– Monografias.com
¿Cómo educar, formar y
rehabilitar?
Según José M. Cagigal: La
Educación Física es, ante todo una ciencia con
objeto formal propio; el ser humano en período de
formación. Por consiguiente, ha de tener su propia
metodología.
1ª) Se trata de una ciencia situada
dentro del campo general de la pedagogía. El profesor de
Educación Física ha de contar con todos los
ingredientes formativos de un pedagogo. Los tratadistas de la
Educ. Física, que esta ha de ser dirigida, ante todo, por
pedagogos y filósofos. En esta segunda palabra ésta
ha de ser el entendimiento específico de la primera. Para
comprender que cosa haya de ser el pedagogo en Educación
Física, es menester fundamentar una auténtica
filosofía de la Educ. Física. De esa
filosofía de la educación se habrá de
deducir el perfil específico que ha de tener el pedagogo o
sea el Profesor en la materia, dentro o al lado del marco
genérico de la pedagogía.-
2ª) Estos serán especialistas
en la Educación Física. Dentro de la moderna Educ.
Física, hubo corrientes higienistas, patrióticas,
militaristas, etc. Pero podemos dejar de ignorar el predominio
intelectualista que predominó los sistemas occidentales
entre ellos Guts.Muts, Comenius y sobre todo Victtorio da Feltre,
son jalones que se han tener en cuenta. La ascética
pedagógica cristiana tuvo su influencia en la
concepción pesimista del hombre. Luego el Renacimiento sin
dejar de lado el intelectualismo atendió a sensibilidad
estética del cuerpo humano. Y se sigue con los movimientos
que se caracterizan por una progresiva fundamentación
científica. La Educación Física se
alía, primero con la anatomía y fisiología,
luego con la anatomía funcional y la biología y
así consolida su mayoría de edad. Es indudable que
la Educ. Física debe tener una visión integral del
ser humano, entendiendo a esta como objeto de la labor
pedagógico.
Se acepta que el profesor de
Educación Física haya de poseer conocimientos de
pedagogía, psicología en general, anatomía,
fisiología y sociología.
Sobre estos elementos debe ser estructurada
una Educación Física, base de una generalizada
Cultura Física.
Estos conceptos y principios están,
en la formación de todo docente, profesor de
Educación Física, si fueron impartidos en nuestros
cursos (año 1950 y posteriores) pero siempre hay un pero;
no tuvimos un estudio sobre nuestro perfil sociológico, un
saber o una orientación a que sector etáreo
teníamos preferencia; inclinación; capacidad para
desarrollar nuestra vocación.
De acuerdo a nuestra calificación
final y ranking, teníamos elección de cargo,
preguntarán ¿no tuvieron práctica docente?
Si en escuelas en las cuales no siempre cubrían o
satisfacían nuestras aspiraciones, he inquietudes.
¿Por qué? Bien por que no tenían
instalaciones acordes en las (escuelas públicas estatales,
gratuitas) a lo practicado, aprendido; el recibimiento de las
Directoras, maestras, era frío, o éramos la
solución para que al finalizar el año, los
niños debían marchar formando columnas, filas en
actos, o el apoyo a la fiestita de fin de año.
Debíamos de plantear y exponer
nuestros derechos como un docente más, pero no
teníamos el respaldo de nuestro organismo. Nuestro
análisis de la situación motriz de los escolares
quedaba relegado. Pero había excepciones, en algunas
escuelas de contexto crítico, en zonas rurales, o en
escuelas con capacidad y programación para actividades
pre-deportivas y deportivas como: hand-ball y atletismo, se
llevaba un programa deportivo, pero eran contadas, dado que
debían ser apoyadas por la Dirección escolar, con
la participación de una maestra y el apoyo de padres.,
situación que no siempre se daba, dado que las
competencias, llevaban horas extras al maestro y a la
Dirección de la escuela, que no eran compensadas
económicamente.
Al comenzar el año y en la
elección de cargos, decidí elegir un gimnasio o
centro multifuncional, que tenía baños, vestuarios
para ambos sexos, oficina docente y una
Dirección.
Pensé que tocaba el cielo con mis
manos…pero debo aclarar ciertos aspectos que tenía
este nombramiento, contaba con un personal docente de años
en sus funciones próximo quizás a jubilarse; con
conductas y programas conservadoras y no estar dispuestos a ver
invadido su protocolo. Aclaremos… mi generación del
año 1958, usábamos equipo largo deportivo, o sea
pantalón, campera en invierno, short corto en verano y
calzado deportivo liviano, como también el trabajar en
determinadas actividades, "descalzas."
Mis colegas al frente del departamento
femenino, usaban a la usanza antigua de pollera acampanada
o tableada con largo por debajo de la rodilla., de color gris, el
estilo o protocolo de esos años de la Com. Nac.
Educación Física dejaba libre al criterio de cada
docente el color; claro que la moda influenciaba en la propuesta
y tomamos el color azul, con la insignia de nuestro
organismo.
