Al analizar entre los casos y controles de Hepatitis B
el número de parejas sexuales referidas en los
últimos 5 años, se observa que entre los 56 casos
sólo 7 (12,50 %) refirió haber tenido 3 o
más parejas sexuales, el resto (87,50 %) refirió 1
o 2 parejas. También entre los 112 controles 10 (8,93 %)
de ellos tuvieron 3 o más parejas sexuales y el 91,07 %,
refirió haber tenido sólo 1 o 2 parejas (Tabla
18).
No se observaron diferencias significativas (p =
0,469), lo que evidencia para este estudio la no
asociación entre el número de parejas sexuales y la
aparición de de sero-reactividad a Hepatitis B.
De esta manera, el número de parejas sexuales en
los últimos 5 años no constituyó un factor
de riesgo para la presencia de sero-reactividad a Hepatitis B.
Sin embargo es bien del dominio de todos que la promiscuidad es
uno de los factores que provocan aumento de enfermedades de
transmisión sexual, la principal de las cuales es el SIDA,
pero que también incluyen a las Hepatitis B (3, 39, 40).
Como se señaló anteriormente muchos autores ya no
consideran que el número de parejas sexuales deba ser
considerado, sino más bien la "calidad de estas
parejas".
IV.19- Antecedentes de infecciones de
transmisión sexual en los últimos 5
años.
Tabla 19: Distribución de
casos y controles de Hepatitis B según antecedente de ITS
en los últimos 5 años. BSD-SCZ
2006
Fuente: Encuesta Epidemiológica
(p = 0,216)
Al analizar entre los casos y controles de Hepatitis B
el comportamiento del antecedente de infecciones de
transmisión sexual en los últimos 5 años, se
observó que entre los 56 casos estudiados sólo el
3,57 % refirió este antecedente y el restante 96,43 % lo
negó. Entre los 112 controles sólo el 0,89 %
refirió haber padecido de una ITS en los últimos
5años y el 99,11 % restante niega este antecedente
(Tabla 19). No se observaron diferencias significativas
(p = 0,216), lo que evidencia para este estudio la no
asociación entre el antecedente de haber padecido de ITS y
la aparición de de sero-reactividad a Hepatitis
B.
De esta manera, el antecedente de haber padecido de ITS
no constituyó para este estudio, un factor de riesgo para
la aparición de sero-reactividad a Hepatitis B, lo cual
sin embargo si es considerado como tal en la literatura revisada
(3, 4, 20, 37, 39, 64) destacándolo como uno de los
principales factores de riesgo, al tomar en cuenta que por lo
general el haber padecido de ellas implica la práctica de
conductas de riesgo que pueden conllevar también a
infectarse con el virus causante de la Hepatitis B, que
también se engloba entre las enfermedades de
transmisión sexual.
IV.20- Antecedentes de tratamiento con Acupuntura en
los últimos 5 años.
Tabla 20: Distribución de
casos y controles de Hepatitis B según antecedente de
Acupuntura en los últimos 5 años.. BSD-SCZ
2006
Fuente: Encuesta
Epidemiológica (p = 0,073)
Al analizar entre los casos y controles de Hepatitis B
el comportamiento del antecedente de Acupuntura los
últimos 5 años, se observó que entre los 56
casos estudiados sólo el 5,36 % refirió este
antecedente y el restante 94,64 % lo negó. Entre los 112
controles sólo el 0,89 % refirió haber padecido de
una ITS en los últimos 5años y el 99,11 % restante
niega este antecedente (Tabla 20). No se observaron
diferencias significativas (p = 0,073), lo que
evidenció para este estudio la no asociación entre
el antecedente de tratamiento con Acupuntura y la
aparición de de sero-reactividad a Hepatitis B, por lo que
para este estudio, el antecedente de haber tenido tratamiento con
Acupuntura en los últimos 5 años no
constituyó un factor de riesgo para la aparición de
sero-reactividad a Hepatitis B.
Es poco frecuente encontrar una revisión
sistemática consagrada a los efectos adversos de la
Acupuntura que representan un riesgo vital. Sin embargo los pocos
estudios revelan un número de potenciales problemas,
muchos de los cuales, no se tienen habitualmente en cuenta. Entre
los principales efectos adversos destacan las infecciones entre
ellas el VIH y las Hepatitis B y C, relacionadas fundamentalmente
con el manejo inadecuado de las agujas o con su
reutilización sin una esterilización adecuada
(96).
IV.21- Antecedentes de Tatuajes en los últimos
5 años.
