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Formación del valor responsabilidad en los adolescentes (página 2)



Partes: 1, 2, 3

El tema tratado por los autores antes mencionados no
aborda de manera integral la formación de valores en los
deportistas, de ahí la necesidad que se tuvo de consultar
otras fuentes bibliográficas que permitieron dar al traste
con estudios realizados por varios especialistas y
personalidades, los cuales coinciden en plantear de la existencia
de una serie de valores inherentes a la práctica
deportiva, así como de su función educativa y
formativa, entre estos autores se encuentran: Yan María
Brohm (1988); N.I Boldiviev (1982); Martha Cañizares
(1994); Armando Forteza (1986); Juan Parent (1990); Peter
Thompson (1991); C. R. Sierra Barbado (1998); Antonio
Gómez Rijo (2001); Zaldivar (2004); Rodríguez
(2003); Gutiérrez (2003); Barreto García (2003);
Rojas Valdez (2003), Manuel González (2002); Maira Del
Toro (2007), aparte de otros estudios realizados por
investigadores de proyectos, trabajos de diploma, tesis
Maestrías y Diplomados. La mayoría de estos autores
centran sus estudios en aquellos valores que son positivos,
deseables, aunque expresan sus argumentaciones sobre el valor
educativo de la actividad física-deportiva, pero difieren
en el número de los mismos.

No obstante a la variedad de criterios y concepciones
existentes sobre los valores y su formación, se asume la
definición de valor aportado por el Dr. José R.
Fabelo Corzo, que trata en su obra "Práctica, Conocimiento
y Valoración", donde señala: "…por valor,
generalmente se entiende, la capacidad que poseen determinados
objetos y fenómenos de la realidad objetiva de satisfacer
alguna necesidad humana, es decir, la determinación social
de estos objetos y fenómenos, consistente en su
función de servir a la actividad práctica del
hombre ".
[1]

Esta definición enfoca el valor como un concepto
filosófico general, al reflejar su doble función
como instrumento cognoscitivo y medio de regulación y
orientación de la actividad humana, entendiéndose
como valor a una compleja formación de la personalidad,
contenida no sólo en la estructura cognitiva, sino
fundamentalmente en los profundos procesos de la vida social,
cultural y en la concepción del mundo del hombre, que
existen en la realidad, como parte de la conciencia social y en
estrecha correspondencia y dependencia del tipo de sociedad en el
que niñas y niñas, adolescentes y jóvenes se
forman.

Este investigador analiza los valores como un problema
complejo teniendo en cuenta su polisemantia y
pluridimensionalidad porque portan una doble relación
subjetivo objetivo y adoptan en ocasiones visiones instituidas y
oficiales. A su criterio sobre la complejidad de este proceso se
añade, su carácter multifactorial, al ser objeto de
atención, análisis e intervención de la
sociedad, la escuela y la familia.

La importancia de educar a los adolescentes de forma
integral, se define a través de la relación entre
valores, actitudes y normas, cuya relación entre estos
términos fue planteada por F. González al
referirse: "Los valores son proyectos globales de existencia
que se instrumentalizan en el comportamiento individual, a
través de la vivencia de unas actitudes y del
cumplimiento, consciente y asumido, de unas normas o pautas de
conducta. "[2]

Atendiendo a lo planteado se considera que en la
educación en valores, juegan un papel importante los
aspectos de la personalidad entre ellos: los sentimientos, las
actitudes, las cualidades y las motivaciones personales,
partiendo del accionar directo en el individuo.

El deporte como acción social ocupa un lugar
importante no solamente en la sociedad venezolana, sino
también a nivel mundial, dado a su naturaleza educativa,
al centrarse en sus principios formativos fundamentales y las
proyecciones dirigidas en lo individual al desarrollo integral,
más completo, y en lo colectivo, al reforzamiento de las
relaciones humanas y el compañerismo, como estímulo
al desarrollo social, ya que actúa como un medio de
recreación, de emulación pacifica, de paz y
amistad.

Muchos son los valores que podemos atribuirle al
deporte, y muchos los que podemos potenciar con su
práctica, el problema reside en que educar en estos
valores supone formar personas honestas consigo mismas y con los
demás, abiertas a nuevas experiencias pero sin anteponer
sus propios intereses en detrimento de los demás,
considerándose el respeto a la libertad de
expresión y a la igualdad de oportunidades como algunos de
los derechos más fundamentales de las personas. En
definitiva, de lo que se trata, es de cómo lograr utilizar
el deporte en beneficio de las futuras generaciones, siempre
desde la perspectiva educativa.

La educación en valores en los adolescentes ocupa
un lugar preponderante en la contemporaneidad, por lo que el
autor determinó dirigir este estudio al fortalecimiento de
uno de ellos: la responsabilidad, empleando para ello la
recreación física, sustentado en que es una
actividad social comunitaria, capaz de contribuir a la
consolidación consciente de dicho valor, al ser
vehículo de educación, salud y esparcimiento y que
además por la gran aceptación que tiene entre los
adolescentes, por formar parte de las actividades que realizan en
su tiempo libre y que en la misma cada joven que se recrea juega
un papel importante, partiendo de la responsabilidad asumida y el
sentido de pertinencia, mostrando intereses individuales y
colectivos. También tuvo en cuenta que los estudios antes
mencionados, no particularizan en la recreación
física en sí y mucho menos en relación a
esta actividad en el marco comunitario, sino que lo generalizan
hacia la actividad deportiva en general.

No es menos cierto que el trabajo que se viene
desplegando en la comunidad en la búsqueda de mejorar la
calidad de vida de la población, se ha ganado bastante,
pero aún subsisten deficiencias en relación al
trabajo educativo que deben desarrollar todas y cada una de las
actividades que se realizan en ese contexto.

En este caso se encuentra la comunidad "Parcela 2"
perteneciente a la ASIC "El Socorro" del Municipio Valencia, por
ser una de las comunidades que más dificultades presenta
en este sentido, tanto por parte del accionar de todos los
factores de la comunidad, repercutiendo en que se presenten
manifestaciones conductuales inadecuadas y el menoscabo de
valores morales principalmente en los adolescentes,
particularmente en la irresponsabilidad que muestran en su
accionar cotidiano y como ciudadanos de hoy, además de no
cumplir con su deberes y obligaciones como entes de esta
sociedad, sino que se dedican a la realización de
actividades y otros menesteres que van en detrimento a su
formación integral, así como al uso irracional del
tiempo libre.

Partiendo del diagnóstico realizado en dicha
comunidad se pudo constatar la siguiente SITUACIÓN
PROBLÉMICA:
es insuficiente el fortalecimiento del
valor responsabilidad en los adolescentes, dado en que prevalece
en ellos la independencia en sus propias valoraciones y
actuaciones, no responden adecuadamente a un conjunto de
exigencias, en función de su desarrollo como personalidad,
presentan problemas de obediencia y subordinación en
relación con el adulto, las posiciones morales que adoptan
dependen en gran medida de las exigencias morales vigentes en su
grupo de coetáneos, la regulación moral no alcanza
el nivel superior (autorregulación), manifiestan
imprecisión y falta de fundamentación de sus
propósitos hacia una adecuada orientación
vocacional y profesional, presentan problemas en cuanto a la
participación activa y consciente en actividades
extraclases, relacionadas con su vida futura, no se cuenta con
una preparación adecuada por parte de los factores que
atienden la comunidad, las actividades deportivas-recreativas y
de otro tipo que se realizan no se corresponden a las
particularidades de los adolescentes.

Los elementos expresados, así como, la
experiencia personal del autor en lo referente al trabajo en
valores, justifican la necesidad de abordar el siguiente
PROBLEMA CIENTÍFICO: ¿Cómo contribuir
a fortalecer el valor responsabilidad en los adolescentes de 17 a
20 años de la comunidad "Parcela 2", perteneciente a la
ASIC "El Socorro" del Municipio Valencia? Es por ello que se
delimita como OBJETO DE INVESTIGACIÓN el proceso de
educación en valores y se define como CAMPO DE
ACCIÓN
el fortalecimiento del valor responsabilidad en
los adolescentes de 17 a 20 años.

El OBJETIVO de la investigación se
encamina a elaborar acciones educativas que contribuyan a
fortalecer a través de la recreación física
el valor responsabilidad en los adolescentes de 17 a 20
años de la comunidad "Parcela 2", perteneciente a la ASIC
"El Socorro" del Municipio Valencia.

En correspondencia con los elementos anteriores se
formulan las siguientes PREGUNTAS
CIENTÍFICAS:

1.- ¿Cuáles serán los fundamentos
teóricos que sustentan el proceso de educación en
valores y del fortalecimiento del valor
responsabilidad?

2.- ¿Cómo se manifiesta el fortalecimiento
del valor responsabilidad a través de la recreación
física en los adolescentes de 17 a 20 años de la
comunidad "Parcela 2", perteneciente a la ASIC "El Socorro" del
Municipio Valencia?

3.- ¿Qué acciones contribuirán a
fortalecer el valor responsabilidad a través de la
recreación física en los adolescentes de 17 a 20
años de la comunidad "Parcela 2", perteneciente a la ASIC
"El Socorro" del Municipio Valencia?