Los enfrentamientos no tardaron en
aparecer; 1) la entrada en calor, avanzando o trotando en
forma libre por el gimnasio, propuesta no aceptada, dado que se
exigía por la Dirección del gimnasio, que se
debía marchar, con el consabido izquierda y derecha en los
pasos, en columnas y formar para los ejercicios fundamentales
(A).2) usar el piso del gimnasio que era de madera
lustrada, para los ejercicios abdominales, decúbito
ventral, o dorsal, etc. (no aceptado). Fui llamada a la
Dirección para explicar mi programa, que tenía
confeccionado y que determinara el porqué usar posiciones
riesgosas que podrían clavarse alguna astilla (?), o
dañar la ¡columna!
El Director del gimnasio, también
observaba mis movimientos, al correr encontraba que caía
polvillo del techo, que podía anticipar un
¡derrumbe! el mismo, argumento que rebatí informando
mediante la venida del personal de talleres de la Com. Nac. Educ.
Física que al secarse la pintura que era de cal, esta por
la vibración del piso, se desprendía, pero el techo
no corría riesgo. Dio la orden de no trotar, no rebotar,
en fin "estaba cercada".
Para terminar: en cada área tanto
femenina como masculina, había una caldera alimentada a
leña, para que las duchas tuviesen agua caliente; en
virtud de que el horario era extenso, ocupaba el medio
día, no tuve mejor idea que en el borde de la caldera,
colocar el sándwich o sea tostar el mismo y hacerlo
más apetecible, claro el olor, aroma a pan tostado, a
veces se expandía y resultó que mis colegas dieron
el aviso al Director y este al borde de la histeria, me
increpó el no tener respeto por la normas, tenerlo con la
presión al límite y que había informando a
mis superiores la conveniencia de mi traslado, dado que no me
ajustaba a las reglas y era un ¡mal ejemplo!
El Director General de la Com. Nac.
Educación Física era un profesor recio, pero
justo(a veces) gritón cuando perdía los estribos y
citaba a los docentes para solucionar los problemas, aclarar
situaciones después de las 7 h PM, me recibió con
cara de pocos amigos y expresó mi poca
consideración con colegas adultos mayores, que estaban al
final de su carrera, no comprendiendo sus formas de pensar y
actuando siempre en forma avasalladora.
Para que entendiera el privilegio con que
se me había compensado, me enviaba a una plaza en una
zona, dónde iba a entender como trabajaban otros
docentes…
No contesté, acepté el cambio
y pensé que debía incursionar por otros
ámbitos, carecía de experiencia sobre locales,
gimnasios, plazas en fin las instalaciones que integraban el
organismo.
Llegué y más que sorprendida,
era una placita en forma triangular, en el extremo de una
esquina, que contaba con una cancha de volley- ball, un
rectángulo que no tenía medidas oficiales con
tableros de basket, unas hamacas infantiles, 2 bancos de madera,
una oficina o dependencia pequeña, que tenía un
funcionario que oficiaba de guardián de la misma. Me
presenté y me señaló lo precario de la
misma, dado que tenía una pequeña habitación
que oficiaba de depósito, dónde guardaba los
útiles, las pelotas, red de volley y útiles de
limpieza. Pregunté ¿el baño? No tenemos;
concurrimos a la buena disposición de una vecina, que en
caso de extrema necesidad, nos permite el uso. Los chicos que
concurren a la placita, vamos al bar de la esquina, que siempre
nos habilita el uso de los higiénicos-
Me sentí abrumada, y desorientada,
no tardaron muchos minutos, entró un Inspector que sobre
aviso venía a constatar mi presentación al nuevo
servicio. Lo medí con la mirada, (debo aclarar que
tenía y tengo un carácter, poco controlable,
más en esos años), le pregunté si no se
avergonzaba de presentar un lugar como este, carenciados
totalmente para realizar actividades recreativas, físicas,
sin baño y para rematarla, ¿esta habilitado por la
Intendencia Municipal de Montevideo?
Bueno, no hay que dar mayor
información que devuelta tuve que volver a las oficinas
centrales, pero me preparé muy bien ante la embestida del
Director.
Entré no después de las 7 HP;
si no a las 5 HP, en punto.
Por supuesto que llevé escrito lo
que ha continuación transcribo, para dejarlo como
testimonio:
La educación ha sido a
través del tiempo, de múltiples enfoques
críticos formulados en función de los distintos
puntos de vista filosóficos y bajo la influencia de las
condiciones socioculturales de cada época. Su
análisis puede encararse desde las perspectivas
sociológica, biológica, psicológica y
filosófica
Los criterios dominantes en nuestros
días son el sociológico y el
biopsicológico.
Si tenemos a la Educación en el
proceso que aspiramos a preparar generaciones nuevas para
reemplazar a los adultos que naturalmente, que se van retirando
de las funciones activas de la vida social, debemos asegurar
valores y formas de comportamiento social de probada eficacia en
la vida de una sociedad.
