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Naturaleza y Carácter de la Acreditación Universitaria (página 2)



Partes: 1, 2

Un claro ejemplo es la marginación de los
trabajadores al no ser considerados como estamento de la
universidad a pesar de constituir un sector imprescindible para
el funcionamiento de los quehaceres universitarios. En el
artículo Nº 28 de la ley 23733 se establece para la
Asamblea Universitaria que la mitad de los representantes de los
profesores deben ser principales a pesar de ser este sector una
minoría en las universidades, generalmente el sector
más reacio a los cambios por ser el que ostenta mayores
privilegios. Tal como ocurría ya en la década del
80´ la Asamblea Universitaria es despojada de su
categoría de máxima instancia de gobierno en la
universidad estableciéndose como tal el Consejo
universitario que, sin embargo, no contempla a los representantes
de los docentes, así lo establecen los artículos 29
y 31 que en la actualidad siguen vigentes. El artículo
Nº 40 vuelve legal el repudiado tercio
móvil
; esto es, la cantidad de alumnos se reduce de
acuerdo a la cantidad de autoridades y docentes asistentes a las
sesiones, de tal manera que en ninguna circunstancia excedan a un
tercio de los miembros presentes. Este mismo artículo
estipula que para establecer el quórum tanto en la
Asamblea como en el Consejo Universitario y de Facultad es
prescindible la presencia de los estudiantes, otorgándose
validez a las sesiones de Asamblea y Consejo donde no existe
representación estudiantil. El art. 8 permite el ingreso
de la policía y de las fuerzas armadas al recinto
universitario. El art. 59 establece las sanciones y expulsiones
de los alumnos que participen en actos "que alteren el orden",
etc. Esto nos demuestra perfectamente el tipo de democracia que
se ha implementado y se sigue haciendo a nivel nacional y en este
caso a nivel de la educación superior. Este es el
verdadero carácter de la llamada "democracia
representativa" que tanto promociona la burguesía por
doquier.

II

Los Intereses de
clase subyacentes al fenómeno de la Acreditación
Universitaria

En este panorama general de la educación
pública universitaria es que se plantea ahora el
novísimo problema de la Acreditación y
Certificación de la Calidad Académica en las
universidades, promovida por el Estado a través de la ley
Nº 28740, ley del SINEACE (Sistema Nacional de
Evaluación, Acreditación y Certificación de
la Calidad Educativa). Problema que, como mostraremos más
adelante, es planteado y resuelto desde un punto de vista
burgués en todos sus aspectos. Para empezar, ya desde su
nacimiento, ligado indisolublemente a todo el aparato
político y legal de la burguesía.

Podemos apreciar en el artículo Nº 14 de
dicha ley: "Los órganos operadores establecen
relaciones de coordinación con el Sector Educación,
con los gobiernos regionales, los otros ministerios, gremios
empresariales
[2]e instituciones de la
sociedad…",
es decir, desde el primer momento todo el
aparato designado para dicho proceso de Evaluación se
encuentra ligado a los intereses de las instituciones de la
"Sociedad civil" burguesa y de forma directa a los intereses de
los capitalistas a través de los gremios empresariales.
Asimismo, en el artículo Nº 16 se caracteriza a los
órganos operadores como "autónomos,
administrativa y funcionalmente, como garantía de
independencia para realizar sus actividades en el marco de la
Constitución y de sus leyes
…". Por supuesto
sabemos que esta autonomía no es más que una
ilusión, sobre todo "en el marco de la Constitución
y de las leyes" de la democracia reaccionaria burguesa que ya
revisamos anteriormente. Con esto nos queda claro el yugo al que
está sujeto el proceso de Acreditación, en
función del engranaje estatal de la gran burguesía
intermediaria, de sus parámetros, necesidades y
requerimientos; ya que en el Art. 18 de dicha ley se indica como
funciones de los órganos operadores "establecer los
estándares que deberán cumplir las instituciones
educativas para ofrecer el servicio educativo. Establecer
criterios e indicadores nacionales y regionales de
evaluación y acreditación de los aprendizajes, de
los procesos pedagógicos y de la gestión que
desarrollan las instituciones educativas".

