expresado que
"(…)cada sujeto social, como resultado de un proceso
de valoración, conforma su propio sistema subjetivo de
valores que puede poseer mayor o menor grado de correspondencia
con el sistema objetivo de valores, en dependencia ante todo del
nivel de coincidencia de los intereses particulares del sujeto
dado con los intereses generales de la sociedad en su conjunto,
pero también en dependencia de las influencias educativas
y culturales que ese sujeto recibe y de las normas y principios
que prevalecen en la sociedad en que vive. Estos valores
subjetivos o valores de la conciencia cumplen una función
como reguladores internos de la actividad humana
(11)"
El sistema de valores interconectados de la sociedad
cubana de hoy la identifica, al igual que a sus integrantes; cada
cual tiene sus propias virtudes o pautas de conducta, que son el
producto de los cambios socioeconómicos inherentes al
período de transición del capitalismo al
socialismo, además, influye la educación recibida
de forma directa a través de los centros educacionales y
de forma indirecta por la influencia de las organizaciones
sociales y comunitarias. Por otra parte, la cultura, a
través de las tradiciones y costumbres, juega
también un papel significativo en la formación de
los valores humanos; sin olvidar la influencia decisiva de la
familia en la educación de las personas.
El referido autor realiza un análisis
pluridimensional al expresar que los valores se deben estudiar
desde las tres dimensiones en las cuales ellos se manifiestan:
objetiva, que es aquella que se revela
independientemente de la conciencia, existe fuera de ella. La
segunda dimensión es la subjetiva, "(…)
entendida como el proceso de reflejo individual o colectivo
que se forma a partir del resultado de la influencia del valor
objetivo; subjetivización, manifiesta cierta independencia
relativa con respecto al sistema objetivo de valores; donde los
intereses, y el lugar social que desempeñan los grupos
humanos o individuos tienen un papel fundamental. La tercera
dimensión son los valores instituidos y oficialmente
reconocidos".
Como orientadores y reguladores de la conducta
constituyen un sistema, pues guardan relación
dinámica unos con otros, y conforman una jerarquía
entre ellos, que es decisiva en los momentos de elección
moral.
Sobre el tema, Fidel Castro Ruz ha expresado: "Para
mí educar es sembrar valores, inculcar y desarrollar
sentimientos, transformar a las criaturas que vienen al mundo con
imperativos de la naturaleza, muchas veces contradictorios con
las virtudes que más apreciamos, como solidaridad,
desprendimiento, valentía, fraternidad y otras(12)
".
Se conocen como componentes fundamentales para la
formación de los valores, el cognitivo, afectivo-volitivo,
ideológico, las experiencias morales acumuladas en las
relaciones y la conducta de la vida cotidiana.
El estudio realizado en la década del 90 en Cuba
por personalidades como Fabelo Corzo, García Batista,
María Isabel Domínguez y Cintio Vitier, sobre los
valores, su formación, educación y las principales
causales del problema de estos y el deterioro de los mismos,
permitió que desde diferentes aristas analizaran los
valores y sus debilidades fundamentales en la sociedad cubana,
para comenzar un proyecto de educación y formación
de los valores desde la escuela como máxima responsable
del desarrollo de la personalidad (13).
El citado estudio declara como un deber de toda la
necesidad de adoptar medidas que reviertan las debilidades
manifestadas y de fortalecer un programa desde la escuela,
atendiendo a lo referido por Fidel Castro Ruz, cuando
señala:
"La escuela ocupa el lugar principal dentro del
conjunto de influencias que actúan en la formación
(…) En el seno de cada centro de estudio, (…) la labor
educativa dirige toda la vida del escolar. El corazón del
trabajo educativo es la labor de los profesores. Si esta funciona
mal, funciona mal todo el sistema de trabajo.
(14)"
En cuanto a su educación es un proceso activo,
complejo y contradictorio como parte de la formación de la
personalidad, que se desarrolla en condiciones
histórico-sociales determinadas y en la que intervienen
diversos factores socializadores. Esta se realiza a más
largo plazo, la educación conduce necesariamente a la
formación y viceversa, ambas responden a las exigencias
sociales que demandan las condiciones históricas concretas
(15).
La formación de valores se determina no
sólo por los valores existentes o predominantes en la
sociedad, sino también por la experiencia individual del
sujeto, mediatizada por la particular influencia educativa en la
que él participa. Este proceso es el resultado de la
intervención de elementos conscientes e inconscientes del
hombre, pues, las nuevas generaciones se apropian de
disímiles valores mediante la transmisión y la
asimilación inconsciente y espontánea de los
mismos.