La Educación es un proceso que
atiende a capacitar al individuo para actuar concientemente
frente a nuevas situaciones de la vida aprovechando experiencias
anteriores, teniendo en cuenta la integración y la
continuidad y el progreso social y educacional.
Hacia una Didáctica General y
Dinámica.
Imedeo G. Nérici.
Espere algún gesto, dejando lo
expresado por escrito en el escritorio, y con voz firme dije:
Ahí no vuelvo más. No estudié tres
años, a un promedio de 16 materias, por año para
terminar en un lugar sin perspectiva, sin posibilidades de
formar, educar y crear hábitos de higiene.
Me escuchó, me midió con una
mirada interrogadora y dijo:
Con agallas y mucho cogote, podría
haber un sumario, una advertencia por la conducta impertinente
frente al Inspector, pero en fin sigue con suerte, dado que el
área de la enseñanza deportiva en Secundaria
solicita ¡ya! una docente para el liceo N 4º, en
virtud de aproximarse los eventos de encuentros de atletismo y es
un liceo con prestigio, su Director quiere una
representación con nivel del citado liceo.
Es un liceo que permanece todavía
enorme que ocupa una manzana, pero con la mentalidad de los
años 40-50; estar rodeado de enormes arcadas y columnas en
el centro un gran patio abierto dónde las clases
desembocan para recrearse, con dos plantas y espaciosos
corredores.
¿Pero la actividad deportiva en
dónde? El embaldosado del patio era rugoso, las
caídas podrían resultar dolorosas si
realizábamos piques, no teníamos baños
deportivos para cambiarnos, el lugar no era correcto. Planteamos
el Director los inconvenientes y realizó gestiones para
concurrir a una plaza de deportes en el Parque Rodó,
cercana al liceo.
Si tenía baños para cada
sector femenino y masculino, canchas de tenis, basket, volley,
hamacas y para realizar piques y carreras cortas, un sector
detrás de las canchas de tenis, que permitía el
entrenar en ese fundamento, por cierto todo al aire libre,
ningún espacio cerrado en caso de mal tiempo o
frío, ya que era invierno y las competencias se realizaban
en setiembre; mes de la primavera y las vacaciones
adjuntas.
Recordé mi promesa de no trabajar en
atletismo, siendo que fue la materia que con mayor esfuerzo y
tiempo que me costó obtener el título, pero era un
desafío, una última oportunidad ya que mi
situación peligraba por mis desacatos frente a los
anteriores nombramientos.
Empecé ofreciendo por clases, el
interés de participar, entrenando para el evento, o sea
lograr una pre-selección, el Director sugirió que
fuese femenina, para evitar situaciones conflictivas ya que la
plaza estaba en pleno ¡parque! y una profesora mujer,
debíamos mantener una distancia con el desarrollo de
actividades que recién comenzaban y evitar situaciones
riesgosas con los padres.
Tuve éxito, por que el Director
colocó el horario dentro de la currícula y muchas
jóvenes, tratándose de no tener que concurrir al
liceo; ¡aceptaron!
Volver a los libros de entrenamiento,
ajustar mi perfil de entrenadora, me costó y más
con las preguntas que siempre realizan, ¿si era campeona
de qué disciplina, si había competido?, fui muy
franca, era un desafío para todas, tratar de hacer un buen
papel deportivo.
Soy profesora, nunca competí, pero
esto va ser un desafío para Uds, y para mí y si
hacemos un papel digno, el liceo se sentirá orgulloso por
nuestra participación.
Para rematarla , en el club Sporting , o
sea al lado de la plaza entrenaba el liceo N 7º de la zona
de Pocitos, tenían gimnasio, cancha abierta en fin, el
Director del liceo aficionado al basket, que era el deporte que
militaba en dicho club, otorgaba las instalaciones al mencionado
liceo, como apoyo al deporte estudiantil.
Nos vigilábamos y sabíamos
del prestigio deportivo del mencionado liceo, que de larga data
competía en atletismo. Las colegas del N 4º,
después de entrenar con un tiempo en días
fríos, de lluvia, me plantearon por que no solicitar el
préstamo del gimnasio ¿algunos
días?
Nos presentamos a los dirigentes y
explicamos la situación que padecíamos, siendo que
el liceo quedaba a pocas cuadras y algunos habían
concurrido y los ex –alumnos, sentirían con orgullo
el apoyarnos. Dio la casualidad, que en ese momento
partían las profesoras, colegas y con gesto altivo nos
saludaron y apenas dirigieron la mirada a las
autoridades.
Esto bastó para que los directivos
nos otorgaran horarios para el uso del gimnasio y la cancha
abierta, nos invitaran a comer o usar la cafetería, para
una merienda, etc.
