Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Prevención y Control Infección Hepatitis B (página 3)



Partes: 1, 2, 3

Al analizar entre los casos y controles de Hepatitis B
el número de parejas sexuales referidas en los
últimos 5 años, se observa que entre los 56 casos
sólo 7 (12,50 %) refirió haber tenido 3 o
más parejas sexuales, el resto (87,50 %) refirió 1
o 2 parejas. También entre los 112 controles 10 (8,93 %)
de ellos tuvieron 3 o más parejas sexuales y el 91,07 %,
refirió haber tenido sólo 1 o 2 parejas (Tabla
18
).

No se observaron diferencias significativas (p =
0,469
), lo que evidencia para este estudio la no
asociación entre el número de parejas sexuales y la
aparición de de sero-reactividad a Hepatitis B.

De esta manera, el número de parejas sexuales en
los últimos 5 años no constituyó un factor
de riesgo para la presencia de sero-reactividad a Hepatitis B.
Sin embargo es bien del dominio de todos que la promiscuidad es
uno de los factores que provocan aumento de enfermedades de
transmisión sexual, la principal de las cuales es el SIDA,
pero que también incluyen a las Hepatitis B (3, 39, 40).
Como se señaló anteriormente muchos autores ya no
consideran que el número de parejas sexuales deba ser
considerado, sino más bien la "calidad de estas
parejas".

IV.19- Antecedentes de infecciones de
transmisión sexual en los últimos 5
años.

Tabla 19: Distribución de
casos y controles de Hepatitis B según antecedente de ITS
en los últimos 5 años. BSD-SCZ
2006

Monografias.com

Fuente: Encuesta Epidemiológica
(p = 0,216)

Al analizar entre los casos y controles de Hepatitis B
el comportamiento del antecedente de infecciones de
transmisión sexual en los últimos 5 años, se
observó que entre los 56 casos estudiados sólo el
3,57 % refirió este antecedente y el restante 96,43 % lo
negó. Entre los 112 controles sólo el 0,89 %
refirió haber padecido de una ITS en los últimos
5años y el 99,11 % restante niega este antecedente
(Tabla 19). No se observaron diferencias significativas
(p = 0,216), lo que evidencia para este estudio la no
asociación entre el antecedente de haber padecido de ITS y
la aparición de de sero-reactividad a Hepatitis
B.

De esta manera, el antecedente de haber padecido de ITS
no constituyó para este estudio, un factor de riesgo para
la aparición de sero-reactividad a Hepatitis B, lo cual
sin embargo si es considerado como tal en la literatura revisada
(3, 4, 20, 37, 39, 64) destacándolo como uno de los
principales factores de riesgo, al tomar en cuenta que por lo
general el haber padecido de ellas implica la práctica de
conductas de riesgo que pueden conllevar también a
infectarse con el virus causante de la Hepatitis B, que
también se engloba entre las enfermedades de
transmisión sexual.

IV.20- Antecedentes de tratamiento con Acupuntura en
los últimos 5 años.

Tabla 20: Distribución de
casos y controles de Hepatitis B según antecedente de
Acupuntura en los últimos 5 años.. BSD-SCZ
2006

Monografias.com

Fuente: Encuesta
Epidemiológica (p = 0,073)

Al analizar entre los casos y controles de Hepatitis B
el comportamiento del antecedente de Acupuntura los
últimos 5 años, se observó que entre los 56
casos estudiados sólo el 5,36 % refirió este
antecedente y el restante 94,64 % lo negó. Entre los 112
controles sólo el 0,89 % refirió haber padecido de
una ITS en los últimos 5años y el 99,11 % restante
niega este antecedente (Tabla 20). No se observaron
diferencias significativas (p = 0,073), lo que
evidenció para este estudio la no asociación entre
el antecedente de tratamiento con Acupuntura y la
aparición de de sero-reactividad a Hepatitis B, por lo que
para este estudio, el antecedente de haber tenido tratamiento con
Acupuntura en los últimos 5 años no
constituyó un factor de riesgo para la aparición de
sero-reactividad a Hepatitis B.

Es poco frecuente encontrar una revisión
sistemática consagrada a los efectos adversos de la
Acupuntura que representan un riesgo vital. Sin embargo los pocos
estudios revelan un número de potenciales problemas,
muchos de los cuales, no se tienen habitualmente en cuenta. Entre
los principales efectos adversos destacan las infecciones entre
ellas el VIH y las Hepatitis B y C, relacionadas fundamentalmente
con el manejo inadecuado de las agujas o con su
reutilización sin una esterilización adecuada
(96).

IV.21- Antecedentes de Tatuajes en los últimos
5 años.

Tabla 21: Distribución de
casos y controles de Hepatitis B según antecedente de
Tatuajes en los últimos 5 años. BSD-SCZ
2006

Monografias.com

Fuente: Encuesta
Epidemiológica (p = 0,0016)

Al analizar entre los casos y controles de Hepatitis B
el comportamiento del antecedente de haberse realizado Tatuajes
en los últimos 5 años, se observó que de los
56 casos estudiados el 19,64 % refirió este antecedente y
el restante 80,36 % lo negó. Entre los 112 controles
sólo el 4,46 % refirió haberse practicado tatuajes
en los últimos 5 años y el 95,54 % restante niega
este antecedente (Tabla 21). Se observaron diferencias
significativas (p = 0,0016), lo que demuestra para este
estudio la existencia de asociación entre el antecedente
de haberse practicado Tatuajes y la aparición de
sero-reactividad a Hepatitis B.

De esta manera, el antecedente de Tatuajes en los
últimos 5 años constituyó también
para este estudio un factor de riesgo (IC: 1,71/15,9) para la
aparición de sero-reactividad a Hepatitis B, lo cual
coincide con lo reportado en la literatura revisada que lo
considera como uno de los principales factores de riesgo para
infecciones virales como las Hepatitis B y C y el VIH/SIDA (38,
43, 61, 68, 84), siendo para esta casuística 5,23 veces
mayor el riesgo de presentar sero-reactividad a Hepatitis B (OR =
5,23) entre quienes tenían el antecedente de Tatuaje en
los últimos años, que entre quienes no
tenían este antecedente.

IV.22- Antecedentes de colocación de aros o
piercing en los últimos 5 años.

Tabla 22: Distribución de
casos y controles de Hepatitis B según antecedente de
colocación de aros o piercing en los últimos 5
años.. BSD-SCZ 2006

Monografias.com

Fuente: Encuesta
Epidemiológica (p = 0,0026)

Al analizar entre los casos y controles de Hepatitis B
el comportamiento del antecedente de perforación de piel y
mucosas para colocación de aros o piercing en los
últimos 5 años, se observa que entre los 56 casos
estudiados el 25 % refirió este antecedente y el restante
75 % lo negó. Entre los 112 controles sólo el 8,04
% refirió haberse colocado aros o piercing en los
últimos 5 años y el 91,96 % restante niega este
antecedente (Tabla 22). Se observaron diferencias
significativas (p = 0,0026), lo que evidencia que
existió asociación entre el hecho de haberse
realizado perforación de piel y mucosas por
colocación de aros o piercing y la aparición de de
sero-reactividad a Hepatitis B. El riesgo de presentar
serología reactiva a los marcadores de Hepatitis B, fue
3,81 veces superior entre los donantes de sangre con antecedentes
de colocación de aros o piercing en los últimos 5
años que entre los que niegan este antecedente. De esta
manera, para este estudio el antecedente de colocación de
aros o piercing en los últimos 5 años,
también constituyó un factor de riesgo para la
aparición de sero-reactividad a Hepatitis B (IC:
1,53/9,48), siendo 3,81 veces mayor (OR = 3,81) el riesgo de
presentar sero-reactividad a Hepatitis B entre quienes tuvieron
el antecedente de haberse colocado aros o piercing en los
últimos 5 años, que entre quienes no tuvieron este
antecedente, lo cual coincide con lo planteado en literatura
revisada (38, 43, 61, 68, 84).

De todos es conocido que el decorarse el cuerpo
está de moda, cada vez es más frecuente ver tanto a
chicos como a chicas con tatuajes o pendientes adornando las
partes más diversas del cuerpo, generalmente desconociendo
que aunque mínima, en muchos casos, es una agresión
al organismo y que, por tanto, debe ser hecho, siempre, por
profesionales y con las máximas garantías
higiénicas y sanitarias, pues de lo contrario se exponen a
contraer infecciones o enfermedades peligrosas, como Hepatitis B
y C, o SIDA. Lo cierto es que la psicodelia, la mística o
el simple placer estético de un tatuaje, así como
la perforación de la piel con un piercing o arete pueden
estar suponiendo un problema, ya que su práctica, al menos
en Bolivia, se está desempeñando por personas que
desconocen esta profesión, sin observar los mínimos
controles de higiene, experiencia y profesionalismo. Se corre el
riesgo de desencadenar un problema de salud pública por la
inexistencia de un control estricto por parte de las autoridades
de salud que vigilen la práctica de este arte. El deber de
los profesionales de salud es aportar conocimientos en beneficio
de la colectividad, el derecho que tiene el público a que
se le practique un trabajo digno, profesional e higiénico,
amparado por una organización que lo respalde y mantenga
informado. Por lo tanto deberá ser una responsabilidad de
las autoridades de salud, el normar la práctica desmedida
de estas actividades por personas sin preparación ni
adecuadas condiciones.

