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La crisis de Grecia



  1. Origen de la crisis en Grecia
  2. Consecuencias de la crisis en Grecia
  3. Las medidas para solucionar la crisis de Grecia

Origen de la crisis en Grecia

El origen del grave endeudamiento griego, que ha llegado a amenazar con contagiarse a otros países de la eurozona, comenzó a agravarse en 2004, cuando el gobierno del entonces primer ministro, Costas Caramanlís, aumentó cada vez más la ya abultada plantilla de funcionarios y muchas de sus prebendas.

Ese Gobierno conservador contrató hasta 2009 a más de 100 mil nuevos funcionarios, a los que concedió sustanciosos incrementos salariales, lo que hizo subir las nóminas de los empleados públicos en un 70%, según dijo hoy Vasilis Rápanos, presidente de consejo del Banco Nacional de Grecia, la primera entidad comercial del país.

"Fue la política irresponsable y estúpida" lo que llevó el país al déficit fiscal actual, comentó el banquero sobre la gestión de Caramanlís en los cinco años que estuvo en el poder.

El experto agregó que la situación del enorme déficit no es nueva para el país, ya que en 1993 llegó al 13%, una cifra similar a la del año pasado, mientras que la deuda sobrepasó también el 100% del PIB, frente al 115% actual.

Según Yanis Sturnaras, analista y profesor de la Universidad de Atenas, fue precisamente en los últimos dos años cuando se descontroló por completo el gasto público y cuando las estadísticas facilitadas por Atenas a la Comisión Europea fueron maquilladas.

Hasta mediados del año pasado todo iba sobre ruedas de cara al exterior. A partir de la derrota electoral de Caramanlís, en octubre de 2009, el nuevo gobierno de Yorgos Papandréu se encontró con la enorme brecha entre las cifras oficiales y las reales.

Tanto Rápanos como Sturnaras coinciden en criticar la tardía reacción del actual Ejecutivo ante el agujero fiscal y la galopante deuda.

Los recortes de nómina y prebendas de los funcionarios y otros trabajadores para corregir la maltrecha situación macroeconómica del país han desatado las huelgas y violentas protestas de la semana pasada.

La caja de los truenos se destapó por la diferencia entre el porcentaje oficial del déficit, por debajo del 7%, según las estadísticas nacionales en 2009, pero que ahora ha resultado ser del 13.6% del PIB para 2009, a años luz del 3% que exige el Pacto de Estabilidad y Crecimiento a los 16 miembros de la eurozona.

Grecia no era el único infractor del club, pero sí estaba entre los culpables más destacados. El diferencial de la deuda pública helena, que a principios de años se movía a unos 200 puntos básicos por encima del referente alemán, se disparó en los meses posteriores a niveles inasequibles para el mercado nacional.

El país mediterráneo se ha visto obligado a recurrir a la ayuda del Eurogrupo y del Fondo Monetario Internacional (FMI) para evitar la bancarrota estatal. Un recurso que supone ceder parcialmente su soberanía y someter sus cuentas al escrutinio internacional.

Los titubeos para conceder el paquete de rescate, debido principalmente a las dudas de la canciller alemana, Angela Merkel, por cuestiones de política interna, encarecieron la ayuda hasta los 80 mil millones de euros que deberán aportar los socios europeos y otros 30 mil millones de euros del FMI.

Entretanto, la crisis helena ya había desvelado la delicada situación del déficit fiscal de España y Portugal y su candidatura a ser posibles víctimas de un contagio a la griega.

La indecisión alemana y la incapacidad de Bruselas para liderar una salida a la crisis ha llegado a poner en serio riesgo a la moneda única y han sido necesario que los lideres europeos se reunieran de urgencia el fin de semana para atar un paquete de 750 mil millones de euros que garantice la solvencia del euro.

Todo ello con la necesaria cooperación del FMI, como exigía Berlín, que será quien vigile que Atenas cumple el estricto programa de ahorro impuesto.

Durante la crisis helena, el euro se ha depreciado a los niveles de principios de 2009, para regocijo de muchos exportadores europeos, ante todo alemanes.