De forma aún más directa se puede apreciar
este yugo en el Art. 32, en el cual se establece la
conformación del órgano de dirección de
Consejo de Evaluación, Acreditación y
Certificación de la Calidad de la Educación
Universitaria (CONEAU).

En aquel Art. Se menciona: "Serán propuestos:
Uno por el CONCYTEC, uno por las Univ. Públicas, uno por
las Univ. Privadas, uno por los gremios empresariales, uno por el
Consejo Nacional de Decanos de los Colegios profesionales y uno
por el Centro de Planeamiento Estratégico Nacional
CEPLAN
…"; siendo así, la burguesía
asegura el control directo con la mitad de los miembros
provenientes de sus instituciones: El Poder Ejecutivo del Estado
(CEPLAN), las universidades privadas que tienen y mantienen el
control de la ANR, y nuevamente los gremios
empresariales[3]

Por supuesto, como era de esperarse, en estas instancias
no existe para nada, representación docente universitaria
y mucho menos estudiantil. No se podía esperar menos de la
democracia burguesa.

Ante esto cabe preguntarnos ¿a qué se debe
que la burguesía se preocupe ahora por la calidad de la
educación? ¿de dónde se origina esta
preocupación?¿Cuál es la esencia de esta
acreditación de la calidad académica?

Es una afirmación totalmente válida e
irrefutable que la burguesía desde sus inicios nunca se ha
preocupado por la educación de las masas populares. Desde
las afirmaciones de Lutero en materia de educación
refiriéndose al Herr Omnes[4]o de las
iniciativas de Charles Demia – tan alabado por la
burguesía durante siglos como iniciador de la
enseñanza primaria gratuita – que propugnaba la idea
de escuelas que, como él mismo decía, "lleguen a
ser agencias de información o lugares de mercado en que
las personas acomodadas[5]pudieran ir a
buscar servidores de sus casas, o empleados de sus negocios";
hasta las afirmaciones de Condorcet con respecto a la escuela
burguesa "gratuita y popular" que, como él mismo
reconocía, "no era escuela de masas" y la
propuesta de Pestalozzi de educar a los pobres para que
acepten de buen grado su pobreza
; la burguesía se ha
mostrado siempre reacia cuando de extender la educación a
las masas populares se trataba. Como era de esperarse, siempre ha
sabido utilizar a la educación como instrumento a su
servicio, excluyendo a las masas trabajadoras de esta en algunas
ocasiones, preparándolas con lo mínimo necesario
para que se conviertan en buenos servidores de sus casas o
empleados de sus negocios
en otras.

Entonces, ¿a que se debe este vuelco tan grande
de la clase capitalista en materia de
educación?

Es fácil advertir que en realidad la
burguesía no se preocuparía por la "calidad
educativa" si no estuvieran en juego sus intereses. Nos atrevemos
a afirmar este hecho pues como veremos es aceptado de boca de sus
propios teóricos. Por tanto cabe decir que, en
última instancia, esta necesidad está en
relación directa con las demandas del mercado, del campo
productivo y comercial, en fin, de la sociedad
burguesa.

Precisamente es en el campo de la industria donde
debemos buscar el porqué de la preocupación de la
burguesía por la "calidad de la educación".
Raimundo Vossio, consultor de la OIT[6]menciona en
uno de sus trabajos, con mucha claridad, uno de los motivos del
porqué la burguesía empezó a advertir una
necesidad de buscar "calidad educativa" en sus
instituciones:

"La corrida hacia la regulación internacional de
calidad[7]llevó a que las empresas
constataran que el sistema regular de enseñanza no estaba
preparando adecuadamente a sus trabajadores…"