Mejoramos y se acercaron más
docentes, en virtud de la calidad del equipo, que tomaba forma,
con una comisión de padres, por que había que tener
equipos, calzados de clavos que no poseíamos, en fin
necesidades que el liceo a más de la insignia no
podía otorgar; nada. Pero el club que nos daba cobijo,
realizó unos de los bailes que mensualmente realizaba y
que con el apoyo de los estudiantes, que querían ver y
bailar con sus compañeras, el apoyo del Director, logramos
los equipos, algunos zapatos de clavos a compartir, de acuerdo
con los números y "a competir"
Debo de reconocer que el desfile de
nuestras alumnas atletas, fue emocionante, cabe resaltar algunos
perfiles para mí inusitados, una atleta de origen
húngaro, que quería ser aviadora, buen
físico, implacable en los desafíos de correr
carreras de velocidad, se imaginaba que volaba, ganó con
el aplauso de los presentes y la emoción de sus padres,
inmigrantes que no entendían mucho el significado de
competir. Una morena, pequeña fornida, que venía
desde lejos, su madre trabajaba como doméstica en la zona
del liceo, lanzaba la bala con furia inigualable, por supuesto
obtuvo su medalla y su madre agradecía, el orgullo que
esta presea significaba para la familia. Y la última, la
más incumplidora, poco querida por sus desacatos y siempre
destacándose por tener una figura elegante, dio el
batacazo en salto alto, no dejábamos de estimularla,
alentarla, por que competía con el liceo rival, el N
7º, ganó se llevó las miradas de todos los
presentes, la ¡perdonamos!
El club realizó un baile para
destacar su apoyo y entregar medallas a las competidoras,
había satisfacción y orgullo por parte de
Directores, padres, compañeras de trabajo en fin, me
sentí aliviada de haber cumplido.
Una vez más reconocí el valor
de las enseñanzas de José María
Cagigal:
El juego deportivo brinda muchas
posibilidades de contacto directo con la naturaleza, con las
cosas simples, con la espontánea riqueza que reboza la
amistad. Una ciencia; la Educación Física cuyo
objeto formal es el ser humano, la juventud, puesto que es el fin
de toda educación, ha de integrarse en su
metodología todas las propuestas
lúdico-deportivas.
Este programa de formación
deportiva, que se implementó en el liceo por parte del
equipo docente, llamó la atención de las
autoridades de nuestro organismo o sea la Comisión
Nacional de Educación Física.
Todo proyecto tiene su fin y mi Director, o
sea el responsable de mi nombramiento, entre asombrado y
satisfecho, propuso que el año entrante se pusiese en la
lista de elección de cargos al liceo N 4º (Zorrilla
de San Martín).
Como toda actividad docente y deportiva,
siempre hay directores de instituciones que buscan profesores
para integrar a sus filas y eso me aconteció, nada menos
que la Directora del Instituto José Batlle y
Ordóñez, liceo femenino que en mi adolescencia
había realizado los cursos secundarios, no habiendo nunca
bajado a su gimnasio, por elegir practicar la natación y
siendo el apoyo que tuve de una docente cuando no pude ingresar a
la Facultad de Medicina y orientarme ella a la Educación
Física.
El destino, tiene infinitas formas de
formar a un docente, por respeto y agradecimiento aunque ya no
está entre nosotros la profesora y Directora del Instituto
mencionado era Nelly Rey de Langlade, también Profesora de
gimnasia formativa en el Instituto de Educación
Física y su esposo Profesor y Director del Instituto de
Educación Física Prof.Alberto Langlade.
Me imaginaba dando clase o apoyando a otra
docente, en el gimnasio que nunca concurrí, por elegir
como lo expresé la "natación" en el club Neptuno.
Pero no; se me asignó el apoyar las necesidades de
situaciones que se presentaran en el Centro, llevar una agenda
con teléfonos y personas a contactar, coordinar los
desayunos de trabajo, con las necesidades que toda mesa de
trabajo debía contar, preparar los informes a las
autoridades, ir a los acuerdos con la Directora del Liceo
Profesora Alicia Goyena, mujer recordada por profesores, alumnos
por su capacidad, su entrega a la enseñanza, en fin los
elogios son inconmensurables para nombrar a esta
docente.
Los tres años que estuve en ese
cargo, aprendí; mejor dicho me entrenaron a gerenciar los
distintos proyectos, programas que la dirección del
departamento tenía elevado a las autoridades del
organismo. Era de rigor en esa etapa de la Educ. Física,
realizar eventos gimnásticos hablo de los años 60
en adelante, en estadios como el nuestro el Centenario y el
Parque Central, se integraba al programa con la
participación del equipo de habilidades y destrezas de los
alumnos del I.S.E.F.(varones) que trabajan dentro de la escuela
danesa, gimnasia a mano libre, saltos de plinto, etc.
Era un espectáculo ver a esos
jóvenes futuros docentes, con el tronco desnudo, dirigido
por el Prof. Langlade y su equipo de colaboradores (Pacho Seoane)
las alumnas del I.B.O (Inst. Batlle y Ordóñez),
estando la Prof. Martha Busch participando también el
liceo Dámaso Antonio Larrañaga, estando al frente
una docente invalorable como la Profesora Sonia Alemany(ambas
desaparecidas).
Fueron años arduos, de preparar las
exhibiciones, los ensayos, todavía el organismo rector
aportaba los medios económicos para tales encuentros,
ropa, pago de materiales para el trabajo del equipo del I.B.O.
que seguía la línea de la escuela alemana del Prof.
Medau.
Nunca olvidaré cuando
presenté la solicitud del material, 200 pelotas de goma
siendo que el trabajo gimnástico era utilizando este
útil, tuve que contener la risa cuando fuera de sí,
el profesor Director Profesor Carámbula, caminaba por el
corredor hacia las oficinas de los Directores(gerenciales),
picando imaginariamente una pelota, repitiendo 200 pelotas.
¡Tú vienes y explicas, como es que necesitas esta
barbaridad de "pelotas!".
Con esta exhibición, en el estadio
Centenario yo no sabía, que mi Directora Langlade se
jugaba un reconocimiento desde Alemania, que trajo aparejado la
visita de toda la escuela Medau, a nuestro país, en una
gira por América. Pero ésta es otra
historia…
En ese entonces, por supuesto que la
irritabilidad de otras directoras de centros de liceos,
planteaban las falta de docentes para cumplir con el programa y
el I.B.O. estaba en la mira con 14 profesoras, vino la orden
desde el Directorio del organismo de que con 11 profesoras eran
suficientes, agregando que además quedé embarazada,
motivo que para cumplir con la tarea que tenía asignada se
volvía compleja y estando entre las 3 últimas en
ingresar, se medió el traslado a un liceo que
instrumentaba un proyecto coe-ducacional, situado en el
Cerro.
Una nueva experiencia, que agradezco a la
dirección del Liceo del Cerro Profesor Andrada,
(desaparecido) el coordinar un trabajo conjunto de un profesor
masculino y femenino, siendo que las clases eran mixtas, esto
llevaba según su propuesta a un respeto,
comunicación entre ambos sexos, no quitando que se
separara la clase, de acuerdo al interés de fomentar la
fuerza, destreza en los jóvenes y la femineidad
flexibilidad, también la agilidad en las
chicas.
Contábamos con un gimnasio, un
despacho u oficina docente para reunirnos y como el liceo quedaba
en la zona nor-oeste de Montevideo, nos construyó un
parrillero, dentro de la oficina para poder almorzar o cenar,
dado que el horario del liceo y de clases era extenso. Debo
informar que el Cerro era una zona industrial, la
federación de la carne tenía su sede allí,
frigoríficos, una playa con una zona pesquera, por lo
tanto los padres apoyaban donando carne, fiambres,
pescado.
Quiero destacar que el ambiente de la zona
y el liceo del Cerro es algo a recordar, no olvidaré que
al bajar del ómnibus el vecindario tenia la costumbre de
merendar o tomar mate en la vereda, hábito muy
común en nuestro país, saludaban a todos los
docentes, creando un entorno familiar. Pero a nuestro Uruguay se
acercaban nubes de tormenta y que el Cerro, como barrio obrero,
industrial y sindicalizado iba ser golpeado muy
duramente.
Llegaron las huelgas y la federación
de la carne, radicalizó sus posturas en el barrio,
cerró filas con su sindicato a la cabeza, agregó
los cañeros de Bella Unión, o sea la zona al norte
de nuestro país Artigas, que exigían tierras que
estaban sin cultivar en manos de terratenientes y fueron acogidos
por los síndicos de la carne, dándole un terreno en
la calle principal del Cerro; la calle Grecia. Los "peludos" como
se les identificaba, por trabajar en los cañaverales,
dejaban su pelo largo y con barba, vinieron con su familia,
mujer, hijos, acampando en carpas y como acostumbran a vivir a la
intemperie, se convirtieron en un espectáculo más
en el barrio.
Una noche, inesperada estalló la
contienda "la huelga,"quedamos aislados los docentes, por falta
de comunicación, los avisos de los obreros de posibles
ingresos de patrullas era mediante los golpes en las columnas de
los trolley-bus, la oscuridad de la calle daba miedo, solo
pensaba en mi hogar, mis hijos, la información que por
radio se estaría dando; las puertas cerradas de las casas,
las ventanas y postigos no permitían ver luz, ni vecinos,
solo una ventana cuya cortina se corrió, vi a una persona
que observaba, me animé a tocar su puerta y con enorme
temor pedirle, casi en tono de súplica que me permitiese
llamar por teléfono a mi casa, avisé de mi
situación y oí la voz de mi marido
pidiéndome cautela, agradecí el apoyo a la
señora y volví a la calle.
Caminé en dirección al liceo
y me encontré con funcionarios y colegas, que
también no habían sido advertidos del cierre del
puente, (que une el Cerro con la Teja por la guardia
metropolitana) de la huelga de ómnibus, o sea el
transporte para salir del Cerro.
Sugirieron algunos funcionarios, que el
paso por debajo del puente era posible, dado que el arroyo
Pantanoso que lo recorre estaba en bajada, con cuidado
podríamos atravesarlo por sobre las piedras y salir al
otro extremo del puente y llegar a la plazoleta Lafone y tomar
algún transporte.
Nunca olvidaré lo vivido, un joven
se animó a cruzar por entre las piedras, sin hacer ruido
ya que arriba estaba la guardia, lo esperado
¡tropezó y alguien tuvo una exclamación!, eso
bastó para que las linternas alumbraran el arroyo y
bajaran por el otro extremo los "milicos" como despectivamente
así los llamábamos lo arrestaron, nos escondimos
tirados en el pasto, mudos de miedo y presencié el terror
de un colega docente que sacó su carnet de
afiliación a un partido, la rompió y se la
comió-
Le pregunté por esa actitud, para mi
desconocida, contestó tirarla sería un "deshonor";
debo informar que yo no pertenecía a ningún partido
y no tenía experiencia de gremios, sobre conductas
sindicales.
Nos separamos el estar juntos nos
traería dificultades y sola volví sobre mis pasos y
llegué al campamento de los "cañeros o peludos", el
único lugar iluminado y habitado. Me acerqué
temerosa, pidiendo poder quedarme allí hasta el amanecer,
me recibieron calidamente informándome que estaban
enterados de lo sucedido, pero allí estaba segura,
había una guardia del sindicato que informaba si avanzaban
los "milicos."Eso eran los golpes que se oían en las
columnas, dando señales sobre las situaciones que se
vivían en el Cerro y alrededores. Por supuesto que no
dejaba de temblar y organizar mi mente, sobre como salir con vida
y de mi futuro.
Me dieron un café, para entrar en
calor y comida, que agradecí pero trataba de no llorar
pensando la calidad de vida que llevaban esas familias y lo
distante de la mía y de mi hogar. Cerca del amanecer se
acercó una mujer y su compañero informándome
que debía cambiar mi indumentaria, ya que detenían
a transeúntes al pasar el puente y lo mejor era hacer
creer que era una empleada o limpiadora de familia. Dejé
mi ropa, solo los documentos, el bolso con el equipo, zapatos, me
dieron ropa de otra mujer, me ataron el pelo con un
pañuelo y una de ellas con un bebé en brazos, me
dijo que pasaría conmigo el puente, diciendo que lo
llevaba el mismo al hospital por tener catarro, yo a trabajar al
Paso Molino, un barrio cercano, si me preguntaban diera una
dirección que era un contacto, con seguridad. No dejaba de
temblar y me sentía avergonzada de la frialdad, seguridad
con que actuaban, mi ignorancia de una comunidad de mi
país, de cómo vivían, luchaban mujeres,
niños que al lado de los míos ajenos a todo, desde
pequeños sabían ya las limitaciones de la sociedad.
Agradecí y saludé con un adiós y empezamos a
caminar, llegamos al puente y con total soltura mi
compañera me informó, que avanzara sin titubear,
que ella hablaba, yo solo con la cabeza afirmara y si me
preguntaban algo con voz trémula diera mi nombre, sin
bajar la cabeza.
Pasamos como estaba previsto y llegamos a
la plazoleta, me senté en el primer banco junto a ella,
esperando el primer ómnibus que pasara lo tomamos, nunca
olvidaré el N º 76, que me acercó a mi hogar a
mi familia. La abracé, me dio un nombre, seguro no el
verdadero y me comentó que no contara nada de lo sucedido,
a autoridades ni familia y se bajó, no sé ni en
dónde ni adonde, se dirigía.
Nunca comenté este episodio, si a mi
esposo, ahora en estas líneas. Aquí termina la
aventura del Cerro y comenzará una nueva.
A la tarde siguiente me presenté en
la Com. Nac. de Educ. Física, al Director docente Prof.
Carámbula, para solicitarle la baja del organismo, es que
la experiencia pasada no me permitía razonar, sintiendo
que era la única salida. Siempre tranquilo, sereno
escuchaba mis planteos, asistiendo con la cabeza lo triste y
riesgosa de la situación pasada, y sugiriendo una
pequeña licencia médica, para superar el
trance.
Siempre la providencia me guardaba otra
oportunidad y apareció de improviso, he hizo pasar a una
docente prestigiosa que esperaba ser atendida y que había
sido mi Profesora de Psicopedagogía, Eloísa
Etchegoyen de Lorenzo en el Instituto y me había premiado
con la mayor de las calificaciones en su examen.
El Director le explicó mi
situación y se dirigió a mi persona con estas
palabras "Ana siempre hay personas, niños que necesitan
de la ayuda de otros, no pienses solo en los comunes,
convencionales, hay impedidos, discapacitados que yo estoy
aquí para brindarte esa oportunidad." Director le
vengo a ofrecer becas de 3 meses de duración, con los
técnicos, médicos, fisioterapeutas, de EE.UU. y
Europa y América que formaran a profesoras, maestros,
fisioterapeutas, solicito que le de una oportunidad a Ana para
trabajar y estudiar con nosotros y luego ir a escuelas y centros
de apoyo, que atienden y educan a bebés, niños y
jóvenes con discapacidad"
Así incursioné en un mundo
para mí desconocido, de las personas con discapacidad, por
medio del Instituto Interamericano del Niño, la Escuela N
1º cita en el Prado.
Era un lugar soñado, fuera de este
Uruguay, conocí representantes de toda América que
venían a formarse a este Centro, 7 edificios,
residenciales de estilo, que habitantes de la zona fueron algunos
vendiendo y otros donaron que se comunicaban entre sí, por
un jardín trabajado por jóvenes con discapacidad,
huerta, árboles como nogales, castaños, magnolias,
en fin sentarse debajo del tilo era el descanso mayor para un
docente, podía pretender o ansiar.
A pocos metros de este complejo, estaba
situada la Clínica para bebés, madres que era
atendido por pediatras, neurólogos, asistentes sociales,
fisioterapeutas y maestros, que enseñaban a los
papás, a la familia, concurriendo al hogar, hasta que la
mamá superase el trauma de tener un hijo con discapacidad.
Esta Clínica había sido donada por organizaciones
internacionales, por padres con buen relacionamiento en lo
ejecutivo y que siendo el único Centro con un nivel de
1º mundo en lo material, en el personal técnico
profesional y habiendo consultado en el exterior, recomendaban la
Clínica dirigida por la Profesora y Maestra Eloisa
Etchegoyen de Lorenzo.
En el entrenamiento visitamos los centros
escolares con discapacidad de la capital, motrices, ciegos,
retardo mental, paralítico cerebral, recogiendo
información sobre programas, niveles de atención,
etc.
Mi vida cambió y sentía que
había un porqué, obtuve mi certificado autenticado
por las personalidades internacionales y volví a la Com.
Nacional de Educación Física.
Me enviaron a la Escuela Franklin V.
Roosvelt, también situada en el Prado, en una suplencia
por una docente que estaba usufructuando una beca en el exterior,
trabajaban atendiendo a niños y jóvenes con
discapacidad motriz y parálisis cerebral.
En una casona de dos plantas con ascensor,
también con apoyo de la ONG, de los EE.UU con el mismo
nombre, era semi- privada, todavía a nivel público
no teníamos una escuela para la atención de
niños y jóvenes con esta discapacidad motora y
cerebral. Salón de música, biblioteca, comedor,
nutricionista, sala de fisioterapia, fonoaudiólogos,
gimnasio, consultorios para la atención a nivel
traumatológico, psicológico, un fondo y frente
arbolados que daban una imagen de tranquilidad, con canchas de
fútbol y basket, que con gran dominio con sus sillas de
ruedas y bastones canadienses, jugaban con apoyo de profesores y
maestros.
Tenían sus camionetas, para el
retiro y entrega de los alumnos a sus domicilios. Fue una
experiencia asombrosa, ver trabajar en el gimnasio, algunos
chicos con sus miembros inferiores atrofiados, por que
habían padecido la poliomielitis, epidemia que pudo
detenerse al descubrirse la vacuna de inoculación
obligatoria, por el bien recordado Dr. SALK.
Terminada la suplencia, me nombraron a una
pequeña escuela, Nº 210 con niños con
discapacidad intelectual, la cuál permanecí el
resto del año. Un centro con limitadas posibilidades de
espacio, solo un patio interior y un fondo pequeño, pero
con un personal que apoyada por la Directora, se rendía y
trabajaba, incluyendo los recreos.
Al terminar el año, nueva
elección de cargo, quedó libre el área
femenina en la escuela del Prado la N 1º llamada ahora
Nº 207. Sentí haber obtenido la mayor conquista, al
poder ingresar, en ese Centro, ya la Prof. Eloisa Etchegoyen,
había sido designada al Consejo de Primaria del
País. En su lugar la Maestra y Profesora Sofía
Batto (fallecida) ocupó su lugar, no dejando de concurrir
la Prof. Etchegoyen oportunidad en que visitantes llegaban a
nuestro país, para demostrar el grado de avance de nuestra
formación en el área de la discapacidad.
Mi trabajo fue severo, con programas que
debían ser entregados a cada maestra que debía
acompañar y llevar en su libreta lo realizado en clase.
Tener un pizarrón en el gimnasio con el temario de la
jornada, cada clase, desde los jóvenes en adelante,
tenían obligación de cambiar su indumentaria
deportiva y tomar su ducha.
El edificio del área de los
pre-escolares en su propia clase contaba con su baño y
almorzábamos todos en nuestras clases, dado que la escuela
no tenía comedor para albergar a 360 alumnos, que era la
población casi permanente.
La Directora me señaló un
día diferente para compartir mi almuerzo con cada clase y
diferente edificio, que debíamos ir y retirar la comida en
bandejas a la cocina, eso llevaba la oportunidad de
enseñar, observar la puesta de la mesa, platos vasos,
jarras con agua o leche, los maestros debíamos presidir la
misma, cuidando los hábitos, a veces con la radio
encendida, en el informativo en los de nivel más elevado
de alumnos para que se tuvieran conocimiento de la realidad;
incluía esta propuesta el ir a comer a la cocina y
observar la preparación de los mismos, no hay duda que
durante nueve años, compartí todas las experiencias
de formación que una docente ansía . Campamentos en
el verano en la ciudad de Piriápolis, todo el mes de enero
que partíamos, con mis hijos, auxiliares, maestro al
frente del campamento, enfermera y médico que
compartíamos con la Colonia de Vacaciones de Primaria cita
en la misma ciudad. La escuela Nº 54, en la calle Sanabria,
amplia de dos plantas, con una dirección confortable
anexada a un salón para reuniones, salones de clase con
enormes placares, comedor, cocina completa, un patio frondoso,
baños con duchas, amplia dirección, biblioteca,
sala de música y un apartamento anexado para la
Inspección o para un visitante, daban un confort
difícil de igualar, estando a 5 cuadras de la
playa.
El balneario daba apoyo integral al
campamento, farmacia, almacén, heladería, cine,
esta actividad duraba todo el mes de enero, teniendo el
mobiliario de camas, colchones, colchas, todo heredado del Hotel
Argentino, antes de ser remodelado, que guardábamos en los
sótanos en la Colonia de Vacaciones de Primaria en verdad
los auxiliares no dudaban en acompañarnos, como la
cocinera de la escuela Morquio, que tenía un hijo con
discapacidad y se alegraba de poder obtener estas
vacaciones.
Cada tanda de 90 u 80 alumnos duraba una
semana, que con el apoyo de los padres, podíamos pagar el
ómnibus que trasladaba a los acampantes, el Consejo de
Primaria otorgaba el dinero del costo de la estadía en el
campamento, en especial la alimentación .Había
donaciones de los padres en economías, alimentos secos
etc. Aquellos jóvenes que correspondían a los
talleres, que muchos de ellos contaban con 38 y 40 años y
sus padres adultos mayores, pasaban todo el mes con nosotros,
colaborando en las tareas del campamento, en la higiene, las
compras, pero también paseos, a los distintos cerros, los
bailes que la municipalidad de Piriápolis, invitaba como
el concurso de la Reina de la Juventud, que una docente del
Instituto de Educación Física oriunda de la
localidad obtuvo el galardón de ser Reina, Irene
Agustiniak.
Durante 8 años, nos fue posible
realizar este campamento, con exposiciones de fotos, sobre
botánica, insectos recogidos, etc. Autoridades de Primaria
nos ofrecían permanecer otro mes más, para atender
y extender este programa a otra escuela, pero debíamos dar
descanso a nuestro personal y además no conocíamos
al alumnado, algo primordial, para el éxito del
mismo.
Se agregó la actividad de
natación extra-curricular los sábados y luego los
domingos, en horario matutino, con apoyo de los padres que el
club Neptuno otorgaba en forma gratuita, esto sucedía en
las postrimerías del año 1979, estando instalada la
dictadura en nuestro bien amado país.
Teniendo mi interés y
preparación en el área de la educación con
los niños con discapacidad, al jubilarse una docente en la
escuela de niños ciegos y ambíoples, me
visitó un Inspector para comunicarme, que debía
presentarme en la escuela Nº 279, para ocupar el cargo
dejado vacante.
No me valieron las explicaciones de no
conocer la metodología de la enseñanza y del
rapport frente a un niño ciego; de nada valieron, cuando
informé a las autoridades de la escuela de la nueva
designación, una subdirectora impuesta por el gobierno,
tuvo el gesto de acercarse y darme una información, que me
tranquilizó demostrando una imagen y un perfil desconocido
de ella hacia mi persona.
El programa de la escuela Nº 207,
contaba con maestras sumamente exigentes con su clase de Psico.
motricidad, que así llamábamos a la Educ.
Física impartida a las clases de déficit
múltiple, recibí un llamado de la dirección
ejecutiva de la Comisión Nacional de Educación
Física, que indudablemente eran militares, a las 14 h de
un determinado día en que tenía esa clase con
niños antes mencionados. Mi horario como el de todo
docente en la escuela era de salida 14- 45 H, solicité
ausentarme antes, pero la maestra expresó que su clase
espera ansiosa y que debía cumplir con mi programa. Salir
desde el Prado al centro de la ciudad, llevaba 45 minutos como
mínimo, esto causó el desagrado de las autoridades
que expresaron que debía aceptar la orden de asistir en la
hora que había sido citada, dado que era el organismo
rector de mi actividad en esa escuela.
No me atendieron y volvieron a citarme a la
misma hora, otro día, volví a llegar tarde, esto
bastó para trasladarme al tribunal de sanciones,
informándome de mi pase a una escuela común,
indudablemente que me negué, me impidieron regresar a la
esuela del Prado y quedaba a las órdenes de las
autoridades militares, para determinar mi nuevo destino. Fui
citada a una entrevista dónde me encontré con
colegas que por distintas razones estaban allí a la espera
de que pasaría con su destino docente.
Página siguiente |