La escuela y la familia se destacan entre los agentes
socializadores como formadoras universales de los valores que la
humanidad ha acumulado a través de la historia, pero no
solo estas instituciones son las responsables de la referida
educación, sino también otras que junto a las
organizaciones sociales y de masas desempeñan este rol en
la sociedad cubana actual. Para lograr cambios profundos y
duraderos en las personas es imprescindible modificar los
valores, que son los que condicionan las conductas y las
actuaciones de los individuos.
La
Revolución Cubana y su sistema de
valores
La ideología de la Revolución Cubana y su
sistema de valores, tienen aceptación y también
rechazo en la sociedad cubana; ella es la ideología
dominante y como tal impone su sistema de valores, para lo cual
se apoya en las diferentes instituciones socializadoras, entre
ellas están: la familia, la escuela, las organizaciones de
masa y sociales, los medios de difusión, etc. Ello no
quiere decir que en la sociedad cubana no estén presentes
otros valores que son expresión de otras ideologías
opuesta a la ideología antes citada y que luchan contra
ella. Esas ideologías tratan de aminorar la unidad
ideológica y debilitar los valores de la revolución
y el socialismo; de ahí la importancia del trabajo
político-ideológico como factor esencial en la
lucha por la prevención de estos valores.
A la ideología de la Revolución Cubana le
son inherentes valores proclamados por la Revolución tales
como:
Dignidad: "Es el respeto a sí mismo, a
la patria y a la humanidad".
Patriotismo: "Es la lealtad a la historia,
(la patria y la Revolución socialista y la
disposición plena de defender sus principios para Cuba y
para el mundo".
Humanismo: "Es el amor a los seres humanos, y
la preocupación por el desarrollo pleno de todos sobre la
base de la justicia".
Solidaridad: "Es comprometerse en ideas y
acciones con el bienestar de otros: en la familia, la escuela,
los colectivos laborales, la nación y hacia otros
países. Es estar siempre atentos a toda la masa humana que
lo rodea".
Responsabilidad: "Es el cumplimiento del
compromiso contraído ante sí mismo, la familia, el
colectivo y la sociedad".
Laboriosidad: "Se expresa en el máximo
aprovechamiento de las actividades laborales y sociales que se
realizan a partir de la conciencia de que el trabajo es la
única fuente de riqueza, un deber social y la vía
para la realización de los objetivos sociales y
personales".
Honestidad: "Se expresa en el actuar de
manera sincera, sencilla y veraz. Permite expresar un juicio
crítico y ser capaz de reconocer sus errores en tiempo,
lugar y forma adecuada, para contribuir al bien propio, colectivo
y de la sociedad. Es lograr armonía entre el pensamiento,
el discurso y la acción".
Justicia: "Es el respeto a la igualdad social
que se expresa en los seres humanos, sean creadores de los mismos
derechos y oportunidades, sin discriminación. Pero al
mismo tiempo existen actitudes tales como: el individualismo, el
egoísmo, la indiferencia, etc., que caracterizan a
determinados sectores en la sociedad cubana, que tratan de hacer
preservar sus intereses, a lo que se unen las acciones del
imperialismo norteamericano en su empeño por destruir la
Revolución y su sistema de valores".
También uno de los valores jerarquizados
socialmente es la honradez, que se define en la
rectitud e integridad en todos los ámbitos de la vida y en
la acción de vivir de su propio trabajo y esfuerzo.
(16) La honradez constituye el objeto de
investigación lo que implica un mayor análisis de
este valor.
La concepción Guevariana sobre la honradez como
valor se manifiesta en muchos aspectos de su obra; así
como en su actuación, sobre la cual se han referidos
muchas personalidades, sobre todo Fidel Castro Ruz. Entre los
momentos en los cuales se evidencia el valor honradez en la obra
del Che están:
"En nuestro caso, hemos mantenido que nuestros hijos
deben tener y carecer de lo que tienen y de lo que carecen los
hijos del hombre común; y nuestra familia debe
comprenderlo y luchar por ello (1)"
"Todos y cada uno de nosotros ponga puntualmente su
cuota de sacrificio, consientes de recibir el premio en la
satisfacción del deber cumplido, consientes de avanzar con
todos hacia el hombre nuevo que se vislumbra en el
horizonte"
(…) "pero sabemos que tenemos que nutrirnos
de la sabia y que esta solo podrá avanzar más
rápido si la alentamos con nuestro
ejemplo".