Esta es, pues, la razón última de las
aspiraciones de la burguesía. Por supuesto la
formación de "empleados capacitados" no es nada nuevo, es
una muy antigua necesidad que la clase burguesa ha tenido desde
sus inicios[8]Sin embargo, a pesar de que la
necesidad es en esencia la misma, es preciso hacer notar que han
variado los requerimientos que la burguesía exige a estos
empleados, de acuerdo a lo avanzado de la industria y de la
producción de la actualidad. Y es por eso que al notar que
la formación en las escuelas públicas -que durante
siglos la burguesía se encargó de planificar y
dirigir- ya no dotaba a "sus futuros empleados" de los
conocimientos mínimos para desempeñarse en algunas
ramas[9]de la industria, las corporaciones
decidieron buscar otros medios para solucionar este
inconveniente. El mismo Raimundo Vossio nos ilustra con un
ejemplo de este hecho:

"La crisis educacional llegó a un punto tal que
empresas como MOTOROLA … presionadas por la competencia
asiática, resolvieron actuar en el sentido de modificar el
currículo de las escuelas municipales vecinas a sus
fábricas en los Estados Unidos, para superar las
deficiencias en al formación de sus futuros empleados,
llegando hasta fundar posteriormente universidades propias para
la formación de sus especialistas. Hoy en día
existen cerca de 1300 universidades corporativas en los Estados
Unidos."

En efecto, ahora que la burguesía pretende
recoger frutos de sus escuelas estatales -de las escuelas que
ella misma mantiene en crisis y miseria- se ha dado cuenta que
las míseras migajas de cultura que, a través de
estas, ha dado siempre a los hijos del pueblo no son suficientes
ni siquiera para formar "mano de obra competente", y en
consecuencia, se ha volcado a la creación de otro tipo de
escuelas, principalmente escuelas técnicas de
carácter privado para formar allí a los empleados y
profesionales que necesita; aunque, por supuesto,
cuidándose siempre de no abrir mucho las puertas de esta
enseñanza, mediante la imposición de cobros y
rentas que exige para dotar de estos conocimientos al reducido
sector de la población que puede acceder a
ellos.

Pero, seguramente surgirá la pregunta ¿Si
este nuevo tipo de instrucción para formar a los
trabajadores capacitados es muy restringido, como entonces la
burguesía espera poder encontrar mano de obra capacitada a
su alcance? Nuevamente Raimundo Vossio responde con un ejemplo
dilucidador:

"Luego de muchas tentativas infructíferas de
modificar su sistema de producción, en febrero de 1983,
General Motors … comenzó a adaptar el modelo toyotista
japonés a las condiciones americanas. La dirección
de la empresa negoció un acuerdo con el sindicato: la
empresa daba garantías de estabilidad en el empleo y, a
cambio, recibía el compromiso de los trabajadores de
aceptar las nuevas reglas y someterse a la
formación."

Esto para nada debe sorprendernos, ya que formar una
aristocracia obrera, arribista y adicta, es una de las
intenciones más claras de la burguesía en la fase
imperialista. Por supuesto no se sabe decir nada de las "nuevas
reglas" a las que quedaban sometidos los trabajadores, pero lo
que si podemos concluir en todo caso, es que, por un lado, la
burguesía sigue manteniendo a las clases trabajadoras
lejos de las cultura y de la ciencia -reservando esta al reducido
grupo de profesionales técnicos que se insertaran
después como intermediarios, administradores y directores
de sus empresas- y capacitando técnicamente de forma
directa en lo mínimo necesario a los obreros de algunas
ramas de la industria, para, posteriormente, acreditarlos por sus
"competencias demostradas ".

"Ligada estrechamente a la estructura
económica de las clases sociales, la educación no
puede ser en cada momento histórico sino un reflejo
necesario y fatal de las aspiraciones de esas
clases"[10]
y por tanto, "la
educación es el procedimiento mediante el cual las clases
dominantes preparan en la mentalidad y en la conducta de los
niños y jóvenes, las condiciones de su propia
existencia"
[11]. Podemos afirmar, entonces,
sin temor a equivocación, que los intereses de la
burguesía nunca fueron los de formar "profesionales
íntegros y humanistas", que la "calidad" que busca no
está en función de mejorar el empobrecido nivel de
enseñanza que imparten las instituciones educativas
públicas a los sectores populares; lo han confirmado sus
propios teóricos, por mucho que después se
esfuercen en fundamentar lo contrario, ya la suerte está
echada para ellos y los hechos hablan por sí solos. De
este modo se hace irrefutable que "la clase que domina
materialmente es la que domina también con su moral, su
educación y sus ideas."