4.- ¿Serán pertinentes las acciones
educativas propuestas para fortalecer el valor responsabilidad a
través de la recreación física en los
adolescentes de 17 a 20 años de la comunidad "Parcela 2",
perteneciente a la ASIC "El Socorro" del Municipio
Valencia?

Las TAREAS CIENTÍFICAS desarrolladas en la
investigación estuvieron encaminadas a:

1. Sistematización del marco teórico
conceptual del objeto de investigación, así como
del campo de acción de acuerdo a la información
bibliográfica recopilada.

2. Diagnosticar el estado actual del trabajo que se
realiza con respecto al fortalecimiento del valor responsabilidad
en los adolescentes objeto de muestra a través de la
recreación física.

3. Elaboración de acciones educativas para el
fortalecimiento del valor responsabilidad en los adolescentes a
través de la recreación física.

4. Valoración de acuerdo a los criterios de
especialistas de la pertinencia de las acciones educativas a
partir de la implementación parcial de las
mismas.

Justificación

El principio rector de la educación socialista,
consiste en educar a las actuales y venideras generaciones como
constructoras conscientes y activas, como defensoras de la
patria, sobre la base de un desarrollo armónico,
espiritual y físico, por lo que se debe trabajar en
dirección a alcanzar "…elevados sentimientos y gustos
estéticos; convertir los principios ideológicos,
políticos y moral comunistas, en convicciones personales y
hábitos de conducta
diaria…"[3]

Extrapolado este planteamiento a la Misión Barrio
Adentro Deportivo los objetivos que se alcanzan en la
educación de las niñas(os), adolescentes y
jóvenes, tienen como base los principios martianos y
marxistas, los aportes y las orientadoras ideas de Fidel Castro
Ruz, así como de otros pensadores cubanos en la
formación revolucionaria, en correspondencia con la
política educacional del país, la formación
de conciencia y conducta, en el espíritu de la moral
socialista como línea fundamental del proceso educativo.
Sobre esta base se resuelven los problemas de la educación
en valores.

Por tanto, el autor consideró que la fuente
espiritual de la fuerza y la pureza del movimiento deportivo
cubano se encuentran en los principios ideo políticos y
morales que expresan las relaciones del ideal social de la
sociedad cubana, auténticamente patriótica,
internacionalista y humanista. La actividad deportivo-recreativa
al ocupar un espacio sustancial en la vida de los adolescentes,
se convierte en un agente socializador y formador fundamental de
auto educación y autoperfeccionamiento
integral.

En realidad los valores son como faros que permiten
avizorar el horizonte de la existencia misma, de ahí que a
través de la actividad deportiva éstos se van a
aprender, desarrollar, consolidar y perfeccionar en la comunidad,
al permitir el intercambio de experiencias, el acercamiento con
las personas significativas del mundo circundante, dejando una
impresión de modo positivo, contribuyendo, de manera
consciente, al desarrollo de una sociedad donde los valores se
convierten en ¡Banderas! para que un mundo mejor siempre
sea posible.

Analizando algunos de los estudios realizados sobre los
valores y el deporte como son los de: Sierra Barbado, Carlos R.
(1998) Estrategia de Dirección para la formación
del valor moral colectivismo en los estudiantes de la carrera de
Cultura Física en Santiago de Cuba; Gutiérrez, M.
(1995) Valores sociales y deporte; Seirul.lo, F. (1995) Valores
educativos del deporte en la iniciación deportiva y el
deporte escolar; Trepat, D. (1995) La educación en valores
a través de la iniciación deportiva; Del Toro
Alonso y M. Medero (1997-2000) Hacia una reflexión
necesaria. La formación de valores en los atletas, un reto
del Sistema de Cultura Física cubano; Formación de
valores en atletas. Una búsqueda de espiritualidad y de
conciencia; Gómez Rijo, A (2005) La enseñanza y el
aprendizaje de los valores en la educación deportiva,
entre otros, no deja a duda de que se haya trabajado con
ahínco al respecto, pero no es el caso en cuanto a la
formación de los valores a través de la
recreación física en general y del valor
responsabilidad en particular que se desarrolla en la labor que
vienen desplegando los colaboradores cubanos en dicha
misión.

Estos estudios sirvieron de punto de partida para que el
autor sintiera la necesidad socialmente significativa que tiene
el tratamiento del valor responsabilidad, al existir una
intencionalidad de fortalecerlo en los adolescentes a
través de la recreación física siendo la
novedad de este trabajo y que además responde a las
exigencias actuales de la Misión Barrio Adentro Deportivo
(BAD) y los imperativos de esta sociedad en cuanto a la
formación de valores, precisándose en este sentido
en la actualidad del tema que se estudia, cuyo aporte e
importancia se da en las acciones educativas propuestas para el
fortalecimiento de dicho valor.

Con la aplicación de dichas acciones se
obtendrán resultados relevantes para el beneplácito
de toda la sociedad, incidiendo primeramente en los adolescentes,
quienes son el centro de la investigación, al percibir un
cambio positivo en su personalidad, la familia y comunidad en
general, dándole continuidad a la hermosa obra que viene
desarrollando la Revolución Bolivariana.

Capítulo I:

Fundamentos
Teóricos

  • Fundamentos gnoseológicos sobre la
    formación de valores:

La formación de valores constituye en la
actualidad un problema que ha sido objeto de análisis por
especialistas y educadores de todo el mundo, debido a la
importancia que tienen en la formación de los seres
humanos en relación con su condición de ente social
y para la formación de su personalidad.

El estudio de los valores constituye un tema
polémico, fundamentalmente por la pluralidad conceptual
que se deriva del tratamiento que recibe por las distintas
disciplinas que lo estudian y los enfoques cosmovisivos de los
que se desprenden diferentes percepciones teórico-
prácticas.

En esta dirección es necesario establecer los
argumentos teóricos precisando los aspectos fundamentales
que avalan el problema desde la perspectiva filosófica y
pedagógica, así como las potencialidades de la
recreación física.

Desde el punto de vista filosófico, se parte de
que el tema de los valores ha sido una vieja preocupación
del ser humano, es por ello que interrogantes asociadas a
qué aceptar como bueno, justo, bello, útil y
qué clasificar como malo, feo, injusto ó
perjudicial han tenido que buscar respuestas para que el hombre
pueda orientarse en la vida y encontrar las motivaciones
necesarias que guíen su actividad y conducta.

Pero estas respuestas no han estado siempre al alcance
de la mano, y en la búsqueda de las mismas los hombres han
adoptado distintas posturas, los que abordan el problema llenos
de dudas y perplejidad, los que poseen criterios totalmente
contrapuestos que hacen que presenten las escalas de valores de
determinados individuos o grupos como las únicas
verdaderas.

Es por ello que antes de aparecer la axiología
como disciplina teórica independiente que se dedica al
estudio de los valores, el tratamiento de los mismos ha estado
presente en la historia del pensamiento filosófico. En el
período clásico de la filosofía griega,
pensadores como Sócrates, Platón y
Aristóteles se preocuparon en su producción
teórica por el problema de los valores destacándose
en sus obras valores como el bien, la sabiduría, la
justicia, la verdad, la belleza, el amor etc., conceptos que
continuaron desarrollándose en el período
helenístico.

En la edad media el pensamiento escolástico
representado por las figuras de San Agustín y Santo
Tomás de Aquino le confirió un peso importante a la
esfera moral en la formación del hombre desde sus
posiciones teológicas. Así mismo sucedió con
las figuras modernas Hobbes, Hume Kant (siglos XVII y
XVIII).

Por lo tanto puede hablarse de contenidos
axiológicos en todos ellos, aunque en el caso de los
valores, estos se analizan de manera aislada lo que limita que se
produzca una sistematización y generalización
teórica de los mismos, debido al nivel de desarrollo que
poseía el conocimiento en esos momentos.

La importancia práctica que posee el tema de los
valores y su vínculo con la comprensión de la
relación hombre-mundo hace que aparezca en la segunda
mitad del siglo XIX la axiología (del griego axia: valor,
logos: estudio, tratado), rama del saber filosófico que ha
tratado de dar respuesta a las siguientes interrogantes:
¿Cuál es la naturaleza de los valores humanos?,
¿De dónde surgen?, ¿Cuál es su
fuente?

Las preguntas anteriores han tenido diversas respuestas
a partir de las distintas interpretaciones que en relación
a los valores han ofrecido los diversos sistemas. Según
Fabelo Corzo estos pueden clasificarse en cuatro grupos que han
tratado a lo largo de la historia del pensamiento
filosófico de explicar la naturaleza de los valores
humanos. Estas posiciones son la naturalista, la objetivista, la
subjetivista y la sociologista.

La naturalista: destaca el vínculo de los valores
con las propiedades naturales de los objetos, del ser
humano.

La objetivista: coloca la fuente de los valores, en un
mundo trascendental eterno e invariable separando su contenido de
la realidad concreta en que habitan los hombres.