"El trabajo es un premio en ciertos casos, es
instrumento de educación, en otros, jamás es
castigo".
Cada sociedad es portadora de determinados valores, que
son asimilados por los niños, adolescentes y
jóvenes, en forma de orientación valorativa, de
acuerdo con las particularidades de la sociedad en que viven, las
características de cada etapa de su desarrollo y sus
experiencias personales.
Este complejo proceso de educación, responde a
todo el sistema de influencias educativas, en el que ocupa un
lugar fundamental la escuela y la familia. Cabe reiterar que los
valores constituyen un contenido de la educación y su
formación en el proceso básico para elevar la
calidad en la labor que se realiza con las nuevas generaciones.
Es por ello que, cada uno de los factores de la sociedad que
tiene una función educativa, debe definir el rol
específico que le corresponde, en el reforzamiento de los
valores, como encargo social asignado por el Partido y el
Estado.
Es importante, por tanto, precisar la definición
y los modos de actuación que permiten medir dichos valores
compartidos. Los referidos modos de actuación constituyen
instrumentos de trabajo para los educadores que atienden
directamente a los adolescentes y jóvenes porque ellos
permiten tener un criterio de medida para determinar los cambios
conductuales que se producen.
Es preciso adentrarse en los modos de
actuación que se erigen socialmente como reguladores
en la conducta de los cubanos y cubanas en la actualidad y ellos
son:
"Vivir con lo que se recibe sin violar la
legalidad ni la moral socialista.Administrar los recursos económicos del
país, en cualquiera de sus niveles, de acuerdo con la
política económica trazada por el
Partido.Velar porque los recursos económicos se
destinen hacia su objeto social.Combatir la enajenación de la propiedad
social en beneficio de la propiedad
individual.Respetar la propiedad social y personal, no
robar.Enfrentar las manifestaciones de indisciplinas,
ilegalidades, fraude y hechos de corrupción
(17).
Estos modos conductuales son los que deben educarse y
manifestarse en la conducta de los jóvenes internos de los
centros penitenciarios cubanos.
Importancia del estudio y
potenciación de los valores morales en los
jóvenes
En la base de toda visión del mundo, de todo
proyecto, de toda determinación de meta a alcanzar, en fin
de toda orientación a disposición de la
personalidad, de toda actitud y conducta humana subyace un valor
plenamente significativo para el hombre, por eso para el
éxito de cualquier proyecto social es importante tener en
cuenta las necesidades, intereses y valores que mueven y orientan
a los hombres y en especial los valores morales.
El análisis sobre la esencia de los valores
destaca cómo en los mismos se encuentra la
materialización de un cúmulo de experiencias
sociales e individuales, y que representan en su conjunto, una
imagen idealizada a la que se le adjudican el carácter de
universalidad, deviniendo elemento normativo de la actividad por
el sentido que adquieren en el contexto
histórico.
Los valores existen no porque sean un simple reflejo
cognoscitivo o valorativo, sino porque son un producto de la
actividad práctica de los hombres. Es en el proceso de
producción, en el curso de su práctica social donde
el hombre materializa el producto de su trabajo, sus fines e
intereses, los cuales son expresión de sus necesidades,
pero no de un productor aislado, sino de las necesidades
sociales.
Estas necesidades son objetivas, son expresión de
tendencias reales del desarrollo social y constituyen el
resultado de la necesidad histórica, su contenido se forma
en última instancia, sobre la base de la síntesis
de necesidades individuales de millones de hombres pasados,
presentes y futuros, por ello, en el proceso de formación
de valores no se pueden obviar las condiciones económicas,
sociopolíticas en las cuales se encuentran insertados los
hombres, pues conociéndolas es posible avizorar con
claridad hacia dónde se orientan las diferentes
aspiraciones de los mismos.
La sociedad como resultado del cambio que se produce en
sus condiciones económicas realiza una renovación
constante y gradual de sus valores. Si en condiciones de
estabilidad la tarea de educar, formar o potenciar valores es
difícil este proceso en condiciones de tensión
extrema, resulta más difícil pues implica la
búsqueda de nuevos asideros espirituales, de un
reordenamiento de la moralidad, que no se puede dejar a la
espontaneidad ni al azar, sino que debe trabajarse más
sistemáticamente y con más profundidad dada la
situación. Por eso el estudio de los valores y el trabajo
para su potenciación, es un proceso de alta complejidad
teórica y práctica.