[12]

III

Burguesía
Intermediaria y Acreditación
Universitaria

Hasta aquí los verdaderos intereses de la
burguesía se observan con tal claridad que no seria
necesario ahondar más en el tema. Sin embargo hay que
advertir que lo antes descrito corresponde a los países de
industria desarrollada. En el caso de los países como el
nuestro -con una burguesía nacional débil y poco
desarrollada, y con una burguesía intermediaria sometida
al Capital imperialista como principal fuerza predominante a
nivel económico, político y social- definitivamente
el panorama varia en algunos aspectos.

En este caso, si bien es cierto también existe la
necesidad de formación y
capacitación
[13]de trabajadores para
la burguesía intermediaria, esta no es muy notoria, los
que impulsan con más fuerza, en el mejor de los casos, la
satisfacción de esta necesidad, son las empresas
multinacionales que operan en el país, pero aún
así en una magnitud mucho menor. Entonces
¿qué es lo que impulsa a la burguesía
intermediaria a buscar aplicar el modelo de calidad educativa que
se implanta en los países industrializados?

En primera instancia, no es más que un
afán de aparentar ante la opinión
pública[14]una supuesta preocupación
por la mejora de la formación en las instituciones
públicas y privadas, y, ligado a esto, aparentar el
supuesto aseguramiento de la calidad educativa por iniciativa del
Estado y de las organizaciones empresariales, esto es, de toda la
clase burguesa en su conjunto. En concreto no es más que
la plasmación de la hipocresía burguesa en todo su
esplendor, esto es, de la necesidad burguesa de ocultar tras
relucientes caretas de "calidad y bienestar", la
paupérrima situación en que se encuentran las masas
populares como consecuencia del régimen de
explotación existente y la situación de podredumbre
y decadencia de las instituciones de toda la sociedad burguesa en
su conjunto; solo que en este caso, expresada en el ámbito
de la Educación en general y de la Educación
Superior en particular. Esto es fácilmente deducible si
analizamos brevemente los parámetros y estándares
que propone el Estado para evaluar a las instituciones educativas
en general. Derivados de estos parámetros las autoridades
de la UNMSM, han adaptado y difundido una serie de
parámetros de naturaleza
similar[15]Oficialmente se establece una serie de
factores, que son divididos en variables y estas, a su vez en
indicadores. Entre los factores más importantes podemos
mencionar: Comunidad Académica, Procesos
académicos, Investigación y contribución
intelectual, Egresados e impacto sobre el medio, Recursos
físicos y financieros, etc.