IV.23- Asociación de factores de
riesgo

Tabla 23: Prevalencia de Hepatitis
B en donantes de sangre según asociación de
factores de riesgo. BSD-SCZ Año 2006

Monografias.com

Fuente: Encuesta
Epidemiológica

Gráfico1: Prevalencia de
Hepatitis B en donantes de sangre según asociación
de factores de riesgo
. BSD-SCZ Año
2006

Monografias.com

Fuente: Tabla 23

Una vez identificadas las variables que para esta
estudio representaron factores de riesgo para la presencia de
sero-reactividad a infección por Hepatitis B, se
observó que de los 56 donantes de sangre estudiados como
casos, en 20 de ellos, que representan más de la tercera
parte (35,71 %), no se detectó ninguno de los factores de
riesgo estudiados, mientras que en los 36 restantes (64,29 %)
sí se encontró la presencia de alguno o varios de
los factores estudiados, corroborando lo reportado en la
literatura, de que en una importante parte de las personas con
sero-reactividad a infección por el VHB, no es posible
detectar factores de riesgo (12, 16, 34, 38, 47, 52, 82,
97).

En 4 casos, para un 7,14 % sólo se
encontró la presencia de un factor de riesgo, mientras que
en 7 casos para un 12,50 %, se encontró la coexistencia de
2 factores de riesgo; en 11 casos para un 19,64 % se
detectó la presencia de tres factores de riesgo. Con
cuatro y más factores de riesgo se encontró a 14
casos para un 25,0 % (Tabla 23). De forma general
predominaron los donantes sero-reactivos a infección por
el virus de la Hepatitis B con la asociación de 2 o
más factores, que sugiere que el problema debe ser
multicausal. Se observó una relación directa entre
los factores de riesgo asociados y la prevalencia de
sero-reactividad a infección por el virus de la Hepatitis
B; pues a medida que aumentó la presencia de factores de
riesgo mayor fue la prevalencia de sero-reactividad, lo cual
también ha sido reportado en otros estudios realizados
(52, 82).

IV.24- Estrategia de prevención y control de
Hepatitis B

Tomando en cuenta los resultados obtenidos, se han
diseñado estrategias generales como base para el
diseño de un programa de prevención y control de la
Hepatitis B, que debería ser implementado en primera
instancia por el Servicio Departamental de Salud de Santa Cruz,
por ser el área donde se efectuó la
investigación. Este programa departamental de
prevención y control de la Hepatitis B debería
tener como objetivos los siguientes:

  • 1. Disminuir la morbimortalidad de la Hepatitis
    por VHB

  • 2. Disminuir la incidencia de la enfermedad
    hepática crónica por VHB y sus
    consecuencias.

  • 3. Proteger frente a la infección a los
    colectivos de riesgo.

  • 4. Mejorar la obtención de
    información epidemiológica mediante el control
    y seguimiento de los grupos de riesgo.

  • 5. Facilitar a toda la población el
    acceso gratuito a la vacuna anti-hepatitis B, mediante su
    administración directa por parte de los servicios
    asistenciales.

  • 6. Optimizar la utilización de los
    recursos sanitarios limitando su empleo a aquellas personas
    que se encuentren incluidas en alguno de los grupos de
    riesgo.

El programa de prevención y control de la
Hepatitis B deberá ser asumido por los Centros de
Atención Primaria de Salud de los diferentes subsectores
de salud, en el marco de sus actividades de promoción de
la salud, considerando que éstos suponen el primer punto
de contacto entre la población y el sistema sanitario
boliviano, encontrándose en una situación
privilegiada para aplicar las medidas preventivas y de control de
indicación universal y las dirigidas a los grupos de
riesgo identificados.

Las estrategias de prevención y control de la
Hepatitis B que se proponen son las siguientes:

  • 1. Inmunización
    universal

  • a. Activa: la vacunación es
    actualmente la piedra angular de la prevención y su
    impacto se ha traducido en un aumento creciente en las
    recomendaciones.

  • b. Pasiva: con inmunoglobulina
    hiperinmune: protege durante 3 a 6 meses.

La inmunización con la vacuna de la Hepatitis B
constituye la medida más efectiva para prevenir la
infección por el VHB y las consecuencias derivadas de la
misma, sin embargo después de más de 10 años
de ser aplicada como la única política de
prevención en muchos países, ha mostrado, que no ha
conseguido disminuir suficientemente la prevalencia de la
infección por el virus VHB (19, 28, 97, 98, 99, 100,
101).

  • 2. Intervención sobre factores de
    riesgo
    : está basada en el reconocimiento de
    pertenencia a grupo de riesgo y el consecuente cambio
    conductual. Es una estrategia de impacto limitado, ya que se
    estima que de 30 a 50% de los que lo poseen, no identifican
    factor de riesgo (12, 34, 47, 52, 82).

  • 3. Dispensarización y tratamiento de
    los portadores de infección persistente
    : el
    propósito de la dispensarización será el
    de contribuir a mejorar el estado de salud individual de las
    personas portadoras de infección persistente, a los
    cuales se recomienda emplear tratamiento para tratar de
    lograr respuesta virológica y bioquímica y
    disminuir el riesgo de complicaciones.

  • 1. Inmunización
    universal:

El papel de los equipos de trabajo de la Atención
Primaria de Salud se debe centrar básicamente en la puesta
en práctica de los programas de inmunización,
proponiéndose la realización de los siguientes
grupos de actividades:

  • a) Vacunación a los recién
    nacidos:
    Los médicos y personal de
    enfermería de la atención primaria tienen un
    importante papel en la vacunación universal de los
    recién nacidos, así como de los hijos de madres
    portadoras del AgHBs. Ellos realizan el seguimiento del
    crecimiento y desarrollo de todos los neonatos de la
    población asignada, en el que de forma integrada
    administran las vacunas sistemáticas. La mayor
    accesibilidad de la población a los centros de la
    Atención Primaria de Salud, y a su vez de la
    población al equipo de trabajo de éstos,
    permite que se alcancen coberturas de vacunación
    superiores a las logradas por centros específicos de
    vacunación. Al ser los equipos de trabajo de la
    Atención Primaria los que realizan el seguimiento del
    embarazo y el parto y al ser también los responsables
    de la vacunación anti-Hepatitis B, se puede entonces
    conseguir un alto nivel de detección y
    vacunación de los hijos de madres portadoras del
    AgHBs. Se deberá inmunizar con la vacuna de la
    Hepatitis B a todos los recién nacidos hijos de madres
    AgHBs negativas y a todos los niños nacidos de madres
    AgHBs positivas que deben ser inmunizados inmediatamente
    después del parto con una dosis de vacuna y deben
    recibir además una dosis de IgHB tan pronto como sea
    posible después del nacimiento.

  • b) Vacunación de adolescentes:
    Los equipos de trabajo de la Atención Primaria son los
    encargados de la salud comunitaria de la población
    asignada. Está entre sus funciones la
    realización de revisiones médicas y la
    inmunización de la población adolescente, por
    lo que en estas actividades se deberá integrar la
    inmunización anti-Hepatitis B, considerando que la
    infección por VHB se adquiere, mayoritariamente, en la
    adolescencia y primeras etapas de la edad adulta,
    predominando en varones, encontrándose una mayor
    prevalencia de portadores en los adultos jóvenes, todo
    lo cual sugiere que el papel de la transmisión sexual
    es importante, por lo que vacunando en la adolescencia se
    conseguirá la protección inmediata de los
    sujetos en riesgo. La protección de los adolescentes
    antes de que inicien las relaciones sexuales, o tengan la
    oportunidad de adoptar conductas o incorporarse a trabajos de
    riesgo, es la mejor estrategia y a corto y medio plazo,
    deberá reducir la incidencia de Hepatitis B. La
    vacunación universal de los recién nacidos y
    lactantes, a diferencia de la de los adolescentes, no protege
    de forma inmediata al grupo de edad de mayor riesgo
    (jóvenes y adultos jóvenes), con lo que se
    tardaría como mínimo 15 o 20 años en
    obtener resultados positivos del programa. Si se realiza la
    vacunación en las escuelas, se garantizará una
    elevada cobertura, pues como la adolescencia es la etapa de
    la vida en la que se goza de mayor salud, por lo general los
    adolescentes no acuden con regularidad a los servicios de
    asistencia sanitaria, a diferencia de lo que ocurre con los
    lactantes y niños preescolares, quienes son llevados
    por sus madres periódicamente al pediatra para ser
    sometidos a exámenes de salud y para aplicarles las
    vacunaciones sistemáticas. En cualquier caso la
    vacunación universal de los adolescentes que se
    propone, no es incompatible con la de los recién
    nacidos y lactantes.