Tabla 21: Distribución de
casos y controles de Hepatitis B según antecedente de
Tatuajes en los últimos 5 años. BSD-SCZ
2006
Fuente: Encuesta
Epidemiológica (p = 0,0016)
Al analizar entre los casos y controles de Hepatitis B
el comportamiento del antecedente de haberse realizado Tatuajes
en los últimos 5 años, se observó que de los
56 casos estudiados el 19,64 % refirió este antecedente y
el restante 80,36 % lo negó. Entre los 112 controles
sólo el 4,46 % refirió haberse practicado tatuajes
en los últimos 5 años y el 95,54 % restante niega
este antecedente (Tabla 21). Se observaron diferencias
significativas (p = 0,0016), lo que demuestra para este
estudio la existencia de asociación entre el antecedente
de haberse practicado Tatuajes y la aparición de
sero-reactividad a Hepatitis B.
De esta manera, el antecedente de Tatuajes en los
últimos 5 años constituyó también
para este estudio un factor de riesgo (IC: 1,71/15,9) para la
aparición de sero-reactividad a Hepatitis B, lo cual
coincide con lo reportado en la literatura revisada que lo
considera como uno de los principales factores de riesgo para
infecciones virales como las Hepatitis B y C y el VIH/SIDA (38,
43, 61, 68, 84), siendo para esta casuística 5,23 veces
mayor el riesgo de presentar sero-reactividad a Hepatitis B (OR =
5,23) entre quienes tenían el antecedente de Tatuaje en
los últimos años, que entre quienes no
tenían este antecedente.
IV.22- Antecedentes de colocación de aros o
piercing en los últimos 5 años.
Tabla 22: Distribución de
casos y controles de Hepatitis B según antecedente de
colocación de aros o piercing en los últimos 5
años.. BSD-SCZ 2006
Fuente: Encuesta
Epidemiológica (p = 0,0026)
Al analizar entre los casos y controles de Hepatitis B
el comportamiento del antecedente de perforación de piel y
mucosas para colocación de aros o piercing en los
últimos 5 años, se observa que entre los 56 casos
estudiados el 25 % refirió este antecedente y el restante
75 % lo negó. Entre los 112 controles sólo el 8,04
% refirió haberse colocado aros o piercing en los
últimos 5 años y el 91,96 % restante niega este
antecedente (Tabla 22). Se observaron diferencias
significativas (p = 0,0026), lo que evidencia que
existió asociación entre el hecho de haberse
realizado perforación de piel y mucosas por
colocación de aros o piercing y la aparición de de
sero-reactividad a Hepatitis B. El riesgo de presentar
serología reactiva a los marcadores de Hepatitis B, fue
3,81 veces superior entre los donantes de sangre con antecedentes
de colocación de aros o piercing en los últimos 5
años que entre los que niegan este antecedente. De esta
manera, para este estudio el antecedente de colocación de
aros o piercing en los últimos 5 años,
también constituyó un factor de riesgo para la
aparición de sero-reactividad a Hepatitis B (IC:
1,53/9,48), siendo 3,81 veces mayor (OR = 3,81) el riesgo de
presentar sero-reactividad a Hepatitis B entre quienes tuvieron
el antecedente de haberse colocado aros o piercing en los
últimos 5 años, que entre quienes no tuvieron este
antecedente, lo cual coincide con lo planteado en literatura
revisada (38, 43, 61, 68, 84).
De todos es conocido que el decorarse el cuerpo
está de moda, cada vez es más frecuente ver tanto a
chicos como a chicas con tatuajes o pendientes adornando las
partes más diversas del cuerpo, generalmente desconociendo
que aunque mínima, en muchos casos, es una agresión
al organismo y que, por tanto, debe ser hecho, siempre, por
profesionales y con las máximas garantías
higiénicas y sanitarias, pues de lo contrario se exponen a
contraer infecciones o enfermedades peligrosas, como Hepatitis B
y C, o SIDA. Lo cierto es que la psicodelia, la mística o
el simple placer estético de un tatuaje, así como
la perforación de la piel con un piercing o arete pueden
estar suponiendo un problema, ya que su práctica, al menos
en Bolivia, se está desempeñando por personas que
desconocen esta profesión, sin observar los mínimos
controles de higiene, experiencia y profesionalismo. Se corre el
riesgo de desencadenar un problema de salud pública por la
inexistencia de un control estricto por parte de las autoridades
de salud que vigilen la práctica de este arte. El deber de
los profesionales de salud es aportar conocimientos en beneficio
de la colectividad, el derecho que tiene el público a que
se le practique un trabajo digno, profesional e higiénico,
amparado por una organización que lo respalde y mantenga
informado. Por lo tanto deberá ser una responsabilidad de
las autoridades de salud, el normar la práctica desmedida
de estas actividades por personas sin preparación ni
adecuadas condiciones.