La subjetivista: esta pone a los valores en
relación directa con el hombre, con sus necesidades e
intereses pero los hace depender de sus gustos, deseos e
intereses sin importar cuales sean éstos, promoviendo una
total anarquía en el mundo de los valores. Al dejar estos
sometidos a caprichos personales. Se le adjudica el papel
fundamental al sujeto.

La Sociología apela a la sociedad como fuente
legitimadora de valores, la conciencia social será la
encargada de hacer valer los valores. Le adjudica el papel
fundamental a la sociedad en su conjunto.

El análisis de las diferentes posiciones
axiológicas, permite constatar que no existe un concilio
teórico en torno al problema de los valores en la medida
en que cada una de ellas reclama para si el monopolio de la
verdad, centra la atención en uno de los aspectos de los
valores sin llegar a ofrecer una respuesta abarcadora de toda su
complejidad y no explican de manera convincente el origen de los
valores.

Es importante destacar que aunque no existe un concilio
teórico en torno a la definición de valores, se
puede decir que en las diferentes definiciones al respecto,
existe un hilo conductor relacionado con la significación,
del cual se desprenden las diferentes concepciones que existen
sobre lo positivo y lo negativo, lo bueno y lo malo, lo bello y
lo feo, etc.

La interpretación que ha dado el hombre al
problema de los valores a lo largo de la historia, ha constatado
lo polémico y controvertido que resulta el mismo,
así como su condicionamiento histórico social,
criterio coincidente en las obras de los que se dedican a su
estudio, independientemente de su posición de clase y su
proyección cosmovisiva. En este sentido el axíologo
cubano José Ramón Fabelo Corzo de ascendencia
Marxista analiza los valores como un problema complejo teniendo
en cuenta:

Su polisemantia: que se expresa en las diferentes
definiciones que del mismo se ofrecen, atendiendo al tratamiento
que le dan las diferentes ciencias que lo abordan dentro de su
objeto de estudio (Ética, Estética,
Filosofía, Pedagogía y Psicología)
así como a las diferentes interpretaciones del mismo en
dependencia con la posición cosmovisiva que
adopte.

Su pluridimensionalidad: en la cual se reconoce la
existencia de tres dimensiones fundamentales para los valores,
que se corresponden con tres planos de análisis de esta
categoría. Siendo las dimensiones:

Objetiva: los valores se asumen como parte constitutiva
de la realidad, asumiendo lo objetivo un carácter
social.

Subjetivo: se refiere a la forma en que esa
significación social es reflejada en la conciencia
individual o colectiva.

Instituida u oficialista: son las que evidencian el modo
de organización y funcionamiento en la sociedad en la que
el sujeto vive y se desarrolla.

Al criterio de Fabelo en torno a la complejidad de este
proceso se puede añadir que además de su pluralidad
conceptual y dimensionalidad, esta presente también su
carácter multifactorial al ser objeto de atención,
análisis e intervención de la sociedad, la escuela
y la familia.

El autor además se afilia a la posición de
los filósofos cubanos marxistas contemporáneos, los
cuales realizan un análisis de los valores desde la
perspectiva objetiva subjetiva. Cuando declaran que si los
valores objetivos actúan como objetos o cosas de las
necesidades o intereses de los hombres, los valores subjetivos
constituyen la expresión de la relación que el
hombre establece con el mundo concebida desde la perspectiva del
sujeto en el cual intereses y necesidades se traducen en el
lenguaje de lo ideal, de lo pensado.

En este sentido, la definición de valores,
aportada por Fabelo J. R. tratada en la introducción, es
expresión de la dialéctica de la relación
entre lo objetivo y subjetivo y en el mismo se destaca como
elementos esenciales que sirven de guía para el
análisis de este fenómeno los siguientes aspectos:
su significación, la satisfacción de necesidades y
que sirvan a la actividad práctica del hombre.
También se hizo necesario considerar lo expresado por
Rodríguez, Luís E. (2000): "El valor puede tener
un signo positivo o negativo (antivalor). Para el sujeto el valor
siempre va tener una significación positiva pues le
resuelve algo. Sin embargo, el signo positivo del valor se
determina si está en correspondencia con el progreso
social o más bien si se incluye en la ideología que
asume""
[4]

Reflexionando en lo expresado, se es del criterio de que
lo que para un grupo social puede tener una significación
positiva, para otro puede ser negativa y que los valores no son
estables, ni eternos ellos dependen en gran medida del contexto
histórico y las exigencias que de este se deriven,
así como de las etapas del desarrollo ontogenético
en que se desarrollan los individuos.

En el individuo los valores ocupan lugares diferentes en
las distintas etapas de su desarrollo: para la juventud, la
solidaridad ocupa un lugar cimero, en la adolescencia son las
decisiones propias y para la niñez, las buenas
relaciones.

Los valores surgen y se desarrollan en el proceso de la
actividad que el hombre realiza, de ahí que estos asuman
una doble connotación (objetiva, subjetiva), (material,
espiritual). Se pueden ubicar en un nivel material cuando son
objeto que cumplen las expectativas de satisfacer necesidades y
servir a la actividad práctica del hombre y espiritual
cuando se expresan en forma de acciones sociales, ideales y
actitudes, siendo característico de este nivel los valores
éticos, políticos e ideológicos como la
lealtad, la modestia, la honradez, etc. Algunos objetos resumen
ambos niveles, en la medida que logran integrar en el significado
que el hombre le adjudica, la relación entre lo material y
lo espiritual.

El sistema de valores objetivos determinados por las
necesidades sociales y el constituido por los valores
oficialistas que llegan al sujeto a través de la
ideología, la política y la educación tienen
incidencia sobre el individuo, actúan en su subjetividad
que está determinada por sus necesidades individuales, su
estado y satisfacción, mediatizado este proceso por la
acción del medio que rodea al individuo y la incidencia de
las diferentes influencias sociales.

El valor actúa en calidad de regulador solo si es
asumido e incorporado al comportamiento del individuo, es decir,
la interiorización subjetiva del valor solo es posible
cuando ella transita por los procesos cognitivo,
afectivo-volitivo, la experiencia acumulada y la
orientación ideológica.

La interpretación y análisis de los
valores, desde la cosmovisión marxista, pone a la luz, que
el centro de atención en el análisis de este
fenómeno, es la relación que el hombre mediante su
actividad establece con el mundo en el cual tiene una marcada
influencia, el contexto histórico social, la
posición de clase y el individuo, aspectos estos que
determinan la escala de valores sociales e individuales a partir
de lo que se asume como positivo o negativo.

En cuanto a los fundamentos pedagógicos de los
valores, se puede decir que el proceso de formación y
apropiación de los valores, constituye un trabajo
esencialmente educativo que se convierte en orientador de la
acción. Es por ello que la formación de valores
constituye un proceso básico para la elevación de
la calidad educacional y de la vida de los individuos.

Al respecto, Álvarez de Zayas, Carlos (2000),
consideró que: "La preparación de los ciudadanos
de un país para su adecuado desempeño es una de las
necesidades más importantes a satisfacer en cualquier
sociedad, lo que se convierte en su problema
esencial".
[5]

Además, expresó: "Una sociedad
está preparada cuando todos o la, mayoría de los
ciudadanos lo está; un individuo está preparado
cuando puede desempeñarse adecuadamente al enfrentarse a
los problemas que se presentan en su puesto de trabajo y lo
resuelve".
[6]

En ambas expresiones, se enfatiza en que para garantizar
una educación que posibilite la preparación
integral del individuo, es necesario ubicar en el centro de la
misma a los valores, porque de la escala de valores que sea
asumida por estos, dependerá que se tenga hombres capaces
de resolver de manera exitosa y creadora los disímiles
problemas que se presentan en la práctica.

Es necesario educar a niños, jóvenes y
adolescentes en los valores que sustenta la sociedad en que viven
y que todos los que de una u otra forma están
comprometidos con la tarea educacional (familia, escuela,
sociedad), efectúen una labor que prepare al hombre para
la vida, que posibilite una actuación consecuente en su
vida cotidiana, una posición correcta en la
búsqueda de alternativas y soluciones que contribuyan al
desarrollo y conservación de la humanidad. Es por ello que
existe una relación dialéctica entre la sociedad,
la educación, la formación y los
valores.

El proceso de educación en valores debe partir
del criterio de que el mismo solo es viable en la medida en que
participen los distintos factores que inciden en la
formación del individuo, la familia, la escuela y el medio
social, siendo necesario que el sujeto conozca el carácter
objetivo de cada uno de los valores y experimente y vivencie en
lo individual y colectivo, los parámetros e indicadores
positivos que los caracterizan.

Lo antes expuesto, permite afirmar que los valores se
educan y se forman en la medida en que la educación va
dirigida a la formación del hombre y debe dar respuesta al
tipo de hombre que hay que formar para vivir en una determinada
sociedad.

Por otro lado, la formación de un sujeto es el
resultado de la educación recibida, que se evidencia en
una posición activa en su aprendizaje y desarrollo,
así como en la actitud positiva que pone de manifiesto en
aspectos fundamentales de su vida entre ellos: la familia, el
estudio, trabajo, el tiempo libre, la recreación y la
patria.

