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La vida (página 2)



Partes: 1, 2

  • c) La tercera característica de la vida
    es la inmanencia. Esta palabra procede del latín
    in-manere, que significa permanecer en. Inmanente es lo que
    se guarda y queda dentro. Por ejemplo: nutrirse, crecer,
    leer, llorar, dormir son operaciones inmanentes, que quedan
    para el que las ejecuta, aunque puedan ser vistas desde
    fuera. Lo que es uno lo es por tener algo propio, por tener
    un dentro. Las piedras, en cambio, no tienen un dentro. Para
    el viviente vivir es ser, en unidad, con un mundo
    interior.

  • d) La cuarta característica podemos
    llamarla autorrealización. Lo vivo se distiende a lo
    largo del tiempo hacia una plenitud de desarrollo y hacia la
    muerte. Ningún viviente esta acabado en el nacimiento,
    sino que protagonizan un proceso (crecer, reproducirse,
    morir) que tiene cierta estructura de proyecto: hay un
    despliegue; un hacerse efectiva la potencia, un crecimiento.
    Es decir, los seres vivos tienen fin, perfección,
    plenitud. Vivir es crecer.

  • e) Por ultimo, la vida tiene un ritmo
    cíclico y armónico; es decir, su movimiento se
    repite, vuelve una y otra vez a empezar, y se va desplegando
    a base de movimientos repetidos, cuyas partes están
    internamente proporcionadas unas con otras, hasta formar un
    todo unitario, una armonía que los clásicos
    llamaban cosmos.

  • 1.2. Definición de la Vida

    Según Verneaux explica que la primera tarea que
    se impone es formarse una concepción de la vida, es decir,
    forjar un concepto o una definición. Nuestro único
    camino consistirá en partir de la observación de
    los seres en los que la vida es manifiesta, ya que seria un mal
    método empezar por aquellos de los que no se sabe de
    cierto si viven o no; su caso solo puede dilucidarse si
    previamente se tiene una noción precisa de la
    vida.

    1.2.1. Punto de Vista
    Científico

    Se ha encontrado algunas definiciones defectuosas. Por
    ejemplo: "La vida es el conjunto de los fenómenos comunes
    a todos los seres vivientes" (Dastre). O también: "La vida
    es el conjunto de las funciones que resisten a la muerte"
    (Bichat). Pero el mas cercano a una definición de la vida
    es Claude Bernard que dice: "La vida por sus operaciones
    características, mostrando que estas operaciones son
    propias del ser vivo. Son la organización, la
    nutrición, la reproducción, la conservación
    y la evolución".

    La primera es sin duda la fundamental, hasta el punto
    que a menudo se toman como equivalentes las expresiones "cuerpo
    vivo" y "cuerpo organizado".

    La organización consiste en la
    diferenciación de las partes y la coordinación de
    las funciones: un cuerpo vivo esta constituido por órganos
    diferentes que concurren al bien del conjunto. La
    nutrición, o asimilación, es la
    transformación de una substancia inerte en la substancia
    misma del ser vivo. La reproducción es una división
    de células que culmina en un nuevo organismo semejante al
    primero.

    1.2.2. Punto de Vista
    Metafísico

    La metafísica explica que el ser vivo se mueve
    porque una parte del organismo traslada una sensación de
    movimiento hacia otra parte del cuerpo, puesto que esta
    organizado y comporta diferentes órganos; pero son partes
    del mismo ser, de modo que al considerarlo en su conjunto, su
    acción queda en él.

    1.3. Operaciones Vitales del Ser Vivo

    Según García y Ángel (2003) definen
    que la psicología experimental, uno de los primeros
    conocimientos que adquiere el niño de pocos meses de vida
    es la distinción entre los seres vivos y los demás
    objetos. ¿Qué diferencia al ser vivo del inanimado?
    El conocimiento espontáneo nos advierte de algunas
    diferencias entre estos dos mundos, aunque en ocasiones la
    frontera entre lo inerte y lo animado no es del todo clara. Para
    delimitar la frontera entre lo animado y lo inanimado se suele
    acudir a la descripción de una serie de rasgos que
    caracterizan al ser vivo.

    1.3.1. Automovimiento

    El movimiento es un hecho que afecta a todo ser
    material; pero ese movimiento puede proceder de otro ser o bien
    proceder de un principio intrínseco (automovimiento).
    Podemos decir que vivir es, en primer lugar, moverse a uno mismo:
    lo vivo es aquello que tiene dentro de sí mismo el
    principio de su movimiento, lo que se mueve "solo", es decir, sin
    necesidad de un agente externo que lo impulse.
    Se puede
    añadir a esto que vivir es un modo de ser, porque esta
    característica del automovimiento afecta radicalmente a
    quien la tiene, de tal modo que "para los vivientes, vivir es
    ser".