IV.23- Asociación de factores de
riesgo
Tabla 23: Prevalencia de Hepatitis
B en donantes de sangre según asociación de
factores de riesgo. BSD-SCZ Año 2006
Fuente: Encuesta
Epidemiológica
Gráfico1: Prevalencia de
Hepatitis B en donantes de sangre según asociación
de factores de riesgo. BSD-SCZ Año
2006
Fuente: Tabla 23
Una vez identificadas las variables que para esta
estudio representaron factores de riesgo para la presencia de
sero-reactividad a infección por Hepatitis B, se
observó que de los 56 donantes de sangre estudiados como
casos, en 20 de ellos, que representan más de la tercera
parte (35,71 %), no se detectó ninguno de los factores de
riesgo estudiados, mientras que en los 36 restantes (64,29 %)
sí se encontró la presencia de alguno o varios de
los factores estudiados, corroborando lo reportado en la
literatura, de que en una importante parte de las personas con
sero-reactividad a infección por el VHB, no es posible
detectar factores de riesgo (12, 16, 34, 38, 47, 52, 82,
97).
En 4 casos, para un 7,14 % sólo se
encontró la presencia de un factor de riesgo, mientras que
en 7 casos para un 12,50 %, se encontró la coexistencia de
2 factores de riesgo; en 11 casos para un 19,64 % se
detectó la presencia de tres factores de riesgo. Con
cuatro y más factores de riesgo se encontró a 14
casos para un 25,0 % (Tabla 23). De forma general
predominaron los donantes sero-reactivos a infección por
el virus de la Hepatitis B con la asociación de 2 o
más factores, que sugiere que el problema debe ser
multicausal. Se observó una relación directa entre
los factores de riesgo asociados y la prevalencia de
sero-reactividad a infección por el virus de la Hepatitis
B; pues a medida que aumentó la presencia de factores de
riesgo mayor fue la prevalencia de sero-reactividad, lo cual
también ha sido reportado en otros estudios realizados
(52, 82).
IV.24- Estrategia de prevención y control de
Hepatitis B
Tomando en cuenta los resultados obtenidos, se han
diseñado estrategias generales como base para el
diseño de un programa de prevención y control de la
Hepatitis B, que debería ser implementado en primera
instancia por el Servicio Departamental de Salud de Santa Cruz,
por ser el área donde se efectuó la
investigación. Este programa departamental de
prevención y control de la Hepatitis B debería
tener como objetivos los siguientes:
1. Disminuir la morbimortalidad de la Hepatitis
por VHB2. Disminuir la incidencia de la enfermedad
hepática crónica por VHB y sus
consecuencias.3. Proteger frente a la infección a los
colectivos de riesgo.4. Mejorar la obtención de
información epidemiológica mediante el control
y seguimiento de los grupos de riesgo.5. Facilitar a toda la población el
acceso gratuito a la vacuna anti-hepatitis B, mediante su
administración directa por parte de los servicios
asistenciales.6. Optimizar la utilización de los
recursos sanitarios limitando su empleo a aquellas personas
que se encuentren incluidas en alguno de los grupos de
riesgo.
El programa de prevención y control de la
Hepatitis B deberá ser asumido por los Centros de
Atención Primaria de Salud de los diferentes subsectores
de salud, en el marco de sus actividades de promoción de
la salud, considerando que éstos suponen el primer punto
de contacto entre la población y el sistema sanitario
boliviano, encontrándose en una situación
privilegiada para aplicar las medidas preventivas y de control de
indicación universal y las dirigidas a los grupos de
riesgo identificados.
Las estrategias de prevención y control de la
Hepatitis B que se proponen son las siguientes:
1. Inmunización
universal
a. Activa: la vacunación es
actualmente la piedra angular de la prevención y su
impacto se ha traducido en un aumento creciente en las
recomendaciones.b. Pasiva: con inmunoglobulina
hiperinmune: protege durante 3 a 6 meses.
La inmunización con la vacuna de la Hepatitis B
constituye la medida más efectiva para prevenir la
infección por el VHB y las consecuencias derivadas de la
misma, sin embargo después de más de 10 años
de ser aplicada como la única política de
prevención en muchos países, ha mostrado, que no ha
conseguido disminuir suficientemente la prevalencia de la
infección por el virus VHB (19, 28, 97, 98, 99, 100,
101).