Los valores, constituyen formas
ideológico-valorativas de la conciencia social, las cuales
se diferencian por el modo en que reflejan al ser social y por la
función que cumplen dentro de la sociedad,
diversificándose en diferentes formas de la conciencia
social a saber: la filosofía, el arte, la política,
la jurídica, la religión, la ciencia, la
moral.
El valor moral expresa: "La significación
social positiva de un hecho, fenómeno, en forma de
principio, norma o representación del bien, lo justo, el
deber ser, con un carácter valorativo y normativo a nivel
de la conciencia, que regula y orienta la actitud de los
individuos hacia la reafirmación del progreso moral, el
crecimiento del humanismo y el perfeccionamiento humano
(17)".
La asimilación de las normas morales requiere de
un proceso formativo y de incorporación paulatina a
través de la práctica educativa de los
sentimientos, responsabilidades y actitudes morales que pasan a
incentivar internamente a los individuos y se transforma en el
contenido de su conducta, en la dirección y movilidad de
toda su actividad.
En este contexto la educación moral se coloca en
un plano importante, pues su tarea estratégica de dotar al
hombre de un sistema de valores, convicciones y hábitos
que regulen su comportamiento, acrecenta su significación,
como estimulador de la conducta y actividad humanas.
Como fenómeno social la moral se origina por la
necesidad de concordar la conducta de cada individuo con los
intereses de los demás y de la sociedad en su conjunto,
cuando se dan las condiciones para que esta contradicción,
personalidad-medio social, no tenga un carácter
antagónico, de aquí, las importantes funciones
normativas reguladoras y valorativas que desempeña en la
conciencia, relaciones y actividad humana.
Al estudiar la moral en el conjunto de los
múltiples aspectos que se relacionan con ella, debemos
considerar que es una de las formas de la conciencia social que
ejerce la función de regular la conducta de los individuos
en todas las esferas de la vida sin excepción alguna. Ella
se apoya en la persuación, el ejemplo, la educación
y las tradiciones, y en la fuerza que entraña la autoridad
moral de diferentes personalidades, organizaciones e
instituciones.
Al surgir en las fases iniciales de la sociedad, la
moral ha seguido desarrollándose en el trascurso de los
cambios ocurridos en las diferentes formaciones
económico-sociales, con la aparición de las clases
adquiere carácter clasista y refleja la lucha entre
ellas.
A la sociedad socialista le corresponde la moral
socialista, que expresa una serie de principios de la vida y
normas basadas en la lealtad a dicha causa, la conciencia del
deber social, el colectivismo, el humanismo, el patriotismo, el
internacionalismo, etc.
El desarrollo de una adecuada formación moral
implica la consolidación de una serie de eslabones que
garanticen que las exigencias de la sociedad para con la
personalidad, puedan convertirse realmente en valores morales. En
el desarrollo moral desempeña también un papel
fundamental el proceso de formación de los ideales
morales.
Le corresponde al marxismo esclarecer este problema
demostrando el papel que le corresponde jugar a la
práctica productiva en el proceso de formación de
lo ideal, mediante ella el hombre crea los medios indispensables
para poder vivir, producir y reproducir sus propias relaciones
sociales y a la vez ir creando su mundo de representaciones
ideales, de toda su cultura.
Es a través de la práctica que el hombre
comprueba la veracidad de sus representaciones, de sus conceptos.
Es la práctica humana lo que decide sobre la realidad de
los valores que guían su actividad. La acción
recíproca de lo material y lo ideal explica el modo
práctico de actuar del hombre y las formas en que este se
representa esa acción.
El hombre actúa primeramente siguiendo pautas
trazadas por generaciones anteriores y en el curso de su
actividad va creando, junto a los productos materiales, formas
nuevas de la propia actividad, esquemas nuevos adecuados a la
circunstancias que ha transformado convirtiéndose en
guía de su actividad posterior.
De esta manera se van formando los ideales morales, la
sociedad partiendo de la experiencia de generaciones anteriores,
de los patrones morales establecidos, acorde con las condiciones
históricas en que vive va creando un modelo moral, que le
permite trazarse proyectos para conducir su actividad.