    1.3.2. Unidad

    La unidad, es decir, la cohesión interna entre
    las partes, es una propiedad que poseen todos los seres.
    Así lo enseña la Metafísica: todo ente, en
    la medida en que es posee una unidad intrínseca. Pero la
    unidad admite grados. "Aunque se admita la existencia de
    substancias en el mundo no vivientes, es claro que la
    noción de substancia se realiza de modo primario en lo
    vivientes, que tienen una unidad y una individualidad
    especialmente fuertes". Una piedra posee unidad, pero su unidad
    es pequeña: basta un golpe certero para que se convierta
    en dos o más piedras. En los seres vivos, esa unidad entre
    las partes es mayor.

    Podemos, en efecto, dividir al ser vivo: pero el
    resultado no suele ser la obtención de dos o más
    seres vivos, sino más bien su destrucción. La
    cohesión interna de las diversas partes del viviente es
    tan fuerte que si se pierde esa unidad el ser vivo desaparece
    como tal. Las piedras son "unas" en mucha menor medida que los
    animales, porque no se cuentan por su numero, sino por su peso.
    En cambio, los seres vivos, las cabezas de ganado por ejemplo, se
    cuentan por su numero, es decir, por sus individuos por que el
    individuo es todo él.

    En otras palabras, los seres vivos no pueden dividirse o
    partirse sin que mueran. Incluso los organismos que se reproducen
    por bipartición originan dos individuos nuevos, diferentes
    al original.

    1.3.3. Organicidad

    La unidad de los seres vivos no significa uniformidad;
    es decir, las partes que componen el ser vivo no son
    homogéneas, a diferencia de lo que ocurre en los seres
    inertes. Espontáneamente se capta que los seres inertes
    poseen escasa diferenciación interna, de tal modo que cada
    parte que integra la substancia material posee
    características semejantes. Si partimos una roca los
    pedazos resultantes son por igual piedras sustancialmente iguales
    unas a otras. Pero los seres vivos son organismos, es decir,
    poseen una organización interna no homogénea: cada
    parte cumple una función en el todo. Los seres vivos "son
    sujetos claramente diferenciados de otros, que poseen partes
    organizadas de modo cooperativo en un organismo que tiene sus
    propias necesidades, metas y tendencias. El dinamismo propio de
    los vivientes incluye la actividad de diferentes partes que
    cooperan en la realización de las metas del viviente:
    estas partes realizan funciones que se integran de modo unitario,
    cooperando en el mantenimiento, desarrollo y reproducción
    del organismo.

    1.3.4. Inmanencia

    Esta palabra procede del latín in-manere, que
    significa "permanecer en", es decir, "quedar dentro", "quedar
    guardado". Aristóteles en su libro de la Metafísica
    distingue dos tipos de operaciones:

    • a) Las operaciones transeúntes
      son aquellas cuyo fin y efectos permanecen fuera del sujeto
      que realiza la acción.

    • b) Las operaciones inmanentes, por el
      contrario, son las operaciones cuya causa y efectos
      permanecen en el sujeto.

    1.4. Naturaleza del Ser Vivo

    Según Verneaux explica que es clásico y
    cómodo presentar la doctrina tomista con relación a
    dos errores modernos inversos el uno del otro.

    Pero debemos guardarnos de presentarla como un "justo
    medio" o como una síntesis, ya que, históricamente,
    las doctrinas modernas son productos de descomposición de
    la doctrina tomista.

    1.4.1 El Vitalismo de la Escuela de
    Monpellier

    La idea general es esta: Las actividades de un ser vivo
    no tienen nada en común con las de los cuerpos brutos, no
    están sometidas a las leyes comunes de la física y
    de la química. El ser vivo esta, pues, constituido por un
    "principio vital" que ejerce "fuerzas vitales", de naturaleza
    inmaterial. Es una substancia distinta del cuerpo. La materia y
    la vida están yuxtapuestas.

    1.4.2 El Mecanismo

    Su tesis general es que todo, en un ser vivo, es
    reductible a las leyes fisicoquímicas. Todo se explica
    "mecánicamente", es decir, por movimientos y según
    la causalidad eficiente. En consecuencia, se esfuerzan en
    demostrar que la organización no es mas que un mecanismo
    complejo, que los fenómenos de irritabilidad, de tropismo,
    de cambio de lugar, son solamente fenómenos
    mecánicos, químicos o eléctricos, que la
    generación es solo una consecuencia de la nutrición
    y que la nutrición es una serie de reacciones
    químicas.

    1.4.3 El Vitalismo Aristotélico

    Ha sido rehabilitado por Claude Bernard y el
    neovitalismo contemporáneo, cuyos principales
    representantes son, en Alemania, H. Driesch y, en Francia,
    Cuento. Sus principales tesis son las siguientes:

    • 1. Los cuerpos vivos están sometidos a
      las leyes comunes de la materia bruta. Esta es la verdad del
      mecanicismo, y el vitalismo resulta insostenible si la
      niega.