Educación y Formación son procesos
interrelacionados que funcionan en una dialéctica de
relaciones mutuas, en la medida en que cuando educamos, tenemos
de manera mediata un producto que está asociado a las
expresiones de comportamientos, formas de hacer, sentimientos e
ideales que se han asumido, formado bajo las influencias
educativas a las que ha estado sometida el sujeto.

Entre dichos procesos existe una relación
dialéctica que debe partir de la instrucción para
que el sujeto tenga los conocimientos necesarios que le
posibilitan el desarrollo en el cual pondrá de manifiesto
no solo los conocimientos, sino también las maneras en que
enfrentará el mundo, evidenciándose en este hacer
sus convicciones concretadas en valores. Desde la posición
pedagógica de Báxter, Esther (2000): "Los
valores son considerados como una compleja formación de la
personalidad contenida no solo en la estructura cognitiva, sino
fundamentalmente en los profundos procesos de la vida social,
cultural y en la concepción del mundo del hombre que
existen en la realidad como parte de la conciencia social y en
estrecha correspondencia y dependencia del tipo de sociedad en
que los niños, adolescentes y jóvenes,
interactúan y se forman".
[7]

Compartiendo con esta concepción se puede afirmar
que entre la educación y la formación existe cierta
relación por ser procesos indisolublemente ligados, que
exigen el papel activo del sujeto, que solo logra alcanzarse
mediante una enseñanza desarrolladora, de lo cual depende
que los valores asuman una significación para que propicie
la regulación del comportamiento, que le sirvan al
individuo como estándares, puntos o marcos de referencia
para valorar a través de la comparación. El valor
actuará en calidad de regulador solo si es asumido o
aceptado por el individuo e incorporado a su
comportamiento.

Es importante conocer que los valores se clasifican en
valores finales y valores operativos. Los valores finales
(asociados con su visión (¿hacia dónde
vamos?) y su misión (razón de ser o ¿para
qué?) y valores operativos o instrumentales (asociados a
la forma de pensar y hacer las cosas con que la
organización pretende afrontar las demandas del entorno e
integrar sus tensiones internas para alcanzar su visión y
su misión). Estos valores tácticos definen la
cultura operativa.

Los valores finales pueden subdividirse en dos
tipos:

  • Valores personales: Aquellos a los que aspira el
    individuo para si mismo y responden a la pregunta:
    ¿Qué es para usted lo más importante en
    la vida? Y van desde el genérico "ser feliz" hasta
    "tener prestigio".

  • Valores ético – sociales: Constituyen
    aspiraciones o propósitos que benefician a toda la
    sociedad, tales como el respeto a la comunidad o el respeto a
    los derechos humanos. Responden a la pregunta
    "¿qué desea usted para el mundo?".

Los valores instrumentales u operativos pueden ser de
dos tipos:

  • Valores ético – morales: Se refieren a los
    modos de conducta necesarios para alcanzar los valores
    finales y no son necesariamente en si mismos fines
    existenciales. De hecho, la palabra "moral" proviene del
    latín mores, que significa costumbre. Ejemplo: La
    lealtad, puede ser (o es) un valor instrumental para
    conservar las amistades (valor final). Responden a la
    pregunta "¿cómo cree que hay que comportarse
    con quienes nos rodean?".

  • Valores de competencia: Se pueden llamar de
    competencia individual, y aunque también están
    socialmente condicionados, no están directamente
    relacionados con la moralidad, ni con la culpabilidad.
    Responden a la pregunta "¿qué cree que hay que
    tener para competir en la vida?" y entre ellos están:
    la imaginación, la iniciativa o la
    lógica.

Tomando en cuenta los criterios expresados por J. R.
Fabelo, en su obra "La formación de valores en las nuevas
generaciones", en la cual analiza tres planos de la
categoría valor:

"a. El valor como parte de la realidad
social.

b. Forma en que esa significación se refleja
en la conciencia (colectiva e individual).

c. La sociedad debe siempre organizarse y funcionar
en la órbita de un sistema de valores instituido y
reconocido oficialmente".[8]

Analizando estos planos, en el primero se deja claro la
relación existente entre los procesos o acontecimientos de
la vida social y las necesidades e intereses de la sociedad en su
conjunto, tal es el caso de la recreación física.
Cuando la función del resultado de la actividad humana es
favorecer el desarrollo de ésta, actúa como valor
positivo, y cuando obstaculiza, esta actividad adquiere las
características de antivalor.

En el segundo, se precisa en la forma en que la
significación de dicha actividad se refleja en la
conciencia, cada individuo o colectividad estructura su sistema
subjetivo de valores partiendo del nivel de conciencia de los
intereses individuales o particulares con los interés de
la sociedad en su conjunto y en dependencia de las influencias
educativas y culturales, de las normas y principios que rigen en
esa sociedad. Este sistema es un regulador interno de la
actividad humana.

Y en el tercero se específica que en toda
sociedad se encuentra un sistema objetivo de valores sociales,
una gran diversidad de sistemas subjetivos y un sistema
socialmente instituido. En la edad juvenil el sistema de valores
hacia la recreación física se forma bajo la
influencia del sistema objetivo social por un lado y por el otro
del sistema de valores institucionalizado.

Desde esta perspectiva, es necesario considerar que la
recreación física, es un instrumento transmisor y
conformador de una serie de valores considerados como deseables
por parte de la sociedad, además, constituye un
fenómeno social cuyas primeras expresiones datan desde los
inicios del surgimiento de la sociedad, siendo resultado de la
actividad humana y por ende está vinculada
indisolublemente a la misma.

Al mismo tiempo es generadora de valores, en la medida
que estos surgen y se desarrollan como el resultado del proceso
de interacción del hombre con el mundo, que en este caso
particular tiene como esencia fundamental la actividad deportiva-
recreativa, por lo que el autor entendió oportuno
sustentar esto a partir de los fundamentos teóricos sobre
lo educativo del deporte, en este sentido parte de lo expresado
por Seirull Vargas, Francisco (2004): "…los valores
educativos del deporte no son los que de manera habitual se le
atribuyen de forma exógena: salud, compañerismo,
respeto a las normas, sino esos otros que de forma
endógena se van configurando en el individuo gracias a las
condiciones en las que practicó la
actividad".[9]

Extrapolando lo expresado a las actividades
deportivas-recreativas, se evidencia que estas son generadora de
valores al igual que otras, pero la diferencia esencial es que
está asociada a las vías y los medios que para ello
utiliza atendiendo a las características de este proceso
(espacio, comunicación, contenidos) y a los valores
intrínsecos que la identifican y que se derivan de su
contenido.

El análisis teórico conceptual de los
valores asociados al deporte en general y a la recreación
física en particular asume diferentes posiciones entre los
estudiosos del tema, observándose como tendencia la
consideración de que existe un grupo de valores
(intrínsecos o endógenos) que caracterizan a ambas
actividades y se desprenden de su contenido, como es el caso de
las actividades deportivas-recreativas y otro grupo de valores
(extrínsecos o exógenos) que se expresan en ellas
producto del influjo social cultural en el que se
desarrollan.

  • El valor responsabilidad, sus
    particularidades:

En este sentido, el autor en su investigación se
especifica al valor responsabilidad como uno de los valores
extrínsecos o exógenos, al considerar que a
través de la recreación física se alcanza el
dominio consciente de las normas, principios, ideas,
convicciones, el nivel más alto de la personalidad capaz
de alcanzar los objetivos planteados en el desarrollo
cognoscitivo, presente en cualquier situación que
corresponda con los motivos estables que dan lugar a una correcta
conducta, evitando ante todo la ruptura entre la palabra y la
acción.

Además parte de la interrogante
¿Qué se entiende por responsabilidad?, se puede
decir que no es cumplir conscientemente los deberes del centro,
el hogar y la sociedad y en particular en aquellas relacionadas
con el estudio, la asistencia, la disciplina, las actividades
productivas y de servicio, la defensa de la revolución.
Asumir de forma dependiente las tareas asignadas, favoreciendo la
convivencia social a partir del desarrollo de orientaciones
valorativas vinculadas a la disciplina, la colaboración,
el deber, la libertad e independencia así como el respeto
a sí mismo y hacia los demás.

Este valor implica el reconocimiento de la
posesión del individuo en la sociedad, contribuyendo a la
elaboración de proyectos personales de vida en
correspondencia con los proyectos comunes en el ámbito a
las diferentes comunidades a las que pertenece el individuo, en
este sentido la capacidad de autoperfeccionamiento actúa
como efecto esencial de la conducta y actividad a partir de la
dialéctica entre ¿Donde estoy? y ¿Hacia
dónde voy? como expresión de la proyección
de los fines alcanzar.

La responsabilidad, como algo consustancial y exclusivo
del ser humano (hacer en cada momento lo que corresponde, con la
satisfacción de que es algo útil), es un valor
individual y colectivo, es una cualidad indispensable para crecer
como persona, ser responsable exige ver más allá de
nuestra propia convivencia, mostrar sentido del saber, la
obligación y el compromiso en el cumplimiento de las
tareas tanto en el plano individual como el social.