  • c) Vacunación de la población
    adulta
    : Es evidente que las estrategias de
    vacunación en la infancia y la adolescencia,
    darán sus frutos pero, sin embargo, tardarán
    como mínimo 10 años en el caso de los
    adolescentes y al menos 20 años en el de los
    recién nacidos. Por otra parte, dejarán sin
    protección a toda la población adulta actual
    con lo que conlleva de riesgo en cuanto a incrementar el
    número de portadores y además, al ser la
    población adulta la que mantiene un alto nivel de
    cotización social por su actividad laboral, su
    incapacidad ocasiona un altísimo coste
    económico. Probablemente un estricto análisis
    costo-beneficio aconsejaría la vacunación
    universal de toda la población adulta, hasta que los
    niños, hoy día vacunados, llegaran a esa
    situación. Sin embargo, ello exigiría una
    disponibilidad de recursos económicos y sobre todo
    logísticos que parecen actualmente distantes de las
    posibilidades reales; por ello resulta imprescindible
    diseñar campañas de vacunación
    sectoriales lo más amplias posibles en adultos,
    aprovechando los recursos económicos y
    logísticos ya existentes. Para que estas
    campañas tengan éxito, se hace necesario
    realizar un esfuerzo informativo a la sociedad, ya que
    demasiadas veces se adopta la postura de responsabilizar
    exclusivamente a los servicios de sanitarios, de la salud de
    la población, exigiendo unas prestaciones infinitas, a
    veces imposibles de asumir. Para lograr la vacunación
    de la población adulta se recomienda la
    vacunación oportunista en la consulta, considerando
    que se estima que en un período de 5 años una
    alta proporción de la población contacta con
    los Centro de Atención Primaria de Salud por diversos
    motivos. La estrategia preventiva básica para cubrir
    la población adulta sería aprovechar estos
    encuentros para actuar de forma oportunista. Los
    médicos del modelo de SAFCI, asistidos por la historia
    clínica y considerando las estrategias preventivas
    según la edad y sexo del paciente, son quienes mejor
    pueden identificar la población de riesgo, así
    como recomendar y administrar la inmunización.
    Desafortunadamente las normativas vigentes para la
    prescripción y distribución de la vacuna
    anti-Hepatitis B impiden que estos profesionales tengan
    acceso fácil a la vacuna, lo que indudablemente
    repercute negativamente en el logro de una adecuada cobertura
    de vacunación, por lo que se necesitará otorgar
    a los médicos de los Centros de Salud de primer nivel
    la posibilidad de prescribir la vacuna, así como
    agilizar los circuitos de distribución, por lo que
    deberá ser tarea de las autoridades de salud
    departamentales de Santa Cruz garantizar que todo Centro de
    Atención Primaria pueda administrar la vacuna de la
    misma forma que dispone de otros preparados para las
    inmunizaciones sistemáticas.

  • d) Vacunación a colectivos de
    riesgo
    : Los equipos de trabajo de Atención
    Primaria de Salud deberán además de su
    comunidad, prestar especial atención a las empresas e
    instituciones que albergan grupos de riesgo. En muchos casos
    estas entidades quedan vacunalmente desprotegidas ya que no
    disponen de servicios médicos específicos, por
    lo que resultará importante investigar su
    situación, así como recomendar y en su caso
    aplicar la inmunización. La estrategia selectiva de
    vacunación aislada de los grupos de riesgo, ha sido
    por la experiencia en muchos países, calificada de
    fracasada en relación a los índices de
    incidencia y de prevalencia de la infección en la
    población general. La estrategia de vacunación
    selectiva de las personas pertenecientes a los grupos de alto
    riesgo puede lograr una reducción importante en la
    incidencia de la enfermedad, como ha ocurrido en algunos
    países, con bajas tasas de incidencia de la
    infección y elevados niveles socioeconómicos y
    culturales, en los que el acceso a los colectivos de alto
    riesgo es relativamente fácil (101). En otros
    países igualmente desarrollados, pero en los que la
    sociedad está menos estructurada, como en los EE.UU.,
    los resultados de esta estrategia han sido muy limitados
    (101). Se aducen tres razones principales para explicar este
    fracaso:

  • Que el acceso del sistema de salud a ciertos grupos
    de riesgo, tales como los drogadictos y los homosexuales
    varones, es sumamente difícil, lo que impide
    protegerlos convenientemente antes de que se vean expuestos
    al virus.

  • Que más del 30 % de las Hepatitis B agudas
    ocurren en pacientes que no pertenecen a ninguno de los
    grupos de riesgo conocidos, en individuos presumiblemente
    contagiados por vía heterosexual, por lo que no son
    población objetivo de la estrategia de
    vacunación en los grupos de alto riesgo.

  • Que la evidencia epidemiológica disponible
    indica que la infección por el virus de la Hepatitis B
    se contrae, por lo general, en edades anteriores a las que
    normalmente se suele vacunar a las personas de los grupos de
    alto riesgo, al nacer por vía perinatal y durante la
    edad infantil por transmisión horizontal
    (países subdesarrollados), o en la juventud y primeras
    etapas de la edad adulta por vía heterosexual o por el
    uso de drogas por vía parenteral (países
    desarrollados) (101).

Por lo que de forma general se recomienda adoptar la
estrategia de vacunación universal de toda la
población. Los fundamentos científicos en los que
se basa esta recomendación son los siguientes:

  • 1. El riesgo de infección y de
    enfermedad durante la juventud y primeras etapas de la edad
    adulta es elevado, mientras que en la edad infantil es
    menor.

  • 2. Las encuestas sero-epidemiológicas
    efectuadas en muestras representativas de población
    infantil y adulta, realizadas en muchos países han
    puesto de manifiesto que la prevalencia de marcadores de
    infección por el virus de la Hepatitis B (AgHBs y
    anti-HBs) aumenta con la edad, siendo por lo general bajo, el
    riesgo de infección durante la edad infantil (19,
    28).

No obstante, hasta que los programas de
inmunización activa no se hayan extendido universalmente y
se alcance el nivel adecuado de la cobertura de las personas que
pertenezcan a todos los grupos de riesgo por sus circunstancias
de edad, trabajo u otros factores de exposición, la
vacunación selectiva, deberá continuar siendo el
objetivo a alcanzar. La práctica del tamizaje
serológico prevacunal (antiHBc), sólo deberá
aplicarse cuando previsiblemente se trate de una alta endemia,
superior al 20%, pues se conoce que en grupos de baja prevalencia
la práctica de esta determinación es ineficiente
(19). Por otro lado se hace necesario que el gobierno del
país adopte medidas para la reducción en el precio
actual de la vacuna hace que únicamente.

  • 2. Intervención sobre factores de
    riesgo
    :

Se recomienda incluir la determinación del AgHBs
en los exámenes pre-laborales y periódicos a todo
el personal, en vez de realizar otras pruebas superfluas,
así como establecer como prioritario el tamizaje
serológico de todas las gestantes en el tercer trimestre
del embarazo y de resultar éstas sero-reactivas o
detectarse antigenemia positiva en recién nacidos
deberían examinarse todos los familiares convivientes de
los mismos.

  • Personas expuestas profesionalmente a sangre y
    fluidos corporales
    : En relación a las personas
    expuestas al VHB como consecuencia de las actividades
    laborales u ocupacionales, el riesgo de contraer la
    infección / enfermedad depende de la frecuencia de
    exposiciones mucosas o cutáneas a sangre y a otros
    líquidos biológicos, por lo que en estos casos,
    la Hepatitis B debería llegar a ser considerada como
    enfermedad profesional y/o accidente de trabajo, para lo cual
    se hace necesario:

  • a) la identificación de la
    población laboralmente expuesta;

  • b) llegar con el programa de vacunación
    a todas estas personas aún no inmunes o no
    vacunadas,

  • c) vacunarles en función de «lo
    que hace el trabajador y cómo lo
    hace».

Entre los profesionales que pueden considerarse
pertenecientes a estos grupos de riesgo, se encuentran los
siguientes:

  • Trabajadores de Atención de Salud,
    que practiquen actividades de riesgo, tanto en
    atención en régimen hospitalario como a nivel
    domiciliario, en consultas externas o centros especializados
    de los subsectores público, seguridad social y
    privado. Los profesionales del sector sanitario deben conocer
    su riesgo específico y tener presente que la
    vacunación es la medida técnica de
    prevención más eficaz, pero no la única,
    con objeto de garantizar la condición de trabajo
    seguro. Pese a quedar la persona inmunizado, si sufriera
    accidentes con sangre o líquidos biológicos,
    deberá acudir a los servicios específicos para
    su atención concreta.

  • Estudiantes de carreras de ciencias de la
    salud
    , que deberían igualmente quedar inmunizados
    antes de iniciar sus ciclos de enseñanzas y
    prácticas clínicas que afectan singularmente a
    los estudios de medicina, enfermería, fisioterapia,
    podología, odontología, óptica y
    técnicos de formación en alguna rama
    sanitaria.