    • 2. Pero el ser vivo presenta ciertos
      fenómenos irreductibles a las leyes de la materia e
      inexplicables mecánicamente: la inmanencia, la
      finalidad interna de las operaciones. No es este un acto
      separarlo, aislado, es un aspecto de las actividades vitales.
      El punto de discusión es, pues, la existencia de la
      finalidad en el ser vivo.

    1.5. El Alma Humana: Principio Vital y
    Forma

    Según Yepes y Aranguren definen que la
    noción de alma en la tradición aristotélica
    y en parte de la filosofía analítica, no es
    dualista.

    1.5.1 Concepto del Alma

    Es un concepto fundamentalmente biológico, pues
    designa lo que constituye a un organismo vivo como tal,
    diferenciándolo,
    de los seres inertes, inanimados o
    muertos. En ella se afirma que también las plantas y los
    animales tienen alma, pues es evidente que también ellos
    se distinguen de lo inerte. Una botella de plástico y un
    rosal son seres que se comportan de modos muy diversos: el
    segundo se mueve a si mismo, tiene cierta unidad y cierto
    proyecto (crece).

    La botella de plástico, sencillamente, se queda
    pasmada en su quietud. En ella no hay vida (en realidad ya es
    bastante difícil afirmar que una botella tenga identidad
    alguna: apenas tiene entidad). Así, "un cuerpo animado, no
    es un cuerpo mas un alma, sino un determinado tipo de
    cuerpo".

    En primer lugar, alma no se opone a un cuerpo. Sucede
    más bien que el ser vivo tiene dos dimensiones: una
    materia orgánica y un principio vital que organiza y
    vivifica esa materia. Ese principio vital, aquello por lo cual un
    ser vivo esta vivo, es el alma: "el primer principio de vida de
    los seres vivos", lo que les hace ser y ser lo que
    son.

    El alma es, por tanto, el principio vital de los seres
    vivos; la forma del cuerpo; la esencia del cuerpo
    vivo.

    1.5.2. Posturas: Concepciones del Alma

    1.5.2.1. Dualidad

    Según Yepes y Aranguren señalan que el
    hombre tiene una constitución dual. Así se presenta
    también la vida humana (vida-muerte, noche-día,
    sueño-vigilia, altura-profundidad, juegotrabajo,
    amor-odio, sujeto-objeto, bien- mal, gozo-dolor, hombre-mujer,
    izquierda-derecha, etc.). Hay siempre una dualidad y duplicidad
    de dimensiones, de ritmos, de tiempos, de situaciones.

    1.5.2.2. Dualismo

    Hay una visión del hombre, muy extendida, que
    conlleva una exageración de este rasgo básico de la
    vida humana.

    Esta visión convierte la dualidad en dualismo al
    acentuar excesivamente uno de los dos polos, de modo que terminan
    separándose y oponiéndose.

    Principalmente, en la cuestión que nos interesa,
    el dualismo opone cuerpo-alma, materia-espíritu, de modo
    que la separación de ambos parece irrevocable, llegando
    incluso a convertirse en franca oposición. El cuerpo y el
    alma, dice el dualismo, son dos realidades separadas, que se
    deben explicar separadamente. Así, se presentan como dos
    elementos diferentes u contrapuestos que se yuxtaponen sin
    unirse, del mismo modo en que las peras no hacen unidad con las
    manzanas aunque se encuentren en el mismo frutero. Por un lado
    estará la materia, el cuerpo, y por oro, el alma, el
    espíritu. O, en expresión de Descartes, hay que
    distinguir entre res cogitans y res extensa, sustancia
    pensante y sustancia material.

    CAPITULO II:

    Los grados de la
    vida

    2.1. La Vida Vegetativa

    Según Yepes y Aranguren explican que propia de
    las plantas y todos los animales superiores a ellas. Tiene tres
    funciones principales: la nutrición, el crecimiento y la
    reproducción. En la primera, lo inorgánico exterior
    pasa a formar parte de la unidad del ser vivo. La
    nutrición se subordina al crecimiento. La
    reproducción consiste en ser capaz de originar otro ser
    vivo de la misma especie. Es decir, de hacer que la especie sea
    inmortal, ya que el individuo no puede serlo. "En la escala de la
    vida, la relevancia del individuo y su independencia frente a la
    especie es cada vez mayor hasta llegar al hombre, en el que la
    relevancia de la autorrealización individual excede
    plenamente a la de la especie".

    Según Verneaux dice que hay pocas cosas que
    añadir respecto de la vida vegetativa. Bastarán
    cuatro afirmaciones.

    2.1.1. El Vegetal es un Ser Vivo

    Aunque su vida sea menos manifiesta que en el animal, no
    obstante, puede descubrirse por sus operaciones
    características: organización, nutrición,
    reproducción, etc.