2. Intervención sobre factores de
riesgo: está basada en el reconocimiento de
pertenencia a grupo de riesgo y el consecuente cambio
conductual. Es una estrategia de impacto limitado, ya que se
estima que de 30 a 50% de los que lo poseen, no identifican
factor de riesgo (12, 34, 47, 52, 82).3. Dispensarización y tratamiento de
los portadores de infección persistente: el
propósito de la dispensarización será el
de contribuir a mejorar el estado de salud individual de las
personas portadoras de infección persistente, a los
cuales se recomienda emplear tratamiento para tratar de
lograr respuesta virológica y bioquímica y
disminuir el riesgo de complicaciones.1. Inmunización
universal:
El papel de los equipos de trabajo de la Atención
Primaria de Salud se debe centrar básicamente en la puesta
en práctica de los programas de inmunización,
proponiéndose la realización de los siguientes
grupos de actividades:
a) Vacunación a los recién
nacidos: Los médicos y personal de
enfermería de la atención primaria tienen un
importante papel en la vacunación universal de los
recién nacidos, así como de los hijos de madres
portadoras del AgHBs. Ellos realizan el seguimiento del
crecimiento y desarrollo de todos los neonatos de la
población asignada, en el que de forma integrada
administran las vacunas sistemáticas. La mayor
accesibilidad de la población a los centros de la
Atención Primaria de Salud, y a su vez de la
población al equipo de trabajo de éstos,
permite que se alcancen coberturas de vacunación
superiores a las logradas por centros específicos de
vacunación. Al ser los equipos de trabajo de la
Atención Primaria los que realizan el seguimiento del
embarazo y el parto y al ser también los responsables
de la vacunación anti-Hepatitis B, se puede entonces
conseguir un alto nivel de detección y
vacunación de los hijos de madres portadoras del
AgHBs. Se deberá inmunizar con la vacuna de la
Hepatitis B a todos los recién nacidos hijos de madres
AgHBs negativas y a todos los niños nacidos de madres
AgHBs positivas que deben ser inmunizados inmediatamente
después del parto con una dosis de vacuna y deben
recibir además una dosis de IgHB tan pronto como sea
posible después del nacimiento.b) Vacunación de adolescentes:
Los equipos de trabajo de la Atención Primaria son los
encargados de la salud comunitaria de la población
asignada. Está entre sus funciones la
realización de revisiones médicas y la
inmunización de la población adolescente, por
lo que en estas actividades se deberá integrar la
inmunización anti-Hepatitis B, considerando que la
infección por VHB se adquiere, mayoritariamente, en la
adolescencia y primeras etapas de la edad adulta,
predominando en varones, encontrándose una mayor
prevalencia de portadores en los adultos jóvenes, todo
lo cual sugiere que el papel de la transmisión sexual
es importante, por lo que vacunando en la adolescencia se
conseguirá la protección inmediata de los
sujetos en riesgo. La protección de los adolescentes
antes de que inicien las relaciones sexuales, o tengan la
oportunidad de adoptar conductas o incorporarse a trabajos de
riesgo, es la mejor estrategia y a corto y medio plazo,
deberá reducir la incidencia de Hepatitis B. La
vacunación universal de los recién nacidos y
lactantes, a diferencia de la de los adolescentes, no protege
de forma inmediata al grupo de edad de mayor riesgo
(jóvenes y adultos jóvenes), con lo que se
tardaría como mínimo 15 o 20 años en
obtener resultados positivos del programa. Si se realiza la
vacunación en las escuelas, se garantizará una
elevada cobertura, pues como la adolescencia es la etapa de
la vida en la que se goza de mayor salud, por lo general los
adolescentes no acuden con regularidad a los servicios de
asistencia sanitaria, a diferencia de lo que ocurre con los
lactantes y niños preescolares, quienes son llevados
por sus madres periódicamente al pediatra para ser
sometidos a exámenes de salud y para aplicarles las
vacunaciones sistemáticas. En cualquier caso la
vacunación universal de los adolescentes que se
propone, no es incompatible con la de los recién
nacidos y lactantes.c) Vacunación de la población
adulta: Es evidente que las estrategias de
vacunación en la infancia y la adolescencia,
darán sus frutos pero, sin embargo, tardarán
como mínimo 10 años en el caso de los
adolescentes y al menos 20 años en el de los
recién nacidos. Por otra parte, dejarán sin
protección a toda la población adulta actual
con lo que conlleva de riesgo en cuanto a incrementar el
número de portadores y además, al ser la
población adulta la que mantiene un alto nivel de
cotización social por su actividad laboral, su
incapacidad ocasiona un altísimo coste
económico. Probablemente un estricto análisis
costo-beneficio aconsejaría la vacunación
universal de toda la población adulta, hasta que los
niños, hoy día vacunados, llegaran a esa
situación. Sin embargo, ello exigiría una
disponibilidad de recursos económicos y sobre todo
logísticos que parecen actualmente distantes de las
posibilidades reales; por ello resulta imprescindible
diseñar campañas de vacunación
sectoriales lo más amplias posibles en adultos,
aprovechando los recursos económicos y
logísticos ya existentes. Para que estas
campañas tengan éxito, se hace necesario
realizar un esfuerzo informativo a la sociedad, ya que
demasiadas veces se adopta la postura de responsabilizar
exclusivamente a los servicios de sanitarios, de la salud de
la población, exigiendo unas prestaciones infinitas, a
veces imposibles de asumir. Para lograr la vacunación
de la población adulta se recomienda la
vacunación oportunista en la consulta, considerando
que se estima que en un período de 5 años una
alta proporción de la población contacta con
los Centro de Atención Primaria de Salud por diversos
motivos. La estrategia preventiva básica para cubrir
la población adulta sería aprovechar estos
encuentros para actuar de forma oportunista. Los
médicos del modelo de SAFCI, asistidos por la historia
clínica y considerando las estrategias preventivas
según la edad y sexo del paciente, son quienes mejor
pueden identificar la población de riesgo, así
como recomendar y administrar la inmunización.