Cualidad de la personalidad que implica libertad para
decidir y actuar asumiendo las consecuencias que se deriven de
las acciones. Es la actuación consciente y oportuna del
cumplimiento cabal del deber contraído y que brinda
satisfacción su cumplimiento. Es compromiso y
obligación: organización, respeto, disciplina,
sentido de pertenencia, crítica, colectivismo, optimismo,
amor a la profesión, libertad, justicia, honradez,
sinceridad.

La responsabilidad se puede manifestar de diferentes
formas, teniendo en cuente las características de cada
individuo, la misma presenta varios modos de actuación,
entre los que destacan:

  • Desarrollar con disciplina, conciencia, eficiencia,
    calidad y rigor las tareas asignadas.

  • Asumir la crítica y la autocrítica
    como poderoso instrumento de autorregulación
    moral.

  • Propiciar un clima de compromiso,
    consagración y nivel de respuesta a las tareas
    asignadas.

  • Conocer y respetar la legalidad socialista y las
    normas administrativas establecidas.

  • Promover un modo de participación
    democrática, donde los individuos se sientan
    implicados en los destinos de la familia, la comunidad y el
    país.

  • Cuidar el medio ambiente.

  • Respetar y defender la propiedad social sobre los
    medios de producción.

De igual forma cumple los siguientes
Principios:

  • Ser exigente consigo mismo y con los demás, a
    través del ejemplo.

  • Rechazar la pasividad, desarrollando la
    participación y el dialogo,

  • combatir lo mal hecho, el pesimismo y la indolencia,
    promoviendo el optimismo en las soluciones,

  • desarrollar el colectivismo en el cumplimiento de
    las tareas combinando la responsabilidad
    individual.

  • Poseer sensibilidad humana para percibir en la
    comunicación con los compañeros sus intereses,
    necesidades y sentimientos.

  • Desarrollar la entrega, la consagración y el
    amor en el desempeño profesional.

Existen elementos que influyen negativamente en el
desarrollo de la esfera cognoscitiva, en el aprendizaje, en las
relaciones interpersonales de los adolescentes y trascienden a la
manifestación de los valores, a partir de las vivencias
negativas a las que se han visto sometidos, por lo que su
configuración, como valores subjetivos o personalizados,
se afecta.

La autoconciencia y autovaloración necesarias
para lograr la educación en valores son también
inadecuadas, debido a la influencia de ambientes
infraestimulantes, con escaso nivel de reflexión sobre las
acciones y por la falta de flexibilidad, que influyen en la
autorregulación de la conducta.

Estos adolescentes tienen dificultades para proponerse
metas, que requieran esfuerzo volitivo y para cumplir tareas
propias de su edad, en ello influye la desconfianza en sus
propias posibilidades, y la baja autoestima. Además, la
jerarquía de motivos y valores que surge en el proceso de
socialización no se estructura de manera
armónica.

Estos elementos reafirman la necesidad de que los
especialistas de recreación, posean la preparación
necesaria para atender, entender y tratar sus manifestaciones de
indisciplina, hostilidad, inadaptación y fracaso social,
lo que ocasiona que no se sientan aceptados ni queridos ante su
comunidad, por tanto les corresponde generar motivaciones
socialmente positivas, que estimulen nuevas vivencias a la luz a
través de la práctica del baloncesto y se reflejen
en metas concretas, que primero serán a corto plazo y
luego se constituyan en proyectos de vida, capaces de transformar
su concepción del mundo y autorregular su
conducta.

1.3- El proceso de la recreación física
en función de la formación en
valores:

La recreación es un proceso de acción
participativa y dinámica, que facilita entender la vida
como una vivencia de disfrute, creación y libertad, en el
pleno desarrollo de las potencialidades del ser humano para su
realización y mejoramiento de la calidad de vida
individual y social, mediante la práctica de actividades
físicas o de esparcimiento.

También tiene un lugar preponderante como factor
sinérgico por excelencia si satisface las expectativas, no
solo porque actúa en la satisfacción de las
necesidades recreativas, sino que indudablemente actúa
sobre las de afecto, entendimiento, participación,
educación, creación, identidad y
libertad.

El carácter de las necesidades de la
población relacionadas con estas actividades en el tiempo
libre, predeterminan la necesidad de un enfoque integral para su
estudio, y que contribuyan a la formación de las
condiciones de su satisfacción: la Recreación
Física.

Al respecto, A. Pérez (1997),
señaló "Es el conjunto de actividades de
contenido físico – deportivo o turístico a
las cuales el hombre se dedica voluntariamente en su tiempo
libre, para el descanso activo, la diversión y el
desarrollo individual"[10]

En esta definición, queda claro el objeto de la
recreación física, que indudablemente son, los
gustos y preferencias recreativas de la población, de
acuerdo con su tiempo libre, en la diversidad de grupos de
edades, géneros, ocupacionales, por lo que su
misión en la comunidad, es contribuir a la
formación integral de la población y satisfacer las
necesidades respecto a la práctica de las actividades
físicas, deportivas y recreativas como elementos
integradores y facilitadores de prevención en cuanto a
salud, drogadicción, violencia, desarrollo comunitario y
educativo, creando una cultura de vida a través de la
educación física, el deporte y la
recreación.

La recreación física tiene una
función integradora y esencial en el proceso de
formación de valores, en virtud de su potencial
instructivo-educativo, en la medida en que todos las actividades
son acciones dirigidas pedagógicamente hacia objetivos que
contribuyen al desarrollo de habilidades, capacidades,
conocimientos y actitudes que se traducen en valores positivos
que posibilitan su autoafirmación como individuo y el
respecto a los demás.

Los elementos esenciales que caracterizan lo educativo
de la práctica deportivo- recreativa están
asociados a los siguientes aspectos: la sensación de
gratificación intrínseca de hacer algo por el
simple placer de hacerlo sin motivaciones extrínsecas, el
desarrollo de potencialidades psíquicas, sociales e
intelectuales, la formación de un hombre
físicamente educado, preparado para enfrentar las
diferentes actividades sociales y solucionar los problemas que se
le presentan en la vida.

También desarrolla en el sujeto capacidades que
le permiten estructurar su propio yo, desarrolla y educa en el
sujeto valores intrínsecos y extrínsecos que le
permiten interactuar con sus compañeros, y en la sociedad,
posibilita que el sujeto construya nociones topológicas,
espaciales, temporales y corporales por la interacción de
él con los demás que constituyen un medio para
establecer su nivel de desarrollo y destreza y definir sus
posibilidades, etc.

Perseguir fines educativos, supone el reconocimiento de
los valores que pueden ser formados desde la actividad
deportivo-recreativa a través de la recreación
física, ya que proporciona al practicante situaciones en
las que se despiertan los mecanismos cognitivos de diversas y
variadas formas que ayudan al desarrollo de una personalidad
propia, por lo que los profesores y promotores de
recreación tienen la responsabilidad de intentar
transferirlos al marco de las actividades deportivas-recreativas
que se despliegan en el contexto comunitario.

Todo lo anterior se hace más comprensible si se
interiorizan algunos fundamentos teóricos sobre las
potencialidades de la recreación física al
respecto, partiendo de que la recreación necesita de un
tiempo para desarrollarse que preferentemente suele ser el tiempo
libre y de una serie de actividades para ocuparlo, y que
además se caracteriza fundamentalmente por ser una actitud
personal.

Al hablar de recreación y lo que se entiende por
este vocablo, la amplia variedad de su contenido permite que cada
cual la identifique de diferentes formas, partiendo de la libre
opción hacia esta forma de actividad y sobre la base de la
multiplicidad de formas e intereses que en el mundo moderno
pueden constituir formas de recreación. Es por ello que lo
que para unos constituye recreación, para otros no lo es,
por ejemplo la lectura de un libro o el ejemplo que plantea en su
libro Aldo Pérez (1997) en relación con el cuidado
de los jardines; resulta para algunos, recreación y para
otros trabajo.

La recreación representa en sí un conjunto
de conceptos etimológicos, por consiguiente el
término caracteriza, no sólo los tipos determinados
de actividad vital selectiva de la gente durante el tiempo libre,
sino que también el espacio en que estos funcionan. Joffre
Dumazedier (1964), destacado sociólogo francés
dedicado a los estudios del tiempo libre, señala, que
recreación es: "el conjunto de ocupaciones a las que el
hombre puede entregarse a su antojo para descansar; para
divertirse o para desarrollar su información o su
formación desinteresada tras haberse liberado de sus
obligaciones sociales, profesionales y
familiares".[11]

En esta definición se plantea la
recreación como una referencia esencialmente descriptiva,
aunque popularmente conocida como las Tres "D": descanso,
diversión y desarrollo.

Analizando otras definiciones, el profesor
norteamericano Harry A. Overatrut (1990), plantea: "La
recreación es el desenvolvimiento placentero y
espontáneo del hombre en el tiempo libre, con tendencia a
satisfacer ansias psico-espirituales de descanso,
entretenimiento, expresión, aventura y
socialización"[12].

En esta definición sobresale el elemento de
socialización de gran importancia en las función
social de la recreación, sin embargo haciendo un
análisis crítico, en ella no queda preciso el
desarrollo que propicia al individuo.