    2.1.2. El Vegetal tiene un alma

    La cuestión ya esta decidida. Si el vegetal es un
    ser vivo, tiene un alma, que es su forma o su principio de vida.
    Esta alma es inmaterial, está presente en todas las partes
    del organismo porque las vivifica.

    2.1.3. El alma vegetal no es
    espiritual

    Llamamos espiritual a un ser cuya existencia no depende
    de la materia. Ahora bien, el vegetal no presenta ninguna
    operación a la que no concurra intrínsicamente la
    materia. Aunque sus operaciones estén finalizadas,
    inmanentes en un sentido amplio, son materiales, las realiza un
    órgano.

    2.1.4. El alma vegetal no es
    subsistente

    Ello deriva de que no es espiritual. Desaparece, muere,
    deja de existir en el momento en que el cuerpo esta desorganizado
    mas allá de un cierto punto en el que ya no es apto para
    vivir.

    Hay que dividir, pues, las nociones de alma y
    espíritu, y concebirán nivel de ser intermedio
    entre la pura materia y el espíritu; si esto nos resulta
    difícil, es solo en razón de la herencia
    cartesiana. El mismo problema se plantea, además, para el
    animal. En cuanto a la desaparición del alma, se concibe
    bastante bien por analogía con la desaparición de
    las formas sensibles. Cuando se rompe una esfera de cristal,
    desaparece su forma redonda, porque solo existía en
    dependencia de un cierto estado de la materia. Igualmente, cuando
    se corta un árbol, su principio de vida desaparece, porque
    solo existía mediando una cierta organización del
    árbol.

    2.2. La Vida Sensitiva

    Según Yepes y Aranguren el segundo grado es la
    vida sensitiva, que distingue a los animales de las plantas. La
    vida sensitiva consiste en tener un sistema perceptivo que ayuda
    a realizar las funciones vegetativas mediante la captación
    de diversos estímulos: lo presente, lo distante, lo pasado
    y lo futuro.

    En cuanto son captados, esos cuatro tipos de
    estímulos provocan un tipo u otro de respuestas. La
    captación se realiza mediante la sensibilidad (externa e
    interna). La estimulación captada a través de la
    vida sensitiva produce una respuesta: el instinto, que es la
    tendencia del "organismo biológico a su objetivos
    más básicos mediada por el conocimiento", por
    ejemplo el hambre o la pulsión sexual.

    2.2.1. La Sensibilidad y las Funciones
    Sensitivas

    Según Yepes y Aranguren la sensibilidad que
    llevamos a cabo el conocimiento sensible y esta compuesta por los
    sentidos externos y los internos. "La vida sensitiva se
    caracteriza por estar regida por el conocimiento y el apetito de
    lo real concreto". La sensibilidad es la forma más
    elemental de conocimiento.

    Daremos, en primer lugar, una definición
    intuitiva del conocimiento:"conocer es el modo mas intenso de
    vivir". Cuando se conoce algo, se vive mucho mas, porque al
    poseerse lo que se conoce se "dilata" el propio vivir, se es mas.
    "Vivir conociendo es vivir mucho mas". Y se conoce porque a
    nuestro principio activo (el alma) le "sobra" actividad y fuerza,
    de modo que no se limita a informar el cuerpo, sino que es capaz
    de abrirse a otras realidades sin perder por ello la
    formalización que realiza en el cuerpo: "los sentidos
    reciben la forma sensible de las cosas sin recibir su
    materia".

    Conocer es una posesión inmaterial de la forma de
    otra cosa sin perder por elo la propia forma y sin afectar a la
    forma de lo conocido. Esta apropiación se llama
    intencionalidad. La actividad cognoscitiva comienza por los
    sentidos externos, cuyo acto es la sensación. Esta
    actividad se continúa en los sentidos internos, cuyos
    actos son la percepción, la imaginación, la
    estimación y la memoria. Ahora se mostraran muy brevemente
    las características de los diferentes actos cognoscitivos
    que forman la sensibilidad externa e interna.

    2.2.1.1. Sensación

    La sensación capta cualidades sensibles o
    accidentes particulares de los cuerpos, pero no la naturaleza,
    esencia o totalidad de ellos. Son por así decirlo,
    "aspectos" de esos cuerpos que impresionan nuestros sentidos
    externos: el ruido de un motor, el azul del cielo, etc. Esas
    cualidades son "captadas" por un "receptor especializado", que es
    el sentido externo respectivo (vista para el color, oído
    para el sonido, olfato para el olor, gusto para el sabor y tacto
    para las características físicas del propio cuerpo
    o del cuerpo de otro).