En este sentido resultan muy valiosos los trabajos
realizados en nuestro país por Fernando González
Rey. Este autor señala el ideal como un modelo
conscientemente, elaborado que el adolescente se propone a
alcanzar en su conducta, ya que los ideales-señala-
constituyen elaboraciones intelectuales, que se desarrollan en
una unión indisoluble con los principales motivos y
necesidades del adolescente, los que pueden orientarse tanto
hacia personas concretas como hacia elaboraciones abstractas y
generalizadas por el adolescente (19).
En la adolescencia, el ideal origina un sistema
más o menos constante e intenso de aspiraciones morales
que entran a formar parte de sus tendencias afectivas y que
pueden convertirse en un conjunto complejo de fuerzas impulsoras
que determinan la conducta. Al hacerse consciente, puede actuar
en calidad de patrón moral mediante el cual el joven trata
de transformarse a sí mismo y de valorar sus actos y de
aquellos que lo rodean.
Por la gran importancia que revisten los valores morales
y la formación del ideal moral para el buen
desenvolvimiento social es que prestamos atención a esta
problemática, haciendo énfasis con mucha más
fuerza en los valores morales que potencian el Proyecto
Histórico de la Revolución Cubana, pues al ser la
moral el núcleo de la espiritualidad humana y un
movilizador interno de la conducta tenemos que tenerla en cuenta
a la hora de emprender un proyecto de construcción de una
sociedad nueva como la sociedad cubana que se aspira a
lograr.
Varios autores investigan el tema de los valores en la
sociedad cubana, entre los cuales se pueden citar:
"Formación de valores morales de Nancy Chacón
(18); la Tesis en opción al grado de doctor "El
perfil ético del hombre cubano", de Liliana
Rodríguez y Matilde Molina (19);
Aproximación a las aspiraciones, intereses y
preocupaciones de los adolescentes cubanos de María Isabel
Domínguez (20); El periodo especial y los
jóvenes. Colectivo de autores (21); Los
jóvenes cubanos y las actuales circunstancias. Elementos
para una reflexión de Marta Díaz (22);
"Aspiraciones, satisfacciones y expectativas de los
jóvenes (23). Los citados autores prestan
atención a esta problemática, ya que en las
condiciones actuales, después del derrumbe del campo
socialista, el país se ha visto inmerso en una crisis
económica que ha desestabilizado la vida, tanto material
como espiritual, de las personas, donde se han visto afectados
los valores de naturaleza moral que potencian el Proyecto
Histórico de la Revolución Cubana, los cuales
jugaron y continúan jugando un papel decisivo en el
proyecto social.
En la adolescencia comienzan a desarrollarse aquellos
procesos internos que conducen a fines de la misma, a la
formación de puntos de vista y valoraciones relativamente
estables e independientes, a la formación de un sistema de
actitudes hacia los que los rodea y hacia sí mismos, que
resulta también relativamente estable.
El adolescente experimenta una necesidad de afirmar su
individualidad y de ponerse a prueba. Ello va a marcar su
desempeño como actor social, pues sin dudas constituye un
grupo que se autorreconoce a la vez que es reconocido por los
demás grupos sociales. Como actor social es portador de
valores derivados de sus relaciones específicas dentro del
contexto social, que influyen en su conformación de una
visión del mundo, está inmerso en constante
búsqueda de sentimientos, valores y actitudes que expresan
una afirmación del presente y una inspiración hacia
el futuro.
En los estudios de la adolescencia en nuestro
país podemos destacar entre otros a Fernando
González Rey, el cual señala que las cualidades que
poseían alta estima social, eran esenciales para la
formación de los ideales en los adolescentes. En estos
funciona con fuerza un mecanismo imitativo hacia modelos externos
en conjunción con un vínculo predominante afectivo
en relación con ellos. En esta edad comienza a ocupar un
lugar muy destacado en la esfera moral de la personalidad, el
ideal moral, que gradualmente va dejando de ser un objeto externo
de imitación para convertirse en una vía de
autorregulación de la conducta.
El modelo ideal, no puede ser visto como una
abstracción para admirar, sino que es una
representación viva, posible de seguir en la vida
cotidiana y para que cobre vida real debe partir siempre de las
necesidades, intereses y preocupaciones de los propios
adolescentes. Así, quienes se preocupen y ocupen de formar
valores en las nuevas generaciones, deben plantearse un estudio
concienzudo de aquel valor que desea formar, o sea debe poseer un
profundo conocimiento sobre la esencia de los valores.