Al tenerse en cuenta la relación
producción-consumoreproducción se puede ver que en
el desarrollo de las fuerzas productivas, en el devenir
histórico de la humanidad el consumo reproductivo no se
limita sólo al consumo de bienes materiales sino
también y cada vez más al consumo de bienes
espirituales o culturales, en definitiva a la realización
de actividades recreativas, en la sociedad actual el individuo no
solo consume lo necesario materialmente para su existencia, sino
que necesita de forma creciente ver la televisión, ir al
cine, practicar deportes, ir de excursión, leer,
etc.

Una definición elaborada por A. Pérez en
Argentina durante una convención en 1967, a criterio del
autor, es una definición muy aceptable y completa,
además de mantener plena vigencia: "La
recreación es aquella actividad humana, libre, placentera,
efectuada individual o colectivamente, destinada a perfeccionar
al hombre. Le brinda la oportunidad de emplear su tiempo libre en
ocupaciones espontáneas u organizadas, que le permiten
volver al mundo vital de la naturaleza y lo incorporan al mundo
creador de la cultura, que sirven a su integración
comunitaria y al encuentro de su propio yo, y que propenden, en
última instancia, a su plenitud y a su
felicidad"[13].

La recreación se presenta como fenómeno
sociocultural, ya que sólo tiene existencia en la
comunidad humana, es realizada por los hombres que viven en la
sociedad, además se rige por las leyes del desarrollo
social que ha esclarecido el materialismo histórico, y es
un fenómeno cultural, ya que esta característica
deviene del hecho de que el contenido de la recreación
está representado por formas culturales referido tanto a
las actividades de la cultura artístico literaria, como a
las de la cultura física, actividades en suma recreativas,
las cuales consume el hombre para su desarrollo.

Todos o casi todos los estudiosos, especialistas y
profesores de la recreación coinciden en plantear que la
recreación no es sólo la agradable forma de pasar
el tiempo libre sino el aprovechamiento de este tiempo de forma
positiva en la sociedad, de manera tal que contribuya al
desarrollo de la personalidad del hombre.

Destacando la importancia de la actitud del sujeto y
relacionando el concepto genérico de recreación con
el específico de recreación física,
Martínez del Castillo (1986) define ésta como:
"…aquella condición emocional interior del
individuo que emana de las sensaciones de bienestar y de propia
satisfacción proporcionadas por la preparación,
realización y/o resultados de alguna de las variadas
formas de actividad física (con fines no productivos,
militares, terapéuticos)
existentes"[14].

De acuerdo a esta definición se deja ver
claramente el carácter subjetivo de la recreación
física y su relación con las se necesidades de los
sujetos que se recrean. No obstante A. Pérez (1997), da
otra definición más acabada al referirse a que:
"… es toda la actividad de contenido físico,
deportivo y turístico a las que se dedica el hombre en el
tiempo libre con fines de entretenimiento, esparcimiento al aire
libre, competición o prácticas sistemáticas
de actividades especificas, siempre y cuando prime su voluntad y
la selección de cuándo, cómo y dónde
las realiza en función de su desarrollo
personal"[15].

Con esta definición se puede decir que la
recreación física no es más que el conjunto
de actividades con contenido físico-deportivo, es decir
recoge todas aquellas actividades que cumplen con los principios
de la función recreativa y que éstas pueden ser de
las más variadas, representadas en juegos, deportes, etc.,
pero también aquellas en función de las posturas
que pueda asumir el hombre, entretenimiento, competencia,
practicas sistemáticas, entrenamientos, etc.

La recreación física que se desarrolla en
la comunidad cumple con funciones tales como: regeneración
del gasto de fuerza mediante la diversidad de actividades
físicas, compensación del déficit de
movimiento (falta de actividad muscular dinámica); en el
desarrollo normal de la vida, optimización de las
funciones físicas fundamentales; es decir, aumento del
nivel de rendimiento físico, estabilización o
recuperación de la salud, empleo del tiempo libre de forma
creativa, fomento de las relaciones sociales, ampliación
de los niveles de comunicación social, contacto social
alegre, reconocimiento social, regulación y
orientación de la conducta, entre otras.

En consecuencia a los beneficios y funciones antes
señaladas, se hace evidente que es un derecho y una
necesidad, por lo que es incuestionable que éstas caen
dentro del ámbito del estado el compromiso
(gestión) de la promoción y fomento de los
satisfactores pertinentes, y así mismo se reconoce en el
ordenamiento jurídico.

El mismo marco constitucional y legislativo lo aceptan,
ejemplo de ello se tiene las indicaciones de INDEVAL y la
Misión Barrio Adentro Deportivo, así como los
proyectos que se desarrollan a través de la misma, entre
otros documentos que recogen los aspectos esenciales en los que
se debe trabajar y la implementación en los diferentes
programas, objetivos, criterios de medidas y tareas que se
desarrollen. Visto así, se podría afirmar que ha
habido una excelente gestión que ha llevado, a que en el
ordenamiento jurídico/político se reconozca
formalmente la importancia de la recreación física
y la responsabilidad del Estado frente a ella.

Dentro de la recreación física se
encuentran las manifestaciones deportivas, que la componen los
diferentes deportes, pero con la variante de deporte recreativo o
participativo y/o deporte de tiempo libre, el cual experimenta un
gran auge nacional como internacional en las últimas
décadas.

Cada año es mayor el número y diversidad
de grupos de población incorporados a las diferentes
formas de la práctica activa de esta manifestación.
Al respecto el profesor Alemán Buggel citado por A.
López (1997) define esta manifestación, de la forma
siguiente: "Con el término del deporte recreativo de
tiempo libre (no calificado) también como deporte para
todos, deporte popular o masivo), se abarcan todas aquellas
formas de práctica de la cultura física y de la
recreación física o activa que generalmente se
realizan fuera de una actividad deportiva organizada
relativamente con rigor con un amplio ciclo de
competencias"[16].

Como se puede apreciar las manifestaciones deportivas en
el tiempo libre es la practica de los deportes tradicionales u
otros que se realizan a nivel local o comunidad y que por su
carácter de deporte recreativo se pueden realizar bajo las
reglas oficiales de los deportes o con variantes, o como se les
llama en los últimos años deportes modificados, es
decir con modificaciones de las reglas, tiempo, dimensiones del
terreno, cantidad de participantes, éstas son posibles en
un deporte recreativo; igualmente pueden establecerse
parámetros de volumen e intensidad de la actividad
deportiva de acuerdo a la edad de los participantes o a las
capacidades físicas.

Todas y cada una de estas consideraciones antes
expuestas, son de gran valía a la hora de programar o
proyectar la recreación física comunitaria en
general y de los adolescentes en particular, ya que los
adolescentes son el grupo etareo al que va dirigido la mayor
cantidad de programas recreativos, al representar uno de los
mayores grupos poblacionales y que se encuentran en una etapa de
formación y evolución de la personalidad muy
compleja, donde la recreación es un factor coadyuvante en
este proceso.

En la creación de un proyecto para los
adolescentes deben tenerse presente los aspectos
psicopedagógicos más importantes que marcan esta
etapa y sobre todo la etapa inicial juvenil, etapa aproximada
entre los 17 y 30 años. El adolescente al igual que el
escolar se encuentra inmerso en la actividad docente. No obstante
en esta etapa el carácter de la actividad de estudio
cambia esencialmente, tanto por su contenido como por su
forma.

En la escuela media se produce una diferenciación
de la asignaturas, cuyos contenidos tienen un carácter
científico; por lo que para lograr su adecuada
asimilación el adolescente debe desarrollar nuevos
métodos de estudio. Este carácter de la
enseñanza, unido a la ampliación de la experiencia
del adolescente, favorece el surgimiento del pensamiento
teórico así como de un nivel superior de su actitud
cognoscitiva hacia la realidad. En este sentido los intereses
cognoscitivos se transforman en intereses teóricos, que
sirven de base a la aparición de intereses profesionales.
También el adolescente realiza un conjunto de actividades
extradocente (culturales, deportivas, etc.) que contribuyen a
ampliar sus intereses y al desarrollo de sus
capacidades.

  • Sistema de comunicación.

La relación adolescente- adolescente está
regulado por un código de camaradería que se basa
en el respeto mutuo, la confianza total y el constante
intercambio acerca de preocupaciones relativas a la vida
personal. En esta relación de comunicación los
adolescentes reproducen las relaciones adultas en cuanto a tarea,
motivos y normas de relación entre estos.

Otro aspecto de gran importancia a tener en cuanta al
analizar las relaciones entre los adolescentes es el grupo: Tanto
formal (grupo escolar), como informal (amigo, vecinos). Algunos
autores apoyándose en diferentes investigaciones llegan a
considerar que en la adolescencia el motivo fundamental de la
conducta y actividad del adolescente es su aspiración a
encontrar un lugar en el grupo de coetáneos. En esta etapa
la opinión social del grupo posee mayor peso que la de
padres y maestros, y en este sentido, el bienestar emocional del
adolescente depende que así haya logrado ocupar al que
aspira dentro de su grupo.