Desafortunadamente las normativas vigentes para la
prescripción y distribución de la vacuna
anti-Hepatitis B impiden que estos profesionales tengan
acceso fácil a la vacuna, lo que indudablemente
repercute negativamente en el logro de una adecuada cobertura
de vacunación, por lo que se necesitará otorgar
a los médicos de los Centros de Salud de primer nivel
la posibilidad de prescribir la vacuna, así como
agilizar los circuitos de distribución, por lo que
deberá ser tarea de las autoridades de salud
departamentales de Santa Cruz garantizar que todo Centro de
Atención Primaria pueda administrar la vacuna de la
misma forma que dispone de otros preparados para las
inmunizaciones sistemáticas.d) Vacunación a colectivos de
riesgo: Los equipos de trabajo de Atención
Primaria de Salud deberán además de su
comunidad, prestar especial atención a las empresas e
instituciones que albergan grupos de riesgo. En muchos casos
estas entidades quedan vacunalmente desprotegidas ya que no
disponen de servicios médicos específicos, por
lo que resultará importante investigar su
situación, así como recomendar y en su caso
aplicar la inmunización. La estrategia selectiva de
vacunación aislada de los grupos de riesgo, ha sido
por la experiencia en muchos países, calificada de
fracasada en relación a los índices de
incidencia y de prevalencia de la infección en la
población general. La estrategia de vacunación
selectiva de las personas pertenecientes a los grupos de alto
riesgo puede lograr una reducción importante en la
incidencia de la enfermedad, como ha ocurrido en algunos
países, con bajas tasas de incidencia de la
infección y elevados niveles socioeconómicos y
culturales, en los que el acceso a los colectivos de alto
riesgo es relativamente fácil (101). En otros
países igualmente desarrollados, pero en los que la
sociedad está menos estructurada, como en los EE.UU.,
los resultados de esta estrategia han sido muy limitados
(101). Se aducen tres razones principales para explicar este
fracaso:
Que el acceso del sistema de salud a ciertos grupos
de riesgo, tales como los drogadictos y los homosexuales
varones, es sumamente difícil, lo que impide
protegerlos convenientemente antes de que se vean expuestos
al virus.Que más del 30 % de las Hepatitis B agudas
ocurren en pacientes que no pertenecen a ninguno de los
grupos de riesgo conocidos, en individuos presumiblemente
contagiados por vía heterosexual, por lo que no son
población objetivo de la estrategia de
vacunación en los grupos de alto riesgo.Que la evidencia epidemiológica disponible
indica que la infección por el virus de la Hepatitis B
se contrae, por lo general, en edades anteriores a las que
normalmente se suele vacunar a las personas de los grupos de
alto riesgo, al nacer por vía perinatal y durante la
edad infantil por transmisión horizontal
(países subdesarrollados), o en la juventud y primeras
etapas de la edad adulta por vía heterosexual o por el
uso de drogas por vía parenteral (países
desarrollados) (101).
Por lo que de forma general se recomienda adoptar la
estrategia de vacunación universal de toda la
población. Los fundamentos científicos en los que
se basa esta recomendación son los siguientes:
1. El riesgo de infección y de
enfermedad durante la juventud y primeras etapas de la edad
adulta es elevado, mientras que en la edad infantil es
menor.2. Las encuestas sero-epidemiológicas
efectuadas en muestras representativas de población
infantil y adulta, realizadas en muchos países han
puesto de manifiesto que la prevalencia de marcadores de
infección por el virus de la Hepatitis B (AgHBs y
anti-HBs) aumenta con la edad, siendo por lo general bajo, el
riesgo de infección durante la edad infantil (19,
28).