  • Otras actividades profesionales, que deben
    ser incluidas son: acupuntura, medicina estética y
    otras alternativas, peluquería, cosmética,
    institutos de belleza, manicura, pedicura, gimnasio, masajes,
    saunas, lavanderías, instalaciones deportivas,
    trabajos de atención social y rehabilitación,
    voluntariado a domicilio para atención de pacientes,
    atención de primeros auxilios, protección
    civil, bomberos, seguridad, policías, fuerzas de
    pacificación, limpieza de edificios públicos,
    hostelería (limpieza de habitaciones), servicios
    comunales (retirada de residuos urbanos, limpieza,
    atención mortuoria y forense), tutela de menores y
    atención a prisiones.

Este listado orientativo pudiera incluir a aquellas
otras actividades laborales con definido riesgo de
exposición.

Los datos de la vacunación deberán quedar
asentados en documentación oportuna y se deberá
informar por escrito al trabajador, a los efectos de posible
cambio de centro laboral. La vacunación, para
prevención del riesgo laboral, debería ser ofrecida
gratuitamente por la empresa al trabajador y ser aplicada por los
servicios médicos preventivos, de la empresa o centro de
trabajo. Deberá quedar definido legalmente como
responsabilidad de las empresas y centros laborales, fijar la
estructura de organización para prevenir la Hepatitis B en
su ámbito y establecer las medidas de prevención de
ésta, incluyendo un programa de
vacunación.

  • Pacientes en programas de hemodiálisis,
    trasplante y receptoras de unidades de sangre y
    hemocomponentes de forma reiterada
    : A los enfermos
    nefrópatas que vayan a ser incluidos en programa de
    hemodiálisis, se deberá procurar inmunizarles
    lo antes posible, preferiblemente previo análisis de
    marcadores prevacunales, pues conforme avanza el proceso
    clínico existe mayor afectación del sistema
    inmunológico y compromete la seroconversión.
    Antes de todo trasplante, es conveniente asegurar el estado
    inmune frente a VHB, mediante la vacunación
    específica. Los candidatos a recibir transfusiones de
    unidades de sangre, hemocomponentes y hemoderivados deben ser
    vacunados lo antes posible, preferiblemente también
    previa determinación de marcadores prevacunales,
    especialmente si van a recibir múltiples
    dosis.

  • Personas que se practican tatuajes o
    piercing
    : Quienes se efectuaran tatuajes o
    perforación de piel o mucosas para colocación
    de aretes o piercing, deberán estar vacunados. De
    igual forma quienes se dediquen a efectuar éstas
    prácticas de riesgo deberán igualmente ser
    inmunizados.

Aunque en la presente investigación, muchas de
las variables estudiadas, no mostraron ser Factores de Riesgo, no
obstante se recomienda por la experiencia y resultados de otros
estudios internacionales, inmunizar y mantener también un
control para aquellas personas convivientes en el entorno
domiciliario de portadores AgHBs (+), a los varones homosexuales
activos y bisexuales, las personas con antecedentes enfermedades
de transmisión sexual, las personas de ambos sexos con
actividad heterosexual promiscua, las personas en programas de
viaje internacional a áreas endémicas de VHB y los
usuarios de drogas por vía parenteral. Igual conducta
deberá seguirse con aquellas personas sometidas a
prácticas con manipulación frecuente sobre mucosas
y tejido celular subcutáneo, por estar sometidos a
prolongados tratamientos con manipulación clínica
de abordaje, mediante punciones en cavidad bucal o en
clínicas de obesidad por inserción de agujas para
lipólisis, los que se practican punciones o Acupuntura, o
toda actividad que implique pérdida de la solución
de continuidad, deben también deberán ser vacunados
y de igual forma deben estarlo los profesionales dedicados a
estas actividades.

  • 3. Dispensarización y tratamiento de
    los portadores de infección
    persistente.

El proceso de dispensarización deberá
constituir el centro de la labor a desarrollar por los equipos de
trabajo de la Atención Primaria de Salud y a partir de
él desplegar la estrategia de atención ambulatoria
en la comunidad. Se deberá concebir la
dispensarización como un proceso de evaluación
dinámica, organizada y continua del estado de salud de las
personas en una comunidad determinada, y supone su registro,
diagnóstico, intervención y seguimiento con el
propósito de influir en la mejoría de su estado de
salud, mediante la planificación y desarrollo de
intervenciones que contribuyan a ello (102).

El propósito de la dispensarización
será contribuir a mejorar el estado de salud individual de
los portadores de infección persistente. En este proceso
se deberán identificar los riesgos y daños a la
salud de cada persona, mediante procedimientos básicos de
observación, exploración física e
instrumental, interpretación y análisis de los
resultados. Al mismo tiempo la dispensarización
favorecerá la planificación de las acciones y los
recursos para la atención a las necesidades del individuo,
e influye en su educación, capacidad de
autoevaluación y cuidado de su estado de salud o
enfermedad (102, 103).

Los médicos de Atención Primaria de Salud,
podrán valorar a los pacientes con infección
persistente al VHB y referirlos al especialista si fuera
necesario, además podrán dar seguimiento a la
aplicación de tratamiento si éste ha sido indicado,
generalmente se utiliza lamivudina, interferón, y
ribavirina, o bien combinaciones de los dos últimos, con
lo que por lo general se obtienen resultados alentadores (usados
durante 4 a 12 meses, se logra respuesta virológica y
bioquímica en 25 a 40% de los sujetos) (104, 105, 106,
107, 108).

Conclusiones

  • 1. La prevalencia de sero-reactividad a
    infección por el virus de la Hepatitis B en el Banco
    de Sangre departamental de Santa Cruz durante el año
    2006 fue de 2,03 %.

  • 2. Las variables con valores de odds ratio que
    tuvieron significación estadística y que por
    tanto mostraron asociación como factores de riesgo
    para la presencia de sero-reactividad a los marcadores
    serológicos de Hepatitis B fueron:

  • El estar comprendido entre los 18 y los 30
    años.

  • El antecedente de no vacunación anti –
    Hepatitis B

  • El antecedente de haber recibido transfusión
    de sangre y/o hemocomponente en los últimos 10
    años.

  • El antecedente de haber recibido tratamiento
    parenteral en los últimos 5 años.

  • El antecedente de haber recibido intervención
    quirúrgica en los últimos 10
    años.

  • El antecedente de exposición profesional a
    sangre y fluidos corporales.

  • El antecedente de Tatuaje en los últimos 5
    años.

  • El antecedente de haberse realizado
    colocación de aros o piercing los últimos 5
    años.

El antecedente de haber realizado previamente donaciones
de sangre constituyó para esta casuística un factor
de protección (IC: 0,03/0,30) para la adquisición
de sero-reactividad a infección por Hepatitis B,
reduciendo en un 10 % el riesgo de presentar
ésta.

  • 3- Las estrategias para la prevención y
    control para la infección por el virus de la Hepatitis
    B, serán:

  • Inmunización universal: La mejor estrategia
    para la prevención y control de la Hepatitis B y que a
    su vez se constituye en la pauta de elección para la
    eliminación del VHB a nivel de las comunidades,
    será la de inmunizar tanto a los niños como a
    los adolescentes, así como la de continuar con la
    inmunización de los adultos, priorizando a los
    definidos como grupos de alto riesgo, con lo que se
    logrará proteger a la población antes de llegar
    a la edad de mayor riesgo de infección y enfermedad
    (jóvenes y adultos jóvenes). Las estrategias de
    vacunación universal en ningún caso significan
    el abandono de la vacunación de recién nacidos
    de madres portadoras y otros grupos de alto riesgo, que por
    el contrario deben ser mantenidas e
    intensificadas.

  • Intervención sobre factores de riesgo:
    está basada en el reconocimiento de pertenencia a
    grupo de riesgo y el consecuente cambio
    conductual.

  • Dispensarización y tratamiento de los
    portadores de infección persistente: la
    dispensarización será el proceso de
    evaluación dinámica, organizada y continua del
    estado de salud de las personas en una comunidad determinada,
    y supondrá su registro, diagnóstico,
    intervención y seguimiento con el propósito de
    influir en la mejoría de su estado de salud, mediante
    la planificación y desarrollo de intervenciones que
    contribuyan a ello.

Recomendaciones

  • El Ministerio de Salud y Deportes a través
    del Programa Nacional de Sangre, deberá en base a los
    resultados de este estudio desarrollar un programa de
    acciones, para mejorar y actualizar las normas de
    selección de donantes y rectificar las estrategias de
    tamizaje serológico para Hepatitis B en la
    población de donantes de sangre.

  • El Ministerio de Salud y Deportes deberá
    normar la práctica desmedida de realización de
    tatuajes y de perforación de piel y mucosas
    actualmente efectuado por personas sin preparación ni
    adecuadas condiciones y velar por el adecuado desarrollo y
    calidad de los mismos para evitar que estos procedimientos se
    conviertan en un serio problema de salud para la
    población del país.

  • El Servicio Departamental de Salud de Santa Cruz y
    el Ministerio de Salud y Deportes deberá en base a las
    estrategias de prevención y control planteadas
    diseñar e implementar un Programa de Prevención
    y Control de la infección por el virus de la Hepatitis
    B..