En la adolescencia el maestro debe continuar organizando
esta opinión social pero de forma intacta.
Apoyándose en los adolescentes, y no tratar de lograr la
asimilación por parte de estos de determinadas exigencias
"Bajo presión", ya que esta situación conduce a un
formalismo moral, más peligroso y dañino para el
desarrollo de la personalidad que el formalismo de la
enseñanza.

El maestro deja de representar una autoridad "sagrada" y
solo puede ejercer su condición de modelo de conducta, si
es aceptado como tal en función de sus
características personales. En este caso no basta que los
adolescentes reconozcan la preparación técnica del
maestro, sino que resulta esencial el desarrollo de una
relación afectiva adecuada con los estudiantes basada en
el respeto, empatía y aceptación delas
problemáticas que estos presentan.

Los adolescentes interactúan con diferentes
maestros que tienen valoraciones diversas acerca de la realidad y
la personalidad del adolescente. Esta variedad de juicio juega un
papel importante en el desarrollo de la autovaloración y
permiten al adolescente ganar mayor independencia en sus propias
valoraciones.

También la Familia representa un importante
factor en el sistema de comunicación del adolescente. En
la vida familiar el adolescente debe responder a un conjunto de
exigencias, en función de su desarrollo como
personalidad.

Analizando en sentido general las características
que adopta la relación adulto – adolescente se puede
señalar que: el sistema de obediencia y
subordinación característico de etapas anteriores
del desarrollo se hace inadmisible para el adolescente. De no
establecerse un nuevo sistema de interrelación entre
adulto y el adolescente, surge entre ellos un conflicto, cuya
causa es la contradicción entre los criterios de ambos
acerca de los derechos, deberes y grado de independencia que debe
tener el adolescente. La solución de este conflicto puede
lograrse si el adulto y el adolescente establecen relaciones de
colaboración y comunicación sobre la base del
respeto, confianza y ayuda muta.

También se debe considerar los aspectos
teóricos de la llamada Crisis de la adolescencia, ya que
esta muy vinculado al problema antes analizado, aparece como
aspecto distintivo de este período. Es una crisis de
carácter psicológico que expresa la
contradicción existente entre las potencialidades
psicológicas crecientes del adolescente y las
posibilidades reales de su realización.

Una delas características que marcan esta crisis
es la expresión por parte del adolescente de su necesidad
de independencia y autoafirmación que muchas veces genera
conductas que resultan chocantes al adulto llegando hasta el
desafío.

Estas manifestaciones (paradójicamente) son
expresión de la inseguridad del adolescente y una forma de
buscar apoyo y comunicación con quienes lo rodean. Su
expresión tendrá un carácter más o
menos marcado, en función del manejo que logren las
personas cercanas al adolescente de su comportamiento.

  • Características el desarrollo de la
    Personalidad en la etapa de la adolescencia.

El desarrollo intelectual esta dado a que producto de la
Situación Social del Desarrollo en la que se encuentra
inmerso conducen al surgimiento en la adolescencia, del
pensamiento teórico. Este pensamiento que S. L. Rubinstein
denomina raciocinio teórico de conceptos abstractos
permite que el adolescente fundamente sus juicios, exprese sus
ideas de forma lógica, llegue a generalizaciones
más amplias, ser critico con relación a
determinadas teorías y a su propio pensamiento.
Además el adolescente utiliza formas
lingüísticas del pensamiento abstracto tales como
símbolos, fórmulas etc.; lo que expresa las
características que adopta la relación pensamiento
y Lenguaje, en un nuevo nivel cualitativo de
desarrollo.

El pensamiento teórico continúa
desarrollándose durante toda la etapa de la adolescencia,
convirtiéndose en factor que contribuye al surgimiento de
la concepción del mundo en la edad juvenil.

  • Desarrollo afectivo – motivacional.

En primer lugar haremos referencia a las
características de las emociones y los sentimientos en
esta etapa. El Adolescente se caracteriza por gran excitabilidad
emocional. Sus sentimientos se hacen más variados y
profundos y surgen nuevos sentimientos (amorosos) logrando mayor
control consciente de la expresión de los mismos. El
desarrollo moral se va a caracterizar por la aparición de
un conjunto de puntos de vista, juicios y opiniones propias de
carácter moral. No obstante aún las posiciones
morales que adopta el adolescente dependen en gran medida de las
exigencias morales vigentes en su grupo de
coetáneos.

La regulación moral en esta etapa no alcanza el
nivel superior (autorregulación) por la ausencia de una
concepción moral del mundo; formación típica
de la edad juvenil cuyo núcleo lo constituyen las
convicciones valores morales del sujeto. En sentido general es
característico en los adolescentes orientarse hacia
diferentes profesiones en los marcos de la actividad docente sin
lograr una precisión y fundamentación de sus
propósitos en esta esfera, ni una participación
activa y consciente en actividades extraclases, relaciona con su
futura vida.

  • Cambios anatomofisiológicos:

Finalmente se debe hacer referencia a los cambios
anatomofisiológicos que se producen en esta etapa del
desarrollo de la personalidad, ya que si bien son las condiciones
de vida y educación en las que se desenvuelven el
adolescente, los cambios puberales poseen una importante
repercusión psicológica. Estos son:

  • Intensificación de la actividad de la
    Hipófisis.

  • Cambio de forma que produce desarmonía
    corporal(extremidades resultan largas con relación al
    cuerpo)

  • Maduración sexual.

Concluyendo podemos señalar que en la
adolescencia los cambios fundamentales en el desarrollo de la
personalidad son:

  • El surgimiento del pensamiento teórico y de
    una actitud cognoscitiva más activa hacia el
    conocimiento de la realidad.

  • Complejización y desarrollo de formaciones
    motivacionales complejas (autovaloración, ideales,
    motivación profesional, etc.)

  • Cambios anatomofisiológicos.

Es importante comprender estas regularidades del
desarrollo para poder dirigir efectivamente las influencias
educativas que se ejercen sobre los adolescentes. Al mismo tiempo
para potenciar nuevas cualidades personólógicas
como la Concepción del mundo, que surge en la edad
juvenil.

En esta etapa inicial comprendida entre el fin de la
niñez y el comienzo de la edad juvenil adulta, el
individuo ha dejado de ser niño, pero aún no es
adulto, ello lo hace mover dentro de una ambigüedad en el
fenómeno de madurez sexual y adaptación
heterosexual, de la adopción de una filosofía de
vida con la consecuente adaptación de una escala de
valores, haciéndose sentir con fuerza la necesidad de
lograr prestigio y auto independizarse.

Es muy importante tener en cuenta que en los primeros
tiempos de esta etapa de la vida, el adolescente presenta un
marcado interés – en lo motor – por actividades que se
presten al auto-examen, a la superación y a la
competencia, así como por el afianzamiento que se produce
de las posibilidades de participación en equipos
deportivos.

En esta etapa los juegos y actividades
deportivas-recreativas sociales, formadoras de parejas o
compartidos pueden ser muy efectivos. Al dejar atrás la
adolescencia se entra en la etapa de la vida humana en que la
suma de incidencias socio-culturales, crean en el hombre la gama
de ansias y expectativas que determinan las que podríamos
denominar, en general, necesidades del ser humano y que
constituyen las pautas imprescindibles a tener en cuenta en la
realización de un programa recreativo para estas edades,
las cuales son: como ser individual: (la experiencia de vida
sana, fresca y alegre, relajación y aplazamiento de la
tensión de la vida, y la liberación de la
imaginación y la fantasía), como aventura y juego:
(nuevas experiencias y manifestación de valores no
habituales en su estructura espiritual), y como ser social:
(adquisición constante de pautas interactivas, reafirmando
el vínculo permanente con las amistades).

Pero, por encima de todas las necesidades parciales
descritas, se debe enfatizar en la necesidad general de
recreación. De ahí que el enfoque de toda
programación recreacional, vaya dirigida a la
satisfacción global del entretenimiento, la
distensión o el bienestar, pero que más
profundamente persiga los logros que las ansias individuales y
sociales humanas, en conclusión que vaya dirigida hacia el
auto-desarrollo de la personalidad juvenil.

El trabajo recreativo con grupos de adolescentes de
estas edades es bien recibido siempre que se logre unir las
formas deportivas con las formas artísticas y de
diversión. Algo muy importante es que las actividades
representen una vía para la ejercitación y
desarrollo de las cualidades físicas e intelectuales,
así como para la adquisición y reafirmación
de vínculos sociales, además a la formación
y consolidación de valores.

La perspectiva de formar el valor responsabilidad en los
adolescentes, reclama que tanto los profesores y promotores de
recreación como los adolescentes conozcan el conjunto de
procesos que suceden en relación con la actividad
deportiva-recreativa, demandando de éstos un accionar
consciente y constante, capaces de revertir las acciones que
realizan sistemáticamente en una potencialidad de
descubrimiento y desarrollo de la gestión de la
recreación física.