No obstante, hasta que los programas de
inmunización activa no se hayan extendido universalmente y
se alcance el nivel adecuado de la cobertura de las personas que
pertenezcan a todos los grupos de riesgo por sus circunstancias
de edad, trabajo u otros factores de exposición, la
vacunación selectiva, deberá continuar siendo el
objetivo a alcanzar. La práctica del tamizaje
serológico prevacunal (antiHBc), sólo deberá
aplicarse cuando previsiblemente se trate de una alta endemia,
superior al 20%, pues se conoce que en grupos de baja prevalencia
la práctica de esta determinación es ineficiente
(19). Por otro lado se hace necesario que el gobierno del
país adopte medidas para la reducción en el precio
actual de la vacuna hace que únicamente.
2. Intervención sobre factores de
riesgo:
Se recomienda incluir la determinación del AgHBs
en los exámenes pre-laborales y periódicos a todo
el personal, en vez de realizar otras pruebas superfluas,
así como establecer como prioritario el tamizaje
serológico de todas las gestantes en el tercer trimestre
del embarazo y de resultar éstas sero-reactivas o
detectarse antigenemia positiva en recién nacidos
deberían examinarse todos los familiares convivientes de
los mismos.
Personas expuestas profesionalmente a sangre y
fluidos corporales: En relación a las personas
expuestas al VHB como consecuencia de las actividades
laborales u ocupacionales, el riesgo de contraer la
infección / enfermedad depende de la frecuencia de
exposiciones mucosas o cutáneas a sangre y a otros
líquidos biológicos, por lo que en estos casos,
la Hepatitis B debería llegar a ser considerada como
enfermedad profesional y/o accidente de trabajo, para lo cual
se hace necesario:
a) la identificación de la
población laboralmente expuesta;b) llegar con el programa de vacunación
a todas estas personas aún no inmunes o no
vacunadas,c) vacunarles en función de «lo
que hace el trabajador y cómo lo
hace».
Entre los profesionales que pueden considerarse
pertenecientes a estos grupos de riesgo, se encuentran los
siguientes:
Trabajadores de Atención de Salud,
que practiquen actividades de riesgo, tanto en
atención en régimen hospitalario como a nivel
domiciliario, en consultas externas o centros especializados
de los subsectores público, seguridad social y
privado. Los profesionales del sector sanitario deben conocer
su riesgo específico y tener presente que la
vacunación es la medida técnica de
prevención más eficaz, pero no la única,
con objeto de garantizar la condición de trabajo
seguro. Pese a quedar la persona inmunizado, si sufriera
accidentes con sangre o líquidos biológicos,
deberá acudir a los servicios específicos para
su atención concreta.Estudiantes de carreras de ciencias de la
salud, que deberían igualmente quedar inmunizados
antes de iniciar sus ciclos de enseñanzas y
prácticas clínicas que afectan singularmente a
los estudios de medicina, enfermería, fisioterapia,
podología, odontología, óptica y
técnicos de formación en alguna rama
sanitaria.Otras actividades profesionales, que deben
ser incluidas son: acupuntura, medicina estética y
otras alternativas, peluquería, cosmética,
institutos de belleza, manicura, pedicura, gimnasio, masajes,
saunas, lavanderías, instalaciones deportivas,
trabajos de atención social y rehabilitación,
voluntariado a domicilio para atención de pacientes,
atención de primeros auxilios, protección
civil, bomberos, seguridad, policías, fuerzas de
pacificación, limpieza de edificios públicos,
hostelería (limpieza de habitaciones), servicios
comunales (retirada de residuos urbanos, limpieza,
atención mortuoria y forense), tutela de menores y
atención a prisiones.
Este listado orientativo pudiera incluir a aquellas
otras actividades laborales con definido riesgo de
exposición.
Los datos de la vacunación deberán quedar
asentados en documentación oportuna y se deberá
informar por escrito al trabajador, a los efectos de posible
cambio de centro laboral. La vacunación, para
prevención del riesgo laboral, debería ser ofrecida
gratuitamente por la empresa al trabajador y ser aplicada por los
servicios médicos preventivos, de la empresa o centro de
trabajo. Deberá quedar definido legalmente como
responsabilidad de las empresas y centros laborales, fijar la
estructura de organización para prevenir la Hepatitis B en
su ámbito y establecer las medidas de prevención de
ésta, incluyendo un programa de
vacunación.
Pacientes en programas de hemodiálisis,
trasplante y receptoras de unidades de sangre y
hemocomponentes de forma reiterada: A los enfermos
nefrópatas que vayan a ser incluidos en programa de
hemodiálisis, se deberá procurar inmunizarles
lo antes posible, preferiblemente previo análisis de
marcadores prevacunales, pues conforme avanza el proceso
clínico existe mayor afectación del sistema
inmunológico y compromete la seroconversión.