    2.2.1.2. Percepción

    Las sensaciones no se dan aisladas, sino relacionadas
    unas con otras, integradas en la percepción. La
    percepción es una actividad cognoscitiva que lleva a cabo
    la unificación de las sensaciones mediante una
    síntesis sensorial. El ruido de un motor, mas el olor a
    gasolina, mas una forma características, nos hace percibir
    que se trata de un coche. Mediante la percepción se captan
    también los llamados sensibles comunes: número,
    movimiento o reposo, figura, magnitud o cantidad, que son
    cualidades que se perciben por varios sentidos a la
    vez.

    La percepción, llevada a cabo por lo que la
    tradición clásica llama sentido común,
    unifica las sensaciones y las atribuye a un único objeto,
    que se percibe como sujeto de las distintas cualidades sensibles
    primarias y secundarias. Percibo un coche porque unifico mis
    sensaciones y las atribuyo a un único objeto
    percibido.

    2.2.1.3. Imaginación

    El archivo de las percepciones es la imaginación,
    que puede reproducir objetos percibidos (imaginar un caballo o un
    hombre) y elaborar nuevas síntesis sensoriales no
    percibidas, sino puramente imaginadas (imaginar un
    centauro).

    La creatividad de la imaginación puede acentuarse
    en determinadas personas o determinadas culturas, e incluso caer
    en la exageración: vivir en la ilusión de una
    apariencia, no queriendo reconocer que las imágenes que
    nos hacemos sobre cosas o sobre personas son falsas, o parciales.
    Tendemos a imaginar todo lo que pensamos y sentimos, porque no
    podemos conocer el mundo si no es a través de la
    sensibilidad: no afrontamos demasiada realidad "de cara", porque
    el hombre no esta hecho para eso. Por eso nos solemos expresar
    por medio de metáforas, incluso en las conservaciones que
    pretendemos que sean mas científicas. La metáfora
    es la conversión de la imaginación en lenguaje, y
    una clara señal del carácter encarnado del
    espíritu humano. Nuestro discurso racional va
    acompañado por representaciones imaginativas. Y es que, la
    creatividad humana es un uso inteligente de la
    imaginación.

    2.2.1.4. Estimación

    La estimación "consiste en poner en
    relación una realidad exterior con la propia
    situación orgánica" y la propia vida. Preferir algo
    a otra cosa (una hamburguesa antes que un plato de coles) es una
    estimación, porque en ella realizo una valoración
    de mi relación respecto a esas realidades: percibo si me
    gusta, si me apetece, si me conviene.

    En consecuencia, se puede afirmar que la
    estimación es una cierta anticipación del futuro:
    rige el comportamiento que voy a tener respecto del objeto
    valorado.

    Así, por ejemplo, un cordero estima poco
    conveniente la permanencia frente a un lobo antes de que este se
    decida a depredar un rato sobre él. Y se aleja no por
    motivos estéticos (que no los tiene, la belleza o fealdad
    del lobo no son determinantes en su conducta), sino porque estima
    que el futuro será incierto al lado del lobo. Si no
    tuviera estimativa, siempre caería bajo sus fauces. No
    sentiría miedo, no viviría en alerta, pero tampoco
    podría sobrevivir: mediante la estimativa se adquiere
    experiencia sobre las cosas y sobre como comportarse frente a
    ellas. Si ya me ha ocurrido algo que me agradó (o
    viceversa), ya puedo adelantar lo que acaecerá en una
    circunstancia similar. La estimativa hace que no sea necesario
    repetir de los paltos que no gustan.

    2.2.1.5. Memoria

    La memoria conserva las valoraciones de la estimativa y
    los actos del viviente. Retiene la sucesión temporal del
    propio vivir. La memoria tiene base orgánica, y puede ser:
    sensible (cerebralmente localizable) e intelectual (cerebralmente
    no localizable, al menos en parte).

    Tiene una importancia portentosa en la vida humana, pues
    es la condición de posibilidad del descubrimiento y
    conservación de la propia identidad y el modo de enlazar
    con el pasado, conservándolo: sin ella no sabríamos
    que hicimos ayer, quienes somos, a que grupo pertenecemos, con
    que recursos contamos, no siquiera que me cabe esperar, pues
    desconocería la posición existencial en que me
    encuentro. Por la memoria podemos contar historias: la propia, la
    de la familia, la de la patria. Nos dotamos de unidad y se la
    damos a nuestro entorno.

    2.3. La Vida Intelectiva

    Según Yepes y Aranguren el tercer grado de la
    vida es la vida intelectiva, que es la propia del hombre. En ella
    se rompe la necesidad del circuito estimulo-respuesta. "Por
    encima de los animales están los seres que se mueven en
    orden a un fin que ellos mismos se fijan, cosa que es imposible e
    hacer si no es por medio de la razón y el intelecto, al
    que corresponde conocer la relación que hay entre el fin y
    lo que a su logro conduce, y subordinar esto a aquello". Las
    características propias y diferenciales de este grado
    superior de vida son las siguientes:

    • a) El hombre elige intelectualmente sus propios
      fines (exceptuando lo vegetativo-respiración,
      crecimiento, etc.) y no se conforma con los fines e la
      especie, sino que también se propone fines personales
      o tiene en sus manos la tarea de hacer su propia vida,
      escribir su propia vida, etc.