A su vez, el Banco Central Europeo (BCE) , en una operación sin precedentes en sus 11 años de historia, ha decidido comprar bonos de aquellos socios de la eurozona con la deuda soberana más delicada, que en el caso de Grecia ha sido reducida al nivel de bono basura por la agencia Standard & Poor.

El grado de alarma de las autoridades emisoras quedó patente en la decisión de cinco grandes bancos emisores, el BCE, la Reserva Federal de EEUU, el Banco de Canadá, el Banco de Inglaterra y el Banco Nacional de Suiza, de acordar operaciones de "swap" en el mercado de divisas para facilitar la adquisición de dólares, necesarios para obtener liquidez en el pago de deuda soberana.

El año nuevo trae alivio al mundo bursátil, con la esperanza
de un año de recuperación económica, datos y rentabilidades
positivas. Ya a finales del 2009 países como Alemania o Francia veían
como sus economías daban señales de recuperación.

La situación económica de España no es la deseada,
ni siquiera como la de los países mencionados y eso lo comentábamos
en Estrategias de Inversión I para este año. Si es comparable
a la economía de Grecia, que se encuentra en medio de una crisis, y que
hasta hace poco se la consideraba en peor estado que nuestra economía.

El problema de la crisis en Grecia se debe, básicamente, a dos razones:

  • El alto nivel de la deuda pública, el 113 por ciento del Producto Bruto interno, y su déficit público supera el 12 por ciento del Producto Bruto Interno (PIB), y

  • La falta de confianza de los inversores hacia el país.

El gobierno griego ha anunciado un plan para reducir el déficit público en tres años, pero muchos consideran que es muy difícil implementarlo ya que debe convencer a la oposición política de aceptar las reformas económicas. Inclusive dentro de su propio partido político (el socialista PASOK), habría quienes no estarían de acuerdo con el plan.

El mismo gobierno advierte que la reducción de las notas no favorece a la recuperación económica y dificulta la acción política. Por si no fuera poco, se han realizado huelgas por parte de los sectores sindicales en contra a las medidas de austeridad anunciadas por el gobierno.

Desde la agencia "Standard and Poor"s" afirman que es esencial la correcta implementación de plan, y que los riesgos de que ello no ocurra son altos y por eso se ha bajado la nota.

Cabe destacar que luego de la última crisis financiera, las agencias
han calificado con mayor severidad, luego de que se encontraran "bajo la
lupa" por las calificaciones otorgadas a los activos tóxicos, que
dieron origen a la crisis.

Este complejo escenario hace que el inversor se inhiba de realizar operaciones financieras en Grecia, aumentando el nivel de desconfianza general.

Esta situación afecta a la eurozona y en especial a los aliados comerciales como Suecia y Francia. También a nosotros nos afecta.

Tres elementos fundamentales se han conjugado en el escenario económico mundial. La situación económico-financiera por la que atraviesan los tres países de la eurozona, Grecia, Portugal y España, y más en general los denominados despectivamente PIGS (por la inicial de los tres países más Irlanda y que en inglés significa cerdos), como consecuencia del crítico estado de sus economías, sus abultados déficits fiscales y deudas públicas.

Esta situación, además de que podría transformarse en una seria amenaza a la continuidad de la moneda común europea, tiene interesantes puntos de contacto con la crisis de la convertibilidad en Argentina que acabó con la caída del presidente De la Rúa en el año 2001. Como ayer en Argentina, hoy en Grecia y España se anuncian y ya se están aplicando duros planes de ajuste fiscal, reformas laborales, recorte de conquistas y rebajas salariales. Grecia anticipa las primeras respuestas de los trabajadores y el movimiento de masas, en España hay una tensa situación política y el gobierno de Zapatero descendió a los niveles más bajos de popularidad.

La crisis de la relación entre China y EE.UU. que tiene su origen en la negativa de China a revaluar el yuan, cuestión que obstaculiza las intenciones de EE.UU. de incrementar su competitividad internacional y reducir las importaciones. Norteamérica está respondiendo con ofensivas como la amenaza de Google de retirarse de China, la venta de armas a Taiwán (isla que formaba parte de China y en la que se replegaron las fuerzas de la contrarrevolución de Chiang Kai-Shek en 1949) y la entrevista que Obama confirmó con el Dalai Lama (líder espiritual del budismo tibetano y actual dirigente del gobierno del Tíbet en el exilio) contra la voluntad del gobierno de Pekín.

La propia situación de la economía norteamericana que combina un crecimiento anualizado del 5,7% del PBI para el cuarto trimestre de 2009, con un desempleo que se mantiene en torno al 10%, una profunda crisis presupuestaria y de deuda, una abrupta caída de la popularidad de Obama y los últimos reveses demócratas como la pérdida de la banca en Massachussets que hasta su muerte ocupó el demócrata Edward Kennedy. Estos tres elementos son expresión de los límites de la forma en la que el capitalismo evitó que la Gran Recesión se transformara en depresión, que se manifiestan de manera más o menos mediada como crisis de presupuesto y de deudas públicas. Esta situación podría estar inaugurando una nueva ronda de la crisis económica mundial.

Consecuencias de la transformación de deuda privada en deuda pública Luego de la caída de Lehman Brothers a fines de 2008 y el fin de la burbuja inmobiliaria que inauguró la recesión económica mundial más profunda desde la crisis de los años "30, los principales Estados capitalistas evitaron una depresión al costo de convertir deuda privada en deuda pública. Tanto en Estados Unidos como en los países que integran la Unión Europea y Japón, las principales bancas de inversión, aseguradoras y bancos comerciales (aunque también empresas como General Motors) evitaron la quiebra a través del salvataje estatal.

Planes de estímulo fiscal y tasas de interés históricamente bajas constituyeron mecanismos claves para reanimar la demanda y el crédito. Evitando un saneamiento de capitales en la magnitud que la crisis lo exigía, lograron contener el curso depresivo de la economía, pero al mismo tiempo trasladaron el problema a otra parte, sin lograr resolverlo en su lugar de origen. Y efectivamente parte de la crisis se traspasó del sector privado al sector público, es decir, al Estado. Los déficits fiscales y las onerosas deudas públicas devienen ahora el sector más vulnerable de la economía. El mercado de deuda pública bajo la forma de títulos, bonos y otros instrumentos financieros funciona de manera similar a cualquier otro mercado de capitales y dado que los ataques especulativos se dirigen hacia puntos críticos del sistema, puede sostenerse que, los problemas en los mercados de deuda pública empiezan a parecerse peligrosamente a los ataques especulativos contra el sector financiero de hace año y medio"

La intervención de los Estados para contener el curso de la crisis arroja así un resultado de dos caras: contiene la caída de los negocios privados a costa de absorber la crisis e incentivar la gestación de una nueva burbuja de deuda pública. El problema reside en que, por un lado, la deuda pública constituye, como decía Marx, el más ficticio de todos los capitales ficticios ya que carece de cualquier tipo de contraparte real. Por otro lado, en el primer acto el Estado actuó como garante de los negocios capitalistas; en un segundo acto, si efectivamente el blanco lo constituyen los Estados, ¿quién va a rescatarlos?

Consecuencias de la crisis en Grecia

Las primeras consecuencias financieras de los altos endeudamientos estatales y su dudosa capacidad de pago, se hicieron sentir en el pequeño emirato árabe de Dubai. Más tarde la situación comenzó a amenazar seriamente al símbolo más importante de la unidad europea: el euro. Primero fue Grecia. Ahora se siente en la tríada Grecia, Portugal y España. Pero sobre todo España, donde la bolsa de valores sufrió en dos días una caída de más del 7%, situación que el director general del FMI, Dominique Strauss-Kahn, comparó con "lo que pasó en Estados Unidos". Como señaló el economista y editorialista del Financial Times, Nouriel Roubini, "Si Grecia es un problema para la eurozona, España podría ser un desastre porque se trata de la cuarta economía de la región" (La Nación, 5/02). La economía española cayó "(…) a una velocidad vertiginosa después de que el país entró en recesión en 2008. Sus déficits públicos pasaron de un excedente del 2,23% del PBI en 2007 a un déficit del 11,4% en 2009. La deuda pública española progresó del 36,2% en 2007 al 55,2% en 2009 y debería llegar al 74% en 2012". (La Nación, 5/02). El desempleo en España roza el 20% y es por lejos el mayor de la eurozona.

España junto con Grecia, Portugal e Italia y, por fuera de la zona del euro, 4más comprometidas en el proceso de especulación inmobiliaria. Por ese motivo están entre los más directamente afectados por la crisis desatada en 2008 en el corazón de Estados Unidos. Además de España, Grecia tiene un déficit público que llega al 12,7% PBI, su deuda pública se encuentra en torno al 110% del PBI y en Portugal, el déficit fiscal llega al 8% del PBI y su deuda pública alcanza alrededor del 80%.

Sin embargo la idea de que el problema del endeudamiento afecta solamente a los "PIGS" es como señala el economista marxista francés Isaac Joshua, una ilusión. Como acaba de reconocer el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, los dieciséis países que integran la zona euro poseen en promedio un déficit fiscal de alrededor del 6% del PBI, un valor que se encuentra muy por encima del 3% que exige la Unión Europea. Además para tomar algunos ejemplos relevantes, en Estados Unidos el déficit fiscal ronda el 11% del PBI, el 8% en Francia, el 11,6% en Gran Bretaña y alrededor del 10% en Japón. La deuda pública representa aproximadamente el 85% del PBI de Estados Unidos, el 76% en Francia, el 60% en Gran Bretaña y más del 100% en Japón. El problema de los déficits fiscales y el endeudamiento público en sí mismo, no es entonces un problema exclusivo de los "PIGS", ni siquiera es específicamente un problema de la eurozona. La particularidad de la zona del euro es que la pertenencia a la moneda europea impide recurrir a mecanismos tales como la manipulación de las tasas de interés que son manejadas por el BCE (actualmente bajo dirección alemana) o implementar devaluaciones [1].

Y el hilo se corta siempre por su parte más delgada… Es por ello que el ataque especulativo (que con particular saña estimularon los periódicos Financial Times y The Wall Street Journal, consejeros del capital especulativo internacional) se centró en los países más débiles que para permanecer en la zona del euro tendrán que implementar fuertes ajustes fiscales para reducir los déficits y la deuda y aumentar la competitividad externa de sus economías a través de reducciones salariales y recortes de conquistas obreras, tal como ya anunciaron el presidente de España, el "socialista" Rodríguez Zapatero y el aún más "socialista" primer ministro de Grecia, Giorgios Papandreu.

Los límites de las políticas de salida de la crisis se expresan así con todo su potencial en los países más pobres de la zona euro, en los cuales el antídoto contra la depresión económica, el endeudamiento estatal, no puede continuar si quieren mantenerse en el marco de la moneda europea. Los países más ricos como Alemania o Francia, van a intentar mantener el euro a costa de la exigencia de planes neoliberales a los países más pobres para dar continuidad a las políticas de "keynesianismo financiero" en los países ricos. Al cierre de esta edición trascendió que los gobiernos de la eurozona habrían decidido asistir a Grecia, lo que abre la posibilidad de que a cambio del plan de ajuste anunciado por el gobierno se prepare algún tipo de salvataje que podría suavizar momentáneamente las presiones al interior del mercado de bonos. Sin embargo estas políticas, obscenas como son, tendrán que enfrentarse (Grecia es un anticipo) a la ira y la resistencia más aguda de los trabajadores y los sectores populares pues ya no se trataría, al menos en estos países, de contener la crisis sino de descargarla con los métodos más tradicionales sobre las masas. Tanto una profundización de la crisis financiera como el desarrollo de la resistencia del movimiento obrero, en el corto o en el mediano plazo, podrían generar un contagio hacia Irlanda y hacia países cada vez más centrales como Italia, cuestionando directamente la existencia del euro o la pertenencia de muchos países a la eurozona.

Incluso podría terminar afectando a la propia Gran Bretaña que está por fuera de la zona del euro pero dentro de la Unión Europea, que posee fuertes desequilibrios en su economía y cuya moneda, la libra esterlina, se encuentra en estado reservado. La actual crisis europea vuelve a poner en escena el viejo-nuevo problema de que Europa no es ni puede ser un "supraestado". En los años "20 el economista inglés John Maynard Keynes llamó al continente europeo una "casa de locos". La imposibilidad de la unidad capitalista europea (y el rol del euro) representa un problema agudo que, aunque no por primera vez en la historia, hoy vuelve a ponerse de manifiesto en toda su dimensión.

Las medidas para solucionar la crisis de Grecia

El antiguo líder del PP propone hasta ocho medidas para sacar a España de la crisis, al tiempo que se refiere de forma muy crítica a decisiones del actual Gobierno, presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, de subir el IVA un dos por ciento. "La decisión del Gobierno de subir los impuestos es un error que empeorará (el impacto de) la crisis".

  • 1. La primera de estas siete medidas ha de ser, según Aznar, "una reforma a gran escala" de los convenios colectivos, de modo que se produzca una desregularización de las contrataciones, la bajada de los impuestos a los trabajadores y se aliente a los parados a ingresar en el mercado de trabajo.

  • 2. En su segunda medida propuesta Aznar defiende cambios en política energética, lo que pasa en su opinión por seguir apostando por la energía nuclear, desregularizar el mercado energético y dejar de subvencionar fuentes de energía renovables poco eficiente.

  • 3. En tercer lugar Aznar propone una reforma del sistema bancario que autorice la inversión de capital privado en las cajas de ahorro

  • 4. su cuarta propuesta es reformar la arquitectura del Estado para ahorrar costes, lo que implica, según él, reducir el tamaño de las administraciones regionales.

  • 5. Aznar propone en quinto lugar la reforma del sistema de pensiones para garantizar su viabilidad a medio y largo plazo

  • 6. En sexto lugar que se haga lo posible para desregularizar ciertos mercados para aumentar la competencia.

  • 7.  También propone fomentar las privatizaciones y que se reformen, aunque no especificó cómo, ciertos aspectos del sistema del bienestar.

  • 8. Por último, Aznar recomendaba que se lleve a cabo una reforma fiscal para potenciar la competitividad de la economía. A pesar de todo lo anterior, y de las críticas de Aznar al Ejecutivo de Zapatero, el ex presidente se mostró esperanzado en el futuro económico de España. "Es una sociedad dinámica con empresas capaces de crear millones de empleos", sostiene en el texto.

El ex presidente afirmaba también que en los últimos 160 años ningún Gobierno de izquierdas ha conseguido sacar a España de una crisis, por lo que sostiene que la tarea de arreglar los problemas económicos del país sólo podrá ser llevar a cabo por un nuevo Gobierno. "Y cuanto antes, mejor", apostillaba Aznar en unas declaraciones que pueden interpretarse como un llamamiento a un adelanto electoral.

Las resposabilidades París y Berlín de Según el ex presidente, los actuales problemas económicos de Europa y su moneda única, el euro, se deben en gran medida a las decisiones que tomaron entre 2002 y 2004 Alemania y Francia. En aquellos años sus economía se hallaban estancadas, por lo que según Aznar estos dos países propiciaron que se incumpliera el Pacto de Estabilidad (que, entre otras medidas, impide que ningún Estado se endeude más del 3 por ciento del PIB) para de este modo aumentar la inversión pública y así estimular sus economías.

Aznar afirma en su artículo que a la estela de París y Berlín muchos Gobiernos europeos empezaron también a abandonar la disciplina presupuestaria, habiendo llegado de este modo a la actual situación, simbolizada por la crisis griega, que desde hace meses amenaza la estabilidad del euro.

Según Aznar la reforma de dicho pacto "fue un error que sembró Las semillas de la irresponsabilidad presupuestaria" debido a que países como Grecia, "pero no sólo Grecia", se aprovecharon de esta nueva "laxitud reguladora".

El ex presidente abogó por que todos los países europeos
vuelvan a abrazar los principios del Pacto de Estabilidad, desarrollen políticas
de austeridad presupuestaria y modifiquen la Estrategia de Lisboa para facilitar
la aplicación de estas reformas económicas estructurales

 

 

Autor:

Leonardo Fabian Ballon Urbano

 

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