Antes de todo trasplante, es conveniente asegurar el estado
inmune frente a VHB, mediante la vacunación
específica. Los candidatos a recibir transfusiones de
unidades de sangre, hemocomponentes y hemoderivados deben ser
vacunados lo antes posible, preferiblemente también
previa determinación de marcadores prevacunales,
especialmente si van a recibir múltiples
dosis.Personas que se practican tatuajes o
piercing: Quienes se efectuaran tatuajes o
perforación de piel o mucosas para colocación
de aretes o piercing, deberán estar vacunados. De
igual forma quienes se dediquen a efectuar éstas
prácticas de riesgo deberán igualmente ser
inmunizados.
Aunque en la presente investigación, muchas de
las variables estudiadas, no mostraron ser Factores de Riesgo, no
obstante se recomienda por la experiencia y resultados de otros
estudios internacionales, inmunizar y mantener también un
control para aquellas personas convivientes en el entorno
domiciliario de portadores AgHBs (+), a los varones homosexuales
activos y bisexuales, las personas con antecedentes enfermedades
de transmisión sexual, las personas de ambos sexos con
actividad heterosexual promiscua, las personas en programas de
viaje internacional a áreas endémicas de VHB y los
usuarios de drogas por vía parenteral. Igual conducta
deberá seguirse con aquellas personas sometidas a
prácticas con manipulación frecuente sobre mucosas
y tejido celular subcutáneo, por estar sometidos a
prolongados tratamientos con manipulación clínica
de abordaje, mediante punciones en cavidad bucal o en
clínicas de obesidad por inserción de agujas para
lipólisis, los que se practican punciones o Acupuntura, o
toda actividad que implique pérdida de la solución
de continuidad, deben también deberán ser vacunados
y de igual forma deben estarlo los profesionales dedicados a
estas actividades.
3. Dispensarización y tratamiento de
los portadores de infección
persistente.
El proceso de dispensarización deberá
constituir el centro de la labor a desarrollar por los equipos de
trabajo de la Atención Primaria de Salud y a partir de
él desplegar la estrategia de atención ambulatoria
en la comunidad. Se deberá concebir la
dispensarización como un proceso de evaluación
dinámica, organizada y continua del estado de salud de las
personas en una comunidad determinada, y supone su registro,
diagnóstico, intervención y seguimiento con el
propósito de influir en la mejoría de su estado de
salud, mediante la planificación y desarrollo de
intervenciones que contribuyan a ello (102).
El propósito de la dispensarización
será contribuir a mejorar el estado de salud individual de
los portadores de infección persistente. En este proceso
se deberán identificar los riesgos y daños a la
salud de cada persona, mediante procedimientos básicos de
observación, exploración física e
instrumental, interpretación y análisis de los
resultados. Al mismo tiempo la dispensarización
favorecerá la planificación de las acciones y los
recursos para la atención a las necesidades del individuo,
e influye en su educación, capacidad de
autoevaluación y cuidado de su estado de salud o
enfermedad (102, 103).
Los médicos de Atención Primaria de Salud,
podrán valorar a los pacientes con infección
persistente al VHB y referirlos al especialista si fuera
necesario, además podrán dar seguimiento a la
aplicación de tratamiento si éste ha sido indicado,
generalmente se utiliza lamivudina, interferón, y
ribavirina, o bien combinaciones de los dos últimos, con
lo que por lo general se obtienen resultados alentadores (usados
durante 4 a 12 meses, se logra respuesta virológica y
bioquímica en 25 a 40% de los sujetos) (104, 105, 106,
107, 108).
Conclusiones
1. La prevalencia de sero-reactividad a
infección por el virus de la Hepatitis B en el Banco
de Sangre departamental de Santa Cruz durante el año
2006 fue de 2,03 %.2. Las variables con valores de odds ratio que
tuvieron significación estadística y que por
tanto mostraron asociación como factores de riesgo
para la presencia de sero-reactividad a los marcadores
serológicos de Hepatitis B fueron:
El estar comprendido entre los 18 y los 30
años.El antecedente de no vacunación anti –
Hepatitis BEl antecedente de haber recibido transfusión
de sangre y/o hemocomponente en los últimos 10
años.El antecedente de haber recibido tratamiento
parenteral en los últimos 5 años.El antecedente de haber recibido intervención
quirúrgica en los últimos 10
años.El antecedente de exposición profesional a
sangre y fluidos corporales.El antecedente de Tatuaje en los últimos 5
años.El antecedente de haberse realizado
colocación de aros o piercing los últimos 5
años.