    • b) En el hombre, los medios que conducen a los
      fines no vienen dados, sino que hay que encontrarlos. Hay una
      separación de medios y fines que hace que no se den
      respuestas automáticas a los estímulos. La
      apertura del hombre es a la totalidad y, por lo tanto, la
      respuesta del hombre también debe ser
      concretada.

    2.3.1. El cuerpo como Sistema

    La idéntica radicalidad de biología y
    razón en el hombre puede apreciarse en la
    morfología de su cuerpo. En el cuerpo la biología
    esta al servicio de las funciones intelectivas. Hay una
    correspondencia entre la inteligencia y la morfología del
    cuerpo. Esto se advierte en primer lugar en que es un cuerpo no
    especializado, sino que esta abierto a una indeterminada cantidad
    de posibilidades: no tiene un lugar donde vivir, sino que puede
    ocupar todo el globo; se viste, y construye casas; utiliza las
    manos para adaptar el mundo humanizándolo; su cara es
    expresiva y se le llama rostro; sonríe; anda erguido y por
    eso puede ocupar los brazos en otras actividades; es
    corporalmente comunicativo; su unión sexual es frontal,
    cara a cara; puede hablar, usar o fabricar instrumentos, mirar de
    frente al mundo, hacer gestos simbólicos, etc. Si no
    tuviéramos un cuerpo adecuado para realizar las funciones
    intelectuales, éstas se quedarían atenazadas, no
    pudiéndose expresar en el mundo que habitamos.

    El cuerpo humano tiene un carácter
    sistémico, porque todos sus elementos están
    funcionalmente interrelacionados. No cabe entender las manos
    aisladas del intelecto, o de la posibilidad de hablar, o de la
    inespecialización instintiva. Forman parte de un todo, y
    solo en el todo pueden cumplir sus funciones. En consecuencia,
    algunos de sus rasgos constituyentes, como el bipedismo, la
    posición libre de las manos, que no necesitan apoyarse en
    el suelo, la postura erecta y vertical de la columna vertebral,
    la posición frontal de los dos ojos para mirar hacia
    adelante y no hacia los lados, y el mayor y mas peculiar
    desarrollo cerebral, remiten unos a otros de un modo
    sistémico: no se pueden concebir aisladamente.

    2.3.2. El Principio Intelectual de la Conducta
    Humana

    Buena parte de los objetos de las actividades del hombre
    corren por cuenta de la elección y aprendizaje
    individuales. En nuestro caso, el instinto viene en buena parte
    completado o desplazado por el aprendizaje. Aprendemos a comer, a
    andar, a comunicarnos; nuestra infancia es tremendamente
    prolongada y necesitada de ayuda, necesitamos de los
    demás, etc.

    En el hombre el aprendizaje es mucho más
    importante que el instinto. Al hombre no le basta con nacer,
    crecer, reproducirse y morir para alcanzar su realización
    propia. Somos más complicados que una patata o un
    pájaro. Nuestra vida no es automática, tenemos por
    delante la tarea de resolverla, y el éxito no esta
    asegurado. El hombre es el único animal capaz de hacer
    fracasar su vida voluntariamente, del mismo modo que solo la
    lleva a su mejor fin si quiere. Lo propiamente humano es la
    capacidad de darse a si mismo fines y de elegir los medios para
    llevarlos a cabo. Esto es la libertad: el hombre es dueño
    de sus fines. Y en cuanto es dueño de sí, es
    persona, es mucho más que un caso, un individuo, de una
    especie.

    Por eso se dice que la conducta humana esta principiada
    por el conocimiento intelectual. Cada quien elige los medios y la
    concreción de los fines: es tarea de cada hombre elegir
    sus fines y los medios que a ellos conducen. Y eso solo es
    posible si esa elección se realiza mediante el
    conocimiento previo de las posibilidades que tenemos al alcance
    de la mano. Medico, abogado, ingeniero, vagabundo, mentiroso o
    ladrón son distintas opciones ante nuestros ojos.
    Así, en el hombre se rompe el circuito estimulo-respuesta.
    Somos un ser abierto. Esto quiere decir que la biología
    humana esta interrumpida por la vida intelectiva: en el hombre el
    pensamiento es tan radical y tan natural como la biología,
    y por eso la misma biología humana solo se entiende desde
    la condición intelectual del hombre.