Anexos

Anexo 1: Encuesta
Epidemiológica

Fecha Donación: D____ M _____A _____

Fecha Encuesta: D____ M _____A _____

  • 1. Edad: ____

  • 2. Sexo: ____M____F

  • 3. Relación de Pareja:

______Estable ______ No estable

  • 4. Nivel Educacional Vencido:

___Ninguno____Básico ____Intermedio_____Medio
___Univ.

  • 5. Tipo de Donante de sangre:

____Voluntario-Altruista
____Reposición-Familiar

  • 6. Donaciones de sangre previas:

____No ____Sí

  • 7. Transfusiones recibidas en los
    últimos 10 años:

____No____Sí

  • 8. Tiempo transcurrido desde última
    transfusión:

______ años _____ meses

  • 9. Tratamiento parenteral recibido en los
    últimos 10 años:

____ No ____ Sí

  • 10. Intervenciones quirúrgicas recibidas
    en últimos 10 años:

____ Sí ____ No

  • 11. Tratamiento Dental últimos 5
    años:

____No ____Sí

  • 12. Exposición profesional a sangre
    últimos 10 años:

____No ____Sí

  • 13. Antecedentes de Hepatitis últimos 10
    años:

____ No ____ Sí

  • 14. Convivencia con enfermos de hepatitis
    últimos 5 años:

____No ____Sí ____

  • 15. Conducta sexual:

____ Heterosexual ____ Homosexual / Bisexual

  • 16. Número de parejas sexuales en los
    dos últimos años:_______

  • 17. Antecedentes de ITS últimos 5
    años:

___No ___Sí

  • 18. Antecedentes de tratamiento con acupuntura
    en los últimos dos años:

__ Sí ___No

  • 19. Antecedentes de tatuaje de piel en los dos
    últimos años:

___Sí ___No

  • 20. Antecedentes de perforación de piel
    y/o mucosas (aretes) en los dos últimos
    años:

___Sí ___No

Anexo 2: Hoja de información importante sobre
la donación de sangre

Anexo 3: Consentimiento Informado de
la Historia Clínica del Donante de Sangre.

Anexo 4: Tabla de Vaciamiento de
Datos
.

Monografias.com

Bibliografía
acotada

  • 1. Regev A, Schiff ER. Viral hepatitis A, B,
    and C. Clin Liver Dis, 2000; 4: 47-71.

  • 2. Simmonds, P. The origin and evolution of
    hepatitis viruses in humans. J Gen Virol 82: 2000.
    693-712

  • 3. Chin J. El control de las enfermedades
    transmisibles. Decimoséptima edición, 2001:
    322-347.

  • 4. Cheung RC, Hanson AK, Maganti K, et al.
    Viral hepatitis and other infectious diseases in a homeless
    population. J Clin Gastroenterol 2002;
    34:476–480.

  • 5. Cruz J.R. Seeking a safer blood supply.
    Lancet 2005; 365: 1463-4.

  • 6. Fattovich G. Natural history and prognosis
    of hepatitis B. Semin Liver Dis 2003; 23:47-58.

  • 7. Ganem D, Prince A.M. Hepatitis B virus
    infection-natural history and clinical consequences. N Engl J
    Med 2004; 350:1118-29.

  • 8. González R, Echevarria JM, Avellon A
    et al. Acute hepatitis B virus window-period blood donations
    detected by individual-donation nucleic acid testing: a
    report on the first two cases found and interdicted in Spain.
    Transfusion 2006; 46:1138-42.

  • 9. Lavanchy D. Hepatitis B virus epidemiology,
    disease burden, treatment, and current and emerging
    prevention and control measures. J Viral Herat 2004;
    11:97-107.

  • 10. McMahon BJ. Epidemiology and natural
    history of hepatitis B. Semin Liver Dis 2005; 25 (Suppl
    1):3-8.

  • 11. Norder H, Courouce AM, Coursaget P,
    Echevarria JM, Lee SD, Mushahwar IK, et al. Genetic diversity
    of hepatitis B virus strains derived worldwide: genotypes,
    subgenotypes, and HBsAg subtypes. Intervirology 2004;
    47:289-309.

  • 12. Alam MM, Zaidi SZ, Shaukat S, Sharif S,
    Angez M, Naeem A, Saleha S, Butt JA, Malik SA. Common
    genotypes of Hepatitis B virus prevalent in injecting drug
    abusers (addicts) of North West Frontier Province of
    Pakistan. Virol J. 2007 Jun 28; 4:63.

  • 13. Chan HL, Hui AY, Wong ML, Tse AM, Hung LC,
    Wong VW, et al. Genotype C hepatitis B virus infection is
    associated with an increased risk of hepatocellular
    carcinoma. Gut 2004; 53:1494-1498.

  • 14. Yim HJ, Lok AS. Natural history of chronic
    hepatitis B virus infection: what we knew in 1981 and what we
    know in 2005. Hepatology 2006; 43:S173–181.

  • 15. Boyer, N; Marcellin, P. Pathogenesis,
    diagnosis and management of hepatitis B. J. Hepatol. 2000,
    132: 98-112.

  • 16. Chu CJ, Keeffe EB, Han SH, Perrillo RP, Min
    AD, Soldevila-Pico C, et al. Hepatitis B virus genotypes in
    the United States: results of a nationwide study.
    Gastroenterology 2003; 125:444-451.

  • 17. Fung SK, Lok AS. Hepatitis B virus
    genotypes: do they play a role in the outcome of HBV
    infection? Hepatology 2004; 40:790-792.

  • 18. Laguna-Torres V.A., Pérez-Bao J.,
    Chauca C., et al. Epidemiology of transfusion-transmitted
    infections among multi-transfused patients in seven hospitals
    in Peru. J. Clin. Virol. 2005; 34 Suppl. 2
    S61-S68.

  • 19. CDC – Prevention, MMWR. Hepatitis B
    vaccination coverage among adults-United States, 2004. Morb.
    Mortal. Wkly Rep. 2006; 55: 509-11.

  • 20. Duca E, Scripcariu D, Trifan M, Scripcaru
    L, Fochi M. Prevalence of HBsAg carriers in Iasi County in
    2001-2005 period. Epidemiological, clinical and laboratory
    study. Rev Med Chir Soc Med Nat Iasi. 2007 Jan-Mar;
    111(1):244-9.

  • 21. AuBuchon J.P., Whitaker B.I. America finds
    hemovigilance!. Transfusion. 2007; 47:1937-1942.

  • 22. Comanor L, Holland P. Hepatitis B virus
    blood screening: unfinished agendas. Vox Sang 2006;
    91:1-12.

  • 23. Kim S.M. et al. Prevalence of occult HBV
    infection among subjects with normal serum ALT levels in
    Korea. J. Infect. 2006 Mar 23.

  • 24. Bosch FX, Ribes J, Cleries R, Diaz M.
    Epidemiology of hepatocellular carcinoma. Clin Liver Dis
    2005; 9:191-211.

  • 25. Alshaikh S, Saeed L, Eltom A, et al. The
    Seroprevalence of hepatitis B surface antigen (HbsAg) and
    hepatitis C antibodies (Anti HCV) in the United Arab Emirates
    (UAE). J Gastroenterol Hepatol 2002; 17 (suppl): A
    348.

  • 26. Ramos JM, Pastor C, Masía MM,
    Casales E, Royo G, Gutiérrez-Rodero F. Examen de salud
    en la población inmigrante: prevalencia de
    infección tuberculosa latente, hepatitis B, hepatitis
    C, infección por el VIH y sífilis. Enferm
    Infecc Microbiol Clin 2003; 21:540-2.

  • 27. Liaw YF, Leung N, Guan R, Lau GK, Merican
    I, McCaughan G, et al. Asian-Pacific consensus statement on
    the management of chronic hepatitis B: a 2005 update. Liver
    Int 2005; 25:472-489.

  • 28. Gerlich WH. Breakthrough of hepatitis B
    virus mutants after vaccination and virus reactivation. J
    Clin Virol 2006; 36 Suppl 1:S18-S22.

  • 29. EASL International Consensus Conference on
    Hepatitis B. 13-14 September, 2002: Geneva, Switzerland.
    Consensus statement (short version). J Hepatol 2003;
    38:533-540.

  • 30. Raimondo G, Pollicino T, Cacciola I et al.
    Occult hepatitis B virus infection. J Hepatol 2007;
    46:160-70.

  • 31. Mutimer D. Review article: hepatitis B and
    liver transplantation. Aliment Pharmacol Ther 2006;
    23:1031-1041.

  • 32. O'Brien, S.F; Yi, O.L; Fan, W.; Scalia, V.;
    Kleinman, S.H.; Vamvakas, E.C. Current incidence and
    estimated residual risk of transfusion-transmitted infections
    in donations made to Canadian Blood Services. 2007.
    Transfusion 47 (2), 316–325.

  • 33. Lok Anna S. F., McMahon Brian J. Chronic
    Hepatitis B. Hepatology 2007, Vol. 45, No. 2

  • 34. Chen CJ, Yang HI, Su J, Jen CL, You SL, Lu
    SN, et al. Risk of hepatocellular carcinoma across a
    biological gradient of serum hepatitis B virus DNA level.
    JAMA 2006; 295:65-73.

  • 35. Kupek EJ. Residual transfusion risk for
    hepatitis B and C in southern Brazil. J Viral Hepat 2001,
    8:78-82.

