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Arte, arquitectura y diseño de interiores de la Belle Époque Argentina




Enviado por Federico Anderson



    1 –
    Introducción y fundamentación escrita del
    área temática de interés:

    La importancia de esta trabajo radica en que, dentro de
    la casa u hogar, donde habitamos domésticamente, se
    encuentran los distintos ambientes (cocina, comedor, living,
    dormitorios, baño y otros ambientes); siendo espacios
    donde depositamos nuestra «cultura material
    doméstica» con sus artefactos, utensilios,
    productos, muebles y electrodomésticos entre otros objetos
    privados. Donde el estudio contextual (ambientado) de tales
    artefactos, utensilios, productos, muebles,
    electrodomésticos y objetos de arte no ha sido abordado
    integralmente por la bibliografía de historia del Arte
    (arte mayor, académico), o de la historia de la
    Arquitectura (académico), o de la historia del
    Diseño Industrial (académico), o de la historia del
    diseño de muebles artesanales (arte menor, no
    académico, de la decoración de interiores); para el
    caso de la Argentina (del período 1880-1980).

    Cuando sostenemos que la historia no ha sido abordada
    "integralmente" hacemos referencia a que: son Historias del Arte,
    o Historias de la Arquitectura, o Historias del Diseño
    Industrial. Esta fragmentación se debe al modo en que se
    ha desarrollado el campo de conocimientos y estudios de
    disciplinas académicas epistemológicamente
    disimiles, donde cada una estudia en especificidad una "parte"
    del "todo"; pero nunca corresponden a estudios holísticos
    e integrales como un "todo" unificado dentro del mas basto campo
    de la cultura material doméstica. "Partes" que aquí
    se pretenden volver a integrar o juntar para recomponer la
    historia que, en definitiva, es una sola.

    Para satisfacer la demanda de este problema, se
    desarrollo la Tesis de Maestría en Estética y
    Teoría de las Artes, FBA – UNLP (2008), cuyo
    título fue: "Estética y tecnología del
    paisaje interior doméstico moderno
    ".

    Pero el nuevo problema, a partir de la crítica
    del Jurado de la Tesis de Maestría, fue el hecho de que
    abordar un período de 100 años era demasiado
    ambicioso como para poder profundizar en mayor detalle la
    historia. Por lo que proponemos aquí un recorte del tiempo
    al período 1880-1945. ¿Por qué
    terminar en el año 1945? Respuesta: porque el fin de la
    Guerra Mundial marcó el fin de la denominada
    Belle Époque Argentina, (con inicio en la
    Generación de 1880). Este período 1880-1945
    marcó la entrada de la Argentina en el mundo Moderno
    (aquí radica su importancia).

    Aunque, a los efectos prácticos, vamos a
    retroceder hasta 1860; por las razones empíricas (y sus
    implicancias teóricas) que se argumentarán
    más adelante.

    Lo que la Generación de 1880 estableció a
    nivel económico (con fuerte influencia de la
    burguesía inglesa) y a nivel cultural (con fuerte
    influencia de la burguesía francesa) determinaría
    el futuro de la sociedad argentina y la formación de los
    modos de habitar de la burguesía nacional; que
    influirían luego sobre los sectores medios y populares del
    país, quienes copiarían sus estilos de vida,
    patrones de consumo y aspiraciones culturales (en la medida de
    sus posibilidades).

    Entonces, la importancia del estudio de los modos de
    habitar de la burguesía nacional consiste en que impuso
    patrones estéticos y funcionales
    inspirados en Europa (principalmente de Francia e Inglaterra, los
    que en muchos casos fueron realmente nuevos, reinventando
    –por ejemplo y por citar un caso- las formas de sentarse
    con nombres fantasiosos como: la bergère, la
    turquoise, la veilleuse, la marquise,
    la duchesse y otros). Conformando el patrón
    estético- funcional de diseño de interiores
    no-Moderno, mas importante que ha tenido la historia
    europea.

    Pero si el Movimiento Moderno en Arquitectura dio por
    finalizado, por lo menos en Argentina, la arquitectura
    eclecticista-historicista de lo que hemos denominado la Belle
    Époque Argentina.
    Con el Kavanagh, se pone fin a la
    arquitectura Beaux Arts. Por lo que la conclusión
    es que el período 1920-1945, gracias al Movimiento Moderno
    en Arquitectura, con su vivienda compacta tipo "cajón" y
    sus ambientes tipológicamente determinados (tal como los
    conocemos hoy) se recuperaría un verdadero diálogo
    estético-tecnológico (manifestación de la
    estética vanguardista basada en el principio de lo
    útil) equilibrado en arquitectura y diseño;
    logrando una verdadera unificación
    estilística-tecnológica sin rasgos del pasado
    eclecticista-historicista Beaux
    Arts.

    La estética y la tecnología habían
    empezado a dialogar en un lenguaje auténticamente
    "moderno" y comenzaban a entenderse mutuamente
    (proyectándose durante todo el siglo XX). Unión
    final para dejar sellado definitivamente el vínculo
    estrecho y las relaciones entre la Arquitectura Moderna y el
    Diseño Industrial de mobiliario Moderno (originado en la
    Escuela de la Bauhaus).

    Junto con el Kavanagh y la residencia de Victoria Ocampo
    de Barrio Parque (tesis arquitectónica moderna), ejecutada
    por Alejandro Bustillo y construida en calle Rufino de Elizalde
    nº 2831, Palermo Chico (hoy propiedad del Fondo Nacional de
    las Artes), que se construyó en lugar del proyecto que le
    fue encargado a Le Corbusier a través de Adela Atucha de
    Cuevas de Vera. Ha sido motivo de equívocos asociados con
    Le Corbusier (lo cierto es que este la ponderó en su
    único viaje a Buenos Aires en 1929). Repitiendo que fue
    Alejandro Bustillo quien la proyectó.

    Aunque Alejandro Bustillo fue más conocido por
    sus realizaciones de arquitectura neoclásicas
    Beaux Arts que por esta residencia para Victoria
    Ocampo.

    Le Corbusier escribió acerca de esta residencia
    en el barco en el que regresaba a Europa, luego de su visita a
    Buenos Aires en 1929. Lo publicó de 1930, en su libro
    Précisions sur un état de
    l´architecture et de l´urbanisme.

    Ahí, el autor decía: "Buenos Aires es un
    fenómeno integral (…) Salvo el interior de la casa
    de la señora Ocampo (…) Hasta ahora ella solamente
    ha hecho el gesto decisivo en arquitectura, construyendo una casa
    que hace escándalo (…) Se encuentran en ella
    Picassos y Légers en el marco de una pureza que raramente
    he
    encontrado".
    1

    Transcurrida algo más de una década, el
    filo de la 2º Guerra Mundial, Victoria Ocampo debió
    optar por su residencia de Palermo o San Isidro. Y traicionada
    por la querencia, volvió a la casa de espíritu
    victoriano, inspirada en la arquitectura finisecular. Por otro
    lado, los interiores de Villa Ocampo son fruto del reciclaje de
    un edificio finisecular en clave moderna. No existen muchos
    ejemplos de una operación arquitectónica de este
    tipo en la Argentina del período; donde la arquitectura
    está influida por la literatura, en una mezcla que
    raramente se encuentra: universalidad y particularidad,
    tradición y vanguardia, una modernidad
    rioplatense.

    Pero luego con la crisis de la Modernidad y del
    paradigma del Movimiento Moderno, la Posmodernidad y el
    Movimiento Posmoderno, se re-vivió ese pasado no-Moderno,
    en forma de neoLuises; lo que nos ofrece una nueva oportunidad
    académica para reflotar el patrón estético-
    funcional (material y simbólico) del diseño de
    interiores (decoración no-Moderna), mas importante que ha
    tenido la historia europea. Esto se desarrolla mejor mas adelante
    (ver el ítem: 4- Consideración sobre los posibles
    aportes de la Tesis de Doctorado).

    1 Fabio Grementieri y Xavier Verstraeten.
    Grandes Residencias de Buenos Aires. La influencia
    francesa.
    Ediciones Larivière.
    Buenos Aires. 2006. (pp. 155).

    2 – Problema de
    donde nace
    la investigación de la tesis de doctorado (para
    discutir):

    En base a las contradicciones que presentan los objetos
    y productos fabricados de un modo mecanizado (producción
    en serie) y los fabricados de un modo artesanal (piezas
    únicas); se presenta el dilema del estudio de la Historia
    en el Diseño Industrial como disciplina académica.
    Cuyo eje histórico nace a partir de donde comienza a
    correr la historia industrial: la Revolución Industrial
    Inglesa de 1760/1830 aproximadamente, marcando un antes y un
    después en la historia.

    Entonces, nace la siguiente pregunta, acaso: ¿no
    hay nada que se pueda aprender, que sea de importancia vital al
    ámbito formativo de la carrera de Diseño Industrial
    con anterioridad a la Revolución Industrial Inglesa?
    ¿Del mueble artesanal que se puede aprender? Si es que se
    puede aprender algo que sea de importancia para el diseño
    industrial (que justamente de artesanal no tiene
    nada).

    Pero: ¿Porque la necesidad de entender mejor algo
    pre-industrial (propio del mueble artesanal), cuando la
    disciplina es decididamente diseño
    «industrial» y no simplemente diseño? Bueno,
    la respuesta es fácil: los diseñadores no han
    inventado o creado sillas, muebles, vajillas, cubiertos,
    cristalería, etc. (la lista sería interminable)
    desde cero, sino que siempre han partido desde un concepto previo
    (anterior) social e históricamente instalado. Entonces:
    ¿por qué esa actitud arrogante
    (soberbia)?

    Mejor quizás es preguntar: ¿cómo
    van a lograr diseñar lo que desconocen del pasado
    histórico? Y es aquí donde la Historia del
    Diseño Industrial comienza a cobrar su valor central para
    la proyectación. Pues, sería una actitud soberbia,
    la falsa suposición de que el Diseño Industrial no
    tiene nada que aprender de la historia y del pasado anterior a la
    Revolución Industrial (iniciada por los ingleses). De ese
    pasado de manufactura artesanal.

    Es que, y por citar tan solo un ejemplo: ¿el
    diseño industrial -moderno- inventó las formas del
    sentarse, comer, dormir o habitar luego de la Revolución
    Industrial? ¿Acaso, estas no existían con
    anterioridad? La respuesta es que sabemos bien que
    existían: ¿entonces porque esa actitud más
    política que científica, de negar el pasado
    artesanal? Pues, muchas de estas materializaciones u
    objetivaciones físicas u obras o como más se desee
    llamarlas, si bien existían mucho tiempo antes -aunque sea
    solo a un nivel material mas pobre- pero no por ello menores en
    su riqueza cultural, simbólica, estética e
    histórica. No hay justificaciones científicas y
    semiológicas para asegurar que solo los objetos y/o
    productos elaborados según una manufactura industrializada
    –moderna- son más legítimos de aparecer en
    una bibliografía del Diseño Industrial de las
    carreras de las mejores Universidades de la Argentina y el
    mundo).

    Cuando decimos Argentina sostenemos que las disciplinas
    académicas del Diseño Industrial se enseñan
    en las Universidades de: Buenos Aires (UBA), Córdoba
    (UNC), Mendoza (UNCuyo), Mar del Plata y La Plata (UNLP). Por lo
    cual discutir esto es central para la
    enseñanza.

    Es necesario reconstruir esta historia, que de cuenta de
    ello (una narración de la historia propia de los objetos,
    artefactos y/o productos –en este caso del mobiliario
    artesanal-, que hable de esas relaciones entre campos
    disciplinares distintos). Recalcando que no existen al momento
    trabajos que aborden sistemáticamente la historia de los
    objetos, de un modo como Giedion lo hizo en La
    Mecanización toma el mando.

    Pues, así como los muebles e innumerable cantidad
    de objetos y utensilios existían con anterioridad a la
    Revolución Industrial Inglesa de fines del siglo XVIII y
    principios del XIX; podríamos ver la historia con otros
    ojos, si nos quitamos la anteojera de la visión sesgada de
    la historiografía típica de corte moderno del
    Diseño Industrial (que ha mostrado «una»
    visión de la historia, que por otro lado no es la
    «única» visión que podemos llegar a
    tener, mucho menos una visión desde nuestro lugar
    Latinoamericano en general y Argentino en particular). Es el
    deber de la ciencia construir esas –otras- visiones y
    salirse de la actitud más política (anti-
    democrática) que científica, de negar el pasado
    artesanal. El pasado es pasado y como tal debe ser estudiado (no
    negado) a la luz del conocimiento verdaderamente
    científico (el desafío que implica ampliar
    científicamente el horizonte de visiones y del sistema
    teórico-explicativo).

    Historia que «no existe», no porque no halla
    existido, sino porque no ha sido abordada ni estudiada (debido a
    un recorte
    teórico-metodológico-epistemológico, para
    nada ingenuo, fundamentado en la filosofía Moderna y
    sostenido política y económicamente), mucho menos
    existe de un modo sistematizado y ordenado (incluso teorizado
    científicamente) en la bibliografía usual de
    Historia del Diseño Industrial (dado que la historia,
    según una concepción epistemológica moderna,
    y como ya reiteradas veces dijimos, comienza con la
    Revolución Industrial y todo lo anterior a ella: sea
    artística, sea arquitectónica o de una primitiva o
    rudimentaria e incipiente ingeniería como de una
    técnica u artesanía pre-industrial, «no
    existe» para la misma). Porque los autores han hecho que
    esa historia sea borrada por un recorte disciplinar típico
    que necesitó delinear «una» historia, bajo un
    tipo «único» de visión sesgada. La
    epistemología vino a poner al descubierto este problema,
    no podemos seguir ocultándolo.

    Pues, si una amplia bibliografía en Historia del
    Diseño Industrial atiende la forma en que se ha gestado el
    diseño de productos a partir de la Revolución
    Industrial en adelante, descuidando su desarrollo
    histórico previo mucho más extenso y complejo; como
    si muchos productos hubieran nacido con la Revolución
    Industrial sin poseer un antecedente previo. Dice el Arquitecto e
    Ingeniero Ezio Manzini, teórico del Diseño
    Industrial:

    "Nuestro ambiente cotidiano está saturado de
    productos nacidos con la era industrial y con la difusión
    de la mecanización (es decir, con una historia que
    podría ir desde hace algún decenio hasta más
    de un siglo).

    Sin embargo, en realidad, no hay tanto de "nuevo
    verdaderamente nuevo" (aquello que ofrece prestaciones
    radicalmente innovadoras, surgidas en los últimos
    decenios) y además, éste es especialmente poco
    invasor.

    No obstante, en torno a él ha girado la
    completa reorganización de lo existente. Ello se debe a
    que las nuevas prestaciones, más que materializarse
    directamente en nuevos productos, son instrumentos que hacen de
    forma diferente lo que ya se hacía antes."

    2

    Esto es más que evidente en el diseño de
    muebles. Respecto a ello, la historia del mueble (artesanal),
    como una historia del «arte menor», respecto del
    «Arte mayor» de las Bellas Artes; es una historia del
    diseño no-industrial (que nunca llegó a ser
    industrial), de gran valor histórico (pedagógico
    también, para la enseñanza-aprendizaje del
    diseño de mobiliario y otros productos). Con gran valor
    como patrimonio artístico; aunque debemos señalar
    que el «patrimonio industrial» posee
    diferencias con el «patrimonio
    artístico».

    Además, la preservación de este patrimonio
    de la Historia del Diseño Industrial se debe hacer
    respetando la teoría instalada sobre el «patrimonio
    industrial» (y por lo tanto, no se puede realizar siguiendo
    las pautas del patrimonio artístico, donde cada pieza
    tiene un valor de por sí y se supone que se conservan
    porque son unas obras que expresan la máxima creatividad
    humana y por esto cada una de ellas son unas realizaciones
    excepcionales que la sociedad actual ha sacralizado). Esta
    «excepcionalidad» tiene como consecuencia que sean
    unos bienes que pertenecieron a los estamentos dominantes de la
    sociedad. En cambio el valor del «patrimonio
    industrial» es que sus bienes (tangibles: muebles o
    inmuebles) son comunes y su valor reside justamente en su
    «no excepcionalidad», en su utilización por un
    extenso número – masas- de personas (las
    obras del «patrimonio industrial» por la
    producción en serie no son
    «únicas» como las obras del patrimonio
    artístico). Su valor como testimonio aumenta cuanto
    más utilizado fue (por bastos sectores de la
    población).

    Pero el «patrimonio industrial»
    además vino a redefinir una nueva forma de
    «patrimonio artístico» (estético);
    pues, como pudo observarse el «mueble
    tecnológico» (mobiliario del Siglo XIX) corresponden
    a una evolución del «mueble artístico»
    también (gran conclusión que nos une el arte
    presente en el diseño artesanal del mueble de estilo que
    inspiró los muebles
    tecnológicos). 3

    Se desea recalcar el hecho de que tenemos una realidad
    nacional compleja históricamente, heterogénea, que
    debe ser analizada, clasificada, ordenada y rotulada bajo
    etiquetas «nuevas» para lo cual necesita que se
    desarrolle una «nueva teoría» que las
    entienda, represente y ordene (explicándolas bajo otras
    categorías conceptuales que no son usuales en el recorte
    teórico, metodológico, epistemológico
    ortodoxo, moderno y segmentado que se ha venido ensayando hasta
    el presente).

    Dado que se parte de un recorte epistemológico
    serio y para nada ingenuo en lo ideológico-
    político (como ya aclaramos), y como Tomas Maldonado -tan
    bien- lo expresó oportunamente; por lo cual, la Historia
    del Diseño Industrial no debería estar influenciada
    por el diseño de tipo artesanal, sino ya decididamente
    industrializado dado que como dice Salinas Flores -en un texto
    tomado del mismo Maldonado-:

    "…Es decir, en su programa, el acento ya no se
    pone más en lo moderno
    "en general", sino
    en
    un tipo determinado de modernidad y de
    creatividad…"
    4

    Tal como Rosario Bernatene sostiene:

    "Como vemos, en el recorte epistémico:
    "Diseño Industrial" no sólo se ha restringido el
    diseño de objetos al campo productivo industrializado,
    sino más aún, al de un cierto tipo de industria que
    comporta un cierto tipo de maquinaria, según ciertos
    autores."
    5

    Bien lo aclaró el Arq. Ricardo Blanco (exDirector
    de la carrera de Diseño Industrial en la Facultad de
    Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de
    Buenos Aires), especialista en el diseño de muebles y
    sillas (el mismo se autodefine como un sillópata) en el
    libro autobiográfico 6;
    además, sostiene:

    "…Lo que realmente nos debe preocupar es la
    ideología que hay detrás…El hecho de que se crea
    que el diseño debe pasar básicamente por la
    industria es una particularización…Y si…esa
    realidad no es netamente industrial, también sigue siendo
    diseño…Lo que cambia es la forma de
    producción…"
    7

    El círculo de explicativo cierra cuando la
    autora expresa, para refrendar a Ricardo Blanco
    que:

    "En primer lugar y a pesar de que se trate de la
    Historia del Diseño "Industrial" –lo que hace obvia
    su asociación con el nacimiento de la industria en gran
    escala-, este vínculo originario conlleva la falsa
    suposición de que el carácter "productivo
    industrializado" es el elemento esencial en la
    constitución de la obra de diseño."

    8

    Pues, como lo expresa Bohigas Oriol, el equivoco se
    generó al asociar la palabra
    «industria» con organización
    «mecánica» de la producción:

    "Entiendo que "industria" no presupone mayor o menor
    grado de mecanización, sino simplemente un grado de
    organización productiva que tanto puede ser
    mecánica como manual."
    9

    Para dejarlo bien en claro:

    "Lo que ha perdido vigencia…es la
    identificación de la disciplina de diseño con el
    mundo de producción industrializado.

    Y esto sucede no porque esta caracterización
    sea antigua, sino porque no es posible seguir

    sosteniéndola por argumento alguno."
    10

    Este problema se evidenció –y
    todavía perdura- en la narración de la Historia del
    Diseño Industrial
    11; entonces, para su solución se
    requerirá analizar estrategias de producción
    de «otros» tiempos
    históricos 12 aunque no sean
    moderno-industriales (por fuera de los modos tradicionales de
    análisis 13 que recortan la
    historia de lo «industrial» y excluyen a lo
    «no- industrial»). Esto no solo ha venido a recalcar
    la necesidad de incorporar conceptos
    epistemológicos 14 que
    amplíen la historiografía del diseño
    industrial más atrás en el tiempo de lo puramente
    «moderno» 15 , hacia lo
    post-industrializado 16 o lo
    pre-industrializado -que supuestamente no posee las
    características de reproductibilidad técnica por
    ser pre-industrial o pre-moderno 17
    -. Por lo que la autora señala:

    "…recuperar positivamente, para su estudio y
    análisis, la producción de diseño de todas
    las épocas y culturas, como la producción de
    diseño… de otras culturas pre-modernas
    universales."
    18

    En principio se necesitará una amplia
    perspectiva 19 de la
    epistemología de la Historia del Arte y de la Historia de
    la Arquitectura, abarcando todas estas perspectivas de la
    historia e incorporándolas a su vez a un horizonte
    más amplio de saber 20.
    Historias que oportunamente la investigación valla
    dilucidando y necesitando para dar cuenta de su marco
    teórico explicativo. 21

    Cuando decimos que se necesitarán de muchas y
    múltiples historias, combinadas e interactuando entre
    ellas, es porque la esencia misma de la disciplina del
    diseño industrial es mixta e interdisciplinaria (recordar
    cuantos artistas, arquitectos, ingenieros y artesanos han
    aportado a la construcción de este disciplina).
    ¿Acaso no debería ser la narración de su
    historia también interdisciplinaria?

    Pues, siendo así, el Diseño Industrial se
    habría gestado de diversas áreas del conocimiento
    humano; debido a ello, su corpus teórico está
    formado tanto del conocimiento exacto (proveniente de
    una epistemología de la tecnología y que fue
    transmitida ideológicamente a los diseñadores a
    partir de la Revolución Industrial), como del conocimiento
    social (que considera los aspectos sociales y
    económicos derivados del capitalismo). Es así que
    el Diseño Industrial agrupa a estas dos áreas, que
    genéricamente denominaremos de: naturales y
    humanas; y, para usar un término alemán:
    Natur-Wissenschaften (ciencias de la materia) y su
    contraparte de la Geistes-Wissenschaften
    (ciencias del espíritu). 22

    Nos hacemos entonces la siguiente pregunta:
    ¿Está formada la disciplina del Diseño
    Industrial a partir de las históricas fuerzas en
    tensión, a partir de la Naturwissenschaften y de
    la Geisteswissenschaften -con las diferencias que
    implican cada una 23- o hay algo
    más en el medio que está faltando? Y la respuesta
    se encuentra en lo que Bernatene señala:

    "…la elaboración de los nuevos contenidos
    como el trabajo interdisciplinario no se puede encarar sin
    reformular el dominio epistemológico del Diseño
    Industrial…si el Diseño Industrial como disciplina
    académica se nutre con los aportes de tres fuentes
    básicas, cuales son: las Ciencias de la Naturaleza
    –en su faz científico-tecnológica, las
    Ciencias Sociales y las áreas

    Artístico-proyectuales,…La
    reconstrucción de las relaciones entre
    Tecno-ciencia
    24, las
    Ciencias Sociales y el Arte sobre otras bases es posible,…la
    explicación de criterios que contribuyan a la
    construcción de una base epistemológica
    humanística en el Diseño Industrial, que evite
    quedar presa de la razón instrumental"
    25

    Por lo que ahora necesitamos nuevas argumentaciones
    para la Historia del Diseño Industrial, provenientes de
    los nuevos planteos epistemológicos, que tiendan a
    unificarlas en un corpus del diseño -de modo que
    pudiéramos relacionar mas exactamente lo puramente
    más blando (no por ello menos exacto), a lo más
    duro (no por ello más científico)-. Resumiendo, y
    parafraseando a la autora: el quehacer del Diseño
    Industrial se ubica en el centro de esta- tensión, entre
    ciencias humanas y ciencias básicas, engarzadas a
    través de la práctica
    artístico-proyectual.

    Tensión dialéctica que el Diseño
    Industrial viene a representar entre las ciencias
    humanas
    (arte y arquitectura) y las ciencias
    exactas
    (ingeniería). Por ende la narración de
    su historia requerirá ir mucho más atrás en
    el tiempo, hasta las raíces mismas de estas disciplinas; y
    que en el caso del arte y la arquitectura, son más
    antiguas que el acontecimiento de la Revolución Industrial
    que dio origen a la disciplina del Diseño Industrial
    –como la autora, bien lo aclara, usando a
    Marx– 26

    Y, si como la autora lo señala, fue la
    «máquina utensilio» lo que dio origen a la
    Revolución Industrial, también es cierto que
    «utensilios para dormir» (camas, etc.),
    «utensilios para sentarse» (sillas, banquetas, etc.),
    «utensilios para alimentarse» (vajilla, cubiertos,
    etc.) existían antes de la Revolución Industrial; y
    una Historia del Diseño Industrial será siempre
    incompleta hasta que sean aceptados los modos
    «artesanales» de producción como parte de una
    historia mas completa y amplia del Diseño Industrial
    (donde la producción «industrial» ha sido y es
    un recorte de esa historia Mayor, con
    mayúsculas).

    No hay lugar a dudas, deberemos incursionar antes de la
    Revolución Industrial para lograr hacer una historia
    «completa» y no una historia «recortada»
    (como si muchos objetos, artefactos y/o productos hubieran sido
    creados desde cero a partir de la Revolución Industrial
    sin poseer un antecedente previo); pues como señala la
    autora:

    "Una historicidad situada desde nuestro marco
    geográfico y epocal requerirá al menos superar dos
    condicionantes: las estructuras teológicas y modernas por
    un lado. Y por otro: una epistemología
    técnico-constructivista, según la cual, lo esencial
    de la práctica del diseño se circunscribe a lo
    industrializado en los últimos 300
    años,…"
    27

    Entonces: "…¿cuál es el sentido
    y la importancia de abordar una Historia del Diseño de
    Objetos de todas las épocas y culturas, desde la
    antigüedad hasta hoy, en una carrera como la de
    Diseño Industrial, cuya configuración refiere al
    campo de aplicación específico de lo
    industrializado en el diseño de los últimos 300
    años?

    Dicho de otro modo más simple: si el
    diseño que se enseña es industrial, para qué
    estudiar lo pre-industrial, lo post-industrial o lo
    no-industrializado?

    En primer lugar,…Y hoy, a consecuencia del
    desarrollo epistemológico posterior, que incluye un
    cuestionamiento de lo moderno, se lo concibe como una
    sub-área dentro del milenario Diseño de Objetos o
    bien como una más entre distintas estrategias
    proyectuales."
    28

    Afirmativamente, solo entendiendo el diseño
    de muebles Premoderno o artesanal (pre- industrial) se
    podrá entender mejor el lugar que ocupa el diseño
    de muebles Moderno (industrial) y su instancia superadora o
    Posmoderna (post-industrial).

    "Así como Giedion pudo explicar la
    experiencia del confort moderno occidental sólo luego de
    contrastarla con la oriental y la medieval, el diseño
    industrial moderno no es posible de ser comprendido sin ser
    referido a lo otro de sí, que son todos los siglos previos
    a la Modernidad europea y todas las culturas
    no-occidentales.

    Pero la importancia del estudio de la
    producción de diseño no-moderna en
    general…está dada por algo más que su valor
    histórico-turístico, no es un mero paisaje de fondo
    contra el cual contrastar la producción
    posterior.

    La no occidentalidad de los parámetros de
    diseño de la producción
    [no-moderna como
    podría ser la] precolombina no significa que
    ésta carezca de parámetros de diseño, e
    incluso de criterios propios de evaluación."

    29

    Pues: "Lo que la post-modernidad ha venido a poner
    de relieve es la necesidad de conocimiento de toda la
    producción histórica de arte, arquitectura y
    diseño desde la antigüedad hasta hoy, y de todas las
    culturas, ya que, justamente como actitud reaccional al
    espíritu moderno que se presumía a-histórico
    o como momento culminante de un desarrollo, la post- modernidad
    recupera figuras de las más variadas épocas y
    culturas, las re-formula o las combina,
    resignificándolas."
    30

    Con esto se pretende decir –y para resumir-, que
    el diseño artesanal (no-industrializado) será el
    «objeto de estudio» en esta investigación.
    Pues, la importancia de la legitimización de otros modos
    de producción (no industriales) pueden ayudarnos a
    entender como se hacían los objetos, artefactos y
    productos del mobiliario doméstico en «otras»
    épocas 31 que no eran
    industriales (algunos muebles de la Edad Media fueron
    transferidos a los períodos de la colonización
    Sudamericana). Muchos de estos objetos han contribuido de alguna
    forma – aunque indirecta- a lo que es el diseño de
    muebles actual (aunque no sea directamente al Diseño
    Industrial).

    Por lo que los motivos de la elección del tema
    propuesto para esta tesis responde a la necesidad de poder
    comprender mejor el trasfondo histórico, social, cultural,
    artístico, económico, político,
    tecnológico; dentro del cual se generaron las
    materializaciones de objetos, utensilios, artefactos y otros
    productos del mobiliario doméstico con valor
    histórico-patrimonial (ampliando nuestro horizonte de
    conocimientos, conforme a los postulados de la ciencia que son:
    saber más y mejor).

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