Entre otros aspectos, se debe conocer exactamente
cuál es el contenido del valor, cuáles son sus
posibles manifestaciones, en que concepto se concreta este valor
y qué relación guarda dicho valor con otros valores
imperantes en la sociedad.
Estas reflexiones indican que cuando se forman valores
debe pensarse en modos concretos y reales en los cuales se puedan
materializar las orientaciones valorativas. Es importante para
las nuevas generaciones conocer qué esperan los adultos y
la sociedad de ellos, qué modelo de estudiante y persona
desean formar en ellos. Importante aspecto de la
orientación de este proceso lo constituyen la
selección de métodos, las vías y los
procedimientos para la formación del valor.
El método para que sea factible y efectivo debe
ser lo más activo y participativo posible, que comprenda
la intervención decisiva de ambos polos del proceso: el
adulto y el menor y en consecuencia se exigirán espacios
para la reflexión, así como de técnicas e
iniciativas creativas viables.
La formación debe partir de la
interiorización de que los valores no se imponen, sino que
se cultivan. "Más que enseñar valores fijos,
debemos instruir a valorar por sí mismo a nuestros
jóvenes. (24)" Debemos ayudarlos a desarrollar
las habilidades que conduzcan a conformar sus propios criterios
con el de orientar su acción, prepararlos para que puedan
valorar, de manera correcta cualquier hecho de la
vida.
La juventud representa una etapa importante de la vida.
Allí donde las decisiones se plantean al joven para que
opte por las mejores elecciones en su vida; una carrera, un
estilo de vida adecuado, hábitos sanos, un proyecto de
vida que le oriente hacia la consecución de sus
metas.
Se presta atención a los valores morales, pues en
los cimientos del proyecto social están contenidos los
ideales más puros de justicia social, independencia,
humanismo, así como en el pensamiento y acción
práctica de los máximos líderes de nuestro
proceso revolucionario como José Martí, Ernesto Che
Guevara y Fidel Castro, constituyendo el soporte espiritual del
mismo
De modo que, los valores siempre constituirán las
herramientas de formación personal, prevención
moral y ética, que influirán positivamente en la
vida de cada joven, siempre y cuando los incorpore en su
práctica personal y formen parte de su actuar
cotidiano.
Los jóvenes piden, entonces, una mayor
congruencia de los modelos que pregonan dichos beneficios de los
valores; la teoría ya la comprenden mejor, pero el ejemplo
coherente de sus modelos son básicos para la credibilidad
interpersonal, incluso social.
La
axiología Guevariana. Su importancia para la
educación en valores
En el pensamiento de Ernesto Guevara se vislumbran
preceptos éticos que deben caracterizar al hombre de hoy y
del mañana, el amor a la patria, a la humanidad, el
internacionalismo, el compañerismo, la disciplina, la
veracidad, la honradez, la sencillez, la modestia, la
solidaridad, la intransigencia hacia la explotación y el
rechazo al individualismo, el cumplimiento del deber, el amor al
trabajo, el colectivismo, el espíritu de lucha ante las
dificultades, la crítica y la autocrítica ante lo
mal hecho.
En uno de sus textos, "El Socialismo y el hombre en
Cuba", el Che aborda la necesidad de formar un hombre nuevo
en el período de construcción de la sociedad
socialista y expone como fundamentos que la imagen de ese hombre
que se quiere con la nueva conciencia socialista, con los nuevos
valores, todavía no está formada, y diría:
"Su imagen no está todavía acabada; no
podría estarlo nunca ya que el proceso marcha paralelo al
desarrollo de formas económicas nuevas" …"las taras
del pasado se trasladan al presente en la conciencia individual y
hay que hacer un trabajo continuo para
erradicarlas".(1)
El Che se refería además, a la necesidad
de que los jóvenes pensaran siempre en su forma de actuar
como individuos, que debían estar siempre preocupados de
sus propios actos, de sus ideas y de su conciencia ante los
hechos de la vida, para que sus actos no mancharan su
prestigio.
La concepción del Che acerca de que el
interés material no debe predominar sobre lo espiritual,
por cuanto los valores humanos distinguen la grandeza del hombre
en la nueva sociedad, queda reflejada en varios de sus escritos,
"(…) que no dejo a mis hijos y mi mujer nada material
y no me apena, me alegra que así sea. Que no pido nada
para ellos, pues el Estado les dará lo suficiente para
vivir y educarse(…)"(1) y convoca nuevamente a
la reflexión acerca de que en el socialismo a diferencia
del capitalismo, los hombres pueden confiar en el Estado, que a
decir del Che, le garantiza lo necesario para cubrir sus
necesidades básicas materiales y espirituales.
El legado del Che cobra hoy mayor vigencia, porque se
está abocado a una batalla por la elevación de la
cultura científica, política, moral e integral de
la sociedad; la Batalla de Ideas, definida por el
Comandante en Jefe como",(…) la batalla de la verdad
contra la mentira, la batalla del humanismo contra la
deshumanización; la batalla de la hermandad y la
fraternidad contra el más grosero egoísmo; la
batalla de la libertad contra la tiranía; la batalla de la
cultura contra la ignorancia; la batalla de la igualdad contra la
más infame desigualdad; la batalla de la justicia contra
la más brutal injusticia; la batalla por nuestro pueblo y
la batalla por otros pueblos, porque si vamos a su esencia, es la
batalla de nuestro pequeño país y de nuestro
heroico pueblo por la humanidad(…) (25)". En
la obra del Che se distinguen con claridad estos
propósitos encaminados a continuar el desarrollo de
valores como la honestidad, la honradez, la justicia, la
solidaridad y el humanismo, en los hombres y mujeres de la
sociedad cubana.
Para el Che una conducta moral elevada ante la vida,
significa no solo cumplir con las normas jurídicas,
reglamentos y leyes escritas que rigen el momento y lugar
histórico que nos ha tocado vivir, sino que, por encima de
este importante aspecto, se trata de evitar que cualquier acto de
nuestra vida diaria pueda retrasar o frenar el desarrollo
socialista de la sociedad y por otro lado, de hacer cada
día, con nuestra actitud, todo el sacrificio y el esfuerzo
necesario para impulsar y acelerar la toma del poder por la clase
obrera, derrotando a la burguesía y sus ideas
retrógradas.
Señaló como aspecto fundamental, la
necesidad de formar valores. El individuo debe participar
conscientemente en todo el proceso transformador de la nueva
sociedad. Llegar a la autorregulación de la conducta, en
la que interviene la conciencia moral, es un elemento
imprescindible en la formación del hombre nuevo. Es
necesario señalar la importancia que tiene la
autorregulación para que exista el dialogo y la
participación consciente.
La importancia del proceso de formación de los
valores morales es un elemento que está presente en todos
los discursos del Che, como principio ético de la
comunicación. Además siempre se mostró
comprometido con la realidad cubana y con los principios de la
Revolución, resaltando la necesidad de mantener nuestros
valores y principios éticos, así como la
preservación de los rasgos identitarios.
Otro aspecto de interés está relacionado
con la claridad y sencillez del lenguaje utilizado por el
Guerrillero Heroico en sus intervenciones, mostrando siempre sus
principios éticos en consecuencia con el ejemplo que
brindó a lo largo de su vida.
El eje que definió la vida de Ernesto Guevara fue
la profunda unidad entre su pensamiento y su acción, en
esta comprensión su imagen se ha convertido en icono. Es
por eso que hoy al pasar por cualquier escuela primaria de
nuestro país y escuchar en la voz de los pioneros:
"seremos como el Che", vemos la vigencia de un hombre convertido
en paradigma de toda América Latina.
El estudio de su vida constituye una fuente inagotable e
inapreciable en la formación y consolidación de
valores éticos, antiimperialistas e internacionalistas
para las presentes y futuras generaciones del
Continente.
CHE, que ha sido ejemplo a seguir en múltiples
facetas de su vida es, sin duda, el símbolo, la
concretización universal del hombre nuevo y de su
moral.
Conclusiones
La educación en base a valores de los
jóvenes constituye una necesidad constante de la
construcción de la nueva sociedad que debe ser conducida a
partir de estrategias previamente concebidas.
La vida y obra de hombres como el Che son referentes
imprescindibles en la formación de las jóvenes
generaciones, ya que sus ejemplos se erigen como paradigmas a
imitar.
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línea]. [Consultado 25 enero 2010]. Disponible en:
http://www.granma.cu/che/carta.html
Autor:
Lic. Aracelys Alfonso
Peraza
Dra. Silvia Yolanda Chirolded
Cepero
MsC. Ana Iris Díaz
Martínez
MsC. María de A.
Castillo
Enviado por:
Amado Cruz
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