  • 36. Schmunis G.A., Cruz J.R. The safety of
    blood supply in Latin America. Clin Microbiol Rev 2005; 18:
    12-29.

  • 37. Alvarez do Barrio M, González
    Díez R, Hernández Sánchez JM et al.
    Residual risk of transfusion-transmitted viral infections in
    Spain, 1997-2002, and impact of nucleic acid testing. Euro
    Surveill 2005; 10 (2):20-2.

  • 38. Blood Safety: Reducing the Risk of
    Transfusion-Transmitted Infections. Report of the Committee
    on Infectious Diseases, 25th. Elk Grove Village: American
    Academy of Pediatrics, 2000:88-97.

  • 39. Feldman JG, Minkoff H, Landesman S, et al.
    Heterosexual transmission of hepatitis C, hepatitis B, and
    HIV-1 in a sample of inner city women. Sexually Transmitted
    Diseases 2000; 27(6):338-42.

  • 40. Gunn RA, Murray PJ, Ackers ML, et al.
    Screening for chronic hepatitis B and C virus infections in
    an urban sexually transmitted disease clinic: rationale for
    integrating services. Sexually Transmitted Diseases 2001;
    28(3):166-70.

  • 41. Bortolotti F, Guido M, Bartolacci S,
    Cadrobbi P, Crivellaro C, Noventa F, et al. Chronic hepatitis
    B in children after e antigen seroclearance: final report of
    a 29-year longitudinal study. Hepatology 2006;
    43:556-562.

  • 42. Avsar M, Türe F, Avsar E. Transfusion
    Transmitted Virus in IV drug abusers in Turkey.6 th
    Mediterranean Medical Congress, September 2000, Malta. Book
    of Abstracts, 255.

  • 43. Silverman AL, Sekhon JS, Saginaw SJ, et al.
    Tattoo application is not associated with an increased risk
    for chronic viral hepatitis. American Journal of
    Gastroenterology 2000; 95(5):1312-5.

  • 44. Thio CL, Seaberg EC, Skolasky R Jr, Phair
    J, Visscher B, Munoz A, et al. HIV-1, hepatitis B virus, and
    risk of liver-related mortality in the Multicenter Cohort
    Study (MACS). Lancet 2002; 360:1921-1926.

  • 45. Busch MP. Closing the windows on viral
    transmission by blood transfusion. In: Stramer SL, ed. Blood
    Safety in the New Millennium. Bethesda: AABB,
    2001.

  • 46. Tawk H.M., Vickery K., Bisset L., et al.
    The significance on transfusion in the past as the risk for
    current Hepatitis B and Hepatitis C infection: a study in
    endoscopy patients. Transfusion 2005; 45:807-13.

  • 47. Su FH, Chen JD, Cheng SH, Lin CH, Liu YH,
    Chu FY. Seroprevalence of Hepatitis-B infection amongst
    Taiwanese university students 18 years following the
    commencement of a national Hepatitis-B vaccination program J
    Med Virol. 2007 Feb; 79(2):138-43.

  • 48. Kleinman S, Chan P, Robillard P. Risks
    associated with transfusion of cellular blood products in
    Canada. Tranfus Med Rev 2003; 17:120-62.

  • 49. Grijalba M.J., Chiriboga R.F., Vanhassel
    H., et al. Improving the safety of the blood suply in Ecuador
    through external performance evaluation of serological
    screening of blood donors. J. Clin. Virol. 2005; 34 Suppl. 2
    S47-S52.

  • 50. Cruz J.R., Pérez-Rosales M.D.,
    Zickers F., et al. Safety of blood supply in the Caribbean
    countries: Role of screening blood donors for markers of
    Hepatitis B and C viruses. J. Clin. Virol. 2005; 34 Suppl 2
    S75-S80.

  • 51. González Díez R. Prevalencia
    de la infección por el virus de la hepatitis B en los
    donantes de sangre de Madrid. Epidemiología molecular
    del virus. Tesis Doctoral. 2007. Disponible en:

  • 52. Karmochkine M, Carrat F, Dos Santos O,
    Cacoub P, Raguin G. A case-control study of risk factors for
    hepatitis B infection in patients with unexplained routes of
    infection. J Viral Hepat. 2006 Nov; 13(11):775-82.

  • 53. Kitchen AD, Barbara JA. Which agents
    threaten blood safety in the future? Baillieres Best Pract
    Res Clin Haematol. 2000 Dec; 13:601-614.

  • 54. Liu C.J. et al. Epidemiology of HBV
    infection in Asian blood donors: emphasis on occult HBV
    infection and the role of NAT. J. Clin. Virol. 2006; 36 Suppl
    1: S33-44.

  • 55. Rachid Salmi, L.,
    Mathoulin-Pélissier, S., Pérez P. La
    epidemiología de la transfusión de sangre y la
    medicina transfusional basada en los hechos
    científicos. Rev. Argentina de Transfusión.
    Vol. XXXI N° 1-2 enero-julio 2005; 17.

  • 56. De Paula V., Gonçales N.S.L., Xueref
    S., et al. Transfusion – transmitted infections among
    multi-transfused patients in Brazil. J. Clin. Virol. 2005; 34
    Suppl. 2 S27-S32.

  • 57. Barbolla ML., González-Fraile MI.
    Prevención de enfermedades virales transmisibles por
    transfusión: inactivación viral de plasma. Rev.
    Argentina de Transfusión. Vol. XXXI N° 1-2
    enero-julio 2005; 24.

  • 58. Garcia-Montalvo BM, Farfan-Ale JA,
    Acosta-Viana KY et al. Hepatitis B virus DNA in blood donors
    with anti-HBc as a possible indicator of active hepatitis B
    virus infection in Yucatan, Mexico. Transfus Med 2005;
    15:371-8.

  • 59. Tejerina Valle ML, González Treasure
    AL, Pereira Vallejo MJ, et al. Estándares de Trabajo
    para Servicios de Sangre. Programa Nacional de Sangre.
    Ministerio de Salud y Deportes. Bolivia. 2004.
    25-26.

  • 60. Tejerina Valle ML, González Treasure
    AL, Pereira Vallejo MJ. Transfusión de Sangre,
    Hemocomponentes y Hemoderivados: Recomendaciones y
    Guías prácticas. Programa Nacional de Sangre.
    Ministerio de Salud y Deportes. Bolivia. 2004.
    23-50

  • 61. González Treasure A.L., Clavijo F.,
    Pereira Vallejo M., et al. Programme National du Sang en
    Bolivie: Expérience de travail, 2002-2005. Transfusion
    Clinique et Biologique Juin 2005; Vol.12-Suppl.1
    S02-02.

  • 62. González Treasure A.L., Tejerina
    Valle ML., Hurtado López LV., et al. Resultados
    Programa Evaluación Externa al desempeño
    serológico. Bancos de Sangre de Bolivia, 2004.
    Programa. Rev. Argentina de Transfusión. Vol. XXXI
    N° 3 agosto-septiembre 2005; 108.

  • 63. Programa Nacional de Sangre – Ministerio de
    Salud y Deportes Bolivia. Informe de Actividades. Gestiones
    2003-2006 (Documento no publicado).

  • 64. CDC, MMWR. Screening for chronic hepatitis
    B among Asian/Pacific Islander populations-New York City,
    2005. Morb. Mortal. Wkly Rep. 2006; 55: 505-9.

  • 65. Avellon A, Echevarria JM. Frequency of
    hepatitis B virus 'a' determinant variants in unselected
    Spanish chronic carriers. J Med Virol 2006;
    78:24-36.

  • 66. Irani-Hakime N. et al. Prevalence of
    antibodies against HBV and HCV among blood donors in Lebanon,
    1997-2003. Am. J. Infect. Control. 2006; 34:
    241-3.

  • 67. Mujeeb S.A. et al. Seroprevalence of HBV,
    HCV and HIV infections among college going first time
    voluntary blood donors. J. Pak. Med. Assoc. 2006; 56:
    S24-5.

  • 68. Seed C.R, Kiely P, Keller A.J. Residual
    risk of transfusion transmitted human immunodeficiency virus,
    hepatitis B virus, hepatitis C virus and human T
    lymphotrophic virus. Intern Med J 2005; 35:
    592-598.

  • 69. Casamitjana N, Maymó RM, Piron M,
    Puig L, Candotti D, Hernández JM, Sauleda S.
    Marcadores serológicos y moleculares del VHB en
    donantes de sangre: Evidencia de infección oculta VHB.
    Boletín de la Sociedad Española de
    Transfusión Sanguínea 2006.

  • 70. Soldan K, Davison K, Dow B. Estimates of
    the frequency of HBV, HCV, and HIV infectious donations
    entering the blood supply in the United Kingdom, 1996 to
    2003. Euro Surveill 2005; 10 (2) Disponible en: http://www.eurosurveillance.org/

  • 71. Allain JP. Occult hepatitis B virus
    infection: implications in transfusion. Vox Sang 2004;
    86:83-91.

  • 72. Gurol E. et al. Trends in hepatitis B and
    hepatitis C virus among blood donors over 16 years in Turkey.
    Eur. J. Epidemiol. 2006; 21: 299-305.