    El hombre es un ser que esta por encima de la dictadura
    del instinto. Su reacción no es automática. El
    hecho de sentir hambre no me dice nada acerca de que debo comer:
    para hacerlo tengo que decidir entre hamburguesa, pollo o
    cualquier otra cosa. Es decir, en el hombre, la
    satisfacción del instinto exige la intervención de
    la razón, que puede decidir beber o no beber, comer o no
    comer, o comer una cosa u otra. "la naturaleza biológica
    humana no es viable al margen de la razón ni siquiera en
    el plano de la supervivencia biológica". El hombre, ya se
    ha dicho, necesita aprender a vivir. Y para hacerlo, necesita
    razonar.

    Una consecuencia: si el hombre no controla sus instintos
    mediante la razón, no los controla de ninguna manera. El
    hombre tiene que aprender a moderar sus instintos si no quiere
    hacerse daño a si mismo o a otros. Si el hombre no se
    comporta según la razón, sus instintos se tornan
    desmesurados, cosa que no les sucede a los animales; hay hombres
    iracundos, dominados por su parte afectiva, tristes,
    cobardes…El hombre, si no es racional, es peor que los
    animales, en cuanto la fuerza de sus instintos crece en él
    de una manera excesiva que positivamente daña la realidad,
    a los demás, a él mismo. Esta es una de las
    derivaciones de la libertad.

    CAPITULO III:

    Concepciones del
    origen de la vida

    3.1. La Hipótesis Evolucionista

    3.1.1. La Tesis Evolucionista

    Según Jolivet (1982) el estudio cada día
    mas extendido y preciso de las especies que componen la fauna y
    la flora del globo terrestre, el descubrimiento de numerosos
    fósiles que pertenecen a las especies actuales, pero con
    caracteres somáticos menos acentuados que los de nuestros
    días, el estudio de especies totalmente desaparecidas,
    pero emparentadas al parecer a las especies sobrevivientes, y
    otros muchos datos lo que se ha dado en llamar la teoría
    transformista o evolucionista, según la cual todas las
    especies actuales, vegetales y animales, del globo,
    provendrían, por vía de evolución, de un
    reducido numero de troncos primitivos o quizás de un solo
    tronco.

    3.1.2. Las Diferentes Formas de
    Evolucionismo

    3.1.2.1. Lamarck

    Fue Lamarck, profesor en el Museo de Historia Natural de
    Paris, el primero que formulo con claridad la hipótesis
    evolucionista, especificando que los factores (o causas) de la
    evolución eran, en su opinión, las tres siguientes:
    el medio ambiente, la herencia y el tiempo. Las variaciones del
    medio ambiente (clima, alimentación, temperatura) provocan
    diversos cambios en el cuerpo viviente. Lo mismo sucede con las
    necesidades, determinadas por el estado el ambiente, y que crean
    poco a poco los órganos capaces de satisfacerlas (de
    ahí el principio lamarckiano: "la función crea el
    órgano"). Estos cambios se trasmiten por herencia,
    fijándose así en la especie.

    3.1.2.2. Darwin

    Darwin vuelve a repetir las ideas de Lamarck, poniendo
    en vez de la acción del ambiente de Lamarck la
    concurrencia vital o lucha por la vida. Todo viviente, dice
    Darwin, esta en lucha contra el medio y contra las especies que
    le rodean. Esta lucha produce una selección natural, en el
    sentido de que los individuos mas débiles sucumben,
    sobreviviendo solo los más fuertes y los más aptos.
    Esta lucha es por lo mismo un principio de diferenciaciones entre
    los individuos. Las diferencias favorables y útiles
    prosperan con el uso y se trasmiten por herencia.

    3.1.2.3. De Vries

    El naturalista holandés De Vries sostuvo que la
    evolución no se realizó, según creyeron
    Lamarck y Darwin, mediante pequeñas variaciones continuas,
    sino por mutaciones bruscas y de gran amplitud, producidas por
    fortuitas influencias.

    3.2. Estado de la Cuestión

    Dos problemas están en juego: el de hecho de la
    evolución y el del mecanismo según el cual se
    realizó.

    3.2.1. El Hecho de la Evolución

    Los sabios parecen estar de acuerdo en reconocer la
    realidad de una evolución, al menos dentro de los
    límites de los géneros y especies. Habría
    habido, pues, en el origen de las especies y de los
    géneros actuales, un reducido numero de troncos que, por
    diferenciaciones sucesivas, habrían dado lugar poco a poco
    a la actual multiplicidad. Parece haber pruebas suficientes a
    favor de esta opinión. En cuanto a extender más
    allá los dominios de la evolución, es decir a
    emparentar los troncos que son el principio de las especies
    actuales con tipos más generales y estos con un solo tipo
    inicial, es, por el momento, al menos, ir más allá
    de lo que permiten afirmar los hechos conocidos y realmente
    establecidos.

    3.3. Teoría de la
    Creación.

    Según Verneaux queda aun que la vida haya sido
    creada por Dios cuando el universo ha proporcionado las
    condiciones de su posibilidad. Nada obliga por los demás a
    admitir que Dios haya creado a la vez todas las especies
    vivientes, ni tampoco que haya creado directamente a cada una en
    momentos diferentes de la historia del mundo. No existe
    razón metafísica que prohíba admitir una
    evolución de las especies partiendo de un germen
    primitivo, entendiendo siempre que Dios dirige la
    evolución por medio de su providencia y que el hombre esta
    excluido de ella porque tiene un alma espiritual que puede
    proceder solamente de una creación directa de Dios, no
    solamente para el primer hombre, sino para cada hombre en
    particular.

    3.4. El Origen del Hombre

    Según Yepes y Aranguren el hombre si tiene un
    cuerpo no especializado, y adaptado a su inteligencia,
    ¿Cómo ha obtenido esa adaptación? Si sus
    tendencias y su comportamiento difieren del de los animales,
    ¿Cuándo empezó a ser diferente? ¿No
    es, simplemente, un animal mas evolucionado?

    El problema del origen del hombre no es una
    cuestión sencilla pues es un hecho no experimentable; por
    tanto, resulta difícil que la ciencia pueda esclarecerlo
    del todo. Lo que nosotros podemos hacer es un conjunto de
    reflexiones que pertenecen más a la antropología y
    la filosofía que a un cuerpo de proposiciones
    científico-positivas.

    El origen del hombre no puede tratarse más que en
    el contexto del origen y evolución de la vida dentro del
    cosmos. Los hechos pasados que la ciencia puede testimoniar al
    respecto son aun muy inciertos, y para interpretarlos se precisa
    asumir algún tipo de supuestos, de visión
    filosófica del mundo, que no son suministrados por la
    ciencia misma. Fundamentalmente se dan dos supuestos:

    • 1. La ley de la vida es producto del azar, y se
      ha formando por combinación espontánea de
      mutaciones genéticas, a partir de seres vivos muy
      elementales: "el equilibrio y el orden de la naturaleza no
      surgen de un control mas elevado y exterior (divino), o de la
      existencia de leyes que operen directamente sobre la
      totalidad, sino de la lucha entre los individuos por su
      propio beneficio (en términos modernos, por la
      transmisión de sus genes a las generaciones futuras a
      través del éxito diferencial en la
      reproducción)". En otras palabras: la evolución
      no sigue un camino ascendente y predecible. Toda especie es,
      en cierto sentido, un accidente. Este modo de ver las cosas
      se puede denominar evolucionismo emergentista, y es
      una elaboración actual de las teorías de
      Darwin.

    • 2. La ley de la vida es parte de una ley
      cósmica y de un orden inteligente, organizado por una
      inteligencia creadora que ha dotado al cosmos de un dinamismo
      intrínseco que se mueve hacia sus fines propios. Esto
      se puede llamar en sentido amplio
      creacionismo.

    Conclusiones

    • Podemos concluir que la vida en si no existe, como
      materia, solo es una palabra abstracta como la velocidad o la
      luz, pero puede reflejarse a través de sus operaciones
      vitales.

    • La diferencia entre los seres vivos y los seres
      inertes son las operaciones vitales y dentro de los seres
      vivos existe grados de vida el cual son la vegetativa,
      sensitiva e intelectiva el cual cada uno también tiene
      un alma.

    • El Alma y el cuerpo o materia son dos formas
      opuestas pero que se unen para formar al ser
      humano.

    Bibliografía

    • Arregui, J. y Choza, J. (1992). Filosofía del
      Hombre. Una Antropología de la intimidad. Quinta
      edición. Navarra: Ediciones Rialp

    • Choza, J. (1998). Manual de Antropología
      Filosofía. Madrid: Ediciones Rialp

    • Garcia, J. y Ángel, J. (2003).
      Antropología Filosofía. Una Introducción
      a la Filosofía del Hombre. Segunda edición.
      Navarra: Ediciones Universidad de Navarra.

    • Jolivet, R. (1982). Curso de Filosofía.
      Tratado complejo. Buenos Aires: Club de Lectores.

    • Verneaux, R. (1988). Filosofía del Hombre.
      Curso de Filosofía Tomista. Barcelona:
      Herder

    • Yepes, R. y Aranguren, J. (2003). Fundamentos de
      Antropología. Un ideal de la Excelencia Humana. Sexta
      Edición. Navarrra: Ediciones Universidad de
      Navarra.

    DEDICATORIA

    A mis Padres por el apoyo y comprensión que me
    han dado para el desarrollo de esta monografía.

    AGRADECIMIENTO

    A Dios por ser el artífice de mi vida.

    A la Profesora Cotrina Alvarran Ruth, porque gracias a
    sus enseñanzas que me ha brindado he podido culminar esta
    monografía.

     

     

    Autor:

    Ríos Burga Giorgio
    André

    Chiclayo, 20 de Junio del 2008

    Partes: 1, 2
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