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Alternativa pedagógica para la prevención de la drogadicción en estudiantes



Partes: 1, 2, 3

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Marco
    teórico referencial
  4. Metodología
    para el desarrollo del proceso
    investigativo.
  5. Análisis de
    los resultados
  6. Conclusiones
  7. Recomendaciones
  8. Bibliografía
  9. Anexos

Resumen

En la Universidad de Ciencias de la Cultura
Física y el Deporte de Villa Clara en el enfrentamiento
preventivo contra la drogadicción se efectúan
acciones en el orden práctico e investigativo, rectoradas
por la Comisión Antidroga del Centro, desde cuyo marco
emerge la presente investigación. Su dirección es
proponer una alternativa pedagógica preventiva que
favorezcan el nivel de conocimientos relacionado con el consumo
de drogas. Se trabaja con una muestra de 24 estudiantes, 20 del
sexo masculino y 4 del sexo femenino, con una edad promedio de 23
años que cursan el cuarto año de la Carrera, en el
curso para atletas Se emplean los métodos del nivel
teórico y empírico, con predominio de la
metodología cualitativa, sobre todo la
investigación-acción-participación,
apoyándose en el auto desarrollo y elementos del
método grupo formativo. Para el procesamiento de los
resultados se utiliza la estadística descriptiva y se
evalúa la propuesta de talleres adecuándose
elementos del cono invertido de Pichón Reviere. Los
principales resultados del diagnostico se concretan en la
necesidad de adquirir conocimientos sobre los efectos
perjudiciales de las drogas, así como influir en
hábitos y estilos de vida. Se propone una alternativa
pedagógica que aborda en profundidad el tema. Se emplean
técnicas participativas contextualizadas que constituyen
un instrumento de utilidad para el facilitador en el trabajo
preventivo de la drogadicción, en la medida que ofrecen
información y orientación atendiendo a las
necesidades grupales.

Introducción

El consumo de sustancias que afectan la conciencia y el
comportamiento, parece remontarse a los orígenes de la
humanidad, cuando el hombre primitivo en su etapa de recolector
comenzó a interesarse por el efecto de las plantas y
logró acumular conocimientos sobre las mismas, desde
muchos miles de años antes de que apareciera la
escritura.

La incorporación masiva de la droga al estilo de
vida actual, prolifera en las sociedades de consumo. Se establece
con mayor nitidez en el pasado siglo XX, a partir de la
década del sesenta, y coincide con la nefasta y progresiva
caracterización de la droga como mercancía de
comercialización altamente rentable, así como el
incremento del dopaje como manifestación de este problema
en el deporte, a la par del acelerado desarrollo de la ciencia y
la tecnología.

Cuba ha demostrado su disposición invariable a la
cooperación en el enfrentamiento al tráfico
ilícito y uso indebido de drogas, por ser un
fenómeno mundial que solo puede encararse con el concurso
de todas las naciones, como una responsabilidad común y
compartida, que exige una acción integral en
conformación con los objetivos y principios de la Carta de
la ONU y el derecho internacional[1]

Por ello en 1998 se crea la Comisión Nacional de
Drogas (CND); a partir de ese momento se establece el Programa
Nacional Integral Cubano para prevenir el uso indebido de drogas.
Consecuentemente, se crea el Grupo Nacional para la
prevención del uso indebido de drogas en la
Educación Superior. En el año 2000, se establece el
Programa de Prevención, que constituye la base del trabajo
desplegado por las Universidades hasta la fecha .

El sector educacional tiene un papel de vital
importancia en la actividad de prevención del uso indebido
de las drogas, por su responsabilidad en la educación y
formación de las nuevas generaciones. Lo anterior tiene
como base la promoción de mejores cualidades y estilos de
vida saludables, la buena conducta, los mejores valores
éticos, la práctica de deportes, actividades
culturales, recreativas y una buena utilización del tiempo
libre.

Dentro de la Comisión Nacional de Drogas, al
Ministerio de Educación y de Educación Superior les
corresponde promover y garantizar la efectividad de
sistemáticos encuentros profilácticos y preventivos
en el amplio ámbito educacional cubano. En estrecha
relación con otros integrantes de la Comisión,
estos ministerios trabajan para promover un cúmulo de
tareas en el orden preventivo entre los alumnos de distintas
enseñanzas, como parte de los esfuerzos necesarios
[2]

En la actualidad las instituciones de la
Educación Superior trabajan con mayor énfasis en
las direcciones siguientes: integración de la
prevención al sistema de trabajo cotidiano, jerarquizar el
trabajo en los eslabones de base y, la atención directa a
las personas más propensas a consumir drogas.

La prevención en la Educación Superior, es
de gran importancia y trascendencia en el marco de la lucha
contra el uso indebido de las drogas y las adicciones, por lo que
se hace necesario establecer programas de prevención
amplios, eficaces y técnicamente aplicables que
contribuyan a la reducción del consumo. Sin embargo no
todas las personas están en condiciones apropiadas para
intercambiar con los sujetos en función de prevenirlos en
cuanto a los efectos nocivos del consumo de drogas, pues se
podrían causar resultados contrarios en el oyente. Es por
ello que cuando se trate de dar información sobre las
drogas, es importante asegurarse de la idoneidad de las fuentes
debido a que puede despertar curiosidad e influir en el consumo
de forma involuntaria. Lo anterior justifica el por qué
los educadores cubanos deben realizar esfuerzos encaminados a la
prevención de este mal en los jóvenes estudiantes,
más allá del aula, como puede ser la
intervención comunitaria.

En la comunidad de la Universidad de Ciencias de la
Cultura Física y el Deporte de Villa Clara, se
efectúan acciones preventivas de orden práctico e
investigativo, rectoradas por la comisión Antidroga del
Centro, entre las que se encuentran los conversatorios con grupos
de estudiantes y profesores sobre el peligro de la
drogadicción y formas de luchar contra este flagelo; la
realización con los miembros de la comunidad universitaria
de conferencias, charlas y cine – debates donde se aborda
la temática; el enriquecimiento del fondo
bibliográfico sobre el tema; la divulgación por la
Radio Universitaria de mensajes educativos y spot preventivos
relacionados con la temática de las drogas y el dopaje;
introducción en el proyecto educativo de las brigadas de
acciones preventivas contra la drogadicción y el dopaje.
La realización de festivales deportivos recreativos en los
diferentes tipos de cursos y años; la participación
de estudiantes en Círculos Científicos
Estudiantiles sobre la prevención del uso de drogas, desde
hace cinco cursos y presentación de sus ponencias en
eventos científicos y en ejercicios de culminación
de estudio, con dos Trabajos de Diploma. Además, la
presentación de resultados del equipo de
investigación en eventos nacionales de las Brigadas
Técnicas Juveniles y de Ciencias Sociales; así como
la realización en el Centro de dos concursos sobre la
prevención del uso de la droga y la presentación de
exposición del MININT en el enfrentamiento a las
mismas.

Sin embargo a pesar de la extensa relación de
acciones efectuadas, el esfuerzo de los organizadores y el alto
grado de comprometimiento de la Institución estas
intervenciones no han resultado efectiva, dado el bajo nivel de
participación e implicación de los estudiantes.
Esta realidad está presente en muchos de los proyectos de
intervención comunitaria, incluso, más allá
de nuestro país.

Se conoce que la intervención comunitaria, se
manifiesta en nuestros días como una necesidad, pues el
desarrollo comunitario en gran medida implica el desarrollo
social. Por ello el trabajo comunitario integrado constituye hoy
la política oficial vigente encaminada a lograr el
desarrollo sostenible de la comunidad, lo cual implica una serie
de retos, cuya solución precisa de una práctica
profesional continua.

En la investigación realizada por Flores y
Pérez con la colaboración de sus tutores en esta
comunidad universitaria se detectan que los niveles de
adicción a las drogas legales sobre todo al alcohol, se
comportan con valores similares a los de la población
juvenil cubana. Este resultado, aunque favorable no resulta
alentador si tenemos en cuenta las particularidades del grupo
social juventud y el enfrentamiento preventivo de las drogas
desplegado hasta ese momento. El posterior estudio de
Gómez en esta misma comunidad con estudiantes del
último año de la carrera, refleja que el nivel de
conocimientos sobre consumo de drogas legales no es adecuado y
resulta insuficiente el trabajo de prevención comunitaria
[3][4].

A partir del análisis de los anteriores
resultados se plantea como situación
problémica
que los estudiantes no poseen conocimientos
suficientes acerca del peligro de la adicción a las
drogas, tanto las consideradas legales como a las ilegales, ni se
encuentran sensibilizados con la importancia de no
consumirlas.

Los argumentos anteriores justifican la
realización de esta investigación de
prevención de la drogadicción en la comunidad
universitaria mencionada, por lo que se plantea el siguiente
problema científico:

¿Cómo contribuir a la prevención
del consumo de drogas en estudiantes de la Universidad de
Ciencias de la Cultura Física y el Deporte de Villa
Clara?

El objetivo general de este trabajo
consiste en:

Proponer una alternativa pedagógica que favorezca
el nivel de conocimientos relacionados con la prevención
del consumo de drogas, en estudiantes de la Universidad de
Ciencias de la Cultura Física y el Deporte de Villa
Clara.

Los objetivos específicos
son:

  • 1. Diagnosticar las tendencias con respecto al
    consumo de drogas en estudiantes de la Universidad de
    Ciencias de la Cultura Física y el Deporte de Villa
    Clara.

  • 2. Elaborar una alternativa pedagógica
    que favorezca el nivel de conocimientos relacionados con la
    prevención del consumo de drogas en estudiantes de la
    Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el
    Deporte de Villa Clara.

  • 3. Implementar la alternativa pedagógica
    propuesta.

  • 4. Evaluar desde el criterio de los sujetos
    implicados el efecto de la alternativa que se
    propone.

La novedad del tema está
en:

Ofrecer una alternativa pedagógica que incluye el
trabajo con el grupo formativo, lo que propicia el crecimiento
personal de los estudiantes, desde la reflexión con
óptica crítica sobre la adicción a las
drogas. Además, puede contribuir en la efectividad de la
labor preventiva al brindar instrumentos, como técnicas
participativas contextualizadas, con un amplio sustento en
información concreta y actualizada sobre la
drogadicción y el dopaje.

El objeto queda definido como:

La prevención del consumo de drogas.

El campo de acción se limita
a:

El nivel de conocimientos de los estudiantes de la
Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte
de Villa Clara para la prevención del consumo de
drogas.

En el marco metodológico se emplean los
siguientes métodos y / o técnicas:
análisis de documentos, entrevista, encuesta,
cuestionario, observación, grupo formativo,
técnicas participativas y cono invertido de Pichón
Riviere. De la Estadística Descriptiva se utiliza la
distribución empírica de frecuencia.

Capítulo 1.

Marco teórico
referencial

Significación de la
drogadicción para la sociedad cubana.

En la actualidad, la sociedad está experimentando
cambios que han influido en el aumento del uso indebido de las
drogas en todos los rincones del Mundo, los que son el resultado
de las crisis económica, la violencia social, el cambio de
valores que experimenta la sociedad, la desintegración de
la unidad familiar, la disponibilidad y promoción de las
drogas lícitas y el tráfico de drogas
ilícitas[5]

El impacto de las toxicomanías en el ser humano
desde el punto de vista bio-psico-socio-espiritual, constituye
una tragedia mundial que convierte a la drogadicción en un
problema global; entiéndase por problemas
globales,
procesos y fenómenos que se dan en la
sociedad; afectan puntos vitales de la misma y por tanto
requieren del esfuerzo mancomunado de toda ella para su para su
solución.

Cuando la globalización neoliberal estimula a las
mafias del tráfico de drogas a la búsqueda de
nuevas vías, métodos y mercados para seguir
expandiéndose, Cuba como integrante de la comunidad
internacional también se enfrenta a amenazas y riesgos
cada vez mayores, que se erigen en peligrosos desafíos
para nuestra seguridad, con manifestaciones cualitativamente
más complejas, ante las cuales la respuesta de la
Revolución y su pueblo ha sido y será contundente y
ejemplar[6]

Pero: ¿cómo afecta este flagelo a la
sociedad cubana?. A grandes rasgos podemos agruparlo en tres
puntos: el primero, recalo por nuestras costas; el segundo, Cuba
como corredor aéreo; y el tercero, Cuba como mercado
potencial.

La posición geográfica de nuestro
país nos ubica en el centro de los corredores
aéreos y marítimos por donde transita el 45% de la
droga dirigida por el narcotráfico internacional El uso
indebido de drogas en nuestra sociedad muestra índices
crecientes, aunque muy discretos en comparación con otras
naciones.

González refiere que el contexto macrosocial
contemporáneo de Cuba se comprenderá mejor si se
destaca que somos importantes productores de café, tabaco
y caña de azúcar con la consecuente
producción ronera que nos ubica en la categoría de
nación vitivinícola[7]

Por su parte Arias plantea que existe un incipiente
mercado de expendio y consumo de drogas, que pudiera tender a
incrementarse, si no se combate, en la medida en que el
país se abre cada vez más al comercio, al turismo,
el intercambio de visitantes y las relaciones económicas,
políticas, culturales y deportivas con el exterior. La
presencia de cocaína y fundamentalmente marihuana en
determinados centros recreativos y lugares públicos para
su venta minoritaria, es otro rasgo que identifica esta
problemática en la actualidad. En el periodo de 1996 al
1997 se registraron 111 y 146 recalos de marihuana y
cocaína respectivamente en nuestras costas. Tanto en los
hechos como en el volumen continúan predominando la
marihuana[8]

En 1998 se registran 1216 detenciones por tenencia y
tráfico interno, lo que demuestra el incremento de esta
actividad delictiva, que comienza a caracterizarse,
además, por la incidencia de estas actividades en hechos
de carácter violento, cuyo móvil fundamental es la
droga, en los cuales está presente la extorsión, el
ajuste de cuentas, el delito o simplemente la estafa con el
empleo de armas blancas o de fuego.

Según reportes de la Comisión Provincial
de Droga de Villa Clara, gracias a la operación Coraza
Popular en el 2003, se detectaron 264 casos; el análsis
psicosocial permitió destacar que el mayor porcentaje de
delito está asociado al bajo nivel cultural, por lo que al
respecto plantean que la educación constituye un factor de
protección, con lo cual concordamos. Es por ello, que la
influencia educativa sobre los diferentes patrones de consumo de
tóxicos es uno de los más trascendentes factores en
la prevención de las consecuencias de los
mismos[9]

La idea de consumo social de las drogas existe entre los
jóvenes de manera similar a como ocurre con el alcohol;
sin embargo la comunidad científica internacional ha
alertado que no existe el consumo social, por la potencialidad de
adicción que estos desencadenan en periodos muy breves de
tiempo.

"Así, por cada diez personas iniciadas en el
consumo de drogas ilegales, entre cinco y ocho se
convertirán rápidamente en drogadictos, por lo que
la prevención es sin duda alguna el recurso mas poderoso
para enfrentar esta tragedia que hoy se expande mundialmente." El
consumo de drogas representa una forma de conducta del hombre en
la sociedad, cuando este ha perdido el deseo de crecer y se
implica en un proceder autodestructivo, necesita valores
sociales, sentimientos, creencias y motivaciones como elementos
básicos para su recuperación, y sólo lo
logrará con el apoyo de la familia, de la escuela y de la
sociedad en su conjunto[10]

Estas opiniones especializadas aportan suficientes
elementos para comprender que estamos ante un tema altamente
preocupante, la humanidad no debe esperar soluciones milagrosas o
externas, debiendo asumir una lucha constante en todas las formas
posibles en pos de disminuir cualquier manifestación de
hábitos de consumo de sustancias tóxicas, sin
detenerse en cuan legales o no, se clasifiquen estas. Por ello el
país dedica especial atención a la
prevención del consumo de drogas en las edades
correspondientes a la infancia, la adolescencia y la juventud,
utilizando estrategias de prevención extendidas a todos
los actores sociales con influencia potencial en el
fenómeno"[11].

Prevención de la
drogadicción.

Según Riera la prevención es mucho
más que un conjunto de proyecciones o un programa; aunque
esta sea la parte visible de lo que se hace al respecto, "es una
concepción del mundo, de esencia humanista, es una actitud
ante la vida, una postura ante determinados fenómenos, una
creencia, un conjunto de valores y principios, un aprendizaje,
una posición de anticipación, lo opuesto a la
curación; elementos estos que deben ser sistematizados y
reflexionados para no caer en activismos insanos"
.

De las definiciones de prevención se asume que
muestran un profundo contenido social, al considerar que "tiene
como propósito la intervención social en
determinados aspectos de las relaciones sociales a partir del
conocimiento de los fenómenos, que las personas eviten
determinados patrones comportamentales, que los pueden hacer
vulnerables a problemas específicos como la
hipertensión, el tabaquismo, o la
drogadicción
, entre
otras"[12].

1.3. Objetivos de la prevención
de drogas

Según la Organización Mundial de la Salud,
el objetivo de la prevención de los problemas de droga es,
en general, conseguir que los miembros de una población no
abusen de ellas y no se expongan a sufrir daños ni
provocar males sociales. Sin embargo, la resistencia de los
intereses establecidos a renunciar a los beneficios de la venta y
la actitud de la población usuaria, que no está
dispuesta a abandonar sus hábitos, representan
obstáculos importantes en todo intento de
abolición, y rara vez constituye un objetivo realista. En
la mayoría de las sociedades humanas no sólo se
tolera el uso habitual de alguna sustancia psicoactiva, sino que
la cultura lo permite. Lo que es más, algunos
hábitos de uso de drogas reportan ventajas sociales
importantes que pueden compensar los efectos negativos, sobre
todo cuando estos sólo se dejan sentir en una
minoría de usuarios así, la abolición del
uso de drogas puede ser tan desventajosa como
inalcanzable.

En el caso del consumo tradicional o socialmente
arraigado, el objetivo de la prevención puede no ser la
abstinencia, sino el control de las modalidades de uso
normalmente asociadas con complicaciones. Otro objetivo de la
prevención puede ser el control de ciertas consecuencias,
y no del uso de las drogas, en sí mismo. Los objetivos de
la prevención de los problemas de drogas se suelen fijar
según los criterios de conveniencia, factibilidad y
carácter del problema, y que a continuación se
describen.

Criterio de Conveniencia.

Si las limitaciones del uso no se perciben como
útiles, puede que ni las autoridades, ni la
población en general las consideren objetivos de
prevención adecuados. Del mismo modo, una
percepción social negativa, aunque no guarde
relación con la peligrosidad del hábito,
hará que la comunidad respalde los objetivos de
abolición total. Toda reducción drástica del
consumo se dejará sentir en la frecuencia de los problemas
de drogas. Sin embargo, antes de resolverse emprender
campañas de " erradicación" conviene estudiar bien
el riesgo de que esos hábitos sean reemplazados por otros
quizás peores.

Criterio de factibilidad.

El objetivo de una sociedad exenta de drogas suele ser
inalcanzable. La magnitud de las campañas y los recursos
necesarios para ello es tal que ese objetivo se debe considerar
ilusorio y excesivamente oneroso. Quizás sea preferible
una prevención conducente a la reducción y el
control del uso o de las complicaciones de éste. Elegir
objetivos realistas es no sólo, principio de buena
administración, también un modo de conseguir que la
acción preventiva haga mejorar la
situación.

Carácter del problema.

Cuanto más viable es el daño producido por
la droga, menor es la posibilidad de optar por medidas
preventivas para combatirla. Las toxicomanías que
perjudican al individuo o a la comunidad suelen propiciar
programas de eliminación de la droga de que se trate. Las
sustancias menos tóxicas y que sólo ocasionan
complicaciones crónicas cuando el consumo es excesivo,
permiten fijar otros objetivos, por ejemplo un uso moderado o
limitado[13]

Teniendo en cuenta estos criterios y en función
del combate a la drogadicción en las universidades, la
prevención debe ser considerada como un proceso, cuyo
objetivo es despertar y mejorar la comprensión de las
causas mediatas e inmediatas que inducen a recurrir a las drogas,
así como ayudar a jóvenes y adultos para hallar
soluciones a sus dificultades y vivir sin tener que consumir
drogas.

Al respecto concordamos con Rodríguez en que la
prevención no se hace en un día dado el
carácter sistemático que requiere para lograr sus
objetivos; y al considerar que prevenir no es solo informar si no
que: "la verdadera prevención es una labor educativa
permanente que comienza en la casa y continua en la
institución educativa"; y destaca que la prevención
en la Educación Superior, es de gran importancia y
trascendencia en el marco de la lucha contra el uso indebido de
drogas y las adicciones, de ahí la necesidad de establecer
programas de prevención amplios, eficaces y
técnicamente aplicables.

Para comprender las causas del consumo de drogas es
fundamental señalar que el ser humano vive en la
búsqueda constante de la satisfacción de sus
necesidades. La insatisfacción de una ó más
de ellas, puede predisponer al consumo de drogas y a la
separación de la familia, la escuela y la
sociedad.

En la literatura consultada se plantea que existen
múltiples causas por las cuales algunos jóvenes
consumen drogas, entre las que se señalan: deficientes
relaciones afectivas en la familia; ausencia ó inadecuada
comunicación con y entre padres, maestros y estudiantes;
deseo de escapar de la realidad; necesidad de aceptación o
presión del grupo de amigos; curiosidad y fácil
acceso a la droga; e insuficiencias en el proceso de
educación del hogar y centros educativos. Conocer estas
causas es importante para poder accionar con ellas y desarrollar
un mejor trabajo en la prevención.

Resulta oportuno comentar que no constituyen tareas
únicas en materia de prevención abordar
tópicos referentes a las drogas y sus efectos que buscan
crear una actitud de aversión frente las mismas; o
trabajar con un enfoque más integral al hacer
alusión a la calidad de las relaciones en la familia,
barrio, y escuela, que determinan o favorecen la aparición
del problema. No se puede creer que una charla, una
película o un ciclo de conferencias sean suficientes, si
no se atienden, en la práctica, las fallas en las
relaciones del hogar y la escuela, tales como: la ausencia del
diálogo, el irrespeto, el mal ejemplo, el maltrato;
además, si no se estimula la creatividad, el uso adecuado
del tiempo libre o la capacidad de los estudiantes para tomar
decisiones acertadas; y no se fomenta la autoestima. Estas
razones conllevan a que resulte débil e insuficiente el
esfuerzo de la información.

La prevención no se hace en un día, sino
adoptando una conducta cotidiana que facilite el crecimiento, en
un ambiente de seguridad para el desarrollo de la autoestima,
proceso en el cual constituyen las mejores herramientas el
afecto, el diálogo, la comprensión, las
oportunidades para la toma de decisiones con una real
participación[14]

Entendida la participación como el proceso
que abarca desde la definición del problema pasando por la
toma de decisiones y el ejercicio de acciones encaminadas a su
solución para promover salud.

Al respecto los autores Otero y Vasallo consideran que
"su práctica envuelve la satisfacción de
necesidades no menos básica, como la interacción
con otros hombres, la autoexpresión y el desarrollo del
pensamiento reflexivo", llegando a formular varias premisas para
que el proceso interventivo alcance los resultados esperados,
entre las que resaltan: partir de las motivaciones de los sujetos
implicados; poseer preparación especializada;
posibilidades reales del sujeto para desarrollar el acto
creativo; claridad de la estrategia a seguir según las
necesidades individuales y grupales; conocer bien el escenario de
participación[15]

Gómez Anoceto refiere que "en el caso del
disfrute de actividades, la participación o la
observación de estas pueden promover conversatorios,
talleres así como otras formas para el tratamiento
colectivo de los principales problemas que pueden estar afectando
al grupo[16]

El asesoramiento periódico sobre abuso de
sustancias puede contribuir considerablemente al compromiso y
participación de la comunidad en los programas de
prevención. Pero, es importante asegurarse de la idoneidad
de las fuentes. No todo el mundo está en condiciones
apropiadas para hacerlo, pues podría causar efectos
contrarios en el oyente, por lo que se recomienda prudencia al
tratar esta temática, si no se cuenta con elementos de
juicio científicos suficientes.

Se sugiere que en la educación preventiva deben
utilizarse metodologías alternativas en el abordaje de la
problemática de las drogas. La metodología
tradicional se muestra poco efectiva. Por ello, en
prevención se asume la horizontalidad como el eje del
dominio del proceso de ínter aprendizaje; y se sugiere la
utilización de una metodología activo participativa
de carácter no formal, de manera tal que en el proceso de
aprendizaje, el educador o capacitador, deja de ser un mero
transmisor de conocimientos al poner en práctica una
metodología dinámica, flexible y participativa, que
garantice una reflexión-acción .

Queda claro que, según lo planteado por
Rodríguez en la educación preventiva deben
utilizarse metodologías alternativas, en las que se evite
la relación vertical tradicional, donde se recibe
información sin dar espacio al debate. En este sentido,
las actividades alternativas constituyen la mejor forma de
realizar prevención.

Se denominan actividades alternativas aquellas que
permiten la satisfacción de las necesidades individuales y
grupales. Pueden ser recreativas, productivas, creativas y
formativas; y constituyen una forma de acercamiento entre las
personas.

Las actividades alternativas preventivas difieren de las
comunes, por que son planteadas por los estudiantes en un
ambiente democrático, sobre la base del análisis de
sus necesidades. La mayoría de las actividades que se
realizan en el ámbito educacional deben tener el
carácter de alternativas por su naturaleza esencialmente
formativa[17]

Las metodologías relacionadas con la
intervención comunitaria contienen varios de los elementos
considerados imprescindibles en la educación preventiva,
pudiendo funcionar como alternativas para el abordaje de la
problemática si tenemos en cuenta que contiene los
fundamentos que han sido expresados en párrafos anteriores
como necesarios para el trabajo preventivo sobre el consumo de
drogas y que a continuación
comentaremos[18]

1.4. Consideraciones sobre las alternativas
pedagógicas y autodesarrollo.

Asumir de manera constante procesos renovadores que
condicionen de manera favorable el desarrollo y la
educación de la personalidad solo es posible buscando
alternativas, que posibiliten prácticas pedagógicas
transformadoras. El análisis semántico del
término, apunta hacia un elemento común en las
definiciones registradas, en todos los casos la
alternativa es definida como una
opción[19]

Sierra las define como una opción entre dos o
más variantes con que cuenta el subsistema dirigente
(educador) para trabajar con el subsistema dirigido (educandos),
partiendo de las características, posibilidades de estos y
de su contexto de actuación[20]

Reflexiones en relación al tema evidencian
diferentes aristas del análisis de carácter
histórico, teórico conceptual y pedagógico.
Las precisiones históricas que aducen a la necesidad de
sistemas alternativos, centran la atención en la
aparición en los siglos XIX y XX de la
escolarización masiva, que conduce a que los sistemas de
enseñanza sean utilizados para formar hombres que
adolezcan de una actitud crítica y creativa. Ante esta
situación se produce la reacción de la
pedagogía crítica que aboga por sistemas educativos
de carácter democrático que posibiliten la
activación del aprendizaje y asuman las
características de los entornos en los que se
realizan[21]

En el orden teórico conceptual Gimez y Puiggri
definen las alternativas pedagógicas como una
categoría que abre posibilidades para recopilar una
variedad importante de eventos, que tienen en común
contener elementos que se distinguen del modelo educativo
dominante, posibilita construir los discursos pedagógicos
y poseen un carácter complejo, tanto desde el punto de
vista de los sujetos que las constituyen, como de los fundamentos
ideológicos y de sus componentes
pedagógicos[22]

Según García la visión
pedagógica de las alternativas, refleja a las mismas como
un proceso educativo diferente, que posibilita la
implicación de los diversos factores en la toma de
decisiones en el que la asamblea juega un lugar fundamental, el
aprendizaje tiene un carácter bidireccional, condiciona la
construcción y reconstrucción del conocimiento y el
papel activo de los alumnos en dicho proceso y el aprendizaje
significativo en el que las experiencias cotidianas y lo que se
aprende en la escuela constituyen una unidad.

Para esta autora las principales características
que identifican a las alternativas pedagógicas
están relacionadas al hecho de que son proyectos pensados
y puestos en práctica desde la base; en ellas se produce
la unidad de la teoría y la práctica; están
sustentadas en valores democráticos y de justicia social;
intervención de toda la comunidad educativa en la toma de
decisiones, como vía para la conciliación de
intereses individuales y colectivos; todas las personas
implicadas en el proceso de enseñanza aprendizaje asumen
responsabilidades; consideran las diferencias individuales y la
diversidad como fuente de riqueza y aprendizaje; los
conocimientos y habilidades de todos los participantes son
compartidos y enseñados, el aprendizaje es bidireccional;
el alumno mantiene una postura activa en el proceso de
enseñanza aprendizaje, reconstruyendo el conocimiento para
aprender de forma significativa; el profesor asume el rol de
facilitador del proceso; las metodologías empleadas en el
proceso de enseñanza aprendizaje son participativas; la
evaluación es formativa y
continua[23]

El análisis realizado de la literatura existente
indica que las alternativas pedagógicas constituyen una
vía que posibilita enfrentar el tratamiento de la
drogadicción en el ámbito universitario deportivo,
considerando como viables los principios fundamentales que las
sustentan asociados al carácter democrático,
activador y consensuado del aprendizaje. Sin embargo en el
diseño de una alternativa para labor preventiva de la
drogadicción, tendemos que el aprendizaje debe ser
pluridireccional dadas las interacciones que deben producirse
entre los miembros del grupo y el propio facilitador, las cuales
hacen posible que el proceso de enseñanza aprendizaje se
desarrolle con la reconstrucción del conocimiento desde
las propias bases de la comunidad a la que pertenecen.

El centro de la alternativa pedagógica que se
proponga para el enfrentamiento preventivo de la
drogadicción, debe lograr una proyección del
proceso en la que el facilitador logre la implicación del
grupo con la actividad que realiza, aprovechando las
posibilidades de los entornos en las que se desarrollan los
estudiantes atletas para lo cual deberá propiciar un clima
de participación que posibilite un aprendizaje
significativo.

Convenimos con Del Toro al asumir la alternativas como
una opción educativa sustentada en posiciones cosmovisivas
y pedagógicas, que buscan la transformación de la
realidad desde posiciones participativas y que revelan las
identidades de los entornos y sujetos hacia los que está
dirigida[24]

Por su parte el autodesarrollo, según
algunos autores se define como participar en la solución
de necesidades (individuales o colectivas) a través de
proyectos que impulsan la emancipación humana empleando
sus propias potencialidades.

El autodesarrollo comunitario no es solo transformar al
grupo, sino entender qué puede hacer el grupo por los
demás, requiriendo multiplicar lo logrado para que sea
sostenible. Requiere comprender el espacio comunitario, en este
caso, en nuestra Universidad y el de las mediaciones de lo
político, económico, ideológico y cultural
para el propio desarrollo comunitario. A partir de los criterios
más actualizados y la propia experiencia en la
aplicación, podemos plantear que: el autodesarrollo
constituye un enfoque viable en el proceso de
investigación transformación.

Esta metodología posibilita la búsqueda de
vías prácticas, colectivas, colaborativas y
participativas en torno al escenario de aplicación lo cual
permite:

… Acceder a la comprensión de los aspectos
conflictivos y contradictorios.

…Comprender la situación en la que los
participantes actúan, que frustran o favorecen el logro de
sus fines.

… Comprender que las autocomprensiones del
individuo están formadas por creencias que son producto de
las estructuras y relaciones sociales.

… Discernir entre interpretaciones
ideológicamente "distorsionadas" y las que no lo son, y
proveer a las personas de herramientas que les permitan hacerlo
de manera autónoma asumiendo ante esa realidad una actitud
crítica y transformadora.

… Incorporar los resultados de la
investigación a una práctica profesional que se
caracterice por un análisis autocrítico.

Estos cinco elementos planteados por Joaquín
Alonso y colaboradores del Centro de Estudios Comunitarios de la
Universidad Central Marta Abreu de las Villas, constituyen
proposiciones importantes a considerar posteriormente en el
análisis de los resultados del proceso
interventivo.

La utilización del grupo formativo como
instrumento para potenciar el autodesarrollo demuestra las
ventajas que poseen los grupos socio-psicológicos como
espacios ideales para la transformación personal-social;
confirma la tesis acerca del vínculo intrasubjetivo como
fundador del desarrollo de la personalidad y con ello la idea de
que lo intrapsíquico deviene de lo intersubjetivo en una
relación de mutuas influencias; pone exitosamente a prueba
una estrategia de educación para la emancipación y
el autodesarrollo sin esquemas ni recetas preconcebidas, centrada
en un proceso de participación, cuya esencia está
en la estimulación de la conciencia crítica de los
participantes, en el análisis de las contradicciones y la
búsqueda de alternativas y soluciones.

Se reconoce entonces el impacto del grupo formativo para
reforzar "la conciencia de los sujetos sobre los
procesos sociales, insta a la participación para el
desarrollo personal social, enfrenta al sujeto social a las
contradicciones de su vida cotidiana, posibilita la
adquisición de conocimientos, de destrezas intelectuales,
el desarrollo de habilidades de observación y de
análisis, transforma actitudes y comportamientos, a
través de un aprendizaje activo y la construcción
de un saber colectivo" [25]

El trabajo con el grupo formativo, a su vez, posibilita
el uso de las técnicas participativas, estas
nacieron de la práctica pedagógica no directiva y
se insertan como parte del proceso de la enseñanza basado
en los principios de la nueva educación. Constituyen
respuestas pedagógicas para resolver los problemas del
aprendizaje. No son toda la educación en si misma, sino
solo herramientas de apoyo. La técnica es el instrumento,
el estímulo que propicia la participación para la
generación de los conocimientos. No es el aprendizaje
mismo.

Como instrumento educativo, al igual que toda
herramienta, tienen sus características, sus alcances, sus
limitaciones y para utilizarlas, hay que conocerlas y saber
manejarlas. Recogen hechos, situaciones, contenidos, conceptos,
valores; reflejan la realidad en sus diversos aspectos y las
interpretaciones que sobre ella se tienen. Contienen, uno o
varios elementos que se comunican al grupo en forma de
códigos, estimuladores del análisis e
interpretación.

Este aspecto de la realidad, ese concepto que se quiere
manejar (enseñar), es "traducido" cuando se diseña
o aplica una técnica a un determinado código
(visual, audio-visual, auditivo, verticalista- sino "abierto",
provocador y generador de un proceso participativo de
"descodificación".

La "descodificación" realizada grupalmente,
encuentra, descubre, explica, analiza, valora, interpreta y
sintetiza el conocimiento o situación que se ha comunicado
mediante el código. Deben provocar cuestionamiento
mediante la reflexión de la realidad haciendo posible que
se visualice lo que en muchas ocasiones no se ve.

Cada técnica deberá ser aplicada de
acuerdo con el momento del proceso educativo en que sean viable
las mismas. Así, a cada momento programático, en
función del tema que se desarrolle, corresponderá
la aplicación de una o varias técnicas, para poder
alcanzar el objetivo previsto. La aplicación de
éstas depende de las características del grupo
relacionadas con el número, el sexo, la edad y procedencia
social; de las condiciones objetivas y materiales en que se
desarrolla el proceso, de los temas y sobre todo los objetivos
que se quieren alcanzar; así como el eje temático
que orienta y condiciona el uso de las
técnicas.

Del Toro plantea algunos elementos a tener en cuenta
para la correcta aplicación de las técnicas como:
el ordenamiento de hechos o situaciones normalmente vistas o
enseñadas en formas parcial, anárquicas,
desordenada; el desordenamiento o rompimiento de la lógica
de lo cotidiano; el uso de nuevos códigos en
relación al hecho o situación; el cambio de
código (oral en visual ó audio visual ó
viceversa); la exageración medida; el humor; la
ironía; el dramatismo: la sorpresa; y el vivir
situaciones, actuando, jugando roles, participando vivencialmente
en dinámicas activas[26]

Varios autores destacan otros aspectos a tener en cuenta
a la hora de aplicar las técnicas participativas
como:

  • 1. Se usan para que la gente participe; o para
    animar, desinhibir o integrar a los participantes, o para
    hacer más sencillos los contenidos.

  • 2. No son herramientas aisladas aplicables
    mecánicamente a cualquier circunstancia, contexto o
    grupo.

  • 3. Son herramientas educativas, abiertas a la
    reflexión y el análisis, sin cerrar
    dogmáticamente un tema para siempre.

  • 4. Recogen lo objetivo y subjetivo de la
    práctica o realidad en la que se mueve un grupo u
    organización, permitiendo la reflexión
    educativa de la misma.

  • 5. Deben tomar en cuenta la realidad cultural,
    e histórica de los grupos con que se trabaja, sus
    códigos de comunicación, sus tradiciones, sus
    valores, sus luchas, su
    lenguaje[27]

Resulta esencial para la presente investigación
definir el concepto de comunidad que será asumido
al designar como tal al colectivo estudiantil de la Universidad
de las Ciencias de la Cultura Física y el Deporte, por
constituir "el grupo que comparte espacio donde la
participación y cooperación de sus miembros
posibilitan la elección consciente de proyectos de
transformación dirigidos a la solución gradual y
progresivas de las contradicciones potenciadoras de su
autodesarrollo[28]

Partes: 1, 2, 3

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