  • 73. Regan FA, Hewitt P, Barbara JA, et al.
    Prospective investigation of transfusion transmitted
    infection in recipients of over 20 000 units of blood. TTI
    Study Group. BMJ: 2000. 12,320.

  • 74. OPS / OMS. Medicina Transfusional en
    América Latina y Caribe. 2000 – 2003. Agosto
    2004.

  • 75. Gad A, Tanaka E, Orii K, et al. Clinical
    significance of TT virus infection in patients with chronic
    liver disease and volunteer blood donors in Egypt. J Med
    Virol, 2000; 60:177-81.

  • 76. Matee M.I. et al. Seroprevalence of HIV,
    HBV, HCV and syphilis among blood donors at the Muhimbili
    National Hospital in Dar Es Salaam, Tanzania BMC Public
    Health 2006; 6:21.

  • 77. Allain JP. International collaborative
    study proposal for the characterization of occult hepatitis B
    virus infection identified by nucleic acid or anti-HBc
    screening. Vox Sang 2007; 92:254-7.

  • 78. Strong DM, Katz L. Blood bank testing for
    infectious diseases: How safe is blood transfusion? Trends
    Mol Med 2002; 8:355-8.

  • 79. Lok AS, Heathcote EJ, Hoofnagle JH.
    Management of hepatitis B: 2000—summary of a workshop.
    Gastroenterology 2001; 120:1828-1853.

  • 80. Gunst MA, Minei JP. Transfusion of blood
    products and nosocomial infection in surgical patients. Curr
    Opin Crit Care. 2007 Aug; 13(4):428-32.

  • 81. Francisci D. et al. Prevalence, incidence
    of HBV and HCV hepatitis in patients undergoing allogeneic
    hematopoietic stem cell transplantation (2001-2004).
    Haematologica 2006; 91: 980-2.

  • 82. López L., López P., Arago A.,
    et al. Risk factors for Hepatitis B and C in multi-transfused
    patients in Uruguay. J. Clin. Virol. 2005; 34 Suppl. 2
    S69-S74.

  • 83. Murphy WG. Disease transmission by blood
    products: Past, present and future. Pathophysiol Haemost
    Thromb 2002; 32 (Suppl 1):1-4.

  • 84. Satake M, Taira R, Yugi H et al.
    Infectivity of blood components with low hepatitis B virus
    DNA levels identified in a lookback program. Transfusion
    2007; 47:1197-205.

  • 85. Buster EH, van der Eijk AA, Schalm SW.
    Doctor to patient transmisión of hepatitis B virus:
    implications of HBV DNA levels and potential new solutions.
    Antiviral Res 2003; 60:79-85.

  • 86. Mele A, Spada E, Sagliocca L et al. Risk of
    parenterally transmitted hepatitis following exposure to
    surgery or other invasive procedures: results from the
    hepatitis surveillance system in Italy. J Hepatol 35:
    2001.248-289.

  • 87. Howell DR, Webster MH, Barbara JA.
    Retrospective follow-up of recipients and donors of blood
    donations reactive for anti-HBc or for single HCV antibodies.
    Transfus Med: 2000. 10,265-9.

  • 88. Tanaka J. Hepatitis B epidemiology in Latin
    America. Vaccine 2000; 18 (suppl. 1): S17- S19.

  • 89. Vinelli E., Lorenzana I.
    Transfusión-transmitted infections in multi-transfused
    patients in Honduras. J. Clin. Virol. 2005; 34 Suppl. 2
    S53-S60.

  • 90. Terrault N, Roche B, Samuel D. Management
    of the hepatitis B virus in the liver transplantation
    setting: a European and an American perspective. Liver
    Transpl 2005; 11:716-732.

  • 91. Butt A.K., Khan A.A., Khan S.Y., et al. La
    odontología, como posible ruta de transmisión
    de Hepatitis en Pakistán. International Dental
    Journal, Volumen 53(3) Marzo 2004.

  • 92. Tovar V.; Guerra M.E.;  Carvajal A.
    Accidentes laborales y riesgo a contraer infección por
    el virus de inmunodeficiencia humana y el virus de la
    hepatitis  B  y C  en  el consultorio
    odontológico. Acta odontol. Venez Vol.42 Nº 3
    Caracas  septiembre 2004.  

  • 93. Mendoza C., Barrientos C., Vázquez
    R., et al. Exposición laboral a sangre y fluidos
    corporales. Experiencia en un hospital pediátrico. Rev
    Chil Infect 2001; 18 (1): 28-34.

  • 94. Mendoza A., Samalvides F.
    Transmisión de los virus de la inmunodeficiencia
    adquirida, hepatitis B y hepatitis C por exposiciones
    laborales en trabajadores de salud: Aspectos de profilaxis
    pre y post exposición. Rev Med Hered 
    Vol.16 Nº4 Lima octubre./
    diciembre 2005.

  • 95. Gunson RN, Shouval D, Roggendorf M, Zaaijer
    H, Nicholas H, Holzmann H, et al. Hepatitis B virus (HBV) and
    hepatitis C virus (HCV) infections in health care workers
    (HCWs): guidelines for prevention of transmission of HBV and
    HCV from HCW to patients. J Clin Virol 2003;
    27:213-230.

  • 96. E Ernst, A White. Life-threatening adverse
    reactions after acupuncture? A systematic review. Pain 2007
    71: 123-6.

  • 97. Stroffolini T, Mele A, Tosti ME, Gallo G,
    Balocchini E, Ragni P, et al. The impact of the hepatitis B
    mass immunisation campaign on the incidente and risk factors
    of acute hepatitis B in Italy. J Hepatol 2000; 33:
    980-985.

  • 98. Mast EE, Weinbaum CM, Fiore AE, Alter MJ,
    Bell BP, Finelli L, et al. A comprehensive immunization
    strategy to eliminate transmission of hepatitis B virus
    infection in the United States—recommendations of the
    Advisory Committee on Immunization Practices (ACIP) Part II:
    Immunization of adults. MMWR 2006; 55
    (RR-16):1-33.

  • 99. Zunino M.E. Epidemiología de la
    hepatitis B en Chile y esquemas de vacunación en
    Latinoamérica. Rev. chil. infectol., 2002, vol.19,
    no.3, 140-155.

  • 100. Fiore AE, Wasley A, Bell BP. Prevention of
    hepatitis B through active or passive immunization:
    recommendations of the Advisory Committee on Immunization
    Practices (ACIP). MMWR Recomm Rep 2006; 55:1-23.

  • 101. Van der Sande MA, Mendy M, Waight P,
    Doherty C, McConkey SJ, Hall AJ, Whittle HC. Similar
    long-term vaccine efficacy of two versus three doses of HBV
    vaccine in early life. Vaccine. 2007 Feb 9;
    25(8):1509-12.

  • 102. Batista R., Sansó F.,Feal P. La
    dispensarización: una vía para la
    evaluación del proceso salud-enfermedad. Rev Cubana
    Med Gen Integr Vol.17 Nº.2 Ciudad de La
    Habana mar.-abr. 2001

  • 103. Batista R., Landrove O., Bonet M., Feal
    P., Ramírez M. Sistema de vigilancia de enfermedades
    no transmisibles en Cuba. Rev Cubana Hig
    Epidemiol vol.38 no.2 Ciudad de la
    Habana May-Aug. 2000

  • 104. Brunetto MR, Oliveri F, Coco B, Leandro G,
    Colombatto P, Gorin JM, et al. Outcome of anti-HBe positive
    chronic hepatitis B in alpha-interferon treated and untreated
    patients: a long term cohort study. J Hepatol 2002;
    36:263-270.

  • 105. Chan HL, Leung NW, Hui AY, Wong VW, Liew
    CT, Chim AM, et al. A randomized, controlled trial of
    combination therapy for chronic hepatitis B: comparing
    pegylated interferon-alpha2b and lamivudine with lamivudine
    alone. Ann Intern Med 2005; 142:240-250.

  • 106. Erhardt A, Blondin D, Hauck K, Sagir A,
    Kohnle T, Heintges T, et al. Response to interferon alfa is
    hepatitis B virus genotype dependent: genotype A is more
    sensitive to interferon than gentoype D. Gut 2005; 54:
    1009-1013.

  • 107. Lau GK, Piratvisuth T, Luo KX, Marcellin
    P, Thongsawat S, Cooksley G, et al. Peginterferon Alfa-2a,
    lamivudine, and the combination for HBeAg-positive chronic
    hepatitis B. N Engl J Med 2005;352:2682-2695.

  • 108. Liaw Y.F., Sung JJ, Chow WC, Farrell G,
    Lee CZ, Yuen H, et al. Lamivudine for patients with chronic
    hepatitis B and advanced liver disease. N Engl J Med 2004;
    351:1521-1531.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

  • 1. Zampino R, Lobello S, Chiaramonte M,
    Venturi-Pasini C, Dumpis U, Thursz M, et al. Intra-familial
    transmission of hepatitis B virus in Italy: phylogenetic
    sequence analysis and amino-acid variation of the core gene.
    J Hepatol 2002; 36: 248-53

  • 2. Dumpis U, Holmes EC, Mendy M, Hill A, Thursz
    M, Hall A, et al. Transmission of hepatitis B virus infection
    in Gambian families revealed by phylogenetic analysis. J
    Hepatol 2001; 35: 99-104.