Desde esta perspectiva, el autor considera importante
para el tema que se investiga, definir la educación en
valores en el contexto de la comunidad como: "… el
proceso mediante el cual, actúe un sistema de influencias
educativas, encaminadas a lograr la socialización y la
expresión personalizada de valores sociales positivos, a
través de su conducta."[17]

En la definición está implícita
otra no menos importante, la de socialización la que debe
conducir a la asimilación de normas y valores, con la
participación de la escuela, la familia, las
organizaciones y los medios de difusión.

En opinión del autor, educar en valores presupone
reconocer la influencia de todo un conjunto de factores, que se
integran a la labor indiscutible de la escuela y debe ser la
aspiración suprema de todo proyecto o estrategia
educativa.

La concepción de la recreación
física como actividad formadora de valores, constituye un
tema controvertido aún cuando es incuestionable el hecho,
de que sus contenidos poseen amplias posibilidades actitudinales
para el desarrollo de valores.

La recreación como fenómeno social surge y
se desarrolla indisolublemente vinculado a la actividad humana,
desarrolla su propia historia en el acontecer histórico
general, adoptando sus propias formas objetivos y
propósitos que respaldan los intereses de cada
época.

La recreación condiciona la relación
hombre mundo, mediante la cual no solo influye en el entorno
social, sino también en el autoconocimiento y
perfeccionamiento personal, constituye pues una dimensión
de la actividad humana.

Por lo que tiene como objetivo fundamental la
formación de una personalidad integral, por lo que en
él se articulan los elementos asociados al desarrollo de
habilidades y capacidades físicas, y los dirigidos a la
educación y formación de valores que le permitan al
individuo actuar de manera correcta ante los disímiles
problemas de la vida.

Se trata pues, de enseñar los diferentes valores
que rigen a la actividad deportivo-recreativa como uno de los
elementos más importante para conservar la identidad
cultural y el respeto a las demás culturas, como un
derecho fundamental de los seres humanos, así como, un
medio para la formación como personas.

Los valores tienen como función orientar la
conducta y las acciones del hombre hacia determinados fines y
acciones concretas de la sociedad. De acuerdo con su sentido y
dimensión humana, los valores y la moral arman y
perfeccionan espiritualmente al hombre.

La interiorización de las cualidades y valores en
el hombre, tienen lugar a través de la asimilación
de modelos existentes en una sociedad específica, entre
otros aspectos.

Claro que su efectividad estará dada en la medida
en que otros permanezcan solo a nivel de conocimiento, si no que
hagan surgir en la persona la necesidad de actuar conforme a
dichos valores. Las normas, principios, ideas, cualidades y
valores se van formando en el de cursar de la vida del hombre. Es
por ello que en el manual de profesores de Educación
Física se plantea que: "Un joven saludable, con un
desarrollo multifacético de sus cualidades, habilidades
físicas y hábitos motores y con un conocimiento de
sus recursos físicos, funcionales y con valores puede
enfrentarse a las tareas señaladas por el partido, por la
sociedad".
[18]

Es importante destacar que el acto educativo depende y
está en función del pensamiento pedagógico
que lo soporta y de sus fundamentos filosóficos. Es por
ello que lo educativo del deporte y la recreación no es el
desarrollo de capacidades y habilidades, ni los beneficios
físicos y psíquicos de una buena preparación
física, sino en las condiciones en que se produce el
proceso, que permitan al sujeto comprometerse y movilizar sus
capacidades de manera tal que esa experiencia, organice y
estructure su propio yo. Para ello es necesario que la
intervención pedagógica establezca opciones
facilitadoras de las decisiones, la reflexión individual y
satisfaga las exigencias de crear una visión propia de
esta experiencia.

En consideración al análisis realizado
anteriormente, así como el problema y el propósito
de la investigación, se constata la necesidad de buscar
las vías que potencien la preparación de los
profesores de recreación y factores de la comunidad para
el trabajo educativo, en la perspectiva de educar en valores, a
través del establecimiento de acciones para fortalecer
valores.

Como requisito previo para la elaboración de las
acciones se tuvieron en cuenta rasgos fundamentales del valor
tratado, los cuales se describen en la literatura consultada,
según los criterios de diversos autores.

La labor, tanto de los factores de la comunidad en
general, como de los especialistas en particular, ha de estar
dirigida a hacer coincidir cada vez más los valores
sociales con los individuales.

Esto no se logra solamente con que se les diga a los
adolescentes lo que tienen que hacer, lo que es correcto o
incorrecto, sino que es necesario enfrentarlos a situaciones
concretas, donde tengan que demostrar con su conducta lo acertado
de una acción, donde tengan que asumir una posición
al respecto, argumentarla y defenderla. De ahí que las
actividades que se organicen, sean el resultado del
análisis grupal, donde cada joven encuentre su espacio y
protagonismo directo, ya que mientras más elevada es la
participación de un sujeto en el análisis de un
valor, mayor será el efecto estabilizador del
mismo.

Los especialistas, no deben perder la oportunidad de
utilizar todas las formas y posibilidades de activación de
las mentes y de los corazones de los adolescentes como son: las
conversaciones individuales y colectivas; el debate grupal, donde
tengan que fundamentar y defender sus puntos de vista y
decisiones; la realización de tareas que respondan a un
objetivo común; de trazar metas alcanzables a veces con un
poco más de esfuerzo para algunos; de valorar y analizar
en el momento oportuno el por qué y para qué se
efectúan las diferentes actividades, qué obtuvo
éxito y qué no, y ser capaces de tomar a tiempo las
medidas oportunas.

Capítulo II:

Metodología y Análisis de los
Resultados

2.1- Población y
Muestra:

  • Tipo De Estudio: La investigación es
    descriptiva al tener como objeto detallar las
    características, requerimientos, formas y
    métodos para contribuir a través de acciones
    educativas a fortalecer el valor responsabilidad en los
    adolescentes, apoyándose para ello en los
    métodos del nivel empírico.

  • Población y Muestra: El presente
    trabajo se realizó en la comunidad "Parcela 2",
    perteneciente a la ASIC "El Socorro" del Municipio Valencia.
    Dicha comunidad cuenta con un total de 775 habitantes, de los
    cuales 370 son adolescentes, de estos 80 se encuentran entre
    los 17 y 20 años de edad, para un 21,6 %. Atendiendo a
    la cantidad de adolescentes existentes en esta comunidad, se
    consideró como muestra a los 80 adolescentes
    comprendidos en dichas edades, lo que representa el 100% de
    la población de este grupo poblacional, la misma fue
    seleccionada de forma intencional.

La muestra se seleccionó de manera intencional
con vistas a buscar la homogeneidad de la misma, es decir que en
este grupo etareo con el cual se va atrabajar predominen
comúnmente los gustos, intereses y preferencias hacia las
actividades recreativas, aspecto esencial para darle cumplimiento
al objetivo propuesto en este trabajo.

Estos adolescentes se caracterizan por:

Sexo: – Femenino: 38

– Masculino: 42

Ocupación: – Estudian: 23

– Trabajan: 12

– Desvinculados del estudio y el trabajo: 45

  • Metodología:

En la investigación se utilizaron diversos
Métodos y Técnicas con vistas a darle
el nivel científico requerido a la misma.

  • Métodos Teóricos:

  • Analítico-Sintético: Se
    utilizó con el objetivo de hacer un análisis
    minucioso de las informaciones contenidas en las
    bibliografías consultadas y extraer de ellas aquellas
    ideas esenciales que permiten fundamentar el trabajo
    teóricamente, así como la interpretación
    de los resultados obtenidos durante el procesamiento del
    trabajo de manera que se pueda llegar a conclusiones precisas
    y elaborar soluciones acertadas.

  • Histórico-lógico:
    permitió el estudio del problema científico,
    así como establecer los fundamentos teóricos de
    la educación en valores y realizar la
    valoración cualitativa de los resultados.

  • Inductivo-deductivo: se utilizó para
    desde los referentes teóricos inferir
    conclusiones lógicas sobre los elementos  que
    conforman  el  objeto de estudio y
    posibilitar la formulación de las preguntas
    científicas, así como proporcionar un
    conocimiento verdadero sobre la realidad
    estudiada.

  • Métodos Empíricos:

  • Observación: con el propósito
    de identificar la problemática y constatar el problema
    científico a través de las manifestaciones de
    los adolescentes en relación al valor responsabilidad
    a través de actividades deportivas-recreativas que se
    realizan. Para realizar la misma se empleó un
    protocolo de observación, el cual fue aplicado en 9
    observaciones realizadas a las actividades recreativas
    desarrolladas en la comunidad.

  • Entrevista: Se utilizó para recoger
    opiniones y criterios confiables sobre algunos de los
    elementos necesarios para la elaboración de las
    acciones: criterios de los profesores de recreación
    sobre los conocimientos acerca de la formación en
    valores, el fortalecimiento del valor responsabilidad y su
    desempeño en el desarrollo del mismo en la comunidad,
    determinar los valores que identifican a los adolescentes.
    Con este fin fueron entrevistados los factores de la
    comunidad y el colaborador que atiende la
    comunidad.

  • Encuestas: Permitió valorar el nivel
    de conocimiento sobre la educación en valores y de el
    valor responsabilidad. Con este fin se encuestaron los
    adolescentes objeto de muestra.

  • Partes: 1, 2, 3
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