El antecedente de haber realizado previamente donaciones
de sangre constituyó para esta casuística un factor
de protección (IC: 0,03/0,30) para la adquisición
de sero-reactividad a infección por Hepatitis B,
reduciendo en un 10 % el riesgo de presentar
ésta.
3- Las estrategias para la prevención y
control para la infección por el virus de la Hepatitis
B, serán:
Inmunización universal: La mejor estrategia
para la prevención y control de la Hepatitis B y que a
su vez se constituye en la pauta de elección para la
eliminación del VHB a nivel de las comunidades,
será la de inmunizar tanto a los niños como a
los adolescentes, así como la de continuar con la
inmunización de los adultos, priorizando a los
definidos como grupos de alto riesgo, con lo que se
logrará proteger a la población antes de llegar
a la edad de mayor riesgo de infección y enfermedad
(jóvenes y adultos jóvenes). Las estrategias de
vacunación universal en ningún caso significan
el abandono de la vacunación de recién nacidos
de madres portadoras y otros grupos de alto riesgo, que por
el contrario deben ser mantenidas e
intensificadas.Intervención sobre factores de riesgo:
está basada en el reconocimiento de pertenencia a
grupo de riesgo y el consecuente cambio
conductual.Dispensarización y tratamiento de los
portadores de infección persistente: la
dispensarización será el proceso de
evaluación dinámica, organizada y continua del
estado de salud de las personas en una comunidad determinada,
y supondrá su registro, diagnóstico,
intervención y seguimiento con el propósito de
influir en la mejoría de su estado de salud, mediante
la planificación y desarrollo de intervenciones que
contribuyan a ello.
Recomendaciones
El Ministerio de Salud y Deportes a través
del Programa Nacional de Sangre, deberá en base a los
resultados de este estudio desarrollar un programa de
acciones, para mejorar y actualizar las normas de
selección de donantes y rectificar las estrategias de
tamizaje serológico para Hepatitis B en la
población de donantes de sangre.El Ministerio de Salud y Deportes deberá
normar la práctica desmedida de realización de
tatuajes y de perforación de piel y mucosas
actualmente efectuado por personas sin preparación ni
adecuadas condiciones y velar por el adecuado desarrollo y
calidad de los mismos para evitar que estos procedimientos se
conviertan en un serio problema de salud para la
población del país.El Servicio Departamental de Salud de Santa Cruz y
el Ministerio de Salud y Deportes deberá en base a las
estrategias de prevención y control planteadas
diseñar e implementar un Programa de Prevención
y Control de la infección por el virus de la Hepatitis
B..
Anexos
Anexo 1: Encuesta
Epidemiológica
Fecha Donación: D____ M _____A _____
Fecha Encuesta: D____ M _____A _____
1. Edad: ____
2. Sexo: ____M____F
3. Relación de Pareja:
______Estable ______ No estable
4. Nivel Educacional Vencido:
___Ninguno____Básico ____Intermedio_____Medio
___Univ.
5. Tipo de Donante de sangre:
____Voluntario-Altruista
____Reposición-Familiar
6. Donaciones de sangre previas:
____No ____Sí
7. Transfusiones recibidas en los
últimos 10 años:
____No____Sí
8. Tiempo transcurrido desde última
transfusión:
______ años _____ meses
9. Tratamiento parenteral recibido en los
últimos 10 años:
____ No ____ Sí
10. Intervenciones quirúrgicas recibidas
en últimos 10 años:
____ Sí ____ No
11. Tratamiento Dental últimos 5
años:
____No ____Sí
12. Exposición profesional a sangre
últimos 10 años:
____No ____Sí
13. Antecedentes de Hepatitis últimos 10
años:
____ No ____ Sí
14. Convivencia con enfermos de hepatitis
últimos 5 años:
____No ____Sí ____
15. Conducta sexual:
____ Heterosexual ____ Homosexual / Bisexual
16. Número de parejas sexuales en los
dos últimos años:_______17. Antecedentes de ITS últimos 5
años:
___No ___Sí
18. Antecedentes de tratamiento con acupuntura
en los últimos dos años:
__ Sí ___No
19. Antecedentes de tatuaje de piel en los dos
últimos años:
___Sí ___No
20. Antecedentes de perforación de piel
y/o mucosas (aretes) en los dos últimos
años:
___Sí ___No
Anexo 2: Hoja de información importante sobre
la donación de sangre
Anexo 3: Consentimiento Informado de
la Historia Clínica del Donante de Sangre.
Anexo 4: Tabla de Vaciamiento de
Datos.
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acotada
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Autor:
A.L González
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