Miedo y Represión

El presente trabajo tiene el propósito de reflexionar sobre el origen del miedo y los diversos factores socioculturales que lo ocasionan. La tesis que sostenemos en relación a este fenómeno es que, el miedo tiene como tarea fundamental mantener a la población en un estado de pasividad y letargo. Las acciones de unos pocos sobre la mayoría van encaminadas a infundir- principalmente- inestabilidad y confusión en la población como método de control y manipulación. El miedo en sus más variadas manifestaciones representa la expresión de la mayoría como una medida del grado susceptibilidad de esta para predecir el rumbo que ha de seguir. La represión por su parte es un concepto harto conocido por todos, pero que sin embargo, guarda un enorme caudal de elementos subyacentes que no están al alcance del ciudadano común. Represión y miedo son dos elementos que van ligados entre sí, pero consideramos que uno es consecuencia del otro. Sabemos que en todas las culturas se presenta este binomio perverso, pero su expresión depende del desarrollo particular de cada una de ellas. En nuestro país ha seguido una trayectoria muy peculiar, y que nos proporciona elementos de juicio que nos indican las razones de la situación actual en la que vivimos. La inseguridad extendida en todo el territorio nacional, se vuelve a convertir una vez más en instrumento de represión utilizado por poderes de facto, para infundir miedo y terror en los ciudadanos. La represión una práctica nada infrecuente en estos grupos, que no necesariamente son exclusivos de la delincuencia organizada, sino que también los podemos observar en instituciones legalmente establecidas tales como: Las gubernamentales, empresariales, educativas y hasta eclesiásticas.

Palabras claves: Represión, miedo, poder fáctico, oligarquía, cultura, inseguridad, control, monopolio, democracia.

Abstarct

The present work aims to reflect on the origin of fear and socio-cultural factors that cause it. The thesis that we hold in relation to this phenomenon is that fear is a fundamental task to keep the population in a state of passivity and lethargy. The actions of a few over the majority are aimed at instilling "primarily" instability and confusion in the population as a control and manipulation. Fear in its varied manifestations is the expression of the majority as a measure of the degree to predict susceptibility of this course to be followed. The repression on the other hand is a concept well known by all, but nevertheless observed a wealth of underlying factors that are beyond the reach of ordinary citizens. Repression and fear are two elements that are linked together, but it is considered that one follows the other. We know that in all cultures this binomial appears perverse, but their expression depends on the particular development of each. Our country has followed a path very peculiar and provides evidence that indicate the reasons for the current situation in which we live. The widespread insecurity throughout the country, is converted back again into an instrument of repression used by the de facto power to instill fear and terror in people. Repression practice not uncommon in these groups, which are not necessarily exclusive of organized crime, but also can be seen in legally established institutions such as government, business, educational and even church.

Keywords: repression, fear, de facto power, ologarchy, cultura, insegurity, control, monopoly, democracy.

Desarrollo

Antes de iniciar el desarrollo del tema es necesario definir algunos conceptos que nos van a servir como punto de partida para el análisis del mismo: el poder fáctico y la oligarquía; dos condiciones que están relacionadas, o en el peor de los casos la primera no se puede concebir sin la otra. Su actuar sigiloso, en apariencia inocuo, no permite que trasluzca ni un ápice de desconfianza, invirtiendo así todo lo que inmoralmente este a su alcance para lograr sus más obscuras y mundanas intenciones. Así entonces tenemos las siguientes definiciones.

Poder fáctico. Es el que se ejerce al margen de los cauces formales (es decir, que no coincide necesariamente con el aparato del Estado) y se sirve de su autoridad informal o su capacidad de presión para influir políticamente. El poder fáctico ni está legitimado ni siempre busca la legitimación para ejercerse, pero ejerce de facto (de hecho) el poder aunque no lo haga de iure (legalmente) ya que su mera existencia le hace ser determinante. La mayor parte de las veces no es necesario que se imponga por la fuerza: le basta con explicitar, o incluso con sugerir sus deseos para que se conviertan en realidad. La clave de su ejercicio es su capacidad de control de mecanismos externos a la política, como por ejemplo el dominio de recursos vitales o estratégicos, que le dan el control de la ideología, la sociedad y la economía. Ejemplos de poder fáctico pueden ser la banca u otros sectores de la empresa privada, la oligarquía o los intereses capitalistas, así como la Iglesia o la prensa.