  • 3. Codoñer Franch P. Hepatitis B. El
    virus, técnicas de diagnóstico,
    epidemiología, enfermedad y sus posibilidades
    evolutivas. An Pediatr 2003; 58: 478-81.

  • 4. De la Revilla L, Espinosa Almendro JM. La
    atención domiciliaria y la atención familiar en
    el abordaje de las enfermedades crónicas de los
    mayores. Aten Primaria 2003; 31: 587-91.

  • 5. Hochberger S. et al. Fully automated
    quantitation of HBV-DNA in plasma by the COBAS
    AmpliPrep/COBAS TaqMan System. J. Clin. Virol. 2006
    Feb.

  • 6. McCormick MK, Dockter J, Linnen JM et al.
    Evaluation of a new molecular assay for detection of human
    immunodeficiency virus type 1 RNA, hepatitis C virus RNA, and
    hepatitis B virus DNA. J Clin Virol 2006.

  • 7. Reesink H. W., Allain J. P. Management of
    donors and blood products reactive for hepatitis B virus DNA.
    2006 Vox Sanguinis 91 (4), 281–281.

  • 8. Schmidt M. et al. Anti-HBc screening of
    blood donors: a comparison of nine anti-HBc tests. Vox Sang.
    2006; 91(3): 237-43.

  • 9. Sokal EM, Kelly DA, Mizerski J, Badia IB,
    Areias JA, Schwarz KB, et al. Long-term lamivudine therapy
    for children with HBeAg-positive chronic hepatitis B.
    Hepatology 2006; 43:225-232.

  • 10. Soldan K, Barbara JA, Ramsay ME, et al.
    Estimation of the risk of hepatitis B virus, hepatitis C
    virus and human immunodeficiency virus infectious donations
    entering the blood supply in England, 1993-2001. Vox Sang:
    2003. 84,215-25.

  • 11. Stramer SL. Pooled hepatitis B virus DNA
    testing by nucleic acid amplification: implementation or not.
    Transfusion 2005; 45:1242-6.

  • 12. Sumi H, Yokosuka O, Seki N, Arai M, Imazeki
    F, Kurihara T, et al. Influence of hepatitis B virus
    genotypes on the progression of chronic type B liver disease.
    Hepatology 2003; 37:19-26.

  • 13. Tynell E, Norda R, Ekermo B et al.
    False-reactive microbiologic screening test results in
    Swedish blood donors-how big is the problem? A survey among
    blood centers and deferred donors. Transfusion 2007;
    47:80-9.

  • 14. Wiedmann M, Kluwick S, Walter M, Fauchald
    G, Howe J, Bronold M, Zauke M. HIV-1, HCV and HBV
    seronegative window reduction by the new Roche cobas
    TaqScreen MPX test in seroconverting donors. J Clin Virol.
    2007 Aug; 39(4):282-7. Epub 2007 Jul 5.

  • 15. Witkos M. et al. Predictors of antiviral
    therapy in a post-transfusion cohort of hepatitis B patients.
    Can. J. Gastroenterol. 2006; 20: 107-11.

  • 16. Xu R, Gan X, Fang Y, Zheng S, Dong Q. A
    simple, rapid, and sensitive integrated protein microarray
    for simultaneous detection of multiple antigens and
    antibodies of five human hepatitis viruses (HBV, HCV, HDV,
    HEV, and HGV).Anal Biochem. 2007 Mar 1; 362(1):69-75. Epub
    2006 Dec 29.

  • 17. Yuen MF, Wong DK, Sablon E, Tse E, Ng IO,
    Yuan HJ, et al. HBsAg seroclearance in chronic hepatitis B in
    the Chinese: virological, histological, and clinical aspects.
    Hepatology 2004; 39:1694-1701.

  • 18. Yuxia Zhang, Shu Li, Ming Shan, Xuwen Pan,
    Ke Zhuang, Lihua He, Keith Gould, Po Tien. Hepatitis B virus
    core antigen epitopes presented by HLA-A2 single-chain
    trimers induce functional epitope-specific CD8+ T-cell
    responses in HLA-A2·1/Kb transgenic mice. Immunology
    2007 121 (1), 105–112.

  • 19. Zaki Mel-S. et al. Molecular detection of
    transfusion transmitted virus coinfection with some
    hepatotropic viruses. Arch. Pathol. Lab. Med. 2006; 130:
    1680-3.

  • 20. Zeiler T., Karger R., Slonka J., Ketschmer
    V., Radsak K. Introduction of anti-HBc testing of blood
    donors in Germany 2006. Transfusion Medicine 16 (6),
    441–443.

  • 21. Behzad-Behbahani A. et al. Anti-HBc and
    HBV-DNA detection in donors negative for HBV surface antigen
    in reducing risk of transfusion. Indian J. Med. Res. 2006;
    123: 37-42.

  • 22. Garcia-Montalvo BM, Farfan-Ale JA,
    Acosta-Viana KY et al. Hepatitis B virus DNA in blood donors
    with anti-HBc as a possible indicator of active hepatitis B
    virus infection in Yucatan, Mexico. Transfus Med 2005;
    15:371-8.

  • 23. Chiavette JA, Escobar M, Newman A, et al.
    Incidence and estimated rates of residual risk for HIV,
    hepatitis C, hepatitis B and human T-cell lymphotropic
    viruses in blood donors in Canada, 1990-2000. CMAJ 2003;
    169:767-73.

  • 24. Ministerio de Salud de Chile. Encuesta
    Nacional de Salud Chile 2003 (resumen ejecutivo Agosto 2004)
    Disponible en: http://epi.minsal.cl

  • 25. Kiely P, Stewart Y, Castro L. Analysis of
    voluntary blood donors with biologic false reactivity on
    chemiluminescent immunoassays and implications for donor
    management. Transfusion 2003; 43:584-90.

  • 26. Bouchardeau F, Girault A, Razer A et al.
    Sensitivity of hepatitis B virus DNA transcription-mediated
    amplification testing in hepatitis B surface antigen-positive
    blood donations. Transfusion 2006; 46:2047-52.

  • 27. Caspari G, Barbara JA. Anti-HEV in blood
    donors: what is test and what is virus? Vox Sanguinis. 2000;
    78:198-9.

  • 28. Ocak S, Kaya H, Cetin M, Gali E, Ozturk M.
    Seroprevalence of hepatitis B and hepatitis C in patients
    with thalassemia and sickle cell anemia in a long-term
    follow-up. Arch Med Res. 2006 Oct; 37(7):895-8.

  • 29. Kleinman SH, Busch MP. Assessing the impact
    of HBV NAT on window period reduction and residual risk. J
    Clin Virol 2006; 36 Suppl 1:S23-S29.

  • 30. Mazokopakis E, Vlachonikolis J, Philalithis
    A, et al. Seroprevalence of hepatitis A, B and C markers in
    Greek warship personnel. Eur J Epidemiol, 2000;
    16:1069-72.

  • 31. Tabor E. The epidemiology of virus
    transmission by plasma derivatives: Clinical studies
    verifying the lack of transmission of hepatitis B and C and
    HIV type 1. J. Med. Virol. 2006; 78: S43-S47.

  • 32. Al-Moslih MI, Perkins H, Hu YW. Genetic
    relationship of Torque Teno virus (TTV) between humans and
    camels in United Arab Emirates (UAE). J Med Virol. 2007 Feb;
    79(2):188-91.

  • 33. Chu CJ, Hussain M, Lok AS. Hepatitis B
    virus genotype B is associated with earlier HBeAg
    seroconversion compared with hepatitis B virus genotype C.
    Gastroenterology 2002;122:1756-1762.

  • 34. Echevarria JM, Avellon A, Magnius LO.
    Molecular epidemiology of hepatitis B virus in Spain:
    identification of viral genotypes and prediction of antigenic
    subtypes by limited sequencing. J Med Virol 2005;
    76:176-84.

  • 35. Helmy A. et al. Isolated antibody to
    hepatitis B core antigen in patients with chronic hepatitis C
    virus infection. World J. Gastroenterol. 2006; 12:
    4406-10.

  • 36. McMahon BJ, Parkinson AJ. Clinical
    significance and management when antibody to hepatitis B core
    antigen is the sole marker for HBV infection. Viral Hep Rev
    2000; 6:229-236.

  • 37. Mumtaz S, Rehman MU, Muzaffar M, et al.
    Frequency of seropositive blood donors for hepatitis B, C and
    HIV viruses in railway hospital, Rawalpindi. Pak J Med Res
    2002; 41: 51-3.

  • 38. Alberti A, Clumeck N, Collins S, Gerlich W,
    Lundgren J, Palu G, et al. Short statement of the first
    European Consensus Conference on the treatment of chronic
    hepatitis B and C in HIV co-infected patients. J Hepatol
    2005; 42:615-624.

 

 

Autor:

A.L González

Partes: 1, 2, 3
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter