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Efectos de la participación en actividades deportivas en el proceso de integración de hijos de inmigrantes




Enviado por Julio Cerezal Tamargo



Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Fundamentación
    teórica
  4. Hipótesis y
    metodología
  5. Resultados
  6. Conclusiones y
    recomendaciones
  7. Bibliografía
  8. Anexos

Resumen:

La inmigración extranjera en España ha
tenido un crecimiento acelerado en los últimos 20
años y actualmente los hijos de inmigrantes representan el
componente de crecimiento más rápido de la
población (Portes et. al., 2010). Por este motivo, es
importante desarrollar estudios que muestren su realidad y sirvan
de referencia para la creación de programas para su
integración en la sociedad receptora. La escuela ha sido
la forma principal de inclusión social de los hijos de
inmigrantes y el centro de atención de la
investigación sobre hijos de inmigrantes. No obstante, se
ha iniciado una línea de estudio que aborda el papel de
las actividades extraescolares en este colectivo (Burdsey, 2006;
Collins & Kay, 2003).

Basado en estudios anteriores realizados en
países con una mayor tradición inmigratoria,
así como en España, el objetivo general del
presente trabajo es analizar las experiencias de los hijos de
inmigrantes a partir de su participación en actividades
deportivas como una herramienta positiva para promover la
integración. Específicamente, estará
centrado en la población de jóvenes entre 12 y 14
años hijos de inmigrantes que llevan más de un
año practicando deportes en Bilbao. Los hijos de
inmigrantes se esfuerzan por adaptarse a un nuevo entorno, una
nueva escuela, y tienen la necesidad de hacer nuevas amistades
por lo que se ha querido abordar las formas en que se manifiesta
la acumulación de capital social y los cambios en la
construcción de la identidad en este proceso de
integración teniendo en cuenta la categoría de
género. Se trata de un estudio de caso llevado a cabo a
través de la observación participante y
entrevistas.

Palabras clave: hijos de inmigrantes,
integración, identidad, capital social

Introducción:

En los últimos años han aumentado los
estudios sobre migraciones por su importancia y de forma muy
particular aquellos que abordan la situación de las
familias migrantes (Bueno Abad

& Belda Ibañez, 2005; Dreby, 2007; Falicov,
2007; entre otros) es decir, los adultos y sus hijos e hijas. Si
ya el estudio de inmigrantes resulta complejo por su
rápido crecimiento, mucho más el relacionado con la
población de los hijos de estos inmigrantes que se
convierten en objeto de estudio obligatorio si se desea que
tengan una integración positiva. Más allá de
las políticas que se concretan en la escuela como
institución educativa y socializadora, se le debe prestar
atención también a otras actividades que salen de
los marcos de la escuela, este estudio específicamente se
centra en la participación en actividades deportivas como
un complemento efectivo para la integración de los hijos
de inmigrantes.

En España se han implementado políticas de
integración principalmente importadas de países con
una mayor tradición en la recepción de inmigrantes
(EEUU, Inglaterra, Francia, Holanda). Sin embargo, la realidad de
España tiene sus particularidades que la hace diferente
como son precisamente el hecho de no tener una tradición
de acogida de inmigrantes y presentar características
socio-económicas muy diferentes al resto de países
de referencia en temas de inmigración. Esto lleva a la
necesidad de estudiar soluciones para que se adopten
políticas de integración efectivas dirigidas a los
hijos de inmigrantes.

Es importante aclarar que cuando se hace referencia a
los hijos de inmigrantes se está hablando de los hijos de
aquellos que han inmigrado y han traído a sus hijos una
vez que se han establecido en la ciudad de acogida o cuyos hijos
ya han nacido en esta sociedad. En este trabajo no se hace
referencia a una "segunda generación" pues por un lado
este fenómeno en España es muy incipiente debido a
la corta historia de inmigración y por otro porque existe
el debate en algunos círculos sobre el carácter de
"etiquetaje discriminatorio" con el que se perpetua el estigma de
inmigrantes a lo largo de varias generaciones (Massot, 2003).
Sin

embargo, si es importante destacar que los hijos de
inmigrantes, actualmente representan el componente de crecimiento
más rápido de la población de España
y la gran mayoría de ellos se encuentran en
educación primaria y primeros años de la
educación secundaria (ESO) (Portes et. al.
2010).

Los hijos de padres inmigrantes, luchan por adaptarse a
la nueva escuela, a la nueva sociedad, deben empezar a hacer
nuevas amistades. Cada uno de ellos ha tenido una experiencia de
inmigración y familiar diferente y tienen que enfrentar
situaciones de adaptación que se suman a las
características particulares de la edad, pues se
encuentran en pleno desarrollo y en un proceso de creación
de su personalidad e identidad. También están
sujetos a diferencias de género que influyen en sus
procesos de integración (Suárez-Orozco &
Suárez Orozco, 2002). Sus vivencias, realidades y
construcciones de identidad en este momento de sus vidas van a
estar marcadas por el rol que desempeñen según su
sexo (Actis, Prada & Pereda, 2007).

Los inmigrantes adultos poseen una identidad solida que
traen de su país de origen y a la que le añaden
aspectos de la nueva sociedad (Portes et. al., 2010). Sin
embargo, sus hijos se educan en un entorno diferente y se
encuentran en medio de dos realidades, la del país de
acogida presente en todas las ramas de la sociedad y la del
país de origen de los padres presente en el hogar y las
redes sociales en las que participan. Ellos se encuentran en un
punto intermedio entre la cultura de origen de sus padres y la
del país de acogida y suelen caer en un estado de
«no lugar», es decir, ni de aquí, ni de
allí (Hadj Handri, 2008) por lo que su identidad
constantemente se encuentra mutando. Es por eso que las formas en
que ellos se auto identifican puede jugar un papel decisivo en su
futuro (Rumbaut, 2005).

En cuanto a la escolarización, se ha demostrado
que los hijos de inmigrantes pueden progresar educativamente o
fracasar. Los estudios sobre asimilación segmentada dan
cuenta de ello y muestran tres factores que pueden determinar los
logros o fracasos. El capital humano de los

padres inmigrantes, la composición de la familia
y el contexto en el que son recibidos en la sociedad de acogida
(Portes & Fernandez-Kelly, 2008). De este último
factor se infiere que la sociedad receptora puede crear un marco
propicio para ayudar en la inserción social a los hijos de
los inmigrantes. Este marco puede incluir estructuras que
complementen la labor de la escuela a través de
actividades extraescolares y se ha demostrado que el deporte es
una herramienta integradora muy eficaz (Burdsey, 2006; Kennet et.
al., 2006).

Por este motivo, los partidos políticos han
adoptado políticas que empiezan a incluir el deporte como
una herramienta para que los nuevos ciudadanos se puedan integrar
favorablemente a las sociedades receptoras (Kennet et al, 2006).
En edad escolar, el deporte es una parte fundamental en la vida
de niños y jóvenes y en el caso específico
de la infancia inmigrante también puede ser un puente que
ayude en su integración social al influir en la
acumulación de capital social así como en su
proceso de construcción de identidades.

A tenor de lo anterior, se formula el siguiente problema
de investigación:

¿En qué aspectos puede favorecer la
participación en actividades deportivas a la
integración de hijos de inmigrantes en las comunidades de
acogida?

El objetivo fundamental de esta investigación de
carácter cualitativo, del tipo descriptivo- exploratorio
es ofrecer un estudio donde se analicen las experiencias de los
hijos de inmigrantes a partir de su participación en
actividades deportivas como una herramienta positiva para
promover la integración en las comunidades de acogida.
Para llevar a cabo este estudio se ha visitado una
asociación que trabaja el deporte con hijos de inmigrantes
y se ha asistido a actividades deportivas donde han participado
hijos de inmigrantes con sus respectivos equipos. Se realizaron
observaciones participantes y entrevistas a profundidad para
explorar hasta qué punto la participación en
actividades deportivas a ayudado a la
integración

de los hijos de inmigrantes abordando temas sobre
capital social, componentes de la identidad y los beneficios de
la práctica deportiva. Este estudio también
será una contribución al conocimiento del deporte
como herramienta de integración de hijos de inmigrantes y
aportará elementos que ayuden a crear políticas de
integración que incluyan al deporte para el logro de estos
propósitos.

El trabajo se compone de una primera parte,
"fundamentación teórica", donde se hace un
recorrido por los principales conceptos a los que se hace
referencia, y se comentan estudios anteriores que han abordado
los temas de integración, las características de la
infancia inmigrante y el uso del deporte como herramienta de
integración. En el siguiente apartado se presenta el
diseño metodológico del trabajo y posteriormente se
muestran los resultados obtenidos a partir de los datos
analizados. Para finalizar, se dan las conclusiones y se hacen
recomendaciones para futuros temas de investigación e
ideas para mejorar la integración a partir del uso del
deporte. La bibliografía utilizada se ha extraído
principalmente de las bibliotecas de las universidades de Deusto
y Princeton y de sus bases de datos electrónicas,
especialmente Ebscohost. También se aportan anexos de los
instrumentos utilizados para la recogida de datos y
análisis de contenidos.

Capítulo 1.

Fundamentación
teórica

1.1. Procesos migratorios, modos de recepción
y exclusión social

Los movimientos migratorios han sido una realidad a
través de la historia de la humanidad y en los
últimos años han pasado a ocupar un papel
fundamental en las agendas políticas debido a la cantidad
de flujos y la nueva naturaleza de las mismas. Los movimientos de
migrantes por todo el planeta están regidos principalmente
por la influencia de las redes sociales que conectan a las
personas de los países de origen con las del
destino, facilitando su inserción social y laboral
en la nueva sociedad y reduciendo los costos y riesgos del
proceso. Estas redes se componen de migrantes, antiguos migrantes
y no migrantes con vínculos familiares,

de amistad o comunidad de origen compartida y
desarrollan una flexibilidad tal que pueden apoyar la continuidad
de la migración, incluso cuando ya no existen las
motivaciones originales (Portes & Böröcz,
1989).

Los estados han buscado mecanismos para blindar las
fronteras y han creado políticas que no reducen los flujos
migratorios, sino que los obstaculizan y dificultan tanto la
entrada como la integración de los inmigrantes.
Según Castles (2006)1, estas políticas migratorias
fracasan porque se basan en puntos de vista estrechos y a corto
plazo, sin tener en cuenta la totalidad del proceso migratorio,
desde el movimiento inicial hasta el surgimiento de las nuevas
generaciones en el país receptor.

La posición de los gobiernos hacia la
inmigración, la percepción de los nativos y el
papel de las comunidades étnicas de los países
receptores crean contextos de recepción para los nuevos
inmigrantes que, según su naturaleza, pueden ver en
situación de riesgo o en posición ventajosa sus
aspiraciones y proyectos. Portes y Böröcz (1989)2
identifican entre otros posibles contextos de recepción,
tres que son los más ilustrativos. Los de poca
receptividad en los que el gobierno, así como los
empleadores, muestran actitudes negativas hacia los nuevos
inmigrantes, lo que va acompañado de un prejuicio
generalizado entre la población nativa. Los contextos
neutrales, donde se permite la inmigración pero no se
fomenta y no existen estereotipos fuertes en relación con
las características de los inmigrantes. El tercer caso es
el de los contextos favorables en los que los inmigrantes reciben
ayuda legal y material del gobierno del país receptor y
cuentan con una percepción pública positiva. Para
insertarse en la

sociedad receptora, los inmigrantes adoptan modos de
incorporación que están influenciados

por la política gubernamental del país
receptor así como las percepciones públicas de las
diferentes nacionalidades (Portes & MacLeod,
1999).

España posee la particularidad de que hasta
principios de los años 90 era emisor de emigrantes y en
las últimas dos décadas el contexto ha cambiado
completamente y actualmente es un país con un alto volumen
de inmigrantes. Se reconoce que las principales motivaciones de
los inmigrantes han sido el acceso al empleo y la
reunificación familiar (Vicente, 2006). Por tanto, la
incorporación de los jóvenes que entran por
reunificación familiar, así como los que nacen en
España, se convierte en un tema de interés para ser
investigado.

El contexto que encuentran los inmigrantes en el
País Vasco es variable pues esta es una zona que se puede
calificar como de baja densidad de inmigrantes comparada con
España como estado y con otras Comunidades
Autónomas. Hace alrededor de nueve años, la
población extranjera dominante era la proveniente de
Europa, y en la actualidad es la población de origen
latinoamericano la que prevalece (Blanco, 2008). En el cuarto
barómetro (junio 2010) realizado por Ikuspegi para conocer
las percepciones y actitudes hacia la inmigración
extranjera vemos datos muy positivos como que los vascos no viven
la inmigración como un problema, las relaciones de la
población autóctona con los inmigrantes no ha
cambiado y creen que la población extranjera debe tener
acceso a servicios de asistencia sanitaria y educación al
igual que los autóctonos. Sin embargo, la opinión
se muestra dividida en cuanto a la riqueza cultural que aporta la
inmigración y en gran medida apuestan por que las personas
inmigrantes se esfuercen por adoptar las costumbres y tradiciones
de los nativos. Lo más preocupante es que la
población vasca mantiene prototipos contra los inmigrantes
con el pensamiento de que su presencia genera inseguridad y
delincuencia.

Este tipo de percepciones está relacionado con la
realidad de que los inmigrantes, a su llegada a un nuevo entorno,
se ven en riesgo de exclusión social, concepto en
constante debate en la

actualidad. Una definición muy aceptada y
coherente para los objetivos de este trabajo es la que se refiere
a la negativa al acceso a ciertos derechos, recursos o
privilegios normalmente vistos como parte de la membrecía
a una sociedad, o lo que es lo mismo, la situación en la
que una persona o grupo puede sufrir diferentes tipos de
desventajas en varios sectores de la sociedad (Castles et. al.
2002). En el caso de los jóvenes, el contexto social con
el que interactúan en la sociedad receptora tiene gran
influencia en su desarrollo (Portes & Fernández-Kelly,
2008). Ellos tienen derechos, fundamentalmente a la
educación, lo que constituye un reto para las principales
instituciones sociales, especialmente el sistema educativo
(Santibañez & Maiztegui, 2006).

Para lograr una adecuada convivencia social se hace
imprescindible que los actores sociales y políticos
impulsen procesos que combatan los efectos de la exclusión
social y eviten que los nuevos inmigrantes se vean condenados a
la marginalidad. Las medidas o iniciativas que se puedan aplicar
deben estar apoyadas en estudios de este tipo que indiquen los
instrumentos más eficaces para lograr la
integración como "concepto espejo" (Penninx &
Martiniello, 2006) a la exclusión social. Mientras que los
estudios contemporáneos sobre migraciones en los Estados
Unidos, se centran en los conceptos de asimilación para
referirse a la forma en que los inmigrantes se incorporan a la
sociedad de acogida y hacen frente a la exclusión, en
Europa es más común hablar de integración
(Schneider & Crul, 2010).

Teniendo en cuenta que la participación y la
pertenencia de los hijos de inmigrantes en las ciudades Europeas
dependen en gran medida del contexto de integración (Crul
& Schneider,

2010), se hace necesario conocer no solo la realidad del
lugar de acogida sino también la voluntad política
existente para descubrir las mejores vías para integrar a
los nuevos inmigrantes y sus hijos. En este sentido, se reconoce
que la integración es el proceso a través del cual
las personas que son relativamente nuevas en un país se
convierten en una parte aceptada de la sociedad (Penninx &
Martiniello, 2006; Rudiger & Spencer, 2003). Este
proceso

debe ser bidireccional, es decir, no solo el inmigrante
debe hacer algunos cambios en cuanto a valores culturales y
costumbres para ser aceptado, sino que también la sociedad
deberá adaptarse a ellos. La integración es un
proceso que va en dos direcciones pues requiere la
motivación de los inmigrantes y las oportunidades que les
proporciona la sociedad de acogida, o dicho de otra forma, la
integración requiere la adaptación por parte de los
recién llegados, pero también de la sociedad
receptora (Castles et. al. 2002). En la práctica, muchas
veces los inmigrantes se sienten poco interesados a participar en
la sociedad y a las instituciones de la sociedad de acogida les
cuesta proporcionar oportunidades que los atraigan. Incluso
cuando las posiciones oficiales tienen un lenguaje positivo hacia
la integración, las prácticas a nivel de
interacciones contradicen estas políticas (Schneider &
Crul, 2010; Spencer, 2006).

Los inmigrantes se enfrentan a un gran número de
barreras para la integración que incluyen restricciones
asociadas a su estatus migratorio, actitudes públicas
hostiles y discriminación (Spencer, 2006). En el caso de
Europa, a diferencia de Estados Unidos, los enclaves
étnicos o el éxito económico dentro de una
comunidad étnica no se valoran de forma positiva como un
posible camino hacia la integración (Schneider & Crul,
2010), lo que puede significar otra barrera al bloquear una de
las opciones de los inmigrantes para insertarse y escalar
económicamente en la sociedad. Estas barreras no se
limitan a los inmigrantes adultos, sino que también sus
hijos deben superar algunas como son hacer nuevas amistades,
aprender nuevos patrones culturales en ciertos casos hasta el
aprendizaje de una nueva lengua.

1.2. Infancia inmigrante e
integración

El aumento de la población extranjera en
España se ha visto también reflejado en las aulas
con la incorporación de los hijos de los inmigrantes. Esta
situación ha sido analizada en trabajos recientes sobre
gestión de la diversidad cultural en las escuelas y las
experiencias de los métodos de incorporación
puestos en práctica en España (Aguado, 2003;
Terrén, 2004). Los hijos de inmigrantes tienen diferentes
historias migratorias, algunos ni siquiera han tenido
que

abandonar un hogar anterior pues ya han nacido en la
sociedad de acogida, aunque conocen la experiencia migratoria por
sus padres, y otros han vivido situaciones de familias
transnacionales muy variadas.

A esta realidad se le suman las características
de la edad pues se encuentran en un momento de desarrollo
físico y psíquico y en un proceso de
construcción de su personalidad e identidad.
Además, se encuentran sujetos a diferencias de
género que, unido a todo lo anterior influye en su proceso
de integración (Suárez-Orozco &
Suárez-Orozco, 2002). Si para los padres la
integración es difícil, para los hijos lo es mucho
más. Una de las principales preocupaciones relacionadas
con la integración de los hijos de inmigrantes es la
sensación difusa que existe de que cuando estos se
emancipan de sus padres, no se integran positivamente en la
sociedad de acogida (Aparicio & Tornos, 2006) y se quedan
atrapados en los niveles más bajos y precarios de empleo,
lo que dificulta su ascenso social. Por eso, se hace necesario un
trabajo consciente desde la edad escolar para facilitar el camino
hacia la entrada en el mundo laboral con las mismas posibilidades
que cualquier persona.

Para que estos hijos de inmigrantes puedan tener una
participación plena en la sociedad y contribuyan al
progreso de la misma es necesario ayudarlos a construir un
sentido de pertenencia y aportarles las herramientas necesarias
para que desarrollen un compromiso cívico dentro de la
sociedad donde residen. El trabajo que se haga desde la escuela
es de una importancia vital para que creen un sentido de
identificación nacional, sin embargo la base principal
para el desarrollo de ciudadanos activos lo aporta el compromiso
y la participación cívica (El-Haj, 2007). En esto
tiene un gran peso las actividades extra-curriculares que
demanden la participación activa de los hijos de
inmigrantes.

El trabajo con los adolescentes tiene que ser cuidadoso
si se desea obtener resultados positivos pues se encuentran
viviendo uno de los períodos de mayor vulnerabilidad en la
etapa

de desarrollo debido a la multiplicidad de cambios a los
que se enfrentan. Los adolescentes además de estar en
medio de un desarrollo físico, experimentan cambios en la
calidad de las relaciones cercanas, especialmente con los amigos,
que son más intensas en esta etapa de la vida. Esto les
posibilita negociar espacios y obtener apoyos y habilidades
sociales que le permitirán establecer y mantener
relaciones interpersonales (Reboredo, 2009).

Los jóvenes tienen necesidad de pertenecer a un
lugar, de ser valorados por sus actitudes y aptitudes personales
y tener objetivos y aspiraciones, lo que refleja procesos de
desarrollo de la identidad (Swanson et. al., 1999). Aunque los
estudios sobre identidad hacen referencia a diferentes tipos como
son la social o la étnica, este estudio se va a centrar en
la identidad cultural como aquello que cohesiona y diferencia al
ser humano como miembro de un grupo, y lo que le otorga eficacia
en la consecución de objetivos del grupo al que pertenece.
Al unir la definición de identidad con la de cultura se
están incluyendo las costumbres, creencias, actitudes,
símbolos, lenguaje, signos, espacios y territorios que los
individuos, como miembros de un grupo o comunidad, entienden como
propios, compartiendo un sentido común de identidad
(Reboredo, 2009).

Los hijos de inmigrantes sienten la presión de
los padres para que adopten las identidades culturales del origen
y que se integren a la sociedad de acogida. Esta es la
razón principal por la que construyen sentimientos de
pertenencia a dos o más grupos. Según su
trayectoria migratoria, o la de sus padres, asumen el modelo de
pertenencia doble o bietnicidad o el de múltiple
pertenencia (Massot, 2003) como elemento de su personalidad.
Aquellos catalogados como portadores de una bietnicidad tienen un
claro sentimiento de pertenencia a dos lugares y han desarrollado
competencias que les permiten participar efectivamente tanto en
su grupo étnico como en el mayoritario. Por su parte, los
que poseen una pertenencia múltiple, admiten sentimientos
de pertenencia más amplios, reconocen que su identidad
cultural es el resultado de los diferentes lugares donde ha
vivido y se pueden desenvolver mínimamente en
cualquiera

de los ambientes culturales de los diferentes grupos. El
hecho de tener sentimientos de pertenencia a diversos grupos les
da la habilidad de cambiar de forma de actuar entre una cultura y
otra, lo que les puede proporcionar ciertas ventajas. Pueden
reconocer diferencias existentes entre ambas culturas e intentar
aprovechar lo mejor de cada una a su favor, en palabras de Massot
(2003) "La adaptabilidad cultural es una habilidad de
supervivencia."

Ellos poseen la característica de tener que
desarrollar su identidad étnico-cultural entre dos mundos
(Massot, 2003), se encuentran en un punto medio entre la cultura
del país de origen de sus padres y la del país de
acogida. Se ven atrapados en una especie de no-lugar, o lo que es
lo mismo, ni de aquí ni de allí por lo que sus
identidades se encuentran en constante transformación
(Burdsey, 2006; Hadj Handri, 2008). La diferencia con los padres
es que ellos traen una identidad sólida del país de
origen al cual esperan regresar y solo adquieren algunos rasgos
de la sociedad de acogida. En cambio, los hijos de los
inmigrantes se crían en el entorno del país de
acogida y generalmente su deseo es hacer su vida en este lugar
(Portes et. al., 2010). La construcción de identidades
está marcada por dinámicas locales y globales
(Burdsey, 2006), al negociar espacios en medio de dos culturas,
los jóvenes dan muestras de apego doble, tanto a la
cultura de origen de sus padres como a la que están
insertados (Mansouri, 2009). Sus relaciones con la familia, la
escuela, los grupos de amigos y otros espacios sociales van a
marcar sus procesos de formación de identidad de una forma
dinámica y fluida.

Los jóvenes de origen extranjero perciben de su
entorno lo que la sociedad espera de ellos, lo que les lleva a
hacer adecuaciones en la configuración de la identidad.
Algunos optan por una asimilación total y una
identificación completa con la cultura de la sociedad
receptora, otros adoptan una identidad completamente opuesta
(Suárez-Orozco & Suárez Orozco, 2002) y otros
crean una identidad híbrida entre las dos culturas. La
teoría de la asimilación segmentada presentada por
Portes y Rumbaut (2006) nos acerca al concepto de la
aculturación selectiva en

la que los hijos de inmigrantes combinan el aprendizaje
del idioma y la cultura del país de acogida, a la vez que
preservan los principales elementos de la cultura de los padres
bajo una férrea autoridad parental y disciplina familiar.
El CILS3, realizado en varias ciudades norteamericanas ha
mostrado que este fenómeno está asociado con un
aprovechamiento escolar positivo, alto grado de aspiraciones
educativas, autoestima alta y menos conflictos
intergeneracionales. Este dato puede resultar muy útil
para analizar la mejor forma en que los jóvenes pueden
negociar su identidad para lograr una mejor integración a
la sociedad.

Partiendo del reconocimiento de la educación como
una herramienta poderosa en el proceso de integración
(Rudiger & Spencer, 2003), esta investigación pretende
reforzar la identificación de otras herramientas
complementarias para ayudar a la integración de los hijos
de inmigrantes. El contexto en que son recibidos los hijos de
inmigrantes en la sociedad receptora es uno de los factores que
puede incidir en sus logros o fracasos (Portes &
Fernandez-Kelly,

2008). Otros factores como el capital humano de los
padres y la composición familiar también son
importantes, pero en este estudio se defiende que la sociedad
receptora puede crear un marco propicio para ayudar en la
integración de los hijos de inmigrantes y eso no solo debe
limitarse a la escuela sino que también se pueden crear
estructuras que les permitan insertarse en la sociedad y
participar activamente en beneficio de la misma y propio. Si bien
crear políticas educativas es un factor de vital
importancia por ser la escuela el principal medio de
inserción de los hijos de inmigrantes, no se debe devaluar
el papel que pueden jugar las actividades extracurriculares y
extraescolares (Broh, 2002).

Asimismo, las personas que rodean a los hijos de
inmigrantes juegan un papel muy importante en su proceso de
integración, principalmente la familia. La ayuda debe
llegar de diferentes

formas y varios autores (Portes &
Fernández-Kelly, 2008; Suárez-Orozco, Pimentel
& Martin,

2009) confieren gran importancia a la presencia del otro
significativo4 (significant other) o relaciones significativas.
El otro significativo puede ser alguna persona cercana, ya sea un
amigo de la familia, un maestro e incluso un hermano mayor que se
preocupe por el chico(a), le motive, se interese por el (ella) y
que además posea el conocimiento, la experiencia y los
medios necesarios para guiarlos positivamente. También se
le da gran importancia a los programas organizados por
asociaciones para ayudar a menores en situación de
desventaja. Estos agentes, en colaboración con la escuela
y la familia pueden producir beneficios para los hijos de
inmigrantes (Santibáñez & Maiztegui, 2006). La
participación en actividades deportivas puede ser una
vía para que los hijos de inmigrantes asistan a programas
asociativos y una posibilidad de llegar a conocer a algún
otro significativo que les ayude en su inserción
social.

1.3. Deporte como herramienta de integración
social para hijos de inmigrantes.

Para los hijos de los inmigrantes, la principal fuente
de integración es la escuela (Spencer,

2006) precisamente porque es el lugar donde más
tiempo pasan cuando están fuera del hogar. Sin embargo,
las relaciones que se establecen en el medio escolar pueden
resultar impuestas y no trascender fuera de este espacio
(Santibáñez & Maiztegui, 2006) por lo que se
hace necesario explorar otras vías complementarias que
ayuden en este proceso y la apuesta en esta investigación
es el deporte como una actividad extraescolar muy positiva que
además de potenciar el crecimiento de las redes de
amistad, puede incluso ayudar a mejorar los resultados
académicos más que cualquier otra actividad
extracurricular y está asociado con la reducción de
abandono escolar (Broh, 2002). Además de sus beneficios
físicos, también tiene el potencial de incluir a
grupos marginales como los recién llegados y les ofrece la
oportunidad de ejercer el derecho de participar en la sociedad de
forma libre, derecho que muchas veces las burocracias

no facilitan (Kennet et al., 2006).

En España, a diferencia de otros países
con más tradición inmigratoria como Inglaterra o
Estados Unidos, no son muchos los estudios que recogen las
bondades del deporte y su papel en la integración de
inmigrantes, y de los pocos que existen, la mayoría
están enfocados hacia los inmigrantes adultos
(García Ferrando, 2006; Kennett et. al., 2006; Moral
Moreno et. al.,

2006). Un trabajo importante en este campo, aunque no
está centrado específicamente en los hijos de
inmigrantes, es la investigación realizada en el Centre
d"Estudis Olimpics de la Universidad Autónoma de
Barcelona5 donde se analiza el papel del deporte en el proceso de
integración de inmigrantes, se examinan las
políticas deportivas y sociales que promueven el deporte
como vehículo de integración y se hace referencia
al uso de los espacios urbanos. Por lo tanto, se requiere el
desarrollo de estudios que exploren el papel del deporte en la
integración de hijos de inmigrantes.

El reconocimiento del deporte como estrategia de
integración en España ya ha sido recogido en el
Plan Estratégico de Ciudadanía e Integración
2007-2010 (PECI) en el que se exponen otras acciones
complementarias que pueden favorecer la integración de la
población inmigrante. Dentro de las acciones no
curriculares, este documento destaca el deporte como facilitador
de "un ambiente especialmente propicio para el desarrollo de
programas de integración…puesto que el papel del
mismo como vehículo de conocimiento mutuo, como generador
de espíritu de equipo y como escuela de valores es una
realidad contrastada en la vida ordinaria
" y exhorta al
aprovechamiento de esta virtualidad del deporte. Este Plan
está en correspondencia con los estatutos del Libro Blanco
Sobre el Deporte6 que destaca que el deporte ofrece atractivas
oportunidades para la participación de los jóvenes
en la sociedad, es beneficioso para apartarlos de la
delincuencia, y puede facilitar la integración de los
inmigrantes

en la sociedad al fomentar el sentimiento compartido de
pertenencia y participación.

La dimensión integradora del deporte
también aparece plasmado en la Ley 19/2007 de 11 de julio
contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia
en el deporte donde se expresa que "… el deporte es un
lenguaje universal que se entiende en todos los idiomas, por eso
constituye en sociedades multiétnicas un poderoso factor
de integración intercultural, que favorece el desarrollo
de identidades múltiples e incluyentes, que refuerzan la
cohesión y la convivencia social de sociedades pluralistas
y complejas…"
Además, en su artículo 16 se
exhorta a la eliminación de obstáculos que impidan
la igualdad de condiciones para la práctica deportiva de
inmigrantes.

La Comunidad Autónoma del País Vasco,
también está apostando por actividades
extracurriculares con fines de integración. En el II Plan
Vasco de Inmigración para 2007-20097, aunque no se recoge
específicamente el papel del deporte, si se divisa una
apuesta fuerte por la integración. No obstante, en la CAPV
ya se han publicado documentos que apuntan hacia el uso del
deporte para la integración de inmigrantes. Recientemente
Ikuspegi ha sacado la Guía para la orientación a la
práctica físico-deportiva de la población
adulta de origen extranjero en Gipuzkoa traducida a 7 idiomas
además del Euskera y Castellano. También resulta
muy interesante el libro "25 razones para practicar deporte",
editado en Euskera y Castellano y dirigido tanto a adultos como a
niños y jóvenes. En el mismo se exponen las razones
principales que motivan a la práctica de deportes y sus
principales beneficios psicológicos, sociales y para la
salud. Es importante destacar que entre los beneficios sociales
que presenta está la integración de los
inmigrantes.

El uso del deporte para insertarse en una nueva sociedad
no es una idea nueva ni es resultado de recientes procesos
migratorios. De forma natural ya este proceso ha estado presente
anteriormente en diferentes entornos. Por ejemplo, en
Pakistán, el críquet ha jugado un papel

trascendental en la unión de la gente procedente
de distintas provincias y en la construcción de una
identidad nacional (Kennett et. al., 2006). Por otro lado, en el
libro "The American Game, Baseball and Ethnicity"
(Baldassaro-Johnson, 2002) se ha recogido el papel del
béisbol en la integración de las diferentes etnias
y grupos desfavorecidos desde finales del siglo XIX en Estados
Unidos. En el prólogo, se destaca que inmigrantes y
miembros de grupos étnicos se acercaron a este deporte
que:

para algunos fue una forma de salir de los guetos, para
otros fue una diversión en medio de una existencia tan
difícil y para muchos el deporte les proporcionó
una medida de aceptación…

Alan (Bud) Selig. Comisario de las Ligas
Mayores

En España, el deporte tradicionalmente se ha
considerado una actividad más apropiada para hombres y
existen estereotipos negativos y falta de igualdad hacia las
mujeres. Estas diferencias de género están
más motivadas por cuestiones culturales que por razones
biológicas. Sin embargo, existen otros factores que
afectan en la participación en prácticas deportivas
como son la edad y la clase social. (García Ferrando,
2006).

En la adolescencia y la juventud temprana también
existen diferencias según el género que pueden
verse reflejadas en el acceso a la participación en el
deporte. Las hijas de inmigrantes por lo general se encuentran
bajo un control más estricto de los padres y tienen
más responsabilidades en el hogar que los hijos
(Suáres Orozco & Suárez Orozco, 2002). Esto
hace que las chicas tengan menos libertad que los chicos y vean
su acceso a las actividades deportivas más restringidas
pues tienen menos tiempo libre. Ya en estudios anteriores
(Broh

2002), se ha demostrado que la cantidad de chicos que
participan en actividades deportivas es mucho mayor que el de
chicas.

En este sentido, los motivos de atracción hacia
el deporte en ambos sexos pueden ser diferentes. En el caso de
los adultos, según Sagarzazu (2009) la motivación
de los hombres

tiene que ver con la diversión, entretenimiento,
estar con amigos, mientras que en las mujeres el atractivo
está más basado en el mantenimiento de la forma
física y la relajación. Una de las pretensiones de
esta investigación es comprobar si esto se cumple
también en el caso de las hijas de inmigrantes, que si
bien tienen más responsabilidades que sus pares
masculinos, también es cierto que no son tantas como las
de mujeres adultas y su participación en el deporte
también puede estar motivada por razones sociales y de
entretenimiento.

Según Broh (2002), la participación en
actividades deportivas también está asociada al
aumento de la autoestima en los jóvenes. Este dato es
significativo pues Portes et. al. (2010) afirman que existe un
consenso en la literatura sobre hijos de inmigrantes de que la
discriminación y los estereotipos raciales son una amenaza
para la autoestima a la vez que se ha reportado que entre las
chicas los niveles de autoestima son más bajos. Para los
hijos de inmigrantes es importante contar con niveles altos de
autoestima pues estos se encuentran asociados a resultados
académicos positivos, así como con altas
aspiraciones y expectativas. Por lo tanto, la
participación en actividades que puedan aumentar el nivel
de autoestima es una ventaja para los hijos de
inmigrantes.

Varios autores (Broh 2002; Kennet et. al. 2006) perciben
el deporte como una fuente de capital social pues genera
importantes relaciones a nivel individual y grupal y dan acceso a
espacios públicos. Teniendo en cuenta el interés
que para esta investigación supone la acumulación
de capital social, resulta importante remitirse a Bordieu
(1986)8, quien lo define como "La suma de recursos
potenciales o reales que están conectados a la
posesión de una red duradera de relaciones más o
menos institucionalizadas de conocimiento y reconocimiento
mutuo
". También

reconoce que el volumen del capital social que posee un
agente depende del tamaño de las conexiones de red que
pueda movilizar de forma efectiva y del volumen de capital
(económico, cultural o simbólico) que posee a su
favor cada uno de aquellos a los que está
conectado.

El interés en el capital social es por lo tanto
esencial para determinar la integración de los inmigrantes
en la sociedad vasca, analizando las redes a las que se encuentra
asociada cada persona y la influencia o ganancias que esta le
brinda. El capital social está al alcance de todos lo que
lo convierte, teóricamente, en uno de los medios por los
que las clases sociales pueden hacer frente a las elites (Portes,
2010), o lo que es lo mismo, es un medio por el que los
inmigrantes pueden acceder a recursos y hacer frente a las
dificultades que le impone la sociedad receptora.

Un aspecto importante a tener en cuenta es el tipo de
relaciones que se dan a partir de la participación en la
práctica deportiva. Es necesario saber si es capaz de
crear para los hijos de inmigrantes un ambiente donde se aumente
el capital social "puente" o inclusivo (bridging social capital)
que es el que relaciona a personas que de alguna forma son
distintas o si por el contrario promueve el capital social
"vínculo" o exclusivo (bonding social capital) que es el
que relaciona a personas que de alguna forma son iguales pero las
separa de las que son distintas (Zubero, 2010; Putnam,
2007).

Los deportes también tienen otras ventajas para
la sociedad actual y en particular para los hijos de inmigrantes.
Si es bien utilizado, puede servir para prevenir la violencia y
la delincuencia en jóvenes (Collins-Kay, 2003). Puede
elevar la autoestima, transmitir valores educativos, reforzar la
identidad personal y da la posibilidad de conocer y comunicarse
con gentes nuevas (Sagarzazu, 2009). En algunos entornos,
incluso, puede ayudar al aprendizaje de un idioma, como en el
caso de Cataluña que la participación en
actividades deportivas ha ayudado a colectivos de inmigrantes al
aprendizaje y práctica del catalán (Kennett et.
al., 2006).

También el deporte puede ayudar a establecer
puentes entre los países de origen y las sociedades
receptoras a través de la práctica de deportes
autóctonos de los inmigrantes, como es el caso del
críquet en Inglaterra (Burdsey, 2006) o los deportes
gaélicos en Barcelona (Kennett et. al., 2006). La
práctica de estos deportes ayuda a los inmigrantes en la
formación de su identidad y permite que los nativos entren
en contacto con las culturas de sus "nuevos" vecinos. Teniendo en
cuenta que en la CAPV existe un alto porcentaje de inmigrantes
latinoamericanos, un deporte que puede ayudar a la
integración es el béisbol que se practica con mucho
éxito en gran parte de los países de esta zona
geográfica.

El deporte actúa fuertemente en la
construcción de identidades que en los hijos de
inmigrantes son generalmente híbridas. Burdsey (2006)
argumenta la atracción que sienten los Británicos-
Asiáticos hacia el fútbol como británicos y
al mismo tiempo el apoyo que dan a los equipos de críquet
del sub-continente indio y en este fenómeno se ven
manifestadas sus tradiciones culturales y su pertenencia a
Inglaterra, así como sus conexiones imaginarias con el
país de origen propio o el de sus padres.

Aunque también se debe tener mucho cuidado a la
hora de implementar cualquier política o proyecto
deportivo, porque se puede obtener el efecto contrario y producir
segregación o exclusión social. La
composición de los equipos puede resultar
problemática si se insiste en resaltar el "nosotros" y el
"ellos", y la rivalidad de las comunidades étnicas puede
verse aumentada por un mal diseño de la composición
deportiva (Henry, 2005).

Partes: 1, 2

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