Por ejemplo, en cuanto al factor "Comunidad
Académica"
que comprende al "grupo humano que
se constituye como el insumo principal de una Escuela
Académico Profesional y son los actores que
desempeñan los roles fundamentales del proceso
educativo"[16] se consideran como indicadores la
"Existencia y aplicación de políticas para la
admisión, promoción y evaluación de los
docentes", "Existencia y aplicación del sistema para la
evaluación permanente del desempeño docente"
y
se pretende utilizar como fuentes de verificación simples
documentos como Reglamentos de admisión, de
evaluación, informes institucionales, etc.; es decir, no
se contempla en absoluto procedimientos que verdaderamente
permitan verificar la aplicación de los sistemas
planteados con respecto a la admisión, promoción y
evaluación docente. Esto se repite en muchos lugares y
para diversos indicadores. Para el factor que estamos tratando
ahora, esto se repite en cuanto al indicador "Existencia y
aplicación de lineamientos y programas para la
formación integral del alumno
", que debería
ser considerado como uno de los más importantes. La fuente
de verificación de este indicador son las Normativas y el
Informe de la Dirección de la EAP, ¡vaya forma de
verificación! En cuanto a otros indicadores de la "calidad
de los docentes" podemos apreciar, por ejemplo:
"Número de docentes considerando su condición
categoría y clase", "Número de docentes dedicados a
los procesos de enseñanza en relación al
número de alumnos", "Porcentaje de docentes con
título de Especialista, grados académicos de
Magister o Doctor", "Porcentaje de docentes que realizan
investigación y de docentes investigadores", "Porcentaje
de tiempo del docente dedicado a las actividades formativas, de
investigación, de proyección social, de
gestión y de capacitación
". Es decir, se parte
del supuesto de que el número de docentes, horas
destinadas a tal o cual actividad, grados y títulos que
ostenten los docentes, etc.; aseguraría la calidad de
estos y de las actividades que realizan en diversos campos, esto
es, se mira simple y sencillamente la superficie, más no
el contenido; se evalúa la cantidad de docentes que
realizan investigación, pero no qué tipo de
investigación realizan o si esta sirve para algo, se
examina el número de docentes de acuerdo a la cantidad de
estudiantes, pero no el desempeño real del docente en el
aula, más aún si, como ya vimos, no se tiene un
verdadero criterio de verificación que asegure la correcta
evaluación periódica de estos.

Podríamos citar una gran cantidad de ejemplos de
este tipo, presentes en todo el esquema de evaluación,
pues como ya mencionamos anteriormente, se repiten en muchos
lugares y para diversos factores. Se puede encontrar casos
parecidos, por ejemplo, en el factor "Procesos
Académicos"
donde se evalúa: "Existencia y
ejecución de un currículo que contiene los
componentes del diseño curricular y que abarca el
fundamento de la carrera, el perfil profesional, el Plan de
estudios, las sumillas, las malla curricular y los recursos
humanos y físicos
"; por supuesto, todos estos
componentes tienen un grado innegable de importancia, pero
nuevamente el criterio de verificación solo se sustenta en
el Plan Curricular y el Informe de la Dirección de la EAP.
En el caso de la evaluación de la "coherencia entre la
formación profesional del docente y el contenido de la
asignatura que imparte"
o de la "existencia y
ejecución de un plan de trabajo anual participativo para
el desarrollo curricular
", de la "existencia y
aplicación de un plan de monitoreo y supervisión de
la planificación curricular"
y de la "existencia
e implementación de políticas en materia de
evaluación curricular"
sucede exactamente lo mismo,
esto es, la verificación se pretende realizar en base a
Informes institucionales, planes curriculares, análisis
documentales, etc.; es decir, documentos, documentos y más
documentos.

Igualmente en el factor "Investigación y
contribución intelectual"
se encuentran
estándares como: "Porcentaje de docentes por grado
académico, categoría y clase docente que
desarrollan investigación y creación
artística o tecnológica", "Número de
investigaciones de cada docente como responsable por año",
"Porcentaje de tiempo dedicado a la investigación con
respecto al total de la carga académica", "Número
de equipos y de centros de investigación", "Número
de investigaciones y de creaciones artísticas y
tecnológicas por equipos y centros de investigación
por año
". No interesa qué calidad de
investigaciones realizan los docentes, o los equipos de
investigación, sino simplemente el número en que
estas son producidas, en resumen, se evalúa la apariencia
por encima de la esencia.

Estos casos se pueden apreciar en general en todo el
modelo de evaluación. No deseamos aquí, detenernos
más en analizar cada uno de ellos.

Si además consideramos que, según el
modelo o guía, el proceso de Evaluación por pares
académicos sólo se realiza durante tres
días, de los cuales uno es destinado por entero al
establecimiento de conclusiones, dejándose en realidad
solo dos días hábiles para que se realice todo el
trabajo de evaluación, nos podemos percatar que es
más que obvia la pretensión de aparentar que tiene
la burguesía. Sin embargo, no es la única, ni la
principal, pues aún no hemos analizados el trasfondo de
todo esto.

Es fácil darse cuenta que, en la precaria
situación en que se encuentran las universidades estatales
en general, ni siquiera podrían cumplir con los, ya de por
sí, insuficientes parámetros que se les impone. Muy
difícilmente podrían, por ejemplo, cumplir con los
estándares establecidos en el factor "Recursos
físicos y financieros
"; esta conclusión salta a
la vista, sobre todo, si consideramos el problema de la
disminución gradual del presupuesto para la
Educación, incluso simplemente observando el estado en el
que se encuentran las instalaciones, ambientes, equipos de
laboratorio, bibliotecas, etc.; de la mayoría de
universidades públicas. De manera general la
situación de abandono en que el Estado mantiene al sector
educativo público, dificulta enormemente el cumplimiento
de los requerimientos que la burguesía impone.

Este hecho no es para nada fortuito, pues, en el caso de
la educación superior, las universidades privadas tienen
una considerable ventaja en materia de recursos para su
funcionamiento, que proviene de las rentas que perciben de los
estudiantes o de su mayor facilidad de obtener financiamiento de
parte del sector empresarial, más aún, considerando
que en la mayoría de los casos estas universidades han
sido fundadas por entidades empresariales.

Lo que necesariamente se deriva de esto, es que las
universidades privadas tendrían mucho mejores
posibilidades de lograr la Acreditación, lo cual les
traería obviamente una serie de beneficios. Lo contrario
sucedería con las universidades públicas, que se
verían definitivamente afectadas por no contar con esta.
Como resultado, entonces, obtenemos que en realidad la
"Acreditación de la Calidad académica
universitaria", de manera subliminal, terminaría
convirtiéndose en un caballito de batalla para promocionar
la educación superior privada, en desmedro de la
educación pública. Por un camino u otro, la
burguesía busca librarse de la molesta
obligación
de tener que educar a las muchedumbres
miserables
mediante la educación pública; la
Acreditación vendría a ser uno de estos
caminos.

III

Las principales
tareas de la
juventud revolucionaria frente a este
problema

Por lo tanto, podemos concluir que la burguesía
sigue manteniendo en toda su integridad, la actitud de desprecio
que siempre ha mantenido frente al problema de la
educación de los sectores populares. Como estudiantes que
entendemos la necesidad de revolucionar desde sus bases esta
sociedad decadente, no podemos esperar, pues, que la
burguesía represente una fuerza de avance para la
humanidad; por el contrario, ella constituye la mayor traba para
su desarrollo; no podía ser distinto en materia de
educación, es decir, la burguesía y sus
políticas educativas configuran las trabas fundamentales
que impiden nuestro desarrollo como intelectuales en
formación.

Debemos tener en claro que, mientras no se supere esta
traba, es decir, mientras no se opere de manera definitiva la
trasformación revolucionaria de la sociedad en todos sus
aspectos, será imposible la formación de hombres
íntegros, de hombres nuevos, de hombres que trabajen
por igual en las bibliotecas y en las usinas, y que lo mismo
corten madera, que carguen un fusil, que discutan los problemas
más abstractos.

En cuanto hayamos asimilado estas ideas, saltaran ante
nuestros ojos las principales tareas que como juventud
revolucionaria nos compete asumir ante este problema y ante
cualquier problema y reivindicación concreta que tenga que
ver con la defensa y ampliación de los derechos
fundamentales de los estudiantes.

Debemos adoptar de manera decidida una correcta actitud
revolucionaria de lucha por la ampliación de los derechos
democráticos generales – de las clases trabajadoras en la
sociedad y de los estudiantes en general para nuestro caso – que
se ven reducidos cada vez con mayor crueldad y cinismo por la
implementación de la política reaccionaria de la
burguesía en todos los aspectos. Y precisamente adoptar
una correcta actitud revolucionaria implica ser participes
activos en cada proceso de lucha por tal o cual reforma por la
cual sea necesario luchar, pero no de cualquier manera y evitando
caer en el activismo sin rumbo ni horizonte, sino orientando
todas y cada una de estas luchas de manera que nos permitan
elevar la conciencia política de los estudiantes, de
manera que nos permitan hacerles comprender, a los que tengan
disposición de hacerlo, que toda lucha por una
reivindicación, a fin de cuentas, será en vano, si
esta no se liga de manera consecuente con la lucha a nivel
político de las clases trabajadoras por su
emancipación; lucha de la cual nosotros, como juventud
revolucionaria debemos tomar parte activa.

En el caso concreto del tema que estamos tratando, es
nuestra tarea principal, en primera instancia, desenmascarar los
intereses mezquinos de la burguesía en el proceso de
Acreditación y, en consecuencia, emprender una
crítica decidida y sin concesiones a dichos intereses;
promoviendo y difundiendo nuestras ideas lo más
ampliamente posible, sin dejar de considerar las formas,
circunstancias y métodos pertinentes para realizar esta
tarea. Esta es la premisa fundamental y, a la vez, la
única manera de asegurar el surgimiento de las condiciones
para una lucha consecuentemente dirigida a todo nivel y en todos
los aspectos contra la democracia reaccionaria que la
burguesía viene implementando para la Educación
universitaria; y en relación a esto, contra el
régimen de explotación vigente a nivel de toda la
sociedad y que impide la emancipación de las clases
trabajadoras y del proletariado.

Septiembre del 2009

 

[1] Extraído del documento La Naturaleza
de la Ley Universitaria -FER San Marcos.

[2] El subrayado es nuestro.

[3] Esto, sin mencionar que en el caso de los
Colegios Profesionales, la mayoría de Decanos son o
representan a las universidades privadas.

[4] El Señor Todo el Mundo es lo que
significa esta frase de Lutero que hacía referencia a las
muchedumbres miserables, de las cuales se expresaba de una manera
escandalosamente despectiva: “se debe recurrir a los medios
espirituales para obligar a los verdaderos cristianos a que
reconozcan sus errores, pero al Señor Todo el Mundo se lo
debe empujar corporalmente a trabajar y a cumplir con sus deberes
piadosos, como se tiene a las bestias salvajes en prisión
y encadenadas”.

[5] La cursiva es nuestra.

[6] Organización Internacional del
Trabajo.

[7] Se hace referencia a los estándares
internacionales de calidad de los productos, impuestos por las
grandes corporaciones con el fin de asegurar su monopolio en el
mercado mundial.

[8] Recordemos las palabras de Chales Demia,
antes citadas, pues corresponden al siglo XVII.

[9] Generalmente en el campo de la industria
automotriz y eléctrica-electrónica. Por lo
demás el Capital imperialista sigue buscando, sobre todo
en los países del tercer mundo, mano de obra barata y por
lo mismo, sin instrucción especial. Es así que las
grandes corporaciones han recurrido y recurren hasta hoy a la
explotación infantil en diversos lugares de
Centroamérica y de África, principalmente.

[10] Extraído del libro
“Educación y lucha de clases”- Aníbal
Ponce, Cáp. VIII.

[11] Id.Ibid.

[12] Id.Ibid.

[13] Ya evaluamos cuál es el
carácter real de esta formación y
capacitación

[14] Es decir, ante la opinión de las
masas populares en general; opinión que es trabajada,
alimentada y orientada a través de la prensa oficial
burguesa y de sus instituciones educativas, que se encargan de
insertar, difundir, es más, imponer la ideología
burguesa por todos los medios posibles.

[15] Revisar el Compendio “Calidad
Educativa y Certificación Profesional”, elaborado
por la Ofician Central de Calidad Académica y
Acreditación (OCCAA).

[16] “Calidad Educativa y
Certificación Profesional” – Ofician Central de
Calidad Académica y Acreditación (OCCAA).

 

 

Autor:

Giomar Núñez
Alvarado

Partes: 1, 2
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